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EXAMEN FINAL –

Regimenes Políticos Comparados


Prof: Steven Levitsky
J.P: Carlos Perez, Omar Awapara

Esteban Valle-Riestra Padró


20061048

Pregunta 1:
Por lo general, la literatura sobre la estabilidad (o consolidación) de la democracia y la
literatura sobre la estabilidad autoritaria son tratadas como literaturas distintas. ¿Debe ser
así? ¿Son distintas las causas de la estabilidad democrática y las causas de la estabilidad
autoritaria, o tienen causas en común? ¿Sería mejor pensar en términos de la estabilidad
de los regímenes en general?

Partiendo de lo plenamente observable, la democracia y el autoritarismo son


tipos de régimen distintos; mientras el primero pretende otorgar libertades
políticas para todos los ciudadanos el otro por lo general las constriñe. Sin
embargo, contra lo que podría pensarse, la estabilidad de estos tipos de
regimenes no se encuentra en el nivel de éxito o la forma en que realicen estos
fines mencionados.
Desde este ensayo pretendo argumentar que los factores que determinan la
estabilidad o la inestabilidad de los regimenes autoritarios y los democráticos
suelen ser similares para uno y otro. La literatura existente ha tendido a tratar la
estabilidad de estos tipos de régimen de manera diferenciada, pero por lo
general estos factores suelen ser aplicables también para explicar la estabilidad
del otro. De esta manera, me atrevo a pensar que no debería haber diferencias
al hablar de factores que explican la estabilidad para la democracia y para el
autoritarismo, y por el contrario deberían trabajarse de manera conjunta; sería
mejor entonces pensar en las causas que condicionan la estabilidad de los
regimenes sin diferencia.

Para sostener esto quisiera mostrar los trabajos respecto al tema, empezando
por los que han concentrado su atención en los factores de tipo estructural. En
los trabajos de este tipo se suelen señalar las condiciones económicas y
sociales bajo las que las democracias surgen y son estables; la ausencia de
estos condicionantes por el contrario nos da pistas del surgimiento y estabilidad
de los regimenes autoritarios en la mayoría de los casos.
En primer lugar podemos citar el trabajo de Barrington Moore sobre los orígenes
sociales de las dictaduras y democracias. En el, el autor analiza las diferentes
formas en que las clases sociales se han relacionado entre si en los países que
son parte de su estudio; la conclusión a la que llega es que a partir de estas
relaciones se ha condicionado la trayectoria democrática o autoritaria de estos.
En una línea argumentativa similar es necesario mencionar también el trabajo de
Seymur Martin Lipset en el cual señala la existencia de una correlación entre
altos niveles de desarrollo económico, urbanización, ingresos, educación, entre
otros, y democracia. Por lo general, se puede argumentar, los bajos niveles en
estas variables van asociadas a países con regimenes autoritarios. Sin embargo,
a pesar que de este análisis pueda desprenderse que un régimen democrático
suele traer bienestar y desarrollo económico, esta parece no ser una
interpretación correcta. Justamente, discutiendo con este autor se encuentra el
trabajo de Przeworski y Limongi el cual nos muestra -partiendo de la evidencia
empírica de casos de alto nivel de desarrollo y régimen dictatorial- que niveles
de desarrollo y bienestar no son condiciones que hagan surgir regimenes
específicos, sino que por el contrario son factores que brindan estabilidad a
ellos, sean democráticos o autoritarios. Como se puede observar hasta este
momento en torno a estos análisis estructurales, la democracia y el autoritarismo
comparten la misma raíz en relación a su surgimiento y estabilidad; son tanto los
arreglos y pactos sociales como las condiciones de desarrollo las que fijan estos
tipos de regimenes o aseguran su persistencia. Esta sería la explicación
principal para explicar la existencia de la mayoría de las democracias europeas,
como también los casos atípicos de desarrollo y dictadura como Singapur y
China.

Las limitaciones de este enfoque estructural en relación a su capacidad para


explicar cambios y transiciones son subsanadas con la inclusión de otros
factores explicativos. En este sentido, y en segundo lugar, podemos mencionar
los estudios que explican la estabilidad de la democracia y el autoritarismo en
relación a factores internacionales. Es imprescindible mencionar el trabajo de
Huntington sobre la tercera ola, el cual argumenta que la tendencia de adopción
de regimenes democrático en muchos países durante la década de los 90’s
responde fundamentalmente a cambios en el orden del poder internacional; en
concreto, hechos como la caída del comunismo y el cambio en la política exterior
norteamericana. Desde esta perspectiva –como venimos mencionando- puede
observarse que tanto la estabilidad democrática como la persistencia autoritaria
están relacionadas a los cambios en la política internacional. La democratización
en América Latina como en África y Europa del este respondería a esta
explicación. Mas aún citando el reciente trabajo de Levitsky y Way, que con sus
conceptos de Linkage y Leverage que sugieren niveles de cercanía o
dependencia del sistema internacional, nos permite tentar una explicación para
la persistencia de regimenes autoritarios en ciertos países como Singapur e Iran
y la existencia de matices híbridos en otros como Venezuela y Rusia.

