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RESUMEN
Reconocida la importante repercusión del estado de engrasamiento de las vacas lecheras sobre su rendi-
miento lechero y reproductivo y sobre su estado general de salud, planteamos en este trabajo la revisión y
valoración de diferentes alternativas para la estimación de dicho estado. Se analizan, por una parte, ecuacio-
nes de predicción con distintos rasgos corporales como variables independientes. No obstante su exactitud
predictora, generan dudas a causa de su inevitable aplicación diferida, de ahí que las estimaciones resultantes
hayan de tomarse con cierta precaución. Por otro lado, aceptando la equivalencia entre estado de engrasa-
miento y condición corporal, se abordan distintos modelos desarrollados para la evaluación de dicha condi-
ción, señalando el que a nuestro juicio mejor reúne los requisitos para su aplicación y puesta en práctica a
nivel de campo.
INTRODUCCION
Cuando consumen alimento en abundancia, las vacas tienden a almacenarlo bajo la forma
de tejido graso para su posterior movilización en épocas de escasez. En efecto, aunque el teji-
do adiposo cumple otras importantes funciones fisiológicas (aislante, protectora, etc.), a él
recurre el propio organismo como fuente de energía interna cuando los componentes calóri-
cos de la ración absorbidos en el tracto digestivo son insuficientes para cubrir las necesidades
energéticas de los animales. Entre éstas se encuentran las de lactación, siendo sabido que el
nivel productivo de las vacas lecheras guarda una clara e indiscutible relación con su estado
de engrasamiento (EE) al parto, cuya influencia se extiende también a otras esferas orgánicas.
En efecto, puesto que el ganado bovino participa del hecho de que la obesidad reduce el con-
sumo de alimentos (Bines et al., 1969), un sobreengrasamiento de las vacas al parto motiva
una ralentización de la fase inicial ascendente de la curva de ingestión y demora en ésta el
alcance de su punto álgido, lo que provoca un considerable desfase entre las elevadas necesi-
Recibido: 15-6-98
Aceptado para su publicación: 10-3-99
En ellas, las variables independientes (X) representan los índices de composición cor-
poral de uso potencial como predictores de la GCT (Y, kg). Los más ensayados son:
Desde un punto de vista meramente estadístico, la ecuación más aconsejable será aque-
lla que arroje la estimación más precisa, aunque en la elección influirá también que se quie-
ran barajar una o más variables independientes. En este sentido consideramos suficiente-
mente clarificadores los resultados obtenidos por Wright y Russel (1984b):
los animales, aunque para dar por buenas ambas asunciones han de aceptarse a su vez las
dos premisas siguientes:
– que los depósitos grasos detectados a través de la ECC sean tomados como un fiel
reflejo de la grasa subcutánea realmente existente
– que el nivel de engrasamiento subcutáneo sea aceptado como verdadero indicador
del EE de los animales.
6). La elevada significación estadística de la relación entre ambos factores ha quedado docu-
mentada por Wright y Russel (1984a, 1984b), a pesar de lo cual la CC en cuanto variable
independiente cede protagonismo al peso vivo cuando de predicción a partir de un sólo índi-
ce de composición corporal se trata (RSD = 20,7 kg y R2 = 0,902 vs RSD = 19,5 kg y R2 =
0,912, respectivamente) (Wright, Russel, 1984b). Lógicamente la predicción gana en exacti-
tud cuando combina las dos variables (RSD = 15,3 kg y R2 = 0,950) (Wright, Russel, 1984b.
Así las cosas y una vez documentada la validez de la ECC en vacas como alternativa
para la determinación de su EE, procede, en primer lugar, exponer la metodología desarro-
llada para tal fin y, seguidamente, repasar distintas versiones de la misma para el caso ya
concreto de vacas lecheras.
– región lumbar
– región caudal
– región pélvica
– región del costillar.
