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los-menores

Autor: Secretaría de Relaciones Exteriores


Sustracción y restitución internacional de las y los
menores
Aquellos casos en los que existe un traslado o retención
ilícita de una o un menor por parte de quien ejerce su
custodia. NO es un robo de infante por parte de un
tercero.
El Estado Mexicano comprometido con el respeto irrestricto a los derechos
fundamentales de los niños y las niñas, y en cumplimiento al artículo 11 de
la Convención sobre los Derechos del Niño ha ratificado la Convención de
la Haya sobre los Aspectos Civiles de la Sustracción Internacional de
menores y la Convención Interamericana sobre Restitución Internacional
de Menores, como mecanismos para luchar contra los traslados ilícitos de
niñas y niños al extranjero y la retención ilícita de niños(as) en el extranjero.
(aquí puede consultar las estadísticas de solicitudes y casos)
En el marco de la Convención dela Haya se ha designado como Autoridad
Central a la Dirección General de Protección a Mexicanos en el Exterior.
Sin embargo, como cualquier otro instrumento internacional su
cumplimiento depende de la intervención de múltiples autoridades,
particularmente las judiciales y de procuración de justicia.
¿Qué hago si mi hijo(a) fue llevado(a) a otro país sin mi
consentimiento?
• Si usted se encuentra en México debe acudir a la Delegación de la SRE
más cercana a su domicilio o bien en caso del Distrito Federal acudir a la
Dirección General de Protección a Mexicanos en el Exterior.
• Si usted se encuentra en el Extranjero en un país Parte de la
Convención de la Haya debe acudir directamente a la Autoridad Central
designada en ese país (aquí puede consultar la lista de Autoridades
Centrales).

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• Si se encuentra en el extranjero y desea orientación adicional o bien se
encuentra en un país que no es Parte de la Convención puede acudir a la
Embajada o Consulado de México correspondiente.
¿Puedo solicitar el retorno de mi hijo(a) aun cuando sea persona
extranjera?
• Se puede recurrir a las Autoridades Centrales del país de residencia
habitual para solicitar el retorno de una o un menor, sin importar cuál sea
la nacionalidad de la o el menor o los padres.
• Para la aplicación de la Convención de la Haya es fundamental que la
residencia habitual de la o el menor sea un Estado Parte de la Convención
y que el traslado o retención ilícita ocurra en otro Estado Parte. (aquí puede
consultar la lista de países que han ratificado la Convención).
28: Convenio de 25 de octubre de 1980 sobre los Aspectos Civiles de la
Sustracción Internacional de Menores
Argentina 28-I-1991 19-III-1991 R 1-VI-1991 1 D
México 20-VI-1991 A* 1-IX-1991 1

1) F = Firma
2) R/A/Su = Ratificación, Adhesión o Sucesión
3) Tipo = R: Ratificación;
A: Adhesión;
A*: Adhesión que da lugar a un procedimiento de aceptación; haga clic en
A* para ver los detalles de las aceptaciones a esta adhesión;
C: Continuación;
Su: Sucesión;
Den: Denuncia;
4) VIG = Entrada en vigor
5) EXT = Extensiones de la aplicación
6) Aut = Designación de las Autoridades
7) Res/D/N/CD = Reservas , declaraciones, notificaciones o comunicación
del depositario.

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Requisitos para presentar una solicitud de Restitución Internacional
o Derechos de Visita al extranjero
[PDF] Solicitud de Restitución Internacional o Derechos de Visita al
extranjero
Lista de Paises miembro e información por país de acuerdo a las
reservas y procedimientos en cada país

Sitios de interés
Suprema Corte de Justicia de la Nación
Comisión Nacional de Tribunales Superiores de Justicia
Orden Jurídico Nacional
Missing Kids
Organización de los Estados Americanos

Contacto
Para mayor información, favor de comunicarse a la Dirección General de
Protección a Mexicanos en el Exterior al teléfono +52 (55) 3686-5856 o al
correo electrónico dgpmexterior@sre.gob.mx

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EJEMPLO DE UN AMPARO DIRECTO SOBRE EL
TEMA:
Excepciones a la restitución internacional de
menores

