Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
de Guatemala
Lic. Estuardo Gálvez El indio por un indio: una versión crítica del mestizaje indígena de
Rector Guatemala
Mario Roberto Morales/5
Dr. Carlos Guillermo Alvarado Cerezo
Secretario General
Estética urbana: síndrome de Melquiades
Licda. Luz Arminda Barrios Jaime Barrios Carrillo/13
Jefa de la División de
Publicidad e Información
La narradora de sueños
Rafael Gutiérrez Esquivel Michelle Juárez/22
Director de Revista USAC
De banana republics a repúblicas maquileras
Roberto Ganddini Gudiel
Coordinador administrativo Rafael Cuevas Molina/31
de Revista USAC
Letras
Comité Editorial
Roberto Ganddini Gudiel
Gustavo Bracamonte
Rafael Gutiérrez Esquivel Poemas
Rebeca Eunice Vargas/45
Colaboradora bibliotecológica
Dora María Cardoza Meza
Aforismos
Colaboradores Sergio Valdés/56
José Mejía/Dina Posada/
Miguel Ángel Barrios/Anabella Paiz/ Debate
Luis Díaz/Edelberto Torres-Rivas/
Moisés Barrios/Javier Payeras
Ilustración de portada, Los duendes ausentes: música, sociedad y niños de la calle
separadores e ilustraciones interiores Mariano González/65
Ramón Ávila
Diseño Arte
Rafael Gutiérrez Esquivel/
Sergio Rodríguez
Diagramación La pintura reflexiva de Ramón Ávila
Sergio Rodríguez Juan B. Juárez/75
1
L
a rigurosa y reflexiva pintura de Ramón Ávila tiene, entre otros mé-
ritos, la gravedad, la hondura y la fuerza para imponer su presencia
por encima del nominalismo delirante de las clasificaciones habituales
y envolver al espectador en la densa atmósfera que emana de cada
una de sus obras. Ante ellas, el espectador se «abstrae» de su mundo habi-
tual y, absorto en los resplandores y oscuridades del color, se introduce cada
vez más en el tejido leve y mórbido de los recuerdos y vivencias que palpitan
intensos en el corazón y la memoria del artista. La pintura de Ramón es, en
efecto, la introspección lúcida de un artista apasionado que se pregunta por el
sentido del arte y de la vida. En ese sentido, su abstracción es, como la del
espectador, un apartarse del bullicio y los afanes de la vida cotidiana para al-
canzar la concentración que exige la reflexión vital que lo ha angustiado desde
siempre y que ahora realiza con pleno conocimiento de causa, demorándose
en el análisis de sus emociones y vivencias, dejándose guiar por sus impul-
sos, otrora arrebatados pero atemperados hoy por la experiencia y la sabiduría.
La lucidez y la sabiduría de las reflexiones de Ramón Ávila, claro está,
no se expresan a través de consejos para vivir o pintar mejor sino que toman
cuerpo directamente en su pintura. La reflexión vital que lo ocupa y lo pre-
ocupa no ocurre primero en su mente de manera que después pueda aplicar
sus hallazgos a la pintura, sino que ocurre en cada cuadro y se desarrolla len-
tamente a medida que lo va pintando, o mejor dicho, a medida que el propio
cuadro se va formando a sí mismo. Y es que desde las primeras líneas que
traza con cierta ansiedad sobre el papel que, más que esbozar los contornos
de un objeto o un personaje, definen una estructura formal que por su propia
vitalidad puede crecer y extenderse indefinidamente, hasta el hallazgo de los
colores y tonalidades que parecen haber sido destilados lenta y laboriosamen-
te de densos estados emotivos, los cuadros de Ramón parecen hacerse ellos
mismos, independientemente de la voluntad del artista, al que le exigen, eso
sí, la apertura plena de sus facultades intelectuales y perceptivas, la más es-
forzada fineza de sus cultivadas habilidades, los secretos más honrados y su-
tiles de su oficio y, sobre todo, su total aquiescencia a los dictados de la obra.
Juan B. Juárez
2
3
4
El indio por un indio:
una versión crítica del mestizaje
indígena de Guatemala
El proyecto literario que compartí con lugar en 1972 (el primero fue declarado de-
Luis sierto). Ambos desechamos nuestras nove-
las porque creímos en las descalificadoras
Fui testigo de la hechura de la única novela críticas que nos hicieron algunos «amigos»
de Luis de Lión, El tiempo principia en Xi- de entonces. Una versión primeriza de la de
balbá, de la misma manera en que él atesti- Luis se publicó en Guatemala en 1985, un
guó cómo escribía yo Obraje, la primera de año después de su secuestro y desaparición
las mías. Ambos habíamos decidido hacer forzada por parte del Ejército Nacional,
dos narraciones circulares o esféricas, una y luego, en 1997, apareció la versión que
que expresara las problemáticas indígenas recogía su última corrección del original.
y otra que hurgara en las ladinas, según am- Mi novela, cuyo manuscrito estuvo perdido
bas nos concernían a Luis y a mí. Las es- durante 23 años debido a las vicisitudes de
cribimos al mismo tiempo. La mía ganó el la lucha armada, vio la luz en México en
primer lugar en el Premio Centroamericano el 2010.
y del Caribe de Novela de 1971, en Quet- De Luis fue la feliz idea de «matar a
zaltenango, y la de Luis obtuvo el segundo Miguel Ángel Asturias» leyéndolo más y
5
Mario Roberto Morales: El indio por un indio
de mejor manera, a fin de comprender su sonriendo con picardía: «No pude, vos. El
inmenso aporte, ya aplastante e inmovi- viejo (Asturias) se me coló por todos lados,
lizador para entonces (1972), a fin de no junto con el Popol Vuh».
imitarlo sino, por el contrario, partir de lo Las frases de Luis eran hondas en me-
que había logrado para hacer algo distinto dio de su aparente superficialidad jocosa.
y honrarlo así de manera consecuente. De Una vez me dijo: «Yo supe que era indio
él fue la idea, pero a mí me tocó escribir hasta que bajé a la Antigua; antes era perso-
la especie de manifiesto generacional que na». Y cuando le mostré unos relatos míos,
se titulo precisamente «Matemos a Miguel escritos según las estéticas del realismo
Ángel Asturias» y que causó un revuelo tal, mágico y con personajes indígenas, se me
que todavía sigue provocando controver- quedó viendo con su sonrisa de siempre y
sias. murmuró: «Están bonitos, vos, pero mejor
A Luis le interesaba hallar una expre- dedicate a tus ladinos y dejame los indios a
sión personal que diera cuenta del mundo mí». Otra vez, le cité una frase de Cardoza
indígena que él conocía por experiencia según la cual «El perro es el indio del in-
vital, sin caer en los hipnóticos artificios dio», y Luis, como impulsado por un resor-
vanguardistas de Asturias. Una clave la en- te, exclamó: «No es el chucho, vos. Es la
contró en José María Arguedas, otra en el mujer». ¿Cómo no hacerle caso en cuanto
Agustín Yáñez de Al filo del agua y otra en a aquello de «dejarle los indios a él», si su
Rulfo. Con estas armas pudo asumir la in- experiencia vital lo autorizaba a escribir
fluencia de Asturias sin pena ni culpa, aun- sobre ese mundo lacerado por la explota-
que cuando terminó su novela me confesó ción económica y la opresión cultural? Sin
6
Mario Roberto Morales: El indio por un indio
7
Mario Roberto Morales: El indio por un indio
8
Mario Roberto Morales: El indio por un indio
9
Mario Roberto Morales: El indio por un indio
los últimos cinco siglos. A partir de allí, mos sus amigos, lo reconocemos como un
podemos establecer diferencias mestizadas hombre cabal y un escritor sincero.
y crear una normativa para que las mismas
sean respetadas por unos y por otros. Pero La importancia literaria y antropológica
la fórmula inversa, es decir, establecer di- de su novela
ferencias esencializadas para profundizar
más la negación infructuosa del «otro», eso El tiempo principia en Xibalbá es un
solamente expresa que se está actualizando libro primerizo en el género novelesco y no
un viejo problema: el del mestizaje conflic- una obra de madurez ni mucho menos. Esto
tivo de origen colonial. Lo que necesitamos lo entendía Luis, y por eso nunca publicó la
comprender todos a estas alturas es que el novela. No quería que fuera leída como una
hecho de ser mestizos no nos hace iguales, obra primitivista, al estilo de las pinturas
sino individuos con diferencias mestizadas decorativas que para turistas y antropólogos
y articuladas de innumerables maneras, y enamorados de su objeto de estudio hacen
que la tarea política que tenemos por delan- los masificados artistas «étnicos». Él quería
te es democratizar nuestra interculturalidad madurar su expresión y expandirla, tanto
racista e interdiscriminatoria. en hondura de contenido como en rigor for-
El título de estas líneas es el mismo que mal. Pero en el camino dejó de interesarle
Luis le dio a un artículo periodístico suyo la novela como género porque descubrió la
en una conocida revista de los años setenta poesía. La última vez que lo vi, a princi-
en la que escribíamos semanalmente varios pios de 1982, así me lo dijo: «Todos quería-
amigos sobre un mismo tema. Esa vez el mos ser novelistas porque soñábamos con
tema fue «El indio», y Luis lo abordó desde ser como Asturias y como el Boom, y nos
esa condición, negada por los propios in- olvidamos de que con la poesía podemos
dígenas ladinizados y, ahora, también por expresarlo todo sin tener que contárselo a
los que se autodenominan «mayas», con nadie». Luis echaba así por la borda toda
una dignidad que alcanza sus mejores cum- la preocupación técnica que implicaba la
bres cuando critica y autocritica las actitu- novela en aquellos años (cuando se recu-
des vergonzantes de quienes cobardemente rría a la experimentación posvanguardista
intentan escamotear la propia condición para expresar la diversidad cultural), y se
étnica para identificarse y equipararse a los entregaba a su propia subjetividad median-
«otros», sus alteregos, a la vez apetecidos y te versos que lo han inmortalizado como el
odiados. hombre maduro que era cuando los asesi-
Luis siempre se autoidentificó como nos le tocaron el hombro en 1984.
indio, y lo hacía sonriendo, sin la más mí- Las razones por las que su novela ha
nima sumisión, orgulloso de no avergon- captado la atención de tanta gente, dentro y
zarse de sí mismo y sabiendo que era tan fuera de Guatemala, se debe a varias razo-
humano como cualquiera otro, a pesar de nes. Las menos importantes tienen que ver
las desventajas económicas que su etnici- con la moda «maya» instaurada por la coo
dad le había deparado, al igual que a todos peración internacional y por lingüistas y
los suyos. antropólogos estadounidenses imbuidos de
Es desde esta trinchera que se relacio- acción afirmativa, Identity Politics, ansias
na con el mundo y que escribe su novela, de intermediación y corrección política.
sus cuentos y poemas. Y es por esto que se Esta última es resultado de la mezcla del
labró un lugar indiscutido en la historia de conductismo y el puritanismo que animan
la literatura hispanoamericana. Es también la cultura de la mayoría silenciosa de la que
por esto que quienes lo conocimos y fui- suele provenir gran parte del profesorado
10
Mario Roberto Morales: El indio por un indio
11
Mario Roberto Morales: El indio por un indio
Doy plena fe de ello. Por eso es que resulta líneas han querido sólo enfatizar en puntos
insufrible que se lo tilde de «maya» o que que resultan imprescindibles para com-
se diga que escribió en español porque no prenderlos a ambos. Puntos que a menudo
pudo escribir en cachiquel, y otras tonterías se soslayan idealizando la condición étnica
políticamente correctas por el estilo. Luis del autor y su obra como partes de una otre-
amaba el idioma castellano, lo estudiaba, dad esencial que él habría repudiado. Lejos
lo pulía, se lo enseñaba a sus alumnos. Y de esto, El tiempo principia en Xibalbá es
conocía la tradición literaria escrita en ese una interpretación del mestizaje guatemal-
idioma, que era el suyo porque no habla- teco desde la condición étnica de un indio
ba ni una palabra de cachiquel. «Mi mamá ladinizado que desmitifica estereotipos de
nunca me lo quiso enseñar», me dijo una un lado y del otro, y que por ello se fun-
vez, «porque quería que yo me defendiera da como una voz de autoridad crítica que
en el mundo ladino». Y vaya si se defen- les habla a los mestizos, no importa si son
dió. Lejos de intentar una interpretación criollos, indios, negros, mulatos, «mayas»
exhaustiva de la novela y de su autor, estas o ladinos.
