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Universidad de San Carlos Ensayos

de Guatemala
Lic. Estuardo Gálvez El indio por un indio: una versión crítica del mestizaje indígena de
Rector Guatemala
Mario Roberto Morales/5
Dr. Carlos Guillermo Alvarado Cerezo
Secretario General
Estética urbana: síndrome de Melquiades
Licda. Luz Arminda Barrios Jaime Barrios Carrillo/13
Jefa de la División de
Publicidad e Información
La narradora de sueños
Rafael Gutiérrez Esquivel Michelle Juárez/22
Director de Revista USAC
De banana republics a repúblicas maquileras
Roberto Ganddini Gudiel
Coordinador administrativo Rafael Cuevas Molina/31
de Revista USAC
Letras
Comité Editorial
Roberto Ganddini Gudiel
Gustavo Bracamonte
Rafael Gutiérrez Esquivel Poemas
Rebeca Eunice Vargas/45
Colaboradora bibliotecológica
Dora María Cardoza Meza
Aforismos
Colaboradores Sergio Valdés/56
José Mejía/Dina Posada/
Miguel Ángel Barrios/Anabella Paiz/ Debate
Luis Díaz/Edelberto Torres-Rivas/
Moisés Barrios/Javier Payeras
Ilustración de portada, Los duendes ausentes: música, sociedad y niños de la calle
separadores e ilustraciones interiores Mariano González/65
Ramón Ávila
Diseño Arte
Rafael Gutiérrez Esquivel/
Sergio Rodríguez
Diagramación La pintura reflexiva de Ramón Ávila
Sergio Rodríguez Juan B. Juárez/75

Julio-Septiembre / Número 21 / 2011 Comentario


Correspondencia y canje
Universidad de San Carlos de Guatemala
Ciudad Universitaria, zona 12 Retrato de borracho con país
Ciudad Guatemala Luis Méndez Salinas/81
Edificio de Rectoría, Oficina 310
Teléfonos: (502) 24187640 y 24187642
Correo electrónico:
cazadorocote@gmail.com

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L
a rigurosa y reflexiva pintura de Ramón Ávila tiene, entre otros mé-
ritos, la gravedad, la hondura y la fuerza para imponer su presencia
por encima del nominalismo delirante de las clasificaciones habituales
y envolver al espectador en la densa atmósfera que emana de cada
una de sus obras. Ante ellas, el espectador se «abstrae» de su mundo habi-
tual y, absorto en los resplandores y oscuridades del color, se introduce cada
vez más en el tejido leve y mórbido de los recuerdos y vivencias que palpitan
intensos en el corazón y la memoria del artista. La pintura de Ramón es, en
efecto, la introspección lúcida de un artista apasionado que se pregunta por el
sentido del arte y de la vida. En ese sentido, su abstracción es, como la del
espectador, un apartarse del bullicio y los afanes de la vida cotidiana para al-
canzar la concentración que exige la reflexión vital que lo ha angustiado desde
siempre y que ahora realiza con pleno conocimiento de causa, demorándose
en el análisis de sus emociones y vivencias, dejándose guiar por sus impul-
sos, otrora arrebatados pero atemperados hoy por la experiencia y la sabiduría.
La lucidez y la sabiduría de las reflexiones de Ramón Ávila, claro está,
no se expresan a través de consejos para vivir o pintar mejor sino que toman
cuerpo directamente en su pintura. La reflexión vital que lo ocupa y lo pre-
ocupa no ocurre primero en su mente de manera que después pueda aplicar
sus hallazgos a la pintura, sino que ocurre en cada cuadro y se desarrolla len-
tamente a medida que lo va pintando, o mejor dicho, a medida que el propio
cuadro se va formando a sí mismo. Y es que desde las primeras líneas que
traza con cierta ansiedad sobre el papel que, más que esbozar los contornos
de un objeto o un personaje, definen una estructura formal que por su propia
vitalidad puede crecer y extenderse indefinidamente, hasta el hallazgo de los
colores y tonalidades que parecen haber sido destilados lenta y laboriosamen-
te de densos estados emotivos, los cuadros de Ramón parecen hacerse ellos
mismos, independientemente de la voluntad del artista, al que le exigen, eso
sí, la apertura plena de sus facultades intelectuales y perceptivas, la más es-
forzada fineza de sus cultivadas habilidades, los secretos más honrados y su-
tiles de su oficio y, sobre todo, su total aquiescencia a los dictados de la obra.

Juan B. Juárez

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El indio por un indio:
una versión crítica del mestizaje
indígena de Guatemala

Mario Roberto Morales

El proyecto literario que compartí con lugar en 1972 (el primero fue declarado de-
Luis sierto). Ambos desechamos nuestras nove-
las porque creímos en las descalificadoras
Fui testigo de la hechura de la única novela críticas que nos hicieron algunos «amigos»
de Luis de Lión, El tiempo principia en Xi- de entonces. Una versión primeriza de la de
balbá, de la misma manera en que él atesti- Luis se publicó en Guatemala en 1985, un
guó cómo escribía yo Obraje, la primera de año después de su secuestro y desaparición
las mías. Ambos habíamos decidido hacer forzada por parte del Ejército Nacional,
dos narraciones circulares o esféricas, una y luego, en 1997, apareció la versión que
que expresara las problemáticas indígenas recogía su última corrección del original.
y otra que hurgara en las ladinas, según am- Mi novela, cuyo manuscrito estuvo perdido
bas nos concernían a Luis y a mí. Las es- durante 23 años debido a las vicisitudes de
cribimos al mismo tiempo. La mía ganó el la lucha armada, vio la luz en México en
primer lugar en el Premio Centroamericano el 2010.
y del Caribe de Novela de 1971, en Quet- De Luis fue la feliz idea de «matar a
zaltenango, y la de Luis obtuvo el segundo Miguel Ángel Asturias» leyéndolo más y

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Mario Roberto Morales: El indio por un indio

de mejor manera, a fin de comprender su sonriendo con picardía: «No pude, vos. El
inmenso aporte, ya aplastante e inmovi- viejo (Asturias) se me coló por todos lados,
lizador para entonces (1972), a fin de no junto con el Popol Vuh».
imitarlo sino, por el contrario, partir de lo Las frases de Luis eran hondas en me-
que había logrado para hacer algo distinto dio de su aparente superficialidad jocosa.
y honrarlo así de manera consecuente. De Una vez me dijo: «Yo supe que era indio
él fue la idea, pero a mí me tocó escribir hasta que bajé a la Antigua; antes era perso-
la especie de manifiesto generacional que na». Y cuando le mostré unos relatos míos,
se titulo precisamente «Matemos a Miguel escritos según las estéticas del realismo
Ángel Asturias» y que causó un revuelo tal, mágico y con personajes indígenas, se me
que todavía sigue provocando controver- quedó viendo con su sonrisa de siempre y
sias. murmuró: «Están bonitos, vos, pero mejor
A Luis le interesaba hallar una expre- dedicate a tus ladinos y dejame los indios a
sión personal que diera cuenta del mundo mí». Otra vez, le cité una frase de Cardoza
indígena que él conocía por experiencia según la cual «El perro es el indio del in-
vital, sin caer en los hipnóticos artificios dio», y Luis, como impulsado por un resor-
vanguardistas de Asturias. Una clave la en- te, exclamó: «No es el chucho, vos. Es la
contró en José María Arguedas, otra en el mujer». ¿Cómo no hacerle caso en cuanto
Agustín Yáñez de Al filo del agua y otra en a aquello de «dejarle los indios a él», si su
Rulfo. Con estas armas pudo asumir la in- experiencia vital lo autorizaba a escribir
fluencia de Asturias sin pena ni culpa, aun- sobre ese mundo lacerado por la explota-
que cuando terminó su novela me confesó ción económica y la opresión cultural? Sin

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Mario Roberto Morales: El indio por un indio

embargo, el problema que enfrentábamos narraciones estructuralmente dislocadas y


los dos era que ni los indios ni los ladinos enunciadas «desde dentro» del entorno so-
constituían mundos aparte sino, muy por cial que abordaban y con las voces mismas
el contrario, universos interconectados y de los protagonistas. Los dos intentamos
articulados de miles de maneras híbridas y hacer narraciones «esféricas» y no linea-
mestizas que, a pesar de no borrar las dife- les, porque concebíamos que lo concreto
rencias ni las discriminaciones, nos hacían no empieza ni termina, sino sólo se mueve.
compartir realidades económicas, cultura- La plena modernización de la novela gua-
les y políticas, las cuales, tanto en su caso temalteca culminaría en la segunda mitad
como en el mío, convergieron en la juvenil de los setenta, pero el proceso empezó con
militancia idealista de izquierda para cam- estas dos obritas.
biar el país y solucionar sus problemas. Cuando  pienso en la monumentalidad
Fue en este marco cultural y político de Al filo del agua y en el corto aliento de
que Luis y yo quisimos pintar la ruralidad las novelitas que hicimos Luis y yo bajo
guatemalteca ya tocada de lleno por la mo- su influjo, y en que Carlos Fuentes había
dernidad, pero que retenía las mentalida- publicado La región más transparente en
des premodernas con las que la población 1958 pero que no fue sino hasta la segunda
asumía las novedades de una nueva era que mitad de los años setenta que pudimos asi-
no acababa de desplazar el pasado a pesar milar el aporte del Boom y escribir novelas
de sus insistentes prédicas futuristas. Él lo estéticamente independizadas de la influen-
quiso hacer reinventando su pueblo desde cia de Asturias y contemporáneas de la lite-
la perspectiva de un indio. Y yo, reinven- ratura del resto del mundo, me doy cuenta
tando el mío desde la de un ladino. Ambos de las frustrantes consecuencias del aplas-
tratamos de escribir lo que entonces en- tante peso del aislacionismo cultural que
tendíamos como «antinovelas», es decir, los regímenes oligárquico-militares han

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Mario Roberto Morales: El indio por un indio

construir una novela que le debe a la tradi-


ción literaria latinoamericana mucho de su
originalidad: de Rulfo interiorizó cierta vi-
sión fragmentaria de la intemporalidad fic-
cional; de Yáñez, el muestreo en estampas;
de García Márquez los tonos nostálgicos al
describir la vida rural; de Flavio Herrera,
el tremendismo sexual; de Asturias, los
momentos mágicos; y de Arguedas, la po-
sición de mestizo conflictuado, escindido
desde la que narra su historia.
El libro alcanza su clímax cuando un
indio que se ha robado la estatua de la Vir-
gen de Concepción, se desnuda y empieza
violarla. En el acto mismo, en las tribula-
ciones del violador y en la llegada de todos
los demás a su casa, así como en la actitud
cínica y desenfadada de la Virgen quien,
luego de condescender de buen grado a
hacer el amor y ser calificada de puta por
el autor y por los personajes, les advierte a
los indios que no esperen similares favores
para todos—, se expresa el conflicto de la
aculturación: el sentimiento de inferioridad
impuesto en mi país y de la ingrata cuan- ante al conquistador y ante el criollo y el
to necesaria tarea que tuvimos que asumir: ladino: ante sus deidades y sus símbolos de
poner al día una literatura rezagada. poder, ante el ideal de belleza eurocéntrico
que el indio no percibe como criollo sino
Las claves de su novela como ladino. Pero a pesar de todo, es un in-
dio el que logra poseer a la Virgen, la única
Luis repitió muchas veces que él ha- ladina del pueblo, según el autor; es uno el
bía descubierto que era indio cuando bajó indio que logra cumplir el sueño colectivo
a la Antigua desde su aldea San Juan del de hacer suya la otredad ansiada, el espejis-
Obispo. Decía que mientras vivió su niñez mo del esclavo ante el amo (ser como éste
en la aldea, esa pertenencia étnica, tanto para oprimir a otros como el amo lo oprime
más dolorosa cuanto más incursionaba en a él). Ciegos, no son los hombres quienes
el mundo ladino, no existió para él como perciben el problema, sino las mujeres.
diferenciada, pues el polo de comparación La obtención de la ladina es el ideal im-
tampoco existía en su imaginario. En su posible cumplido con dolor. Pues la ladina
novela, Luis expresa el trauma de la ladini- (o criolla) representa para el indio un ideal
zación como un dejar de ser indio ante los opresivo, humillante, destructivo, autone-
indios y un no poder dejar de ser indio ante gatorio y sin embargo deseable. Aquí, en la
los ladinos. Se trata de un limbo, una tierra denuncia de esta mentalidad acomplejada
de nadie parecida a la del ladino colonial la brota la crítica y la autocrítica indias (no
que pisa el indio ladinizado: una crisis de «mayas») de Luis de Lión, quien asumió la
identidad que se disuelve en el alcoholismo indianidad trastocando su sentido despec-
y la violencia. Con este tema, se lanzó a tivo y dotándola de una dignidad y un or-

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Mario Roberto Morales: El indio por un indio

gullo rebeldes que fueron desconstructivos artificiosamente al indígena, especialmente


tanto de la ladinidad como de sí misma. En visible en la progresía políticamente correc-
sus últimos años, Luis escribió poemas en ta de intelectuales y artistas criollos y ladi-
los que el mismo problema quedó plasma- nos. He aquí, para su pesar, una novela que
do en un lenguaje menos desgarrado y más corre de adelante hacia atrás, como metá-
conciliado con su transculturación, su mes- fora de la involución que su autor percibía
tizaje y su hibridación cultural. Por ejem- en nuestra modernidad colonizada. No hay
plo, el dedicado a Brigitte Bardot. en ella nada de folklorismos idealizadores
El acto de asumir la «occidentalidad» ni de ofrecimientos de «buen salvaje», sino
inevitable, así como la indianidad conflic- una visión de primera mano y desde la in-
tiva, es lo que Luis elabora literariamen- dianidad de nuestro mestizaje conflictivo.
te. Su expresión es anterior a los planteos La ladinidad primero y la «occiden-
posmodernos de un ingreso de los indíge- talidad» después han sido los espejismos
nas en la modernidad conservando una re- que los indígenas han ansiado y han odia-
cién construida identidad «maya.» Su obra do porque a la vez se les ofrecen y se les
constituye la expresión del desgarramiento niegan. Y la identificación que la explota-
que algunos indígenas han suturado iluso- ción ha hecho del indio con el atraso y la
riamente con su incursión en el mercado de miseria, es lo que rechaza el ladino porque
la solidaridad internacional, promovida por amenaza su sentido de bienestar. Sin llegar
las potencias colonizadoras que él comba- a proponer el absurdo ideal del melting pot,
tió sistemáticamente desde su militancia de asumamos que el «otro» habita en nosotros
izquierda. y que es parte constitutiva nuestra, dado el
La negación del «otro» como recurso intenso mestizaje biológico y cultural de
de autoafirmación constituye el mecanis-
mo-eje del conflictivo mestizaje guatemal-
teco: la negación del indio que todo ladino
lleva dentro (por razones originarias, colo-
niales, de mestizaje) y la negación del ladi-
no que todo indio aborrece pero que tiene
de modelo impuesto por la colonización, la
explotación capitalista y la opresión cultu-
ral moderna, es una negación inútil. Ni los
indios ni los ladinos quieren asumir que el
«otro» habita en ellos mismos, y que el ma-
lestar de la cultura mestiza (indio-ladina)
radica en la infructuosa negación de su in-
corporada «otredad».
Luis planteó ese conflicto desde una
perspectiva del indio. Los ladinos deben
hacerlo también, asumiendo que si aborre-
cen al indio es porque quieren negar que,
como en el cuento de Francisco Méndez,
un «indito» hacer sonar una sonaja en su
corazón y lo anima. Se evitaría así otra
reac­ción ladina que es cara de la misma
medalla: la de la autonegación expiatoria y
el autodenigramiento culposo para ensalzar

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Mario Roberto Morales: El indio por un indio

los últimos cinco siglos. A partir de allí, mos sus amigos, lo reconocemos como un
podemos establecer diferencias mestizadas hombre cabal y un escritor sincero.
y crear una normativa para que las mismas
sean respetadas por unos y por otros. Pero La importancia literaria y antropológica
la fórmula inversa, es decir, establecer di- de su novela
ferencias esencializadas para profundizar
más la negación infructuosa del «otro», eso El tiempo principia en Xibalbá es un
solamente expresa que se está actualizando libro primerizo en el género novelesco y no
un viejo problema: el del mestizaje conflic- una obra de madurez ni mucho menos. Esto
tivo de origen colonial. Lo que necesitamos lo entendía Luis, y por eso nunca publicó la
comprender todos a estas alturas es que el novela. No quería que fuera leída como una
hecho de ser mestizos no nos hace iguales, obra primitivista, al estilo de las pinturas
sino individuos con diferencias mestizadas decorativas que para turistas y antropólogos
y articuladas de innumerables maneras, y enamorados de su objeto de estudio hacen
que la tarea política que tenemos por delan- los masificados artistas «étnicos». Él quería
te es democratizar nuestra interculturalidad madurar su expresión y expandirla, tanto
racista e interdiscriminatoria. en hondura de contenido como en rigor for-
El título de estas líneas es el mismo que mal. Pero en el camino dejó de interesarle
Luis le dio a un artículo periodístico suyo la novela como género porque descubrió la
en una conocida revista de los años setenta poesía. La última vez que lo vi, a princi-
en la que escribíamos semanalmente varios pios de 1982, así me lo dijo: «Todos quería-
amigos sobre un mismo tema. Esa vez el mos ser novelistas porque soñábamos con
tema fue «El indio», y Luis lo abordó desde ser como Asturias y como el Boom, y nos
esa condición, negada por los propios in- olvidamos de que con la poesía podemos
dígenas ladinizados y, ahora, también por expresarlo todo sin tener que contárselo a
los que se autodenominan «mayas», con nadie». Luis echaba así por la borda toda
una dignidad que alcanza sus mejores cum- la preocupación técnica que implicaba la
bres cuando critica y autocritica las actitu- novela en aquellos años (cuando se recu-
des vergonzantes de quienes cobardemente rría a la experimentación posvanguardista
intentan escamotear la propia condición para expresar la diversidad cultural), y se
étnica para identificarse y equipararse a los entregaba a su propia subjetividad median-
«otros», sus alteregos, a la vez apetecidos y te versos que lo han inmortalizado como el
odiados. hombre maduro que era cuando los asesi-
Luis siempre se autoidentificó como nos le tocaron el hombro en 1984.
indio, y lo hacía sonriendo, sin la más mí- Las razones por las que su novela ha
nima sumisión, orgulloso de no avergon- captado la atención de tanta gente, dentro y
zarse de sí mismo y sabiendo que era tan fuera de Guatemala, se debe a varias razo-
humano como cualquiera otro, a pesar de nes. Las menos importantes tienen que ver
las desventajas económicas que su etnici- con la moda «maya» instaurada por la coo­
dad le había deparado, al igual que a todos peración internacional y por lingüistas y
los suyos. antropólogos estadounidenses imbuidos de
Es desde esta trinchera que se relacio- acción afirmativa, Identity Politics, ansias
na con el mundo y que escribe su novela, de intermediación y corrección política.
sus cuentos y poemas. Y es por esto que se Esta última es resultado de la mezcla del
labró un lugar indiscutido en la historia de conductismo y el puritanismo que animan
la literatura hispanoamericana. Es también la cultura de la mayoría silenciosa de la que
por esto que quienes lo conocimos y fui- suele provenir gran parte del profesorado

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Mario Roberto Morales: El indio por un indio

que culposamente se acerca al «subalterno» ba. Luis no idealiza al indio. Al contrario,


como objeto de estudio, a favor del cual se lo ve como un sujeto insuficiente, estático
siente compelido a interceder para aplacar en el tiempo e incluso involutivo. Y se re-
su insoportable mala conciencia. bela contra eso siendo duro con los suyos
Las razones importantes por las cuales y consigo mismo; riéndose amargamente
El tiempo principia en Xibalbá interesa a de la propia condición para despertar la
tanta gente, tienen que ver con la definida conciencia colectiva, no para victimizarse
posición identitaria de su autor a la hora ni provocar empatías paternalistas ni para
de fijar su punto de vista para escribir una escalar en un mundo que él puede ver cla-
alegoría autodesconstructiva de la condi- ramente como lo que es: el mundo del po-
ción colonial del indio en la modernidad der que se le ofrece y a la vez se le niega
hispanoamericana. Me parece que éste es (como la Virgen de Concepción, quien era
el núcleo crítico que ubica a esta novela una puta ladina parecida a una imagen crio-
como imprescindible en nuestra historia li- lla de la Madre de Dios, siempre coqueta,
teraria, a pesar de su naturaleza primeriza y perturbando a la indiada desde un altar de
juvenil. Es un diamante insuficientemente la iglesia en la aldea).
pulido pero primorosamente cortado hasta Luis era demasiado digno como para
el hueso, con todo el dolor que eso implica- incurrir en el victimismo o algo parecido.

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Mario Roberto Morales: El indio por un indio

Doy plena fe de ello. Por eso es que resulta líneas han querido sólo enfatizar en puntos
insufrible que se lo tilde de «maya» o que que resultan imprescindibles para com-
se diga que escribió en español porque no prenderlos a ambos. Puntos que a menudo
pudo escribir en cachiquel, y otras tonterías se soslayan idealizando la condición étnica
políticamente correctas por el estilo. Luis del autor y su obra como partes de una otre-
amaba el idioma castellano, lo estudiaba, dad esencial que él habría repudiado. Lejos
lo pulía, se lo enseñaba a sus alumnos. Y de esto, El tiempo principia en Xibalbá es
conocía la tradición literaria escrita en ese una interpretación del mestizaje guatemal-
idioma, que era el suyo porque no habla- teco desde la condición étnica de un indio
ba ni una palabra de cachiquel. «Mi mamá ladinizado que desmitifica estereotipos de
nunca me lo quiso enseñar», me dijo una un lado y del otro, y que por ello se fun-
vez, «porque quería que yo me defendiera da como una voz de autoridad crítica que
en el mundo ladino». Y vaya si se defen- les habla a los mestizos, no importa si son
dió. Lejos de intentar una interpretación criollos, indios, negros, mulatos, «mayas»
exhaustiva de la novela y de su autor, estas o ladinos.