Pero quizás la mayor parte de las discrepancias con respecto los factores de
estabilidad de la democracia y el autoritarismo, que llevan a tratar el tema por
separado y no por igual, provengan de aquellos estudios que centran su
explicación en factores endógenos del régimen, en concreto relacionado a las
instituciones que se adoptan. Por ejemplo, por el lado de la democracia, el
trabajo de Linz sobre parlamentarismo y presidencialismo es uno que sostiene
que gran parte de la inestabilidad en regimenes democráticos radica en la
adopción de instituciones presidencialistas. Esta cuestión parece plenamente
evidenciada en los países Latinoamericanos los cuales en su totalidad poseen
regimenes presidencialistas y una historia de suma inestabilidad. Por el lado del
autoritarismo, el trabajo de Barbara Geddes nos muestra que regimenes
autoritarios que se asientan sobre el control de un partido único suelen ser más
estables que los autoritarismos manejados por militares o individuos particulares.
En casos concretos, podemos citar la estabilidad de regimenes de partido unico
como China, Cuba y México. A pesar de las diferencias que condicionan la
estabilidad y sus posibilidades de supervivencia, este tipo de enfoques comparte
la idea de la determinación que causan las instituciones. Podemos argumentar,
que a pesar de las diferencias, la atención se concentra por igual en factores
como la fortaleza de los partidos, las relaciones entre la población y las
instituciones del estado, las capacidades de acción de estas y su arraigo en la
sociedad.

Pero por último y para finalizar, creo que no deben existir diferencias al tratar el
tema de la estabilidad del régimen en democracia y autoritarismo debido a la
existencia de un cuarto enfoque en torno a los liderazgos, el cual puede valer
tanto para democracia como para autoritarismos. Como muestran los trabajos de
Lipset sobre George Washington en EE.UU o Varshney sobre Nehru y la India,
el liderazgo es una cuestión fundamental no solo porque muestra una inclinación
por un tipo de régimen sino porque genera un precedente institucional que suele
ser respetado. En el mismo sentido, las acciones de Gorvachev para la apertura
de Rusia, o por el contrario, las acciones en contra de la democracia de Chavez
o Putin son determinantes vitales para la estabilidad y continuidad del régimen.

En conclusión, sugiero que el tema de la estabilidad merece ser tratado sin


distinciones que discriminen entre la democracia y el autoritarismo. Como hemos
podido observar tanto los factores estructurales, internacionales, institucionales y
sobre el liderazgo son factores que inciden tanto en democracias como
autoritarismos, por lo cual es necesario traducir esto en clave de factores que
determinan la estabilidad o inestabilidad de los regimenes en general.
Pregunta 3:

¿Tiene razón Friedman, cuando afirma que China va a tener que democratizarse?
¿Cuáles serian las razones por las cuales China podría no democratizarse en los próximos
años? Mirando a las teorías que hemos discutido en este curso, ¿qué factores serían más
importantes para determinar el futuro del régimen?

El argumento central de Friedman para afirmar la una posible democratización


de China se sostiene en que el desarrollo económico que esta experimentando
no podrá continuar si es que no se otorgan mayores libertades a los ciudadanos;
libertades que valdrán para que estos puedan desarrollar al máximo sus
capacidades individuales, poder innovar y expresar su creatividad. Esta cuestión
se sustenta en que si es que China quiere ser un país más competitivo en la
arena económica se verá obligado a liberalizar su sistema para permitir con ello
que los ciudadanos del país puedan insertarse en el mundo globalizado, y de
esta manera dar el siguiente paso del desarrollo. El hecho de otorgar el Nobel de
la paz a un activista Chino –sostiene Friedman- también sería un mensaje de la
comunidad internacional que aboga por la necesaria democratización del país.
De la perspectiva del autor en cuestión, en primer lugar no podemos asegurar
con certeza en base a alguna evidencia concreta de que los países
democráticos sean realmente más competitivos gracias a las libertades que
otorgan a sus individuos; en esta línea evidentemente determinista según un
modelo de desarrollo liberal no podemos señalar que la necesidad de China de
continuar con el crecimiento los lleve a tomar reformas de apertura política. Sin
embargo, probablemente el sistema internacional, a través de pequeñas
presiones y mensajes indirectos como el premio Nobel, pueda ser un elemento
que empuje al gobierno chino a reformar el sistema.
En este ensayo pretendo sostener que la democratización de China aun es un
asunto lejano por dos factores que teóricamente refuerzan y proveen de
estabilidad a los regimenes autoritarios: por un lado la bonanza económica que
vienen experimentando y por la otra la condición de régimen de partido único
que poseen. En contraposición, el argumento internacional a mi parecer tiene
poco peso; la inclusión en el sistema es una cuestión que se viene dando de
manera progresiva en los últimos años, sin embargo, china aun posee un alto
grado de autonomía que le permite superar las presiones internacionales.