12
Estética urbana:
síndrome de Melquiades
En la nueva novela latinoamericana abier José Rosero. En ambas la clase media actúa
tamente se plasman las tendencias de una envuelta en un marasmo de agonía urbana,
actual estética urbana. El crítico sueco Ulf caos e impunidad. La emblemática «zona
Eriksson recalca que ha habido un cambio más transparente», la antigua Anáhuac
esencial de estructuras y temáticas. También de Alfonso Reyes, intertextualizada por
comenta la visión del mundo que encuentra Fuentes, ha sido superada ahora por la
en algunas obras representativas del Siglo marginalidad masiva, la contaminación y
XXI. Eriksson compara con el boom, la violencia.
sobre todo Fuentes, Vargas Llosa, Donoso La Ciudad de Guatemala, en este
y Cortázar, en donde la ciudad y la gran sentido lo confirmaría, porque parece haber
capital eran todavía mundos fascinantes a perdido el alma, es decir la «vida callejera».
descubrir y experimentar. Eriksson ve una Se vive en una cuidad desalmada. Caminar
restauración del enlace ficción y realidad en por las calles a pie resulta un estrés físico y
las novelas del guatemalteco Rodrigo Rey sicológico. Viajar en un bus es arriesgarse
Rosa, especialmente Piedras encantadas a ser asaltado o asesinado. Y los riesgos
y en la obra Plutón del colombiano Evelio de la vida callejera producen el candado
13
Jaime Barrios Carrillo: Estética urbana: síndrome de Melquiades
14
Jaime Barrios Carrillo: Estética urbana: síndrome de Melquiades
pueden ser las formas y los contenidos Años después, esta vez en la ciudad
estéticos en medio de la pobreza? Entre el brasileña de Sao Paulo, un elenco ambulante
arte y las maras, buena parte de la juventud monta una obra de teatro en la calle. La
guatemalteca se queda con las pandillas. ¿Y gente que pasa comienza a detenerse.
quiénes serán los espectadores, los lectores, Pronto hay un círculo alrededor de los
los observadores? ¿Pueden consumirse el tres actores, dos hombres y una mujer que
arte y la literatura como partes del mercado representan con realismo dramático una
o tendrán otra u otras funciones? escena de violación. Todos vestidos con
En Chile, en las postrimerías de la larga ropas anaranjadas y los rostros pintados
y amarga dictadura del general Augusto del mismo color. No obstante el «público»
Pinochet, que tuvo una guerra declarada comienza a indignarse y se crea una
e infame contra la estética, unos jóvenes atmósfera de tensión que amenaza a los
creadores de Santiago consiguieron el actores masculinos, en peligro ahora de
dinero suficiente para alquilar una avioneta, agresión por parte de la masa. Es entonces
de esas que lanzaban volantes de publicidad que termina la actuación y la mujer
comercial. Hicieron paquetes con un poema explica, dirigiéndose al «público», que se
ilustrado que hablaba de amor y libertad y trata de teatro callejero y que el objetivo
a la hora pico, la del tráfico incesante, la de es hacer conciencia sobre la violencia
las salidas masivas de los centros de trabajo sexual. Algunos peatones continúan su
a buscar el almuerzo en las calles, fueron marcha, casi decepcionados, porque «no
tirando sobre la capital chilena, desde la era real». Algunos protesta, otros aplauden
pequeña nave, miles de hojas sueltas con y la «función» concluye en una especie
el poema. Uno de los paquetes no se desató de improvisado debate callejero sobre el
y cayó pesadamente y a gran velocidad en tema.
una comisaría de policía, traspasando un Volviendo a Ciudad de Guatemala, a
techo endeble y haciendo gran estruendo. finales del siglo pasado el fotógrafo Daniel
El paquete se tomó de inmediato como un Hernández realizaba un audaz montaje
ataque subversivo y las fuerzas de seguridad en distintos lugares de la capital, con la
se alertaron con órdenes de detener, a toda ampliación de grandes proporciones de su
costa, a los terroristas del aire. fotografía «El ángel de la calle». Un trabajo
15
Jaime Barrios Carrillo: Estética urbana: síndrome de Melquiades
16
Jaime Barrios Carrillo: Estética urbana: síndrome de Melquiades
17
Jaime Barrios Carrillo: Estética urbana: síndrome de Melquiades
en los lejanos años sesentas, del dramaturgo del «realismo sucio» o en la proliferación
Hugo Carrillo, donde el circo y la realidad de discursos contestatarios sin calidad
se confundían y la estructura del poder estética, sino que cumpla también con los
represivo hacía imposible la realización del requisitos de creación de belleza? Al menos
amor, encarnado en la relación del joven preguntárselo posibilita la reflexión sobre
cirquero Domingo, enamorado de Juana, los cánones. Y sobre quién los impone y
una muchacha de pueblo, imbuidos ambos quién los transforma. Y reflexionar so
de un anhelo de libertad. Los héroes son bre los escenarios de lo público. Un cues
asesinados por la policía. No obstante el tionamiento axiológico, en sentido de
circo continúa su camino de jolgorio y el escatología de las prioridades esenciales.
jefe policiaco recibe un ascenso. Incluyendo el medio ambiente.
El desafío primordial, en todo caso, En la Ciudad de Guatemala, comen
reside en cómo enfrentar y comprender zamos ya desde hace un tiempo a ver claras
el hecho social. ¿Cómo nárrarlo? ¿Có expresiones de este tipo de reactivación
mo pintarlo? ¿Cómo dramatizarlo? Có del enlace estético/ético, por ejemplo en
mo adentrarse en la interpretación y el entusiasmo popularizado de eventos
representación de la condición humana en como Octubre Azul. Podrían mencionarse
nuestro propio contexto; ontología social y publicaciones de corte marginal aparecidas
existencial a través del arte y la literatura. en años recientes, como El Cadejo o
¿Pero es posible la pretensión de un nuevo El Supositorio, donde la irreverencia
arte que no caiga en la repetición plana se mezcla con la experimentación y un
18
Jaime Barrios Carrillo: Estética urbana: síndrome de Melquiades
19
Jaime Barrios Carrillo: Estética urbana: síndrome de Melquiades
20
Jaime Barrios Carrillo: Estética urbana: síndrome de Melquiades
de los mismos. Pero a diferencia de la desnudos de los niños actuales, los adultos
creación y búsqueda de lugares míticos paupérrimos del futuro.
de la literatura del siglo pasado (Comala, En el Centro Histórico de la ciudad de
Macondo, Santa María ) ahora se anhela su Guatemala, en una pared desapercibida, y
destrucción. Porque Macondo ya no es una con motivo de un festival, alguien hizo una
aldea diáfana sino la ciudad insoportable. pinta. No de siglas políticas ni de mensaje
Repitamos que en este mundo globa de alguna de las temibles maras. Lo escrito
lizado y «monopolar» no ha terminado la decía simplemente: «Lea Poesía». Un
dialéctica. La historia no acaba porque el mensaje que sin duda reconforta. Porque
ser humano es historia. la poesía es la vuelta a la noción primera
No se trata solamente del recuento de que nada permanece, mas todo es y
del pasado, sino ante todo interpretación será. Aquello de que «la poesía siempre es
del presente, o el significado actual de moderna».
procesos, cambios, modas, tendencias, a De ahí que el ajuste de cuentas, aquí
partir de la acumulación de la experiencia propuesto, con la sociedad y la historia, por
social y cultural. Y la machacada «aldea un lado, y con la estética y sus formas, por
global» sigue siendo una de barrios bajos el otro, pueda ser también leído como un
y altos, de calles asfaltadas y otras donde llamado de restitución de la esperanza. La
el lodo y las inmundicias de toda especie, esperanza, que en el verso de Luis Cardoza
terrenos baldíos donde se posan los pies y Aragón, «nos está esperando».
21
La narradora de sueños
Michelle Juárez
Había una vez, en otros reinos, en otros dispersos, como las migajas de pan que
tiempos, una princesa que no quería Hansel y Grettel dejaban por el sendero
despertar… Esta es la oración con la que para encontrar el camino de regreso a casa.
inicia el texto No te apresures en llegar Los salvavidas hermenéuticos que nos
a la Torre de Londres porque la Torre de pueden mantener a flote dentro de este mar
Londres no es el Big Ben. Con esta sentencia agitado son muchos y especialmente el
fantástica nos empuja sin subterfugios a su Psicoanálisis parece uno de los inevitables,
propio mundo, un laberinto de imágenes al ya que estamos ante un texto que hace de los
mejor estilo magritiano. Que el libro es un sueños y la sublimación su materia prima.
cúmulo de sueños, me parece indudable, Éstos rescatan a la escritora cuando está a
qué está tejido entrecruzando los hilos del punto de zozobrar, la ayudan a mantenerse
Surrealismo, tampoco es un hallazgo por el a salvo o por lo menos a pretender que lo
que se tenga que excavar demasiado. Lo que está, ya que su juego discursivo es un estira
parece realmente arriesgado y sugerente y encoge con el lector a quien le habla de
es aventurarse a la tarea de interpretar frente, con valentía de niña asustada, de
los símbolos que ha dejado escondidos y princesa que se niega a vivir una realidad
22
Michelle Juárez: La narradora de sueños
que puede serle hostil y donde encontramos asumiendo las formas menos deseadas:
en primer plano a la figura masculina monjas, directoras, cajeras, secretarias,
que intenta arrebatarle su tranquilidad de monjas». (Gallardo, 1999, 66-67).