AD 27/2016
Resuelto el 10 de enero de 2018
Hechos:
En 2006, una mujer (Sra. A) contrae segundas nupcias con el Sr. B en los Estados
Unidos y dentro de este matrimonio, en el año 2007, nace su segundo hijo C. La
pareja se divorcia en 2013 en el estado de California. El juez decreta que
ambos progenitores tendrían la custodia física, conjunta legal y compartida de su
menor hijo. Asimismo, el Tribunal indicó que la madre sería la principal encargada
de la custodia del menor y definió los días en que el padre conviviría con el niño.
Aproximadamente dos meses después, la mujer, en compañía de sus menores
hijos, abandonó su domicilio en el estado de California y se trasladó a territorio
mexicano. Lo anterior, sin notificar al padre ni a las autoridades correspondientes
del cambio de residencia. —6 años y 3 meses después del nacimiento de C—.
El 24 de abril de 2014, el Sr. B, inició la solicitud de restitución de su menor hijo.—
7 meses después de la sustracción de C-. Solicitud que fue remitida a México, para
los efectos correspondientes.
El 23 de junio de 2014, el departamento de Justicia del Estado de California, a través
de un escrito informó a la autoridad central en México y en Estados Unidos que
tenían el reporte de que el progenitor estaba registrado con el estatus de ofensor
sexual, sin embargo, señaló que dicha información ya se había presentado ante la
autoridad judicial de California antes de resolverse la cuestión de fondo del derecho
de custodia.
La Juez del estado de Baja California Sur, en México, admitió la solicitud de
restitución internacional de menor en la vía incidental, ordenó notificar a la Sra. A y
señaló fecha para la audiencia de pruebas y alegatos.
Mediante escrito de 8 de septiembre de 2014, la Sra. A contestó la solicitud de
restitución. En su escrito, la madre enfatizó que su decisión de abandonar su hogar
en California y regresar a México, con sus dos menores hijos, fue a raíz de la
violencia doméstica a la que era sujeta por su ex cónyuge y el temor de que éste
pudiera privarla de la vida o realizar algún abuso sexual en contra de sus hijos, dado
que el progenitor estaba registrado como agresor sexual por parte del Estado de
California y derivado de ello, manifestó que la restitución de su hijo era
improcedente, ya que se actualizaba una situación de riesgo en términos de

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la excepción contenida en el inciso b) del artículo 13 de la Convención sobre los
Aspectos Civiles de la Sustracción Internacional de Menores.
La Juez de primera instancia dictó sentencia el 23 de septiembre de 2014—1 año
después de la sustracción de C—, en la cual determinó negar la restitución del
menor.
Inconforme, el padre apeló la sentencia y la sala de apelación dictó sentencia
definitiva el 9 de febrero de 2015—1 año y 5 meses después de la sustracción de
C—. Se confirma la negativa de restituir al menor, basándose esencialmente en las
mismas razones aportadas por el Juez de primera instancia.
Tanto la Sra. A, como el Sr. B inconformes, presentaron un amparo contra la
sentencia de segunda instancia —1 año y 6 meses después de la sustracción de C.
El Tribunal Colegiado de conocimiento solicitó a la Suprema Corte la atracción del
amparo por su importancia y trascendencia. La Primera Sala determinó ejercer
dicha facultad y resolvió que debido a que el trámite de este juicio se realizó por la
vía incidental y a que la Primera Sala ha establecido que, en la medida en la que el
orden jurídico mexicano carece de un procedimiento específico para regular los
procesos de restitución internacional, el criterio fundamental es que estos procesos
se pueden homologar a los juicios sumarios. Por lo tanto, la sentencia de primera
instancia puede considerarse el resultado de un proceso definitivo; es decir, se trata
de una resolución que fija de manera terminal la cuestión planteada para todos los
efectos de la restitución, en términos del artículo 170, fracción I, párrafo segundo,
de la Ley de Amparo.
La Primera Sala considera que en el contexto del caso y a la luz de la institución de
restitución internacional de menores, se logra acreditar la excepción de grave riesgo
en el caso, por lo que se encuentra justificada la negativa de aplicar la regla general
de restitución inmediata. Lo anterior de acuerdo a los siguientes:

Criterios:
La Primera Sala parte de su propia doctrina en la que ha dicho que el eje rector de
la Convención de La Haya es la protección del interés superior del menor y que lo
más adecuado para proteger a los menores trasladados o retenidos ilícitamente
radicaba en que la asignación de la guarda y custodia, así como el establecimiento
de un régimen de visitas, sea realizado en el país de su residencia habitual. Lo
anterior, porque no solo constituye el lugar en donde se podrá decidir de forma más
objetiva el régimen que resulta más benéfico para el menor, sino también, porque
otra de las finalidades de la propia Convención es precisamente velar porque los
derechos de custodia y de visita, vigentes en uno de los Estados contratantes, se
respetarán en los demás. Es en este sentido que la Convención de La Haya
consagra la regla general de la restitución inmediata de los menores trasladados o
retenidos de forma ilícita al país en donde residían, al existir la presunción de que
ese interés estará mayormente protegido y beneficiado mediante el restablecimiento
de la situación previa al acto de sustracción o retención.

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Sin embargo, se advierte que la Convención de La Haya reconoce que, en
determinados casos específicos, es viable la negativa de restitución de un menor a
causa de razones objetivas relacionadas con su persona o entorno, pues la propia
Convención establece ciertas excepciones extraordinarias a la obligación general
asumida por los Estados contratantes de garantizar el retorno inmediato de los
menores trasladados o retenidos de forma ilícita.
En este orden de ideas, la Sala explica que se han desarrollado dos lineamientos
generales para evaluar las excepciones a la regla general de restitución inmediata:
primero, que la discrecionalidad que corresponde a la autoridad competente del
Estado receptor para resolver la solicitud de sustracción debe quedar reducida a su
mínima expresión; y segundo, que para demostrar plenamente la actualización de
alguna de las excepciones, la carga de la prueba recae exclusivamente en quien se
opone a la restitución del menor, pues como se mencionó, existe en el marco de la
Convención una presunción de que el interés superior del menor es protegido
mediante la restitución a su lugar de origen.
Así, la Sala divide su estudio en 5 apartados que atienden los diversos aspectos:
I. El procedimiento de restitución en el Estado mexicano:
La Sala explica que del contenido de la Convención se advierten lineamientos
generales a que debe sujetarse ese procedimiento. A saber: que debe designar una
Autoridad Central encargada de dar cumplimiento de las obligaciones que impone
la Convención y que dicha autoridad central de cada Estado debe, por una parte,
promover la colaboración entre las autoridades judiciales o administrativas que
tengan competencia para tramitar los procedimientos de urgencia y, por otra parte,
por sí misma o por medio de un intermediario, acudir ante dichas autoridades
competentes a fin de adoptar las siguientes medidas: (i) localizar al menor
trasladado o retenido de manera ilícita; (ii) prevenir que el menor sufra mayores
daños o que resulten perjudicadas las partes interesadas, para lo cual se adoptarán
o harán que se adopten medidas provisionales; (iii) garantizar la restitución
voluntaria del menor o facilitar una solución amigable; (iv) intercambiar información
relativa a la situación social del menor, si se estima conveniente; (v) facilitar
información general sobre la legislación de su país relativa a la aplicación del
Convenio; (vi) incoar o facilitar la apertura de un procedimiento judicial o
administrativo, con el objeto de conseguir la restitución del menor y, en su caso,
permitir que se regule o se ejerza de manera efectiva el derecho de visita; (vii)
conceder o facilitar, según el caso, la obtención de asistencia judicial y jurídica,
incluida la participación de un abogado; (viii) garantizar, desde el punto de vista
administrativo, la restitución del menor sin peligro, si ello fuese necesario y
apropiado; y (ix) mantenerse mutuamente informadas sobre la aplicación del
presente Convenio y eliminar, en la medida de lo posible, los obstáculos que puedan
oponerse a dicha aplicación.
Las anteriores, constituyen acciones para el procedimiento de urgencia. No
obstante, la Sala ha señalado que si bien en México no tenemos “un procedimiento
de urgencia” resulta claro que dicho tratado ordena que los asuntos de restitución
internacional se tramiten por medio de los procedimientos más expeditos

