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Capa de ozono

Las moléculas de ozono son inestables (aunque en la estratosfera poseen una larga vida) y cuando
la luz ultravioleta choca con el ozono, este se separa nuevamente en sus reactantes (O2 y O),
formando así un proceso continuo llamado "ciclo del ozono y oxígeno", el cual provoca la formación
de la capa en la estratósfera. El ozono troposférico es creado en pequeñas cantidades a través de
diferentes mecanismos. 
La formación de ozono es un proceso fotoquímico que tiene lugar en la estratosfera.
En esta zona de la atmósfera entre 15 y 50 Km de altitud, la radiación ultravioleta solar produce la
disociación de las moléculas de oxígeno en átomos de oxígeno en su estado fundamental ( 3P) que
rápidamente se recombinan con moléculas de oxígeno no disociadas, en presencia de un tercer
cuerpo, M, (que puede ser otra molécula de oxígeno o de nitrógeno) capaz de captar el excedente
de energía.

La capa de ozono es una zona de la atmósfera que abarca entre los 19 y los 48 Km por encima de la
superficie de la tierra. En ella se producen concentraciones de ozono de hasta 10 partes por millón
(ppm). A nivel del suelo, unas concentraciones tan altas son peligrosas para la salud. El ozono es
una forma de oxígeno cuya molécula tiene tres átomos, en vez de los dos del oxígeno común. El
tercer átomo hace que sea venenoso, mortal, si se aspira una pequeña porción de esta sustancia
por un período corto. El ozono es un gas inestable y puede ser destruido por los compuestos
naturales que contienen nitrógeno, cloro e hidrógeno. La capa de ozono protege a la vida del planeta
de la radiación ultravioleta (UVC) solar de onda corta, la radiación UVA, de mayor longitud, es
relativamente inofensiva y pasa casi en su totalidad a través de la capa. Entre las dos está la UVB,
menos letal que la UVC, pero peligrosa; la capa de ozono la absorbe en su mayor parte.
Obviamente, no puede ponerse en duda la importancia de la capa de ozono.

Acción Humana
Hoy por hoy, apenas quedan dudas de que la mayor parte del aumento observado en las
temperaturas medias globales desde mediados del siglo XX se debe al incremento de las emisiones
de gases de efecto invernadero procedentes de las actividades humanas.
 
En el clima de la Tierra influyen múltiples factores como la concentración atmosférica de aerosoles y
de los gases de efecto invernadero, la cantidad de radiación que recibe del Sol o las propiedades de
la superficie terrestre. Cuando el equilibrio entre estos elementos se rompe, ya sea a través de
procesos naturales o humanos, se modifica la cantidad de energía que la Tierra absorbe o devuelve
al espacio, provocando un calentamiento o enfriamiento del planeta.
 
A lo largo de la historia los fenómenos de cambio climático no han sido una rareza, pero se habían
producido por causas naturales, sin la influencia del hombre. Desde la revolución industrial, la
situación ha cambiado y la acción humana está influyendo y acelerando el proceso de cambio
climático global.
 
El conocido como “efecto invernadero” es un proceso natural que se debe a la presencia de ciertos
gases en la atmósfera, como el dióxido de carbono (CO2), que permiten pasar la luz pero absorben
el calor que a su vez irradia la Tierra, lo que consigue que la temperatura en la superficie se
mantenga a un nivel que permite la vida en nuestro planeta.
 
El calentamiento global se está produciendo por un desequilibrio que potencia el efecto invernadero,
originado por el aumento en la atmósfera de los niveles de dióxido de carbono y otros gases que
retienen el calor, cuya causa está relacionada con la actividad humana.
 
La influencia de la actividad humana en el potenciamiento del efecto invernadero ha sido objeto de
estudio por la comunidad científica. A través de la aplicación de modelos informáticos se ha
comprobado que aquellas modelizaciones que incluyen la influencia humana sobre el clima reflejan
acertadamente el actual patrón de calentamiento que estamos experimentando, mientras que los
modelos que sólo tienen en cuenta los factores naturales predicen temperaturas muy por debajo de
las realmente registradas.
 
Aunque son muy variadas las formas en las que la acción del hombre influye sobre el calentamiento
global, como la liberación de metano que se produce por la eliminación de residuos en vertederos, o
las emisiones originadas por la utilización excesiva de fertilizantes, las actividades que influyen en
mayor medida en la intensificación del efecto invernadero son el uso de combustibles fósiles y la
deforestación.
 
Los combustibles fósiles como el petróleo, el gas y el carbón, destinados a producir electricidad y
utilizados en calefacción, refrigeración y transporte, constituyen la principal fuente de emisión de
gases de efecto invernadero, por lo que la solución para combatir el cambio climático pasa
necesariamente por la reducción el uso y mejora en la eficiencia de estos combustibles.
 
Asimismo, resulta esencial para combatir el cambio climático invertir la tendencia a la  deforestación,
en particular a la desaparición de las selvas tropicales, ya que las masas boscosas actúan como
sumideros que absorben el dióxido de carbono, contribuyendo al mantenimiento del equilibrio del
efecto invernadero.

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