cristal, que intenta despertarla a pesar de
su resistencia: «Despierta mi dulce amada, Negándose a la inconsciencia
despierta de tu largo sueño (…) La princesa
no respondía. La princesa no respondía Es precisamente el intento por resol
porque soñaba». (Gallardo, 1999, 9). ver un terco y eterno sueño el que va
Además del evidente conflicto con la envolviendo, o más bien, dejando caer al
madre cuya relación truncada le dificulta lector en estadios más profundos de una
ver un panorama completo de su propia red de sueños que se encadenan y dan
femineidad: «Y por eso las niñas criadas por vida a realidades fantásticas, paralelas,
hombres-madres son extrañas en recursos contenidas unas dentro de otras, como los
y aún más extrañas en sus momentos. Por niveles del inconsciente de donde emergen
eso y porque les toca saltar solas al mundo los conflictos no resueltos y la ansiedad
de mujeres-madres-amantes es que tarde de la narradora que deliberadamente se
o temprano se atraviesan en su camino convierte en un personaje camaleónico,
23
Michelle Juárez: La narradora de sueños
24
Michelle Juárez: La narradora de sueños
25
Michelle Juárez: La narradora de sueños
que además maneja de forma explícita: mismo, que bien puede definirse como
«Ya tarde en nuestras vidas aprendimos un caleidoscopio que constantemente nos
que los escritores de cuentos nos estaban ofrece una nueva visión. Es así como el
advirtiendo de cosas terribles que pueden bosque aparece por primera vez en el
pasar. Como nos pasó cuando nuestra texto número siete revelando esa imagen
madre, que ni siquiera era madrastra ni inquietante que lo definirá a lo largo del
nada, le aconsejó a nuestro padre, que ni libro. En el texto siete lo encontramos
siquiera era padrastro ni nada, que nos como el lugar donde la narradora se pierde
llevara al bosque y que no nos regresara del con su hermano, quien al crecer se siente
bosque». (Gallardo, 1999, 21-22). feliz construyendo casas y destruyendo
bosques, es decir, ejerciendo dominio sobre
Un bosque de símbolos el sitio oscuro y temible que representa la
ansiedad más profunda: «Ya no recuerdo
Aludiendo a Baudelaire, es posible acceder cómo salimos del bosque pero sí recuerdo
al texto de Gallardo realizando el ejercicio muy bien que ya jovencita vivía en una
aritmético de enumerar y clasificar los casa rosada...». (Gallardo, 1999, 25).
símbolos para revelar las imágenes Posteriormente, en los textos ocho,
recurrentes e interpretar algunos de sus veinticuatro, treinta y uno, treinta y cinco,
significados, que, dicho sea de paso, no son cuarenta y cuatro, el bosque refuerza esa
cien por ciento constantes, ya que dependen imagen de sitio que genera desasosiego,
totalmente del contexto que los rodea. Sin siendo el preludio a un cambio significativo
embargo, estableciendo las relaciones en los eventos que afectan a la narradora,
repetitivas y contrastándolas con las ya que es precisamente allí donde camina
aleatorias, podemos eliminar el margen de con «el prometido, pajarraco horroroso»
error y asegurar con cierto grado de certeza rumbo a su reino ideal. También es
que de la infinidad de símbolos utilizados allí donde conversa con el gorrión con
por la escritora, el bosque-árbol, las aves sombrero de copa que puede ayudarle a
y el mar son los más sólidos y propensos a encontrar el hilo conductor de la narración.
una interpretación desde la perspectiva del Las jirafas forman un bosque expectante
psicoanálisis lacaniano, partiendo de tres que la escuchará si ella finalmente decide
órdenes básicos: hablar. Es del bosque de donde el príncipe
• Simbólico, que estudia los fenómenos la rescatará ya que el padre, como veremos,
considerando que están estructurados como no puede porque forma parte de ese mismo
lenguaje y que, en una segunda acepción, símbolo amenazante.
designa el hecho de que la curación se basa Por su parte, el árbol en los textos
en el carácter fundacional de la palabra. once, doce, quince, veintinueve, treinta y
• Imaginario, marcado por la relación cinco, treinta y siete, cincuenta y uno se
prevalente de la imagen de lo semejante en revela como un símbolo de estabilidad y
el «yo». firmeza pero que engaña. Funciona como
• Real, que designa el conjunto de escondite y escape por lo que realmente
fenómenos exteriores a la simbolización no contribuye a su bienestar, al contrario,
del sujeto. representa la rigidez y a veces, el contraste
Bosque-árbol: Tanto el árbol como el con la tierra firme, esa sensación de
bosque, que puede definirse como un vacuidad de la que desea huir. El poeta
conjunto de árboles, es recurrente a lo debe cuidarse de no sentirse cómodo en
largo de la obra, asumiendo múltiples el árbol porque la altura es engañosa y es
significados, tan versátiles como el texto cuestión de perspectiva. Se lo dice ella que
26
Michelle Juárez: La narradora de sueños
27
Michelle Juárez: La narradora de sueños
Experimento surrealista
28
Michelle Juárez: La narradora de sueños
29
Michelle Juárez: La narradora de sueños
30
De banana republics a
repúblicas maquileras
Cultura en Centroamérica en la globalización neoliberal (1990-2010)1
El presente trabajo abarca un período en región, y de la forma venal como las élites
el que se hace evidente que las identida- oligárquicas locales se incorporaron a ese
des nacionales decimonónicas, con todo su tipo de desarrollo, a los países centroame-
aparataje de mitos, símbolos y estereotipos ricanos se les catalogó peyorativamente
«imaginados» por intelectuales y artistas2 como Repúblicas Bananeras3. En efecto,
vinculados a los proyectos liberales, han hacia finales del siglo XIX se establecieron
entrado en crisis. Tal caracterización suma- en el istmo compañías norteamericanas que
ria de lo que pasa en las culturas nacionales se especializaron en el cultivo y la exporta-
centroamericanas no aporta mucho, sin em- ción del banano; funcionaron bajo la mo-
bargo, a particularizar lo que sucede en la dalidad de enclaves en el contexto de situa-
región para diferenciarla del resto de Amé- ciones políticas inestables y empobrecidas,
rica Latina, pues tales procesos ocurren por en países gobernados por élites corruptas y
igual en todo el subcontinente. autoritarias.
Partiendo de ciertas condiciones es- Aunque el banano no ha cesado desde
pecíficas de la expansión capitalista inter- entonces de ser importante renglón de ex-
nacional de principios del siglo XX en la portación en Centroamérica, otras formas
31
Rafael Cuevas Molina: De banana republics a repúblicas maquileras
32
Rafael Cuevas Molina: De banana republics a repúblicas maquileras
33
Rafael Cuevas Molina: De banana republics a repúblicas maquileras
34
Rafael Cuevas Molina: De banana republics a repúblicas maquileras
desde la segunda mitad del siglo XX, pero 6. Las migraciones, por su parte, han es-
sobre todo a partir de los años 80, cuando tado presentes en el istmo centroamerica-
algunos de ellos, especialmente la televi- no desde tiempos inmemoriales. Siendo
sión y el cine y, luego, la Internet (aunque la región, en tiempos precolombinos, un
todavía no con los volúmenes de la primera) puente entre culturas, de fauna y flora, vio
y diversos aparatos de reproducción audio- reforzada esa condición desde finales del
visual (como los DVS, VHS, iPOD, etc.) siglo XIX –luego de haberla perdido en el
se harán omnipresentes en muchos hogares período colonial10–, cuando la fiebre del
centroamericanos, transmitiendo la visión oro en los Estados Unidos y, más tarde, la
de mundo que la industria del espectáculo construcción del Canal de Panamá atrajo
y el entretenimiento norteamericano vende grupos humanos de todos los rincones de la
al orbe entero. Tierra. Pero las migraciones contemporá-
neas han conocido sus particulares causas,
5. Resulta difícil discernir, como fenómenos siendo las principales en la segunda mitad
autónomos de los anteriormente expuestos, del siglo XX las políticas y las económicas,
los de la violencia y las migraciones masi- que han producido movimientos de expul-
vas de fines del siglo XX y principios del sión de sus lugares de origen de grandes
XXI, aunque en este trabajo lo haremos con contingentes de población nativa, quienes
fines analíticos. Efectivamente, la violen- se mueven hacia países en donde se per-
cia ha alcanzado límites inusitados en toda cibe que se podrá tener seguridad política
Centroamérica, aunque con más fuerza en o mejor nivel de vida. Las transformacio-
el llamado Triángulo Norte Centroamerica- nes y los trastornos culturales que acarrea
no (Guatemala, el Salvador y Honduras), este fenómeno son muy grandes, al punto
especialmente la violencia juvenil y la vin- que uno de los países que sufre de forma
culada al narcotráfico8. masiva esta situación, El Salvador (que tie-
La primera, que tiene como su máxima ne a un 17% de su población fuera de sus
expresión en la región y las llamadas ma- fronteras), ha llegado a plantearse, como
ras, y la segunda asociada al crimen orga- política cultural del Estado, la construcción
nizado, especialmente el que tiene que ver de una identidad transnacional11, que susti-
con el narcotráfico, el cual penetra todos tuya o, cuando menos, comparta rasgos con
los estamentos sociales, incluidos los del la nacional, construida en el marco de los
Estado y la política9. La violencia marca proyectos liberales decimonónicos, y que
con fuerza a toda la sociedad, desata fenó- continúan siendo fuertemente dominantes
menos nuevos, permite que surjan aspectos en nuestros días.
que se encontraban ocultos o aletargados
como la xenofobia, el racismo y el odio de 7. Para concluir esta enumeración –suma-
clase. ria e incompleta– no debe dejarse de lado
35
Rafael Cuevas Molina: De banana republics a repúblicas maquileras
36
Rafael Cuevas Molina: De banana republics a repúblicas maquileras
El otro aspecto de índole teórica que pos culturales que en la década de los 80
se puede coligar de lo que hasta ahora se aparecían como nítidamente perfilados y
ha dicho, es que se entiende a la cultura diferenciados, hoy muestra patrones de
como un proceso dinámico, en constante unificación. A partir de la década de los 90,
construcción, que tiene ciertas dimensio- a raíz de la común aplicación de políticas
nes más permanentes y estables que otras. económicas neoliberales, y a la creciente
Así, podemos encontrar niveles sumamen- incorporación de toda la región a los proce-
te «volátiles» y ligeros, como la adscrip- sos de la globalización, se han desarrollado
ción pasajera a las modas (en el vestir o una serie de procesos y fenómenos que les
tecnológicas), por ejemplo, y otros mucho son comunes a todos los países centroame-
más estables, referenciales, de difícil trans- ricanos. Algunos son, por ejemplo, el cre-
formación, con un alto grado de legitimi- cimiento de la violencia y la inseguridad y
dad y «naturalidad», como las identidades el incremento de las migraciones, o el sur-
nacionales. De esta forma, la cultura no se gimiento y crecimiento de ciertas culturas
reduce a las expresiones de las bellas artes juveniles con patrones de conducta y ex-
y las letras, aunque éstas se incluyen en su presiones culturales transnacionales16.
esfera de denotación. Lo anterior nos autoriza a especular so-
Se trata, pues, de una visión sobre la bre el proceso de conformación de un cam-
cultura que se vale de un abordaje multidis- po cultural centroamericano que, por de-
ciplinario y que intenta una visión comple- más, responde a importantes tendencias de
ja y de totalidad para sorprender las princi- los procesos culturales globales contempo-
pales tendencias que perfilan su dinámica. ráneos, como es el de la homogenización de
Referente fundamental de esta for- patrones culturales en el orden de lo global,
ma de emprender el estudio de la cultura mismo que se expresaría también en este
en la Centroamérica contemporánea, lo campo cultural centroamericano con rasgos
es la noción de campo cultural13, elabora- y características específicos, de acuerdo a
da y desarrollada por el sociólogo Pierre su dinámica histórica propia, pero también
Bourdieu14. En este sentido, un elemento otros que le ligan a dinámicas que sobrepa-
importante que se desprende de la instru- san a la región centroamericana17.