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disponibles en los Estados parte, que para el caso de la legislación mexicana son
los reconocidos como juicios sumarios o de naturaleza análoga a éstos, al ser los
procedimientos más expeditos o breves de los que se dispone en el orden jurídico
mexicano atendiendo a las reglas que cada legislación procesal establezca.
En el caso, resulta aplicable la legislación procesal del Estado de Baja California
Sur. En seguida, la Sala procede a analizar las acciones realizadas en el ámbito
nacional y concluye que, durante la audiencia de pruebas y alegatos, la Juez
certificó la presencia del niño, acompañado de su apoderado legal y de su madre,
acompañada también de su representante. Como primer acto en la audiencia, se
desarrolló una plática conciliatoria, en la cual no se llegó a ningún acuerdo. Y que,
con dichos elementos, la Juez de conocimiento emitió sentencia de primera
instancia, la cual fue objeto de impugnación en segunda instancia, y respecto de la
cual ambas partes interpusieron juicio de amparo.
Aunado a ello, se constata que los derechos del padre fueron respetados en sus
extremos, respecto de que tuvo la oportunidad de conocer las reglas generales,
etapas, plazos y demás requisitos durante el procedimiento de restitución, sin que
se actualizara la obligación de traducir las actuaciones desarrolladas durante el
proceso, dado que él mismo reconoció conocer el idioma español y no requerir de
interprete.
II. La evaluación del derecho de custodia, en términos de la Convención sobre
los Aspectos Civiles de la Sustracción Internacional de Menores.
La Sala determina que es fundado el argumento sobre la incorrecta evaluación de
la orden de custodia que se emitió en su país de origen debido a que: el artículo 5°
del Convenio de La Haya, establece que el “derecho de custodia” comprende el
derecho relativo al cuidado de la persona del menor y, en particular, el de decidir
sobre su lugar de residencia. Mientras que para determinar en qué casos se puede
reclamar que el traslado o retención del menor es ilícito, el artículo 3º del Convenio
de La Haya, establece que deben ponderarse dos elementos: (i) la existencia de un
derecho de custodia atribuido, separada o conjuntamente, por el Estado de
residencia habitual del menor; y (ii) el ejercicio efectivo de dicha custodia, antes del
traslado o su probable ejercicio de no haberse producido el traslado o retención.
Se refiere el precedente del AD 29/2016 en donde la Sala determinó el contenido
del derecho de custodia de acuerdo con los comentarios de la Oficina Permanente
de la Conferencia de la Haya de Derecho Internacional Privado y la práctica
internacional en el cumplimiento del Convenio y concluye que la protección que el
Convenio de La Haya otorga a las relaciones de custodia y convivencia, no exige
que el ejercicio del derecho de custodia sea total para considerar que el traslado o
retención de un menor pueden ser ilícitos. Así, basta acreditar la existencia de un
derecho de custodia, en su expresión más amplia, ejercido de forma efectiva, ya
sea separada o conjuntamente, para considerar que el traslado o retención del
menor es ilícito.
De acuerdo con lo anterior, y a partir del material probatorio que obra en autos, la
Sala concluye que sí se acreditó el supuesto de traslado y retención ilícitos del niño

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por parte de su madre en términos de la Convención, pues esta no exige la custodia
total para acreditar el traslado o retención ilícitos y en el caso, se acreditó que el
padre tenía la custodia compartida de su menor hijo.
III. La excepción prevista en el artículo 12 de la Convención sobre los
Aspectos Civiles de la Sustracción Internacional de Menores: integración al
nuevo ambiente.
Por otro lado, la Sala resuelve que es fundado el argumento del quejoso respecto
de la errónea interpretación de la Convención acerca de que el menor se hubiere
adaptado a su medio ambiente, pues de acuerdo con los precedentes de la Sala,
ello sólo es susceptible de evaluarse en los casos en que la solicitud de restitución
se realice en un periodo superior a un año desde que se produce la sustracción. Lo
anterior, pues en el caso, la solicitud de restitución del menor se realizó siete meses
después de que su madre lo sustrajera de Estados Unidos, por lo que, no resultaba
viable evaluar la integración del niño a su medio ambiente.
Así, la Sala refiere el ADR 4465/2014, en el que se analizó la excepción de
integración del menor a su nuevo ambiente lo que tiene como finalidad, evitar que
el menor sufra una nueva quiebra en su ambiente familiar que pueda significar un
peligro para su correcto desarrollo psicológico. Y se aclara que, en el citado
precedente se puntualizó que el plazo debía computarse desde el momento mismo
de la presentación de la solicitud y no hasta que la autoridad judicial o administrativa
correspondiente reciba la solicitud (I), además de que para acreditar esta excepción
no basta que hubiese transcurrido el referido plazo, sino que el progenitor, que
cometió la conducta ilícita, debía probar suficientemente que el niño estaba
integrado a su nuevo ambiente (II).
De acuerdo con lo anterior, la Sala explica que el cumplimiento de dichas hipótesis
no garantiza la restitución inmediata del menor, sino la posibilidad de su evaluación,
y que una vez superadas la hipótesis, el juzgador debe verificar que efectivamente
del material probatorio se desprenda que el menor se encuentra plenamente
integrado en su nuevo ambiente.
Para ello, el juzgador debe atender a lo siguiente: (i) evaluar la integración en el
ámbito físico, es decir verificar que el menor esté efectivamente relacionado con
una comunidad y un entorno —no exclusivamente el familiar— y que el niño o la
niña se establezca en tales comunidad y entorno; (ii) evaluar la integración en el
ámbito emocional, que se define a partir de la seguridad y la estabilidad que la niña
o el niño encuentren en su nuevo ambiente; y (iii) el grado de convicción en el
juzgador debe de ser alto, sobre la efectiva integración de la niña o el niño a su
nuevo ambiente.
IV. Las excepciones previstas en el artículo 13 de la Convención sobre los
Aspectos Civiles de la Sustracción Internacional de Menores: oposición del
menor y grave riesgo.
En este apartado, la Sala procede al análisis de otras excepciones que no se
encuentran sujetas a una condición temporal de ningún tipo, por lo que pueden ser
alegadas en cualquier momento del procedimiento de restitución.

