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Universidad Nacional Autónoma de México

Facultad de Estudios Superiores Acatlán


Adjetivos en cuentos de terror hispanoamericanos contemporáneos
Espinoza Guerrero Carlos Rubén
García Hernández Vania
Hidalgo Hernández Luz de Fátima
Londaiz Andrade Gabriela Lorena

Índice
Introducción………………………………………………………………………………...3

1
Contexto…………………………………………………………………………….3
Metodología………………………………………………………………………………...5
Análisis morfológico……………………………………………………………………….11
Análisis semántico………………………………………………………………………....13
Perspectiva semántica……………………………………………………………..16
Conclusiones……………………………………………………………………………….23
Fuentes…………………………………………………………………………………….25
Apéndice…………………………………………………………………………………..26

Adjetivos en cuentos de terror hispanoamericanos contemporáneos

2
Distinguí su pecho duro y alto, que se
estremecía de terror, y la línea de su vientre
suave, bajo la tela infame.
La noche del féretro, Francisco Tario
Introducción
El terror, proveniente del latín terror, terroris y cuyo significado original es hacer temblar, es
un efecto o sentimiento que ha acompañado al ser humano desde tiempos primigenios. El
miedo a la muerte, a lo desconocido o a la existencia misma, son algunas cuestiones que
dominan el terror del hombre, sin embargo él ya no rehuye de aquello que lo hace temblar,
sino que busca ese efecto, por esa razón es que surge el género de terror que junto con el
carácter ficticio de la literatura crean mundos donde el lector se inmiscuye en el terror. Una
parte importante de las obras literarias del género de terror son las entidades que crea, es
decir los sustantivos que dan vida a ese mundo imaginario. Pero, ¿Qué es un ente sin sus
características que lo distingan? para poder lograr el efecto de miedo esas creaciones
necesitan sobresalir, mostrar sus cualidades que provoquen sensaciones en el lector, estas
cualidades son los adjetivos, los cuales son parte importante en la construcción de la literatura
de terror. Los cuentos debido a su brevedad y efecto más inmediato predominan en dicho
género.
El presente trabajo tiene como objetivo general recolectar los adjetivos utilizados en
cuentos de terror hispanoamericanos contemporáneos, con el fin de analizar su uso y
frecuencia en la creación de ambientes lóbregos, propios de dichos cuentos. Además tiene
como objetivo particular la vinculación interdisciplinaria de la literatura y la lingüística, con
el fin de fomentar su unión en las investigaciones de ambas disciplinas, ya que consideramos
que su aproximación ha sido relegada dejando de lado un campo amplio de investigación.
Nuestra investigación resulta pertinente gracias a este carácter reconciliador entre
ambas disciplinas, la vinculación interdisciplinaria que fomentó la creación de nuestro
estudio pretende colaborar con la prolongación de este campo desatendido. Por otro lado
también es oportuno debido al hecho de que facilita la labor de los literatos que estén
interesados en la creación de cuentos de terror, espacios lóbregos, o efectos sombríos, a
manera de diccionario onomasiológico, se busca el efecto o el tipo de entidad que se quiere
adjetivar, y en los ejemplos citados se selecciona un adjetivo para utilizarse o para buscar el
campo semántico que ayude a llegar al adjetivo justo.
Por último, cabe destacar que este estudio también pretende probar las herramientas
lexicográficas y tecnológicas para la recolección automática de datos, por lo que resulta un

3
trabajo oportuno para comprobar si estas nuevas herramientas disponibles para los
investigadores son en verdad útiles y si facilitan la recolección del corpus.
Conviene comenzar con un acercamiento a las consideraciones de la crítica sobre el
terror y el horror. Por un lado, Carrera menciona lo siguiente:
Llamo terrorífico a todo aquel producto que busca causar desasosiego en quien lee u
observa la pantalla. Sobre la naturaleza de este terror, se trataría de un condicionado
por el filtro artístico y encaminado al goce estético, la catarsis emocional o el mero
entretenimiento. No existe en él una homología exacta entre la emoción
experimentada por los personajes ficcionales y la suscitada en el receptor; aunque se
da un grado de identificación con la circunstancia de aquellos (Carrera, 2015, p. 77 ).
Es pues la presencia de la intranquilidad y el ansia, la cual debe necesariamente pasar por
proceso de transformación mediante el ingenio del creador. Este producto puede tener
diversos fines, desde el deleite hasta el efecto purificador. Otra noción que nutre nuestra
investigación es la de St. Armand, el cual retoma Llácer en su estudio sobre Poe: “El terror
viene del exterior atacando el alma del lector, mientras que el horror nace del interior de uno
mismo” (1996, p. 11). Como podemos observar, el lector va a tener un papel vital dentro de
la construcción de un texto de terror, si no se cumple la función de embestida hacia el alma
del lector, el terror no será íntegro. Es entonces que el objetivo de este género va de la mano
de una condición humana primordial, la fragilidad.
Una de las características fundamentales de la literatura de terror es la construcción de
ambientes, tipos y situaciones con un código fuertemente marcado, entre los cuales destacan
lugares comunes, temas y tópicos recurrentes. Como una de sus temáticas más recurrentes se
encuentra la siniestro1, dicho fenómeno emana, como menciona Carrera de traumas no
resueltos de nuestra cultura y se reduce a la desestabilización de las convicciones cotidianas
(2015, p.77 ). Otros elementos constitutivos frecuentes son lo fantástico, lo sobrenatural, lo
monstruoso, lo inconsciente y frecuentemente lo erótico. Además, los tabúes y miedos
implantados en el inconsciente colectivo e individual son parte central de dicho género.
Asimismo, reiteradamente el terror y lo fantástico mantienen intersecciones, como en el caso
de “Langerhaus”de José Emilio Pacheco.
Tenemos, pues, que existe necesariamente un factor subversivo, el cual dependerá y
variará según el autor: “será inquietante o no será, será transgresor o no será, ya que uno de
sus principios básicos es el cuestionamiento de las bases artificiales sobre las que se asienta la

