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TEATRO LA CANDELARIA: ESPACIO DE CAMBIO SOCIAL

NICOLL SANDINO RESTREPO


20191052085
LUISA CORTÉS NAVARRO

UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSÉ DE CALDAS


FACULTAD DE CIENCIAS Y EDUCACIÓN
COMUNICACIÓN SOCIAL Y PERIODISMO
BOGOTÁ D.C.
2020
Contenido
1. JUSTIFICACIÓN ..................................................................................................................... 3
2. OBJETIVOS .............................................................................................................................. 4
2.1 OBJETIVO GENERAL ............................................................................................................ 4
2.2 OBJETIVOS ESPECÍFICOS .............................................................................................. 4
3. MARCO DE REFERENCIA ....................................................................................................... 5
3.1 TEMÁTICO .............................................................................................................................. 5
3.2 REFERENCIAL ...................................................................................................................... 16
4. CONTEXTO Y ABORDAJE DE LA PROBLEMÁTICA .................................................. 22
4.1 CARACTERIZACIÓN ........................................................................................................... 22
4.2 ESTRATEGIAS UTILIZADAS EN EL PROYECTO ........................................................... 24
5. HIPÓTESIS ................................................................................................................................. 25
5.1 OBJ. ESP 1 .............................................................................................................................. 25
5.2 OBJ. ESP 2 .............................................................................................................................. 26
5.3 OBJETIVO GENERAL .......................................................................................................... 29
6. CONSIDERACIONES................................................................................................................ 31
7. BIBLIOGRAFÍA ......................................................................................................................... 31
8. ANEXOS ...................................................................................................................................... 33
8.1 ENTREVISTAS ...................................................................................................................... 33
8.2 FOTOGRAFÍAS ..................................................................................................................... 37
1. JUSTIFICACIÓN

El teatro de la Candelaria ubicado en la localidad de la Candelaria en el centro de Bogotá.


Es un espacio artístico para la investigación, formación, y creación de las artes escénicas.
El cual, busca crear proyectos y actividades con el fin de incentivar la participación de la
comunidad en estos ámbitos, logrando el fortalecimiento del pensamiento crítico, el sentido
de pertenencia histórico-cultural, una conciencia colectiva-reflexiva y la erradicación del
analfabetismo político en la población.

Este trabajo se desarrollará en torno a las facultades generadas por el teatro en una sociedad
donde este tipo de actividades no es muy recurrente. Teniendo en cuenta en primer lugar,
que dentro de la comunidad la posibilidad de participar en el teatro no es muy alta, ya sea
por la imposibilidad de costearlo, por no encontrar lugares de este tipo cercanos a su
entorno o por la falta de apropiación de sus habitantes, que poseen el imaginario de que el
teatro está destinado a personas con alto capital intelectual, económico o con posturas
subversivas*.

En segundo lugar, el teatro se ha percibido como una actividad que no genera cambios en
los paradigmas sociales, políticos y culturales. Esto último, porque culturalmente el teatro
suele ser incompatible con la era digital y globalizada**, tanto que se ha visto en la
necesidad de trasladarse al cine; perdiendo su esencia paulatinamente.

En tercer lugar, los aportes del arte en el desarrollo cognitivo y emocional son altamente
conocidos por las personas del común. No obstante, este conocimiento colectivo no parece
incluir al teatro, que no suele ser considerado al momento de planificar espacios educativos
enfocados a estos ámbitos.

En último lugar, este proyecto pretende visibilizar las cualidades que las artes escénicas
generan en las personas (creatividad, empatía, conciencia sobre las formas de
comunicación, un impulso a los procesos de memoria colectiva). Sin embargo, en la
actualidad existen diversas formas de expresión y entretenimiento que ofrecen

*Se hace referencia a posturas ideológicas extremistas con tendencia a los actos delictivos.
**Que se caracteriza por plataformas digitales tales como Netflix, Retina Latina, Pelisplus,
Xdede, entre otros.
*** En donde destacan las nuevas tecnologías (celular, computador, televisión,
videojuegos, etc.) y los deportes.
características similares y a los que las personas participan con mayor frecuencia, por lo
que se produce un interrogante alrededor de si la función del teatro sigue vigente como
elemento de emancipación social y de formación de pensamiento crítico.

Debido a lo anterior, hablar de teatro resulta ser un desafío. En la contemporaneidad éste es


visto como un arte re significado y de poca consideración. Incluso, presenta mayor
complejidad a la hora de enfocarlo en comunidades populares, donde la cotidianidad no
converge con este tipo de actividades ya que sus habitantes prefieren otras formas de
distracción***. Es por esto, que el teatro de la Candelaria tiene un valor significativo dentro
de la investigación, pues ofrece la posibilidad de interactuar, observar, analizar las
dinámicas y relaciones entre el arte (teatro) y la población local.

¿Cuál es el valor que tiene el teatro la Candelaria como alternativa de transformación


social de alto impacto cultural en la sociedad Colombiana?

2. OBJETIVOS

2.1 OBJETIVO GENERAL

Demostrar el valor que tiene el teatro La Candelaria como alternativa de transformación


social de alto impacto cultural en la sociedad Colombiana.

2.2 OBJETIVOS ESPECÍFICOS

1. Reconocer la importancia que tiene el teatro La Candelaria como dinamizador


crítico, donde el teatro facilita un espacio de creación colectiva y de acción política
dirigido al servicio de la comunidad.
2. Identificar el papel que cumple el teatro La Candelaria como alternativa de
preservación y reconstrucción de la memoria y como elemento de transformación de
realidades y percepciones, especialmente en los sectores populares.
3. MARCO DE REFERENCIA
3.1 TEMÁTICO

Título del artículo y/o fuente leída El teatro La Candelaria y el movimiento


teatral en Bogotá 1950 - 1991
Nombres y Apellidos del Autor del Carmen Alicia Florián Navas
artículo y/o fuente leída Patricia Pecha Quimbay
Año de la publicación 2013
Lugar de Publicación: Bogotá – Colombia
Tesis principal del autor: Presentar al Teatro La Candelaria como una experiencia
de organización social que ha conseguido mantenerse y que ha incidido en los
procesos culturales, sociales y políticos de la ciudad en lo que lleva de existencia.

¿Por qué esta fuente es útil para la escritura de su texto?


Ofrece un panorama general del Teatro La Candelaria: describe el contexto en el
que se desenvolvió la actividad de la ciudad y del país durante la segunda mitad del
siglo xx; precisa los hechos más significativos en la conformación del movimiento
teatral en Bogotá; registra los esfuerzos que se hicieron en ciudades como Cali y
Bogotá para construir un teatro independiente; y evidencia la trayectoria del Teatro
La Candelaria en su compromiso con el desarrollo de procesos culturales propios. Lo
que sirve como fundamento teórico para argumentar ciertos puntos de mi trabajo.
Fragmentos Destacados:
Ramírez (2013), plantea que:
La Candelaria irrumpió una nueva manera de hacer teatro en la que se recogían
temáticas que no eran propias de los que podría llamarse el teatro clásico
colombiano: la dramaturgia se encaraba, por ejemplo, “a partir de los contextos
sociales e históricos nacionales”, al decir de Rizk, y ello significo un canal de
expresión donde se podría recuperar la dimensión política de lo simbólico y lo
estético (Pág. 9).
Ariza (2013) afirma:
Está la Candelaria magnifica reconociéndose a sí misma como un grupo de
navegantes, como dice Piyó, unos viajeros que emergen siempre de las cenizas para
convertirlas en el espejo donde la sociedad se refleja para verse a sí misma en lo que
este país tiene de dolor, pero también en lo que tiene de fuerza y de risa (Pág. 14).
García (1994) expone:
Siempre he pensado que el deber de los artistas es crear y a veces me pregunto qué
es eso de crear? Intentar responder es ya un acto de creación. Claro que la memoria
es muy importante, está ahí para echar mano de ella cuando la necesitamos, pero no
para que se nos venga encima como una tradición de la que no podemos salir. La
memoria sirve en tanto nos da luces sobre lo que estamos haciendo en el presente.
De lo contrario, estamos actuando como arqueólogos del saber y como lo que somos,
unos artistas que son capaces de transformar la percepción del espectador (Pág. 15).
García (1994) manifiesta:
Nuestro deber, por lo tanto, es crear imágenes entrañables que taladren la
sensibilidad de los espectadores y puedan afectar al público, sin efectismos, en su
vida personal y colectiva. Si no partimos de que es posible transformar la percepción
del público con el arte, no estamos haciendo nada. Tener esa idea, es tener un lugar
en el mundo. Es saber que lo que decimos y hacemos en el escenario tiene un
sentido. O si no, ¿para qué estamos aquí? (Pág. 15).
Reyes (2013) Sostiene que “es evidente que el arte no es una máquina para producir
respuestas y dar soluciones, sino más bien un discurso polisémico y ambiguo que
deja abiertas preguntas, inquietantes construye utopías y descubre secretos ocultos
bajo el manto de las palabras” (Pág. 16).
Viviescas (2013) expone que:
La Candelaria ha sido testigo de las transformaciones que se han dado en el teatro,
también de las que se han dado en el mundo, pero sobre todo de los cambios y
transformaciones que no se han dado en Colombia y que seguimos esperando. La
historia del país y sus habitantes han habitado las creaciones de la Candelaria. Este
ha sabido cambiar las formas y los procedimientos de la creación. El país parece en
cambio haberse estancado en la entronización de la injusticia y de la limitación de
oportunidades para los sectores más pobres. En la persistencia del trabajo de la
Candelaria coinciden el rigor del poeta y la persistencia del testigo. Que esa doble
condición se constituya hoy en esperanza, ésta sería la coronación alquímica de un
propósito: cambiar el mundo, así como el mundo cambia las formas teatrales (Pág.
16).
Vélez (2013) declara:
El tiempo sin cuenta que rescata del olvido y de la mentira. El ejercicio de rendir los
egos y las individualidades mediante una creación colectiva que nos toca y
conmueve. El cambio, la experimentación y la utilización de nuevos elementos de
comunicación que abren y dimensionan otras perspectivas en el teatro. La búsqueda
imparable de la denuncia y la crítica al abrir elementos de pensamiento y nuevas
direcciones para asumir la realidad. Esto es el Teatro La Candelaria (Pág. 17).
Florián, Pecha (2013) afirman que:
Basado en el reconocimiento de la memoria de los diferentes pueblos, el Nuevo
Teatro pretendía generar procesos de construcción de identidad que permitieran a
los latinoamericanos “ser sujetos de su propia historia”. Dramaturgos y teatreros
estudiaron las tradiciones y costumbres de las comunidades como síntesis del saber
colectivo. En este contexto la necesidad de soberanía en Latinoamérica, cobro
sentido como forma de resistencia ante la noción de “cultura” que llevaba implícita
la teoría del desarrollo (Pág. 157).
Florián, Pecha (2013) exponen:
La necesidad de construir “arte propio” (y pensamiento propio), para expresar la
realidad desde Latinoamérica, condujo al montaje colectivo y a la conformación del
“grupo” de teatro, como una “renovada” forma de producción del hecho teatral.
Actores, directores y dramaturgos como Enrique Buenaventura, Santiago García,
Carlos José Reyes, Jairo Aníbal Niño, entre otros, manifestaron su compromiso con
la creación de un movimiento de vanguardia diferenciado del teatro comercial y
populista. Para ellos, el teatro popular fue un vehículo de expresión y de lucha contra
el colonialismo cultural, y se esforzaron por crear un espacio “dialectico” para
recrear un “nuevo” mundo posible (Pág. 157).
Es importante tener en cuenta que:
En Colombia el Nuevo Teatro se configuro como un movimiento teatral original,
vinculado con el proceso social y en lucha permanente por la independencia de la
política cultural oficial. El Nuevo Teatro de los años 60 construyó y “teatralizo” una
versión de la historia para que la comunidad se la apropiara y analizara los conflictos
que se presentaban en su propio contexto (Florián, Pecha, 2013, pág. 157).
Florián, Pecha (2013) plantean:
El teatro se hace todos los días con tradiciones y con transmisión de esas tradiciones.
Aquí solo estamos empezando y no podemos asimilar las tradiciones de otros como
experiencias nuestras. Lo que marca la línea de la Candelaria en la búsqueda de una
forma expresiva de identidad. Aclara Santiago García que no está en desacuerdo con
la comedia musical, pero si con el teatro comercial, el teatro que se vende, que no
tiene calidad, que se vuelve oportunista, que no produce sus propios originales (Pág.
175).
Florián, Pecha (2013) exponen que:
Los medios de comunicación dieron gran trascendencia a este evento
(Primer Festival Iberoamericano de Teatro) porque lo consideraron como una
victoria “ante la violencia y agresividad cotidianas, ante el miedo, la hostilidad de
cada día y la vulgaridad reinante, que han hecho de la ciudad tierra de nadie”. La
acogida que tuvo entre el público asistente fue atribuida a que los conflictos del país
hacían que la población buscara espacios esperanzadores (Pág. 176).
Florián, Pecha (2013) declaran que:
El carácter comercial que el Festival Iberoamericano tuvo desde sus inicios, guiado
por la idea de hacer de la cultura una empresa y privilegiando un teatro del
espectáculo, hizo que grupos como La Candelaria dejaran de participar y buscaran
promocionar eventos alternativos más acordes con su labor artística (Pág. 177).
En relevante considerar que:
La Candelaria se mantiene cohesionada como grupo, entre otros factores, por el
entusiasmo de crear investigando. Cada proyecto, además de dejar una obra montada
y escrita, es una maestría en el proceso de investigación. En cada investigación, o
“trabajo de mesa” como le dominan, participan especialistas en el tema: artistas de
otras disciplinas, científicos, políticos y “personajes” de la calle. Para la obra En la
raya, por ejemplo, aprovecharon el trabajo que Patricia Ariza y Rafael Giraldo
desarrollaban con grupos teatrales conformados por habitantes de calle o “ñeros”
como ellos se autodenominan (Pág. 177).
Referencia de la fuente leída (aplicando las normas APA)
Florián, C. Pacha, P. (2013). El Teatro La Candelaria y el movimiento teatral en
Bogotá 1950 – 1991. Archivo de Bogotá. Recuperado de
https://issuu.com/archivodebogota/docs/librofinallacandelaria_caratulaenvi?fbclid=I
wAR0Gpat1scRECjCdtxFQVr_49I5lOaNqenkqG2CNvUaQIYsH7cFnzdMsjBo

