Vous êtes sur la page 1sur 1

La Ingeniería y el mundo artificial

coiiaoc / 8 de mayo de 2018

La técnica y la Ingeniería han creado el mundo artificial, compuesto por algo ajeno, añadido y
superpuesto al mundo natural, produciendo así el mundo poblado de artificios, hecho por y para el
hombre, en el que hoy se desenvuelve la mayor parte de nuestra vida de forma más amable,
placentera y longeva, en comparación con la vida salvaje en la naturaleza agreste. Nada es más
natural para el hombre que intervenir en el mundo natural para reconducirlo en su propio beneficio,
mediante el ingenio y las habilidades que definen la técnica en general, y en particular la
Ingeniería.

Esas facultades son las que nos están permitiendo someter a la naturaleza y dominar el planeta, al
me- nos en parte, pese a los problemas y disfunciones que ello conlleva. Somos artificiales por
naturaleza. Para nosotros los humanos, hacer técnica, crear lo artificial, es tan natural como pueda
serlo para los predadores cazar y sacrificar a sus presas. En este sentido, se dice que la técnica es
inherente al ser humano.

Sin embargo, la Ingeniería, que es la forma superior de la técnica, pese a haber contribuido
decisiva- mente a erigir el mundo artificial en el que vivimos, no ha obtenido el reconocimiento que
merece en los medios intelectuales, aunque sí lo haya hecho en los ambientes económico y
empresarial. La Ingeniería no se ha visto suficientemente acompañada con reflexiones que
defiendan su identidad y especificidad, y el papel capital que ha jugado en la historia de la
humanidad.

Con demasiada frecuencia la vemos considerada como subproducto de la ciencia, como simple
ciencia aplicada, asignándole un carácter intelectualmente secundario y negándole su propia
autonomía entre los dominios de la creación humana. No faltan quienes dicen que la Ingeniería no
hace sino ir a la zaga de los descubrimientos científicos. Por eso procede dedicarle algún espacio
aquí a esta cuestión, con motivo del centenario de la Asociación de Ingenieros Industriales de
Andalucía.

La Ingeniería, pese a haber contribuido a erigir el mundo artificial, no ha obtenido el


reconocimiento que merece.

Además, por nuestra parte, los ingenieros hemos respondido al desdén del mundo intelectual,
olvidando que en ese mundo se forjan los conceptos con los que se construye nuestra imagen en
la sociedad. Suele costarnos asumir que se nos ve y enjuicia con criterios formados en ese mundo
intelectual al que solemos desdeñar (sandel, 2016, pp. 44- 47)

En general, ni nosotros nos ocupamos de sus cosas ni ellos de las nuestras. Nos hemos dedicado
a nuestros asuntos, encerrados en una especie de burbuja, desechando parte de lo que se cocía a
nuestro alrededor y que nos podía afectar decisivamente, No podemos limitarnos a saber cómo
hacer las cosas que nos incumben en nuestro ámbito profesional, sino que también nos compete la
madurez moral para asumir qué debemos hacer y qué no (cancelmo, 2017, p. 56 )

Sin una motivación moral que nos confiera conformidad con lo que estamos haciendo, la Ingeniería
no puede resultar satisfactoria, al menos a un nivel personal.

Vous aimerez peut-être aussi