1 En el sentido freudiano.

4
sociedad y sobre las que se articula la relación entre los seres humanos (Carrera, que cita a
José María Latorre, 2015, p. 79).
A toda esta cuestión sobre el género, se añaden otros factores como el hecho de que
varios de los textos empleados se encuentran compilados debido a sus temáticas e influencias
literarias. Relativo a esta cuestión, Aguilera menciona lo siguiente: Toda colección de
cuentos, llámese antología, florilegio, selección o recuento propone una teoría del cuento: si
es de un sólo autor [...] una poética. Si es de muchos propone un criterio mucho más
universal. Qué es o qué debe ser el cuento. (2004, p. 203). Es entonces que éstas antologías
de cuento de terror nos dan pistas de criterios semiuniversales 2 de lo que este tipo de textos
debe ser.
Metodología
Al momento de plantear una investigación sobre los adjetivos en cuentos de terror nos
encontramos con varias necesidades de segmentación. Lo primero con lo que nos
enfrentamos fue la selección de textos, para esta selección los criterios que tomamos en
cuenta fueron los siguientes:
1. Selección basada en el idioma en el que estaban escritos los textos (español), para
evitar así tener vicios de traducción.
2. Selección de autores con una trayectoria profesional en el género de terror.
3. Selección de obras que cumplieran criterios básicos con respecto al género de terror.

Después de estos criterios terminamos con la siguiente selección de autores y con los
siguientes 19 cuentos.

Juan José Arreola


Un pacto con el diablo
Autrui
Emiliano González
Último día en el diario del señor X
Francisco Tario
Entre tus dedos helados
La noche del féretro
2 Se trata de algo semiuniversal debido a que no podemos englobar completamente el cuento de terror
hispanoamericano en los cuentos con los cuales se conforma nuestro corpus, pues se tendría una visión bastante
sesgada. Mucho menos se puede hablar de un universal el los cuentos de terror o el género mismo de terror.

5
Ragú de ternera
Horacio Quiroga
Los bebedores de sangre
José Emilio Pacheco
Langerhaus
Kris Durden
La fiera
Fernanda Melchor
La casa del Estero
Guadalupe Dueñas
Historia de Mariquita
Ernesto Murguía
Ese Crujido que hacen los huesos al romperse.
Eduardo Antonio Parra
El festín de los cerdos
Ignacio Padilla
El Año de los Gatos Amurallados
Amparo Dávila
El huésped
La señorita julia
El entierro
Árboles petrificados
Jorge Luis Borges
There are more things
Cuentos que al ser agrupados daban un total de 57, 683 palabras y en texto sin formato 126
páginas. Por lo cual, decidimos apoyar nuestro análisis con un poco de lingüística
computacional.
Decidimos utilizar la poderosa herramienta de procesamiento de corpus, Sketch
Engine, con esta herramienta se pudo realizar una extracción automática de adjetivos de la
siguiente manera:

6
Imagen 1. Interfaz principal de la página Sketch Engine

Imagen 2. Inicio de creación de corpus

Imagen 3. Análisis que se van a solicitar

7
Imagen 4. Subir archivos o buscarlos en la web.

Imagen 5. Modificaciones a la compilación.

Imagen 6. Pantalla de carga durante la compilación del corpus.

8
Imagen 7. Sub herramientas de Sketch Engine.

Imagen 8. Herramienta wordlist, configuración.

Imagen 9. Resultados de wordlist, 979 tipos de adjetivos distribuidos 3115 apariciones.

9
Al tener esta cantidad de adjetivos decidimos generar un sesgo para poder analizar una
muestra más aceptable, sobre la cual pudiéramos hacer un análisis más detallado. Los cortes
se realizaron a partir de la frecuencia 7 hasta la frecuencia 3, debido a que la distribución
previa con respecto a la serie de palabras con una frecuencia menor a tres, no aportaba datos
para cotejo, en cuanto a sus relaciones. De la frecuencia total de los adjetivos con frecuencia
menor a 3, la sumatoria era equivalente a un 25% de la muestra por lo que se decidió utilizar
el 25% siguiente, delimitando así la muestra hasta los adjetivos con 7 en aparición. dejando
un total de 197 vocablos.