Fig. 1.–Ritmo de crecimiento (b) de la grasa subcutánea en cada una (Y) de ocho zonas
distintas del cuerpo de las reses vacunas en relación a la grrasa subcutánea total (X), según modelo
de ecuación: log Y = log a + b log X (Butler-Hogg y Wood, 1982)
Relative growth (b) of regions of subcutaneous fat (Y) on total subcutaneous fat (X)
in cattle using model log Y = log a + b log X (Butler-Hogg y Wood, 1992)
TABLA 1
PUNTUACION DE LA CONDICION CORPORAL EN VACAS
DE CARNE, SEGUN LOWMAN et al. (1976)
Body conditions scores for beef cows according to Lowman et al. (1976)
Punto 0: El animal está depauperado. No se aprecia al tacto tejido graso alguno alrededor de las vérte-
bras lumbares, cuyas apófisis espinosas emergen prominentes sobre el lomo y se muestran,
igual que las apófisis transversas, muy puntiagudas.
Punto 1: Las apófisis transversas siguen distinguiéndose fácilmente al tacto y mostrándose puntiagudas.
Continúa, aunque en menor grado, el aspecto prominente de las apófisis espinosas.
Punto 2: Las apófisis transversas pueden aún detectarse por palpación, aunque no tan claramente al estar
recubiertas por una delgada capa de grasa, que explica también el cambio de un contorno pun-
tiagudo a otro más redondeado.
Punto 3: Las apófisis transversas sólo pueden apreciarse con una fuerte presión. Se palpa una ligera
capa de grasa subcutánea alrededor de la base de la cola.
Punto 4: Las apófisis transversas no se notan siquiera con una fuerte presión. La capa de grasa alre-
dedor del nacimiento de la cola se encuentra engrosada, adquiriendo incluso un cierto
relieve.
Punto 5: La estructura ósea del animal no es detectable en absoluto. La base de la cola está práctica-
mente embutida en grasa.
raza lechera (genotipo Frisón) dirigen mayor cantidad de grasa corporal hacia los depósi-
tos internos en perjuicio de los subcutáneos, ocurriendo al revés con las vacas de razas cár-
nicas. Quiere ello decir que para una misma nota de CC las vacas lecheras disfrutan de una
mayor gordura o, en otras palabras, que el grado de adiposidad desvelado por la ECC no
implica el mismo EE en vacas de leche que en las de carne.
Estos precedentes justifican la conveniencia de establecer diferentes procedimientos
evaluadores de la CC según se trate de unas vacas u otras, diferentes no desde un punto de
vista metodológico propiamente dicho, pero sí a la hora de asociar una determinada CC con
su correspondiente puntuación en la escala modelo. Veamos, por tanto, los más representa-
tivos sistemas desarrollados específicamente para vacas lecheras.
De entre todos los criterios posibles para su clasificación, hemos optado por el país en
que han sido desarrollados y donde, por supuesto, han creado escuela, de manera que
vamos a hablar así de los modelos británico, norteamericano y francés.
Modelo británico
Modelo norteamericano
Puesto que en este país varias han sido las versiones de la técnica ideada para la ECC
en vacas lecheras, procedemos a su descripción ateniéndonos a su aparición cronológica.
La primera versión corresponde a Wildman et al. (1982), quienes, de resultas de la
exploración visual y por palpación de las regiones lumbar, pélvica y caudal, propusieron
una escala de puntuación de la CC de 1 (severa extenuación) a 5 (acusada obesidad). En la
Tabla 2 se detalla la descripción correspondiente a cada una de las cinco notas de CC así
establecidas.
Pensando seguramente en la mejor especificación posible del estado de carnes de los
animales en cada una de las notas de CC reseñadas, los autores han optado por descripcio-
nes demasiado prolijas que a nuestro juicio, por el contrario, representan más bien una
complicación a la hora, primero, de interpretar tanta información y, después, de integrarla
conjuntamente en una puntuación concreta de la CC, sobre todo tratándose de calificacio-
nes intermedias no contempladas directamente en la escala modelo. Tampoco está exento
este sistema de inconvenientes metodológicos propiamente dichos, dado que el examen por
palpación obliga a inmovilizar los animales, tarea laboriosa, fuera del ordeño, tratándose
de vacas explotadas en pastoreo y tanto más cuanto más numerosos sean los rebaños. En
otro orden de cosas, bien es verdad que la CC así evaluada se muestra independiente del
peso y tamaño de los animales, aunque en realidad ésta es una virtud extensible a los demás
sistemas de ECC, capaces de discriminar condiciones corporales aún entre vacas del mismo
peso vivo.