Título del artículo y/o fuente leída Teatro la Candelaria: memoria y presente
del teatro colombiano.
Nombres y Apellidos del Autor del Catalina Esquivel
artículo y/o fuente leída
Año de la publicación 2014
Lugar de Publicación: Bogotá – Barcelona
Tesis principal del autor:
Observar cómo el teatro La Candelaria vincula un proyecto estético forjado en el pasado
con las prácticas del teatro posmoderno, figurando la manera en que éste teatro termina
apropiándose del discurso pos dramático. Así mismo, ofrece un enfoque reflexivo y
temporalmente trasversal, que recoge la confrontación entre el pasado y el presente de la
compañía, realizando un análisis de la continuidad y variación de su poética escénica
desde una perspectiva multidireccional, en la que la historia, la teoría, la práctica del
grupo y su propia experiencia, convergen.
¿Por qué esta fuente es útil para la escritura de su texto?
Presenta de manera general la persistencia del teatro La Candelaria en el tiempo, su
memoria, no solo con materia del hacer histórico del pasado, sino con materia de su
hacer estético en el presente; su compromiso con la realidad política y social, su
metodología de creación colectiva; confrontando el pasado y el presente del grupo, para
observar cómo su proyecto estético inicial logra mantenerse y sobrevivir en un contexto
teatral diferente.
Fragmentos Destacados:
Esquivel (2014) expone:
El Nuevo Teatro toma como objetivo primordial integrar las clases populares al hecho
estético, un propósito que se manifiesta en la selección de las obras a realizar, todas con
un claro interés por la temática histórica, social y política del país. Este movimiento
privilegia una estética popular basada en tradiciones y memorias conocidas que
pudiesen mediar en el reconocimiento de una identidad colectiva. Ante la escasez de
autores nacionales, el Nuevo Teatro impulsa la necesidad de contar con autores propios
y formular una dramaturgia nacional, así como por hacer del teatro una tarea cada vez
más colectiva (Pág. 38).
Esquivel (2014) explica que:
A través de la Corporación Colombiana de Teatro (CCT), La Candelaria logra concretar
vínculos más estrechos con otras organizaciones de la clase obrera y plantear eventos
como los ya mencionados sábados obreros. Este acercamiento produce un encuentro real
con un público considerado ideal con sus intereses y necesidades, en ese momento se
aclaraba para ellos el perfil del teatro que venían buscando (Pág. 38).
Esquivel (2014) plantea que:
Eliminar las jerarquías al interior del grupo de trabajo era la manifestación misma de la
utopía socialista, del deseo de hacer del teatro un elemento a favor de una sociedad más
libre e igualitaria. Las temáticas de las obras comúnmente se referían a problemáticas
sociales como el desplazamiento del campesinado a las ciudades, los movimientos
populares, las huelgas, la violencia, entre otras situaciones particulares (Pág. 45).
Esquivel (2014) manifiesta que:
Trabajar de manera colectiva era atacar el poder individual, creer en que la unión hace la
fuerza y confiar en que diez cabezas piensan más que una. La Candelaria asume la
estructura grupal como la mejor manera de fortalecer y enriquecer su trabajo, además de
considerar, que solo en el interior de un grupo es donde el actor puede encontrar su
identidad artística e ideológica (Pág. 57),
Esquivel (2014) declara:
Un grupo organizado era también la fórmula idónea para luchar contra el abandono al
que el teatro estaba condenado por parte de los entes culturales establecidos. El hecho
de hacer un teatro que no estaba inscrito en lo institucional les otorgaba también un
carácter. En palabras de Buenaventura: “al asumir las formas de subsistencia materiales
y artísticas el grupo asume también un carácter independiente, agudiza su carácter
crítico y encara su contexto político-social” (Pág. 57).
Esquivel (2014) presenta que:
A partir de 1972, el objetivo del grupo es apostar por la creación colectiva, crear sus
propias obras y acercar el teatro a las necesidades e inquietudes de las clases populares.
Para cumplir con esta misión el grupo elige narrar mayormente los acontecimientos de
las obras desde el punto de vista del pueblo, determinándolo como el sujeto privilegiado
de sus primeras creaciones. Aunque el reparto de las obras cuenta con diversos
personajes, su tratamiento es totalmente indiferenciado, todos están representando una
sola entidad colectiva: el pueblo (Pág. 70).
Esquivel (2014) afirma:
La Candelaria estaba creando una nueva tradición teatral en Colombia, la del teatro
hecho grupo y la de la creación colectiva, que aunque no la inventaron por ellos, fue
defendida y legitimada como un potente medio para la creación teatral. Este sistema de
trabajo tenía muchos opositores, personas que no podían concebir el teatro sin el
estatuto de un autor individual. Sin embargo, en un contexto donde el ideal de una
sociedad más justa tenia resonancia, La Candelaria le otorga al teatro popular una nueva
fisonomía y prácticamente inaugura el movimiento del teatro moderno en Bogotá (Pág.
82).
Esquivel (2014) expone:
En este marco el concepto de lo popular como expresión del pueblo cobra otra
dimensión, No solo es tomado desde un punto de vista ideológico, el de un contexto
socio-político en que las clases populares son explotadas y oprimidas, sino que se
profundiza en su naturaleza lúdica y anárquica. En otras palabras, lo popular se
reconoce como un pode subversivo no solo en un nivel político y social, sino cultural y
estético (Pág. 84).
Esquivel (2014) cita a García (2002) quien expone:
El arte verdadero siempre ligado a los intereses populares, no por ser “populares” sino
sobre todo porque son profundos, bases de la estructura social, busca, en un proceso
creativo inagotable, recuperar y revelar esa memoria, de modo que en cada intento de
“tocar” la historia, directa o indirectamente, es un acto de epifanía que va más allá del
material histórico de la realidad, de suerte que en la relación obras – público se establece
una profunda complicidad de revelaciones mutuas (Pág. 92).
Esquivel (2014) explica que:
La colectividad en La Candelaria no se da solo en el escenario, en los ensayos y
funciones. El carácter solidario que el grupo ha desarrollado trasciende los límites del
teatro para extenderse también a sus vidas que, en gran parte, han estado dedicadas a
este proyecto en común. La rutina diaria de los miembros de la Candelaria transcurre
más o menos así: ensayan de lunes a viernes de nueve a una de la tarde
aproximadamente, en su sede ubicada en la Calle 12 No. 2-59 en el barrio del mismo
nombre (La Candelaria) en pleno centro histórico de Bogotá. Finalizando el ensayo,
comparten el almuerzo en el bar-cafetería del teatro, allí tejen la otra parte de su vida en
común, encontrándose no solo con el compañero, sino con el amigo, el hermano.
Muchas semanas al año se reencuentran de nuevo a las seis de la tarde, de miércoles a
sábado, para preparar la función de la obra que tengan en repertorio en ese momento. Y
así, más o menos iguales, transcurren sus días y sus noches desde hace más de cuarenta
años (Pág. 147).
Referencia de la fuente leída (aplicando las normas APA)
Esquivel, C. (2014). Teatro la Candelaria: memoria y presente del teatro colombiano.
Recuperado de
https://www.tdx.cat/bitstream/handle/10803/283533/ce1de1.pdf;jsessionid=3963A66EE
7D4A4B6BCF290AAE4A46455.tdx1?sequence=1&fbclid=IwAR3YyFi4YtfpLRlTnYb
B_8mGd0xgtAR1ww1_BvSbjgFXgbm9CL8tLeqPRbY