Análisis morfológico
En cuanto a la morfología y frecuencia de los adjetivos que en los once cuentos analizados se
repitieron recurrentemente, cierto número de ellos se presentaron en reiteradas ocasiones
alcanzando un máximo de 13 y un mínimo de 3 concurrencias. En la gráfica del apéndice
número 1 se pueden observar el número de apariciones de un adjetivo y el porcentaje que
representa en comparación con las otras concurrencias dentro de los cuentos. Es decir, que los
adjetivos que se presentaron en trece ocasiones, representan el 17% del total del corpus; los
que aparecieron en 11 ocasiones, el 14%; mientras que sólo un 4% de la frecuencia

10
corresponde a tres repeticiones de los adjetivos. Lo anterior no significa que los adjetivos que
aparecieron trece veces fueron más numerosos, por el contrario, estos fueron solamente dos,
mientras que los adjetivos que se repitieron tres veces fueron 85.
Resulta importante analizar el comportamiento de los morfemas flexivos de género y
número. Como se puede observar en la gráfica del apéndice 2, en nuestro corpus predominó
en un 41% el género masculino (colores amarillo y azul profundo de la gráfica), por ejemplo
adjetivos como; extraño, único, bueno, oscuro y completo, mientras que el género femenino
representa un 25% (colores anaranjado y gris de la gráfica), destacan los adjetivos; fresca,
hermosa, Santa y larga. La aparición de morfemas de género femenino con número plural se
dio apenas en un 3% (7 apariciones), estos son; bellas, últimas, rojas, primeras, negras,
buenas, solas y pequeñas, mientras que la presencia de morfemas de género masculino con
número plural se dio en un 10% (24 apariciones) por ejemplo; buenos, negros, últimos, etc.
Específicamente en cuanto a morfemas de número, se encontraron un 18% de pluralizaciones
en total (colores gris, verde y azul profundo de la gráfica). El 29% restante (color azul claro
de la gráfica) corresponde a los adjetivos que no presentaron morfemas flexivos de género o
número, es decir que se trata de 69 palabras que son lexemas libres, algunos adjetivos son;
grave, inútil, mal, fácil y difícil.
Acerca de los prefijos con más apariciones, in es el que encabeza la lista, el cual se
ubica en la gráfica con 12 repeticiones (véase apéndice 3) tales como: inmóviles, inútiles,
indiferente, incapaz, inconsciente, introductoria, indispensable, invisible, insoportable,
infinita, inútil, infantil. El segundo lugar dentro de la gráfica es el prefijo ex, el cual lo
encontramos en un porcentaje de tres palabras que son: extraño/extraña (esta la encontramos
en su modo de flexión de ambos géneros), excelente y exquisito. En tercer plano comparten
puesto lo prefijos im y des, los cuales tienen una frecuencia de repetición de dos palabras. El
primero lo encontramos en palabras como: importante e imposible. El segundo se encuentra
en palabras como: desnuda y desagradable. Los prefijos restantes sólo tienen una aparición
dentro del corpus y son: ab, co, di, e, sub y se encuentran en las palabras: absoluto, común,
difícil, especial y subterráneo.
Con relación a los sufijos, el sufijo con más apariciones dentro del corpus es (ente) el
cual se repite 6 veces en palabras como: suficiente, sonriente, excelente, corriente,
conveniente y caliente (véase apéndice 4). El segundo caso con más repeticiones está a cargo
del sufijo (al) el cual aparece en 5 ocasiones dentro de la gráfica en las palabras: social,
principal, habitual, cordial y brutal. El caso siguiente con 4 repeticiones son los sufijos (aria)
y (able), el primero se encuentra en las palabras: secundaria, necesaria. En cuanto al segundo

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sufijo se encontraron las palabras: agradable, amable, notable, desagradable. Con 3
apariciones tenemos el sufijo (ble) en las palabras: terrible, imposible e indispensable. Los
sufijos (ante), (eros), (ior) y (oso) comparten el número de repeticiones igual a 2. El primero
de ellos se encuentra en palabras como: importante y semejante. El segundo sufijo se
encuentra en las palabras: primeros y verdaderos. El tercero lo encontramos en las palabras:
superior y anterior. En cuanto al último sufijo de ese grupo lo encontramos en palabras como:
nervioso y luminoso. Por último los elementos con una repetición en la gráfica la
encontramos en los sufijos (ano), (az), (bundo), (dor), (eno), (esco), (eza), (ica), (ido), (iente),
(ina), (ío), (itos), (izo), (mente), (neo), (or), (uelto), (un) y (ural). Dichos casos se encuentran
en las palabras: lejano, capaz, nauseabundo, acogedor, moreno, grotesco, naturaleza,
metálica, pálido, paciente, paulina, sombrío, chiquitos, rollizo, deprimente, subterráneo, peor,
suelto, común y cultural.
En la mayor parte de nuestro corpus no se presentó interfijación (véase apéndice 5),
los casos de dicho proceso ascienden apenas a 35 apariciones, de las cuales el interfijo “e”
posee 25 casos, el interfijo “i” 5 casos, enorme y simple, “di/dis” con dos apariciones;
maldito e indispensable, mientras que “ile”, “t” y “u” tuvieron una aparición cada una; dificil,
santo. Predominaron otros procesos de formación de palabras, especialmente la sufijación;
juntos, morales, agradable, a la que le siguió con una mínima cantidad la interfijación;
terrible, suficiente, por último la prefijación, quedando un mínimo de ocasiones; extraño,
subterráneo, importante.
El tipo de construcción que imperó en los resultados fue la derivación (véase apéndice
6). En las 241 palabras analizadas, solamente siete de ellas presentaron construcción
parasintética; exquisito, semejante, indispensable, etc. Mientras que las 234 palabras restantes
pertenecen a la derivación; terrible, necesario, suficiente, agradable. Como se puede
observar este último tipo de construcción predominó notablemente sobre la parasíntesis. Un
caso similar fue que el tipo de palabras al que pertenecen gran parte de los adjetivos
analizados, fueron en su gran mayoría palabras simples, 235; tales como junto, negro, total,
seco, seria o claro, a diferencia de las escasas seis compuestas; difícil, absoluto, infantil,
deprimente. De estas observaciones podemos concluir que predominan los adjetivos
formados a partir de la derivación de palabras simples.
Finalmente, en cuanto a las apariciones de lexemas libres se encuentran adjetivos
tales como gris, azul, real y suave. Encontramos que los primeros tienen una frecuencia del
7% con 17 casos, contrastando bastante con los lexemas trabados (véase apéndice 7) que
ganan con un 63% con 152 apariciones, tales como exquisito, humano, bella y sombrío.