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Estética urbana:
síndrome de Melquiades

Jaime Barrios Carrillo

«La ciencia ha eliminado las distancias», pregonaba Melquíades. «Dentro de


poco, el hombre podrá ver lo que ocurre en cualquier lugar de la tierra, sin
moverse de su casa»...
…«En el mundo están ocurriendo cosas increíbles –le decía a Úrsula–. Ahí
mismo, al otro lado del río, hay toda clase de aparatos mágicos, mientras nosotros
seguimos viviendo como los burros».
Gabriel García Márquez/ Cien años de soledad.

En la nueva novela latinoamericana abier­ José Rosero. En ambas la clase media actúa
tamente se plasman las tendencias de una envuelta en un marasmo de agonía urbana,
actual estética urbana. El crítico sueco Ulf caos e impunidad. La emblemática «zona
Eriksson recalca que ha habido un cambio más transparente», la antigua Anáhuac
esencial de estructuras y temáticas. También de Alfonso Reyes, intertextualizada por
comenta la visión del mundo que encuentra Fuentes, ha sido superada ahora por la
en algunas obras representativas del Siglo marginalidad masiva, la contaminación y
XXI. Eriksson compara con el boom, la violencia.
sobre todo Fuentes, Vargas Llosa, Donoso La Ciudad de Guatemala, en este
y Cortázar, en donde la ciudad y la gran sentido lo confirmaría, porque parece haber
capital eran todavía mundos fascinantes a perdido el alma, es decir la «vida callejera».
descubrir y experimentar. Eriksson ve una Se vive en una cuidad desalmada. Caminar
restauración del enlace ficción y realidad en por las calles a pie resulta un estrés físico y
las novelas del guatemalteco Rodrigo Rey sicológico. Viajar en un bus es arriesgarse
Rosa, especialmente Piedras encantadas a ser asaltado o asesinado. Y los riesgos
y en la obra Plutón del colombiano Evelio de la vida callejera producen el candado

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Jaime Barrios Carrillo: Estética urbana: síndrome de Melquiades

social o casas y edificios con alarmas, No podemos evitar el recordar aquella


cámaras, perros, vigilantes y hasta cercas célebre como falsa suposición, de que
eléctricas. También la proliferación de los se había llegado al fin de la historia. El
malls o centros comerciales cerrados y mercado solucionaría todo. El mecanismo,
supervigilados, que substituyen más y más ciertamente, ha sido eficiente en la
a la vida comercial, cultural y social de asignación de recursos y producción de
los espacios abiertos en calles y plazas. El riqueza pero sólo para los que están dentro
miedo es lo que priva y se busca seguridad del mercado. En muchas partes del mundo,
desde el miedo y no desde la solidaridad millones de personas están todavía «afuera»
y la confianza. La Ciudad de Guatemala y sobreviven apenas con actividades
es una especie de urbe penitenciaria, sin denominadas con el eufemismo de «sector
lugares públicos, disminuidos por razones informal», que va desde las ventas callejeras
de seguridad, lo que ha llevado a un estilo de toda clase de mercancías, muchas veces
de «feudalismo urbano» excluyente y a una contrabando, hasta la mendicidad y la
vida cultural y artística raquítica y elitista. prostitución.
Este es el entorno donde, esencialmente, se ¿Cuál es el papel del arte y sus posibili­
produce el nuevo arte y la nueva literatura dades en el contexto de la economía informal,
de la Guatemala urbana. de la sobrevivencia informal? ¿Cuáles

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Jaime Barrios Carrillo: Estética urbana: síndrome de Melquiades

pueden ser las formas y los contenidos Años después, esta vez en la ciudad
estéticos en medio de la pobreza? Entre el brasileña de Sao Paulo, un elenco ambulante
arte y las maras, buena parte de la juventud monta una obra de teatro en la calle. La
guatemalteca se queda con las pandillas. ¿Y gente que pasa comienza a detenerse.
quiénes serán los espectadores, los lectores, Pronto hay un círculo alrededor de los
los observadores? ¿Pueden consumirse el tres actores, dos hombres y una mujer que
arte y la literatura como partes del mercado representan con realismo dramático una
o tendrán otra u otras funciones? escena de violación. Todos vestidos con
En Chile, en las postrimerías de la larga ropas anaranjadas y los rostros pintados
y amarga dictadura del general Augusto del mismo color. No obstante el «público»
Pinochet, que tuvo una guerra declarada comienza a indignarse y se crea una
e infame contra la estética, unos jóvenes atmósfera de tensión que amenaza a los
creadores de Santiago consiguieron el actores masculinos, en peligro ahora de
dinero suficiente para alquilar una avioneta, agresión por parte de la masa. Es entonces
de esas que lanzaban volantes de publicidad que termina la actuación y la mujer
comercial. Hicieron paquetes con un poema explica, dirigiéndose al «público», que se
ilustrado que hablaba de amor y libertad y trata de teatro callejero y que el objetivo
a la hora pico, la del tráfico incesante, la de es hacer conciencia sobre la violencia
las salidas masivas de los centros de trabajo sexual. Algunos peatones continúan su
a buscar el almuerzo en las calles, fueron marcha, casi decepcionados, porque «no
tirando sobre la capital chilena, desde la era real». Algunos protesta, otros aplauden
pequeña nave, miles de hojas sueltas con y la «función» concluye en una especie
el poema. Uno de los paquetes no se desató de improvisado debate callejero sobre el
y cayó pesadamente y a gran velocidad en tema.
una comisaría de policía, traspasando un Volviendo a Ciudad de Guatemala, a
techo endeble y haciendo gran estruendo. finales del siglo pasado el fotógrafo Daniel
El paquete se tomó de inmediato como un Hernández realizaba un audaz montaje
ataque subversivo y las fuerzas de seguridad en distintos lugares de la capital, con la
se alertaron con órdenes de detener, a toda ampliación de grandes proporciones de su
costa, a los terroristas del aire. fotografía «El ángel de la calle». Un trabajo

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Jaime Barrios Carrillo: Estética urbana: síndrome de Melquiades

Finalmente, mencionaremos la instala­


ción de Regina José Galindo, «¿Quién
puede borrar las huellas?.» En 2003 la
Corte de Constitucionalidad dio vía libre a
la candidatura del ex general Efraín Ríos
Mont, acusado por muchas organizaciones
pro derechos humanos de ser responsable
de múltiples masacres de campesinos indí­
genas desarmados durante la guerra interna,
para que pudiera participar como candidato
en las elecciones presidenciales. Regina
José Galindo recorrió entonces, vestida
de negro, las calles que llevan desde la
Corte al Palacio Nacional, portando un
balde lleno de líquido rojo que recordaba
la sangre humana, en el cual remojaba
sus pies descalzos para ir dejando así sus
huellas. Un tremendo símil visual que
re­­fería de manera impactante al delito
de genocidio e impunidad y a la falta de
memoria histórica.
Todas estas prácticas estéticas, sucinta­
mente presentadas arriba, chocaron con
donde Hernández utilizó fotos de huesos los cánones de la «crítica» establecida
de víctimas civiles de la guerra interna, en su momento (en Chile, Sao Paulo y
hallados en un «cementerio clandestino», e Guatemala) expresada en comentarios im­
integrados como «las alas del ángel» en un presionistas, cargadamente apologéticos
hombre con el dorso desnudo. Cuadrillas y censurantes, publicados en los medios
de voluntarios se repartieron por diversos locales. Los ejemplos citados obedecen
puntos de la ciudad, incluyendo una pared a formas diferentes, más relativamente
del Cuartel General del Ejército y pegaron recientes, en tres ciudades distintas de un
en horas nocturnas la gran foto, que apa­ continente en permanente ebullición social.
reció al día siguiente ante los ojos de la Casos de creación que denominamos como
gente, como un afiche más de propaganda, anomalías en la percepción, es decir ruptura
pero que poco a poco al observarlo mostró del canon. El espacio no podía ser otro que
que era algo muy diferente. la calle, más que la galería, el teatro o el
Otro ejemplo representativo en Guate­ museo.
mala, es una «instalación callejera» frente Los problemas de comprensión de
al Palacio de Justicia, donde se dejaron parte de la llamada «crítica» y del llamado
cientos de muñecas desmembradas, pinta­ «público», radican en nuestro continente,
das con rojo que simulaba sangre y que en buena parte al menos, en el divorcio
dificultaban el paso a los transeúntes que posmoderno entre propuestas artísticas
se dirigían o pasaban frente al edificio del y realidad objetiva. Una reducción a la
poder judicial. Lo que en sí obligaba a antigua mónada leibneziana, incomunicable
una reflexión y creaba una atmósfera de e incomunicante, degenerada en un arte que
comunicación social en torno a la situación ha resultado muchas veces amoral y en una
de impunidad. literatura de lo superfluo, que acabaron por

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Jaime Barrios Carrillo: Estética urbana: síndrome de Melquiades

sepultarse ante la avalancha de los hechos son los escenarios de la posmodernidad? En


sociales. el caso guatemalteco resalta la paradoja de
El asunto es identificar el tipo de vida la tecnología más avanzada que llega al país,
estético/urbana que el «Tercer Mundo», nadie está aislado en este mundo global, y
ahora también llamado «Sur», demanda que se utiliza discriminatoriamente en la
en sus manifestaciones concretas, o sea deficitaria formación social guatemalteca.
la praxis de un arte en que coincidan Es decir, hay un bache entre el ingreso
éticas y estéticas. Para alejarse de la nacional y el consumo, un abismo en la
esquizofrenia posmoderna. Para asumir la concentración de la riqueza y la extensión
insobornable necesidad de reconocer los de la pobreza. Y en este paradójico contexto,
procesos históricos y los cambios reales una coyuntura de exacerbada asimetría,
del desarrollo desigual y combinado, que entre los avances de la tecnología mundial
aún demarca el panorama mundial. A y la situación social.
pesar de la dirigida homogenización que Ciudad de Guatemala carece de servi­
pretende la globalización unilateral y de cios básicos suficientes para todos sus
la imposición de códigos decididos por ha­­bi­­tan­tes, unos tres millones, como
los intereses del gran capital trasnacional, el trans­porte colectivo, agua potable o
que se mueve y traslada ahora con la electricidad, al mismo tiempo que tiene
velocidad electrónica. Movilidad que no capacidad hotelera de cinco estrellas, cafés
tiene más patria que el lucro a costillas de de internet, bolsa de valores, proliferación
una brecha cada vez mayor entre ricos y de teléfonos celulares y otras marcas y
pobres. Y también a costillas de consumir signos de la revolución tecnológica. Cabe
recursos no renovables que causarán daños preguntarse: ¿ha habido realmente cambios
ecológicos irreparables. Todo esto sucede de estructuras con todas esas expresiones de
a despecho del volumen inconmensurable supercapitalismo en medio de condiciones
de información, creado por una cibernética todavía agroexportadoras y de campesinos
que parece, en sus flujos, incontrolable. La migrantes? O será todo un nuevo simulacro,
sobreinformación conduciendo más bien a un preludio dramático más, en la tradición
una desinformación. lúdica y grotesca de la prolongada tragedia
¿Dónde ubicar a una ciudad como social guatemalteca. Como una escena
Guatemala en esa telaraña de procesos que sacada de El corazón del Espantapájaros,

17
Jaime Barrios Carrillo: Estética urbana: síndrome de Melquiades

en los lejanos años sesentas, del dramaturgo del «realismo sucio» o en la proliferación
Hugo Carrillo, donde el circo y la realidad de discursos contestatarios sin calidad
se confundían y la estructura del poder estética, sino que cumpla también con los
represivo hacía imposible la realización del requisitos de creación de belleza? Al menos
amor, encarnado en la relación del joven preguntárselo posibilita la reflexión sobre
cirquero Domingo, enamorado de Juana, los cánones. Y sobre quién los impone y
una muchacha de pueblo, imbuidos ambos quién los transforma. Y reflexionar so­
de un anhelo de libertad. Los héroes son bre los escenarios de lo público. Un cues­
asesinados por la policía. No obstante el tio­namiento axiológico, en sentido de
circo continúa su camino de jolgorio y el escatología de las prioridades esenciales.
jefe policiaco recibe un ascenso. Incluyendo el medio ambiente.
El desafío primordial, en todo caso, En la Ciudad de Guatemala, comen­
reside en cómo enfrentar y comprender zamos ya desde hace un tiempo a ver claras
el hecho social. ¿Cómo nárrarlo? ¿Có­ expresiones de este tipo de reactivación
mo pintarlo? ¿Cómo dramatizarlo? Có­ del enlace estético/ético, por ejemplo en
mo adentrarse en la interpretación y el entusiasmo popularizado de eventos
representación de la condición humana en como Octubre Azul. Podrían mencionarse
nuestro propio contexto; ontología social y publicaciones de corte marginal aparecidas
existencial a través del arte y la literatura. en años recientes, como El Cadejo o
¿Pero es posible la pretensión de un nuevo El Supositorio, donde la irreverencia
arte que no caiga en la repetición plana se mezcla con la experimentación y un

18
Jaime Barrios Carrillo: Estética urbana: síndrome de Melquiades

permanente cuestionamiento crítico. El del comportamiento y la sensibilidad que se


humor y la ironía contribuyen a levantar el han propuesto plasmar. Son ahora los seres
nivel de las propuestas, diferenciándose en cotidianos y ya no los héroes seudoépicos
esto también de la solemnidad militante de los que con su presencia, su conducta social,
los ochentas. cambian y forman el escenario urbano en la
Pero especialmente se manifiesta este nueva creación, expresada frecuentemente
enlace en la poesía joven urbana, que ha en una voz lirica neobarroca: «me voy
dejado atrás el maniqueísmo politiquero y manchando, cualquiera diría esta noche
la rimbombancia epigonal de epigramas, no floreceré, toda calentura ingresa por un
cantos insurreccionales y poesía superficial­ halo de luz desvanecida, tal música oscura
mente amorosa que caracterizó en mucho y genética, mi situación presente no permite
las generaciones anteriores. Nombres co­ que me conmueva, iré sin freno hasta el
mo Javier Payeras (con Raktas), Allan fondo… (Alan Mills/ Síncopes).
Mills (con Síncopes) o Maurice Echeverría Encontramos, por otra parte, un cons­
(con Encierro y Divagaciones), marcan tante desvelamiento de la ciudad alienada,
diferencia, no sólo en temática sino en la que carece de vida cultural, de ilusiones
calidad poética y en un distanciamiento estéticas y de espacios creativos donde lo
estético profesionalizado que permite una popular ha sido estigmatizado por los grupos
mejor penetración de los fenómenos urbanos privilegiados y desculturizados por la labor
y humanos. De ahí el replanteamiento de de las termitas del espíritu: la televisión, el
la nueva estética en su producción (objeto best-seller, además de la camisa de fuerza
artístico, texto, escultura, pieza teatral) y de de un forzado angloparlantismo. Esa
la interpretación de la misma, es decir el «City» retratada en los poemas de Maurice
advenimiento de una nueva crítica. Echeverría, Encierro y divagación, que
El presentismo, de boga en los nuevos resulta ser una ciudad: «sin bellos poetas
creadores de Ciudad de Guatemala, no es en las esquinas, muy parecida a sí misma
negación de la historia, sino un recalcar del cada vez, quizás es sólo la fosilización de
«aquí y ahora» como bastión existencial de un espacio. Es muy fácil matar aquí/ por
la experiencia y su entorno. Escribe Javier esas y otras razones».
Payeras en su libro Limbo: No es la temática lo que reúne a todos
«En días laborales los buses van llenos estos nuevos artistas y escritores de Ciudad
a reventar. Sus vientres vomitan docenas de de Guatemala (Alan Mills, Javier Payeras,
personas en cada parada. Adentro son como Maurice Echeverría, Irma Yolanda Carrera,
micro infiernitos. Llenos de gente colgada, Alejandro Marré, Juan Carlos Lemus, Julio
gente inclinada 180 grados. Gente con los Hernández, Mendel Samayoa, Estuardo
pies martillados por no sé cuántos zapatos. Prado, Darío Escobar, Claudia Navas,
Gente con canastos, bolsas, paraguas, Andrea Aragón, Juan Pablo Dardón, Pablo
pistolas o machetes. Niños que hacen Bromo, Julio Serrano y Alejandra Flores,
brotar el llanto a cualquiera. Payasos que entre muchos otros) sino el posicionamiento
suben a contar chistes salados. Mendigos consciente de su acto creador frente a su
sudorosos y vendedores de toda índole. tiempo y entorno. No escriben ni pintan ni
Todos los buses tienen una leyenda escrita hacen fotografías de la ciudad sino desde la
en la entrada: Por favor córrase para atrás. ciudad. De ahí que la reelaboración y juego
Este es el eslogan del país.» estético con los tiempos múltiples, sean
La violencia sigue estando presente en como las luces de la tramoya social, desde
las obras de las nuevas generaciones, pero ya donde surgen la nueva narrativa y poesía,
no como síntoma sino como parte esencial el naciente cine, la fotografía y la plástica.

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Jaime Barrios Carrillo: Estética urbana: síndrome de Melquiades

Mas la ruptura generacional y la sana Se trata de una rebelión estética contra el


oxigenación en las artes y letras guate­ prurito de homogenizar los campos del
maltecas pasará inevitablemente, tar­de conocimiento y aprisionar el arte en la
o temprano, por un reconocimiento de expresión individualista despersonalizada.
los vínculos con la tradición. A manera El derecho al progreso real no debe
de no perderse en la fragmentación que implicar, además, la renuncia a lo propio
la filosofía de la posmodernidad im­puso y a la continuidad histórica de la culturas
en sus mandatos de ahistoricidad, desi­ nacionales, regionales y aún locales.
deologización y formulación de la historia Los escenarios urbanos del «Tercer
como una ficción más, rasgo común de Mun­do», per­miten pensar, sin embargo,
todos los gurús del posmodernismo, Jean- que no deja de haber grandes posibilidades
François Lyyotard y Jean Baudrillard en creadoras en este señalamiento de con­
Francia o Stanley Fisch y Richard Rorty en vi­vencia de tiempos diferentes. La con­
el mundo anglosajón. vivencia del tiempo primermundista y
Una crítica posible para el presente, el del cuarto mundo. Centro y periferia.
debe abocarse a evidenciar la ilusión de Norte y Sur. Equivalencias nominativas de
progreso de la globalización unilateral y realidades contrapuestas y a la vez enlazadas
a confrontar al academicismo neoliberal, profundamente. El mundo de hoy es uno
nutrido en Adam Smith, Ricardo y otros y distinto, como nunca antes. Lo anterior
autores dieciochescos europeos. Se pre­ induce a repensar dimensiones dentro de
tendió, con retazos empiriocriticistas, le­ un gran tiempo de dirección múltiple y
van­­tar una especie de seudo metafísica, sin que llamamos el Síndrome de Melquiades,
esencia ontológica y donde la relatividad aquel emblemático gitano trashumante y
no dialectizada, creaba el espejismo de amigo de José Arcadio Buendía en Cien
un progreso que, como en el desierto, al años de soledad.
intentar tocarlo se desvanece por completo. Melquiades viaja por todo el mundo,
De ahí la señalada alienación que conlleva el cual no le resulta pequeño, y lleva a
en sí la amoralización del arte, como un Macondo todos los inventos y avances que
eslabón de la cadena del individualismo sorprenden a lo habitantes de una aldea
celular del supercapitalismo enquistado en que no había conocido ni el hielo. La lupa
las periferias donde sobreviven estructuras gigante con que José Arcadio pretendió
precapitalistas. Algo que aplicado mecáni­ construir un arma solar formidable o el
camente en Ciudad de Guatemala, produce imán que lo llevaría a un deseado oro,
contradicciones patéticas en los discursos enterrado en alguna parte. Los usos
del academicismo esquemático con una estrafalarios que José Arcadio hace con
realidad de pobreza social y exclusión esa tecnología demasiado avanzada lo
masiva del mercado y de la participación llevan al delirio y al estigma de locura
estético/cultural. Una especie de manual por parte de lo macondianos; hasta que el
del perfecto hipócrita, que ahora las nuevas mismo Melquiades retorna para restaurar y
generaciones de autores y artistas comienzan proclamar el valor del gran descubrimiento
a develar y rechazar. Una conciencia de que que José Arcadio Buendía ha hecho con sus
al indiferenciarse la ficción del mundo real, medios propios y que consiste en saber que
se soslayaba la esencia de los procesos de el mundo es redondo como una naranja.
cambio y la situación de los individuos en El síndrome de Melquiades retrotrae
la sociedad concreta donde viven y padecen también a la soledad del artista. Y a la
la debacle de un sistema sin posibilidad duda dialéctica frente a los signos de la
de desarrollo sostenible y democrático. alta tecnología y a la imposición mecánica

20
Jaime Barrios Carrillo: Estética urbana: síndrome de Melquiades

de los mismos. Pero a diferencia de la desnudos de los niños actuales, los adultos
creación y búsqueda de lugares míticos paupérrimos del futuro.
de la literatura del siglo pasado (Comala, En el Centro Histórico de la ciudad de
Macondo, Santa María ) ahora se anhela su Guatemala, en una pared desapercibida, y
destrucción. Porque Macondo ya no es una con motivo de un festival, alguien hizo una
aldea diáfana sino la ciudad insoportable. pinta. No de siglas políticas ni de mensaje
Repitamos que en este mundo globa­ de alguna de las temibles maras. Lo escrito
lizado y «monopolar» no ha terminado la decía simplemente: «Lea Poesía». Un
dialéctica. La historia no acaba porque el mensaje que sin duda reconforta. Porque
ser humano es historia. la poesía es la vuelta a la noción primera
No se trata sola­mente del recuento de que nada permanece, mas todo es y
del pasado, sino ante todo interpretación será. Aquello de que «la poesía siempre es
del presente, o el significado actual de moderna».
procesos, cam­bios, modas, tendencias, a De ahí que el ajuste de cuentas, aquí
partir de la acumulación de la experiencia propuesto, con la sociedad y la historia, por
social y cultural. Y la machacada «aldea un lado, y con la estética y sus formas, por
global» sigue siendo una de barrios bajos el otro, pueda ser también leído como un
y altos, de calles asfaltadas y otras donde llamado de restitución de la esperanza. La
el lodo y las inmundicias de toda especie, esperanza, que en el verso de Luis Cardoza
terrenos baldíos donde se posan los pies y Aragón, «nos está esperando».