mentalización de este concepto en nuestro
estudio, es el de discutir si, como veremos Premisas de trabajo
más abajo, considerando a Centroamérica El presente trabajo parte de la hipótesis
como una región, se puede hablar de un central según la cual Centroamérica se
campo cultural centroamericano o si, por encuentra inmersa en un período de trans-
el contrario, es necesario hablar de varios formaciones culturales esenciales, lo que
campos culturales distintos con elemen- quiere decir que todo su perfil identitario se
tos en común. Como ya se ha mostrado en encuentra inmerso en un proceso de trans-
anteriores emprendimientos similares al formación relativamente acelerado. Esto
presente, en otros momentos históricos en es propio de momentos históricos no muy
Centroamérica15 las tendencias culturales frecuentes en la historia de los pueblos. En
se han expresado de tal forma que ha sido el caso centroamericano, momentos histó-
posible identificar varios campos culturales ricos de este tipo, en el que las mutaciones
que, aunque en interacción y convivencia, en el orden de la visión de mundo y modo
presentan rasgos y características distinti- de vida se dan de forma radical, se han vi-
vos que les otorgan su propia especificidad. vido anteriormente con:
En el momento histórico que atañe a este 1. la llegada de los europeos en el siglo
trabajo, se puede comprobar que los cam- XV;
37
Rafael Cuevas Molina: De banana republics a repúblicas maquileras
38
Rafael Cuevas Molina: De banana republics a repúblicas maquileras
dero cambio de época. Éste implicaría un pre desde las mismas perspectivas, se ha
perfil identitario inédito en el que uno de acrecentado la idea de que Centroamérica
sus rasgos definitorios sería la ruptura con comparte lazos culturales importantes con
el pasado, que se expresaría en una desva- los estados del Sureste mexicano, a saber,
lorización de la historia y una pérdida de Chiapas, Tabasco, Campeche, Quintana
tradiciones. El proceso estaría acompaña- Roo y Yucatán. Esta idea encontró su gé-
do y reforzado por la ubicación de muchos nesis en el gobierno mexicano durante el
referentes culturales en espacios que se período del presidente Vicente Fox, aunque
encuentran fuera de la égida del Estado- tiene antecedentes en el del señor Carlos
nación. Este sería uno de los efectos impor- Salinas de Gortari. Desde esta perspectiva
tantes de la globalización en las identidades gubernamental, se resemantizó o actualizó
centroamericanas contemporáneas. el concepto de mesoamérica, el cual tie-
ne su origen en la ciencia antropológica,
La región centroamericana en donde significa al espacio civilizatorio
Este trabajo se ocupa, pues, de la región precolombino que abarca desde el Valle
centroamericana en su conjunto, aunque Central mexicano hasta el norte de la ac-
hace hincapié en aquellos países en los que tual Costa Rica. El proyecto ha encontrado
fenómenos, procesos y tendencias seex- fuerte oposición en sectores importantes de
presan de forma cristalizada o acentuada. la sociedad civil, que consideran que no es
Es decir, pretende sorprender aquello que más que la extensión de los intereses del
encuentra expresión en toda la región y no Tratado de Libre Comercio de América
solamente en uno u otro país, y que podría- del Norte hacia nuestra región. Sea como
mos decir que la caracterizan18. sea, este trabajo no deja de reconocer que
Cuando nos referimos a la región cen- los estados del sureste de México forman
troamericana estamos haciendo alusión a parte de un espacio cultural único y, cuan-
los cinco países que históricamente confor- do es menester, también toma en cuenta o
maron una unidad político-administrativa menciona a Belice y Panamá, con quienes
en el período colonial, a saber, Guatemala, la región comparte aspectos importantes de
El Salvador, Honduras, Nicaragua y Cos- cultura20.
ta Rica. Estamos conscientes de que, en la La visión «ampliada» sobre Centro
actualidad, esta noción de Centroamérica américa tiene otras implicaciones que de-
encuentra algunos cuestionamientos desde ben apuntarse aquí. La más importante
distintas perspectivas. Desde las econó- es la referente a las migraciones, que ha
mica y política, Panamá y Belice se en- producido una Centroamérica lejana de su
cuentran cada vez más incluidos19. Siem- lugar de origen, un conglomerado de «los
39
Rafael Cuevas Molina: De banana republics a repúblicas maquileras
40
Rafael Cuevas Molina: De banana republics a repúblicas maquileras
Notas
1 . El presente trabajo corresponde a la Introducción del Central 2009-2010 «Abrir espacios para la seguridad
trabajo homónimo que, como libro, saldrá publicado ciudadana y el desarrollo» (San Salvador, diciembre
por la editorial EUNED (San José, Costa Rica) en los 2009), establece que Centroamérica es la región más
primeros meses del 2011. violenta de América Latina.
2 . «La cultura es menos el paisaje que vemos, que la mi- 9. La violencia de Estado ha sido especialmente cruenta
rada con que lo vemos». Jesús Martín Barbero y G., en Centroamérica. Se trata aquí, sin embargo, de sor-
Rey; Los ejercicios del ver. Hegemonía audiovisual y prender las nuevas formas que asume la violencia en la
ficción televisiva; Gedisa; Barcelona. región; esa es la razón por la que no se menciona.
3 . Intentando diferenciarse del resto de Centroamérica, en 10 . Durante el período colonial, la administración peninsu-
Costa Rica, dice el historiador Iván Molina, «Políticos lar privilegió la condición de istmo de la región, es de-
e intelectuales insistieron, una y otra vez, en que Cos- cir, que antes que verla como porción de tierra que une
ta Rica no era una república bananera», a pesar que a las masas continentales del Norte y el Sur de América
«Costa Rica (…) fue la original república bananera, el (es decir, como puente), la entendió como lengua de
mismísimo lugar de nacimiento de United Fruit Com- tierra que separa el Océano Pacífico del Atlántico. Ésta
pany», en Iván Molina y Steven Palmer; Costa Rica última condición se expresó en la obsesiva búsqueda
del siglo XX al XXI; historia de una sociedad; Editorial de un paso que permitiera comunicar ambos océanos,
EUNED; San José; 2005. misma que se expresó, incluso en el período republi-
4. Lo que podría caracterizarse como las guerras insur- cano hasta nuestros días, en la intención de construir
gentes en Centroamérica tienen distinta duración en uno o más canales transístmicos. Esa condición ístmica
cada país centroamericano, aunque es en la década de ha marcado a Centroamérica desde el punto de vista
de 1980 cuando alcanzan el clímax a raíz del triunfo geoestratégico en relación con los intereses de las gran-
de la Revolución Sandinista de Nicaragua en julio de des potencias mundiales.
1979. Solo a manera de referencia, tómense en cuenta 11. Véase cómo se aborda este problema en el Informe
los siguientes datos: El Frente Sandinista de Liberación sobre Desarrollo Humano El Salvador (2005) (ID-
Nacional se fundó en 1961. La primer guerrilla guatemal- HES) «Una mirada al nuevo Nosotros. El impacto de
teca en 1960. Las Fuerzas Populares de Liberación «Fa- las migraciones». Puede encontrarse en Internet en las
rabundo Martí» se organizan en El Salvador en 1970. siguiente dirección: http://www.pnud.org.sv/migracio-
5 . Término aparecido en la década de 1970 para denomi- nes/content/view/9/105/.
nar a los economistas educados en la Universidad de 12. La UNESCO la define como «La manera de vivir jun-
Chicago, bajo la dirección de los estadounidenses Mil- tos».
ton Friedman y de Arnold Harberger. Artífices de refor- 13. Como ya han hecho ver Renato Ortiz y Sergio Miceli
mas económicas y sociales que llevaron a la creación para el caso de Brasil, en América Latina en general,
de una política económica referenciada en la economía y para Centroamérica en particular decimos nosotros,
de mercado de orientación neoclásica y monetarista, y la noción de «campo cultural» puede parecer demasia-
a la descentralización del control de la economía. do holgada, en el sentido que en nuestro continente no
6 . Se entiende por Consenso de Washington un listado existen campos con el nivel de estructuración como los
de políticas económicas consideradas durante los años analizados por Bourdieu para el caso francés. Es nues-
1990 por los organismos financieros internacionales y tra opinión, sin embargo que, desde un punto de vista
centros económicos con sede en Washington DC, Esta- «antropofágico» (en el sentido atribuido a este término
dos Unidos, como el mejor programa económico que por el movimiento homónimo comandado por Oswald
los países debían aplicar para impulsar el crecimiento. de Andrade en el Brasil de 1929, cuyo lema era «Tupí
Estas políticas pasaban por: 1) la disciplina fiscal; 2) or not Tupí, that is the question») el concepto nos es
el reordenamiento de las prioridades del gasto públi- útil pues ayuda a delimitar el espacio propio de la di-
co; 3) la reforma impositiva; 4) la liberalización de las námica cultural, a identificar elementos y relaciones
tasas de interés; 5) una tasa de cambio competitiva; 6) que le son propios en el contexto social más general,
la liberalización del comercio internacional (trade libe- sin que debamos aspirar, en el caso centroamericano,
ralization); 7) la liberalización de la entrada de inver- a ver reproducidos en tales campos las características,
siones extranjeras directas; 8) las privatizaciones; 9) la condiciones y procesos analizados por el sociólogo
desregulación; 10) los derechos de propiedad. francés para el caso europeo. Valga, en términos más
7 . Definiremos estrés cultural como el estado de inesta- generales, esta perspectiva de apropiación adaptativa,
bilidad emocional y de expectativa que generan, en que permite recuperar y valorar aportes conceptuales,
una sociedad determinada, los cambios en patrones de teóricos o metodológicos elaborados en otras latitudes
conducta y comportamiento, hábitos y formas de con- y partiendo del análisis de sociedades distintas a las
vivencia previamente establecidos y aceptados. centroamericanas, pero que pueden tener un importan-
8 . El Informe para el Desarrollo Humano para América te carácter heurístico. En este sentido, adscribimos a la
41
Rafael Cuevas Molina: De banana republics a repúblicas maquileras
idea de Ortíz según la cual: «Es necesario tener muy 16. A saber, el campo cultural que definía al llamado Trián-
claro que el discurso de las ciencias sociales es una gulo Norte Centroamericano (Guatemala, El Salvador
construcción y todo el secreto está en la habilidad de y Honduras); el que caracterizaba el campo cultural
la construcción. El buen discurso en las ciencias socia- nicaragüense (signado por el impulso de la Revolu-
les es el que construye de la mejor manera el objeto», ción Popular Sandinista que buscaba establecer una
en Andrea Soto Calderón; «Entrevista a Renato Ortiz: nueva cultura con base a una tradición hasta entonces
Identidad y diversidad, de la cultura local a la global»; «soterrada»); y el que encontraba expresión en Costa
en Revista Anual de Ciencias Sociales Nº 12; Univer- Rica (caracterizado por un alto grado de instituciona-
sidad Autónoma del Estado de México; México; 2007. lización enmarcado en el predominio de políticas cul-
«Canibalismo cultural» le llama, por su parte Carlos turales basadas en el consenso y la cooptación). Para
Jáuregui, quien desarrolla in extenso esta postura en más información al respecto, véase de Rafael Cuevas
Canibalia-Canibalismo, calibanismo, antropofagia cul- Molina, Traspatio florecido: tendencias de la dinámica
tural y consumo en América Latina; Iberoamericana- de la cultura en Centroamérica (1979-1990); Editorial
Verbuert; Premio Casa de las Américas 2005; Madrid. EUNA; Heredia; 1995 (1ª reimpresión).