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Análisis semántico
En el análisis de los adjetivos de cuentos de terror se distinguieron algunas recurrencias
respecto al sustantivo que acompañan, es decir que existió una tendencia de adjetivos que
modifican a ciertas palabras según su naturaleza. Bajo estas premisas se lograron identificar
algunos grupos adjetivales propios de los cuentos de terror,3 cabe destacar que esta propuesta
es una clasificación preliminar basada en los rasgos predominantes del análisis semántico,
por lo que la definición de cada grupo y la respectiva clasificación de todos los vocablos del
corpus, atañe a un futuro trabajo.
Los criterios para la creación de las categorías adjetivales responden a la naturaleza de
los sustantivos que acompañan, si los resultados eran evidentes o no,4 si cambian su sentido
dependiendo el contexto, si se relacionan con los sentidos, etc. De este modo quedaron las
siguientes categorías:
Evidentes
Dentro de todo cuento de terror existen ciertos adjetivos y sustantivos que son esperables
encontrar debido a que están fuertemente ligados con la creación de ambientes de terror.
Estos adjetivos además se encuentran con frecuencia unidos a ciertos sustantivos o entidades
pertenecientes a determinados campos semánticos, por lo que hallarlos unidos en los cuentos
no representa ninguna novedad. Dentro de esta clasificación encontramos el adjetivo
rojo/rojos, predominante en los cuentos estudiados, cuyas adjetivaciones se encuentran
enfocadas a entidades concretas, evidentemente resaltando este color sobre otros, siendo este
el color de la sangre y varios tipos de carne. La única ocasión en que se emplea para
adjetivar algo abstracto se relaciona con el dolor, hablando de carne expuesta por una herida,
cuyo color es el rojo. Pareciera que una de sus funciones es el énfasis, resaltando
particularidades que en su mayoría apelan a la competencia lingüística del lector en cuanto a
las relaciones que guarda el color en su aspecto connotativo. Estas características las
podemos encontrar en las siguientes oraciones; “penetró con su pulgar la carne y lo miró
teñirse de rojo”, “Y los pastores encuentran en la madrugada a la fiera con el hocico rojo de
sangre”, “Un dolor mortal, rojo, como una puñalada de fuego que lo atravesaba”, “Un
roastbeef a la inglesa, tan alto y rojo como un buen plato de fresas.”5 Como se puede

3 Además de su clasificación con criterios de la Real Academia Española.


4 Aquí nos referimos a resultados evidentes aludiendo a los adjetivos que nuestra competencia semántica y
literaria nos arroja acerca de los adjetivos frecuentes en este tipo de literatura.
5 En esta oración es posible observar cómo el adjetivo “rojo” no resulta exclusivo de la carne cruda o la sangre
misma, sino que contextualmente se proporcionan pequeñas pistas por medio de la caracterización de algunos
sustantivos.