21
La narradora de sueños

Michelle Juárez

…entre bosques de símbolos va el hombre


a la ventura, que lo contemplan
Con miradas familiares
Charles Bauderlaire Correspondencias, Las flores del mal

Había una vez, en otros reinos, en otros dispersos, como las migajas de pan que
tiempos, una princesa que no quería Hansel y Grettel dejaban por el sendero
despertar… Esta es la oración con la que para encontrar el camino de regreso a casa.
inicia el texto No te apresures en llegar Los salvavidas hermenéuticos que nos
a la Torre de Londres porque la Torre de pueden mantener a flote dentro de este mar
Londres no es el Big Ben. Con esta sentencia agitado son muchos y especialmente el
fantástica nos empuja sin subterfugios a su Psicoanálisis parece uno de los inevitables,
propio mundo, un laberinto de imágenes al ya que estamos ante un texto que hace de los
mejor estilo magritiano. Que el libro es un sueños y la sublimación su materia prima.
cúmulo de sueños, me parece indudable, Éstos rescatan a la escritora cuando está a
qué está tejido entrecruzando los hilos del punto de zozobrar, la ayudan a mantenerse
Surrealismo, tampoco es un hallazgo por el a salvo o por lo menos a pretender que lo
que se tenga que excavar demasiado. Lo que está, ya que su juego discursivo es un estira
parece realmente arriesgado y sugerente y encoge con el lector a quien le habla de
es aventurarse a la tarea de interpretar frente, con valentía de niña asustada, de
los símbolos que ha dejado escondidos y princesa que se niega a vivir una realidad

22
Michelle Juárez: La narradora de sueños

que puede serle hostil y donde encontramos asumiendo las formas menos deseadas:
en primer plano a la figura masculina monjas, directoras, cajeras, secretarias,
que intenta arrebatarle su tranquilidad de monjas». (Gallardo, 1999, 66-67).
cristal, que intenta despertarla a pesar de
su resistencia: «Despierta mi dulce amada, Negándose a la inconsciencia
despierta de tu largo sueño (…) La princesa
no respondía. La princesa no respondía Es precisamente el intento por resol­
porque soñaba». (Gallardo, 1999, 9). ver un terco y eterno sueño el que va
Además del evidente conflicto con la envolviendo, o más bien, dejando caer al
madre cuya relación truncada le dificulta lector en estadios más profundos de una
ver un panorama completo de su propia red de sueños que se encadenan y dan
femineidad: «Y por eso las niñas criadas por vida a realidades fantásticas, paralelas,
hombres-madres son extrañas en recursos contenidas unas dentro de otras, como los
y aún más extrañas en sus momentos. Por niveles del inconsciente de donde emergen
eso y porque les toca saltar solas al mundo los conflictos no resueltos y la ansiedad
de mujeres-madres-amantes es que tarde de la narradora que deliberadamente se
o temprano se atraviesan en su camino convierte en un personaje camaleónico,

23
Michelle Juárez: La narradora de sueños

a veces princesa, otras veces niña-niño, internas, y estudia los mecanismos de la


negra-negro, blanca-blanco o simplemente creatividad poniéndolos en relación con los
un ente femenino que habla sobre sus mecanismos que actúan en los sueños y en
dos mundos, el exterior transformado los síntomas psiconeuróticos. En este punto
en trágico proceso donde se suman la es importante el concepto de «sublimación»,
orfandad, el matrimonio y la maternidad, que es uno de los mecanismos de defensa
y el interior atiborrado de confusión, de que dispone el yo. Ésta permite estudiar
angustia, abyección e inconformidad. Ella ciertas actividades humanas aparentemente
misma advierte que se adentra en un sueño desligadas de la sexualidad pero cuyo
con principio y sin final. origen se encuentra justo en la pulsión
Estos dos mundos y su obvia inter­ sexual que se transforma en una fuerza no
acción son los que dan vida al argumento sexual que se orienta a actividades humanas
que en términos freudianos es el intento elevadas, socialmente estimables, como
de la narradora por catalizar y sublimar la actividad artística y la investigación
las pulsiones de su inconsciente, transfor­ intelectual. Dado que para Freud nuestra
mándolo en una obra de arte compartida cultura descansa totalmente en la coerción
desde el pseudoanonimato que puede adu­ de los instintos, los sexuales son desviados
cir un escritor al exculparse de su propia a otras actividades aunque conservando
creación. Como ya sabemos, Freud desde toda su intensidad. La sublimación es
el Psicoanálisis propone una interpretación entonces, una manera de hacer frente a
al fenómeno creativo que calza como un los deseos que no podemos realizar y a
guante para el texto de Gallardo: «Freud los conflictos que no podemos solucionar
relaciona la creatividad artística con la porque el «principio del placer» entra en
realización de deseos del inconsciente conflicto con el «principio de realidad»,
y con la compensación de frustraciones por lo que es necesario orientarlos hacia un
fin de mayor valor social.»
(Viñas Piquer, 2002, 547-
548).
Pero Gallardo no se
conforma con poco, ya que
además de construir esta
abigarrada sublimación,
en­­frenta al lector al con­
flicto que supone dicha
catarsis, enredando aún
más su nudo de ansiedades.
Irónicamente, la escritora
hace del texto un campo de
batalla donde lucha contra
el propio esfuerzo por
exorcizar a sus fantasmas.
Se culpa, se cuestiona
y se castiga a través de
sus personajes: «¡Alto!,
detengan esta narración
que se dirige a terrenos
peligros. ¡Alto! Detengan

24
Michelle Juárez: La narradora de sueños

a la narradora, su vida peligra y con ella trans­formando los deseos inconscientes


la vida de todos nosotros, personajes no en símbolos a veces considerablemente
natos con la lengua amarrada, durmiendo oscuros. El inconsciente condensa varias
en el papel esperando que nos dé vida. significaciones en una sola imagen o
No la dejen morir (…), Escribe sobre bien traslada (desplaza) el significado o
sus muertos predilectos, los adorna con el interés de un objeto a otros para que
detalles dramáticos y desgarradores (…), queden asociados (…) Condensación
es demasiado cobarde para llegar hasta el y desplazamiento son los dos grandes
final. Al fin, mujer». (Gallardo, 1999, 87- mecanismos desfiguradores del sueño,
88). ambos convierten un contenido latente,
Resulta psicoanalíticamente esclarece­ inconsciente y censurado, en contenido
dor que Gallardo enmarque toda su obra manifiesto aceptable para el «yo». El
dentro de un gran sueño del que se niega inconsciente está estructurado como
a despertar, aunque paralelamente lucha lenguaje por lo que el ser humano se
porque sea funcional, literariamente hablan­ inserta en un orden preestablecido de
do, ya que se esfuerza por demostrar que naturaleza simbólica, semejante al sistema
desea cumplir las convenciones, a pesar de la lengua, donde la triangulación madre-
de que la naturaleza misma del texto las padre-niño ofrece estabilidad y aleja al
rompe, con lo que plantea un doble juego sujeto de la psicosis». (Paraíso I, 1995,45-
de ironía y contradicción. Ella juega con el 46).
lector, como el gato con el ratón, haciendo Esta base teórica allana considerable­
de su expresión un escenario onírico mente nuestro camino hacia la decodifi­
donde ocurre lo inverosímil, mezclado con cación de los símbolos recurrentes en
«preocupaciones reales»: «Por eso estoy la obra de Gallardo ya que refuerzan en
perdida y si no encuentro el camino de esta gran medida el nudo del conflicto familiar
historia, lo que los expertos
llaman hilo conductor, corro
el riesgo de desaparecer
como personaje central».
(Gallardo, 1999, 80).
Este rasgo perturbador
—como Freud lo llamaría—,
inevitablemente nos arrastra
a revisar la teoría de Jacques
Lacan, quien profundiza
al respecto, encontrando
in­te­­re­santes hallazgos en
rela­ción a la expresión a
través del lenguaje escrito:
«Planteándose el funcio­
namiento del inconsciente
—algo que puede hacerse
de manera privilegiada
ana­lizando los sueños—
observo, siguiendo a Freud,
que la censura (o conciencia
vigilante) actúa siempre

25
Michelle Juárez: La narradora de sueños

que además maneja de forma explícita: mismo, que bien puede definirse como
«Ya tarde en nuestras vidas aprendimos un caleidoscopio que constantemente nos
que los escritores de cuentos nos estaban ofrece una nueva visión. Es así como el
advirtiendo de cosas terribles que pueden bosque aparece por primera vez en el
pasar. Como nos pasó cuando nuestra texto número siete revelando esa imagen
madre, que ni siquiera era madrastra ni inquietante que lo definirá a lo largo del
nada, le aconsejó a nuestro padre, que ni libro. En el texto siete lo encontramos
siquiera era padrastro ni nada, que nos como el lugar donde la narradora se pierde
llevara al bosque y que no nos regresara del con su hermano, quien al crecer se siente
bosque». (Gallardo, 1999, 21-22). feliz construyendo casas y destruyendo
bosques, es decir, ejerciendo dominio sobre
Un bosque de símbolos el sitio oscuro y temible que representa la
ansiedad más profunda: «Ya no recuerdo
Aludiendo a Baudelaire, es posible acceder cómo salimos del bosque pero sí recuerdo
al texto de Gallardo realizando el ejercicio muy bien que ya jovencita vivía en una
aritmético de enumerar y clasificar los casa rosada...». (Gallardo, 1999, 25).
símbolos para revelar las imágenes Posteriormente, en los textos ocho,
recurrentes e interpretar algunos de sus veinticuatro, treinta y uno, treinta y cinco,
significados, que, dicho sea de paso, no son cuarenta y cuatro, el bosque refuerza esa
cien por ciento constantes, ya que dependen imagen de sitio que genera desasosiego,
totalmente del contexto que los rodea. Sin siendo el preludio a un cambio significativo
embargo, estableciendo las relaciones en los eventos que afectan a la narradora,
repetitivas y contrastándolas con las ya que es precisamente allí donde camina
aleatorias, podemos eliminar el margen de con «el prometido, pajarraco horroroso»
error y asegurar con cierto grado de certeza rumbo a su reino ideal. También es
que de la infinidad de símbolos utilizados allí donde conversa con el gorrión con
por la escritora, el bosque-árbol, las aves sombrero de copa que puede ayudarle a
y el mar son los más sólidos y propensos a encontrar el hilo conductor de la narración.
una interpretación desde la perspectiva del Las jirafas forman un bosque expectante
psicoanálisis lacaniano, partiendo de tres que la escuchará si ella finalmente decide
órdenes básicos: hablar. Es del bosque de donde el príncipe
• Simbólico, que estudia los fenómenos la rescatará ya que el padre, como veremos,
considerando que están estructurados como no puede porque forma parte de ese mismo
lenguaje y que, en una segunda acepción, símbolo amenazante.
designa el hecho de que la curación se basa Por su parte, el árbol en los textos
en el carácter fundacional de la palabra. once, doce, quince, veintinueve, treinta y
• Imaginario, marcado por la relación cinco, treinta y siete, cincuenta y uno se
prevalente de la imagen de lo semejante en revela como un símbolo de estabilidad y
el «yo». firmeza pero que engaña. Funciona como
• Real, que designa el conjunto de escondite y escape por lo que realmente
fenómenos exteriores a la simbolización no contribuye a su bienestar, al contrario,
del sujeto. representa la rigidez y a veces, el contraste
Bosque-árbol: Tanto el árbol como el con la tierra firme, esa sensación de
bosque, que puede definirse como un vacuidad de la que desea huir. El poeta
conjunto de árboles, es recurrente a lo debe cuidarse de no sentirse cómodo en
largo de la obra, asumiendo múltiples el árbol porque la altura es engañosa y es
significados, tan versátiles como el texto cuestión de perspectiva. Se lo dice ella que

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Michelle Juárez: La narradora de sueños

ya ha estado en el árbol equivocado que no en busca de respuestas. Es la excepción en


retoña. El señor Verano es un ser-árbol que este mundo de incertidumbre. Luego, en
le ofrece cariño pero del que escapa para no caballo alado logra salir de un cuento que
resultar lastimada. Es un árbol-capa la que no es suyo y que solamente era el préstamo
cubre y paraliza, sirviéndole de escondite del miedo, además, un gallo veleta intenta
de las miradas inquisidoras. Las jirafas descubrirle el siguiente camino pero
que la escucharán, se disfrazan de árboles solamente logra dejarla con la duda. La
porque tienen miedo de exponerse. Cuando última figura alada, la que leemos en la
ella deja de ser niña negra y se convierte en página cincuenta tiene como escenario una
niña blanca, se encuentra en la rama de un playa en calma donde destaca la garra de
árbol que la intimida, ya que no es un lugar un ave enorme aunque inútil para tomar un
cómodo ni digno de confianza porque todo huevo que descansa sobre las piedras, junto
se le cae, incluyendo las hojas y los pájaros. a un naufrago. Finalmente la amenaza de la
Finalmente, los sauces del texto cincuenta garra no puede apoderarse del ser que aún
y uno apenas se asoman, no se dejan ver, no nace y está protegido dentro del huevo.
son el elemento evasivo a pesar de formar Mar: Símbolo de inmensidad, eternidad y
parte de una imagen surrealista que incluye transición, aparece con insistencia hacia el
otras figuras hechas de madera que también final de la obra, en los textos treinta y seis,
sugieren rigidez. treinta y ocho, treinta y nueve, cuarenta,
Aves, seres alados: Tradicionalmente los cuarenta y nueve, cincuenta, cincuenta y
seres alados son símbolo de libertad, pero nueve donde amplía el sentido y le agrega
en este texto sui generis, probablemente no intensidad describiendo un mar que hace
siempre aludan al mismo sentido o por lo silencio, es decir, que se despide de ella,
menos no en su interpretación positivista convertida en un paquete doblado que se
decimonónica. Tomando como referencia deja llevar. Luego, el mar es truculento,
los símbolos en los textos ocho, once, territorio amenazante entre sus dos con­
doce, quince, veinticuatro, treinta, treinta y tinentes. Una tierra firme la rechaza porque
uno, cuarenta y seis y cincuenta podemos allí no cabe la muerte prematura por lo que
extraer la figura de un pavo que le sirve debe volver al mar de donde llegó, donde
a la niña para viajar hacia la confusión y puede gritar cuando llegue al fondo. En el
la muerte; también nos encontramos con texto cuarenta sucede una toma de control,
mariposas y una paloma mensajera que ella está en un mar apacible, está en la
encantan al poeta y lo envuelven en la playa, segura y rodeada de niños que la
belleza de un cielo personal que puede confortan, con quienes juega. El mar es una
ser arriesgado. Ella misma lo dice desde inmensidad que ella disfruta y domina. El
su experiencia de haber escuchado a una texto cuarenta y nueve describe la segunda
mariposa inconveniente y charlatana y a de las cinco imágenes postreras. Allí se
una mensajera sin suficiente alcance. El describe una alucinante escena en el fondo
señor Verano, que se hace acompañar del mar, inverosímil, pero que reboza
por un pato, un loro y un mono, genera transparencia, calidez, equilibrio extraño,
desconfianza. Su prometido es un pajarraco ambiente amigable, sin amenazas. ¿Tocó
horroroso que solamente sirve de pretexto fondo y ahora finalmente encuentra la calma
porque ella habla para sí misma. El gorrión en medio de sus esquizoides fantasías? En
con sombrero de copa le ofrece la clave para la penúltima imagen, vemos el huevo que
encontrar el camino de la historia. En este descansa sobre una playa pedregosa, hay
caso, el ave ciertamente cumple un papel de esperanza, tierra firme la rodea, no hay mar
guía y solución, es un sabio a quien acude oscuro o ave que pueda llevarse el huevo

27
Michelle Juárez: La narradora de sueños

camina, expresión perdida de quien no le


importa, salí de ese cuento porque no era el
mío. Era el préstamo del miedo». (Gallardo,
1999, 113).
Este fragmento del texto de Gallardo
es uno de muchos ejemplos que pueden
enunciarse como ejemplo del tono surrea­
lista que ella asume y que concuerda con su
estructura fragmentada y onírica que rescata
la irracionalidad, fantasía y asociación libre
de imágenes del inconsciente.
Para contextualizar el hallazgo, es
valioso recordar que en el año 1924
André Bretón escribe el primer Manifiesto
Surrealista donde expresa: «Indica muy
mala fe discutirnos el derecho a emplear
o el nuevo ser dentro de él que tarde o la palabra surrealismo, en el sentido
temprano nacerá. En la última imagen el particular que nosotros le damos, ya que
mar es un contraste para apreciar la tierra nadie puede dudar de que esta palabra no
firme donde vemos a un niño-niña con un tuvo fortuna, antes de que nosotros nos
barco en la mano y contemplando en el cielo sirviéramos de ella. Voy a definirla de
a otro barco igual que se aleja. La narradora una vez para siempre: Surrealismo: «sus­
ya no está a merced de la inmensidad, ya tantivo, masculino. Automatismo psí­­­
puede tomarla, compararla y sentirla en su qui­co puro, por cuyo medio se intenta
justa dimensión. Lo efímero se va y queda expresar, verbalmente, por escrito o de
lo concreto, lo que puede sostenerse en la cualquier otro modo, el funcionamiento
palma de la mano: «Sostiene en una mano real del pensamiento. Es un dictado del
una navaja y en la otra un barco. Atrás, pensamiento, sin la intervención reguladora
como volando entre dos nubes colochas, de la razón, ajeno a toda preocupación
un barco de velas gigantes cubre casi todo estética o moral. (…) El surrealismo se
el cielo, que es azul(…) El niño compara su
barco de juguete con el barco que se aleja
volando». (Gallardo, 1999, 125).
Esta mínima relación e interpretación
de símbolos ofrece una reconfortante
lectura del laberinto aparentemente caótico
que Gallardo ha elaborado. Sus pistas
finalmente nos llevan a un seguro puerto,
difícil de encontrar, pero plácidamente
dispuesto para reposo, no sólo del lector
sino del atormentado inconsciente de la
narradora-protagonista.

Experimento surrealista

«En caballo alado, en luna llena con estrellas


dispersas, zapatilla liviana de quien no

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Michelle Juárez: La narradora de sueños

basa en la creencia de una realidad superior


de ciertas formas de asociación desdeñadas
hasta la aparición del mismo, y en el
libre ejercicio del pensamiento. Tiende a
destruir definitivamente todos los restantes
mecanismos psíquicos, y a sustituirlos por
la resolución de los principales problemas
de la vida». (Bretón,1924, 8).
Para encontrar las conexiones, es impor­
tante tomar en cuenta que el Surrealismo
se fundamenta en gran medida en el
Psicoanálisis y comparte filosofía con el
Dadaísmo aunque se aleja de la destrucción
nihilista, tomando el rumbo hacia la
construcción romántica, precisamente lo
que vemos en la obra de Gallardo: «No
puedo descifrar completamente estas cinco —Ni este tiempo.
imágenes. Por la primera quiero pensar —Ni estas faenas.
que el viaje que hice hasta este punto fue —Ni esta tribu.
guiado por dos seres que se aman y que, —Ni este color para tu piel.
sabiendo esto, ya no necesito abrir todas las —Ni esa edad con que aparentas una niñez
puertas». (Gallardo, 1999, 127). que no te luce.
Tanto la figura como el fondo de esta —¡Shshs shsh!, despierta(..) Y vuelo
obra encuentran un asidero en el Surrealismo encomienda encomendada para algún
aunque, como buena muestra de una encomendero». (Gallardo, 1999, 93).
Vanguardia tardía, se mezcla y extrapola Además de abordar el cuestionamiento
con otros modelos, tomando la sonoridad y sobre el ser como dimensión primaria que
juegos de palabras del Creacionismo: la enfrenta a sus conflictos, rasgo propio
«—¡Shh, ssshhhhsh shshsh! del Existencialismo: «El hilo de la historia
—Este lugar no es tuyo. ya está sucio porque violó las leyes de
lo previsto y el proyecto se queda en el
segundo cuadro y no me interesa más lo
que sigue». (Gallardo, 1999, 99).
Es así como la narradora toma ele­men­
tos a su conveniencia y los deconstruye, es
decir, en términos derridarianos, les da una
nueva interpretación, aplicándolos de forma
innovadora, adaptándolos, ofreciendo una
creación posmoderna difícil de acomodar
como género literario, desencantada de la
tradición, revolucionaria y arriesgada como
propuesta estética.
No te apresures en llegar a la Torre de
Londres porque la Torre de Londres no es
el Big Ben es un texto literario que enuncia
y trae a primer plano el inconsciente de
una narradora que revela sus angustias y

29
Michelle Juárez: La narradora de sueños

placeres más profundos, enmarcándolos en es capaz de ver la inmensidad sin angustia,


sueños fantásticos, descubriéndose como sobre tierra firme.
una mujer inmersa en cierta realidad que Efectivamente, la narradora no se
la asfixia y aturde pero que al final logra apresuró a llegar a la cárcel —la torre
asimilar y superar. de Londres—, más bien se tomó todo el
Al parecer, su ejercicio metaliterario tiempo que necesitó para liberarse de sus
funcionó como instrumento catártico ya que ansiedades y confusiones, ya que descubrió
los símbolos que comparte al final del texto que el tiempo —el Big Ben— está de su
la revelan como alguien que ha logrado lado y nos demostró que no necesitamos
aprehender aquello que se le escapaba pero más que un año poblado de fantasías para
que ahora descansa suavemente en su mano poner los pies en tierra firme y despertar
de niña que ha superado sus miedos y que del sueño.