14. Sobre el concepto de campo cultural dice Pierre 17. No compartimos aquellas visiones que absolutizan
Boudieu: «(...) a la manera de un campo magnético, el potencial homogenizador de las dinámicas de la
constituye un sistema de líneas de fuerza», y agrega: globalización contemporánea. En este sentido, parti-
«(...) los agentes o sistemas de agentes que forman mos de la idea que tanto los procesos de homogeniza-
parte de él pueden describirse como fuerzas que, al ción como otros, de distinto signo, es decir, de diferen-
surgir, se oponen y se agregan, confiriéndole su estruc- ciación, constituyen dos caras de una misma moneda
tura específica en un momento dado del tiempo, (...) que se entrelazan, se complementan y se oponen en
(en donde) cada uno de ellos está determinado por su función de las dinámicas sociales concretas.
pertenencia a ese campo (y en donde) debe a la po- 18. Cambio epocal se le llama también. Véase Castel, R.;
sición particular que ocupa en él propiedades de po- La metamorfosis de la cuestión social; México DF;
sición irreductibles a las propiedades intrínsecas y, en Paidós; 1997.
particular, un tipo determinado de participación en el 19. El Plan Puebla-Panamá se institucionalizó en la VI
campo cultural, como sistema de relaciones entre los CUMBRE DEL MECANISMO DE DIALÓGO Y
temas y los problemas, y, por ello, un tipo determinado CONCERTACIÓN DE TUXTLA realizada en Mana-
de inconsciente cultural (en el que) su poder no pue- gua, Nicaragua, el 25 de Marzo de 2004.
de definirse independientemente de su posición en él» 20. Puede verse más al respecto en Rafael Cuevas
Véase «Campo intelectual y proyecto creador», en Jean Molina; «La dimensión cultural de la integración en
Pouillon et.al.; Problemas del estructuralismo; Edito- Centroamérica», en Rafael Cuevas Molina et.al.; Inte-
rial Siglo XXI; 6ª. Ed.; México; 1975; p. 36. gración en Centroamérica; cultural, social, política y
15. Véase nuestros trabajos Traspatio florecido-tendencias económica; Op.cit.
de la dinámica de la cultura en Centroamérica (1979- 21. Véase, por ejemplo, el estudio de Ricardo Falla; Mi-
1990); Editorial de la Universidad Nacional (EUNA); gración transnacional retornada-juventud indígena de
Heredia; 1994 (2ª. reimpresión); e Integración en Zacualpa, Guatemala; Asociación para el Avance de las
Centroamérica; cultural, social, política y económi- Ciencias Sociales en Guatemala (AVANCSO) y Edi-
ca; Cuadernos Aportes Teóricos de Nuestra América; torial de la Universidad de San Carlos de Guatemala
Instituto de Estudios Latinoamericanos; Universidad (USAC); Guatemala; 2008.
nacional; Heredia; mayo 2004; pp. 33-39.
42
43
44
Poemas de Rebeca Eunice Vargas
No soy poeta
Pero a veces transcribo esas conversaciones en la espalda de la luna
cuando paso a fumar un poco con la mulata de tal,
y jugamos a vestir enanas y domesticar osos,
y planeamos terremotos y erupciones.
No soy poeta.
Lo que pasa es que a veces las palabras asoman por la garganta
y pican sus texturas en el cielo de mi boca
y tengo esa sensación de vomitar conejitos que alguna vez describieron por carta a
una señorita en parís.
No soy poeta.
Lo que pasa es que no sé qué hacer en las madrugadas
cuando el cuerpo dice que sí, pero la mente que no
y allí está la computadora con todas sus letras,
y una página virtual en blanco
dispuesta a escuchar mejor que nadie
las canciones de madrugada de mis dedos.
45
Poemas de Rebeca Eunice Vargas
No soy poeta.
Sólo grito en una hoja de papel
cuando las lágrimas se quedan en la garganta
o cuando, por ejemplo,
prefiero maldecirte por escrito.
No soy poeta,
no lo soy.
Sólo, a veces, me indigesto con tanta cosa que considero mierda
y tengo que vomitarla,
a pesar de mis buenos modales y costumbres,
públicamente en nombre de mi sanidad mental.
Rota
Domingo
No vale la pena contar el tiempo de destierro
aunque perfectamente sé que son 4 meses.
Sentada desde mi refugio, viendo la lluvia sobre el pavimento y los cables
recuerdo que es domingo.
Y que no estás.
46
Poemas de Rebeca Eunice Vargas
INSOMNIO
Desde que nadie consume mi energía dejándome vacía, o al menos, llena de
mierda
el cuerpo se niega a descansar.
Los habituales ansiolíticos ahora cumplen una función bastante ambigua.
Sueños
Podría soportar este duelo si no fuera por el maldito insomnio. Y sobre todo porque
he dejado de soñar. Es que Ella escuchaba mis sueños todas las mañanas. No sé si
en verdad no estoy soñando, o no quiero recordar. Después de todo abrir los ojos y
encontrar su espacio vacío es un insulto. No, el insulto no es que no esté. El insulto
es que me haga falta.
47
Poemas de Rebeca Eunice Vargas
Abrazos rotos
ese título de esa película gris de Almodóvar no significó nada cuando la vimos en
la cama cada una con la mano en la vagina de la otra
muchos abismos después los abrazos rotos me parece esa sensación gris que
me dejan los días en que aún y a pesar del infierno, nos enfrascamos en seguir
tocándonos. Como si allí adentro hubiéramos dejado algo la una de la otra. Como
si esa cavidad húmeda que todo lo transforma no estuviera hastiada de tus manos
y de las mías.
Desmitificando
las canciones que te regalé alguna vez son buenas. demasiado buenas para negármelas
nada más por que tú estés en ellas. Something in the way you moved me.
quién le pone atención a las canciones igual... supongo que para ti serán una nada
ahora que ya no soy comandante de tu parte de adelante...
en fin. la afinidad nunca fue tanta. y no me hacen falta tus besos de coco con piña
supongo entonces que no te importará que ahora las ponga para hacer el amor con
otras
desapego
en mi mente decidí que era hora de dejarte partir mucho antes de irme de tu vida,
pero quién putas le explica al inconciente mis decisiones racionales y tomadas a la
fuerza en función de salvar mi alma y mi cuerpo del demonio que te posee
frente al mar en medianoche froté un huevo en mis genitales para ver si yemayá
hace el favor de romper con los votos que haya hecho esta vagina sobre la tuya
al mar tiré el huevo que quedó turbio. el pobre. también tiré aquella blusa con tus
flores favoritas.
al siguiente día me asaltaron los recuerdos, buenos y malos, canciones y besos,
cogidas y aventuras, gritos y golpes
y yo tratando de cerrar esta maldita adicción por tu recuerdo. y yo tratando de
borrarte de mi cuerpo para siempre. la memoria se niega a aceptar la simbología de
mis rituales de media noche. una parte de mí que siempre me sabotea me recuerda
que para borrarte del cuerpo te tengo que borrar de más profundo, quizá de mis
vidas pasadas, quizá divorciarte de mis propios demonios.
maldita sea. tres meses han pasado y no te olvido. mi inconciente se volvió bipolar
contigo. por más que le exijo que ni siquiera entristezca por ti, porque no te lo
mereces, esa que me sabotea decide amanecer triste. aún en los brazos de otra. con
los besos de esa boca que no busca borrar los tuyos.
Ella y yo
ella... la del otro lado del espejo se despertó regañándome hoy por atreverme a
olvidarte
agarra tus recuerdos y se los lleva lejos, donde yo no puedo tocarlos
48
Poemas de Rebeca Eunice Vargas
Erótica
un botón de nervios
una esponja divina
un abismo con fondo
labios que besan con ansia de tragar
humedad dulce para humectar tus labios
te espera
entre mis piernas
disolvencia
me dormí sobre tu pecho
con el cansancio justo de una noche entre tus piernas
me siento en tu cintura
me respiro tu esencia hago mía tu textura
te abrazo desde mi abismo,
hago una danza para sentirte más adentro
49
Poemas de Rebeca Eunice Vargas
me condenso
empieza el día
apenas amanece sobre mi pelvis
tu sol se ha desbordado sobre mi luna
estremeciéndome
animal
luz de luna tu espalda blanca me transforma en coyote
percibo tu esencia con mi nariz de noche
pierdo el control
desgarro
arranco
mastico
te devoro
50
Poemas de Rebeca Eunice Vargas
hemos muerto
para despertar el nuevo aroma de esta selva
hemos muerto
para darle vida a estos monumentos de concreto
afuera
las gotas de lluvia caen desde los cables
adentro
lluevo
Renée
los mensajes
las miradas
lo que le dices a mis amigos para que me lo digan
la insistencia
tu olor a fruta fresca
tus ojos delineados
el desvelo voluntario
la sonrisa que sonroja
51
Poemas de Rebeca Eunice Vargas
tus pecas
las pláticas de brujería
los nervios
decirte que me gustas
tardar días y tres horas para preguntar por un beso
acercarme sin poderte ver a los ojos
ADRENALINA MARIPOSAS GARGANTA SECA
y tus labios suaves, y tu lengua cálida, y tu cuello en mis manos
tus confesiones
y nos veremos otro día
y te quiero ver otro día
tal vez las manos funcionen un poco más y me atreva a bajar del cuello
y sentirme virgen, aunque de eso muchos años ya,
pero lo siento y qué
(Quiero guardar esta imagen en mi mente para que siga lubricando las noches en
que sólo la tengo detrás de una cámara en mi pantalla.)
...Pero tengo que acercarme para despertar con mi nariz el olor a vainilla de su
cuello.
Muerdo, saboreo... me pierdo, me disuelvo dentro de ella...
Política
en el día de la raza
Amanecí imaginando la alegría colectiva de nuestros cuerpos mestizos si hubiésemos
crecido sin el cristianismo impuesto.
O si bailáramos en lugar de llorar una semana entera en pleno verano.
O si habláramos aún el lenguaje del agua sobre los troncos de árboles tropicales.
O si dejáramos fluir la espiral del tiempo que sale de nuestra frente.
52
Poemas de Rebeca Eunice Vargas
Soy híbrida
como la serpiente emplumada.
Tengo esencia de coco y carne de barro.
Y en las marcas de mis heridas tribales
llevo todas las maldiciones de la injusticia.
elecciones
nuestros sueños no caben en sus urnas
basurero de baño de día domingo
broshure de turismo para pobres de fe
justicia …?
por seis mil años, hasta que no queden sino los pútridos envoltorios de los gusanos
que se los comieron, permanecerá condenado su polvo.
su nada.
sobre su lápida nada.
sobre su nada, nada.
sus huesos roídos condenados a un olvido con desprecio.
53
Poemas de Rebeca Eunice Vargas
No hay cura.
Simplemente no hay cura.
El país que tengo atravesado se niega a irse,
y yo a dejarlo ir.
Sin el país que tengo atravesado
me disminuiría el pulso.
Tengo que aprender a vivir con él
como todas hemos aprendido.