Título del artículo y/o fuente leída Teatro La Candelaria: Rasgos de una
Dramaturgia Nacional
Nombres y Apellidos del Autor del Catalina Esquivel
artículo y/o fuente leída

Año de la publicación 2010

Lugar de Publicación: Barcelona – España


Tesis principal del autor:

Descubrir cómo se ha forjado un proyecto en el mundo escénico colombiano que,


propone una identidad nacional aglomerada y singular, materializada en una
dramaturgia nacional. A partir de observar los lineamientos ideológicos, estéticos y
prácticos en los que se ha basado el teatro la Candelaria para formar lo que ellos llaman:
rasgos una dramaturgia nacional; incluyendo un análisis dramatúrgico de sus obras, en
las que se pueden evidenciar los temas, motivos y tendencias que la candelaria ha puesto
en escena en relación con el espectador y el contexto en el que se desenvuelve, tomando
en consideración sus producciones que van desde 1972 a 1997.

¿Por qué esta fuente es útil para la escritura de su texto?


Brinda una indagación de la labor artística del teatro La Candelaria, haciendo un breve
recuento de su trayectoria, las etapas que ha recorrido dentro del desarrollo histórico del
teatro colombiano y el análisis de su dramaturgia, con el fin de identificar sobre qué
temas y motivos la candelaria ha sustentado la búsqueda de una dramaturgia nacional,
estableciendo las influencias y posibilidades que tiene ésta agrupación dentro del
panorama del teatro Bogotano contemporáneo. Del mismo modo, refleja cómo el teatro
La Candelaria se ha centrado en el desarrollo de una dramaturgia nacional que da cuenta
del contexto colombiano y que constituye una identidad cultural colombiana y
latinoamericana.
Fragmentos Destacados:
Esquivel (2010) plantea:
Creemos que hasta que el teatro en América latina no se recree en sí mismo y se
abastezca de su propio trabajo dramatúrgico, teórico, crítico y estético, seguirá tras las
huellas de modelos hegemónicos que le han trazado el camino previamente. Las causas
del conflicto podrían encontrarse en los siglos de colonización y total dependencia
política, económica y cultural. No es fácil reconstruir una cultura constituida en esencia
por el dominio y la colonización de la que ha sido víctima, inscribiendo por naturaleza
unos valores servilistas engendrados por sus antepasados y que han sido reforzados
constantemente por todos los estamentos del poder (Pág. 5).
Esquivel (2010) declara que:
Un territorio que no reconoce su identidad en su propia cultura es un territorio invisible.
Y es ésta defensa de la identidad propia, la que ha desencadenado los acontecimientos
más sustanciales en la historia de los diferentes proyectos artísticos que han surgido en
el continente, y entre ellos, los que tienen que tienen que ver con el teatro. Esta
búsqueda permanece sin embargo como una constante. Sus orígenes extraviados se han
visto desde un principio (principio impuesto por la civilización) enfrentados a lo
foráneo. Creemos que el arte, en sus distintas manifestaciones artísticas como fiel
sustento de la cultura, es un suelo fértil para un posible renacimiento americano (Pág.
5).
Esquivel (2010) citando a García, aclara:
La diferencia entre las creaciones colectivas europeas y norteamericanas con las
latinoamericanas es la funcionalidad de las obras. En los países desarrollados la
Creación Colectiva es ante todo una forma de revitalizar el teatro; en los países del
tercer mundo la Creación Colectiva, es una búsqueda estética. Es esencialmente una
respuesta a las necesidades sociales, políticas, económicas y culturales. La Creación
Colectiva se adapta a la escasez económica del medio; limitante que obliga a los grupos
a depender solamente de sus recursos humanos. Es un rechazo a la división del trabajo y
a la especialización que permite que empresarios se apropien del hecho artístico con
fines comerciales. A nivel político significó la incorporación del pueblo en el proceso
creativo y la desacralización del arte (Pág. 32).
Esquivel (2010) Expone que “Cuando la candelaria se propone desarrollar una
“dramaturgia nacional” que derive en el fortalecimiento de un “teatro nacional” su
interés central está en contribuir al reconocimiento de una “identidad cultural”
Colombiana y Latinoamericana” (Pág. 34).
Es importante entender que:
La Candelaria se plantea la construcción de imágenes “que sean capaces de contener
una realidad vasta, histórica (aspecto diacrónico) y al mismo tiempo de colaborar en este
proceso de transformación de la sociedad al ir conformando la identidad nacional
(aspecto sincrónico)”. Partiendo de esta dinámica de la cultura deviene natural que el
hombre americano pueda producir una cultura que a su vez influya en otras. Que pase de
ser una cultura de la recepción a una de producción. Y que ese estado de creación
constante sea el que delimite el sustrato de una identidad nacional (Pág. 35).
Esquivel (2010) manifiesta que:
Tomar el colectivo La Candelaria como el grupo insigne de la historia del teatro
Colombiano es apenas natural. Próxima a cumplir 45 años de labor ininterrumpida,
aparece como la agrupación teatral más antigua de Latinoamérica todavía en activo. La
fundación de la candelaria no sólo marca el inicio del teatro moderno en Colombia, sino
también el momento más fructífero del teatro Colombiano. pionera en el movimiento
impulsor del “Nuevo Teatro”, la candelaria se ha identificado a lo largo de su recorrido
con un objetivo principal: la búsqueda de una dramaturgia nacional (Pág. 95).
Esquivel (2010) explica:
El proyecto institucional de un teatro nacional suele ser entendido efectivamente como
un teatro público, pero el teatro nacional del que habla La Candelaria es entendido en
cambio como un teatro para el público. La Candelaria apenas si ha contado con mínimos
aportes por parte del estado. No se trata de una diferencia menor. Un teatro para el
público es un teatro con un interés directo en lo popular. La candelaria no expresa una
preocupación circunstancial, sino esencial con el pueblo y lo popular (Pág. 95).
Esquivel (2010) esclarece que:
Al inscribir su trabajo directamente en el contexto en el que convive con su público, La
Candelaria genera sus montajes utilizando distintos filtros a través de los cuales la
realidad histórica es cuestionada, y esos filtros diversos constituyen también etapas
distintas en su trayectoria. Estas etapas pueden agruparse en tres períodos: el de una
preocupación por a) la realidad histórica, b) una preocupación por la historia cultural, y
c) una aproximación metafórica sobre la realidad urbana (Pág. 97).
Referencia de la fuente leída (aplicando las normas APA)
Esquivel, C. (2010). Teatro La Candelaria: Rasgos de una Dramaturgia Nacional.
Recuperado de
https://www.recercat.cat/bitstream/handle/2072/97278/Catalina%20Esquivel.pdf?seque
nce=1&fbclid=IwAR0XCYfBdi4Sz1x_U6_4aU8jSfG_VufAicJhPzMva2GjjoIyCne6txd
w1k
3.2 REFERENCIAL

Título del artículo y/o fuente leída Santiago García, el arquitecto del teatro
colombiano.
Nombres y Apellidos del Autor del Paola Moreno
artículo y/o fuente leída
Año de la publicación 2016
Lugar de Publicación: Colombia
Tesis principal del autor: Hace un homenaje al fundador del teatro La
Candelaria: Santiago García, hombre que cambió la manera de pensar las artes
escénicas en Colombia. Describiendo su papel como arquitecto de una
dramaturgia nacional y su importancia en el método de la creación colectiva.
¿Por qué esta fuente es útil para la escritura de su texto?
Permite tener una referencia clara del valor significativo de Santiago García en su
labor por la construcción del teatro en Colombia y, en específico del teatro La
Candelaria. Del mismo modo, presenta de manera simplificada el contexto en el
que se creó dicho teatro, la dramaturgia nacional y la metodología de la creación
colectiva; señala algunas de sus obras para entender lo que las caracteriza, y
complementa con algunos comentarios de sus mismos compañeros, integrantes del
teatro. Lo que sirve de base para el desarrollo de mi trabajo.
Fragmentos Destacados:
Moreno (2016) señala:
Corrían los años sesenta. Meses antes se había abierto en el centro de Bogotá el
Coliseo de la Cultura, como le llamaron a la ampliación de la Biblioteca Luis
Ángel Arango. Ese mismo año Camilo Torres, sacerdote y militante del ELN,
murió en su primer combate con el ejército. En medio de un conflicto que
acrecentaba el arte se abrió un espacio en la capital. Fue así como el 6 de junio de
1966, a las 6:00p.m., Santiago García fundó La Casa de la Cultura en el barrio La
Candelaria, Bogotá (Pág. 1).
Moreno (2016) citando a Badillo, plantea:
“Vivir en un país como este, en una sociedad que descree de todo, que descree de
lo propio, y construir y mantener un proyecto como este, me parece un acto
poético hermoso. Es mirar el mundo y universalizarse a partir de esta sociedad”,
menciona el dramaturgo César Badillo. En ese día de junio, en medio de un país
que se iba consumiendo por el conflicto, García, de la mano de actores como
Patricia Ariza, Vicky Hernández, Miguel Torres, Gustavo Angarita, Carlos José
Reyes, Francisco Martínez, entre otros, inauguró la Casa de la Cultura con la
obra Soldados (Pág. 1).
Moreno (2016) aclara que:
La Casa de la Cultura pasó a llamarse el Teatro La Candelaria en 1968. Para esa
época García ya era un nombre reconocido en la escena teatral. Sin embargó,
decidió arriesgarse y apostarle a una nueva forma de hacer teatro: la creación
colectiva. Un método donde el director se convierte en una especie de espectador
calificado y los actores son los encargados de crear las escenas y personajes.
García decía que con ese método podía despojarse de sentirse como un director,
como el centro de la creación (Pág. 3).
Moreno (2016) manifiesta:
En marzo de 2012, la UNESCO, a través del Instituto Internacional del Teatro
(ITI), reconoció a Santiago García como Embajador Mundial del Teatro,
convirtiéndose en el primero colombiano en portar esa distinción. “Gracias por la
invitación como embajador. Acepto, pero les quiero decir, con todo el respeto, que
no creo que a estas alturas pueda aprender a ser un buen diplomático. Qué pena si
los hago quedar mal en el exterior, siempre me he caracterizado más bien por ser
imprudente”, dijo García el día en que se celebró el reconocimiento, ante
aproximadamente 250 que se reunieron en el teatro La Candelaria (Pág. 4).
Moreno (2016) expresa que:
La preocupación por la realidad del país, la consolidación de una dramaturgia
nacional y el aporte de cada una de sus creaciones individuales y colectivas son
algunas de las razones por las que Santiago García es considerado uno de los
nombres más representativos cuando se habla del teatro latinoamericano (Pág. 4).
Referencia de la fuente leída (aplicando las normas APA)
Moreno, P. (2016). Santiago García, el arquitecto del teatro colombiano. Revista
Arcadia. Recuperado de https://www.revistaarcadia.com/teatro/articulo/santiago-
garcia-teatro-la-candelaria-50-anos/49636?fbclid=iwar2cf-zirnus-kxyzxdnc3zk-
iwuo8tbb6oplxm8xnmtff-6z6xdijwi9yy

