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DATOS INFORMATIVOS
Nombre: Christian Masaquiza Asignatura: Antropología Teológica II
Año Académico: 2019 - 2020 Curso: I teología
Cuestiones teológicas
El ser humano es un ser necesitado porque es imperfecto y aspira a una plenitud que no
tiene. Es frágil, porque está expuesto a la destrucción y descomposición biológica,
psicológica y moral. Es limitado, porque no tiene recursos suficientes para satisfacer sus
deseos: ni para evitar su destrucción.
La plenitud y la felicidad son imposibles: Ya hemos advertido que el fin de la vida
humana lo pone y lo otorga al hombre libremente Dios. El hombre no puede dárselo
a sí mismo. Sin la revelación de Dios, ni siquiera puede conocer cuál es su fin, su
plenitud y su destino. Y sin la gracia de Dios, no puede alcanzarlo. Esta es la
incapacidad más radical del hombre: la incapacidad de alcanzar por sí mismo su fin
y perfección, que es la incapacidad de ser feliz.
La esclavitud de la muerte: Entre los límites naturales, el más desconcertante es la
muerte. Puesto que la atadura a la carne es una promesa de muerte. Por eso, todos
los bienes de la carne tienen este regusto: cuanto más se gozan, más desgastan y más
aproximan la muerte. Así lo mencionan varios autores como: Seneca, Toda la vida
del hombre no es más que un camino a la muerte; Quevedo, y lo que llamáis morir
es acabar de morir, y lo que llamáis nacer es empezar a morir, y lo que llamáis vivir
es morir viviendo; Shakespeare, todos nuestros ayeres alumbran el camino hacia el
polvo de la muerte.
La exposición al sufrimiento físico y moral: En primer lugar, estamos expuestos y
sometidos de mil maneras al sufrimiento físico (el dolor). El dolor es una curiosa
sensación que procede de nuestra dotación biológica. También estamos expuestos de
mil maneras al sufrimiento moral, a la contradicción. Por un lado, los demás
hombres no están sometidos a nuestras aspiraciones. Al contrario: tienen las mismas
necesidades y carencias y pueden competir con nosotros por los mismos bienes.
El no poder ser bueno (finitud y culpabuidad): en el ser humano se encuentran
además sus propios límites, las contradicciones entre lo que aspira y lo que es; o
entre lo que aspira y lo que puede son finitudes, pero las contradicciones entre lo
que puede y lo que realmente se hace son culpabilidad.
Por lo tanto los seres humanos compartimos el dolor físico, la tristeza y la muerte con
todos los animales. Pero solo el ser humano tiene conciencia profunda de lo que le
sucede, y comprende sus limitaciones, su contradicción, su incapacidad su dolor y su
muerte.
En fin, quien crea que el mundo ha sido creado por Dios y aprecie la singularidad del
espíritu humano, seguirá los pasos que hemos seguido. Pensara que la condición
espiritual del hombre se debe a que ha sido hecho a imagen de Dios y aceptara un salto
en el proceso evolutivo, por la intervención de Dios que crea el espíritu humano.