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El artículo 13 del Convenio sobre los Aspectos Civiles de la Sustracción
Internacional de Menores establece las siguientes (i) si la persona que se opone a
la restitución demuestra que la persona, institución u organismo que se hubiera
hecho cargo del menor no ejercía de modo efectivo el derecho de custodia o
posteriormente aceptó el traslado o retención; (ii) si la persona que se opone a la
restitución demuestra que existe un grave riesgo de que la restitución del menor lo
exponga a un peligro físico o psíquico o lo ponga en una situación intolerable ; y (iii)
si se comprueba que el propio menor se opone a la restitución.
En este sentido y de acuerdo con lo planteado por el quejoso, la Sala evalúa
solamente las hipótesis contenidas en los incisos (ii) y (iii).

 La oposición del menor. La Sala analiza su doctrina respecto del derecho


de los niños a expresar su opinión y la interpreta en conjunto con las
obligaciones que se desprenden del Convenio. Así, determina que para
discernir y examinar el peso de la voluntad del menor, el juzgador debe
evaluar lo siguientes cuestionamientos: (i) la edad y el grado de madurez
mental del menor son suficientes para tomar en cuenta su opinión; (ii) cuál
es la perspectiva propia del menor de lo que son sus mejores intereses a
corto, mediano y largo plazo; (iii) en qué medida las razones para la objeción
están basadas en la realidad, o el menor podría considerar razonablemente
que están fundadas en la realidad; (iv) en qué medida las opiniones del
menor han estado sujetas a una influencia indebida; (v) en qué medida las
objeciones se verán aplacadas con la restitución o con la separación del
padre o madre que lo sustrajo; y (vi) en qué medida la opinión del menor
coincide o se opone a otras consideraciones relevantes para el interés y
bienestar del menor.

En el caso, la Sala concluye que la evidencia que obra en autos es insuficiente para
determinar el grado de madurez mental del menor, por lo que no puede tenerse por
acreditada la excepción contenida en el artículo 13, inciso b, párrafo segundo de la
Convención de La Haya.

 Grave riesgo. La Sala encuentra infundado el argumento de que la


interpretación y acreditación de esta excepción fue incorrecta. Para sustentar
esta determinación, la Sala acude a sus precedentes en los ADR 6293/2016
y AD 9/2016 en los que se estableció que el riesgo alegado en términos de
la Convención de La Haya debe ser serio, real, actual y directo y deberá estar
plenamente probado. En este sentido, para determinar si se actualiza un
grave riesgo el juzgador debe: (i) esclarecer cuál es el riesgo alegado; (ii)
determinar si existe material probatorio suficiente para evaluarlo; y (iii)
determinar si de la relación entre el riesgo alegado y el material probatorio se
actualiza una situación de riesgo serio, real, actual y directo.