Título del artículo y/o fuente leída Teatro La Candelaria: la creación


colectiva como proyecto estético –
político.
Nombres y Apellidos del Autor del Leticia Robles Moreno
artículo y/o fuente leída
Año de la publicación 2012
Lugar de Publicación: Colombia
Tesis principal del autor: Hace un homenaje al fundador del teatro La
Candelaria: Santiago García, hombre que cambió la manera de pensar las artes
escénicas en Colombia. Describiendo su papel como arquitecto de una
dramaturgia nacional y su importancia en el método de la creación colectiva.
¿Por qué esta fuente es útil para la escritura de su texto?
Permite tener una referencia clara del valor significativo de Santiago García en su
labor por la construcción del teatro en Colombia y, en específico del teatro La
Candelaria. Del mismo modo, presenta de manera simplificada el contexto en el
que se creó dicho teatro, la dramaturgia nacional y la metodología de la creación
colectiva; señala algunas de sus obras para entender lo que las caracteriza, y
complementa con algunos comentarios de sus mismos compañeros, integrantes del
teatro. Lo que sirve de base para el desarrollo de mi trabajo.
Fragmentos Destacados:
Moreno (2016) señala:
Corrían los años sesenta. Meses antes se había abierto en el centro de Bogotá el
Coliseo de la Cultura, como le llamaron a la ampliación de la Biblioteca Luis
Ángel Arango. Ese mismo año Camilo Torres, sacerdote y militante del ELN,
murió en su primer combate con el ejército. En medio de un conflicto que
acrecentaba el arte se abrió un espacio en la capital. Fue así como el 6 de junio de
1966, a las 6:00p.m., Santiago García fundó La Casa de la Cultura en el barrio La
Candelaria, Bogotá (Pág. 1).
Moreno (2016) citando a Badillo, plantea:
“Vivir en un país como este, en una sociedad que descree de todo, que descree de
lo propio, y construir y mantener un proyecto como este, me parece un acto
poético hermoso. Es mirar el mundo y universalizarse a partir de esta sociedad”,
menciona el dramaturgo César Badillo. En ese día de junio, en medio de un país
que se iba consumiendo por el conflicto, García, de la mano de actores como
Patricia Ariza, Vicky Hernández, Miguel Torres, Gustavo Angarita, Carlos José
Reyes, Francisco Martínez, entre otros, inauguró la Casa de la Cultura con la
obra Soldados (Pág. 1).
Moreno (2016) aclara que:
La Casa de la Cultura pasó a llamarse el Teatro La Candelaria en 1968. Para esa
época García ya era un nombre reconocido en la escena teatral. Sin embargó,
decidió arriesgarse y apostarle a una nueva forma de hacer teatro: la creación
colectiva. Un método donde el director se convierte en una especie de espectador
calificado y los actores son los encargados de crear las escenas y personajes.
García decía que con ese método podía despojarse de sentirse como un director,
como el centro de la creación (Pág. 3).
Moreno (2016) manifiesta:
En marzo de 2012, la UNESCO, a través del Instituto Internacional del Teatro
(ITI), reconoció a Santiago García como Embajador Mundial del Teatro,
convirtiéndose en el primero colombiano en portar esa distinción. “Gracias por la
invitación como embajador. Acepto, pero les quiero decir, con todo el respeto, que
no creo que a estas alturas pueda aprender a ser un buen diplomático. Qué pena si
los hago quedar mal en el exterior, siempre me he caracterizado más bien por ser
imprudente”, dijo García el día en que se celebró el reconocimiento, ante
aproximadamente 250 que se reunieron en el teatro La Candelaria (Pág. 4).
Moreno (2016) expresa que:
La preocupación por la realidad del país, la consolidación de una dramaturgia
nacional y el aporte de cada una de sus creaciones individuales y colectivas son
algunas de las razones por las que Santiago García es considerado uno de los
nombres más representativos cuando se habla del teatro latinoamericano (Pág. 4).
Referencia de la fuente leída (aplicando las normas APA)
Robles, L. (2016). Teatro La Candelaria: la creación colectiva como proyecto
estético – político. Recuperado de https://clacsnyublog.com/2012/07/18/teatro-la-
candelaria-la-creacion-colectiva-como-proyecto-estetico-
politico/?fbclid=IwAR0Ija1E4Lai19bA0Al8QpbIKIAx-CBqQXrHRFzt5WlqKi5A3f70UyikfWo

Título del artículo y/o fuente leída Memoria y vanguardia en el teatro La


Candelaria a propósito de su
quincuagésimo aniversario.
Nombres y Apellidos del Autor del Catalina Esquivel
artículo y/o fuente leída
Año de la publicación 2015
Lugar de Publicación: Bogotá - Barcelona
Tesis principal del autor: Elabora una reflexión enfocada en la relación que se
teje entre memoria y creación en el trabajo realizado del teatro La Candelaria,
especialmente en sus producciones y obras a partir del nuevo milenio. Teniendo en
cuenta los conceptos de memoria y vanguardia, analizando que es la tensión
particular entre ambos términos lo que sitúa la poética actual del grupo dentro de
los parámetros del teatro contemporáneo.
¿Por qué esta fuente es útil para la escritura de su texto?
Atiende a las producciones más recientes hechas por el Teatro La Candelaria,
durante la primera década del siglo XXI. Así mismo, se puede evidenciar cómo La
Candelaria se vincula a las practicas del teatro pos moderno y principalmente a las
que tienen que ver con un teatro de lo real, considerando que el pasado histórico
del grupo se interpreta como una memoria que interviene en la apropiación de un
teatro pos dramático y autorreferencial, haciendo producciones de una poética
particular, cuya característica esencial es la tensión entre pasado y presente. Por lo
que brinda un contexto y una perspectiva general de la construcción de memoria y
el concepto de vanguardia dentro del colectivo, permitiendo tener una referencia
clara y entender la importancia de los conceptos en el grupo.
Fragmentos Destacados:
Esquivel (2015) Plantea que:
La memoria cultural es aquella que La Candelaria confronta ampliamente en sus
inicios, en obras como Nosotros los comunes (1972) o Guadalupe años sin cuenta
(1975). Piezas en las que la memoria cultural es cuestionada a partir de una
memoria narrativa, no institucional. Con esta confrontación, el grupo buscaba
reconstruir una memoria cultural en la que el pueblo es quien se apodera del
acontecimiento histórico y lo re-escribe desde su punto de vista, para así
apropiarse mejor de una identidad nacional (Pág. 4).
Esquivel (2015) declara:
La defensa de una identidad nacional o local ya no se proyecta hacia un horizonte
revolucionario y de emancipación, sino que se dirige más bien hacia la
diferenciación y el acople. El acento ya no está puesto en un teatro histórico, sino
en un teatro que pretende construir memoria. Como lo plantea Alicia del Campo:
La memoria aparece así como único reducto desde el cual articular discursos
utópicos que más que proponer grandes proyectos buscan reconstituir los espacios
de pertenencia cultural amenazados por la globalización cultural como correlato
de la globalización económica y tecnológica y el progresivo debilitamiento del
poder de los estados nacionales frente a los grandes conglomerados
transnacionales (2001, p. 77) (Pág. 5).
Esquivel (2015) expone que:
La memoria es más un espacio para la resistencia que para la liberación.
Efectivamente, uno de los rasgos más sobresalientes del hombre posmoderno es la
expropiación que sufre de su propia realidad, y por ende, de su propio espacio -
tiempo. El fracaso del ideal modernista deja al hombre ante la dificultad de
proyectarse hacia el futuro, mientras que los continuos avances de la ciencia, la
tecnología y la comunicación le hacen imposible apropiarse del presente. Bajo
estas circunstancias el pasado, la memoria, se presenta como un territorio “seguro”
al que siempre se puede recurrir (Pág. 5).
Esquivel (2015) explica:
Podemos llamar la memoria que se ha forjado en el interior del grupo, memoria
comunicativa, es decir, aquella que no está institucionalizada sino que corresponde
a las vivencias propias del individuo. Volviendo a Assmann, “la memoria
comunicativa abarca recuerdos relacionados con el pasado reciente. Son recuerdos
que el individuo comparte con sus contemporáneos. El caso típico es la memoria
generacional. Históricamente esta memoria corresponde al grupo; surge en el
tiempo y se extingue con él, mejor dicho, con sus portadores” (2011, p. 49) (Pág.
5).
Esquivel (2015) manifiesta que:
Es así como la memoria se convierte en el sustrato principal a través del cual el
grupo abre las puertas hacia una nueva teatralidad, aquella que crea una
experiencia común entre actores y espectadores. Un teatro vivo que transcurre en
un aquí y ahora esencial (Pág. 6).
Esquivel (2015) señala:
Que las temáticas de las recientes obras giran como siempre en torno a los
conflictos que embargan a la sociedad colombiana. Las obras de La Candelaria
son sin duda un testimonio de la memoria del país, o quizá, de su desmemoria. Si
nos preguntáramos por qué La Candelaria no cambia de tema, tendríamos que
preguntarnos por qué Colombia no ha logrado cambiar de tema en los últimos
cincuenta años (Pág. 8).
Esquivel (2015) aclara que “el grupo ha sabido moverse entre la memoria y la
vanguardia para encontrar la expresividad que siempre lo ha caracterizado:
auténtica y ajustada a la realidad” (Pág. 8).
Esquivel (2015) afirma “Aunque La Candelaria haga memoria nunca va hacia
atrás, siempre hacia delante. No para conquistar las primeras posiciones, sino para
construir su propia ruta, ojala inédita, hacia el imaginario infinito del espectador”
(Pág. 8).