Como primer factor a favor de nuestra posición podemos señalar sin temor a
equivocarnos que el crecimiento económico y los indicadores de bienestar social
en aumento no son signos de una democratización por venir, sino mas bien un
factor que actúa reforzando la estabilidad y permanencia del regimen. A pesar
de las correlaciones de Lipset que ligan la democracia con altos niveles de
desarrollo, el trabajo de Przeworski y Limongi nos muestra evidencia que señala
que el desarrollo mas bien esta ligado a cierta estabilidad en los regimenes. En
este sentido, tanto autoritarismos como democracias se ven beneficiados por el
desarrollo, y en esta perspectiva se puede explicar como países con altos
índices de desarrollo y crecimiento como Singapur sean no democráticos.
Planteándolo para el caso concreto de China, podemos afirmar también el
mismo argumento: los índices macroeconómicos de China no sugieren una
necesaria democratización como consecuencia del crecimiento, por el contrario,
sugieren una posible estabilidad y consolidación del régimen autoritario que
impera en el país. Por esta razón, y a pesar de que el autor se empeña por
señalar que la apertura va a ser necesaria si es que China quiere seguir
creciendo, no podemos sostener su argumento.

Otro factor, y a mi parecer el mas importante y que explicaría la poca


probabilidad de una apertura democrática del régimen chino en el corto plazo es
la condición de partido único de su gobierno. Tanto Barbara Geddes como Jason
Brownlee señalan al hablar del autoritarismo que un régimen de partido único es
el tipo de autoritarismo con mayores posibilidades de permanecer en el poder.
Por un lado, Geddes sostiene que una apertura solo es posible en el caso en
que las desavenencias entre las facciones del partido lleve a una situación en
que solo es posible sobrevivir y mantener el poder rompiendo y escindiéndose;
es un escenario poco común ya que –con el fin de sobrevivir- las facciones por
lo general cooperan entre si. Brownlee por su parte sostiene que el régimen de
partido único se mantendrá en tanto sirva a las elites como medio de ejercicio
del poder; cuando el partido deja de cumplir este cometido, las elites buscan la
apertura para poder llegar al poder compitiendo. En China el sistema que impera
da muestras de funcionar relativamente bien y no parecen haber signos de
discrepancias y marcados faccionalismos dentro del partido de gobierno a pesar
de la apertura económica de los últimos años. Por esta razón es fácil afirmar con
los argumentos de Geddes y Brownlee y suponer que la democratización de
China aun no será posible en el corto plazo.

Pero por último, si consideramos el factor internacional, también podemos llegar


a pensar que la democratización de China esta lejos de realizarse.
Normalmente, los países suelen ceder a los cambios en el orden del poder
internacional y a las presiones de las potencias y los países vecinos. Como lo
afirmaría Huntington en la tercera ola, la democracia en la ultima década ha
seguido este aparente efecto dominó. Sin embargo, la persistencia de regimenes
autoritarios o híbridos (en concreto autoritarismos competitivos) en el mundo
deja ciertas interrogantes acerca del peso del factor internacional. A mi parecer,
esto puede ser complementado con el trabajo de Levitsky y Lucan Way y los
conceptos de Linkage y Leverage que introduce. El argumento considera al
linkage como la cercanía del país con respecto a occidente, los lazos
económicos, las redes, etc. El leverage refiere al nivel de dependencia externa
del país con respecto a sus vecinos y a las potencias, la cual responde también
al nivel de poder organizacional e institucionalización del estado. Trasladando
estos conceptos al caso de China, podríamos decir que se trata de un caso de
linkage medio con respecto a occidente pero con un nivel de dependencia o
leverage bajo. En este sentido, y considerando que china tiene un estado muy
fuerte y organizado, podría decirse que el país difícilmente cedería ante
presiones internacionales. Caso contrario, encontrarse con un nivel de linkage
alto que supongo una alto grado de lazos sociales y redes de comunicación, y a
su vez un alto nivel de dependencia de estas relaciones para sobrevivir, el país
en cuestión cedería por necesidad.

Entonces y para terminar, podríamos concluir según los conceptos expuestos


que la democratización de China es un hecho que probablemente no se realice
en el corto plazo. En primer lugar las afirmaciones de Friedman respecto a que
China necesitará democratizarse para continuar creciendo económicamente no
es un argumento muy sólido; la evidencia nos dice que por lo general los países
en crecimiento tienden a consolidar y estabilizar sus regímenes ayudados por
esta condición. Lo probable mas bien sería que en caso de detenerse el
desarrollo China decida liberalizar su sistema político y así aliviar un poco la
situación. En segundo lugar, el gobierno de partido único en el cual se sostiene
el régimen autoritario de China parece ser el factor que mantenga su
persistencia. Desde la teoría, se puede decir que los gobiernos de parido único
suelen ser los mas estables, ya que esta en el interés de todos los miembros
mantener el status quo y seguir en el poder. Para el caso de China esto parece
que va a cumplirse y a menos que ocurra un hecho trascendental en el país el
partido comunista no va a ceder posición. Por ultimo, a pesar que China cada
vez mas esta empezando a cumplir un rol importante en el sistema internacional,
la posición que por lo pronto mantiene lo hace poco propenso a ceder ante
presiones. Los lazos con occidente aun están en construcción, y el grado de
autonomía que el país tiene económico y políticamente parecen darles un amplio
margen de decisión la cual aun no se inclinará por la democracia.

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