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observar el contexto en que se inserta el adjetivo rojo es siempre referente al dolor, las
heridas, la carne expuesta.
Dentro de esta clasificación también encontramos dos adjetivos referentes a los
colores o tonalidades, oscura y negras. Respecto a estos adjetivos encontramos que
mayoritariamente hacen referencia a cuestiones concretas como lugares, objetos, fluidos y
procesos fisiológicos. Se incluyen también en esta sección partes de entes animados. Además
contribuyen a la construcción de un ambiente idóneo para el desenvolvimiento de historias de
horror, el cual tiende a ser lóbrego y sombrío, en las siguientes oraciones se puede observar
dicho carácter; “Era ésta una pieza grande, pero húmeda y oscura”, “Una, dos, tres raquíticas
lagunas de agua oscura, casi sólida”, “Una sombra lo bastante oscura como para sobresalir
en la oscuridad de la casa vacía”, “Mostraba los dientes y las encías negras e intentaba
morder a Jorge y al taxista”, “Por la ventana del baño observó que el cielo se cubría de nubes
negras y se alegró.” En ese mismo sentido encontramos los adjetivo; malditos, vacíos, loco,a,
infernales y grotesca, todos ellos conservan una connotación lúgubre y funesto.
No evidentes
Por el contrario, existen algunos adjetivos que no son esperables en la construcción del
ambiente de terror, ya sea porque son positivos, y más que ayudar a la construcción del terror
crean ambientes agradables, o porque el sustantivo que acompañan no es esperable,
cambiando de carga positiva a carga negativa. Dentro de este grupo clasificamos adjetivos
que en un principio tienen una connotación positiva, incluso aunque se le agrege el sustantivo
que acompaña, sin embargo una vez revisados los contextos su significado cambia de manera
negativa. Tal es el caso de nuevos, el cual en una primera instancia no pareciera que
contribuya a la creación de un ambiente lóbrego. Nuevos edificios o nuevos uniformes, no
agregan mucho sino hasta evaluado su contexto; “Sobrevivía entre nuevos edificios
horrendos y lotes de estacionamiento”, “Cruzamos calles silenciosas y lóbregas, pobladas de
perros chorreantes y prostitutas […] los militares lucían sus uniformes nuevos”, Una vez que
se contextualizan las oraciones en las que se encuentra dicho adjetivo nos podemos dar
cuenta que nuevos queda opacado por el ambiente que crea la oración en general.
El mismo fenómeno ocurre con el adjetivo eterna, si bien el hecho de que algo sea
perdurable y sin fin, es deseable, cuando el sustantivo que acompaña no es del todo grato, su
significado se torna desfavorable, por ejemplo en los cuentos se encontró la siguiente oración:
“Las palabras finales que escuché de su boca fueron las que en México disimulan la eterna
despedida”. Gracias al contexto se puede observar que eterna contribuye a construir un
entorno triste y melancólico. También en la oración: “Nunca le habían simpatizado los

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ingleses con su eterna careta de serenidad, tan metódicos, tan puntuales, tan llenos de puntos
y comas”. Se observa como el adjetivo se ve contagiado por la negatividad de la oración.
Dentro de esta clasificación también se hallan los adjetivos; Largo, brillantes, alemán.
Limpia; “recorriendo luego con los ojos la limpia pobreza de la casa, preguntó su olor de
mujer joven y limpia”.
Probablemente la palabra espíritu o sus derivados no parecería un elemento extraño en
un cuento de terror, pues acostumbramos leer acerca de fantasmas y espectros en este género,
no obstante, resulta necesario observar de qué manera se emplea “espiritual”: 1) un
entendimiento espiritual estrecho y profundo; 2) que desde hacía muchos años era su
confesor y guía espiritual; 3) Julia, por nuestro bien y salud espiritual. Los tres ejemplos nos
arrojan un sentido de “espiritual” como algo relativo al espíritu humano, pero centrándose en
la sensibilidad y el poco interés por lo material, tal como se menciona en la segunda entrada
del DLE.
Hallamos igualmente otras voces que pensaríamos poco comunes en un cuento de esta
naturaleza, el cual es “agradable”. Las palabras que adjetiva dicho vocablo son las que hacen
alusión a un lugar físico, o una situación, un sonido o un aroma. Se utiliza tanto entidades
concretas como para las abstractas. El primer ejemplo es el caso de un lugar físico: “La casa
se convertía en un sitio tranquilo y bastante agradable”; como segundo ejemplo tenemos una
situación, en la cual no puede olvidarse el aspecto contextual: “Este ronquido que no tiene
nada de agradable cuando uno está solo en el bosque”; el tercer ejemplo está relacionado con
un aroma: “Una muchacha fresca y esbelta, que despedía un olor en extremo agradable”.

Según el tipo de sustantivo


También encontramos que algunos adjetivos sólo acompañaban a determinados sustantivos
según su naturaleza, es decir si son concretos o abstractos, o si adjetivaban a ambos
Indistintamente, es decir mixtos. Por lo cual las subcategorías serían:
A) Concretos: aquellos adjetivos que solo acompañan a sustantivos precisos y
tangibles, tal es el caso del adjetivo Blanco, blanca el cual siempre adjetiva a entidades
concretas. Dentro de las seis recurrencias, dos veces adjetiva a la palabra luz, dos veces a
materiales textiles, una a un sitio, una a la piel y otra más a la cera de las velas, algunas
oraciones con blanca son: “Algunas veces divise arriba una luz muy blanca”, “Abrasando
nuestras entrañas con sus gotas de cera blanca”, “No estoy seguro de haberlos visto, pese a la
despiadada luz blanca”.

