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Teodicea

Jesús García
Jorge Higuera
Rafael Aparicio
¡Y Dios no muere!

Introducción hecho Religioso


Hablar de que Dios no muere significa decir que nosotros le hemos dicho si a Dios, como respuesta
a aquella transcendencia que el hombre busca y que a pesar de todo el desarrollo científico y
cultural no llega a su fin.

Si damos un vistazo a la historia antigua y medieval nos damos cuenta que la pregunta sobre Dios
ha sido tan arraigada como el interrogante por el mismo hombre y mundo, esta búsqueda
desmedida de los filósofos presocráticos por hallar el primer principio la causa de lo que existe, el
arche, la respuesta a la constitución de la naturaleza, en Sócrates mediante la mayéutica la
búsqueda de ese conocernos a nosotros mismos como perfección de todo conocimiento, la vuelta
a ese mundo perfecto al mundo de los moldes de las ideas a ese mundo en el que nos hallábamos
previamente como lo evidencia platón, ese misma causa última y primera ese motor movedor no
movido que tanto irrumpía a Aristóteles, la misma respuesta que buscaban y buscan las grandes
religiones tanto politeístas, como monoteístas los que creen en deidades como los que creen en
teísmo, los que le han puesto un rostro y una resignificacion con una persona, Jesucristo, los que
no tocan el tema de Dios sino que lo tiene por seguro como revelado así descartes y pascal, los
que creen en su Dios a su manera, a los que se les hace difícil creer como a los ateos a los que ya
después de tanto darle vueltas no saben que decir como son los agnósticos los que gritan victoria;
los teólogos, los que decidieron preocuparse de otras cosas los científicos, pero solo queda decir
que todos deben darle respuesta a algo que cuando se pregunta ya pierde validez, el caso es que
esta hay.

¿Existe Dios? Pregunta que al hacerse pierde validez, pero se hace siempre, y es eterna.

Desde el sí a la metafísica implícito en las pinturas rupestres en la cuevas africanas, hasta la


escultura de Jesucristo violando a la muerte con forma de mujer argentina, pasando por las
pruebas de Santo Tomas y la lámpara de Nietzsche el hecho religioso ha inquietado
perpetuamente a la humanidad ya sea para negar o aprobar su validez

En todas las culturas de todos los tiempos, se han dado manifestaciones religiosas, han aparecido
ritos, ofrendas y dioses muy diversos, dioses animales, cósmicos, inmateriales, compuestos,
amorfos, extraterrestres, humanos….

El hecho religioso es universal y atemporal, por ser inherente al ser humano. Y por responder a
sus preguntas existenciales.

El mundo es todo lo que acaece, lo que sucede y lo que acaece son los hechos, es de esta manera
que tiene validez hablar de hecho religioso, como algo que se ve y se valida en el mundo actual.
El hecho religioso tiene validez si observamos que toda religión tiene una respuesta a las
preguntas fundamentales del hombre. El hecho religioso ha adquirido todo un boom en el mundo
de hoy ha vuelto con más fuerza, aquí háblese de una religión profunda, antigua y popular o
contemporánea, superficial y singular sin embargo le permite explicarse quien es, que hace en el
mundo, le proporciona un orden, una moral para organizar su vida y conducta una esperanza de
perennidad después de su muerte, un consuelo y alivio y seguridad que da sentirse en comunidad.

Quitar a Dios de la mente, de la vida del hombre significa reducirle el horizonte, cuando se ha
eliminado a Dios, automáticamente se destruye la transcendencia y toda búsqueda de ella.

Ante la imposibilidad de ver en las tinieblas preferimos cerrar los ojos y así nunca se vislumbraran
las luces que el hombre debe buscar para caminar en el sentido de la vida.