Referencia de la fuente leída (aplicando las normas APA)


Esquivel, C. (2015). Memoria y vanguardia en el teatro La Candelaria a propósito
de su quincuagésimo aniversario. Revista U. distrital. Recuperado de
https://revistas.udistrital.edu.co/index.php/c14/article/view/10984
4. CONTEXTO Y ABORDAJE DE LA PROBLEMÁTICA

4.1 CARACTERIZACIÓN

La Candelaria se encuentra ubicada en el centro oriente de la ciudad de Bogotá. Es la


localidad número 17, está conformada por los barrios: la Catedral, la Concordia, las Aguas,
Centro Administrativo, Egipto, Belén, San Francisco Rural, Nueva Santa fe y Santa
Bárbara. Es reconocida no solo porque fue el lugar donde se fundó la ciudad el 6 de agosto
de 1538 y se construyó la primera iglesia; sino también por su arquitectura colonial, calles
estrechas, ambiente pintoresco y sitios de interés cultural y tradicional lo que la convierte
en una zona declarada como monumento nacional, principal Centro Histórico de Bogotá y
en un importante centro turístico, educativo y comercial.
La Candelaria es la localidad más pequeña de Bogotá en extensión pero más grande en el
desarrollo histórico - cultural de la ciudad, pues cuenta con instituciones de carácter
político, grupos artísticos, museos, centros de investigación, teatros, bibliotecas y
universidades, en las que principalmente destacan: la Plaza de Bolívar, el Chorro de
Quevedo, la biblioteca Luis Ángel Arango, el museo de Arte Colonial, el teatro La
Candelaria, el Archivo General de la Nación, entre otros. Estos, permiten entender el valor
significativo de este maravilloso epicentro para conocer y relatar la historia de la ciudad.
El teatro La Candelaria, nombrado así por su ubicación en la localidad, pero también
porque es el teatro que pertenece a la zona, se encuentra ubicado exactamente en la Calle
12 No. 2-59. Es creado en la ciudad de Bogotá en el año 1966 por un grupo de artistas e
intelectuales independientes provenientes de la Universidad Nacional, liderado por
Santiago García. El grupo inicia sus procesos artísticos en un galpón ubicado en la calle 20
y recibe el nombre de Fundación Casa de la Cultura1, que opera durante dos años junto con
otras disciplinas artísticas. En 1968, el colectivo se muda a una casa colonial ubicada en el
barrio La Candelaria y allí adecúa una sala para 250 espectadores. Desde ese momento
toma el nombre: El Teatro La Candelaria (Quiroz, 2016).
El teatro La Candelaria es un espacio popular abierto a todo el público; en varias ocasiones
las obras realizadas son de entrada libre con boleta, y las que no, su precio oscila entre
28.000$ y 15.000$, quedan a mitad de precio para los estudiantes, profesores y adultos
mayores. Algunas veces, a través de las redes sociales (Facebook) hacen concursos para
rifar boletas -pases dobles dando la oportunidad de que varias personas puedan participar
en las funciones. El teatro hace todo lo posible para que la mayoría de obras queden con
entrada libre o lo más económico que se pueda, pero resulta ser algo complicado por lo que
es un teatro independiente.
Al adentrase allí se encontraran cuadros, afiches y carteles colgados por los pasillos del
teatro que demuestran las obras, los personajes, las historias y el trabajo realizado por el
colectivo; se rodea de varios detalles florales y numerosas plantas que dan a el lugar un
ambiente tranquilo y sereno; en el centro del teatro hay una fuente sin funcionar, su piso es
empedrado y sus puertas son de madera lo que hacen del sitio un espacio más atractivo y
acogedor con características coloniales; cuenta con un restaurante – bar donde se reúnen los
miembros de La Candelaria a ensayar, almorzar y compartir, del mismo modo, sirve para
que el público tome una pequeña merienda o un café antes de ingresar a la sala, pues dentro
de ésta no se puede consumir ningún alimento, es por esto que algunas veces el teatro tiene
ciertos olores a comida. La sala es amplia, tiene capacidad para 180 espectadores, las sillas
son cómodas y desde todos los lugares se puede ver perfectamente la obra que se esté
presentando, pues cuanta con los elementos adecuados para la buena realización de las
producciones teatrales: vestuarios, instrumentos, sonidos, luces, cortinas, además de muy
buenos actores.
La distribución del teatro es muy acertada, pues las personas tienen la posibilidad de
interactuar, conversar y leer en varios lugares como los pasillos, el jardín, el restaurante, las
banquitas y la propia sala ya que el teatro cuenta con espacios amplios para el público.
El grupo del teatro La Candelaria está conformado por artistas, expertos en las artes
escénicas como lo son: Patricia Ariza, Francisco Martínez, Fernando Mendoza, Luis
Hernando Forero, Cesar Badillo, Rafael Giraldo, Carmiña Martínez, Alexandra Escobar,
Libardo Flórez, Nhora González, entre otros, además de los colaboradores de luces y
sonidos, administrativos y de servicios, quienes participan colectivamente en la creación de
las obras donde el aporte de cada uno es válido según los roles de producción del
espectáculo: dramaturgia, escenografía, música, vestuario, máscaras, investigación, etc.
Están organizados no de forma jerárquica sino por un vínculo que va más allá de la labor
teatral, como lo plantea Esquivel (2014):
La colectividad en La Candelaria no se da solo en el escenario, en los ensayos y funciones.
El carácter solidario que el grupo ha desarrollado trasciende los límites del teatro para
extenderse también a sus vidas que, en gran parte, han estado dedicadas a este proyecto en
común. La rutina diaria de los miembros de la Candelaria transcurre más o menos así:
ensayan de lunes a viernes de nueve a una de la tarde aproximadamente, en su sede ubicada
en la Calle 12 No. 2-59 en el barrio del mismo nombre (La Candelaria) en pleno centro
histórico de Bogotá. Finalizando el ensayo, comparten el almuerzo en el bar-cafetería del
teatro, allí tejen la otra parte de su vida en común, encontrándose no solo con el compañero,
sino con el amigo, el hermano. Muchas semanas al año se reencuentran de nuevo a las seis
de la tarde, de miércoles a sábado, para preparar la función de la obra que tengan en
repertorio en ese momento. Y así, más o menos iguales, transcurren sus días y sus noches
desde hace más de cuarenta años (Pág. 147).
Las personas que conforman el grupo son sencillas, amables y tienen una energía que
emana calma y tranquilidad por lo que se puede conversar con cualquier integrante del
grupo fácilmente, sintiéndose seguro y en confianza. A pesar de que todos son veteranos, el
teatro sigue teniendo un ambiente agradable de alegría, risas, compañerismo y alta
profesionalización. Ellos posibilitan que en sus obras se vean reflejas todas estas
características, además de que se evidencia un trabajo arduo, de dedicación y paciencia,
pues la realización de sólo uno obra de teatro dura alrededor de dos años.
Las muestras escénicas hechas por el teatro La Candelaria generalmente se refieren a temas
que le competen a los sectores populares y al público local, se dedican a hacer un teatro
para el pueblo tocando asuntos como la violencia, la libertad, las huelgas, los movimientos
populares, las migraciones campesinas a la ciudad, y muchos otros; abordados desde
diferentes perspectivas estéticas.
Las obras de teatro se llevan a cabo en su mayoría en las horas de la noche, lo que trae
problemas para la gente que vive lejos ya que en el sector de la Candelaria no hay mucho
transporte público, por lo tanto es bueno llegar al teatro en alternativas de transporte como
la bicicleta, patines o patinetas, además de que dentro del teatro es posible guardarlos bajo
la responsabilidad de cada persona.
En sus obras no solo participan los actores sino también los espectadores, puesto que
brindan la posibilidad de que al final de cada presentación se puedan hacer preguntas,
comentarios y se desarrolle un dialogo sobre lo que se entendió de la muestra teatral. Por
otro lado, en este lugar además de realizar obras de teatro, también se elaboran
performance, charlas, conferencias o festivales como el Festival de mujeres en escena por
la paz, dirigidos a todo el público interesado, pues son eventos de carácter gratuito, donde
la mayor participación es de jóvenes y estudiantes debido a que alrededor del teatro hay
varias sedes universitarias, pero también hay variedad de lugares de esparcimiento como
restaurantes, bares, el Chorro de Quevedo, entre otros.
El teatro La Candelaria cuenta con una fachada llamativa por sus colores, formas y
arquitectura, esto resulta atractivo para la gente, especialmente para los extranjeros. Lo que
permite que la gente que desconoce sobre el teatro, se acerque, pregunte y conozca un poco
más sobre la labor que cumple el teatro La Candelaria dentro de la comunidad.

4.2 ESTRATEGIAS UTILIZADAS EN EL PROYECTO

Con el fin de dar respuestas con argumentos tanto a los objetivos específicos como al
general, se usaran las siguientes estrategias:
1. Observación: Se realizará una observación investigativa que no se limite al sentido
de la vista, sino que se haga uso de todos los sentidos. Esto, con la intención de:
explorar y describir ambientes y aspectos de la vida social dentro del teatro La
Candelaria; entender los procesos que se requieren para la realización de obras
teatrales y las vinculaciones entre los miembros del grupo; identificar problemas
sociales relacionados con las artes escénicas y generar hipótesis sobre la temática.
Teniendo una participación activa dentro de la indagación.
2. Entrevistas: Se harán tres entrevistas semiestructuradas para tener la posibilidad de
intercambiar ideas y opiniones, agregar preguntas, esclarecer conceptos y obtener
mayor información. Compuestas por preguntas generales, preguntas de opinión y
preguntas de antecedentes sobre el teatro La Candelaria, con el objetivo de tener
algunas bases argumentadas para elaborar las hipótesis, pues las entrevistas se harán
a integrantes del grupo de teatro con experiencia en la labor.
3. Marcos de referencia: Permiten tener fundamentos sobre el asunto abordado ya que
determinan, exponen y recopilan los antecedentes y teorías de un tema de estudio, en
este caso, del teatro La Candelaria, lo cual permite identificar vacíos e interrogantes
por explorar que pueden justificar el proyecto y, posibilita reconocer textos teóricos
que se consolidan para apoyar las hipótesis y sustentar el proyecto de investigación.
4. Fotografías: Las fotografías sirven como evidencia y testimonio del trabajo y los
procesos realizados dentro del grupo de teatro La Candelaria, muestran el ambiente
físico y social del colectivo, como la arquitectura, el entorno, las prácticas, los
elementos usados en las obras, los afiches y cuadros, los patrones de vinculación,
entre otros. Es una herramienta de ayuda que refleja la realidad de forma más
profunda.
Con la ayuda de las estrategias mencionadas se busca sustentar el proyecto de
investigación de forma clara, concisa y fundamentada