30
De banana republics a
repúblicas maquileras
Cultura en Centroamérica en la globalización neoliberal (1990-2010)1

Rafael Cuevas Molina

El presente trabajo abarca un período en región, y de la forma venal como las élites
el que se hace evidente que las identida- oligárquicas locales se incorporaron a ese
des nacionales decimonónicas, con todo su tipo de desarrollo, a los países centroame-
aparataje de mitos, símbolos y estereotipos ricanos se les catalogó peyorativamente
«imaginados» por intelectuales y artistas2 como Repúblicas Bananeras3. En efecto,
vinculados a los proyectos liberales, han hacia finales del siglo XIX se establecieron
entrado en crisis. Tal caracterización suma- en el istmo compañías norteamericanas que
ria de lo que pasa en las culturas nacionales se especializaron en el cultivo y la exporta-
centroamericanas no aporta mucho, sin em- ción del banano; funcionaron bajo la mo-
bargo, a particularizar lo que sucede en la dalidad de enclaves en el contexto de situa-
región para diferenciarla del resto de Amé- ciones políticas inestables y empobrecidas,
rica Latina, pues tales procesos ocurren por en países gobernados por élites corruptas y
igual en todo el subcontinente. autoritarias.
Partiendo de ciertas condiciones es- Aunque el banano no ha cesado desde
pecíficas de la expansión capitalista inter- entonces de ser importante renglón de ex-
nacional de principios del siglo XX en la portación en Centroamérica, otras formas

31
Rafael Cuevas Molina: De banana republics a repúblicas maquileras

de producción y exportación han pasado las nuevas circunstancias perfilarán con


a ser más representativas a finales del si- claridad aventándolas hacia un primer
glo XX y principios del XXI. Se trata de plano. Estas tienen que ver, en primer lu-
la maquila, forma de producción realizada gar, con los procesos de reforma de corte
en empresas que importan materiales sin neoliberal que empezaron a impulsarse en
pagar aranceles, siendo su producto uno la primera mitad de los años ochenta, que
que no se va a comercializar en el país y aunque se presentan como un paquete de
que forma parte de una cadena transnacio- reformas de tipo económico, constituyen
nal de producción, o un servicio de soporte un verdadero programa civilizatorio, es
a compañías transnacionales. La maquila decir, un conjunto de rasgos y valores que
puede entenderse como un símbolo de las re-perfilan el horizonte cultural provocan-
transformaciones económicas, sociales y do transformaciones identitarias en las so-
culturales que están teniendo lugar en el ciedades centroamericanas. Como veremos
istmo, como parte de su engarce subdesa- en este trabajo, teniendo como base estas
rrollado y marginal en el sistema capitalista transformaciones que afectan al todo so-
globalizado neoliberal. cial, durante la década de los noventa y la
Esta transformación en Repúblicas primera década del siglo XXI, se perfila-
Maquileras se hace cargando con el fardo rá otra serie de fenómenos y procesos que
de una pesada herencia. Se trata del legado tendrá carácter constitutivo para una nueva
de la guerra, que dejó cicatrices que aún su- dinámica cultural centroamericana.
puran, infectadas, esparciendo sus pústulas Debe acotarse, de entrada, que estas
en el cuerpo social centroamericano que, características y tendencias propias de
enfermo, a veces teme ser un cuerpo «falli- Centroamérica son de dos tipos: las que
do» que perecerá antes de salir adelante. son expresión particular de dinámicas que
En efecto, si la década de 1980 puede tienen un carácter más general (latinoame-
caracterizarse claramente como la de los ricano), y las que son propias de la región a
años de la guerra en la historia centroame- raíz de sus específicos procesos históricos.
ricana contemporánea4, a partir de la de
1990 cambia el panorama, y la región se 1. En el primer rango podemos ubicar,
enrumba en una nueva dirección que tie- por ejemplo, las ya mencionadas reformas
ne incidencia importante en el orden de lo de carácter neoliberal impulsadas a par-
cultural. Si tuviésemos que identificar una tir de la década de 1980, cuando en toda
fecha simbólica, que marca el quiebre entre Centroamérica se inició la implementación
los años de la guerra y el período de tránsi- de cambios estructurales que persiguieron
to hacia lo que será la región en los prime- «ajustar» las economías de acuerdo a los
ros años del siglo XXI, esta sería, sin lugar designios de los Chicago Boys5 y el lla-
a dudas, la derrota electoral del FSLN en mado Consenso de Washington6 En unos
Nicaragua en febrero de 1990, que marca el casos, estos ajustes fueron impulsados des-
fin de lo que podríamos llamar la etapa de de estados autoritarios, como en el caso de
las utopías que encontraban su realización Guatemala y El Salvador, y en otros a través
en la guerrilla y en las masas sublevadas. de reformas respaldadas legislativamente,
A partir de este momento cristalizan como en Costa Rica. El modelo neoliberal
con claridad en la dinámica social cen- hará sentir sus efectos en el todo social,
troamericana una serie de tendencias, en los patrones de conducta, en la tabla de
no necesariamente culturales pero sí con valores, en las aspiraciones de la gente, y
implicaciones importantes en ella, que ya provocará una verdadera «revolución cul-
venían existiendo larvadamente pero que tural» que trastrocará a la sociedad en su

32
Rafael Cuevas Molina: De banana republics a repúblicas maquileras

conjunto, creando -parafraseando a Freud–, de los grandes bloques de poder mundial


un verdadero «malestar en la cultura». que perfilaron buena parte de la segunda
mitad del siglo XX. La guerra tuvo profun-
2. En el segundo orden, se puede poner das raíces económicas y sociales pero, tam-
como ejemplo otro factor que también mar- bién, históricas, en el sentido que de algu-
ca a la región centroamericana en este pe- nos de los conflictos armados que tuvieron
ríodo: la guerra. En efecto, en la década del lugar en la región, como los de Guatemala
80, en Centroamérica se expresaron de for- y Nicaragua, se pueden rastrear su raíces
ma concentrada y radical no sólo las contra- hasta los años 60 o, incluso, más allá, cuan-
dicciones que ya arrastraba históricamente do esas contradicciones entre socialismo y
sino, también, los intereses contrapuestos capitalismo no se presentaban aún como

33
Rafael Cuevas Molina: De banana republics a repúblicas maquileras

dinamizadoras de la confrontación global. 4. Otro factor, no menos importante, hizo


La guerra dejó como herencia una serie su irrupción durante estos años: el fenóme-
de factores que pueden y deben vincularse no de la globalización. Cuando hacemos
con ella, pero que tienen sus propias carac- referencia a este aspecto debemos porme-
terísticas e impacto, lo que autoriza a ana- norizar, pues su presencia se hace sentir
lizarlas por separado, como es el caso de la desde distintas vías. Una de ellas es la de
penetración de las iglesias y sectas protes- las transformaciones económicas y produc-
tantes, que han reperfilado la forma de vi- tivas que acarrea. Estas implican modifica-
vir la espiritualidad de amplios sectores de ciones importantísimas en los patrones y
la población en toda Centroamérica, pero ritmos del trabajo.
especialmente en aquellos lugares en los También el abandono de ciertas tradi-
que fueron utilizadas como punta de lanza ciones asociadas a la producción de algu-
ideológica, en la guerra contraisurgente o nos cultivos tradicionales y la adopción de
contrarrevolucionaria. nuevas formas de vinculación con los mer-
cados. Todo esto provoca «estrés cultural»7
3. A estos factores deben sumarse otros que en la medida en que viejas formas de rela-
tienen que ver con los procesos de «moder- cionamiento social dejan de tener vigencia,
nización» (marginal y subdesarrollada) que o la van perdiendo paulatinamente, y deben
habían sufrido los países centroamericanos adoptarse nuevas formas de comportamien-
desde los años cuarenta pero, especialmen- to y tablas de valores aún no sancionadas
te, a partir de los años 50 y 60. En efecto, por la comunidad, que es el espacio de lo
luego de la Segunda Guerra Mundial, y social en donde éstas se expresan e inciden
al calor de las teorías de la sustitución de con más precisión.
importaciones y la integración económica Por otro lado, la globalización misma
subordinada a intereses foráneos impulsa- tiene un importante componente cultu-
da por el Mercado Común Centroameri- ral, que se expresa de forma fuerte en la
cano, se iniciaron profundos cambios en adopción de patrones culturales que son
los patrones de poblamiento –producto de expuestos a través de los medios de comu-
la creciente migración del campo a la ciu- nicación. Éstos, que empezaron a adquirir
dad–, en el perfil de la fuerza de trabajo y protagonismo social desde finales del siglo
en los patrones de consumo. Estos procesos XIX con los periódicos y las novelas, que
fueron contribuyendo, de forma lenta pero se ubicaron más en el centro del espectro de
segura, a la reconfiguración del perfil de las los grandes perfiladores de las identidades
demandas y las aspiraciones, de los patro- colectivas desde los años treinta del siglo
nes de conducta y los modelos identitarios XX –por la creciente presencia de la radio
referenciales de los individuos y los grupos y el cinematógrafo–, adquirirán el rango
humanos. de verdaderos artífices de estas identidades

34
Rafael Cuevas Molina: De banana republics a repúblicas maquileras

desde la segunda mitad del siglo XX, pero 6. Las migraciones, por su parte, han es-
sobre todo a partir de los años 80, cuando tado presentes en el istmo centroamerica-
algunos de ellos, especialmente la televi- no desde tiempos inmemoriales. Siendo
sión y el cine y, luego, la Internet (aunque la región, en tiempos precolombinos, un
todavía no con los volúmenes de la primera) puente entre culturas, de fauna y flora, vio
y diversos aparatos de reproducción audio- reforzada esa condición desde finales del
visual (como los DVS, VHS, iPOD, etc.) siglo XIX –luego de haberla perdido en el
se harán omnipresentes en muchos hogares período colonial10–, cuando la fiebre del
centroamericanos, transmitiendo la visión oro en los Estados Unidos y, más tarde, la
de mundo que la industria del espectáculo construcción del Canal de Panamá atrajo
y el entretenimiento norteamericano vende grupos humanos de todos los rincones de la
al orbe entero. Tierra. Pero las migraciones contemporá-
neas han conocido sus particulares causas,
5. Resulta difícil discernir, como fenómenos siendo las principales en la segunda mitad
autónomos de los anteriormente expuestos, del siglo XX las políticas y las económicas,
los de la violencia y las migraciones masi- que han producido movimientos de expul-
vas de fines del siglo XX y principios del sión de sus lugares de origen de grandes
XXI, aunque en este trabajo lo haremos con contingentes de población nativa, quienes
fines analíticos. Efectivamente, la violen- se mueven hacia países en donde se per-
cia ha alcanzado límites inusitados en toda cibe que se podrá tener seguridad política
Centroamérica, aunque con más fuerza en o mejor nivel de vida. Las transformacio-
el llamado Triángulo Norte Centroamerica- nes y los trastornos culturales que acarrea
no (Guatemala, el Salvador y Honduras), este fenómeno son muy grandes, al punto
especialmente la violencia juvenil y la vin- que uno de los países que sufre de forma
culada al narcotráfico8. masiva esta situación, El Salvador (que tie-
La primera, que tiene como su máxima ne a un 17% de su población fuera de sus
expresión en la región y las llamadas ma- fronteras), ha llegado a plantearse, como
ras, y la segunda asociada al crimen orga- política cultural del Estado, la construcción
nizado, especialmente el que tiene que ver de una identidad transnacional11, que susti-
con el narcotráfico, el cual penetra todos tuya o, cuando menos, comparta rasgos con
los estamentos sociales, incluidos los del la nacional, construida en el marco de los
Estado y la política9. La violencia marca proyectos liberales decimonónicos, y que
con fuerza a toda la sociedad, desata fenó- continúan siendo fuertemente dominantes
menos nuevos, permite que surjan aspectos en nuestros días.
que se encontraban ocultos o aletargados
como la xenofobia, el racismo y el odio de 7. Para concluir esta enumeración –suma-
clase. ria e incompleta– no debe dejarse de lado

35
Rafael Cuevas Molina: De banana republics a repúblicas maquileras

el surgimiento a la esfera de la atención movimientos sociales», que llevan apareja-


pública de grupos que siempre han estado dos a sus reivindicaciones puntuales estilos
presentes en la vida social centroamerica- y modos de vida que apuntan a afirmar, en
na, pero que no es sino ahora, cuando las la cotidianeidad, una nueva forma posible
condiciones mundiales han cambiado hacia de vivir.
el reconocimiento de la pluralidad y la di-
versidad, que se hacen presentes cada vez El concepto de cultura utilizado
de forma más protagónica. Uno de ellos es Como puede apreciarse por todo lo ante-
el de los grupos étnicos, especialmente los riormente expuesto, el concepto de cultura
indígenas, y otro muy importante es el de al que este trabajo adscribe no es el restrin-
las mujeres, que han surgido como grupos gido a las expresiones artísticas, ya sean
con claras reivindicaciones particulares estas de élite o populares, sino que la en-
que han sabido impulsar en distintos ám- tiende en el sentido llamado antropológico,
bitos, inclusive el político. Asimismo, el es decir, como modo de vida y visión de
de los de homosexuales, ambientalistas y mundo, que surge y se configura en condi-
otros, que en términos generales podemos ciones materiales y simbólicas en las que
agrupar bajo la denominación de «nuevos existe una formación social concreta12.

36
Rafael Cuevas Molina: De banana republics a repúblicas maquileras

El otro aspecto de índole teórica que pos culturales que en la década de los 80
se puede coligar de lo que hasta ahora se aparecían como nítidamente perfilados y
ha dicho, es que se entiende a la cultura diferenciados, hoy muestra patrones de
como un proceso dinámico, en constante unificación. A partir de la década de los 90,
construcción, que tiene ciertas dimensio- a raíz de la común aplicación de políticas
nes más permanentes y estables que otras. económicas neoliberales, y a la creciente
Así, podemos encontrar niveles sumamen- incorporación de toda la región a los proce-
te «volátiles» y ligeros, como la adscrip- sos de la globalización, se han desarrollado
ción pasajera a las modas (en el vestir o una serie de procesos y fenómenos que les
tecnológicas), por ejemplo, y otros mucho son comunes a todos los países centroame-
más estables, referenciales, de difícil trans- ricanos. Algunos son, por ejemplo, el cre-
formación, con un alto grado de legitimi- cimiento de la violencia y la inseguridad y
dad y «naturalidad», como las identidades el incremento de las migraciones, o el sur-
nacionales. De esta forma, la cultura no se gimiento y crecimiento de ciertas culturas
reduce a las expresiones de las bellas artes juveniles con patrones de conducta y ex-
y las letras, aunque éstas se incluyen en su presiones culturales transnacionales16.
esfera de denotación. Lo anterior nos autoriza a especular so-
Se trata, pues, de una visión sobre la bre el proceso de conformación de un cam-
cultura que se vale de un abordaje multidis- po cultural centroamericano que, por de-
ciplinario y que intenta una visión comple- más, responde a importantes tendencias de
ja y de totalidad para sorprender las princi- los procesos culturales globales contempo-
pales tendencias que perfilan su dinámica. ráneos, como es el de la homogenización de
Referente fundamental de esta for- patrones culturales en el orden de lo global,
ma de emprender el estudio de la cultura mismo que se expresaría también en este
en la Centroamérica contemporánea, lo campo cultural centroamericano con rasgos
es la noción de campo cultural13, elabora- y características específicos, de acuerdo a
da y desarrollada por el sociólogo Pierre su dinámica histórica propia, pero también
Bourdieu14. En este sentido, un elemento otros que le ligan a dinámicas que sobrepa-
importante que se desprende de la instru- san a la región centroamericana17.
mentalización de este concepto en nuestro
estudio, es el de discutir si, como veremos Premisas de trabajo
más abajo, considerando a Centroamérica El presente trabajo parte de la hipótesis
como una región, se puede hablar de un central según la cual Centroamérica se
campo cultural centroamericano o si, por encuen­­tra inmersa en un período de trans-
el contrario, es necesario hablar de varios formaciones culturales esenciales, lo que
campos culturales distintos con elemen- quiere decir que todo su perfil identitario se
tos en común. Como ya se ha mostrado en encuentra inmerso en un proceso de trans-
anteriores emprendimientos similares al formación relativamente acelerado. Esto
presente, en otros momentos históricos en es propio de momentos históricos no muy
Centroamérica15 las tendencias culturales frecuentes en la historia de los pueblos. En
se han expresado de tal forma que ha sido el caso centroamericano, momentos histó-
posible identificar varios campos culturales ricos de este tipo, en el que las mutaciones
que, aunque en interacción y convivencia, en el orden de la visión de mundo y modo
presentan rasgos y características distinti- de vida se dan de forma radical, se han vi-
vos que les otorgan su propia especificidad. vido anteriormente con:
En el momento histórico que atañe a este 1. la llegada de los europeos en el siglo
trabajo, se puede comprobar que los cam- XV;

37
Rafael Cuevas Molina: De banana republics a repúblicas maquileras

2. las llamadas Reformas Borbónicas en el Así, en el período republicano de la


siglo XVIII, que iniciaron el tránsito hacia historia de Centroamérica, es decir, a partir
procesos políticos que desembocarían en la del momento de acceso a la independencia
independencia frente al Imperio Español; política del Imperio Español, se han suce-
dido por lo menos tres modelos identitarios
3. las reformas liberales del último tercio dominantes:
del siglo XIX (que construirían, como for-
ma de legitimación del proyecto liberal, los 1) el propuesto por la alianza entre intelec-
nacionalismos que aún perviven y que bus- tuales positivistas y políticos liberales en
carían la modernización de las sociedades el último tercio del siglo XIX, que bajo el
centroamericanas); estandarte ideológico de orden y progreso
impulsó un modelo que pretendió moderni-
4. las transformaciones que se inician en la zar la vida social, tomando como referentes
década de los 60 del siglo XX, en la que primero a Inglaterra y luego a Francia;
ya se expresan los albores de la sociedad
de consumo en el marco de la revolución 2) el que se impulsó especialmente después
tecnológica contemporánea, y que alcanza de la Segunda Guerra Mundial, pero que
sus mayores cotas de expresión a finales ya venía paulatinamente implementándose
del siglo XX y los años que llevamos del desde los años 30 del siglo XX, que tiene
XXI, situación en la que nos encontramos como eje gravitatorio el american way of
actualmente. life, que introduce la cultura de masas y del
En cada uno de estos momentos his- consumo;
tóricos se ha intentado impulsar procesos
civilizatorios acordes con las necesidades 3) el que se empieza a perfilar a partir de
de los grupos sociales erigidos como do- la década de los 80 del siglo XX, que se
minantes o hegemónicos, en el marco de encuentra bajo la égida de la globalización
proyectos económico-sociales adelantados y las reformas neoliberales, que tiene como
para afianzar su dominio societal. Estos base la revolución tecnológica en las co-
proyectos culturales, que han buscado crear municaciones y el transporte y que lleva
un marco civilizatorio acorde con la visión el consumo a su expresión paroxística, el
de mundo de los dominantes, han impli- consumismo.
cado modelos identitarios cuyos rasgos El período de transformaciones cultu-
fundamentales responden a ciertos ideales rales en el que se encuentra inmersa actual-
de ser humano y sociedad que cambian en mente Centroamérica sería de tal magnitud
función del momento histórico. que nos autorizaría a hablar de un verda-

38
Rafael Cuevas Molina: De banana republics a repúblicas maquileras

dero cambio de época. Éste implicaría un pre desde las mismas perspectivas, se ha
perfil identitario inédito en el que uno de acrecentado la idea de que Centroamérica
sus rasgos definitorios sería la ruptura con comparte lazos culturales importantes con
el pasado, que se expresaría en una desva- los estados del Sureste mexicano, a saber,
lorización de la historia y una pérdida de Chiapas, Tabasco, Campeche, Quintana
tradiciones. El proceso estaría acompaña- Roo y Yucatán. Esta idea encontró su gé-
do y reforzado por la ubicación de muchos nesis en el gobierno mexicano durante el
referentes culturales en espacios que se período del presidente Vicente Fox, aunque
encuentran fuera de la égida del Estado- tiene antecedentes en el del señor Carlos
nación. Este sería uno de los efectos impor- Salinas de Gortari. Desde esta perspectiva
tantes de la globalización en las identidades gubernamental, se resemantizó o actualizó
centroamericanas contemporáneas. el concepto de mesoamérica, el cual tie-
ne su origen en la ciencia antropológica,
La región centroamericana en donde significa al espacio civilizatorio
Este trabajo se ocupa, pues, de la región precolombino que abarca desde el Valle
centroamericana en su conjunto, aunque Central mexicano hasta el norte de la ac-
hace hincapié en aquellos países en los que tual Costa Rica. El proyecto ha encontrado
fenómenos, procesos y tendencias seex- fuerte oposición en sectores importantes de
presan de forma cristalizada o acentuada. la sociedad civil, que consideran que no es
Es decir, pretende sorprender aquello que más que la extensión de los intereses del
encuentra expresión en toda la región y no Tratado de Libre Comercio de América
solamente en uno u otro país, y que podría- del Norte hacia nuestra región. Sea como
mos decir que la caracterizan18. sea, este trabajo no deja de reconocer que
Cuando nos referimos a la región cen- los estados del sureste de México forman
troamericana estamos haciendo alusión a parte de un espacio cultural único y, cuan-
los cinco países que históricamente confor- do es menester, también toma en cuenta o
maron una unidad político-administrativa menciona a Belice y Panamá, con quienes
en el período colonial, a saber, Guatemala, la región comparte aspectos importantes de
El Salvador, Honduras, Nicaragua y Cos- cultura20.
ta Rica. Estamos conscientes de que, en la La visión «ampliada» sobre Centro­
actualidad, esta noción de Centroamérica américa tiene otras implicaciones que de-
encuentra algunos cuestionamientos desde ben apuntarse aquí. La más importante
distintas perspectivas. Desde las econó- es la referente a las migraciones, que ha
mica y política, Panamá y Belice se en- producido una Centroamérica lejana de su
cuentran cada vez más incluidos19. Siem- lugar de origen, un conglomerado de «los

39
Rafael Cuevas Molina: De banana republics a repúblicas maquileras

de afuera» que vive en contextos multi-


culturales de «hispanos» (de hispanics) en
los Estados Unidos y que conforman una
extensión sui géneris de la cultura de los
cinco países que acá tomamos como objeto
de nuestro estudio. Quiere decir esto que,
cuando hablamos de cultura centroameri-
cana, debemos necesariamente tomar en
cuenta las expresiones de estos grupos hu-
manos desplazados que entran en contacto
con otras dinámicas culturales y otros pa-
trones identitarios.
Por otra parte, Centroamérica es una
región cuya dinámica cultural –al igual que
toda su formación económico-social– está
marcada por su posición geográfica, lo que
le otorga un determinado valor geopolítico
o geoestratégico. Este aspecto es uno de los
factores que le dan unicidad a la cultura de transitan dos tercios del comercio marítimo
la región, junto a su pasado precolombino y terrestre que llega a sus costas; constitu-
de matriz mesoamericana. En efecto, más yen, además, parte del anillo estratégico
que en otros lugares de América Latina, para su seguridad nacional. Esta cercanía
Centroamérica y el Caribe se encuentran geográfica del coloso del Norte se expre-
bajo la órbita de los intereses de los Es- sa de forma incuestionable: su modo de
tados Unidos de América, y tal impronta vida es, más que en otras partes de Amé-
se ha hecho sentir a lo largo de casi toda rica Latina, modelo cultural. Esta realidad
su historia republicana. Esto no es casual. es cada vez más incuestionable, sobre todo
Centroamérica y el Caribe constituyen la a raíz del incremento de las migraciones a
antesala inmediata a su territorio. Por ellas partir de los años 80 del siglo XX. Desde
entonces, comunidades enteras de las zo-
nas rurales y urbanas más deprimidas de
la región tienen vínculos estrechos con el
modo de vida norteamericano a través de
los parientes, amigos y conocidos que se
han movido hacia los Estados Unidos de
América y que envían no solamente dine-
ro sino, también, noticias, regalos y bienes
que conforman un orden simbólico que
es reforzado, diariamente, por los medios
de comunicación colectiva, especialmen-
te la televisión. Constituye ésta una nue-
va faz de lo anteriormente apuntado de la
Centroamérica «extendida» hacia el Norte,
pero esta vez con implicaciones en el te-
rritorio de origen. Como puede constatarse
por esta enumeración sumaria a vuelo de
pájaro, Centroamérica se encuentra inmer-

40
Rafael Cuevas Molina: De banana republics a repúblicas maquileras

sa en un momento crucial de su historia, circunstancias cuyos resultados a veces se


que está perfilando nuevas identidades so- pueden atisbar desde ya, en los albores del
ciales en su campo cultural21. Se trata de siglo XXI, mientras que otros solo pueden
un entrecruzamiento de procesos, causas y intuirse o avizorarse tendencialmente.