A dejarme llevar bailando tango con él.
Cada paso duele hasta la médula de cada hueso,
pero hay que seguir bailando.
Estoy vestida para la ocasión.
(Los muertos, según una leyenda indígena, están enterrados con los ojos abiertos
y los cerrarán el día de la justicia. De esta creencia popular toma Miguel Ángel
Asturias el título de su obra, que cierra la trilogía iniciada con Viento fuerte seguida
de El Papa verde)
Sentís en tu oído un aire caliente, una voz secreta y oculta, sin tiempo…
Hablá. Tarde o temprano los van a encontrar y mientras, vos aquí desangrándote.
Escuchás las botas… ya vienen otra vez… no aguantás otra vez… ya no más…
Con las manos atadas tratás de defenderte. Es en vano, lo sabés. ¿Para qué hablar si
54
Poemas de Rebeca Eunice Vargas
Sangra tu costado, pero no es vino, es sangre. Tenés llagas en los pies y en las
manos, pero no te atraviesan clavos.
Abrí los ojos, mantené los ojos abiertos. Mirá alrededor tuyo: ni un sólo párpado
caído.
55
Aforismos de Sergio Valdés
septiembre, 2011
muere david pinto
septiembre, 2011
la edad no tiene otra medida que el abrazo del afecto sobre la ciudad
septiembre, 2011
Escritor: el que sostiene la victoria de las palabras dentro y fuera del alma humana
(y consuela al lenguaje en caso de una derrota).
Julio, 2011
proclama espontánea, desde fuera de la ciudad acorralada por el crimen
No pido perdón pero repudio a los poderosos nacionales y extranjeros que hicieron
corrupto al Estado y criminal al ejército.
56
Aforismos de Sergio Valdés
No pido perdón pero condeno los genocidios pasados de carne y hueso, y las con-
secuencias de décadas de dictadura.
No pido perdón pero condeno a las iglesias y religiones que hoy anulan la concien-
cia, celebran la ignorancia y hurtan la capacidad de asombro de la población.
No pido perdón ni le pido a ningún dios imposible por el descanso del alma de un
cantautor asesinado o de un campesino desalojado. Condeno, eso sí, mi falta de
voluntad para luchar en contra de la ignominia cotidiana.
junio, 2011
deseo imprevisto
junio, 2011
La crítica pública no es un símbolo más o menos necesario sino la precondición
para la libertad. No importa cuán certera o equivocada, sin ella la sociedad y el in-
dividuo terminan aniquilándose, odiándose, teniéndose lástima, tomando partido a
ciegas y abjurando del buen sentido.
junio, 2011
fútbol
Por ahora, la mediocridad del fútbol guatemalteco es otro síntoma de la patología
social del país. Jugadores, técnicos, directivos (eufemismo de uso corriente para de-
lincuente institucional). En fin, hasta los periodistas deportivos de medios impresos,
narradores radiofónicos, presentadores y comentaristas de television contribuyen
con su voz y sus palabras a la formación de un deplorable murmullo de afirmacio-
nes sin fundamento.
Y tan bello que puede ser el futbol, con sus exteriores populares, sus corazones
tristes y alegres. Sus triunfos. Y sus derrotas sin pasado.
mayo, 2011
En el ámbito de un sueño compartido, apareció el fantasma de la culpa a cuestionar
nuestro hedonismo cotidiano. Intentamos vivir, eso es todo, le dijimos con la boca
exhausta de la madrugada.
57
Aforismos de Sergio Valdés
marzo, 2011
no todo es un plagio
marzo , 2011
muerte al final de una tarde sin pecados
Dueño de una lucidez y una cultura artística poco frecuentes, Jorge Félix formó
parte de una generación que recogió la experiencia de las primeras rupturas de van-
guardia (Roberto Cabrera, Ramírez Amaya, Elmar Rojas, etc.) y la convirtió en una
práctica cotidiana, sin mayores aspavientos, confiando solamente en la extensión de
sus ideas y en un hondo compromiso con su arte y sus técnicas.
Por encima de la aparente abstracción de sus motivos y de un manejo inquietante y
provocador del color, en el trabajo de Jorge Félix destaca una profunda sensibilidad
humana, cuya ausencia hiere el corazón de la ciudad.
Su recuerdo produce alegría y su partida un dolor amenazante.
enero, 2011
aforismo ortográfico
La plenitud y la madurez se alcanzan cuando las cosas más obvias de la vida coti-
diana —aquellas que se descifran sin dificultad, a cada paso, con el más elemental
de los sentidos comunes— se ponen al alcance de la imaginación y la creatividad
problematizadora.
diciembre, 2010
futuro del cine en Guatemala
De nada sirve hacer o enseñar cine sin generosidad, reciprocidad, pasión por com-
partir y aprender, capacidad de reconocer los méritos de otros y ejercer la crítica sin
concesiones.
58
Aforismos de Sergio Valdés
diciembre, 2010
carlos, eva, maja
Los recuerdos no tienen método, es el viento del afecto el que los recoge, con su
hermoso abrazo desordenado e imprevisible.
noviembre, 2010
Los barriletes son como estrellas o luciérnagas matutinas. Hermosas, efímeras, in-
constantes.
septiembre, 2010
aforismo sobre cine
Un cineasta documentalista solo puede mentir (en el montaje) como miente un ac-
tor cuando es honesto en el escenario.
agosto, 2010
cantautores en exilio
Los versos y las melodías de los cantautores nos salvan del horror y restituyen la
paciencia en nuestras manos.
Nuestra capacidad para levantarnos desde las ruinas y rehacer la voluntad de vivir,
se la debemnos en parte a las voces generosas de los cantautores.
Nada cambiaría y todo seguiría igual sin estas presencias encantadas de la vida. Por
ellas, las migraciones se tornan peregrinajes alentadores, las distancias se acortan,
los deseos se cumplen y el reflejo de quienes marcharon antes, alcanza la piel des-
nuda del presente.
agosto, 2010
exilio de una promesa
59
Aforismos de Sergio Valdés
marzo, 2010
6+1 imágenes espontáneras sobre mi madre
febrero, 2010
melendreras
agosto, 2008
la ciudad bulle bajo mis pies
60
Aforismos de Sergio Valdés
febrero, 2007
paternidad
Leo, filmo, escribo y acudo a tus ojos, donde habita mi precaria conciencia del
tiempo.
febrero, 2007
proclama contra el maniqueísmo de izquierda
enero, 2007
La lucha de los artistas por el éxito y el reconocimiento fractura a la imaginación y
acaba con la poesía.
octubre, 2006
revolución de octubre
61
Aforismos de Sergio Valdés
noviembre 2002
ética cardoziana
Detrás de los motivos visibles y de las adscripciones a lo que –de acuerdo a la pro-
pia ética– se considera correcto, existe una lógica secreta, un pensamiento agudo,
que sirve para reinventar y subvertir la realidad.
septiembre, 1999
elogio del desencanto
abril, 2004
breverso a Monzón
octubre, 1988
dios de dioses, rey del performance
62
Debate
63
64
Los duendes ausentes: música,
sociedad y niños de la calle
Mariano González
65
Mariano González: Los duendes ausentes: música, sociedad y niños de la calle
de los noventa al primer decenio del siglo lutando el país y, en el ámbito musical, la
veintiuno en Guatemala. comercialización del rock.
Kroll propone que Bohemia Suburba- Sombras en el jardín muestra letras
na pudo recrear, expresar y traducir, a tra- «que instigan a perder el miedo, que exi-
vés del disco Sombras en el jardín y, es- gían poder hablar y poder hacer libremente,
pecialmente de la canción Peces e iguanas, que abiertamente expresaban que el sexo
algo que se hallaba en el ambiente en ese era fantástico, que retrataban la realidad so-
momento histórico. Tal trabajo fue, a decir cial y referían indirectamente a la siempre
de Kroll, el «que le puso música al desper- negada guerra interna» (2009: 31). Peces e
tar de una generación, aquella que a veces, iguanas, señala Kroll, se vuelve una suerte
con bastante optimismo e ingenuidad, se le de himno generacional. Entre otras cosas,
denomina la generación de la post-guerra» esto sucede porque uno de los mensajes
(2009: 30). Aparece entre ese breve inter- más importantes de la canción es el reco-
valo de optimismo que se produjo después nocimiento de una esperanza que, después
de salir del conflicto y los procesos que vi- de salir de la barbarie del Conflicto Arma-
nieron a instalarse en el momento posterior: do Interno era una gran esperanza: un día
la violencia delincuencial que continúa en- mejor. Así lo dice la canción:
66
Mariano González: Los duendes ausentes: música, sociedad y niños de la calle
67
Mariano González: Los duendes ausentes: música, sociedad y niños de la calle
que estaba ocurriendo y con un compromi- siado, creo que otra canción emblemática
so en la denuncia (probablemente algo in- del grupo, que denuncia un problema so-
genuo). Esto es importante señalarlo dado cial importante es la canción Es como un
que, como lo señala Kroll, después no hay duende. En ella se encuentra una mirada
nada igual en la producción del rock. ¿Qué preocupada sobre la situación de los niños
denuncia, qué crítica se hace actualmente? de la calle. En más de un sentido, uno de
Conozco muy poco de lo que ahora sucede los grupos más excluidos y marginados de
en el mundo de la música, pero me parece la sociedad. Decirlo era llamar la atención
que la expresión personal, sin muchas re- sobre un problema que sigue existiendo,
ferencias sociales es lo que llena la actual como tantas otras taras sociales. Problema
producción musical. En palabras de Kroll: que, como se verá a través del diálogo con
«la escena local deja de demandar otra rea- una entrevista apócrifa (atribuido a Marcos
lidad y opta por reproducirla» (2009: 34). Camacho, alias Marcola), tiene derivacio-
En todo caso, la denuncia en el caso de los nes ominosas.
duendes, no se tomó en serio con resulta-
dos que se pueden contemplar si se coloca Los duendes ausentes y la perspectiva de
la vista en la realidad social guatemalteca, los duendes
especialmente en la deriva delincuencial
que tiene la constitución de no-sujetos (por Sin que se reduzca a un problema de iden-
precarios y olvidados). tidad, el análisis de ésta puede servir como
Por ejemplo, Alto al fuego, como lo una entrada para pensar la situación de los
dice explícitamente el título, es producto niños de la calle. En este sentido, se pue-
del cansancio que producían los conflic- de utilizar el concepto de self que propo-
tos en la región. Sin decir nada respecto al ne Carlos Castilla del Pino como «aquella
ritmo o la calidad de la canción, resulta la formación mental que le hace a uno ser el
formulación de un sector de la población que es precisamente por el desempeño di-
(especialmente ciertos segmentos de jóve- ferenciado de roles, y al mismo tiempo, por
nes) que ya no creía (o no se interesaba) poseer la reflexividad sobre sí que le hace
en ninguno de los bandos contendientes y advertirlo» (2009: 145). Simplificando un
más bien repudiaba los efectos del conflic- poco, el self es la idea que uno tiene de sí
to. Para muchos de ellos, sin sentido. mismo (lo que significa que uno se hace
Puede ser que esto resulte todavía pro- objeto para sí, produce una imagen de sí) y
blemático para cierta izquierda, pero hay también la idea que uno cree que los demás
que aceptarlo: también hubo una parte de tienen de uno.
la población que no creyó en la lucha re- De esta definición pueden surgir conse-
volucionaria y que estaba cansada/asustada cuencias importantes. Por mucho que cier-
por los efectos de la guerra. Para ese sec- tas psicologías ingenuas o voluntaristas lo
tor, Alto al fuego fue una forma válida de propongan, la formación de la identidad y
expresar dicho cansancio. De denunciar, a la valoración propia no sólo está en uno,
través de una letra sencilla, la continuidad sino también en los demás. Esto se va re-
de la guerra, la mezquinidad de los intere- conociendo, incluso, en la génesis y man-
ses personales en juego que existieron y el tenimiento de los trastornos psicológicos.
deseo de trabajar en paz. Y he de insistir De nuevo, Castilla del Pino subraya la
que, aunque sea insuficiente dicho señala- «influencia de los demás en la génesis de
miento, era una expresión válida y que re- los denominados síndromes caracteriales,
cogía parte del sentir de la población. neuróticos y psicóticos» (2009: 158). Otro
Además, sin entrar a polemizar dema- autor, de orientación psicodinámica, P.