El opio del pueblo


Donde hay hombres hay Dios, o más a un Dios es la respuesta a la transcendencia del hombre,
esta afirmación trae infinidad de problemas, pues implicaría validar que es el hombre quien crea a
Dios, que es una mera ilusión de nuestra añoranza de perfección, que es la solución de nuestros
problemas, que es o la fe o el ateísmo o vivir con o sin él, y si es la respuesta a la transcendencia
del hombre, se queda solo en la añoranza de algo fuera de este mundo y se le olvida vivir. Infinitud
de posibilidades nos presenta el aceptar o negar la divinidad hoy.

Dios una proyección del hombre Feuerbach, con este hombre hablamos de un ateísmo
antropológico; ya no ver a Dios como un ser personal y una fe egoísta sino que antes bien como la
absolutización del genero humano.

Para él misterio de la teología es solo antropología, el misterio es que está basada en el hombre.
Como el dirá el primer objeto de estudio del hombre es el hombre; así el género humano es la
esencia suprema y medida de todas las cosas como en la antigüedad.

Lo divino es lo universal humano proyectado al más allá, dios no es más que un concepto genérico
del hombre, Dios aparece así como una proyección de la voluntad humana como la personificación
de la moralidad humana; el dios hecho hombre realmente es a la inversa es la manifestación del
hombre hecho dios. El secreto de la religión es que solo es una adoración del hombre mismo, la
religión aparece como auto extrañamiento y auto-alienación no de dios sino de cada hombre
individual, hablar de la nueva postura de este filósofo es recordar una época concreta, a saber la
modernidad. Un nuevo cambio de paradigma ha llevado a la absolutización del hombre y a la
negación de Dios.

En el centro teórico de esta sección nos encontramos con la popular frase marxiana El opio del
pueblo. Frase que podemos encontrar en Contribución a la crítica de la filosofía del derecho de
Hegel, obra escrita en 1843.
El ateísmo marxista para algunos es la forma superior del ateísmo. el Marxismo-Leninismo supero
la limitación e inconsecuencias del ateísmo burgués y colocaron el ateísmo sobre una base
auténticamente científica.

Determinando la esencia del ateísmo, Lenin escribió: ¨ El marxismo es materialismo. Como tal, es
tan irreconciliablemente opuesto a la religión, como lo era el materialismo de los enciclopedistas
del siglo XVIII o como lo fue el materialismo de Feuerbach. Pero el materialismo dialéctico de Marx
y Engels va más lejos que Feuerbach, puesto que aplica la filosofía materialista al dominio de la
historia, al dominio de la ciencia social.

Un logro del ateísmo marxista es la revelación de las raíces sociales de la religión como condición
decisiva para explicar su surgimiento.

El ateísmo marxista está libre de la limitación clasista, no se dirige a algunos ilustrados de la parte
educada de la sociedad, sino a las extensas masas populares sin dejar espacio alguno al fideísmo ni
a las distintas formas definidas del clericalismo. Es ideología de la clase obrera, expresa las
aspiraciones e intereses de ésta y sirve a la causa de la emancipación espiritual de las masas
trabajadoras de la carga de prejuicios y equívocos del pasado. El ateísmo marxista somete a
análisis crítico todo el conjunto de representaciones y conceptos religiosos: la creencia en Dios, la
inmortalidad del alma, la salvación personal, la predestinación, etc. Desde posiciones
consecuentemente materialistas fundamenta la inconsistencia de la religión.

El ateísmo marxista considera la religión como un producto de la opresión socioeconómica y


espiritual y señala que su superación está directamente relacionada con la eliminación de aquellas
relaciones sociales que la engendran. En este sentido, el ateísmo marxista explica las vías y
procedimientos para superar la fe religiosa.

La superación de la religión es una de las premisas básicas para emancipar la actividad creadora de
las masas y dirigida a la lucha por la transformación de las condiciones de la vida terrenal.