De acuerdo con ello, en el caso concreto, la Sala concluye que existió un grave
riesgo, toda vez que la madre alegó y probó que el retorno de su menor hijo al lado

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de su progenitor lo colocaba en una situación de grave riesgo, ya que el progenitor
era generador de violencia y contaba con antecedentes de abuso sexual.
En este sentido, la Sala advierte que de ordenarse la restitución del niño existiría un
riesgo de afectar su integridad, porque a pesar de que el progenitor se encuentra
sometido a un programa de asistencia para el seguimiento a su estatus de ofensor
sexual, existen elementos que pueden afectar la esfera psíquica y emocional del
menor.
La Sala aclara que la distinción entre los hechos de violencia sufridos por la madre,
respecto de los hijos —ya que el padre no realiza directamente una agresión física
o verbal— es incorrecta, pues a pesar de que los niños no reciben directamente la
violencia, al estar expuestos a ella, se producen prácticamente los mismos efectos
emocionales y psicológicos que el de una víctima primaria de violencia paterna.
Afirmación que se sustenta tanto en bibliografía, como en criterios jurisdiccionales
extranjeros e internacionales.
También, la Sala precisa que los Tribunales internacionales han identificado como
probable factor de riesgo, el hecho de que el cuidador principal no pueda acompañar
al menor a su retorno. En atención a este supuesto, es necesario evaluar si la madre
puede dar o no acompañamiento al niño a su regreso a los Estados Unidos.
Y en este aspecto, la Sala destaca el apego de los menores con quienes cuidan de
ellos, sobre todo en los primeros años de sus vidas. Para ello, refiere los ADRs
6179/2015, 3486/2016 y 4481/2016 y resalta que, a pesar de que se muestra la
importancia para el bienestar psicológico y emocional de los infantes que
permanezcan al lado de sus figuras de apego, en materia de restitución
internacional de los menores, la mayoría de los Tribunales de los Estados parte han
adoptado un enfoque estricto al considerar que, en principio, esta situación no se
configura como un grave riesgo en términos de la Convención de la Haya, entre
algunas de las razones, porque el principal cuidador no podría beneficiarse de una
situación que él mismo originó y en todo caso podría acompañar al menor a su lugar
de restitución.
No obstante, y dadas las condiciones del caso particular, la Sala considera que ante
las adversas circunstancias de violencia física, sexual y económica que padeció la
madre durante los últimos meses de su estancia en los Estados Unidos, resulta
incierto que pueda dar acompañamiento al niño a su regreso a los Estados Unidos,
como la principal encargada de su cuidado, sin que pueda reprochársele o
exigírsele una conducta distinta, ya que es evidente, que si existe una negativa de
la madre para retornar con el menor, esta se basa en razones importantes derivadas
del temor fundado a su seguridad y por cuestiones económicas y no al simple deseo
de no querer acompañar a su hijo. Aunado a ello, la separación del niño de su medio
hermano, tendría igualmente efectos graves en la estabilidad del menor (ADR
5669/2015, respecto de la presunción de la existencia de lazos emocionales entre
hermanos).