Un procedimiento evaluador distinto fue desarrollado por Edmonson et al., (1989).
Estos autores basan la exploración de los animales únicamente en la inspección visual y
fijan puntuaciones extremas de la CC también de 1 a 5, pero incorporando fracciones inter-
medias de 0,25 puntos, lo que configura una escala con 17 graduaciones posibles en total.
La asignación a la CC de la puntuación que mejor se ajuste de entre las 17 posibles se hace
una vez examinados “de visu” los ocho caracteres señalados a continuación y cuya locali-
zación en las regiones lumbar, pélvica y caudal es la que sigue:
TABLA 2
PUNTUACIÓN DE LA CONDICIÓN CORPORAL EN GANADO VACUNO
LECHERO TIPO FRISÓN (WILDMAN et al., 1982).
Body condition scores for dairy cows according to Wildman et al. (1982).
Punto 1:
a) Las apófisis espinosas de las vértebras lumbares se muestran puntiagudas al tacto y observadas conjun-
tamente emergen a modo de cresta dada la ausencia casi total de tejidos adyacentes. Las apófisis trans-
versas resaltan en igual medida, remarcando la profunda oquedad de la fosa paralumbar.
b) Insignificante presencia de tejidos alrededor de las tuberosidades coxal e isquiática, de ahí su aspecto
anguloso y la profundidad de la depresión glútea.
c) Escasa presencia de tejidos alrededor de la base de la cola, que explica, junto con la prominencia de
ambas tuberosidades isquiáticas, la profunda depresión de la fosa isquio-rectal.
Punto 2:
a) La palpación de las apófisis espinosas sigue revelando su forma puntiaguda, aunque el efecto cresta ya
no es tan manifiesto dada la mayor presencia de tejidos blandos, responsable a su vez de la menor pro-
fundidad de la fosa paralumbar.
b) Apariencia todavía angulosa de las tuberosidades coxal e isquiática, aunque con una depresión no tan
severa de la región glútea.
c) Acumulación de tejidos alrededor de la base de la cola que propicia ya un ligero relleno de la depresión
isquio-rectal.
Punto 3:
a) La detección por palpación de las vértebras lumbares sólo es posible aplicando una ligera presión dada
la notoria presencia de tejidos anexos, que también explica la anulación del efecto cresta y que la fosa
paralumbar apenas se perciba.
b) Las tuberosidades coxal e isquiática ofrecen un aspecto redondeado y apenas se aprecia depresión glú-
tea alguna.
c) La depresión isquio-rectal pasa practicamente desapercibida, no apreciándose todavía signos de acu-
mulación grasa.
Punto 4:
a) Presencia evidente de tejido muscular y graso a nivel lumbar, cuyas vértebras son detectables al tacto
previa aplicación de una fuerte presión. El perfil raquidiano de las vértebras se muestra plano o ligera-
mente convexo.
b) Notoria redondez de las tuberosidades coxal e isquiática y apariencia plana de la depresión glútea.
c) Patente acumulación de tejido graso en el área de la base de la cola.
Punto 5:
a) Ninguna de las estructuras óseas anteriores pueden ser detectadas dada la abundante acumulación de
grasa subcutánea. La base de la cola aparece repleta de grasa.
– fosa isquio-rectal (depresión centrada sobre el ano, delimitada por la cola, los dos
ligamentos sacro-tuberales y la arcada isquiática) (C8).