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B) Abstractos: aquellos adjetivos que se presentan acompañados a entidades
intangibles e inmateriales, en esta subcategoría encontramos el adjetivo Claro,6 que en
ningún momento adjetiva un sustantivo concreto. La adjetivación que presenta “claro” resulta
interesante debido a que en cinco de las siete repeticiones que arroja dicha voz, la palabra o
entidad a la que adjetiva no se encuentra explícitamente citada, se hace referencia en esas
ocasiones a las situaciones o a hechos que tienen lugar en ese momento. Las otras dos
repeticiones son entidades abstractas o que no son precisas. Recuperamos algunos ejemplos
que nos arroja el análisis: “Es tan claro el silencio que nuestra sangre se escucha”, “Claro
está que el secreto lo guardamos en familia”, “Lo único que logramos sacar en claro es que
los puercos devoran lo que tiene enfrente”, “Lo de payaso no era claro al principio”.
C) Mixtos: pertenecen a este grupo los adjetivos que se utilizan indistintamente para
acompañar a sustantivos tanto concretos como abstractos, la mayoría de los adjetivos
pertenecen a este grupo, por citar solo algunos nos encontramos con Desnudo- desnuda, que
utiliza para expresar el estado de un sujeto, y para el cuerpo humano. Sin embargo, cabe
destacar que existen diferencias notables entre la desnudez de carácter femenino y masculino
referida en los textos. En el primer caso se vislumbra cierto deseo hacia la mujer desnuda,
mientras que en el caso masculino se hace referencia a personas indeterminadas, como en el
caso de “alguien”: “Hacer que alguien baile desnudo ante uno, fabricar pegamento para
porcelana, etc.” En el resto de las apariciones la adjetivación de un vocablo masculino se ciñe
a un cuerpo o a expresiones acerca del comportamiento de las personas: “No lograba contener
la risa al sentir los peces evolucionar alrededor de su cuerpo desnudo” y “Actuaron como
niñas que acabaran de ver...a un hombre desnudo”. Respecto a las voces, Enorme, enormes,
encontramos que parecieran adjetivar con un carácter mixto, pues alude tanto a referentes
concretos como abstractos, los primeros se encuentran ligados a aspectos visuales y
auditivos: “Abre los oídos pero un silencio enorme... ha vuelto a cegar sus tímpanos”, “De su
chamarra de pana verde sacó un enorme cuchillo para rebanar filetes”, “Experimentaba una
enorme vergüenza de que descubriera su tragedia”. “El tío Moisés la tomaba por la cintura y
con sus enormes brazos la arrastraba hacia él hasta juntar sus pelvis con mucha fuerza.”

6 Es interesante que Blanco y claro, dos adjetivos muy cercanos se utilicen exclusivamente para un tipo de
sustantivo.

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Sensitivos
Algunos de los adjetivos presentaron una notable relación con los cinco sentidos, vista, tacto,
olfato, gusto y oído. Relacionado con la vista tenemos el vocablo “rollizo”. La cualidad de
rollizo de una persona o parte del cuerpo es percibida mediante la vista. Aquí se habla de
entes concretos, una joven y dos bebés, mostrándolos de diversas maneras. Uno de los bebés
toma el papel de víctima al mencionarse que fue devorado (“existía alguna probabilidad de
salvarse de la horca, por el feo y sucio delito de haberse devorado impunemente a un rollizo
niño de pecho”.), el otro bebé causa asombro debido a su gordura (“El bebé era
extraordinariamente rollizo, y yo le recordaba siempre manoteando sin cesar el aire o

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lanzando pequeños gritos”). Por otra parte, la joven es mencionada por su robustez y lo
rollizo de sus brazos, causando igualmente asombro y clavándose estos en la mente de un
hombre al cual sirve la comida (“una robusta jovencita de carnes duras y sonrosadas, que, al
colocar mi plato sobre la mesa, siempre hace pasar frente a mí su rollizo brazo desnudo”).
Relacionado con el tacto se encuentra “tibio”. A pesar de que el tacto sea asociado
casi enteramente con las manos, nuestro cuerpo posee capacidad sensitiva en cualquier punto,
por tanto somos capaces de sentir la tibieza de algo con la cabeza o la punta de los pies. En
este caso se trata de la percepción de temperatura: “Debía de ser el otoño, pues el viento era
muy suave y tibio, y caía de los árboles gran cantidad de hojas”, “Un velo tibio le nubló la
vista y las lágrimas rodaron por las mejillas encendidas”. También en tacto podemos
encontrar el contacto del cuerpo realizando presión con otro: “El tío Moisés la tomaba por la
cintura y con sus enormes brazos la arrastraba hacia él hasta juntar sus pelvis con mucha
fuerza”.
Respecto al olfato y el gusto se halla el ejemplo de “exquisito”. Este adjetivo puede
ser empleado para describir aromas sumamente agradables: “esta mezcla de aromas
jugueteando en la nariz era algo exquisito”, así como referentes alimenticios con sabores
deliciosos, específicamente a cárnicos: “cada que probaba la carne, caía en cuenta de que la
razón del éxito era ese exquisito sabor”, “El verdadero secreto del éxito de La fiera; se debía
a ese exquisito sabor a carne humana”. Refiriéndose prácticamente sólo al olfato hallamos
“nauseabundo”: “Un olor dulce y nauseabundo penetraba la casa”, “Había un gran número
de automóviles alineados frente a mi casa y un nauseabundo olor a flores marchitas, que el
viento iba deshojando”.