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V. El contacto transfronterizo.
Finalmente, la Sala encuentra fundados los argumentos respecto de que las
medidas para garantizar la comunicación entre el menor y su padre fueron
deficientes. Para justificarlo, la Sala acude a los precedentes de los ADR 6293/2016
y AD 9/2016 en los cuales se evaluó el derecho de visitas entre padres e hijos
sustraídos ilícitamente y en los que concluyó que cuando un menor es separado de
su madre o padre, en virtud del procedimiento de restitución internacional, ya sea
que se haya aplicado la regla de inmediata de restitución o alguna de sus
excepciones convencionales, los niños tienen el derecho humano a mantener
relaciones personales y contacto directo y de modo regular, tanto con su padre
como con su madre, sin importar que vivan en diferentes países.
En este sentido, se consideró inadmisible alguna interpretación restrictiva respecto
a la obligación del Estado de garantizar el contacto entre padres e hijos, enfatizando
que el alcance de la obligación de garantizar el derecho humano a la visita, en
términos del Convenio de La Haya, corresponde tanto a la Autoridad Central como
a todas las autoridades judiciales, en el marco de sus respectivas competencias,
que conocen de un asunto de sustracción internacional.
De acuerdo con ello, la Sala concluye que es evidente que existe la obligación del
Estado de actuar con la debida diligencia para asegurar un mecanismo que busque
organizar el ejercicio efectivo del derecho de visita y contacto transfronterizo entre
los niños afectados por la sustracción internacional y sus progenitores,
independientemente si se aplica la regla de inmediata restitución o alguna de sus
excepciones, o si las partes lo adujeron. Por otro lado, determina que al evaluar la
protección del derecho de los menores a mantener relaciones personales y de trato
directo con el padre o madre que no está designado como el cuidador principal, a
pesar de lo inviable que resulte establecer lineamientos abstractos o muy generales
para salvaguardar el derecho de visitas y convivencias, ya que dependerá de las
circunstancias particulares de cada caso el determinar las condiciones de su
ejercicio, existen elementos mínimos que debe observar el juzgador al dotar de
contenido el régimen de visitas que de determine, y resalta: la edad, necesidades y
costumbres de los menores involucrados, el tipo de relación que mantienen con el
progenitor, los orígenes del conflicto familiar, la disponibilidad y personalidad de los
progenitores, la distancia geográfica entre la residencia habitual de los menores y
la del progenitor que tiene visitas, determinar la necesidad de que esté presente una
tercera persona, y, en general, cualquier otro factor que permita al juzgador discernir
qué régimen de convivencia sería más benéfico para los menores involucrados.
En el caso, la Sala señala que el derecho de custodia compartida de los
progenitores; el derecho de la madre de ser la principal encargada y el derecho del
padre de mantener visitas con su menor hijo, constituyen cuestiones que
indiscutiblemente están reconocidas en la orden de custodia por el Tribunal del
Estado de California. Por lo que en la especie se trata de una hipótesis de
organización efectiva del derecho de visita y no así en la diversa hipótesis en la que
se buscaría definir quién “debe ejercer la guarda y custodia, así como quién debe,
en su caso, sujetarse a un régimen de visitas o convivencias”.

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No obstante, destaca que del intento de la autoridad responsable por organizar el
ejercicio efectivo del derecho de visita y contacto transfronterizo entre el menor y su
padre, se advierte que no se desarrolló una evaluación de las circunstancias y
condiciones particulares del caso, tales como la distancia en que habitan el menor
y su padre, las posibilidades económicas del progenitor para realizar viajes
mensuales de la ciudad de California, Estado Unidos a Baja California Sur, México;
la posibilidad de remediar una mayor convivencia entre el padre y el menor a través
de medios electrónicos, así como la evaluación de las particularidades del menor
para determinar si es viable que la comunicación se desarrolle en solitario o tenga
que estar presente una tercera persona en supervisión.
Resuelve:
Con fundamento en lo anterior, se concede el amparo de la justicia para que, con
base en el análisis constitucional y las consideraciones establecidas en la presente
ejecutoria, se dicte otra en la que se reitere la convalidación de la negativa de
ordenar la restitución internacional del niño y determine el derecho al contacto
transfronterizo y de visitas entre el niño y su padre.

CODIGO PENAL PARA EL ESTADO LIBRE Y SOBERANO DE QUINTANA ROO


CAPITULO II Retención y Sustracción de Personas Menores de edad o que no tengan la capacidad
de comprender el significado del Hecho

ARTÍCULO 171 BIS.- Se impondrá pena privativa de libertad de dos a seis años al padre o la madre,
que no dé aviso por los medios legales a que haya lugar o que sin el consentimiento o autorización
del otro progenitor, retuviere o trasladare a su hijo o hijos menores de dieciocho años fuera o dentro
del País con la finalidad de cambiar su residencia habitual o impida de algún modo la convivencia

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del niño, niña o adolescente con su otro progenitor, de acuerdo con la Ley de la materia
en el Estado; salvo en los casos en los que el juez competente hubiere condenado a alguno de
los padres a no convivir o ha hacerlo de manera condicionada con sus hijos o de que el progenitor
sea víctima de violencia familiar.

Si el agente devuelve a la persona menor de dieciocho años dentro de los cinco días naturales
siguientes a la consumación del delito, se le aplicará hasta una tercera parte de la pena señalada en
el párrafo anterior.

