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Steve Connor
The Independent
Una evaluación decisiva, realizada por la ONU sobre el estado del medio ambiente del
planeta, nos ofrece la más espeluznante visión del futuro de nuestro planeta. El aviso es
tajante: el futuro de la Humanidad está en peligro a menos que se adopten medidas
urgentes. En los últimos 20 años, casi todos los indicadores del planeta han empeorado.
Al mismo tiempo, la riqueza de los particulares en los países más ricos ha crecido en un
tercio.
El Informe, publicado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente
(PNUMA), previene que los vitales recursos naturales que hacen posible la vida en la
Tierra se han deteriorado significativamente desde 1987, año de la publicación del
primero de estos informes del PNUMA. No obstante, el progresivo agotamiento del
capital natural del mundo ha coincidido con avances económicos sin precedentes de los
países desarrollados, lo que, para mucha gente, ha enmascarado la crisis creciente.
Achim Steiner, director ejecutivo del PNUMA, ha afirmado que el objetivo del último
informe no es el de presentar un “escenario oscuro y desesperanzado” sino el de
fundamentar una llamada urgente a la acción. Sin embargo, el lastimoso estado de casi
cada uno de los aspectos del bienestar del planeta indica que en estos 20 años se ha
registrado una pérdida constante de oportunidades.
Steiner afirmó ayer, con ocasión del lanzamiento del Informe, que resulta revelador que
en los últimos 20 años la riqueza del planeta haya aumentado drásticamente en casi un
tercio. No obstante, señaló: “Al mismo tiempo, nos alecciona: gran parte del capital
‘natural’ del que dependen en buena medida tanto el bienestar humano como la
actividad económica –agua, suelos, aire y atmósfera, biodiversidad, recursos marinos—
siga en un declive aparentemente imparable.”
La intensidad con la que se trabaja el suelo agrícola ha aumentado también, y con ella la
carga de erosión de los suelos, la escasez de agua, el agotamiento de nutrientes y la
contaminación. En 1987, una hectárea de tierra cultivada producía un promedio de 1,8
toneladas, pero debido a la intensificación el rendimiento ha aumentado a 2,5 toneladas.
Se estima que las especies de animales y plantas están desapareciendo a un ritmo 100
veces más rápido que el registrado históricamente, en gran parte como resultado de las
actividades humanas. Los biólogos dan los siguientes porcentajes de especies
amenazadas: anfibios, 30%; mamíferos, 23%; aves, 12%.
Una creciente población humana, que se espera alcance los 9.000 millones a mediados
del siglo, producirá una creciente presión sobre la tierra, el agua y la biodiversidad. La
tierra habrá de cultivarse de manera más intensiva, o bien habrá de cultivarse una mayor
extensión. “En cualquiera de los dos casos, la biodiversidad sufrirá,” señala el Informe.
Con un telón de fondo de creciente degradación de los suelos y los océanos, de
incremento de la población y de extinción de las especies, aparece el espectro del
cambio climático, una de las principales amenazas que acechan a la Humanidad en este
siglo XXI. Existen ya pruebas “visibles e inequívocas” de que el calentamiento global
está teniendo otras repercusiones en el medio ambiente planetario, se indica en el
Informe GEO-4.
· Los niveles de dióxido de carbono en la atmósfera han aumentado en una tercera parte,
y la demanda de energía de países como Estados Unidos y Canadá es ya casi una quinta
parte más alta que en 1987;
· En 1987, se consideraba que alrededor del 15% de las poblaciones de peces del mundo
estaban agotadas, y que un 20% adicional estaba sobreexplotado. En la actualidad, se ha
agotado el 30% de las especies y un 40% más está sobreexplotado;