El ateísmo marxista forma en las masas trabajadoras la concepción ateístas del mundo, la cual, por
su contenido y significado social constituye un importante factor en la transformación consciente
de la realidad, en la afirmación de la conciencia y las convicciones comunistas. El ateísmo marxista
constituye la base teórica del sistema de educación atea, permite definir con precisión la elección
de los medios, formas y métodos para influir ideológicamente sobre los creyentes.

Para Nietzsche Dios debe morir porque contradice todas las leyes de la naturaleza y con su deseo
de perfección y ordenes impide al hombre ser autónomo estos ya no son capaces de luchar por ser
verdaderamente hombres,

Nietzsche da muerte decidida a Dios, no puede creer y se le hace imposible que el hombre este a
costa de Dios, aquellos que desprestigian el cuerpo, que hablaban de virtudes que inventaron el
amor al prójimo para tener en todo que ocuparse menos en sí mismos, dios debe morir es el
hombre el que lo matado, ahora el hombre es solo un ocaso se debe buscar el súper hombre el
creador de nuevos valores el que es capaz de todo lo que se llama religión, de los ignorantes.
Eliminando a Dios nos recuperaríamos a nosotros tendríamos verdades objetivas Donde
recuperamos nuestro anhelo de supervivencia de lucha, donde sobrevivan los más fuertes, el
cristianismo es de débiles, de ignorantes, están en contra de los valores elevados condenan todo
lo que es elevado para ellos lo más alto es la humildad; dejan de lado la supervivencia, y se
dedican solo a esperar.

De vuelta a Dios debido pero sin estructuras


Se creyó tener todas las respuestas a las preguntas, y surgieron infinidad de nuevos interrogantes
el problema en el que se puede caer hablar de Dios como algo privado, como algo conceptual, el
problema de concebir la transcendencia como metafísica pues ni el mismo Nietzsche supero este
conflicto el mismo cayó en una metafísica al predicar la nada.

Hoy de nuevo el hombre en ciertas ocasiones decidió callar, pero con este callar deseo hablar cada
día con más fuerza, todos somos buscadores de la verdad, buscamos conocer la verdad que habita
en nosotros mismos y vuelve a interpelarnos la misma pregunta de dónde venimos a donde vamos

Un Dios fuera de la institucionalidad, donde declararse católico no tenga ningún conflicto para
apoyar el aborto la eutanasia, defender la guerra, se predica muchas veces en la actualidad un
Dios preocupado por ser Dios y no por ser el cesar, dios esta hay pero debe dejar que los hombres
soluciones sus problemas.

El representante de Dios ha sido en particular causante de muchas decepciones, aquí hablo de la


iglesia en general los que predican a Dios, pues impidieron dialogar con las nuevas generaciones y
nuevas propuestas de pensamiento refugiándose en una vida dogmática, serios problemas
internos y externos han sido los causantes de que a Dios se le busque de otra manera. Sin
estructuras.

La infabilidad del papa: Se le exige ser infalible, y éstos son tiempos difíciles para ser infalible. Está
claro que la infalibilidad ya no es lo que era.

La doctrina de la infalibilidad papal, según lo adoptado por el Primer Concilio Vaticano de 1869,
declara que cuando el papa habla, ex cathedra, sobre cuestiones doctrinarias, sus definiciones son
irreformables en sí mismas y no debido al consentimiento de la Iglesia.

Absolutismo. Armado de la tradición de la infabilidad, el papa es, como lo definiera un historiador


de la Iglesia, el último de los monarcas absolutistas.

Guardiana de la verdad religiosa absoluta. La Iglesia Católica Romana aún se cree guardiana de la
verdad religiosa absoluta, aunque el absolutismo ha estado librando una batalla perdida durante
décadas:

Ya en 1962, cuando el papa Juan XXIII convocó al Segundo Concilio Vaticano, era obvio que existía
una fuerte escisión entre los absolutistas y quienes aprobaban una actitud mucho más
constructiva hacia las enseñanzas religiosas.
Doctrinas radicales: En el Concilio, los obispos expresaron con claridad el secreto sentimiento de
rechazo a ellas de muchos sacerdotes y creyentes. Era absurdo predicar que comer carne en
viernes o no ir a la iglesia los domingos era un pecado mortal. El franco patriarca de Antioquía
preguntaba: ¿Es esto razonable? ¿Cuántos católicos lo creen? En cuanto a los no creyentes, sólo
sienten lástima de nosotros.

