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Estado de Derecho.
No podemos referir al texto constitucional como regente del proceso sin mencionar
expresamente los contenidos de los textos internacionales incorporados a nuestro
derecho interno que junto con las resoluciones de la Corte Suprema de Justicia y
los Órganos encargados de la interpretación y aplicación de las normas
supranacionales encarnan la tarea de expandir y fortalecer en forma progresiva y
expansiva la plataforma de los Derechos Humanos y la obligación de los Estados de
asegurar su efectiva vigencia y respeto, lo que permite afirmar que actualmente nos
encontramos ante una clara redimensión del paradigma constitucional, que se
muestra obediente a una dinámica persistente que lo solidifica y amplía.
Orígenes
Primer antecedente: año 1215 -en época medieval- en la carta magna del Rey Juan
I de Inglaterra.
Hacia 1789: Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano en Francia.
Disposiciones constitucionales
Marco Normativo:
La CADH (o Pacto de San José de Costa Rica, 1969) “Toda persona tiene derecho
a ser oída con las debidas garantías y dentro de un plazo razonable por un juez
imparcial, establecido con anterioridad por la ley, en la sustanciación de cualquier
acusación penal … o en la determinación de sus derechos y obligaciones de orden
civil, laboral, fiscal o de cualquier otro carácter” (art. 8) y, “Toda persona tiene
derecho a un recurso sencillo y rápido o a cualquier otro recurso efectivo ante los
jueces o tribunales competentes, que la ampare contra actos que violen sus
derechos fundamentales” (art. 25).
Definición
1
Bacigalupo : “el debido proceso en una primera aproximación exegética, significa el
proceso garantizado por la ley”
2
Vázquez Rossi : la noción de “debido proceso abarca tanto los aspectos adjetivos,
procedimentales y la validez de los mismos, como los contenidos resolutivos que
deben responder a criterios valorativos de racionalidad, seguridad y libertad...”;
3
Maier : señala que debido proceso legal no debe ser identificado únicamente con la
regla “nulla poena sine processu” sino con todos los principios rectores que
conforman la base del Derecho procesal penal argentino...pautas generales
establecidas en la Constitución que gobiernan la vigencia y hasta la interpretación
de las leyes procesales comunes, son, en verdad, decisiones políticas generales de
cuyo contenido deben derivar, deductivamente, el reglamento procesal tendiente a
hacerlas efectivas, no son inmutables y perennes...pero sí necesarias para nuestras
leyes de enjuiciamiento pues condicionan su vigencia”.
“Todo aquél a quien la ley reconoce personería para actuar en juicio en defensa de
1
Bacigalupo, Enrique. El debido proceso penal, 2005, p. 13
2
Vázquez Rossi, ob. cit., T. I, p.264
3
Maier, ob. cit. p.490
sus derechos, está amparado por la garantía del debido proceso legal consagrado
en el artículo 18 de la Constitución Nacional, sea que actúe como acusador o
acusado, como demandado o demandante; ya que en todo caso media interés
institucional en reparar el agravio si éste existe y tiene fundamento en la
Constitución, puesto que ella garantiza a todos los litigantes por igual el derecho a
obtener una sentencia fundada previo juicio llevado en legal forma, cualquiera sea la
4
naturaleza del procedimiento -civil o criminal de que se trate…”
4
CSJN, 16-9-2008; Fallos 331:2077
definitivo, pero: precedido de un procedimiento anterior llevado a cabo ante la
autoridad judicial designada por la ley antes de la comisión de los hechos de la
imputación, con jueces independientes, imparciales, que ese proceso se lleve a
cabo en un tiempo razonable, sin dilaciones indebidas, que durante el curso
procedimental y hasta tanto no haya sentencia de condena firme se respete el trato
de inocente respecto del imputado y en consecuencia no se le restrinja su libertad ni
se vulnere su derecho a la intimidad, salvo excepciones específicamente regladas y
sólo por orden de autoridad judicial. Que pueda ser oído, sin que su opción por el
silencio sea interpretada como presunción de culpabilidad, tras conocer la
imputación en forma precisa y su sustento, contar con defensa técnica, contradecir
el contenido de la imputación; participar de la actividad probatoria sin ser compelido
a actuar como órgano de prueba; y recurrir su sentencia condenatoria ante un
Tribunal Superior sin que el ejercicio de su facultad impugnativa importe para el
imputado el riesgo de que su situación se torne más gravosa; y que una vez firme
nunca más sea perseguido o juzgado nuevamente por dicha imputación.