Notas

1 . El presente trabajo corresponde a la Introducción del Central 2009-2010 «Abrir espacios para la seguridad
trabajo homónimo que, como libro, saldrá publicado ciudadana y el desarrollo» (San Salvador, diciembre
por la editorial EUNED (San José, Costa Rica) en los 2009), establece que Centroamérica es la región más
primeros meses del 2011. violenta de América Latina.
2 . «La cultura es menos el paisaje que vemos, que la mi- 9. La violencia de Estado ha sido especialmente cruenta
rada con que lo vemos». Jesús Martín Barbero y G., en Centroamérica. Se trata aquí, sin embargo, de sor-
Rey; Los ejercicios del ver. Hegemonía audiovisual y prender las nuevas formas que asume la violencia en la
ficción televisiva; Gedisa; Barcelona. región; esa es la razón por la que no se menciona.
3 . Intentando diferenciarse del resto de Centroamérica, en 10 . Durante el período colonial, la administración peninsu-
Costa Rica, dice el historiador Iván Molina, «Políticos lar privilegió la condición de istmo de la región, es de-
e intelectuales insistieron, una y otra vez, en que Cos- cir, que antes que verla como porción de tierra que une
ta Rica no era una república bananera», a pesar que a las masas continentales del Norte y el Sur de América
«Costa Rica (…) fue la original república bananera, el (es decir, como puente), la entendió como lengua de
mismísimo lugar de nacimiento de United Fruit Com- tierra que separa el Océano Pacífico del Atlántico. Ésta
pany», en Iván Molina y Steven Palmer; Costa Rica última condición se expresó en la obsesiva búsqueda
del siglo XX al XXI; historia de una sociedad; Editorial de un paso que permitiera comunicar ambos océanos,
EUNED; San José; 2005. misma que se expresó, incluso en el período republi-
4. Lo que podría caracterizarse como las guerras insur- cano hasta nuestros días, en la intención de construir
gentes en Centroamérica tienen distinta duración en uno o más canales transístmicos. Esa condición ístmica
cada país centroamericano, aunque es en la década de ha marcado a Centroamérica desde el punto de vista
de 1980 cuando alcanzan el clímax a raíz del triunfo geoestratégico en relación con los intereses de las gran-
de la Revolución Sandinista de Nicaragua en julio de des potencias mundiales.
1979. Solo a manera de referencia, tómense en cuenta 11. Véase cómo se aborda este problema en el Informe
los siguientes datos: El Frente Sandinista de Liberación sobre Desarrollo Humano El Salvador (2005) (ID-
Nacional se fundó en 1961. La primer guerrilla guatemal- HES) «Una mirada al nuevo Nosotros. El impacto de
teca en 1960. Las Fuerzas Populares de Liberación «Fa- las migraciones». Puede encontrarse en Internet en las
rabundo Martí» se organizan en El Salvador en 1970. siguiente dirección: http://www.pnud.org.sv/migracio-
5 . Término aparecido en la década de 1970 para denomi- nes/content/view/9/105/.
nar a los economistas educados en la Universidad de 12. La UNESCO la define como «La manera de vivir jun-
Chicago, bajo la dirección de los estadounidenses Mil- tos».
ton Friedman y de Arnold Harberger. Artífices de refor- 13. Como ya han hecho ver Renato Ortiz y Sergio Miceli
mas económicas y sociales que llevaron a la creación para el caso de Brasil, en América Latina en general,
de una política económica referenciada en la economía y para Centroamérica en particular decimos nosotros,
de mercado de orientación neoclásica y monetarista, y la noción de «campo cultural» puede parecer demasia-
a la descentralización del control de la economía. do holgada, en el sentido que en nuestro continente no
6 . Se entiende por Consenso de Washington un listado existen campos con el nivel de estructuración como los
de políticas económicas consideradas durante los años analizados por Bourdieu para el caso francés. Es nues-
1990 por los organismos financieros internacionales y tra opinión, sin embargo que, desde un punto de vista
centros económicos con sede en Washington DC, Esta- «antropofágico» (en el sentido atribuido a este término
dos Unidos, como el mejor programa económico que por el movimiento homónimo comandado por Oswald
los países debían aplicar para impulsar el crecimiento. de Andrade en el Brasil de 1929, cuyo lema era «Tupí
Estas políticas pasaban por: 1) la disciplina fiscal; 2) or not Tupí, that is the question») el concepto nos es
el reordenamiento de las prioridades del gasto públi- útil pues ayuda a delimitar el espacio propio de la di-
co; 3) la reforma impositiva; 4) la liberalización de las námica cultural, a identificar elementos y relaciones
tasas de interés; 5) una tasa de cambio competitiva; 6) que le son propios en el contexto social más general,
la liberalización del comercio internacional (trade libe- sin que debamos aspirar, en el caso centroamericano,
ralization); 7) la liberalización de la entrada de inver- a ver reproducidos en tales campos las características,
siones extranjeras directas; 8) las privatizaciones; 9) la condiciones y procesos analizados por el sociólogo
desregulación; 10) los derechos de propiedad. francés para el caso europeo. Valga, en términos más
7 . Definiremos estrés cultural como el estado de inesta- generales, esta perspectiva de apropiación adaptativa,
bilidad emocional y de expectativa que generan, en que permite recuperar y valorar aportes conceptuales,
una sociedad determinada, los cambios en patrones de teóricos o metodológicos elaborados en otras latitudes
conducta y comportamiento, hábitos y formas de con- y partiendo del análisis de sociedades distintas a las
vivencia previamente establecidos y aceptados. centroamericanas, pero que pueden tener un importan-
8 . El Informe para el Desarrollo Humano para América te carácter heurístico. En este sentido, adscribimos a la

41
Rafael Cuevas Molina: De banana republics a repúblicas maquileras

idea de Ortíz según la cual: «Es necesario tener muy 16. A saber, el campo cultural que definía al llamado Trián-
claro que el discurso de las ciencias sociales es una gulo Norte Centroamericano (Guatemala, El Salvador
construcción y todo el secreto está en la habilidad de y Honduras); el que caracterizaba el campo cultural
la construcción. El buen discurso en las ciencias socia- nicaragüense (signado por el impulso de la Revolu-
les es el que construye de la mejor manera el objeto», ción Popular Sandinista que buscaba establecer una
en Andrea Soto Calderón; «Entrevista a Renato Ortiz: nueva cultura con base a una tradición hasta entonces
Identidad y diversidad, de la cultura local a la global»; «soterrada»); y el que encontraba expresión en Costa
en Revista Anual de Ciencias Sociales Nº 12; Univer- Rica (caracterizado por un alto grado de instituciona-
sidad Autónoma del Estado de México; México; 2007. lización enmarcado en el predominio de políticas cul-
«Canibalismo cultural» le llama, por su parte Carlos turales basadas en el consenso y la cooptación). Para
Jáuregui, quien desarrolla in extenso esta postura en más información al respecto, véase de Rafael Cuevas
Canibalia-Canibalismo, calibanismo, antropofagia cul- Molina, Traspatio florecido: tendencias de la dinámica
tural y consumo en América Latina; Iberoamericana- de la cultura en Centroamérica (1979-1990); Editorial
Verbuert; Premio Casa de las Américas 2005; Madrid. EUNA; Heredia; 1995 (1ª reimpresión).
14. Sobre el concepto de campo cultural dice Pierre 17. No compartimos aquellas visiones que absolutizan
Boudieu: «(...) a la manera de un campo magnético, el potencial homogenizador de las dinámicas de la
constituye un sistema de líneas de fuerza», y agrega: globalización contemporánea. En este sentido, parti-
«(...) los agentes o sistemas de agentes que forman mos de la idea que tanto los procesos de homogeniza-
parte de él pueden describirse como fuerzas que, al ción como otros, de distinto signo, es decir, de diferen-
surgir, se oponen y se agregan, confiriéndole su estruc- ciación, constituyen dos caras de una misma moneda
tura específica en un momento dado del tiempo, (...) que se entrelazan, se complementan y se oponen en
(en donde) cada uno de ellos está determinado por su función de las dinámicas sociales concretas.
pertenencia a ese campo (y en donde) debe a la po- 18. Cambio epocal se le llama también. Véase Castel, R.;
sición particular que ocupa en él propiedades de po- La metamorfosis de la cuestión social; México DF;
sición irreductibles a las propiedades intrínsecas y, en Paidós; 1997.
particular, un tipo determinado de participación en el 19. El Plan Puebla-Panamá se institucionalizó en la VI
campo cultural, como sistema de relaciones entre los CUMBRE DEL MECANISMO DE DIALÓGO Y
temas y los problemas, y, por ello, un tipo determinado CONCERTACIÓN DE TUXTLA realizada en Mana-
de inconsciente cultural (en el que) su poder no pue- gua, Nicaragua, el 25 de Marzo de 2004.
de definirse independientemente de su posición en él» 20. Puede verse más al respecto en Rafael Cuevas
Véase «Campo intelectual y proyecto creador», en Jean Molina; «La dimensión cultural de la integración en
Pouillon et.al.; Problemas del estructuralismo; Edito- Centroamérica», en Rafael Cuevas Molina et.al.; Inte-
rial Siglo XXI; 6ª. Ed.; México; 1975; p. 36. gración en Centroamérica; cultural, social, política y
15. Véase nuestros trabajos Traspatio florecido-tendencias económica; Op.cit.
de la dinámica de la cultura en Centroamérica (1979- 21. Véase, por ejemplo, el estudio de Ricardo Falla; Mi-
1990); Editorial de la Universidad Nacional (EUNA); gración transnacional retornada-juventud indígena de
Heredia; 1994 (2ª. reimpresión); e Integración en Zacualpa, Guatemala; Asociación para el Avance de las
Centroamérica; cultural, social, política y económi- Ciencias Sociales en Guatemala (AVANCSO) y Edi-
ca; Cuadernos Aportes Teóricos de Nuestra América; torial de la Universidad de San Carlos de Guatemala
Instituto de Estudios Latinoamericanos; Universidad (USAC); Guatemala; 2008.
nacional; Heredia; mayo 2004; pp. 33-39.

42
43
44
Poemas de Rebeca Eunice Vargas

No soy poeta
Pero a veces transcribo esas conversaciones en la espalda de la luna
cuando paso a fumar un poco con la mulata de tal,
y jugamos a vestir enanas y domesticar osos,
y planeamos terremotos y erupciones.

No soy poeta.
Lo que pasa es que a veces las palabras asoman por la garganta
y pican sus texturas en el cielo de mi boca
y tengo esa sensación de vomitar conejitos que alguna vez describieron por carta a
una señorita en parís.

No soy poeta.
Lo que pasa es que no sé qué hacer en las madrugadas
cuando el cuerpo dice que sí, pero la mente que no
y allí está la computadora con todas sus letras,
y una página virtual en blanco
dispuesta a escuchar mejor que nadie
las canciones de madrugada de mis dedos.

45
Poemas de Rebeca Eunice Vargas

No soy poeta.
Sólo grito en una hoja de papel
cuando las lágrimas se quedan en la garganta
o cuando, por ejemplo,
prefiero maldecirte por escrito.

No soy poeta,
no lo soy.
Sólo, a veces, me indigesto con tanta cosa que considero mierda
y tengo que vomitarla,
a pesar de mis buenos modales y costumbres,
públicamente en nombre de mi sanidad mental.

Rota
Domingo
No vale la pena contar el tiempo de destierro
aunque perfectamente sé que son 4 meses.
Sentada desde mi refugio, viendo la lluvia sobre el pavimento y los cables
recuerdo que es domingo.
Y que no estás.

Me cocino el almuerzo todos los días


ya no tengo con quién pelear por no hacerlo.
Lo mejor es poder ser vegetariana sin reproches.
Limpio la caja de la gata sin protestar a nadie,
veo películas aburridas sin pena,
escucho hip hop a todo volumen
me pongo tacones y falda corta.

Ya no encuentro ropa tirada por la casa,


ya no hay platos sucios en la cocina
ya no ordeno desastres.
Ya no despierto de madrugada por los escándalos de borrachos y prendidos
mi casa ya no es refugio para faltos de vida.

Me regocijo en esta libertad reconquistada.

Pero es domingo y estoy sola.


Y te recuerdo.
Y me hacen falta tus pies fríos en las piernas.
Y me hace falta contarte los laberintos imposibles de mis sueños.
Y te imagino desplomada por la resaca en alguna cama que no es la mía
y tengo la certeza que alguien más pasa sus dedos entre tu pelo

46
Poemas de Rebeca Eunice Vargas

y que alguien más despierta tu olor a vainilla.


Y te extraño.

Pero no te quiero cerca.

Estás mejor en esa región donde sólo puedo suponer


donde sólo puedo ansiar, donde sólo puedo imaginar.
Si estuvieras aquí probablemente estos versos fueran lastimeros y odiantes
porque te odié. Sin dudas.
Me odié aún más a mí.
Y esa es mi ganancia en este juego de a perder.
Por fin puedo dormir sin despertar en pleno ataque de histeria
preguntándome porqué te sigo amando mientras jalás coca en mi mesa de centro.

…solamente muero los domingos, y los lunes ya me siento bien…*

*fragmento de Canción de Invierno de Sui Generis.

Crónicas del desvelo 1


Y es así, en los sanos abismos del duelo, que las palabras vuelven a ser vómito.
Tratar de ser «normal» cuesta caro. No es rentable para la inspiración. Hay que
disimular el hastío. Y vomitarlo inspiraría versos del develo y aceptarlo. Hay
muchos riesgos en la normalidad que en el sano duelo se vomitan con paciencia.

Crónicas del desvelo 2


Soñar es un lujo. Dormir en la normalidad es tranquilo. Eso sí. La rutina da sueños
creativos. Toda la autorepresión le vale madres al subconciente.

INSOMNIO
Desde que nadie consume mi energía dejándome vacía, o al menos, llena de
mierda
el cuerpo se niega a descansar.
Los habituales ansiolíticos ahora cumplen una función bastante ambigua.

Al menos ya me regresó el hambre y he dejado de fumar tabaco.

Sueños
Podría soportar este duelo si no fuera por el maldito insomnio. Y sobre todo porque
he dejado de soñar. Es que Ella escuchaba mis sueños todas las mañanas. No sé si
en verdad no estoy soñando, o no quiero recordar. Después de todo abrir los ojos y
encontrar su espacio vacío es un insulto. No, el insulto no es que no esté. El insulto
es que me haga falta.

47
Poemas de Rebeca Eunice Vargas

Abrazos rotos
ese título de esa película gris de Almodóvar no significó nada cuando la vimos en
la cama cada una con la mano en la vagina de la otra
muchos abismos después los abrazos rotos me parece esa sensación gris que
me dejan los días en que aún y a pesar del infierno, nos enfrascamos en seguir
tocándonos. Como si allí adentro hubiéramos dejado algo la una de la otra. Como
si esa cavidad húmeda que todo lo transforma no estuviera hastiada de tus manos
y de las mías.

Desmitificando
las canciones que te regalé alguna vez son buenas. demasiado buenas para negármelas
nada más por que tú estés en ellas. Something in the way you moved me.
quién le pone atención a las canciones igual... supongo que para ti serán una nada
ahora que ya no soy comandante de tu parte de adelante...
en fin. la afinidad nunca fue tanta. y no me hacen falta tus besos de coco con piña

supongo entonces que no te importará que ahora las ponga para hacer el amor con
otras

desapego
en mi mente decidí que era hora de dejarte partir mucho antes de irme de tu vida,
pero quién putas le explica al inconciente mis decisiones racionales y tomadas a la
fuerza en función de salvar mi alma y mi cuerpo del demonio que te posee
frente al mar en medianoche froté un huevo en mis genitales para ver si yemayá
hace el favor de romper con los votos que haya hecho esta vagina sobre la tuya
al mar tiré el huevo que quedó turbio. el pobre. también tiré aquella blusa con tus
flores favoritas.
al siguiente día me asaltaron los recuerdos, buenos y malos, canciones y besos,
cogidas y aventuras, gritos y golpes
y yo tratando de cerrar esta maldita adicción por tu recuerdo. y yo tratando de
borrarte de mi cuerpo para siempre. la memoria se niega a aceptar la simbología de
mis rituales de media noche. una parte de mí que siempre me sabotea me recuerda
que para borrarte del cuerpo te tengo que borrar de más profundo, quizá de mis
vidas pasadas, quizá divorciarte de mis propios demonios.
maldita sea. tres meses han pasado y no te olvido. mi inconciente se volvió bipolar
contigo. por más que le exijo que ni siquiera entristezca por ti, porque no te lo
mereces, esa que me sabotea decide amanecer triste. aún en los brazos de otra. con
los besos de esa boca que no busca borrar los tuyos.

Ella y yo
ella... la del otro lado del espejo se despertó regañándome hoy por atreverme a
olvidarte
agarra tus recuerdos y se los lleva lejos, donde yo no puedo tocarlos

48
Poemas de Rebeca Eunice Vargas

pero es preciso olvidar porque todos los recuerdos son mentira


fueron momentos, quizás una mirada a la eternidad
pero una mirada en fin
me estoy deshaciendo de las peleas, de tu infidelidad, de tu ex, de tu adicción, de
tus mentiras, de tu manipulación
y me ha quedado sólo lo lindo, tu risa, tu piel, tu vagina, tus tangas de colores, tus
olores a fruta, las películas, las pláticas, las dormidas eternas, las siestas, los puros
y ella, la del otro lado del espejo se quiere quedar con lo lindo...
qué tonta la pobre porque me hace sentirme débil
y me hace revisar cada 5 minutos mi celular para ver si veo en la pantalla
no tu nombre sino el que puse para no contestarte que dice en lugar de Laura «No
contestar»
y no volteo a ver para contestarte sino para no hacerlo
y sin embargo duele que ni siquiera haya un mensaje

Erótica
un botón de nervios
una esponja divina
un abismo con fondo
labios que besan con ansia de tragar
humedad dulce para humectar tus labios
te espera
entre mis piernas

disolvencia
me dormí sobre tu pecho
con el cansancio justo de una noche entre tus piernas

despierto aún húmeda


pero no quiero despertar
me respiro la temperatura de tu piel por las huellas dactilares
la cama es mejor, no te levantes
te llamo con mis piernas haciendo espirales

me siento en tu cintura
me respiro tu esencia hago mía tu textura
te abrazo desde mi abismo,
hago una danza para sentirte más adentro

cierro los ojos y vuelo hacia adentro


ave del paraíso que cambia de colores
me palpita el corazón entre las piernas
me disuelvo

49
Poemas de Rebeca Eunice Vargas

inhalo con urgencia


cantan todas las aves en mi pecho y grito
y entro en tu pecho para invitarte a volar conmigo
mi abismo tiene urgencia de tu esencia de coco
me palpita la vida en cada célula
me siento libre en cada partícula que viaja al ritmo del placer
explosión de mil colores cuando tu ave choca con la mía
me disuelvo contigo para entrar en ti
(no es justo que no pueda penetrarte
me quiero sentir en tu adentro)

respiración y palpitación simultáneas

mi corazón sobre el tuyo me retorna a los límites de mi piel

me condenso

me siento mía otra vez

empieza el día
apenas amanece sobre mi pelvis
tu sol se ha desbordado sobre mi luna
estremeciéndome

hoy será diferente


llevo tus palpitaciones por dentro

animal
luz de luna tu espalda blanca me transforma en coyote
percibo tu esencia con mi nariz de noche

pierdo el control

me acerco para sentirte palpitar,


muerdo esos ojos de lechuza sobre tus alas,
te arranco pedacitos de piel para sentir tu sangre.
me excita sentirla hirviendo en tu cuello,
saboreo la humedad roja y metálica.

desgarro
arranco
mastico
te devoro

50
Poemas de Rebeca Eunice Vargas

me dejo ser animal,


me abandono al instinto
me domina el instinto,
presa de mi presa
bajo la guardia y te dejo entrar

aunque te quiera comer prefiero convocar tu tormenta de vida


ahora te como desde mi centro
te trago con ansias,
mi humedad absoluta se desborda
para dejarte marcas de mi fragancia

mamífera animal total salvaje e intensa


poseída penetrada lamida gozada
transitamos el extasis infinito del universo

desfallezco me caigo me desplomo,


dejo caer mi cadáver sobre tu cadáver palpitante.
hemos muerto y resucitado
lo sé porque respiro de nuevo
siento el caliente vaho de un olor nuevo
sudor sangre
vos lechuza
yo coyote.

hemos muerto
para despertar el nuevo aroma de esta selva
hemos muerto
para darle vida a estos monumentos de concreto
afuera
las gotas de lluvia caen desde los cables
adentro
lluevo

Renée
los mensajes
las miradas
lo que le dices a mis amigos para que me lo digan
la insistencia
tu olor a fruta fresca
tus ojos delineados
el desvelo voluntario
la sonrisa que sonroja

51
Poemas de Rebeca Eunice Vargas

tus pecas
las pláticas de brujería
los nervios
decirte que me gustas
tardar días y tres horas para preguntar por un beso
acercarme sin poderte ver a los ojos
ADRENALINA MARIPOSAS GARGANTA SECA
y tus labios suaves, y tu lengua cálida, y tu cuello en mis manos
tus confesiones
y nos veremos otro día
y te quiero ver otro día
tal vez las manos funcionen un poco más y me atreva a bajar del cuello
y sentirme virgen, aunque de eso muchos años ya,
pero lo siento y qué

yo también quiero un par de alas como las tuyas


para huir del paraíso, de dios y de adán

Lo que escribo en clase de metodología


La curva de su espalda forma su cintura. Líneas que ondulan en el espacio cayendo
desde la línea horizontal de sus hombros, hasta su cadera.
Sólo pantalón de lona, y sus senos y torso desnudo, desafiando la pantalla de la
computadora donde elige música suave mientras sostiene el cigarro con sus labios.
Los bajos de la bocina marcan el ritmo con el que mueve sus brazos. Descalza baila
sobre la alfombra.
Sus cejas forman curvas pronunciadas desde donde me mira y me llama su voz
ronca.