18
En cuanto al oído encontramos algunos ejemplos tales como “habitual”, “claro” y
“extraña”. El primer adjetivo menciona sonidos: “Una noche en esa ya familiar oscuridad lo
despertó un sonido conocido, pero no habitual”. Por su parte, “claro” alude al silencio, lo
que puede considerarse asimismo como una capacidad para discernir la presencia o ausencia
de sonido, empero también menciona que el silencio es tal que es capaz de escuchar la
sangre7: “Es tan claro el silencio que nuestra sangre se escucha”. Ahora bien, “extraña”
adjetiva una voz, otro elemento perceptible mediante el oído: “Hubo una pausa que mi
benefactor interrumpió con voz extraña”

7 Evidentemente esto tiene un sentido figurado, sin embargo es bastante significativo.

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Sustantivos.
Además de las relación entre el adjetivo y la naturaleza de las palabras que acompaña,
pudimos notar que hay algunos sustantivos que se repiten en los cuentos, estos
frecuentemente acompañados de los adjetivos esperados, según nuestra clasificación. Por
ejemplo, Sangre se encuentra adjetivado en la mayoría de las ocasiones por rojo, y por seco,
como es de esperarse en los cuentos de terror, se hace constante alusión a ella para marcar el
carácter atroz y despiadado de algunos cuentos, por ejemplo en “Y los pastores encuentran en
la madrugada a la fiera con el hocico rojo de sangre”, “Saboreó la sangre seca entre las uñas y
la carne de sus dedos”, y “Aquél pequeño teléfono sucio con manchas de sangre seca por
todos lados” se nota claramente que se respeta y se hace alusión a dos características
intrínsecas de la sangre, su color rojo y su estado líquido que la lleva a secarse.
Otro de los sustantivos que encontramos habitualmente en los cuentos fue Carne, la
cual se acompañó principalmente por tres adjetivos, Exquisito, Humano y rojo, pertenecientes
también a la categoría de esperados, ya que es predecible que una de sus cualidades
esenciales se muestre. Acerca de la carne encontramos las siguientes oraciones: “El
verdadero secreto del éxito de La fiera; se debía a ese exquisito sabor a carne humana”,
donde se ven dos de los adjetivos y “un roastbeef a la inglesa, tan alto y rojo como un buen
plato de fresas” que muestra el tercer adjetivo.
Tal como pasa en el ejemplo de los adjetivos mixtos, concretamente con Desnudo,
desnuda, existen ciertas diferencias entre los adjetivos que acompañan a los sustantivos
Mujer y Hombre, independientemente de la derivación de género y número. Estas diferencias
marcan el rol que tiene uno y otro en los cuentos de terror, por ejemplo algunos de los
adjetivos propios de las entidades y los personajes femeninos son; fresca, hermosa, limpia,
que se encuentran en las siguientes oraciones; “Vi a lo lejos a la jovencita fresca, muy pálida
y aterrada”, “Una muchacha fresca y esbelta, que despedía un olor en extremo agradable”,
“Lo rodeaban las imágenes de una mujer hermosa”,8 “su olor de mujer joven y limpia”, como
se puede observar los adjetivos que rodean a la palabra mujer son positivos, intentan resaltar
una virtud o un rasgo característico. Literariamente se puede decir que el hecho de que la
mujer esté adjetivada favorablemente puede implicar un rol pasivo en el relato.

8 A pesar de que no en todos se encuentra presente el sustantivo mujer, sí es posible encontrar que se adjetivan
partes de la mujer, como el rostro o la sonrisa (La sonrisa más hermosa que había creído ver en su vida).

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Del lado contrario encontramos que los adjetivos que acompañan al sustantivo
hombre son tanto positivos como negativos, por ejemplo joven: “surgió un hombre joven que
les cerró la reja en la cara”, o gordo, “un hombre gordo, hinchado, pestilente y rubio, yacía
sobre mis pobres huesos”, que adquiere énfasis acompañado de los otros adjetivos. La
oración: “El hombre lleva muy hondo en la sangre el instinto de la caza” marca literariamente
un rol activo, mientras que los otros dos adjetivos marcan un carácter negativo.
Otro de los sustantivos encontrados con regularidad fue Sueño/ sueños que se adjetivo
principalmente con frecuente, erótico y especial, el primero de los adjetivos es quizá el más
predecible, sin embargo los otros dos no quedan excluidos de la posibilidad combinatoria.
Los encontramos en las oraciones; “Mis sueños se hicieron ya más frecuentes y, en ocasiones,
vergonzosos”, “eso prolongó las noches sin sueños eróticos”, “Comenzó a creer que tal vez
los sueños eróticos lo habían encontrado despierto”, y “Sin embargo, recuerdo uno muy
especial que quizá nos aclare algo. (sueño)”. Sabemos bien que en lo onírico se desdibuja la
realidad y se accede a un mundo oculto a lo cotidiano.
Aunado a estos ejemplos semánticos, es necesario mencionar que, como puede
observarse en el apéndice (poner el número ya que lo tengamos), pareciera que los adjetivos
van intensificando su nivel, una especie de gradación que comienza con una adjetivación con
léxico bastante común, al igual que las situaciones iniciales que se relatan en los cuentos.
Esas situaciones iniciales que parecieran simples dan pie a un ambiente que se puede ser
modificado súbitamente, causado la tensión en la historia. Así pues, mientras la tensión
asciende de nivel, la adjetivación también lo hace, ambas van de la mano y culminan en el
grado en que el escritor lo decida, según la incertidumbre, suspenso, sorpresa o temor que
desee generar.
Respecto a la clasificación que requieren estos adjetivos, retomamos los criterios de
relación entre palabras, en este caso, adjetivos en relación a los sustantivos de los cuales
proporciona las cualidades. Entre estas clasificaciones adjetivales de la Nueva Gramática de
la Lengua Española encontramos los adjetivos:
1. Posesivos (ejemplo de mi, mis)
-El subteniente escucha latir los corazones de sus subordinados, pero no el
suyo.
-Guárdame, oh Dios, porque en ti he confiado; oh, alma mía, dijiste a
Jehová[...]
-¿Han visto, chiquitos míos, cosa más rara?
2. Indefinidos