Fig. 2.–Calificación y tipificación de la condición corporal de vacas lecheras, según Edmonson et al. (1989). (L1, L2, L3, …: véase el texto)
61
Body condition scoring chart for dairy cows according to Edmonson et al. (1989). (L1, L2, L3, …: see the text)
62 P.J. ALVAREZ NOGAL
TABLA 3
CALIFICACION Y TIPIFICACION DE LA CONDICION CORPORAL
DE VACAS LECHERAS, SEGUN FERGUSON ET AL. (1994)
Body condition scoring chart for dairy cows according to Ferguson et al. (1994)
Visible:
2,25 V Angular Angular Putiagudas
0,25-0,50
” ”
Angular/
2,50 V Redondeada
Angular Redondeadas ” ” ”
Fácilmente
3,50 U ” ” ” ” Perceptible
visible
4,00 U ” ” ” Inperceptibles
1 La diferencia entre una tuberosidad isquiática angular/redondeada y otra angular es detectada por palpación: en
Aunque cada comentario se proyecta sobre uno de los rasgos en concreto, éstos en reali-
dad deben ser valorados concatenadamente con alguno/s de los otros. Por ejemplo, la distin-
ción entre vacas con CC de 2,25 o de 2,0 estriba en la porción visible de las apófisis transver-
sas de las vértebras lumbares, pero teniendo en cuenta, adicionalmente, que en ambos casos ha
de observarse el mismo aspecto en las regiones pélvica y caudal y la misma apariencia de las
apófisis espinosas lumbares. Todo ello es consecuencia de un hecho claro que sirve, así, de fun-
damento biológico de este sistema evaluador: la acumulación secuencial de grasa sobre las
diversas zonas corporales en las fases ulteriores del crecimiento de los animales adultos.
Siguiendo este procedimiento, la asignación de CC a las vacas lecheras se simplifica vin-
culándola a un número reducido de rasgos corporales, lo que constituye una verdadera ventaja
de cara a su asimilación por parte de los ganaderos o los productores. A nuestro juicio, no obs-
tante, se trata de una simplificación no exenta de riesgo, dado que algunas de las apreciaciones
diferenciadoras entre condiciones corporales resultan demasiado sutiles como para poder ser
detectadas fácil y repetidamente y estar seguros a la hora de adjudicar a los animales una u otra
CC. Esto nos lleva al concepto de repetibilidad, al que más adelante nos referiremos.
Modelo francés
2º) costado:
– tuberosidad coxal
– apófisis transversas y espinosas de las vértebras lumbares.
Criterios CC 5 4 3 2 1 0
Base de Base de la cola separada del
la cola Sumidas ambas en una Patente acumulación de cuerpo.
Percepcible toda la tuberosi- Visión nítida de la estructura
auténtica bola de grasa que grasa sólo alrededor de las
dad isquiática. pélvica.
Puntas de las hace imperceptibles. puntas. Ligera cobertura grasa alre- Ausencia de grasa: visión
las nalgas dedor de las puntas. clara de las puntas.
Ligamento Embutido en grasa: imper- Ligamento apenas visible. Bien visible, de aspecto Ligamento visible, con lige- Apariencia laminar. Ligamento laminar muy
sacro-tuber1 ceptible. grueso y redondeado. ra cobertura grasa. enjuto.
Menos rellena de grasa,
Fosa caudal Totalmente rellena de grasa. Prácticamente colmada de paredes planas y contorno Fosa moderada. Fosa profunda. Fosa muy profunda.
grasa. en forma de V.
1 Se puede precisar la calificación visual otorgada con estos criterios mediante palpación: aprehensión de más o menos grasa alrededor de la cola (C de 5 a 3) y mayor o menor flexibilidad de la piel que
recubre el ligamento (CC de 2 a 0).
2 Se pueden precisar ambas calificaciones mediante palpación de la última costilla: CC=5 ⇒ Fácil deslizamiento de la piel bajo la mano, detectándose un grueso depósito graso. CC=4 ⇒ No se aprecia
el último espacio intercostal. CC=3 ⇒ Se aprecia el último espacio intercostal. CC=2 ⇒ Se aprecia una ligera capa de grasa subcutánea y la piel flexible. CC=1 ⇒ No se detecta grasa subcutánea; piel
adherida. CC=0 ⇒ piel muy adherida y seca.
CÓMO EVALUAR EL ESTADO DE ENGRASAMIENTO DE VACAS LECHERAS 65
TABLA 5
PONDERACION DE LA NOTA DEFINITIVA (GLOBAL) DE LA CONDICION
CORPORAL DE VACAS LECHERAS SEGUN EL MODELO FRANCES
Adjustment for the definitive (global) body condition score of dairy
cows according to the French model
Como se puede apreciar, la introducción de este sesgo permite, además, eliminar frac-
ciones intermedias de 0,25 puntos en la calificación global, dado que no se considera nece-
sario llegar a un nivel tan conciso pero a la vez tan ilusorio.