(Quiero guardar esta imagen en mi mente para que siga lubricando las noches en
que sólo la tengo detrás de una cámara en mi pantalla.)

...Pero tengo que acercarme para despertar con mi nariz el olor a vainilla de su
cuello.
Muerdo, saboreo... me pierdo, me disuelvo dentro de ella...

Política
en el día de la raza
Amanecí imaginando la alegría colectiva de nuestros cuerpos mestizos si hubiésemos
crecido sin el cristianismo impuesto.
O si bailáramos en lugar de llorar una semana entera en pleno verano.
O si habláramos aún el lenguaje del agua sobre los troncos de árboles tropicales.
O si dejáramos fluir la espiral del tiempo que sale de nuestra frente.

52
Poemas de Rebeca Eunice Vargas

Pero nacimos de un choque de pelvis bárbaro y salvaje


ofrendando la sangre que reclama esta tierra de cavernas profundas,
orando bajito a la serpiente en los pies de esa monumental virgen morena.
Y yo:
huelo a pom y a sangre india
danzo potente con la fuerza de las diosas negras en mi cadera
canto con voz gitana que acompaña el melodrama del continente.

Me expando en el cosmos con el sabor ácido de la psilocibina entre mis muelas


dejo flores, frutas y recuerdos a la diosa de las aguas para que me cure el mal de
amores
he conocido el mundo por páginas amarillas con olor a tinta y plomo.

Soy híbrida
como la serpiente emplumada.
Tengo esencia de coco y carne de barro.
Y en las marcas de mis heridas tribales
llevo todas las maldiciones de la injusticia.

elecciones
nuestros sueños no caben en sus urnas
basurero de baño de día domingo
broshure de turismo para pobres de fe

justicia …?
por seis mil años, hasta que no queden sino los pútridos envoltorios de los gusanos
que se los comieron, permanecerá condenado su polvo.
su nada.
sobre su lápida nada.
sobre su nada, nada.
sus huesos roídos condenados a un olvido con desprecio.

Tengo un país atravesado


justo allí donde me fluye la sangre.
Duele cuando respiro y cuando trago.
Y los ovarios, sobre todo ellos, duelen como nunca.
El país que tengo atravesado
me ha bloqueado la entrada a la vagina.

Duelen los dedos cuando los muevo.


El país que tengo atravesado me destrozó las manos.
En mil pedazos. Astillas de huesos quedan.

53
Poemas de Rebeca Eunice Vargas

Me sabe a centavo la sangre en mi boca.


El país que tengo atravesado
me ha mordido los labios,
me ha arrancado los incisivos.

Lo peor de todo fue perder la voz.


El país que tengo atravesado
se traga mis gritos. No los deja salir.
Me retumban en la garganta hasta que me raspan.

No hay cura.
Simplemente no hay cura.
El país que tengo atravesado se niega a irse,
y yo a dejarlo ir.
Sin el país que tengo atravesado
me disminuiría el pulso.
Tengo que aprender a vivir con él
como todas hemos aprendido.
A dejarme llevar bailando tango con él.
Cada paso duele hasta la médula de cada hueso,
pero hay que seguir bailando.
Estoy vestida para la ocasión.

A cualquier militar genocida en su lecho de muerte

(Los muertos, según una leyenda indígena, están enterrados con los ojos abiertos
y los cerrarán el día de la justicia. De esta creencia popular toma Miguel Ángel
Asturias el título de su obra, que cierra la trilogía iniciada con Viento fuerte seguida
de El Papa verde)

Sentís en tu oído un aire caliente, una voz secreta y oculta, sin tiempo…

Hablá. Tarde o temprano los van a encontrar y mientras, vos aquí desangrándote.

A tientas sentís en el suelo tu sangre, caliente todavía. Buscás en tu cabeza y te


encontrás con una zanja que te parte la vida en dos.

¡Hablá ya o mejor morite!

Escuchás las botas… ya vienen otra vez… no aguantás otra vez… ya no más…

Con las manos atadas tratás de defenderte. Es en vano, lo sabés. ¿Para qué hablar si

54
Poemas de Rebeca Eunice Vargas

ya no podés? La boca ya no es boca, las palabras ya no son palabras.

Sangra tu costado, pero no es vino, es sangre. Tenés llagas en los pies y en las
manos, pero no te atraviesan clavos.

Ya te ganaste el Reino de los Cielos.

Ni sepelio católico, ni extremaunción. Tu carne se va a podrir sobre otra carne, tus


huesos se van a fundir con la tierra.

Abrí los ojos, mantené los ojos abiertos. Mirá alrededor tuyo: ni un sólo párpado
caído.

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Aforismos de Sergio Valdés

septiembre, 2011
muere david pinto

septiembre, 2011
la edad no tiene otra medida que el abrazo del afecto sobre la ciudad

Cuando en una terraza hospitalaria se encuentran poetas y músicos y diseñadoras


y videastas y editores y amigas y madres solteras y productoras y todo lo demás,
se produce la batalla de la alegría y el reconocimiento. Eso acontece hasta que la
verdad de la música, el placer y la embriaguez abrazan sin remedio a la ciudad.

septiembre, 2011
Escritor: el que sostiene la victoria de las palabras dentro y fuera del alma humana
(y consuela al lenguaje en caso de una derrota).

Julio, 2011
proclama espontánea, desde fuera de la ciudad acorralada por el crimen
No pido perdón pero repudio a los poderosos nacionales y extranjeros que hicieron
corrupto al Estado y criminal al ejército.

56
Aforismos de Sergio Valdés

No pido perdón pero condeno los genocidios pasados de carne y hueso, y las con-
secuencias de décadas de dictadura.
No pido perdón pero condeno a las iglesias y religiones que hoy anulan la concien-
cia, celebran la ignorancia y hurtan la capacidad de asombro de la población.

No pido perdón ni le pido a ningún dios imposible por el descanso del alma de un
cantautor asesinado o de un campesino desalojado. Condeno, eso sí, mi falta de
voluntad para luchar en contra de la ignominia cotidiana.

junio, 2011
deseo imprevisto

LLevar hasta la retina oscura del olvido


los secretos inquietantes de la angustia
y la plenitud que anida en el verso
maravillosamente irregular
de tu recuerdo.

junio, 2011
La crítica pública no es un símbolo más o menos necesario sino la precondición
para la libertad. No importa cuán certera o equivocada, sin ella la sociedad y el in-
dividuo terminan aniquilándose, odiándose, teniéndose lástima, tomando partido a
ciegas y abjurando del buen sentido.

La crítica es el sitio donde se funda el porvenir.

junio, 2011
fútbol
Por ahora, la mediocridad del fútbol guatemalteco es otro síntoma de la patología
social del país. Jugadores, técnicos, directivos (eufemismo de uso corriente para de-
lincuente institucional). En fin, hasta los periodistas deportivos de medios impresos,
narradores radiofónicos, presentadores y comentaristas de television contribuyen
con su voz y sus palabras a la formación de un deplorable murmullo de afirmacio-
nes sin fundamento.

Y tan bello que puede ser el futbol, con sus exteriores populares, sus corazones
tristes y alegres. Sus triunfos. Y sus derrotas sin pasado.

mayo, 2011
En el ámbito de un sueño compartido, apareció el fantasma de la culpa a cuestionar
nuestro hedonismo cotidiano. Intentamos vivir, eso es todo, le dijimos con la boca
exhausta de la madrugada.

57
Aforismos de Sergio Valdés

marzo, 2011
no todo es un plagio

El lenguaje ­—en tanto expresión de la conciencia, la sensibilidad, la imaginación—


establece cuentas paralelas, coincidencias, conjunciones voluntarias e involuntarias,
que advierten una y otra vez sobre la escala colectiva y galáctica de las palabras.

marzo , 2011
muerte al final de una tarde sin pecados

Dueño de una lucidez y una cultura artística poco frecuentes, Jorge Félix formó
parte de una generación que recogió la experiencia de las primeras rupturas de van-
guardia (Roberto Cabrera, Ramírez Amaya, Elmar Rojas, etc.) y la convirtió en una
práctica cotidiana, sin mayores aspavientos, confiando solamente en la extensión de
sus ideas y en un hondo compromiso con su arte y sus técnicas.
Por encima de la aparente abstracción de sus motivos y de un manejo inquietante y
provocador del color, en el trabajo de Jorge Félix destaca una profunda sensibilidad
humana, cuya ausencia hiere el corazón de la ciudad.
Su recuerdo produce alegría y su partida un dolor amenazante.

enero, 2011
aforismo ortográfico

La plenitud y la madurez se alcanzan cuando las cosas más obvias de la vida coti-
diana ­—aquellas que se descifran sin dificultad, a cada paso, con el más elemental
de los sentidos comunes— se ponen al alcance de la imaginación y la creatividad
problematizadora.

diciembre, 2010
futuro del cine en Guatemala

De nada sirve hacer o enseñar cine sin generosidad, reciprocidad, pasión por com-
partir y aprender, capacidad de reconocer los méritos de otros y ejercer la crítica sin
concesiones.

Al nivel de las relaciones humanas, el futuro del cine guatemalteco depende de la


capacidad que tengamos para imponernos al egoísmo, la autocomplacencia y los
fuegos artificiales del éxito prematuro.
Debemos apoyarnos sin reservas para adecuar nuestra capacidad al formidable la-
berinto imaginario del cine.

58
Aforismos de Sergio Valdés

diciembre, 2010
carlos, eva, maja
Los recuerdos no tienen método, es el viento del afecto el que los recoge, con su
hermoso abrazo desordenado e imprevisible.

noviembre, 2010
Los barriletes son como estrellas o luciérnagas matutinas. Hermosas, efímeras, in-
constantes.

septiembre, 2010
aforismo sobre cine

Un cineasta documentalista solo puede mentir (en el montaje) como miente un ac-
tor cuando es honesto en el escenario.

agosto, 2010
cantautores en exilio

Los versos y las melodías de los cantautores nos salvan del horror y restituyen la
paciencia en nuestras manos.

Nuestra capacidad para levantarnos desde las ruinas y rehacer la voluntad de vivir,
se la debemnos en parte a las voces generosas de los cantautores.
Nada cambiaría y todo seguiría igual sin estas presencias encantadas de la vida. Por
ellas, las migraciones se tornan peregrinajes alentadores, las distancias se acortan,
los deseos se cumplen y el reflejo de quienes marcharon antes, alcanza la piel des-
nuda del presente.

agosto, 2010
exilio de una promesa

En 1954, tras la derrota de la promesa modernizadora de Jacobo Árbenz Guzmán,


un grupo de guatemaltecos partió al exilio en Argentina. Alejandro Silva Falla, Ed-
mundo Urrutia, Fernando Valdés Diaz, Humberto Pineda, Antonio Obando Sánchez.
Decenas de ciudadanos se alejaron de la ciudad brutalizada, para salvaguardar su
integridad y seguir bregando por el porvenir.

(Yo soy ellos a la distancia)

59
Aforismos de Sergio Valdés

marzo, 2010
6+1 imágenes espontáneras sobre mi madre

El rostro bello y silencioso de la neblina.


Los susurros de la luna al oído del océano.
Una mariposa que duerme en los ojos de una orquídea.
La sonrisa de la historia dibujada en la arena del afecto.
Los labios transparentes de una estrella alada.
La promesa extraordinaria de un recién llegado.
En fin, un bosque frondoso cuyo recuerdo
no se extingue con el tiempo.

febrero, 2010
melendreras

Esta noche nadie


tiene derecho de olvidar
que Ileana y las salidas
cotidianas de la luna
despeinan cada día
­—sin querer y con cariño—
la entraña corrompida
de la indiferencia.

agosto, 2008
la ciudad bulle bajo mis pies

Debo decirle adiós al día,


dejar que la noche se acerque,
que infiltre mis rendijas viscerales,
y contamine la savia envejecida
que tu tragedia inyectó en mis venas
en otros tiempos primordiales.

La ciudad bulle bajo mis pies.


Y debo decirte adiós, abolirte,
expulsar hacia fuera tu angustiosa
estrella inalcanzable.
Contemplarte por fin a la distancia
sentarme a orillas de mi tiniebla urbana,
a convocar desde ahí el recuerdo
de tus nahuales milagrosos
derrotados por el tiempo.

60
Aforismos de Sergio Valdés

Adiós olimpos chortís.


Adiós abismos tzutuhiles.
Adiós espejos del cielo.
Adiós senderos indios del tiempo.

Debo darle la bienvenida


a la flora adormecida del asfalto.
Al anonimato. A la tristeza inconclusa
de otras multitudes desgarradas.

Adiós Guatemala india


bienvenida la ciudad

febrero, 2007
paternidad

De tanto en tanto emergen de su escondite subterráneo señales de aliento que in-


vitan a luchar y disfrutar de la existencia. A no dejarse arrebatar la serenidad. A
celebrar en voz alta el afecto y la tristeza.

Leo, filmo, escribo y acudo a tus ojos, donde habita mi precaria conciencia del
tiempo.

febrero, 2007
proclama contra el maniqueísmo de izquierda

Además de entender la responsabilidad del otro en nuestra tragedia, y de luchar


para librarnos de su imposición, su arrogancia y su práctica sistemática de despojo,
debemos buscar dentro de nosotros ­­—nuestra historia, nuestras culturas, nuestras
mentiras, nuestras organizaciones, nuestras lecturas equivocadas de Marx— otras
razones profundas de la subordinación, la crueldad y el atraso.

Se impone descender a las profundidades de nuestro propio océano extraordinario


de tiempo.

enero, 2007
La lucha de los artistas por el éxito y el reconocimiento fractura a la imaginación y
acaba con la poesía.

octubre, 2006
revolución de octubre

Hacer política de izquierda supone recuperar formas abiertas, ágiles, flexibles de

61
Aforismos de Sergio Valdés

pensamiento. Supone además, concebir al pensamiento y al debate como un bosque


vivo y desordenado. Una selva de senderos que se encuentran, se bifurcan, y que en
su movimiento avanzan hacia reuniones más frondosas, menos maltratadas por la
geometría autoritaria del dogmatismo.

noviembre 2002
ética cardoziana

Detrás de los motivos visibles y de las adscripciones a lo que –de acuerdo a la pro-
pia ética– se considera correcto, existe una lógica secreta, un pensamiento agudo,
que sirve para reinventar y subvertir la realidad.

septiembre, 1999
elogio del desencanto

El vacío hurtó el contenido de la conciencia, escupió sobre la poesía y extinguió


toda comprensión humana fundamental sobre las palabras y las cosas. En las calles
la libertad fue sustituida por la cobardía y en las habitaciones la «responsabilidad»
ocupa sin remedio el lecho del deseo. Ya no hay más pulsaciones ni más agitación
que la de unos cuantos perros sobrevivientes. En las postrimerías del siglo XX,
Guatemala es una realidad de imposiciones, traiciones, sustituciones.
No pretendo estorbar a la miseria humana con la brutalidad y la rigidez de la mate-
mática, sino rechazarla con los signos ambiguos de mi propia humanidad sobrevi-
viente. De sus vestigios. La sensibilidad humana ­­­­­­—si algo de ella cabe aún en mi
sarcófago de huesos y sangre envejecida ­— esquiva por completo la rigidez de tales
modelos y clama justamente por la ambigüedad de la evasión y el desencanto.

abril, 2004
breverso a Monzón

Recuerdo a la poesía triturándole los huesos,


y a la administración revolucionaria de justicia
negándole sin remedio la promesa del paraíso.

octubre, 1988
dios de dioses, rey del performance

Maximón le devuelve a la tierra algunos de sus rostros perdidos en el tiempo, y a


nosotros la certeza de que no estamos solos en el universo.

62
Debate

63
64
Los duendes ausentes: música,
sociedad y niños de la calle

Mariano González

En el excelente artículo de Ch. Kroll titula- problema importante que no ha cesado y


do «Peces e iguanas, centavos y balas: los que, vía la deriva delincuencial, ha llegado
noventa y el rock en Guatemala» (publica- a configurar parcialmente la fisonomía del
do en el ejemplar número 12 de esta revis- país. Aquí quisiera hacer algunas reflexio-
ta), se realiza una reflexión muy interesante nes al respecto.
sobre el rock guatemalteco y el momento
histórico que comprende un período de Los duendes ausentes
tiempo entre los 90 y el inicio del nuevo En el artículo citado, la atención se
siglo. Esta relación permite iluminar el mo- centra en el movimiento que existe desde
vimiento histórico a través de algunos hitos una esperanza real de cambio en la socie-
de la producción del rock guatemalteco. dad guatemalteca (aunque abortada casi al
Sin embargo, hay una falta que resul- momento de formularse) originada en el fin
ta más inquietante debido a la calidad del del conflicto armado hasta el proceso de
trabajo. Dicha oquedad, intentando seguir desencanto/ consumismo posterior que se
el juego del lenguaje del título de Kroll, es prolonga hasta nuestros días, todo lo cual
la de los duendes ausentes: falta, me pare- puede ser representado por algunos hitos
ce, la referencia a la significación que tuvo en el movimiento del rock guatemalteco.
Alux Nahual en la vida musical del país en Para decirlo de otra forma: varias cancio-
las décadas de los ochentas y los noventas, nes expresan artísticamente los cambios
así como en la expresión musical de un sociohistóricos producidos en la transición

65
Mariano González: Los duendes ausentes: música, sociedad y niños de la calle

de los noventa al primer decenio del siglo lutando el país y, en el ámbito musical, la
veintiuno en Guatemala. comercialización del rock.
Kroll propone que Bohemia Suburba- Sombras en el jardín muestra letras
na pudo recrear, expresar y traducir, a tra- «que instigan a perder el miedo, que exi-
vés del disco Sombras en el jardín y, es- gían poder hablar y poder hacer libremente,
pecialmente de la canción Peces e iguanas, que abiertamente expresaban que el sexo
algo que se hallaba en el ambiente en ese era fantástico, que retrataban la realidad so-
momento histórico. Tal trabajo fue, a decir cial y referían indirectamente a la siempre
de Kroll, el «que le puso música al desper- negada guerra interna» (2009: 31). Peces e
tar de una generación, aquella que a veces, iguanas, señala Kroll, se vuelve una suerte
con bastante optimismo e ingenuidad, se le de himno generacional. Entre otras cosas,
denomina la generación de la post-guerra» esto sucede porque uno de los mensajes
(2009: 30). Aparece entre ese breve inter- más importantes de la canción es el reco-
valo de optimismo que se produjo después nocimiento de una esperanza que, después
de salir del conflicto y los procesos que vi- de salir de la barbarie del Conflicto Arma-
nieron a instalarse en el momento posterior: do Interno era una gran esperanza: un día
la violencia delincuencial que continúa en- mejor. Así lo dice la canción:

66
Mariano González: Los duendes ausentes: música, sociedad y niños de la calle

Un día un loco miró por la ventana/ vio


como caía la lluvia de liviana/ tan liviana
que pensó que mañana sería mejor/ y así
espero de nuevo el sol.
Puede decirse que en estas breves lí-
neas, Bohemia Suburbana sabe expresar
tanto la nostalgia como la esperanza de un
sector de la juventud urbana y ladina. La
lluvia liviana anuncia, deja entrever, quizás
promete, que otro día es posible. Un día
mejor y más iluminado. Es como un anun-
cio no sólo para el loco, sino para el país.
Lamentablemente es un anuncio malogra-
do como se puede apreciar hoy, a la distan-
cia. El período de cierto optimismo y cierta
estabilidad dura, con todo, otro poquito de
tiempo. Esto se expresa, según Kroll, en el
ánimo de las canciones de Malacates Tre- ría. Son pequeñas notas en los periódicos y
bol Shop. Sin embargo, este grupo también un silencio que apenas se rompe de vez en
participa de un proceso que llega a hacer cuando.
«imposible disociar el producto cultural El punto es que, siendo quizás una lí-
del comercial» (2009: 34), es decir, de la nea principal que permite articular convin-
abierta comercialización del rock. Final- centemente los cambios en la sociedad y en
mente considera simbólica la muerte de la música rock, Peces e iguanas, centavos
Ricardo Andrade en el 2002. Muerte con la y balas deja fueras otras líneas existentes.
que «toda esa esperanza se desvaneció y la Incluso cierta crítica liberal que, en las con-
que algún día quizá sea considerada como diciones que se han dado en el país, resulta
la década del rock guatemalteco llega a su necesaria, además de haber sido socialmen-
fin» (2009: 36). te sensible y musicalmente significativa.
No obstante, y esto lo reconozco con Sin embargo, debo señalar que existe
cierta extrañeza, la reflexión realizada no una razón muy plausible por la cual se pro-
hace ninguna referencia al grupo Alux Na- duce la ausencia comentada: la limitación
hual. Es cierto que Alux Nahual no inicia temporal del «objeto de estudio» del artí-
en los noventa. Pertenece a una generación culo (Alux sí aparece en el artículo de M.
previa y su música tiene otro talante. Sin Castañeda titulado Rock y sociedad: afir-
embargo, es un antecedente importante maciones e interrogantes para el debate,
que, además, coexiste y participa con el también publicado en el número 10 de esta
rock de los noventa. En otras palabras, esta revista).
ausencia me parece significativa y quisiera En efecto, el principal auge de Alux se
comentarla un poco, para luego apreciar el produce en un momento previo. Pero Alux
problema de la identidad en los niños de Nahual tuvo movimiento en el período y,
la calle, de esos duendes (no-sujetos) de según creo, canciones como Es como un
los que habla Alux Nahual y que, para el duende o Alto al fuego tuvieron su signi-
imaginario conservador de la sociedad gua- ficación e influencia en el imaginario del
temalteca, son inexistentes. En efecto, los país por más tiempo que el de su lanza-
niños de la calle-duendes, no aparecen, es- miento en 1987. No sólo como artículos
tán fuera de las preocupaciones de la mayo- de consumo, sino como expresiones de lo