68
Mariano González: Los duendes ausentes: música, sociedad y niños de la calle
69
Mariano González: Los duendes ausentes: música, sociedad y niños de la calle
70
Mariano González: Los duendes ausentes: música, sociedad y niños de la calle
71
Mariano González: Los duendes ausentes: música, sociedad y niños de la calle
Bibliografía
Castañeda, M. (2008) «Rock y sociedad: afirmaciones e in- noventa y el rock en Guatemala» en Revista de la Universi-
terrogantes para el debate» en Revista de la Universidad de dad de San Carlos de Guatemala. Abril/Junio/No. 12.
San Carlos de Guatemala. Octubre/Diciembre/No.10. Universidad Rafael Landívar (2011) «O GLOBO Entrevis-
Castilla del Pino, C. (2009) Conductas y actitudes. Barce- ta a Marcolo «Nosotros somos el inicio tardío de vuestra
lona, Tusquets Editores, S.A. conciencia social» en Revista Espacios Políticos. Guatema-
Eagleton, T. (2009) Una introducción a la teoría literaria. la, Universidad Rafael Landívar.
Trad. José Esteban Calderón. México, D.F. Fondo de Cul- Wachtel, P. (1996) La comunicación terapéutica. Princi-
tura Económica. pios y práctica eficaz. Trad. Olga Maiz y Ma. Luisa Delga-
Kroll, Ch. (2009) «Peces e iguanas, centavos y balas: los do. Bilbao, Editorial Descleé De Brouwer, S.A.
72
73
74
La pintura reflexiva
de Ramón Ávila
Juan B. Juárez
Más que analíticos o descriptivos, los tér- los círculos de «conocedores» con relación
minos que usualmente utiliza la crítica de a la percepción y al aprecio del arte contem-
arte para referirse a las diferentes corrien- poráneo y la debilidad crónica de nuestra
tes artísticas que conviven en la actualidad crítica como sistema de comunicación e in-
son de carácter metafórico, meras aproxi- terrelación de las obras de arte con los otros
maciones sugestivas que, en sus orígenes fenómenos culturales y sociales —aunque
y un poco anecdóticamente, aludían a cier- no la enjundia y el vigor con que los críticos
tas características y pretensiones formales, defienden sus respectivas posiciones estéti-
conceptuales o expresivas de las obras de cas y descalifican como arte todo aquello
los artistas pioneros, pero que luego, apli- que no cabe en la pureza de sus conceptos.
cados a otros artistas y a otras obras que, en Resulta evidente, por ejemplo, que
otras circunstancias vitales, desarrollaron mucha de la pintura que por comodidad
esas características y pretensiones hasta y por hábito llamamos abstracta no es en
sus consecuencias ineludibles pero igual- rigor el resultado de un proceso de abs-
mente auténticas, perdieron su débil —por tracción que vaya de las formas de los ob-
ocasional— poder vinculante. Que se sigan jetos particulares a una forma sintética y
utilizando sin rigor y sin las precisiones que esencial que defina un género; también es
plantea la obra de cada artista explica la obvio que, en otra de las vertientes de la
confusión y la superficialidad que priva en pintura abstracta, en las relaciones que se
75
Juan B. Juárez: La pintura reflexiva de Ramón Ávila
establecen dentro del cuadro entre las for- un apartarse del bullicio y los afanes de
mas geométricas y el color se «concreta» la vida cotidiana para alcanzar la concen-
y particulariza algo más que una mera ar- tración que exige la reflexión vital que lo
monía matemática; y ya no digamos en los ha angustiado desde siempre y que ahora
cuadros que se catalogan como expresio- realiza con pleno conocimiento de causa,
nistas abstractos u abstraccionistas orgáni- demorándose en el análisis de sus emocio-
cos u otros marbetes igualmente confusos nes y vivencias, dejándose guiar por sus
que no sólo no describen lo que sucede impulsos, otrora arrebatados pero atempe-
en la obra sino que, además, desvirtúan rados hoy por la experiencia y la sabiduría.
radicalmente el concepto de abstracción. La lucidez y la sabiduría de las reflexiones
La rigurosa y reflexiva pintura de Ra- de Ramón Ávila, claro está, no se expresan
món Ávila tiene, entre otros méritos, la gra- a través de consejos para vivir o pintar me-
vedad, la hondura y la fuerza para imponer jor sino que toman cuerpo directamente en
su presencia por encima del nominalismo su pintura. La reflexión vital que lo ocupa
delirante de las clasificaciones habituales y y lo preocupa no ocurre primero en su men-
envolver al espectador en la densa atmós- te de manera que después pueda aplicar sus
fera que emana de cada una de sus obras. hallazgos a la pintura, sino que ocurre en
Ante ellas, el espectador se «abstrae» de su cada cuadro y se desarrolla lentamente a
mundo habitual y, absorto en los resplan- medida que lo va pintando, o mejor dicho, a
dores y oscuridades del color, se introduce medida que el propio cuadro se va forman-
cada vez más en el tejido leve y mórbido do así mismo. Y es que desde las primeras
de los recuerdos y vivencias que palpitan líneas que traza con cierta ansiedad sobre el
intensos en el corazón y la memoria del papel que, más que esbozar los contornos
artista. La pintura de Ramón es, en efec- de un objeto o un personaje, definen una es-
to, la introspección lúcida de un artista tructura formal que por su propia vitalidad
apasionado que se pregunta por el senti- puede crecer y extenderse indefinidamen-
do del arte y de la vida. En ese sentido, te, hasta el hallazgo de los colores y tona-
su abstracción es, como la del espectador, lidades que parecen haber sido destilados
lenta y laboriosamente de densos estados
emotivos, los cuadros de Ramón parecen
hacerse ellos mismos, independientemente
de la voluntad del artista, al que le exigen,
eso sí, la apertura plena de sus facultades
intelectuales y perceptivas, la más esfor-
zada fineza de sus cultivadas habilidades,
los secretos más honrados y sutiles de su
oficio y, sobre todo, su total aquiescencia
a los dictados de la obra. Y allí, en la to-
tal aceptación de lo que se manifiesta y se
va gestando en el cuadro, es donde real-
mente reside la sabiduría del artista, que
explica no sólo la génesis y el sentido de
su trabajo sino también la conmovedora
serenidad, no exenta de drama ni de con-
flicto, que emana de su pintura reflexiva.
El hecho de que el artista Ramón Ávila
reflexione en su pintura sobre el sentido
76
Juan B. Juárez: La pintura reflexiva de Ramón Ávila
77
Juan B. Juárez: Magda Eunice Sánchez, su obra y su época
78
79
80
Eduardo Juárez
Retrato de borracho con país
Editorial Palo de Hormigo
Guatemala, 2008
115 páginas
Comentario de
Luis Méndez Salinas
81
Luis Méndez Salinas: Retrato de borracho con país
2./ Un retrato y un país la miseria, de la soledad a la borrachera lo ve todo. Sería cómodo quedarnos
El verdadero espíritu de un pueblo pue- inmunda y la resaca, del autismo a la en esa transfiguración, en la revelación
de detectarse, sin mayor trámite, en dos iluminación. Los escenarios (esos su- de la verdad suprema que convertiría a
lugares poco ortodoxos pero sumamente cios telones donde Seleno va dejando Seleno en una alegoría de la redención
efectivos: la iglesia y la cantina. Ambos las manchas de su existencia) aparecen humana (individual o colectiva). Sería
son escenarios reveladores: mientras en uno a la par de otro, como pantallas de cómodo pensar que encontró la luz, pero
la iglesia se materializa el deseo de tras- un videojuego demencial. no. Luego de la terapia, Seleno sale de
cender la realidad y se toma concien- El viaje inicia dentro de un cuartucho La Última Esperanza y se dirige al úni-
cia de los límites de lo humano, en la desvencijado, oscuro y sucio, en don- co punto «que resplandecía como un sol
cantina se vuelve tangible su negación: de Seleno se horroriza de sí mismo y moribundo» en el pueblucho: La Perla
el olvido. La iglesia es un trampolín al revienta un espejo. Luego aparecemos, del Barrio, cantina recién inaugurada
infinito, y la cantina una academia de deambulando con él, por las desnive- en la que lo esperan los personajes más
escapismo. En todo caso, el feligrés y ladas calles de San José Pinula, por la lúdicos y decadentes de San José Pinu-
el borracho no son tan distintos: ambos cantina de La Jefa. Los recuerdos, esos la y de Retrato de borracho con país:
han elaborado una visión particular «lo desgraciados fantasmas que hay que ca- Dejavú, Rockola, Loca Pasión, Tanque
real» que va tomando cuerpo de las más llar a punta de güaro, lo devuelven a la Túnchez, Tumba la Casa, Zapato Orto-
diversas vías: reconocen, no sin dolor y feria de Villa Canales, al pleito con el pédico, Tren Chocado, la Pescado, Niño
cierta angustia, que la realidad no es su- payaso amanerado, al machetazo y a sus de Oro y Chucho con Rabia. El ciclo co-
ficiente, y salen de ella. cuatro años en la cárcel del Infiernito. mienza de nuevo, pero con un tono dis-
Seleno es un ser humano (demasiado Seleno cumple la condena y encuentra el tinto: esa realidad maldita se transfiguró
humano) que combina la sublime intui- amor, ese amor que nunca se materializa y aún se le ve revolcándose en el fondo
ción del místico y la furibunda pasión en la figura de aquella muchacha flaca (oscuro y brillante a la vez) del espejo
del borracho. Eduardo Juárez lo descri- y fea que cautiva a Seleno en Ciénaga que Eduardo Juárez le ha mostrado.