Tratándose de abuelos solo procederá, cuando no existan padres que ejerzan la patria potestad y
cesará toda acción para perseguirlo cuando se haga el aviso o notificación correspondiente. Artículo
adicionado POE 20-10-2006. Reformado POE 30-11-2010

RETENCIÓN Y SUSTRACCIÓN DE PERSONAS MENORES DE EDAD O QUE NO


TENGAN LA CAPACIDAD DE COMPRENDER EL SIGNIFICADO DEL HECHO. EL
ARTÍCULO 171 BIS, PÁRRAFO PRIMERO, DEL CÓDIGO PENAL PARA EL ESTADO
DE QUINTANA ROO QUE PREVÉ ESTE DELITO, AL DEJAR AL ARBITRIO DE LA
AUTORIDAD JUDICIAL EL COMPLEMENTO DE SU CONFIGURACIÓN,
CONTRAVIENE EL PRINCIPIO DE EXACTA APLICACIÓN DE LA LEY EN MATERIA
PENAL.
El precepto mencionado establece que se impondrá pena privativa de libertad de dos a seis años al
padre o la madre que no dé aviso, por los medios legales a que haya lugar, o que sin el
consentimiento o autorización del otro progenitor, retuviere o trasladare a su hijo o hijos menores
de dieciocho años, fuera o dentro del país, con la finalidad de cambiar su residencia habitual, o
impida de algún modo la convivencia del niño, niña o adolescente con su otro progenitor, de
acuerdo con la ley de la materia en el Estado. Esa redacción genera problemas de interpretación
lingüística, por la vaguedad del significado que el juzgador puede asignar a la expresión "de acuerdo
con la ley de la materia en el Estado", por la indeterminación de la ley de la materia a que se refiere.
En este sentido, dicha circunstancia genera un vacío sobre el supuesto que colma la descripción
típica y transfiere al juzgador la elección de su actualización, quien puede decidir, a partir de
apreciaciones subjetivas o interpretaciones abiertas y generales, qué legislación del Estado será
válida para colmar el supuesto hipotético descrito en la norma penal. Por tanto, se concluye que ese
artículo que contiene la descripción típica del delito de sustracción o retención de menores o que
no tengan la capacidad de comprender el significado del hecho, contraviene el principio de exacta
aplicación de la ley en materia penal, concretamente en cuanto a la tipicidad, al dejar al arbitrio de
la autoridad judicial el complemento de su configuración.

PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO DEL VIGÉSIMO SÉPTIMO CIRCUITO.

Amparo en revisión 369/2012. 6 de septiembre de 2012. Unanimidad de votos. Ponente: Rafael


Martín Ocampo Pizano. Secretario: Ricardo Ruiz del Hoyo Chávez.

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Amparo en revisión 161/2014. 4 de septiembre de 2014. Unanimidad de votos. Ponente: Gonzalo
Eolo Durán Molina. Secretaria: María del Pilar Diez Hidalgo Casanovas.

Amparo en revisión 8/2015. 21 de mayo de 2015. Unanimidad de votos. Ponente: Rafael Martín
Ocampo Pizano. Secretaria: Angélica del Carmen Ortuño Suárez.

Amparo en revisión 104/2015. 28 de agosto de 2015. Unanimidad de votos. Ponente: José Manuel
Novelo López, secretario de tribunal autorizado por la Comisión de Carrera Judicial del Consejo de
la Judicatura Federal para desempeñar las funciones de Magistrado, en términos del artículo 81,
fracción XXII, de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, en relación con el artículo 42,
fracción V, del Acuerdo General del Pleno del Consejo de la Judicatura Federal, por el que se expide
el similar que reglamenta la organización y funcionamiento del propio Consejo; y reforma y deroga
diversas disposiciones de otros acuerdos generales. Secretario: Juan Óscar Ramírez Rodríguez.

Amparo en revisión 139/2017. 31 de octubre de 2017. Unanimidad de votos. Ponente: Óscar


Rodríguez Álvarez. Secretario: Juan Óscar Ramírez Rodríguez.

Esta tesis se publicó el viernes 10 de agosto de 2018 a las 10:18 horas en el Semanario Judicial de la
Federación y, por ende, se considera de aplicación obligatoria a partir del lunes 13 de agosto de
2018, para los efectos previstos en el punto séptimo del Acuerdo General Plenario 19/2013.

Época: Décima Época. Registro: 2017583. Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito.


Tipo de Tesis: Jurisprudencia. Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación.
Libro 57, Agosto de 2018, Tomo III. Materia(s): Constitucional, Penal. Tesis: XXVII.1o. J/2
(10a.). Página: 2529

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