67
Mariano González: Los duendes ausentes: música, sociedad y niños de la calle

que estaba ocurriendo y con un compromi- siado, creo que otra canción emblemática
so en la denuncia (probablemente algo in- del grupo, que denuncia un problema so-
genuo). Esto es importante señalarlo dado cial importante es la canción Es como un
que, como lo señala Kroll, después no hay duende. En ella se encuentra una mirada
nada igual en la producción del rock. ¿Qué preocupada sobre la situación de los niños
denuncia, qué crítica se hace actualmente? de la calle. En más de un sentido, uno de
Conozco muy poco de lo que ahora sucede los grupos más excluidos y marginados de
en el mundo de la música, pero me parece la sociedad. Decirlo era llamar la atención
que la expresión personal, sin muchas re- sobre un problema que sigue existiendo,
ferencias sociales es lo que llena la actual como tantas otras taras sociales. Problema
producción musical. En palabras de Kroll: que, como se verá a través del diálogo con
«la escena local deja de demandar otra rea- una entrevista apócrifa (atribuido a Marcos
lidad y opta por reproducirla» (2009: 34). Camacho, alias Marcola), tiene derivacio-
En todo caso, la denuncia en el caso de los nes ominosas.
duendes, no se tomó en serio con resulta-
dos que se pueden contemplar si se coloca Los duendes ausentes y la perspectiva de
la vista en la realidad social guatemalteca, los duendes
especialmente en la deriva delincuencial
que tiene la constitución de no-sujetos (por Sin que se reduzca a un problema de iden-
precarios y olvidados). tidad, el análisis de ésta puede servir como
Por ejemplo, Alto al fuego, como lo una entrada para pensar la situación de los
dice explícitamente el título, es producto niños de la calle. En este sentido, se pue-
del cansancio que producían los conflic- de utilizar el concepto de self que propo-
tos en la región. Sin decir nada respecto al ne Carlos Castilla del Pino como «aquella
ritmo o la calidad de la canción, resulta la formación mental que le hace a uno ser el
formulación de un sector de la población que es precisamente por el desempeño di-
(especialmente ciertos segmentos de jóve- ferenciado de roles, y al mismo tiempo, por
nes) que ya no creía (o no se interesaba) poseer la reflexividad sobre sí que le hace
en ninguno de los bandos contendientes y advertirlo» (2009: 145). Simplificando un
más bien repudiaba los efectos del conflic- poco, el self es la idea que uno tiene de sí
to. Para muchos de ellos, sin sentido. mismo (lo que significa que uno se hace
Puede ser que esto resulte todavía pro- objeto para sí, produce una imagen de sí) y
blemático para cierta izquierda, pero hay también la idea que uno cree que los demás
que aceptarlo: también hubo una parte de tienen de uno.
la población que no creyó en la lucha re- De esta definición pueden surgir conse-
volucionaria y que estaba cansada/asustada cuencias importantes. Por mucho que cier-
por los efectos de la guerra. Para ese sec- tas psicologías ingenuas o voluntaristas lo
tor, Alto al fuego fue una forma válida de propongan, la formación de la identidad y
expresar dicho cansancio. De denunciar, a la valoración propia no sólo está en uno,
través de una letra sencilla, la continuidad sino también en los demás. Esto se va re-
de la guerra, la mezquinidad de los intere- conociendo, incluso, en la génesis y man-
ses personales en juego que existieron y el tenimiento de los trastornos psicológicos.
deseo de trabajar en paz. Y he de insistir De nuevo, Castilla del Pino subraya la
que, aunque sea insuficiente dicho señala- «influencia de los demás en la génesis de
miento, era una expresión válida y que re- los denominados síndromes caracteriales,
cogía parte del sentir de la población. neuróticos y psicóticos» (2009: 158). Otro
Además, sin entrar a polemizar dema- autor, de orientación psicodinámica, P.

68
Mariano González: Los duendes ausentes: música, sociedad y niños de la calle

Watchel, señala también que es muy difícil


mantener la neurosis uno solito, sin ayuda
de los demás. Y esto que resulta cierto para
la identidad individual, se produce de ma-
nera análoga para la identidad de grupos.
En otras palabras, mi identidad no es
producto exclusivo de mi actividad mental
(considerarlo así es una deformación idea-
lista), sino de mi actividad en relación a los
otros. Por lo tanto, si desde ciertas perspec-
tivas la identidad es un asunto prioritaria-
mente individual, aquí se puede considerar
como un asunto relacional, profundamente
social.
El self, cara interna de la identidad, es
producto de una negociación continua con
la realidad, especialmente con los otros.
Uno propone una determinada forma de ser
y los otros lo pueden confirmar, rechazar o
descalificar. Si se es aceptada la imagen del
self que uno propone, éste se confirma y el
sujeto valora dicha imagen. Pero si existe
rechazo (la imagen que se propone no es
confirmada) o descalificación (la imagen
no es, ni siquiera, tenida en cuenta, es igno- personas y grupos tiene efectos reales en
rada), entonces la valoración propia empie- la acción y valoración de tales personas y
za a sufrir. No es casualidad que entonces grupos. Aunque es inmaterial (imaginaria)
el sujeto pueda volverse agresivo o tender no es irreal o inefectiva. Existe y tiene con-
a una dinámica de negación del trato de los secuencias evidentes en signos y prácticas,
demás y por tanto, pueda sufrir mecanismos esas sí, materiales.
más o menos deliroides (afirmar que se es En Guatemala tenemos indudablemente
perseguido, por ejemplo). Es claro que estos la cuestión del racismo o el machismo que
procesos no se reducen a meros intercam- implican un sostenido y permanente des-
bios verbales o gestuales. Se producen en precio hacia las identidades consideradas
entornos sociales significativos en los que inferiores: los «indios» y las mujeres. Los
existen aspectos simbólicos, relaciones de sujetos que portan dichas identidades pue-
poder y posiciones materiales. De hecho, la den buscar su reivindicación, pero como la
misma delincuencia no es causada por pro- existencia es relación, las reivindicaciones
blemas de identidad, sino por problemas siempre topan con puntos de máxima pre-
materiales, de orientaciones culturales y de sión. Ni que se diga que están en juego las
alteraciones en las estructuras profundas de relaciones de poder (y los recursos que sos-
reconocimiento (J. Rodríguez). tienen tales poderes).
Pero esta perspectiva tiene conse- Pero ¿qué pasa cuando hay grupos socia-
cuencias personales y grupales significati- les que son permanente y sistemáticamente
vas. Por ello puede servir para el examen rechazados y descalificados, sin mucho
de identidades sociales producidas en el margen de negociación de identidad? Es la
contexto guatemalteco. La identidad de situación de los niños y niñas de la calle

69
Mariano González: Los duendes ausentes: música, sociedad y niños de la calle

(y de otras personas abandonas y despre- ños de la calle en su canción Es como un


ciadas). Son, quizás, el grupo de no-sujetos duende. Allí describen a un niño de la calle
más invisibilizado y olvidado. Además de que representa, en buena medida, a todos
poner en cuestión a la sociedad que los los niños de la calle: «Es niño de piel gris
produce por su mera existencia, son parte sin nadie sin hogar/ durmiendo en la aceras
de un fenómeno más general de empobre- despertando sin soñar/ él tiene siglos ya y
cimiento y exclusión que, vía la violencia, todo sigue igual/ como es un niño pobre su
enfrenta a la sociedad con sus aspectos más tristeza es normal».
oscuros. De allí la importancia que tienen Lo primero que debe considerarse es
esos duendes ausentes y que, todavía, no que los niños y niñas de la calle vienen al
han articulado una palabra propia que se mundo en una situación efectiva de caren-
escuche en la escena social. No obstante, cias, entre las que se encuentran, la ausen-
hay discurso que podría representarles a cia de figuras cariñosas que se encarguen
ellos y a otros grupos de excluidos. de ellos, proporcionándoles una cuna y ali-
Esto no quiere decir que el problema mento. Lo cual da pie a pensar los efectos
principal de los niños de la calle sea su que tienen estas carencias en su identidad.
identidad. Es claro que no. El dolor y la Despreciados desde el inicio de su vida,
injusticia de la situación van más allá de sin recursos y posibilidades de crecer y
saberse despreciado y descalificado. Pero desarrollarse adecuadamente, son tratados
esto también es una parte de lo que sucede. como no-personas: tratados con menospre-
Alux Nahual supo decir algunas condicio- cios y creyéndolos un problema, sometidos
nes que parecen describir esencialmente la a situaciones humillantes y explotaciones,
situación en la que se encuentran los ni- no se les recuerda sino en el momento que
se consideran una amenaza. Son, como se
dice en el texto apócrifo atribuido a Marco-
la, «el inicio tardío de vuestra conciencia
social», refiriéndose a nosotros, los «otros»
de los duendes. ¿Qué sucede con la vida y
la identidad de un niño que constantemen-
te se ve rechazado, desde quienes se supo-
ne que le tenían que confirmar y prodigar
afecto (los padres)? Encuentran todas las
justificaciones posibles para entrar en gue-
rra con los que les desprecian.
En los niños y niñas de la calle, la
imagen de seres carentes de valor se va
confirmado en cada interacción en la que
los niños son vistos como no-personas, es
decir, como insignificantes. No es difícil,
entonces, que reaccionen agresivamente.
Han sido puestos en una situación material
y simbólica donde su existencia no es con-
firmada (aceptada) de manera adecuada,
gratificante. Los otros les devuelven una
imagen negativa, de desprecio. No es raro,
insisto, que a partir de esa marginación vio-
lenta busquen más al grupo en el que se en-

70
Mariano González: Los duendes ausentes: música, sociedad y niños de la calle

cuentran y que se tornen temerosos/ agresi- de los duendes, la supuesta entrevista a


vos con los que no pertenecen a su grupo, Marcola ofrece la posición de un «duende»
que recurran al consumo de drogas destruc- o de marginal delincuencial que nace preci-
tivas que, además de calmar las necesida- samente en el seno de esta sociedad.
des más apremiantes, permiten escapar de Alux Nahual retrata la situación de los
la cruel realidad de no-reconocimiento en niños de la calle desde afuera, mientras que
la que se encuentran. Es lógico suponer que la entrevista apócrifa señalada ofrece una
ante un mundo que les rechaza, reaccionen mirada que bien podría considerarse como
con violencia. la perspectiva desde dentro de la exclusión.
Como se advierte, la situación de los En este caso, de la delincuencialidad que es
niños de la calle lleva a una dinámica de una de las vías a las que lleva la ausencia
desconfianza y desvalorización mutua. Con social de los duendes. Se puede decir que
el entendido que los que llevan la peor par- esos duendes-niños de la calle, si bien son
te son los niños y niñas de la calle. uno de los problemas más hirientes, son
Además, esta dinámica es extensible a también, uno de los problemas más mar-
los grupos que viven en condiciones margi- ginados. Pese a ello, en su marginalidad
nales y que son vistos con desconfianza por pueden expresar aspectos importantes de
la «sociedad bien». Con carencias materia- la condición social. Esto es lo que hace el
les y afectivas importantes, despreciados texto apócrifo de Marcola. Si se quiere, co-
por los demás y viviendo en un mundo que necta aspectos como la marginalidad y la
pone como valor central el consumo y la violencia y les asigna un sentido social a la
ostentación, la invitación a delinquir como relación que establecen.
forma de sobrevivencia y de afirmación es Una de las genialidades del texto atri-
muy tentadora. Si ya se sufrió tanta violen- buido a Marcola es que representa una mi-
cia, es muy fácil ofrecer una respuesta vio- rada cínica, delincuencial, desde el margen,
lenta. por alguien que tiene una sensibilidad y
Que después nos quejemos de los niños una formación cultural superiores. Es al-
de la calle y de los delincuentes juveniles, guien que, para decirlo en alguna forma,
sólo revela la incomprensión que se tiene es el resultado improbable de crecer en la
respecto a la posición que les hemos dado y calle o en la clica, identificado con su si-
al desprecio que han recibido en la relación tuación, sus valores, pero leyendo libros y
con nosotros…que es, precisamente, el cultivándose. Un híbrido de pandillero/nar-
tema de una entrevista apócrifa que circula cotraficante con crítico literario o científico
en internet desde hace algún tiempo y que social. La respuesta autónoma y condena-
se presenta como si fuera de Marcos Cama- toria que conlleva la situación de exclusión
cho, alias Marcola, dirigente criminal del es dada por el texto atribuido a Marcola. Es
llamado Comando Vermelho (aquí se utili- la definición que, como se ha indicado en
za la versión que ofrece la revista Espacios estas líneas, podrían dar los que son des-
Políticos de la URL). preciados y humillados: «Ya somos una
De hecho, es posible forzar un diálogo nueva «especie», ya somos otros bichos,
con los duendes de Alux, que es una expre- diferentes a ustedes…No hay más prole-
sión sintomática de lo que sucede en nues- tarios, o infelices, o explotados. Hay una
tro país (pero no solo, sino quizás en buena tercera cosa creciendo allí afuera, cultivada
parte de América Latina) y este sorpren- en el barro, educándose en el más absoluto
dente texto apócrifo atribuido a Marcos analfabetismo, diplomándose en las cárce-
Camacho «Marcola» Si la canción de Alux les, como un monstruo Alien escondido en
da una mirada «desde fuera» al problema los rincones de la ciudad» (2011: 70).

71
Mariano González: Los duendes ausentes: música, sociedad y niños de la calle

Si en el contexto de estas reflexiones se Entiéndame, hermano, no hay solución.


cambiara la expresión de «monstruo Alien» ¿Saben por qué? Porque ustedes no entien-
por la de «duende», «niño de la calle» o la den ni la extensión del problema. Como
de «pandillero» el efecto sería igual: la des- escribió el divino Dante: «Pierdan todas las
cripción desde adentro de la marginalidad esperanzas. Estamos todos en el infierno»
creada por el funcionamiento «normal» de (2011: 72).
la sociedad. Sin embargo, hay que apreciar que esta
La canción de Alux es un recordatorio amenaza, pese a los tonos apocalípticos en
de la existencia de los niños de la calle que los que es lanzada, es precedida de un rece-
no se tomó en serio, ni en el momento de tario de las medidas mínimas a tomar para
crearla ni ahora. Precisamente esa ignoran- evitar lo que sí preocupa, es decir, la vio-
cia de la sociedad es contestada por el apó- lencia que amenaza principalmente a los
crifo de Marcola. Que no hayamos atendi- seres urbanos. En una forma muy «econó-
do ni le demos importancia a los niños de mica» dice que la violencia no es fruto de
la calle es una de las razones de la amenaza personalidades violentas o de disfunciones
contenida en el discurso atribuido a Marco- sociales, sino de una estructura social que
la: el razonamiento es impecable. La delin- implica contradicciones. Ni más ni menos
cuencia surge de las condiciones sociales que nuestra vil realidad.
de pobreza y la marginalidad de muchos. Pese a todo, ojalá que los duendes au-
El estado no se hizo cargo de ello y aho- sentes pudieran encontrar otro mundo que
ra es demasiado grande el problema para tenga cuna, alimento y afecto, y que lo-
darle una solución adecuada. Por tanto, no graran reconocerse de otra manera. Como
hay solución. El texto finaliza diciendo: también lo cantaba, años ya, Alux Nahual:
«No hay más normalidad alguna. Ustedes No tiene donde estar pero si adonde ir/
precisan hacer una autocrítica de su propia su única fortuna son sus sueños de papel/ le
incompetencia. Pero a ser franco, en serio, pide hoy al sol que el día venga ya/ es hom-
en la moral. Estamos todos en el centro de bre y no un duende/ vive un mundo nada
lo insoluble. Sólo que nosotros vivimos de mas.
él y ustedes no tienen salida. Sólo la mier- Por supuesto que por su bien, en primer
da. Y nosotros ya trabajamos dentro de ella. lugar. Pero también por el de todos.

Bibliografía

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terrogantes para el debate» en Revista de la Universidad de dad de San Carlos de Guatemala. Abril/Junio/No. 12.
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Eagleton, T. (2009) Una introducción a la teoría literaria. la, Universidad Rafael Landívar.
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Kroll, Ch. (2009) «Peces e iguanas, centavos y balas: los do. Bilbao, Editorial Descleé De Brouwer, S.A.

72
73
74
La pintura reflexiva
de Ramón Ávila

Juan B. Juárez

Más que analíticos o descriptivos, los tér- los círculos de «conocedores» con relación
minos que usualmente utiliza la crítica de a la percepción y al aprecio del arte contem-
arte para referirse a las diferentes corrien- poráneo y la debilidad crónica de nuestra
tes artísticas que conviven en la actualidad crítica como sistema de comunicación e in-
son de carácter metafórico, meras aproxi- terrelación de las obras de arte con los otros
maciones sugestivas que, en sus orígenes fenómenos culturales y sociales —aunque
y un poco anecdóticamente, aludían a cier- no la enjundia y el vigor con que los críticos
tas características y pretensiones formales, defienden sus respectivas posiciones estéti-
conceptuales o expresivas de las obras de cas y descalifican como arte todo aquello
los artistas pioneros, pero que luego, apli- que no cabe en la pureza de sus conceptos.
cados a otros artistas y a otras obras que, en Resulta evidente, por ejemplo, que
otras circunstancias vitales, desarrollaron mucha de la pintura que por comodidad
esas características y pretensiones hasta y por hábito llamamos abstracta no es en
sus consecuencias ineludibles pero igual- rigor el resultado de un proceso de abs-
mente auténticas, perdieron su débil —por tracción que vaya de las formas de los ob-
ocasional— poder vinculante. Que se sigan jetos particulares a una forma sintética y
utilizando sin rigor y sin las precisiones que esencial que defina un género; también es
plantea la obra de cada artista explica la obvio que, en otra de las vertientes de la
confusión y la superficialidad que priva en pintura abstracta, en las relaciones que se

75
Juan B. Juárez: La pintura reflexiva de Ramón Ávila

establecen dentro del cuadro entre las for- un apartarse del bullicio y los afanes de
mas geométricas y el color se «concreta» la vida cotidiana para alcanzar la concen-
y particulariza algo más que una mera ar- tración que exige la reflexión vital que lo
monía matemática; y ya no digamos en los ha angustiado desde siempre y que ahora
cuadros que se catalogan como expresio- realiza con pleno conocimiento de causa,
nistas abstractos u abstraccionistas orgáni- demorándose en el análisis de sus emocio-
cos u otros marbetes igualmente confusos nes y vivencias, dejándose guiar por sus
que no sólo no describen lo que sucede impulsos, otrora arrebatados pero atempe-
en la obra sino que, además, desvirtúan rados hoy por la experiencia y la sabiduría.
radicalmente el concepto de abstracción. La lucidez y la sabiduría de las reflexiones
La rigurosa y reflexiva pintura de Ra- de Ramón Ávila, claro está, no se expresan
món Ávila tiene, entre otros méritos, la gra- a través de consejos para vivir o pintar me-
vedad, la hondura y la fuerza para imponer jor sino que toman cuerpo directamente en
su presencia por encima del nominalismo su pintura. La reflexión vital que lo ocupa
delirante de las clasificaciones habituales y y lo preocupa no ocurre primero en su men-
envolver al espectador en la densa atmós- te de manera que después pueda aplicar sus
fera que emana de cada una de sus obras. hallazgos a la pintura, sino que ocurre en
Ante ellas, el espectador se «abstrae» de su cada cuadro y se desarrolla lentamente a
mundo habitual y, absorto en los resplan- medida que lo va pintando, o mejor dicho, a
dores y oscuridades del color, se introduce medida que el propio cuadro se va forman-
cada vez más en el tejido leve y mórbido do así mismo. Y es que desde las primeras
de los recuerdos y vivencias que palpitan líneas que traza con cierta ansiedad sobre el
intensos en el corazón y la memoria del papel que, más que esbozar los contornos
artista. La pintura de Ramón es, en efec- de un objeto o un personaje, definen una es-
to, la introspección lúcida de un artista tructura formal que por su propia vitalidad
apasionado que se pregunta por el senti- puede crecer y extenderse indefinidamen-
do del arte y de la vida. En ese sentido, te, hasta el hallazgo de los colores y tona-
su abstracción es, como la del espectador, lidades que parecen haber sido destilados
lenta y laboriosamente de densos estados
emotivos, los cuadros de Ramón parecen
hacerse ellos mismos, independientemente
de la voluntad del artista, al que le exigen,
eso sí, la apertura plena de sus facultades
intelectuales y perceptivas, la más esfor-
zada fineza de sus cultivadas habilidades,
los secretos más honrados y sutiles de su
oficio y, sobre todo, su total aquiescencia
a los dictados de la obra. Y allí, en la to-
tal aceptación de lo que se manifiesta y se
va gestando en el cuadro, es donde real-
mente reside la sabiduría del artista, que
explica no sólo la génesis y el sentido de
su trabajo sino también la conmovedora
serenidad, no exenta de drama ni de con-
flicto, que emana de su pintura reflexiva.
El hecho de que el artista Ramón Ávila
reflexione en su pintura sobre el sentido