5. HIPÓTESIS
5.1 OBJ. ESP 1

Reconocer la importancia que tiene el teatro La Candelaria como dinamizador


crítico, donde el teatro facilita un espacio de creación colectiva y de acción política
dirigido al servicio de la comunidad.
Teniendo en cuenta el proceso del teatro la Candelaria en el acercamiento a la realidad y a
las cotidianidades de la comunidad a través de sus obras teatrales, se han recolectado
diferentes fuentes que permiten una mejor comprensión de este teatro como dinamizador
critico en la sociedad, por ejemplo:
Según Patricia Ariza, entrevistada el día 6 de marzo del 2020, plantea: El teatro y el arte
verdadero son generalmente críticos. Hay uno que no, hay uno que es complaciente, de
entretenimiento que se hace para vender. El teatro la Candelaria no hace obras artísticas
para vender, no es su finalidad. La finalidad es más bien ayudar a transformar la
mentalidad de la sociedad con la utilización de plataformas digitales; se usan mucho los
videos en las obras de teatro pues hay un interés en conectarse con las tecnologías más
contemporáneas y mirar hasta donde pueden ser utilizadas por el teatro.
De acuerdo con lo planteado por Ariza, el teatro que tiene como objetivo el entretenimiento
y la diversión no permite generar posturas críticas frente a las diferentes situaciones de la
realidad. El teatro La Candelaria, en obras como Guadalupe años sin cuenta (1975) dirigida
por Santiago García, recrea y lleva a escena la historia del primer guerrillero asesinado por
las Fuerzas Armadas del país: José Guadalupe Salcedo Unda, haciendo fuertes críticas a las
fuerzas judiciales y militares de Colombia, a el papel de la iglesia en la época y las políticas
establecidas por los gobernantes, lo que evidencia una realidad que muchos desconocen y
que pone al espectador a reflexionar y cuestionarse sobre estas instituciones, no sólo en los
años cincuenta sino también en la actualidad, como lo expresan en la obra: “Esta historia
que contamos los invita pa’ que piensen que los tiempos del pasado se parecen al
presente”.
Obras como estas, van más allá de complacer al público, lo hacen, a través de su música,
del humor, de las canciones populares, de la risa, de la obra en sí, pero es evidente que
busca generar algo más profundo en la audiencia, pues se establece un dialogo escénico con
el público donde el espectador está todo el tiempo obligado a reconstruir la historia que se
le presenta en escena y sacar sus propias conclusiones. Al inicio y al final de la obra
muestran el asesinato de Guadalupe Salcedo, pero no de la misma forma, al final ya no se
presenta como parte de un procedimiento judicial, sino como una reconstrucción teatral, por
lo que el impacto en el espectador es muy distinto al del inicio. La escena es prácticamente
igual a la primera, pero entre ambas el espectador ha tenido que reflexionar y ha sido
llevado a criticar las versiones oficiales, a ir más allá de ellas y comprender cuál es la
realidad que se esconde detrás de la “verdad oficial”. A partir de esto se generan nuevos
puntos de vista y perspectivas que posiblemente son de carácter crítico.
Guadalupe años sin cuenta es la tercer obra de creación colectiva, después de Nosotros Los
Comunes (1972) y La Ciudad Dorada (1973). Esquivel (2014) citando a García (1992)
explica:
La diferencia entre las creaciones colectivas europeas y norteamericanas con las
latinoamericanas es la funcionalidad de las obras. En los países desarrollados la Creación
Colectiva es ante todo una forma de revitalizar el teatro; en los países del tercer mundo la
Creación Colectiva, es una búsqueda estética. Es esencialmente una respuesta a las
necesidades sociales, políticas, económicas y culturales. La Creación Colectiva se adapta
a la escasez económica del medio; limitante que obliga a los grupos a depender solamente
de sus recursos humanos. Es un rechazo a la división del trabajo y a la especialización que
permite que empresarios se apropien del hecho artístico con fines comerciales. A nivel
político significó la incorporación del pueblo en el proceso creativo y la desacralización
del arte (Pág. 44).
La creación colectiva permite no solo que exista un trabajo creativo dentro del grupo,
también es una posibilidad para ver el mundo desde otra perspectiva, cuestionando los
modos de producción teatral burgués y los sistemas jerárquicos dentro de este, por lo que
el teatro se convierte claramente en un espacio de acción política, donde se genera una
mayor participación en las decisiones y en la conducción de las obras teatrales, de esta
forma se fortalece el trabajo en grupo y el carácter experimental e independiente del
colectivo y de las producciones, con el objetivo primordial de generar una comunión directa
con el espectador y la comunidad.

5.2 OBJ. ESP 2


Identificar el papel que cumple el teatro La Candelaria como alternativa de
preservación y reconstrucción de la memoria y como elemento de transformación de
realidades y percepciones, especialmente en los sectores populares.

Es claro que la memoria se puede conservar y reconstruir a partir de libros, ensayos,


noticias, periódicos, etc. Pero se hace de una forma teórica y sistemática, que resulta tediosa
para gran parte de la comunidad; a diferencia del teatro que se enfoca en lo práctico y
estético, haciendo que muchas veces los espectadores prefieran elegir las artes escénicas
como alternativa de reconstrucción y preservación de la memoria.

El teatro La Candelaria es un espacio alterno que permite realizar dichas características


relacionadas con la memoria pues en varias de sus obras se evidencia la protección de ésta
para no olvidar acontecimientos o hechos relevantes que se tiene que tener en cuenta para
entender las coyunturas actuales. Como manifiesta Esquivel (2014) citando a Campo
(2001):

La memoria aparece así como único reducto desde el cual articular discursos utópicos que
más que proponer grandes proyectos buscan reconstituir los espacios de pertenencia
cultural amenazados por la globalización cultural como correlato de la globalización
económica y tecnológica el progresivo debilitamiento del poder de los estados nacionales
frente a los grandes conglomerados transnacionales (Pág. 118).

En el caso de la obra: Memoria, una de las mejores piezas escénicas desde mi perspectiva,
se evidencia el desalojo, la violencia, las perdidas, los problemas, las tristezas y los
miedos que vivieron y enfrentaron las mujeres del campo durante el conflicto armado, una
obra que hace reflexionar y cambiar la percepción que los capitalinos tienen sobre la guerra
en Colombia, sucesos que muchos de los bogotanos ni sabían, ni se imaginaban. Pero que
también recurre a la memoria histórica y cultural, haciendo un homenaje a las mujeres que
huyen en medio de la guerra, es un acto de memoria para su no repetición y su no olvido.
¡Un nunca jamás! La memoria subsiste solo en la comunicación con los otros, en el hecho
de compartir las referencias y experiencias de un pasado común, cuando esta comunicación
se corta llega el olvido.
La obra de teatro Camilo, es otra de las piezas escénicas que recurre a la preservación y
reconstrucción de la memoria. En la obra se narran las vivencias, pasiones, conflictos y
convicciones que rodearon la vida del sacerdote y sociólogo Camilo Torres, quien al
encontrar la estigmatización de sus ideas se sintió solo y abatido y casi sin avisarle a nadie
se alistó en la guerrilla, siendo asesinado en su primer combate. Con diversas coreografías,
sonidos de tango, música experimental y música folclórica e intensos momentos
dramáticos, esta obra permite conservar las ideas y la memoria de un personaje polifónico
como lo fue Camilo Torres, pero también posibilita que el espectador conozca y
reconstruya esa memoria del personaje que tal vez tenia olvidada. Del mismo modo, ayuda
a que el público reflexione sobre la pérdida de vidas tan valiosas como la de este hombre
que quedan en lo que hubiera podido ser.

Las obras de La Candelaria son sin duda un testimonio de la memoria del país, o quizá, de
su desmemoria. Si nos preguntáramos por qué La Candelaria no cambia de tema,
tendríamos que preguntarnos por qué Colombia no ha logrado cambiar de tema en los
últimos cincuenta años, es por esto que la memoria se convierte más en un espacio para la
resistencia que para la liberación.

Como se ha mencionado, es claro que el teatro La Candelaria a través de sus obras cambia
las percepciones y realidades de la comunidad, pues ofrecen diferentes perspectivas y
puntos de vista sobre problemáticas que le competen generalmente a los sectores populares,
como el conflicto armado, los movimientos sociales, las huelgas, el gran periodo de la
violencia en Colombia, y muchos otros, que permiten que los espectadores reflexionen y se
cuestionen sobre la realidad en la que viven, conociendo su historia y entendiendo que esos
sucesos son los que construyen lo que hay en la actualidad, del mismo modo, cambian las
percepciones de lo que los sujetos entienden por guerra, libertad, memoria, colectivo, vida
y otros términos característicos y evidenciados en las obras de teatro.

Para Luis Hernando Forero, actor del teatro La Candelaria, en la entrevista realizada el 7 de
marzo del 2020: El teatro es una herramienta dentro de la rama de la cultura, donde se
puede profundizar sobre el entorno y contexto en el que vivimos, en el que hay una
cantidad de desproporciones y desigualdades. El teatro de la Candelaria cuenta con un
elemento importante: la investigación, que se ve reflejada en las obras realizadas. El teatro
la Candelaria enfocada en el campo del arte, de la artesanía, de algo que se elabora
mucho, es para que la gente reflexione de una manera distinta, de una manera que tenga
que ver con imágenes poderosas como las de las obras de arte. Éste punto de reflexión
entre más elaborado es, más le gusta a la gente y produce placer a la hora de pensar en el
teatro como un espacio artístico de cambio social.

5.3 OBJETIVO GENERAL

Demostrar el valor que tiene el teatro La Candelaria como alternativa de


transformación social de alto impacto cultural en la sociedad Colombiana.