En nuestra opinión, la fragmentación del proceso evaluador seguida en este modelo es,
precisamente, la que le confiere un mayor valor aplicativo, no en vano exige a los ganade-
ros un menor esfuerzo de concentración para retener una información parcial que luego han
de integrar en una determinada nota de la CC, cuya calificación global tampoco entraña
ninguna complicación especial.
Valoración global
Puesto que así ocurre con la metodología básica de la cual dimanan, los diferentes
modelos desarrollados para la ECC de vacas lecheras comparten el denominador
común de la subjetividad, de manera que la asignación de notas a la CC de los anima-
les queda sometida al criterio interpretativo de los evaluadores. Surgen así las siguien-
tes preguntas:
Es así como entra en escena el concepto de “repetibilidad”, entendido en una doble ver-
tiente: repetibilidad para un mismo operador y repetibilidad entre operadores. Obviamente,
la repetibilidad para un mismo operador alude a la primera pregunta y se define como la
homogeneidad de las puntuaciones dadas al mismo animal y por el mismo evaluador en
momentos diferentes; su cuantificación viene dada por la correlación entre dichas puntua-
ciones. A la segunda pregunta atañe la repetibilidad entre operadores, es decir, la consis-
tencia de las puntuaciones adjudicadas a un mismo animal por jueces distintos, cuantifica-
ble como en el caso anterior.
Los valores aportados por distintos autores para la repetibilidad de los registros de la
CC son bastante parejos. Para un mismo operador, de 0,8 (Evans, 1978) y 0,82 (Agrabiel
et al., 1986). Entre operadores, de 0,7 (Evans, 1978; Edmonson et al., 1989), 0,79
(Agrabiel et al., 1986) y 0,76-0,86 (Ferguson et al., 1994). Estos coeficientes explican
disonancias de ±0,5 puntos entre las puntuaciones dadas por un mismo evaluador o por
evaluadores distintos. Aunque consustanciales a todo procedimiento subjetivo, estas
imprecisiones sistemáticas pueden no obstante reducirse, a cuyo fin Agrabiel et al., (1986)
y Ferguson et al., (1994) recomiendan establecer como nota definitiva de la CC de un ani-
mal la media resultante de 2-3 calificaciones dimanantes de otras tantas evaluaciones lle-
vadas a cabo el mismo día bien por un solo evaluador, bien por 2-3 evaluadores diferen-
tes. Así se consigue rebajar el error a ±0,25 puntos aproximadamente, lo que supone una
precisión en la puntuación sin duda satisfactoria y que imprime mayor seguridad al pro-
cedimiento evaluador, todo lo cual contesta por sí mismo a la tercera de las preguntas
planteadas anteriormente.
Analizada la subjetividad de los sistemas de ECC, se plantea ahora la recomendación
de uno u otro para su puesta en práctica en los rebaños lecheros. Dado que en la elección
deben primar, entre otros, criterios aplicativos, encontramos de sobra justificado excluir
aquellos basados en la exploración por palpación, habida cuenta, como ya se ha dicho, de
que la consiguiente inmovilización de los animales acarrea una problemática cuyo efecto
disuasivo a nadie se le escapa. Centrados pues en los modelos que cuantifican la CC en
base a criterios visuales, y a la luz de los comentarios críticos previamente expuestos, opta-
mos por decantarnos por el modelo francés, sin que ello suponga un desmerecimiento abso-
luto de las dos versiones norteamericanas basadas en los mismos criterios (de hecho, auto-
res de este país interesados en el estudio de la CC de las vacas lecheras y su implicación
sobre la productividad de las mismas, proceden a su evaluación siguiendo siempre alguno
de los modelos ideados por sus compatriotas).
El modelo francés, como el sistema de Lowman et al., (1976) para vacas de carne y,
por extensión, el de Mulvanny (1977) para vacas lecheras, consideran seis notas de CC, de
0 a 5. Una nota igual a cero corresponde a un estado de extrema depauperación, más bien
cercano a la muerte, rara vez observable en condiciones normales de explotación de los
CÓMO EVALUAR EL ESTADO DE ENGRASAMIENTO DE VACAS LECHERAS 67
rebaños, de ahí que tenga sentido prescindir de esa ínfima condición y reconsiderar la esca-
la de puntuación con cinco notas únicamente de la CC, de 1 a 5, en armonía con las ver-
siones del modelo norteamericano y en sintonía también con la clasificación dada por Allen
y Kilkenny (1980) para vacas de carne.
