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humedad. Puede decirse que los suelos expansivos son un fenómeno que se presenta en un suelo
arcilloso con mineral montmorillonita y en condiciones ambientales que dan pie a la reducción de
humedad ya sea por evaporación o evapotranspiración de la vegetación. Los suelos expansivos son
abundantes donde la evapotranspiración es mayor que la precipitación
Los asentamientos que sufren las estructuras debido a las deformaciones que provocan los
elementos de carga sobre el suelo que las soporta, fueron identificados, generalmente, como las
causas de daños en las estructuras, sin embargo, las estructuras no solamente pueden presentar
daños por asentamientos sino también por expansiones de los suelos.
El fenómeno capilar que se presenta en los suelos es una causa del aumento de los esfuerzos
efectivos (intergranulares). Cuando en un suelo, como las arcillas, se pierde el agua por un proceso
de evaporación, se genera la tensión capilar que provoca la contracción del suelo. Una vez que el
suelo ha disminuido su volumen por secado también podrá aumentar dicho volumen si se
restituye el agua a dicho suelo, lo cual reducirá el efecto de la tensión capilar.
Las arcillas expansivas son más bien un fenómeno que se origina en la conjugación de un terreno
arcilloso con ciertas condiciones ambientales que provoquen cambios apreciables de humedad.
Origen
Donalson (1969) clasificó en dos grupos los materiales que pueden dar origen a los suelos
expansivos.
− El primer grupo lo componen las rocas ígneas básicas, tales como basaltos y los gabros. En los
suelos expansivos los minerales como el feldespato y el piroxeno de las rocas madre, se
descomponen para formar la montmorillonita y otros minerales secundarios.
− El segundo grupo comprende las rocas sedimentarias que contienen montmorillonita como
constituyente, el cual se desintegra mecánicamente para formar suelos expansivos.
1.1.2 Estructura
Los átomos que constituyen las arcillas están dispuestos en forma de láminas. Existen dos
variedades de dicha disposición: la silícica y la alumínica.
La forma de la estructura de las arcillas proporciona a las partículas un área superficial muy
grande, la que será la responsable del grado de cohesión de estos suelos.