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En este caso no se encontraron coincidencias de adjetivos indefinidos en el
corpus. Esto debido a que una de las problemáticas que presenta el programa
empleado es la carente capacidad de identificación de los mismos.
3. De nivel individual9 (capaz)
-Una sombra lo bastante oscura como para sobresalir en la oscuridad de la
casa vacía.
-sólo hablaba con su mujer lo más indispensable [...] cuando tenían algún
compromiso social
-Los tigres no desaparecen porque sí, no hay fiera capaz de hacerlos huir.
4. Episódicos10 (contento, desnudo, enfermo, limpio, seco).
-Toby pasó de tener ese color rojo tomatoso en la cara a un blanco muy
pálido.
-Porque Iñigo, a su manera, estaba llegando desnudo.
-mientras colocaba mi plato de sopa, tuve un súbito sobresalto y el primer
impulso serio de cometer un desaguisado[...]
-De pronto las nubes se abrían para dejar pasar la luz de la luna y la veía
desnuda.
Asimismo, sabemos, según Ullmann (1965), que la palabra es una unidad de significado, en
la cual tiene un papel vital el contexto, el cual coadyuva a determinar los significados. Estos
contextos pueden ser lingüísticos o no lingüísticos. Ullmann retoma a Malinowski:
La concepción de contexto debe rebasar los límites de la mera lingüística y trasladarse
al análisis de las condiciones generales bajo las cuales se habla una lengua [...] debe
llevarse a cabo en conjunción con el estudio de su cultura y de su medio ambiente
(1965, p. 58).

9 También llamados inherentes, caracterizadores o imperfectivos. Estos adjetivos atribuyen a las entidades
designadas por el sustantivo ciertos rasgos inherentes, estables o consustanciales para ellas.
10 También llamados de estadio o perfectivos se refieren a estados accidentales, por lo general resultantes de
algún cambio.

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Conclusiones
Con base en todo lo anterior nos es posible realizar las siguientes conclusiones. En cuanto al
tema de lo morfológico, la frecuencia que presentaron los adjetivos del corpus fue desde 13
apariciones como máximo, hasta 3 apariciones como cantidad mínima, los primeros
representan un 17%, mientras que los segundos representan un 4%. Dentro de nuestro corpus
imperó la aparición del género masculino con un 41%, seguido por un 29% de vocablos sin
flexión de género o número y por un 25% de aparición del género femenino. La sufijación
fue el proceso de formación de palabras más común en el corpus, seguido por la la
interfijación y la prefijación. En cuanto al tipo de construcción, nos encontramos ante una
totalidad de palabras simples con diversos tipos de procesos de formación como la derivación
y la parasíntesis. Por último advertimos que los lexemas trabados superan en un gran número
a los lexemas libres. Refiriéndonos a lo semántico, podemos afirmar que los adjetivos en
cuentos de terror responden a la necesidad de crear ambientes propicios para el desarrollo de
los cuentos, algunos resultan esperables y evidentes, y otros no debido a que se cambia su
significado en el contexto. Es por esta razón que se pudieron distinguir cuatro grupos, con sus
respectivos subgrupos, en los que se clasifican lo adjetivos de nuestro corpus, estas
clasificaciones preliminares es lo que llamamos en la introducción: Diccionario
onomasiológico, si bien somero, importante para una futura elaboración que ayude a la
creación literaria de una forma más precisa. En cuanto a las herramientas lexicográficas y
tecnológicas que pretenden recolectar datos de forma automática presentan fallos a la hora de
identificar los caracteres requeridos, en este caso adjetivos. Si bien son una herramienta útil y
que facilita la investigación y la recolección del corpus, es necesario que el investigador sea

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partícipe del proceso, es decir que supervise y corrobore los resultados arrojados por dichos
programas.

Fuentes
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del Siglo XX. Recuperado el 15 de mayo de 2019 de la base de datos ResearchGate.
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Hispanoamericana. pp. 13-17.
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https://www.academia.edu/12358844/El_terror_s%C3%AD_tiene_forma_delimitaci
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24
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Tario, F. (2008). Cuentos completos, t. II. México, Lectorum.
Ullmann, S. (1965). Semántica. España: Aguilar.

Apéndice
1. Frecuencia

2. Morfemas de flexión

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3. Prefijos

4. Sufijos

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5. Interfijo

6. Tipo de construcción

7. Lexemas libres y lexemas trabados

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