El teatro La Candelaria transforma la sociedad a través de un proceso que primero se


evidencia en pequeña escala, en lo micro, es decir, en ciertas personas que lo perciben de
manera crítica: como un arte que crea cambios en su forma de ver el mundo, en su
pensamiento, que luego comparten y exponen dentro de su grupo social. Entre más
personas lo comprendan de esta manera mayor es la posibilidad de generar cambios a gran
escala: en lo macro, es posible, pero es un proceso que requiere de tiempo y paciencia, y
que por esto es visto como alternativa, porque existen otras formas de transformar la
sociedad de forma rápida, pero hacerlo desde la actuación, desde la obras es algo que
resulta ser todo un desafío, empero sí se trabaja constantemente se obtienen resultados
positivos en la comunidad. Así como lo expresa Patricia Ariza, directora del teatro La
Candelaria, en la entrevista realizada el día 6 de marzo del presente año:

El teatro es muy importante porque es un reflejo de la vida elaborado estéticamente. La


gente que participa en las actividades de Teatro amplía su visión de vida, de la condición
humana, de la historia, de la memoria, debido a que es un arte polisémico, que tiene
diversos sentidos e interpretaciones, de allí erradica la importancia de la práctica
artística. El teatro la Candelaria es un teatro pionero del teatro contemporáneo en
Colombia, fue el primer teatro independiente que aun sobrevive, el cual se caracteriza por:
la conformación de un grupo estable de dedicación sistemática; el invento junto con el
teatro experimental de Cali de una metodología: la creación colectiva; la adquisición de
una sala que se vuelve en un referente geográfico importante para la gente; la realización
de temporadas permanentes para el público que acostumbran a la gente al teatro y la
diversidad de obras presentadas allí; la búsqueda permanente de un público en general
pero principalmente de un público popular; la invención y creación de obras originales
que dan cuenta de la realidad colombiana.

En la actualidad, los cambios que genera el teatro son más evidentes porque los jóvenes y
las nuevas generaciones tienen otras percepciones de mundo, entienden los problemas
sociales-políticos-culturales de una manera crítica y reflexiva, esto no quiere decir que las
antiguas generaciones no lo hagan, lo hacen, pero no en su mayoría y no tienen la misma
influencia que tienen los jóvenes en la contemporaneidad. Por lo que los adolescentes
comprenden que el teatro si cumple un papel importante a la hora de generar
transformaciones en la sociedad así sea empezando desde un individuo a lo colectivo, es
por esto que la mayor participación del teatro La Candelaria es de jóvenes, como declara
Patricia Ariza: Es sorprendente porque la mayoría de público que tiene el teatro la
Candelaria es de gente joven, la mayoría absoluta.

El teatro La Candelaria se plantea la construcción de imágenes y obras que sean capaces de


contener una realidad vasta, histórica y, al mismo tiempo de colaborar en el proceso de
transformación de la sociedad al ir conformando la identidad cultural. A partir de esta
dinámica de la cultura se busca que el hombre americano pueda producir una cultura que a
su vez influya en otras. Que pase de ser una cultura de la recepción a una de producción y
que ese estado de creación constante y persistente sea el que delimite las bases de una
identidad nacional. Pues según Esquivel (2015):

Un territorio que no reconoce su identidad en su propia cultura es un territorio invisible. Y


es ésta defensa de la identidad propia, la que ha desencadenado los acontecimientos más
sustanciales en la historia de los diferentes proyectos artísticos que han surgido en el
continente, y entre ellos, los que tienen que ver con el teatro. Se cree que el arte, en sus
distintas manifestaciones artísticas como fiel sustento de la cultura, es un suelo fértil para
un posible renacimiento americano. La realidad como el hombre se presenta como sujetos
mutables y susceptibles de cambio. Y éste es el vínculo que permite una identificación, una
correspondencia con el contexto nacional, una imagen de una cultura compartida por los
ejecutantes y los espectadores, que les atañe a todos, que reafirma, contradice o polemiza
lo que allí se ve, construyendo una idea de lo que somos, fuimos o seremos (Pág. 5).
6. CONSIDERACIONES

Elegir el colectivo La Candelaria como trabajo de investigación es significativo, pues es el


grupo insigne de la historia del teatro Colombiano. Próximo a cumplir 54 años de labor
interrumpida, se presenta como la agrupación teatral más antigua de Latinoamérica todavía
en activo. La Candelaria se ha identificado a lo largo de su recorrido con un objetivo
principal: la búsqueda de una dramaturgia nacional, donde el montaje de obras cuya
escenificación implique inevitablemente una identificación concreta y especifica con las
preocupaciones urgentes e inmediatas del público asistente.
En la actualidad es importante valorar el trabajo del teatro La Candelaria, teniendo en
cuenta el papel del grupo como iniciador de la historia del teatro moderno en Colombia con
su metodología en la creación colectiva y su iniciativa por instaurar una dramaturgia
nacional con el fin de establecer una identidad cultural propia en la sociedad colombiana.
La Candelaria se ha fortalecido durante la historia para preservar una voz propia, al margen
de políticas económicas y culturales a las que poco interesa un teatro que no está hecho
para los estándares del mercado actual; para defender en su teatro lo popular y lo estético
como categorías inseparables, logrando afirmar la presencia de lo popular dentro del teatro
contemporáneo. Del mismo modo, el teatro la Candelaria es un colectivo que permanece en
constante movimiento y persistencia en la creación de obras de carácter experimental, lo
que permite indagar y conocer sobre su historia, trayectoria, y lo que piensan realizar en la
actualidad.
Finalmente, el fuerte compromiso que el grupo siempre ha expresado desde su teatro con la
realidad colombiana, se ha constituido también en un relato de la memoria del país,
evidenciándolo en sus piezas teatrales, esto resulta de gran importancia para entender la
historia del conflicto, la violencia, los desalojos, las huelgas, entre muchos otros temas que
son necesarios conocer para su no repetición.

7. BIBLIOGRAFÍA

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https://www.cityexpress.com/blog/la-candelaria-bogota-colombia
8. ANEXOS

8.1 ENTREVISTAS

Perfil de los entrevistados


a. Patricia Ariza b. Luis Hernando Forero c. Cesar Badillo
70 años 67 años 62 años
Miembro y cofundadora desde Miembro desde 1972 Miembro desde 1979
1966

Patricia Ariza: Santanderina. Dramaturga, actriz, cofundadora y directora del teatro La


Candelaria. Estudió historia del arte en la Universidad Nacional de Colombia y es doctora
honoris causa del Instituto Superior de Arte de Cuba.
Luis Hernando Forero: Bogotano. Actor del teatro La Candelaria desde 1972. Estudió en
la Escuela Nacional de Arte Dramático
Cesar Augusto Badillo: Bucaramangués. Terminó sus estudios actorales en la Escuela
Nacional de Arte Dramático en 1980, mismo año en el que ingresó al teatro La Candelaria.

