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1.

Selección del terreno: El terreno debe ser preferiblemente plano u ondulado, pero
con pendiente no mayor al 5% (Swing Torres, 2012). Además, debe estar ubicado
cerca de una fuente de agua (el terreno es más fértil) para también facilitar la
construcción de la infraestructura de riego y drenaje (Foro Mundial Bananero,
2017).

Antes de preparar el terreno se realizan análisis de suelos y excavación de calicatas


para estudiar los perfiles de suelo (Foro Mundial Bananero, 2017).

2. Preparación del terreno: Si nunca se ha cultivado en el terreno, se inicia por la


limpieza de este, elimina arbustos, árboles y malezas. Esto permite remover el
terreno garantizando una correcta ventilación y proceder a su nivelación. A
continuación, se realiza un subsolado a un metro de profundidad, sobretodo en
terrenos de estructura semi-impermeable donde se pueden formar capas
impermeables. Luego, se realiza nuevamente una aradura y gradeo del terreno
nivelado, quedando listo para el trazado de surcos (Swing Torres, 2012).
3. Riego y drenaje: El sistema de riego más frecuente es por gravedad, el cual necesita
del trazado de canales para la conducción del agua a través de las parcelas y del
trazado de los surcos a nivel en la parcela para la distribución adecuada del agua
hacia las plantas en cultivo. Se recomienda que la pendiente de los surcos no exceda
del 2%, para de esta manera tener una adecuada velocidad del agua y que esta no
genere erosión en el terreno.

Los drenes son importantes en el sistema de riego, ya que, permiten el desalojo del
exceso de agua de riego de la parcela del cultivo. Estos drenes pueden ser
superficiales o profundos, de acuerdo con las necesidades del terreno. Un buen
sistema de drenaje aumenta la producción y reduce la incidencia de plagas y
enfermedades (Swing Torres, 2012).

4. Selección de la semilla: La semilla debe provenir de centros de producción


certificados orgánicamente. Las plantas deben estar libres de patógenos y que estén
vigorosas. (Foro Mundial Bananero, 2017).

Los cormos para utilizar como “semilla” no deben presentar galerías ni áreas
necrosadas, ya que pueden provenir del ataque de nematodos y/o bacteriosis. Los
cormos seleccionados, deben de pelarse y desinfectarse antes de sembrarse en
campo definitivo (Swing Torres, 2012). Se puede desinfectar sumergiendo los
cormos durante tres minutos en una solución con 5 ml de cloro por litro de agua.
Alternativamente, se puede remojar el cormo en agua caliente a una temperatura
entre 50° y 55°C por 20 minutos (Foro Mundial Bananero, 2017).

5. Extracción y selección de hijuelos: La extracción se realiza con un suelo húmedo. Se


extraen hijuelos que tengan tres o más hojas funcionales y en forma de espada, con
una altura de un metro como mínimo.

Los hijuelos muy grandes o los que se transportan a grandes distancias se cortan a la
altura de 5 a 10 cm arriba del cuello, para que las sustancias líquidas drenen y se
evite su pudrición. Se clasifican los hijuelos por tamaño, y en el momento de la
siembra se ubican de mayor a menor tamaño y grosor dentro del campo. Las
semillas más grandes tendrán un período de cosecha más corto (Foro Mundial
Bananero, 2017).
6. Limpieza y lavado de hijuelos: A los hijuelos o cormos se les remueve los restos de
tierra con abundante agua y con un cuchillo se eliminan las raíces, partes del cormo
que se encuentren afectadas por daños causados por picudo o microorganismos,
además de cortar la porción aérea.

Es preferible desechar los cormos que presenten un daño demasiado severo. Al


efectuar el “pelado” del cormo, no debe dañarse la “corona de yemas” laterales u
“ojos embrionarios”, las cuales están ubicadas alrededor de la semilla (Foro Mundial
Bananero, 2017).

7. Siembra: Compactar el suelo evita la pudrición, evitando que queden espacios libres
que faciliten el encharcamiento del agua.
El riego se realiza cada 15 días en verano y cada 20, en invierno. Además, el control
de maleza se realiza de forma manual sin uso de productos (Foro Mundial Bananero,
2017).
Tabla 1. Labores realizadas después de la siembra

(Foro Mundial Bananero, 2017)

8. Fertilización: Antes de la siembra se realiza un análisis de fertilidad del suelo,


posteriormente se realiza cada uno o dos años.
También se realizan análisis foliares para saber si la planta está asimilando
correctamente los nutrientes, que se aplican al suelo en forma de fertilizantes (Foro
Mundial Bananero, 2017).
Tabla 2. Plan de fertilización

(Foro Mundial Bananero, 2017)

Referencias:
Torres Swing (2012). Guía práctica para el manejo del banano orgánico en el Valle
Chira. Piura, Perú.

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