En otro orden de cosas, conviene tener presente a la hora de puntuar la CC de un
animal basándose en apreciaciones visuales que éstas pueden verse distorsionadas por
una serie de circunstancias responsables por tanto de posibles desvirtuaciones de la CC
otorgada (Bazin, 1984). Se refiere a la variabilidad de las masas musculares subyacen-
tes, que pueden ser causa de sobrevaloraciones; a la entidad de los contenidos digesti-
vo y uterino, que pueden alterar el grado de hundimiento de la fosa paralumbar; al esta-
do y aspecto del pelaje del animal, que pueden inducir un cierto grado de error. El
mismo autor señala que en los momentos previos al parto de las vacas, una de las fases
más críticas de su ciclo productivo en lo que a recomendación de la CC se refiere, la
ECC siguiendo criterios visuales quizás resulte viciada dada la normal distensión de
los ligamentos pélvicos en las hembras próximas al alumbramiento (hembras “casca-
das”), de ahí que en esos momentos sea más útil la ECC basada en la palpación.
Indudablemente, todas estas vicisitudes van desapareciendo conforme ganan en adies-
tramiento y pericia los evaluadores, sin olvidarnos, por otra parte, de lo ventajoso de
encuentros periódicos entre ellos a fin de confrontar sus criterios evaluadores y, en
definitiva, de ganar en repetibilidad y seguridad a la hora de puntuar la CC de los ani-
males. Si además de estas dos condiciones garantizamos el carácter aplicativo de las
pruebas, bien podemos avalar su idoneidad de cara a su asunción y puesta en práctica
por ganaderos y/o productores.
CONSIDERACIONES FINALES
Conocida la forma de evaluar en las vacas su CC, en cuanto representativa del EE, no
queremos finalizar sin reconocer su utilidad como indicativa del estado nutritivo de los
animales, del balance final entre los componentes energéticos aportados por la ración y los
utilizados por los animales en función de sus necesidades; en suma, constituye un exce-
lente criterio para juzgar a posteriori lo acertado o no del régimen alimenticio implanta-
do en las explotaciones lecheras. La estimación de las reservas grasas de las vacas a tra-
vés de la evaluación de su CC nos permite, además, utilizar estratégicamente este pará-
metro a la hora de diseñar un determinado programa alimenticio; no se deben racionar de
igual manera durante su período seco vacas cuya CC al iniciarlo sea sensiblemente dife-
rente. Señalar, por último, que un seguimiento regular de la CC de las vacas a lo largo de
su ciclo productivo, aparte de indicarnos la evolución de su estado nutritivo, puede servir
de ayuda también para evaluar otros aspectos como el estado sanitario de los animales, su
grado de bienestar, etc.
Y si todas estas consideraciones se refieren a las vacas adultas, no es menos cierto que
la ECC también resulta beneficiosa en la recría de novillas. En éstas, un exceso de peso
durante la fase prepuberal puede tener consecuencias negativas sobre el normal desarrollo
de su glándula mamaria y convertirlas en malas productoras de leche, de ahí que sea reco-
mendable evaluar y ajustar la CC a los niveles deseables. Recomendaciones similares se
hacen también para los meses de gravidez a fin de garantizar la CC idónea para compagi-
nar el normal desarrollo de la gestación al tiempo que las novillas siguen creciendo, la pre-
SUMMARY
We carry out a critical review of the different alternatives found in the literature for estimating the fatness
degree of dairy cows, whose impact on the milk production, reproductive performance and health has been esta-
blished. Firstly we analysed several prediction equations using different indices of body composition as indepen-
dent variables. In spite of their good precision, their unavoidable differed application do generate some doubts that
make the predictions should be taken with caution. Secondly, accepting that degree of fatness is equivalent to body
condition, we examined several body condition scoring systems and we pointed out that which, in our opinion, is
best suited for being performed unber field conditions.
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