be como un tipo físicamente feo, lleno Grande, y que termina terriblemente
de deseos simples y frustrados, mortifi- violada en medio de la brillante luz de 3./ La estética de la deformidad
cado (como el místico) por pensamien- un día hermoso. La errancia continúa en Reconocer que existe una realidad de-
tos tenebrosos y nefastos recuerdos, y Mazatenango, Pajapita, Coatepeque y forme y a todas luces insuficiente, im-
escondido (como el bolo) en sus pachas El Progreso. Todos, lugares que se ilu- plica para el escritor la búsqueda de una
de alcohol medicinal marca Cruz Roja. minan como el espejismo de un nuevo aproximación estética capaz de antepo-
Seleno es el paradigma de un estilo de comienzo, lugares donde el pasado se nerse a dicha deformidad y, sobre todo,
vida «extremado y peligroso». Es un borra y aparece una utópica e imposible capaz de trascenderla. Ante una proble-
filósofo convencido de que todos veni- prosperidad. mática social, histórica, económica y po-
mos a este sucio mundo con una mal- Así se desliza uno a lo largo de los lítica de enorme complejidad (pongamos
dición colgando sobre nuestra cabeza, y seis capítulos que forman el grueso de la por caso la guatemalteca), sobrepoblada
que es necesario desarrollarla. Seleno es novela, en los que la derrota no deja de de discursos políticos intrascendentes y
un vacío inmenso que desesperadamen- ser sino una terca repetición de sí mis- prioridades nunca resueltas, se niega (o
te trata de llenarse con alcohol. ma. Sin embargo, Juárez incluye, a ma- parece negarse) cualquier manifestación
Juárez nos habla de su origen, el cual nera de epílogo, el pasaje más sorpren- estética congruente. Así, la belleza se
puede situarse más en un gang bang que dente de la narración. Estamos dentro de vuelve sinónimo de silencio, negación
en un big bang: hijo de violación, trau- La Última Esperanza. El hacinamiento o imposibilidad, y el ejercicio creativo
mado al nacer, se odia con vehemencia de los borrachos en el pequeño cuarto de surge entonces como un acto de escapis-
y odia a los malditos que lo rodean. Aún esta casa de rehabilitación (léase «mor- mo y/o de suprema subversión.
así, es un visionario y ha descubierto la gue»), hace todavía más insoportables las Este es el contexto en que aparece ese
farsa: ve a la pobreza con los ojos del alucinaciones de Seleno. Los borrachos «realismo lumpen» que pareciera nutrir
desengañado, sabe de esa gente pobre exudan esa terrible goma que ya tiene la obra narrativa de varios escritores de
que se engaña cotidianamente y lucha un pie en el síndrome de abstinencia, e la escena contemporánea en Guatemala.
y no podrá nunca escapar de la miseria. incomodan al Seleno alucinado que está Retrato de borracho con país inaugura el
Todo eso lo mastica entre una y otra bo- a punto de transfigurarse. Ve una araña ejercicio narrativo de Eduardo Juárez,
rrachera. que suelda (con pistola de soldador y un ejercicio que nadie ha dudado en re-
Retrato de borracho con país es la toda pirotecnia) su tela en la esquina del conocer como «imprescindible» dentro
bitácora de su «inlegendaria» historia. cuarto. Una de las chispas cae en el ojo de ese panorama que solemos entender
Podríamos pensar en un descenso, en derecho de Seleno y propicia una reve- como nuestra literatura actual. En este
un viaje a los infiernos, pero no. Todos lación: abre un túnel que da directo en el sentido, lo que sustenta en gran medi-
hemos descendido antes y el infierno cosmos, y permite a este borracho redi- da el valor de las obras que componen
verdadero se quedó allá arriba. Lo que mido situarse en un plano infinito. Ahí, su bibliografía –Mariposas del vérti-
ocurre en la novela es un desplazamien- habla con su padre (el General) y pierde go (2005), Serenatas al hastío (2007),
to horizontal y errante: de la pobreza a su cabeza. Ahora Seleno es un ojo que Retrato de borracho con país (2008) y
82
Luis Méndez Salinas: Retrato de borracho con país
Exposición de atrocidades (2010)– es la (el aquí, el hoy) de convergencia, reco- ción de pertenencia a lo que se narra en
intención deliberada de retorcer, a extre- nocimiento y diálogo entre las visiones el libro, es quizá por una concepción a
mos inimaginables, una realidad que se del mundo y las posturas estéticas de priori, ajena en todo sentido a la lectura.
percibe y puede llegar a experimentarse escritores que comparten un espacio, Nada más lejano a Juárez que esa mira-
en todo su dramatismo. un tiempo y, hasta cierto punto, una vi- da (resentida o nostálgica) que observa
El resultado es un conjunto de me- sión. Me refiero aquí a Byron Quiñónez, un «centro» al cual no pertenece y que
canismos textuales (relatos breves, no- Arnoldo Gálvez Suárez, Javier Payeras, le genera conflictos. Me seduce la idea
velas) que imponen sus propias leyes Francisco Alejandro Méndez, Estuardo de que este libro sea capaz de prescindir
para ser leídos, ajenos por completo a Prado, Denise Phé-Funchal, Julio Calvo por completo de un centro y sus respec-
ese arbitrario sistema de balanzas que es Drago, Julio Prado, y otros tantos, cuya tivas periferias, o bien, que se plantee
el canon. Literaturas anómalas, desen- obra narrativa tiene sorprendentes pun- la posibilidad de desplazamiento por
cajadas pero sumamente rigurosas, que tos en común con la de Eduardo Juárez, múltiples centros, autónomos e igual de
atentan contra ese autocomplaciente al igual que múltiples y enriquecedoras importantes. Al fin de cuentas, la reali-
ideal de una «novela nacional», un «hé- divergencias. dad (o lo que pensábamos de ella) se ha
roe», una «épica». Todo lo contrario: un fragmentado.
antihéroe inmundo y verosímil, que con 4./ La marginalidad ha muerto Juárez logra instaurar una estética a la
sus grotescas muecas trata de poner a O está a punto de morir. Percibo la na- medida de un momento crítico que aún
esa Guatemala sórdida y violenta frente rrativa de Eduardo Juárez como un anda- atravesamos: la muerte de nuestro espe-
a una Guatemala igual de sórdida pero mio de cuatro pisos instalado en el cen- jismo de la modernidad o el inicio de lo
autónoma, con la posibilidad de redi- tro mismo de nuestra posmodernidad. que esté del otro lado. Es interesante ver
bujar sus propios límites y de volverse Sí, Guatemala, país posmoderno: no la similitud de este programa (que im-
creación. tanto porque haya resuelto la problemá- plica no únicamente la postura estética,
No es casualidad que las estrategias tica implícita en esa modernidad tardía sino la visión de un mundo radicalmente
favoritas de Juárez sean el humor negro que experimentamos como imposición deformado) con un género literario que
y descarnado, la risa estentórea que des- durante el siglo XX, sino porque le ha surge en la España (también en crisis)
emboca en un alarido de angustia, la sá- dado la espalda a dicha problemática, de 1920: con su libro Luces de bohemia,
tira mordaz, la precisión crítica y, sobre rechazándola, lanzándola lejos. Mo- Ramón del Valle-Inclán instaura un nue-
todo, el magistral manejo de contrastes, dernidad plagada de dicotomías exclu- vo género, una nueva forma de ver y ha-
luces, sombras, y contraposiciones vio- yentes y caducas, una de las cuales (la cer literatura: el Esperpentismo. Para él,
lentas, capaces de encontrar «belleza en del «centro» y el «margen») ha sali- el esperpento es una deformación, capaz
la fealdad». En resumen, un juego de es- do al ruedo dentro del discurso crítico de traducir con toda su potencia creativa
pejos que, como quería Shelley, tiene la que ha generado la obra de Juárez. La «el sentido trágico de la vida española», a
potestad de «hermosear lo deformado». «marginalidad» ha sido vista por Nadi- partir de una estética «sistemáticamente
Así, la posibilidad de establecer ge- ne Haas como un «concepto clave para deformada». España, «caricatura de la
nealogías, vínculos deterministas, pater- abordar» Retrato de borracho con país. civilización europea»; Guatemala, cari-
nidades, entre esta vertiente de la litera- Ronald Flores, por su parte, se refiere a catura del mundo moderno. Afinidad y
tura contemporánea y esa invención sin Juárez «como el más preciso cronista de preocupaciones semejantes: veo a estos
rostro de la «tradición literaria guatemal- la marginalidad social». Puede que estén dos autores con un mismo juego de he-
teca» me parece cada vez más remota. en lo cierto; sin embargo, creo adecuado rramientas: violencia en el contraste, co-
Que sea el crítico el que encuentre (si es situar el trabajo narrativo de este escri- sificación de lo humano, animalización
que existen) esas líneas que nos condu- tor dentro de un ámbito que sobrepase la de los personajes, caricatura, obsesión
cirían desde el grotesco posmodernista dicotomía centro-margen. por los detalles mórbidos y grotescos,
de Arévalo Martínez a la sordidez de los Retrato de borracho con país no pre- distorsión y riqueza en los registros de
ambientes en El Señor Presidente. Creo, senta, a mi juicio, indicio alguno que lenguaje, degradación de los ambientes;
más bien, en la utilidad de plantearse la defina al autor, a los personajes y a los la lista sigue.
configuración de un espacio sincrónico escenarios a partir de su contraposición Eso que queda al fondo del retrato es
a un «centro» reconocido como tal. Si, un país siempre en búsqueda de un nue-
como lectores, somos capaces de «reco- vo comienzo, de un verdadero principio.
nocer» un centro que define por nega- Mientras éste llega, sé que las paredes
de su estrecho cuarto seguirán llenán-
dose de los esperpénticos garabatos que
Eduardo Juárez, como ningún otro, sabe
pintar.
83
Imágenes: Ramón Ávila
(Barcelona, 1934).
Portada
Pintor, dibujante, grabador, diseñador gráfico.
Reflexión II. Estudios artísticos en la Escuela de Bellas Artes,
Óleo sobre tela. en la Escuela Industrial y en el Fomento de Artes
1.60 x 1.70 metros. Decorativas en Barcelona; Artes gráficas, dibu-
2008. jo, artes visuales y grabado en Brasil entre 1957
y1963, mientras trabajaba como director creativo
Ensayos de J. Walter Thompson, en Sao Paulo. En 1963
Viento normal. se estableció en Guatemala, en donde fundó la
galería Tornada (Actualmente Arte Papel, S.A.)
Óleo sobre madera.
dedicada a ediciones serigráficas de obras de
0.36 x 0.44 metros. artistas latinoamericanos, algunas de ellas pre-
2006. miadas en Estados Unidos, España y Japón. Ha
participado en más de 200 exposiciones persona-
Letras les y colectivas en Guatemala, Argentina, Brasil,
El circo. Costa Rica, Chile, El Salvador, España, Estados
Técnica mixta. Unidos, Francia, Honduras, Italia, Japón, México,
0.75 x o.95 metros. Nicaragua, Puerto Rico, República Dominicana,
Suiza y Taiwán. Actualmente está preparando una
1970.
exposición retrospectiva que se inaugurará en los
primeros meses de 2012. Su obra se encuentra en
Debate colecciones públicas y privadas en diversos países
El buscador del mar. de América y Europa.
Óleo sobre tela.
1.00 x 1.20 metros.
2008.
Arte
Toro en el campo.
Serifrafía.
50.8 x76.2 cms.
1984.
Comentarios
Mujer.
1.20 x 1.20 metros.
Mixta sobre madera.
1974.
84 84
Sobre los colaboradores:
Rebeca Eunice Vargas Guatemalteca. Poeta. Encargada del área cultural de FLACSO.
Pertenece a la más reciente promoción de poetas guatemaltecas.
Sergio Valdés Pedroni Guatemalteco. Crítico y cineasta, cuenta dentro de su obra con una
abundante producción filmográfica. Columnista. Promotor cultu-
ral.
85