76
Juan B. Juárez: La pintura reflexiva de Ramón Ávila

del arte y de la vida pone al descubierto y que puede extenderse indefinidamente en


no sólo el carácter autobiográfico de su el espacio (¿y en el tiempo?), no es, como
obra sino sobre todo el enorme y dramá- dijimos, un boceto que prefigure a la pintu-
tico esfuerzo por comprender las comple- ra que luego realizará en el lienzo, sino que
jidades angustiantes en que se debate su forma parte del proceso creativo del artista
arte y su vida de artista y ser humano. Lo y de la génesis de la obra. Tal dibujo, o
que aparece en su obra no son, en efecto, mejor dicho tal estructura formal cumple,
sus memorias ni las anécdotas de su his- frente al incesante flujo de recuerdos y
toria personal sino la afanosa búsqueda emociones que vibran en el artista reflexi-
de lo que podría darles unidad y senti- vo, una función articuladora que ordena,
do, un sentido verdadero y trascendente. así sea provisoriamente, las condensacio-
La estructura formal a la que aludimos nes vivenciales que, atraídas por el mag-
anteriormente, hecha primero sobre el pa- netismo de sus líneas nerviosas, se le van
pel con líneas nerviosas, finas y precisas, agregando. De allí que esa estructura exija

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Juan B. Juárez: Magda Eunice Sánchez, su obra y su época

por su propia vitalidad y el propio creci- aparecen no como recuerdos o evocaciones


miento de su complejidad, ser trasladada al poéticas o nostálgicas sino como las mar-
lienzo y matizada con las más minuciosas cas o cicatrices permanentes que le dejaron
precisiones cromáticas. Lo que busca el en la piel de la conciencia y la sensibilidad
artista no es el lucimiento de los primores esos ambientes, esos climas, esos paisajes,
de su oficio sino la fidelidad absoluta a una esas ciudades, esas vivencias, absorbidas
intimidad espiritual que se despoja lenta- tal vez sin darse cuenta, mientras respira-
mente de sus espejismos y de sus ilusiones. ba y dibujaba y pintaba y se afanaba por
Ramón Ávila nació en Barcelona, Espa- seguir adelante con su vida y su arte. Y es
ña, en 1934; a los veintiún años se trasladó que, si el arte le ha servido en su vida para
a Brasil; en 1963 se estableció en Guatema- vivir y para apropiarse del mundo, Ramón
la, en donde vive hasta la fecha. Esos luga- es, en consecuencia, su arte y su mundo.
res no son datos en su currículo: son los es- De allí que la reflexión pictórica que «suce-
cenarios de su vida y de su trabajo artístico. de» en su obra actual no sea abstracta. En ella
Por otro lado, ha trabajado el diseño grá- se concreta la conciencia lúcida de un artista
fico, el dibujo, el grabado y la pintura; ha y su mundo, que es también nuestro mundo.
hecho retratos virtuosos y densos paisajes Aunque no es enteramente figurativa ni
románticos; en una época hizo pintura rea- enteramente informal, en sus lentas y se-
lista y documental —perteneció al grupo renas formas se condensa un pensamiento
Vértebra— y siempre ha pintado y dibuja- coherente y apasionado que surge, como el
do personas, máscaras, toros e iglesias; a la humo de un volcán, del magma subterráneo
par de su trabajo creativo, realiza también de la vida, pero que, luego, encarnado en su
interpretaciones serigráficas de su obra y pintura, viaja sobre el misterioso cielo del
de la de otros artistas. De todo ello, la críti- mundo y se posa sobre nuestro tiempo como
ca norteamericana Carol Damián encuentra una nube densa y tornasolada por la luz de
huellas y vestigios vivenciales, formales un el sol crepuscular. Allí, en esa nube, la sa-
y cromáticos en su obra actual, en donde biduría del artista y la verdad de su pintura.

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Eduardo Juárez
Retrato de borracho con país
Editorial Palo de Hormigo
Guatemala, 2008
115 páginas

Comentario de
Luis Méndez Salinas

1./ «Un elogio a la verdad»


Están saliendo de las páginas como
quien sale de un espejo: el borracho, ese
cuerpo gordo, feo, hediondo y (entre fu-
ria y furia) lúcido; las comadres de una
vecindad cualquiera que en su eterno
engaño todavía creen en la salvación;
los mocosos molestos que corren y hu- verdad. La puesta en escena de una rea-
yen del borracho; los demás borrachos, lidad feroz y virgen que también puede
aquellos fantoches de una cantina que ser fijada con palabras. Convengamos
más parece cadáver retumbando con en que «lo real» supera con creces a
una fiesta adentro; el payaso afemina- la ficción, pero en ningún momento la
do, grosero y de mal gusto, que termina sustituye. Esa realidad que raya en el tido, nos atrevemos a tallar un espejo
machetiado en la función; la vendedora delirio (sin gentilicio ni temporalidad), cóncavo que reproduzca en imágenes
de atol más ancha que un ropero, o la nos aparece un día deformada, absurda insólitas nuestro despreciable contexto?
prostituta vieja que con cada cliente está y ridícula. Poco o ningún sentido tendría ¿Será posible trocar toda nuestra miseria
vengándose de su niñez; la lista sigue... aquí la literatura si se conformara con en «arte»?
No paran de salir, y uno ya no sabe si ofrecer un simple retrato (reflejo condi- Eduardo Juárez mastica una sonrisa,
son personajes o personas, si continua cionado) de esa realidad: una genuina y en un silencio que chorrea «como de
en la lectura o si volvió a la realidad. creación requiere cierta trascendencia. una herida fresca» pinta su respuesta a
Un elogio a la verdad, de acuerdo. ¿Qué pasaría entonces, si luego de re- estas preguntas en la pared más sucia
Pero sobre todo, a una nueva forma de conocer en nuestro entorno el sinsen- del lugar.

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Luis Méndez Salinas: Retrato de borracho con país

2./ Un retrato y un país la miseria, de la soledad a la borrachera lo ve todo. Sería cómodo quedarnos
El verdadero espíritu de un pueblo pue- inmunda y la resaca, del autismo a la en esa transfiguración, en la revelación
de detectarse, sin mayor trámite, en dos iluminación. Los escenarios (esos su- de la verdad suprema que convertiría a
lugares poco ortodoxos pero sumamente cios telones donde Seleno va dejando Seleno en una alegoría de la redención
efectivos: la iglesia y la cantina. Ambos las manchas de su existencia) aparecen humana (individual o colectiva). Sería
son escenarios reveladores: mientras en uno a la par de otro, como pantallas de cómodo pensar que encontró la luz, pero
la iglesia se materializa el deseo de tras- un videojuego demencial. no. Luego de la terapia, Seleno sale de
cender la realidad y se toma concien- El viaje inicia dentro de un cuartucho La Última Esperanza y se dirige al úni-
cia de los límites de lo humano, en la desvencijado, oscuro y sucio, en don- co punto «que resplandecía como un sol
cantina se vuelve tangible su negación: de Seleno se horroriza de sí mismo y moribundo» en el pueblucho: La Perla
el olvido. La iglesia es un trampolín al revienta un espejo. Luego aparecemos, del Barrio, cantina recién inaugurada
infinito, y la cantina una academia de deambulando con él, por las desnive- en la que lo esperan los personajes más
escapismo. En todo caso, el feligrés y ladas calles de San José Pinula, por la lúdicos y decadentes de San José Pinu-
el borracho no son tan distintos: ambos cantina de La Jefa. Los recuerdos, esos la y de Retrato de borracho con país:
han elaborado una visión particular «lo desgraciados fantasmas que hay que ca- Dejavú, Rockola, Loca Pasión, Tanque
real» que va tomando cuerpo de las más llar a punta de güaro, lo devuelven a la Túnchez, Tumba la Casa, Zapato Orto-
diversas vías: reconocen, no sin dolor y feria de Villa Canales, al pleito con el pédico, Tren Chocado, la Pescado, Niño
cierta angustia, que la realidad no es su- payaso amanerado, al machetazo y a sus de Oro y Chucho con Rabia. El ciclo co-
ficiente, y salen de ella. cuatro años en la cárcel del Infiernito. mienza de nuevo, pero con un tono dis-
Seleno es un ser humano (demasiado Seleno cumple la condena y encuentra el tinto: esa realidad maldita se transfiguró
humano) que combina la sublime intui- amor, ese amor que nunca se materializa y aún se le ve revolcándose en el fondo
ción del místico y la furibunda pasión en la figura de aquella muchacha flaca (oscuro y brillante a la vez) del espejo
del borracho. Eduardo Juárez lo descri- y fea que cautiva a Seleno en Ciénaga que Eduardo Juárez le ha mostrado.
be como un tipo físicamente feo, lleno Grande, y que termina terriblemente
de deseos simples y frustrados, mortifi- violada en medio de la brillante luz de 3./ La estética de la deformidad
cado (como el místico) por pensamien- un día hermoso. La errancia continúa en Reconocer que existe una realidad de-
tos tenebrosos y nefastos recuerdos, y Mazatenango, Pajapita, Coatepeque y forme y a todas luces insuficiente, im-
escondido (como el bolo) en sus pachas El Progreso. Todos, lugares que se ilu- plica para el escritor la búsqueda de una
de alcohol medicinal marca Cruz Roja. minan como el espejismo de un nuevo aproximación estética capaz de antepo-
Seleno es el paradigma de un estilo de comienzo, lugares donde el pasado se nerse a dicha deformidad y, sobre todo,
vida «extremado y peligroso». Es un borra y aparece una utópica e imposible capaz de trascenderla. Ante una proble-
filósofo convencido de que todos veni- prosperidad. mática social, histórica, económica y po-
mos a este sucio mundo con una mal- Así se desliza uno a lo largo de los lítica de enorme complejidad (pongamos
dición colgando sobre nuestra cabeza, y seis capítulos que forman el grueso de la por caso la guatemalteca), sobrepoblada
que es necesario desarrollarla. Seleno es novela, en los que la derrota no deja de de discursos políticos intrascendentes y
un vacío inmenso que desesperadamen- ser sino una terca repetición de sí mis- prioridades nunca resueltas, se niega (o
te trata de llenarse con alcohol. ma. Sin embargo, Juárez incluye, a ma- parece negarse) cualquier manifestación
Juárez nos habla de su origen, el cual nera de epílogo, el pasaje más sorpren- estética congruente. Así, la belleza se
puede situarse más en un gang bang que dente de la narración. Estamos dentro de vuelve sinónimo de silencio, negación
en un big bang: hijo de violación, trau- La Última Esperanza. El hacinamiento o imposibilidad, y el ejercicio creativo
mado al nacer, se odia con vehemencia de los borrachos en el pequeño cuarto de surge entonces como un acto de escapis-
y odia a los malditos que lo rodean. Aún esta casa de rehabilitación (léase «mor- mo y/o de suprema subversión.
así, es un visionario y ha descubierto la gue»), hace todavía más insoportables las Este es el contexto en que aparece ese
farsa: ve a la pobreza con los ojos del alucinaciones de Seleno. Los borrachos «realismo lumpen» que pareciera nutrir
desengañado, sabe de esa gente pobre exudan esa terrible goma que ya tiene la obra narrativa de varios escritores de
que se engaña cotidianamente y lucha un pie en el síndrome de abstinencia, e la escena contemporánea en Guatemala.
y no podrá nunca escapar de la miseria. incomodan al Seleno alucinado que está Retrato de borracho con país inaugura el
Todo eso lo mastica entre una y otra bo- a punto de transfigurarse. Ve una araña ejercicio narrativo de Eduardo Juárez,
rrachera. que suelda (con pistola de soldador y un ejercicio que nadie ha dudado en re-
Retrato de borracho con país es la toda pirotecnia) su tela en la esquina del conocer como «imprescindible» dentro
bitácora de su «inlegendaria» historia. cuarto. Una de las chispas cae en el ojo de ese panorama que solemos entender
Podríamos pensar en un descenso, en derecho de Seleno y propicia una reve- como nuestra literatura actual. En este
un viaje a los infiernos, pero no. Todos lación: abre un túnel que da directo en el sentido, lo que sustenta en gran medi-
hemos descendido antes y el infierno cosmos, y permite a este borracho redi- da el valor de las obras que componen
verdadero se quedó allá arriba. Lo que mido situarse en un plano infinito. Ahí, su bibliografía –Mariposas del vérti-
ocurre en la novela es un desplazamien- habla con su padre (el General) y pierde go (2005), Serenatas al hastío (2007),
to horizontal y errante: de la pobreza a su cabeza. Ahora Seleno es un ojo que Retrato de borracho con país (2008) y

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Luis Méndez Salinas: Retrato de borracho con país

Exposición de atrocidades (2010)– es la (el aquí, el hoy) de convergencia, reco- ción de pertenencia a lo que se narra en
intención deliberada de retorcer, a extre- nocimiento y diálogo entre las visiones el libro, es quizá por una concepción a
mos inimaginables, una realidad que se del mundo y las posturas estéticas de priori, ajena en todo sentido a la lectura.
percibe y puede llegar a experimentarse escritores que comparten un espacio, Nada más lejano a Juárez que esa mira-
en todo su dramatismo. un tiempo y, hasta cierto punto, una vi- da (resentida o nostálgica) que observa
El resultado es un conjunto de me- sión. Me refiero aquí a Byron Quiñónez, un «centro» al cual no pertenece y que
canismos textuales (relatos breves, no- Arnoldo Gálvez Suárez, Javier Payeras, le genera conflictos. Me seduce la idea
velas) que imponen sus propias leyes Francisco Alejandro Méndez, Estuardo de que este libro sea capaz de prescindir
para ser leídos, ajenos por completo a Prado, Denise Phé-Funchal, Julio Calvo por completo de un centro y sus respec-
ese arbitrario sistema de balanzas que es Drago, Julio Prado, y otros tantos, cuya tivas periferias, o bien, que se plantee
el canon. Literaturas anómalas, desen- obra narrativa tiene sorprendentes pun- la posibilidad de desplazamiento por
cajadas pero sumamente rigurosas, que tos en común con la de Eduardo Juárez, múltiples centros, autónomos e igual de
atentan contra ese autocomplaciente al igual que múltiples y enriquecedoras importantes. Al fin de cuentas, la reali-
ideal de una «novela nacional», un «hé- divergencias. dad (o lo que pensábamos de ella) se ha
roe», una «épica». Todo lo contrario: un fragmentado.
antihéroe inmundo y verosímil, que con 4./ La marginalidad ha muerto Juárez logra instaurar una estética a la
sus grotescas muecas trata de poner a O está a punto de morir. Percibo la na- medida de un momento crítico que aún
esa Guatemala sórdida y violenta frente rrativa de Eduardo Juárez como un anda- atravesamos: la muerte de nuestro espe-
a una Guatemala igual de sórdida pero mio de cuatro pisos instalado en el cen- jismo de la modernidad o el inicio de lo
autónoma, con la posibilidad de redi- tro mismo de nuestra posmodernidad. que esté del otro lado. Es interesante ver
bujar sus propios límites y de volverse Sí, Guatemala, país posmoderno: no la similitud de este programa (que im-
creación. tanto porque haya resuelto la problemá- plica no únicamente la postura estética,
No es casualidad que las estrategias tica implícita en esa modernidad tardía sino la visión de un mundo radicalmente
favoritas de Juárez sean el humor negro que experimentamos como imposición deformado) con un género literario que
y descarnado, la risa estentórea que des- durante el siglo XX, sino porque le ha surge en la España (también en crisis)
emboca en un alarido de angustia, la sá- dado la espalda a dicha problemática, de 1920: con su libro Luces de bohemia,
tira mordaz, la precisión crítica y, sobre rechazándola, lanzándola lejos. Mo- Ramón del Valle-Inclán instaura un nue-
todo, el magistral manejo de contrastes, dernidad plagada de dicotomías exclu- vo género, una nueva forma de ver y ha-
luces, sombras, y contraposiciones vio- yentes y caducas, una de las cuales (la cer literatura: el Esperpentismo. Para él,
lentas, capaces de encontrar «belleza en del «centro» y el «margen») ha sali- el esperpento es una deformación, capaz
la fealdad». En resumen, un juego de es- do al ruedo dentro del discurso crítico de traducir con toda su potencia creativa
pejos que, como quería Shelley, tiene la que ha generado la obra de Juárez. La «el sentido trágico de la vida española», a
potestad de «hermosear lo deformado». «marginalidad» ha sido vista por Nadi- partir de una estética «sistemáticamente
Así, la posibilidad de establecer ge- ne Haas como un «concepto clave para deformada». España, «caricatura de la
nealogías, vínculos deterministas, pater- abordar» Retrato de borracho con país. civilización europea»; Guatemala, cari-
nidades, entre esta vertiente de la litera- Ronald Flores, por su parte, se refiere a catura del mundo moderno. Afinidad y
tura contemporánea y esa invención sin Juárez «como el más preciso cronista de preocupaciones semejantes: veo a estos
rostro de la «tradición literaria guatemal- la marginalidad social». Puede que estén dos autores con un mismo juego de he-
teca» me parece cada vez más remota. en lo cierto; sin embargo, creo adecuado rramientas: violencia en el contraste, co-
Que sea el crítico el que encuentre (si es situar el trabajo narrativo de este escri- sificación de lo humano, animalización
que existen) esas líneas que nos condu- tor dentro de un ámbito que sobrepase la de los personajes, caricatura, obsesión
cirían desde el grotesco posmodernista dicotomía centro-margen. por los detalles mórbidos y grotescos,
de Arévalo Martínez a la sordidez de los Retrato de borracho con país no pre- distorsión y riqueza en los registros de
ambientes en El Señor Presidente. Creo, senta, a mi juicio, indicio alguno que lenguaje, degradación de los ambientes;
más bien, en la utilidad de plantearse la defina al autor, a los personajes y a los la lista sigue.
configuración de un espacio sincrónico escenarios a partir de su contraposición Eso que queda al fondo del retrato es
a un «centro» reconocido como tal. Si, un país siempre en búsqueda de un nue-
como lectores, somos capaces de «reco- vo comienzo, de un verdadero principio.
nocer» un centro que define por nega- Mientras éste llega, sé que las paredes
de su estrecho cuarto seguirán llenán-
dose de los esperpénticos garabatos que
Eduardo Juárez, como ningún otro, sabe
pintar.

83
Imágenes: Ramón Ávila
(Barcelona, 1934).
Portada
Pintor, dibujante, grabador, diseñador gráfico.
Reflexión II. Estudios artísticos en la Escuela de Bellas Artes,
Óleo sobre tela. en la Escuela Industrial y en el Fomento de Artes
1.60 x 1.70 metros. Decorativas en Barcelona; Artes gráficas, dibu-
2008. jo, artes visuales y grabado en Brasil entre 1957
y1963, mientras trabajaba como director creativo
Ensayos de J. Walter Thompson, en Sao Paulo. En 1963
Viento normal. se estableció en Guatemala, en donde fundó la
galería Tornada (Actualmente Arte Papel, S.A.)
Óleo sobre madera.
dedicada a ediciones serigráficas de obras de
0.36 x 0.44 metros. artistas latinoamericanos, algunas de ellas pre-
2006. miadas en Estados Unidos, España y Japón. Ha
participado en más de 200 exposiciones persona-
Letras les y colectivas en Guatemala, Argentina, Brasil,
El circo. Costa Rica, Chile, El Salvador, España, Estados
Técnica mixta. Unidos, Francia, Honduras, Italia, Japón, México,
0.75 x o.95 metros. Nicaragua, Puerto Rico, República Dominicana,
Suiza y Taiwán. Actualmente está preparando una
1970.
exposición retrospectiva que se inaugurará en los
primeros meses de 2012. Su obra se encuentra en
Debate colecciones públicas y privadas en diversos países
El buscador del mar. de América y Europa.
Óleo sobre tela.
1.00 x 1.20 metros.
2008.

Arte
Toro en el campo.
Serifrafía.
50.8 x76.2 cms.
1984.

Comentarios
Mujer.
1.20 x 1.20 metros.
Mixta sobre madera.
1974.

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Sobre los colaboradores:

Mario Roberto Morales Guatemalteco. Doctor en cultura y literatura latinoamericana por la


Universidad de Pittsburgh y fue profesor de su especialidad en el
Programa Internacional de Posgrado del Departamento de Lenguas
Modernas de la Universidad de Iowa, hasta el 2010. También ha
sido columnista del portal mexicano México.org, del diario elec-
trónico español La insignia y del diario guatemalteco ElPeriódi-
co. En 2007 le fue concedido el Premio Nacional de Literatura
de Guatemala. Es miembro de la Academia Guatemalteca de la
Lengua correspondiente a la Real Academia Española.

Jaime Barrios Carrillo Guatemalteco. Escritor. Columnista. Promotor de la cultura guate-


malteca, radica en Suecia. Colabora periódicamente para revistas
y periódicos de Guatemala.

Michelle Juárez Guatemalteca. Narradora. Editora profesional. Psicóloga graduada


en la Universidad Rafael Landívar. Colabora para distintos perió-
dicos y revistas culturales del país.

Rafael Cuevas Molina Guatemalteco. Novelista y artista visual. Profesor-investigador del


Instituto de Estudios Latinoamericanos de la Universidad Nacional
de Costa Rica.

Rebeca Eunice Vargas Guatemalteca. Poeta. Encargada del área cultural de FLACSO.
Pertenece a la más reciente promoción de poetas guatemaltecas.

Sergio Valdés Pedroni Guatemalteco. Crítico y cineasta, cuenta dentro de su obra con una
abundante producción filmográfica. Columnista. Promotor cultu-
ral.

Mariano González Guatemalteco. Catedrático universitario. Psicólogo social, colabo-


ra para diversas publicaciones del país. Ha publicado varios libros
dentro del ámbito de su especialidad.

Juan B. Juárez Guatemalteco. Crítico de arte, estudió Letras y Filosofía en la Uni-


versidad Rafael Landívar. Ha publicado obras sobre su especiali-
dad.

Luis Méndez Salinas Guatemalteco. Escritor, colabora periódicamente para publicacio-


nes culturales. Editor de Catafixia, editorial independiente dedica-
da a publicar y promover la actual literatura guatemalteca.

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