Habiendo evidenciado todo esto nos queda plasmar como para nosotros a pesar de todo lo que ya
se ha evidenciado, de los problemas de la iglesia de la negación de los hombres actuales a vivir con
instituciones nos queda presentar nuestra tesis, ¿porque para nosotros Dios está ahí?

Dios está ahí


Concluimos nuestras reflexiones acerca del amor humano con el comentario a unas palabras de
Niemeyer: “el amor engendra amor, e incluso la naturaleza ruda no siempre alcanza a resistir su
fuerza. Si muchísimos hombres hubieran hallado más amor en su infancia y en su juventud, se
hubieran humanizado en mayor grado”. El amor entre personas provoca en los individuos una
expansión de sus categorías esenciales.

Todo nace en la necesidad del hombre de trascender la propia vida individual. La solución plena al
problema de la existencia está en el logro de la unión interpersonal, la fusión con otra persona, en
el amor. Ese deseo de fusión interpersonal es el impulso más poderoso que existe en el hombre.

La plenitud en el ser se magnifica de forma directamente proporcional a la intensificación del


seguimiento amoroso. Si fuéramos capaces de medir realmente en esta sociedad en la que nos ha
tocado vivir el verdadero alcance del amor, haríamos un intenso despliegue de todo lo que este
profundo sentimiento conlleva: dar sin pedir nada a cambio, buscar la perfección de los otros
precisamente porque existen porque son. El hijo, el esposo o la esposa, el amigo, el compañero de
trabajo, el vecino, o cualquiera que nos crucemos por la calle, reclaman de cada uno de nosotros
la capacidad de amar que nos ha sido otorgada por el Creador de manera gratuita. Y lo que gratis
se recibe, gratis se entrega.

Además por el anhelo del hombre por vivir una entrega desinteresada, una búsqueda del bien que
nos permite postular la existencia de Dios. No como algo sino como alguien que no busca ser
probado con las dimensiones de la realidad, sino vivenciado y asumido en una praxis.

Así La propuesta es decirle si a la realidad, la solución está solo en cada uno de nosotros; decídete
insistía el lógico Wolfgang

La conclusión radica en decirle si a la realidad a la mía y a la del mundo que me rodea buscando
mi propia realización personal aceptando mi libertad con las limitaciones y posturas que esto en sí
mismo implica Aceptar el hombre con su carácter problemático con una confianza en la realidad
la cual el mismo elige aceptar o negar el hombre está condenado a ser libre dirá Sartre, pero es la
libertad la que le da grandeza y dignidad al hombre.
Ante un mundo angustioso y lleno de incertidumbre se debe decir si a la realidad como una opción
libre, que da sentido y llena de validez toda experiencia ya el mismo Collins afirma se encuentra en
todos los campos la posibilidad de hablar de Dios no como un tapa huecos sino como la realidad
de una fe que se asume de forma madura sin negarse a pensar. Hoy es aceptable hablar de Dios el
sigue ahí, con mucha más actualidad ni la ciencia ni las verdades objetivas han logrado destruirlo
lo que si se debe hacer es purificar nuestra fe.

Volver a Dios al horizonte que engrandece al hombre oh Dios pues si tu existes existiría yo también
de veras.

https://www.clubensayos.com/Filosof%C3%ADa/Evoluci%C3%B3n-Del-Concepto-De-Dios-En-La-
Historia/236484.html

https://prezi.com/m1e1-jxlkig_/dios-a-lo-largo-de-la-filosofia/

http://es.slideshare.net/Jaderpayares/edad-antigua-10078567

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