La música una verdadera alternativa para las víctimas del
conflicto Colombia records, una empresa sin pretensión comercial le apuesta a la reparación y reconocimiento de las comunidades víctimas del conflicto por medio de la música.
En un país de un poco más de 50 millones de habitantes, como lo es Colombia, la música
ha sido la principal alternativa para personas como el sonidista Francisco Rojas y la trabajadora social Mónica Suárez gestores culturales de la disquera Colombia records, pues la ven como un medio por el cual aportar y crear proyectos que permitan a las personas víctimas del conflicto armado, alzaran sus voces en las luchas y transformaran su propia realidad, permitiendo sanar sus experiencias y ver en sus vidas un nuevo propósito. Tal y como se ha referido la investigadora en cognición musical Elizabeth Margulis en sus declaraciones al capítulo ‘La música’ de la serie de Netflix En pocas palabras (2018) la música puede llegar a activar áreas que son estimuladas en experiencias placenteras, además de que se conecta directamente con nuestros sentimientos de forma natural. Por ende, la labor que realizan Francisco y Mónica pone a la música y en general al arte como una herramienta para la transformación social y el empoderamiento. A esta se le atribuye un proceso de reparación y duelo. ‘‘Esta es sanadora en si misma, aunque cada quien tiene su proceso, algunos mediante las letras de sus canciones ‘canción sentida’ dan a conocer a la comunidad sus experiencias y lleva a las personas a tener una apropiación de sus vivencias en los distintos territorios. Esto los motiva a sacar adelante sus vidas’’ comentó Rojas. Y es que precisamente lo que buscan los gestores de Colombia Records por medio de la música, es ayudar a las víctimas a sanar, e incentivarlas a sacar adelante sus vidas viendo en el arte más que un hobby una oportunidad de ser escuchados y dejar su pasado. ‘‘Gracias al registro de audio y video que realizan las comunidades, y que se les brindan de manera inmediata, las personas vuelven a revalorar sus vivencias. El poder que tienen de representar a su comunidad refleja sin duda un empoderamiento y una motivación a sacar adelante sus vidas, todo esto partiendo de la huella que ha dejado en ellos la violencia’’, puntualizó Suarez. Rousbell Romero Linares, instructor de joropo a personas víctimas del conflicto del Instituto de Cultura del Meta, nos comentó que ‘‘la música promueve la comunicación y la expresión de las emociones que tiene una persona, lo que le permite dejar salir además de sus momentos difíciles y sus miedos, sus mejores momentos. Al realizar actividades con las personas que fueron víctimas de conflicto logramos identificar como estas se desprenden de sus experiencias pasadas a través de sus movimientos corporales en la danza y en la manera en la cual se desenvuelve al interpretar un instrumento permitiéndoles tener una nueva visión de su mundo’’. De esta manera, podemos afirmar que la música es una alternativa de reparación para las personas víctimas del conflicto que buscan sanar su pasado. Estas empiezan a emprender con ayuda del arte un nuevo camino que destaca tanto sus raíces, como las luchas que han atravesado estando en su posición. Por ende, la labor que vienen desempeñando tanto Mónica como Francisco hace un poco más de 4 años, les ha permitido afirmar que ‘‘la música tiene un poder universal y permite la participación en general de toda clase de personas, pues nos ayuda a sanar y a entendernos como iguales así hablemos o tengamos experiencias distintas’’.