1. Desde su opinión, ¿Cuál es el valor que ha tenido el teatro como alternativa de


transformación social en una sociedad como la colombiana?
a. El teatro es muy importante porque es un reflejo de la vida elaborado estéticamente.
La gente que participa en las actividades de Teatro amplía su visión de vida, de la
condición humana, de la historia, de la memoria, debido a que es un arte polisémico,
que tiene diversos sentidos e interpretaciones, de allí erradica la importancia de la
práctica artística. El teatro la Candelaria es un teatro pionero del teatro
contemporáneo en Colombia, fue el primer teatro independiente que aun sobrevive,
el cual se caracteriza por: la conformación de un grupo estable de dedicación
sistemática; el invento junto con el teatro experimental de Cali de una metodología:
la creación colectiva; la adquisición de una sala, que se vuelve en un referente
geográfico importante para la gente; la realización de temporadas permanentes para
el público que acostumbran a la gente al teatro y la diversidad de obras presentadas
allí; la búsqueda permanente de un público en general pero principalmente de un
público popular; la invención y creación de obras originales que dan cuenta de la
realidad colombiana.
b. El teatro es una herramienta dentro de la rama de la cultura, donde se puede
profundizar sobre el entorno y contexto en el que vivimos, en el que hay una
cantidad de desproporciones y desigualdades. El teatro de la Candelaria cuenta con
un elemento importante: la investigación, que se ve reflejada en las obras realizadas.
El teatro la Candelaria enfocada en el campo del arte, de la artesanía, de algo que se
elabora mucho, es para que la gente reflexione de una manera distinta, de una
manera que tenga que ver con imágenes poderosas como las de las obras de arte.
Éste punto de reflexión entre más elaborado es, más le gusta a la gente y produce
placer a la hora de pensar en el teatro como un espacio artístico de cambio social.
c. El teatro no es una cosa tan influyente como puede ser la televisión; mientras el
teatro hace cien espectadores, la televisión hace millones en una hora, entonces la
influencia no es tan fuerte. Tampoco el teatro puede parar una guerra, ni tampoco
puede parar el hambre ¿cómo para el hambre el teatro?; tampoco se puede decir que
el teatro no sirve para nada, si sirve: para generar pensamiento, para generar ideas
pero en pequeña escala. Una sociedad puede vivir sin teatro, desgraciadamente. Sí
el teatro cambiara las sociedades, hace 2500 años ya hubiéramos cambiado esto. A
veces el teatro contribuye de manera sutil, de manera invisible a transformar las
personas. Nunca una obra de teatro ha hecho una revolución, pero si produce micro
cambios en las personas. Más que decir que el teatro va dirigido al público, va
dirigido al espectador, el espectador decide si analiza su vida o no. El teatro es más
modesto en la transformación social, que creer que se va a cambiar el mundo con
este arte.
2. Teniendo en cuenta que nos encontramos en un momento de auge digital
especialmente para las nuevas generaciones. ¿Qué importancia tiene el teatro
como dinamizador critico en la coyuntura de la sociedad actual?
a. El teatro y el arte verdadero son generalmente críticos. Hay uno que no, hay uno
que es complaciente, de entretenimiento que se hace para vender. El teatro la
Candelaria no hace obras artísticas para vender, no es su finalidad. La finalidad es
más bien ayudar a transformar la mentalidad de la sociedad con la utilización de
plataformas digitales; se usan mucho los videos en las obras de teatro pues hay un
interés en conectarse con las tecnologías más contemporáneas y mirar hasta donde
pueden ser utilizadas por el teatro.
b. El teatro es de las cosas más antiguas que hay en el mundo. A medida que pasa el
tiempo y con la creación del cine y la televisión, presuntamente se cree que el
teatro murió, pero no es así, pues éste se sirve de todo. En la obra: Soma
Mnemosine, se ve reflejada toda la parte audiovisual y digital que forma parte de la
corporeidad teatral. Existe una relación entre el arte (teatro), y entre las cámaras, la
manera de proyectar sonidos hechos con tecnología avanzada; estas técnicas se
vuelven herramientas para enriquecer el teatro, volverlo todavía más complejo y
trabajarlo mejor.
c. “Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí”. El teatro tiene más de 2500
años y sigue… Estas nuevas tecnologías llegaron y han revolcado el mundo
totalmente, han hecho la revolución más grande después de la revolución industrial.
Es impresionante lo que está cambiando, lo que va hacer cambiar a la gente y lo que
viene con la física cuántica, están haciendo computadoras mucho más avanzadas
que las que conocemos hasta el momento, lo que implicaría una transformación
general en la sociedad. Evidentemente el teatro ha cambiado, pues ha sido influido
por estás tecnologías. Pero el teatro es parte de la realidad, y esto de la tecnología es
la realidad, de manera que no se puede apartar pero tampoco se puede volver loco,
es una especie de expresión retro – antigua que sigue ahí, que sigue parada, que
sigue funcionando y que tiene sus particularidades porque la convivencia que tiene
la gente cuando va a teatro no lo encuentra en lo digital, ese convivio humano, ese
encuentro, esa interacción, esa relación de seres en la que hay toda una
comunicación invisible entre los espectadores no se va a encontrar igual en todas las
tecnologías, ni en el cine. De manera que el teatro no se va a acabar tan fácil, es
como decir que se va acabar la pintura por la aparición de la fotografía ¡NO! Eso
sigue funcionando y puede producir micro cambios en los seres humanos.
3. ¿Considera que los jóvenes tienen interés por las actividades realizadas en el
teatro la Candelaria? ¿Por qué? En caso contrario, por qué no se encontrarían
atraídos por estas actividades?
a. Es sorprendente porque la mayoría de público que tiene el teatro la Candelaria es de
gente joven, la mayoría absoluta. Por lo que no se tiene problema en ese sentido,
pero si se entiende que aunque los jóvenes participen de manera activa en la
Candelaria, no necesariamente van mucho al teatro. Es un problema de la educación
artística en los colegios y en las universidades, es necesario hacer un plan nacional
de educación artística para que el arte se vuelva un parte fundamental en la vida de
los niños y los jóvenes.
b. El teatro la Candelaria realiza anualmente unos talleres de información sobre temas
como: el concepto de creación colectiva, por qué se llama así; qué son las
improvisaciones, cuáles son las herramientas para desarrollar improvisaciones; las
categorías dramatúrgicas de situación, acción y personaje, etc. El público se
constituye aproximadamente en 70% jóvenes, entendiendo que el teatro la
Candelaria se encuentra rodeada de universidades y espacios académicos, hay un
medio caracterizado por jóvenes. Así mismo, por ser el barrio la Candelaria es
visitada en su gran mayoría por adolecentes. El grupo de la Candelaria lleva el
teatro a los barrios, a las localidades, no solamente es la escultura de la sala dotada
de los elementos necesarios, es también adaptarse a los barrios, a las situaciones
cotidianas: “Si la montaña no va a Mahoma, Mahoma va a la montaña”.
c. Principalmente el público del teatro la Candelaria si es joven y estudiantil. Hace
falta hacer más cosas; el grupo de la Candelaria piensa que está haciendo las obras
en las cabezas de los jóvenes, ese joven ya influenciado por otras percepciones de la
tecnología. Obras como “el Quijote” presenciadas casi en su totalidad por jóvenes,
es una obra que llama la atención de los adolescentes porque el grupo pone el ojo en
el aquí y el ahora, ¿qué le está diciendo el quijote a un joven hoy día? El teatro debe
tener unas especies de modelo, de ideales de espectador; por ejemplo: la abuela (de
otro siglo pero se interesa en el teatro); el profesor cansón (ese que todo le vale nada
pero que le interesa conocer); el joven cibernético (que está metido con todo en la
vida). Esos tres modelos pueden servir para el tipo de espectador contemporáneo.
4. ¿Cómo surgió la iniciativa de crear un teatro independiente dirigido
especialmente a acercar a los trabajadores y sectores populares a la expresión
artística teatral?
a. Surge por iniciativa del maestro Santiago García, Carlos José Reyes y Patricia Ariza
quienes fundaron el teatro la Candelaria. Se empezó a hacer un trabajo permanente,
pues la permanencia es lo que da también resultados. En ese momento no había un
teatro independiente, no había temporadas de teatro, no había grupos de dedicación
sistemática al teatro, había poca dramaturgia colombiana, etc. Por lo que surge una
necesidad social en el campo de las artes escénicas.
b. Inicialmente Santiago García director del teatro, trabajaba en la universidad
Nacional con un grupo de universitarios, quienes hacían obras de reportorio
universal. Cuando se formó la Candelaria, se buscó la necesidad de hacer un teatro
independiente, algo de autogestión. Se construyó la sala, el espacio, las bases de lo
que es hoy el teatro la Candelaria y poco a poco empezó a darse la necesidad de
hacer un teatro inventado por el grupo de la Candelaria, que las historias fueran
suyas y que tuvieran que ver con el entorno, con la realidad, pero que sea del
tamaño de Romeo y Julieta, de la Odisea, de los grandes clásicos del teatro. La
primera obra de creación colectiva fue: Nosotros los comunes, que trataba de
explicar lo qué pasó con los comuneros, cómo era en ese momento las relaciones de
la gente, cuánto valía un plato de comida, cómo eran las relaciones entre los amos y
los siervos, saber las causas de por qué fue la revuelta comunera, etc. Desde allí el
teatro de la Candelaria realizó una investigación profunda que se ve reflejada en la
obra, relacionando las injusticias que habían en esa época con la actualidad: es un
círculo vicioso que se repite en distintos periodos de tiempo.
c. Toda una posición política de la época. Todo arte es político, hasta el más
comercial. Entonces el teatro la Candelaria tiene la posición política de hacer un
teatro popular, un teatro de las problemáticas sociales, de lo que vive la gente, de las
necesidades humanas, de todo corte: existenciales, amorosas, de todo lo que aparece
en la vida pero, desde un punto de vista popular. El teatro tuvo en cuenta todas las
personas que vivían en la época, creando un teatro distinto que tenga una cámara
puesta en lo popular.
5. ¿Qué papel cumple el teatro de la Candelaria como dinamizador cultural de
alto impacto? Y ¿Cuál podría ser la función del teatro como expresión en la
construcción de paz en Colombia?
a. El teatro de la Candelaria es pionero y ha sido dinamizador de la cultura y del arte
del teatro, pero también de manera consciente el grupo ha sido activista por la paz,
han participado en los procesos de paz y muchas de las obras hacen parte de la
historia del conflicto, relatan la historia del conflicto en Colombia. Es
imprescindible conocer lo que ha pasado para poder superarlo y llegar a una paz
verdadera.
b. La obra Guadalupe años sin cuenta fue una obra necesaria para contar desde otra
perspectiva la historia de las guerrillas del Llano en Colombia, esa obra fue
mostrada 2500 veces aproximadamente; obras como esa y Camilo fueron
presentadas en auditorios colosales, contando con la capacidad de tener a más de
2000 espectadores, garantizando la posibilidad de que se llene así sea con precios
populares, pues eso era lo que pasaba, la gente muchas veces se quedaba por fuera.
La intención era que la gente participara de estos espacios porque existía la
necesidad tanto para los actores como para el público de ver estas obras y confrontar
se: “Con respeto y con su venia, les pedimos su permiso y aunque dejen esta sala
mediten bien lo que han visto”, “Esta historia que cantamos los invita para que
piensen que los tiempos del pasado se parecen al presente”. La violencia en
Colombia ha traído asesinatos de personajes visionarios, valiosos, un desperdicio de
vidas, ¿por qué se mata el líder social que está tratando de que las cosas funcionen?
Están matando la parte creativa, la parte intelectual, la parte buena. ¿Por qué
matamos las flores, por qué matamos la esperanza? Independientemente de la
ideología. ¿Por qué a Uribe no le pasa nada si es que el que siembra todo el odio, la
discordia, la necesidad de matarnos? Es para que la gente reflexione profundamente
en por qué una vida tan valiosa como la de Camilo Torres, Jorge Eliecer Gaitán,
Carlos Pizarro se desperdicia así y queda en lo que hubiera podido ser. La sociedad
puede determinar que eso no siga pasando, pero hay que crear la conciencia
posiblemente a través del teatro de que la cultura de guerra algún día tiene que
cambiar porque la gente ya está cansada.
c. El teatro de la Candelaria es una especie de pionero. Todo el teatro que se ha
generado después, de alguna forma ha sido influido por el grupo de la Candelaria,
pero tampoco se creen los Adanes, son unos más que trabajan, personas con coraje,
actitud, que ven la ética antes que la estética, son posiciones interesantes que siguen
funcionado. Pero de ahí a creerse los lideres ¡no!, son personas trabajadoras que
tiene un reconocimiento por ser tan insistentes y resistentes al trabajo y con el
trabajo, pero no se siente héroes, no se sienten los únicos. No se puede ser tan
pretencioso de decir que el teatro puede hacer la paz, pues el teatro no para una
guerra, ni quita el hambre. El teatro sacia ideas, da pensamientos, estremece
sensibilidad, por lo que contribuye de manera sutil a la construcción de paz en
Colombia.

8.2 FOTOGRAFÍAS
Imagen 1: Actores del teatro la Candelaria ensayando para presentar la puesta en escena:
Camilo.
Fuente: Propia

Imagen 2: Teatro La Candelaria: 10 años de las labores en 1976; 54 años en el 2020.


Fuente: propia
Imagen 3: Escenario del teatro La Candelaria en proceso de embellecimiento.
Fuente: propia

Imagen 4: Pasillos y Fuente del teatro La Candelaria.


Fuente: propia
Imagen 5: Sala del teatro La Candelaria con algunos instrumentos.
Fuente: propia

Imagen 6: Fachada del teatro La Candelaria en horas de la noche.


Fuente: propia
Imagen 7: Elementos e instrumentos usados en las obras del teatro La Candelaria.
Fuente: propia

Imagen 8: Decoraciones florales junto a la señora encargada del teatro La Candelaria.


Fuente: propia
Imagen 9: Conversatorio: Parar para conversar, realizado en la sala del teatro La
Candelaria.
Fuente: propia

Imagen 10: Detalles del teatro La Candelaria: Cuadros, bancas, plantas, etc.
Fuente: propia
Imagen 10: Integrantes del teatro la Candelaria practicando en la obra: Camilo.
Fuente: propia

Imagen 11: Cuadros que evidencian el trabajo realizado por “los Candelarios”.
Fuente: propia
Imagen 11: Cuadro llamativo en el teatro La Candelaria.
Fuente: propia

Imagen 12: Pasillo del teatro La Candelaria.


Fuente: propia
Imagen 13: Puertas del teatro La Candelaria, con un afiche de la obra teatral: El
Quijote.
Fuente: propia

Imagen 14: Fotografía con el actor Rafael Giraldo (Paletas): miembro el teatro La
Candelaria desde 1985.
Fuente: propia

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