Vous êtes sur la page 1sur 8

Gary

Ridgway Cadena *Depr.


Niñas, y mujeres en
90-  Estados 1982- perpetua sin Sexual
El asesino 49 su mayoría
100+ Unidos 1998 libertad
del Río afroamericanas. *Sádico
condicional.
Verde"

Gary Ridgway

El hombre del río

Nacimiento 18 de febrero de 1949 (71 años)

Bandera de Estados Unidos Salt Lake City, Utah

Nacionalidad Estadounidense

Religión Pentecostalismo

Características físicas

Altura 1,78 m Ver y modificar los datos en Wikidata

Familia

Pareja :Claudia Kraig Barrows (1970-1972) Marcia Lorene Brown (1973-1981)

Judith Lorraine Lynch (1988-2002)

Hijos Matthew Ridgway

Educación

Educado en Tyee Educational Complex Ver y modificar los datos en Wikidata

Información profesional

Ocupación ex soldado y asesino en serie

Rama militar Armada de los Estados Unidos Ver y modificar los datos en Wikidata

Información criminal

Cargo(s) criminal(es) Secuestro, abuso sexual, tortura y asesinato de 48 mujeres, aunque luego
afirmaría haber matado en realidad a 71. Se presume que pudo haber matado a más personas.

Condena 49 cadenas perpetuas sin posibilidad de libertad condicional.

Situación penal Preso en la penitencaría Walla Walla en Washington.


Gary Leon Ridgway (Salt Lake City, Utah, 18 de febrero de 1949), conocido como The Green River
Killer («El asesino de Green River»), es un asesino en serie estadounidense. Se le encontró
culpable de asesinar a 48 mujeres aunque posteriormente confesó haber matado a 71. Es
considerado uno de los asesinos en serie más prolíficos, hablando en sentido nefasto, en la
historia criminal de los Estados Unidos.1Su record de víctimas fue superado por Samuel Little, un
afroamericano ya condenado a cadena perpetua sin libertad condicional.

Biografía

Primeros años de vida

Ridgway nació en Salt Lake City, capital del estado estadounidense de Utah el 18 de febrero de
1949, hijo de Mary Rita Steinman y de Thomas Newton; fue el segundo hijo, de un total de tres.
Fue criado en McMicken Height, Washington. Se sabe que su madre era sumamente estricta y que
mantenía bajo dominio férreo a los integrantes de la familia, especialmente a Gary.

Después de que Ridgway fuera detenido, varios familiares y amigos fueron interrogados. Lo
describieron como una persona amistosa de quien nadie jamás pensaría que era el asesino que
todos buscaban. Mientras iba de casa en casa hablando sobre la Iglesia Pentecostal a la que asistía,
paralelamente desarrollaba su obsesión por las prostitutas y anomalías en su comportamiento
sexual. Sus primeros dos matrimonios estuvieron plagados de infidelidades. Fue durante su
adolescencia donde experimentó sus primeros impulsos violentos cuando estuvo a punto de
asesinar a un niño de seis años a puñaladas aunque el menor sobrevivió al ataque. Ridgway
confesó después por qué lo hizo con sus propias palabras, "quería saber lo que se siente matar a
alguien".

Actitud

Ridgway es un hombre de apariencia humilde cuyo aberrante comportamiento sexual nace por su
odio hacia las mujeres. Ese odio fue influido por su madre al ser quien maltrataba a los integrantes
de su familia, especialmente a él y su padre. Después de ser arrestado por asesinato habló con
seriedad acerca de las mujeres que había matado, hasta que le preguntaron los motivos, los cuales
no fue capaz de dar.

Arresto

El 30 de noviembre de 2001 cuando se disponía a abandonar la ciudad de Renton, Washington, fue


arrestado por la policía y acusado del asesinato de cuatro mujeres cuyas muertes se atribuían al
asesino del Green River. Cuatro asesinatos fueron confirmados en su contra gracias a muestras de
ADN y otras muertes gracias a la pintura que él usaba en su trabajo.

Ridgway contrajo matrimonio tres veces y tiene un hijo. Utilizaba la fotografía de su hijo para
atraer a las víctimas a quienes llevaba en su Pickup.

El 5 de noviembre de 2003, en un juicio conmovedor donde los familiares de las víctimas pudieron
decir lo que pensaban del asesino, Ridgway fue condenado a 49 sentencias consecutivas de
cadena perpetua sin derecho a acceder a la Libertad Condicional. Evitó la pena de muerte al
confesar todos sus crímenes, incluyendo algunos que la policía no le había atribuido en sus
investigaciones.
El ‘Asesino de Green River’: “Quería matar a tantas prostitutas como pudiera” 0
Una muestra de saliva de Gary Ridgway le delató veinte años después del primer crimen
“Maté a tantas mujeres que ya ni podía llevar la cuenta”. Aquella afirmación dejó
petrificados a los investigadores que desde hacía casi veinte años intentaban dar caza al
denominado ‘Asesino de Green River’. Una muestra de saliva fue determinante para
demostrar que aquel hombre menudo, de poco más de metro cincuenta de altura, bigote
y apariencia tranquila y apacible, era el asesino en serie que había puesto en jaque a las
autoridades norteamericanas durante dos décadas.
Gary Ridgway, ex marine de los Estados Unidos, secuestraba mujeres –principalmente
prostitutas- en la Ruta 99 del condado de King (estado de Washington) para agredirlas
sexualmente y posteriormente estrangularlas. Una vez muertas, las amontonaba en
distintos lugares a donde regresaba para practicar necrofilia. Desde 1982 a 2003 cometió
cerca de 50 crímenes.
Una enfermiza obsesión
Gary Leon Ridgway nació el 18 de febrero de 1949 en Salt Lake City (Utah) aunque creció
en SeaTac (Washington). Su obsesión por las trabajadoras sexuales le venía desde la
infancia. A su padre Thomas no le gustaba nada ver a prostitutas en la carretera que
frecuentaba como conductor de autobús. Aquellos comentarios tan despectivos hicieron
mella en el pequeño que, con el paso de los años, desarrolló una enfermiza obsesión.
A esto habría que sumarle el carácter autoritario de su madre. Mary Rita maltrataba física
y psicológicamente tanto a Gary como a sus dos hermanos. El miedo llegó a tal punto que
el pequeño sufría de incontinencia urinaria durante la noche. Aquella rabia y frustración
también las reflejó en su comportamiento hacia los animales. A algunos de ellos
terminaba por torturarles llegando a encerrar a un gato en el congelador para ver cómo
moría o a disparar a pájaros con una pistola de aire comprimido.
Gary Ridgway, el 'Asesino de Green River', de niño
AMPLIAR
Si en casa la cosa iba mal, en el colegio aún peor. Con un coeficiente intelectual de 82,
Gary era un pésimo estudiante, repetidor y con mala relación con el resto de compañeros.
De hecho, con 14 años llegó a intentar apuñalar a un niño de seis porque “deseaba saber
qué se siente matando a alguien”. Así se lo explicó a los agentes que le detuvieron. Como
también que terminó ahogando a otro con sus piernas mientras se encontraban nadando.
Ambos sucesos se conocieron por boca del criminal, pero nunca se pudieron demostrar.
Tras graduarse en la escuela secundaria y previamente a alistarse en la Marina que puso
rumbo a Vietnam, Gary se casó con su novia del instituto Claudia Barrows. Un matrimonio
que no duró ni un año y al que siguieron dos enlaces más. En 1973 se casó con Marcia
Wislow con quien tuvo un hijo, Mathew; y en 1988, con Judith Mawson. Fue con dieciocho
años y estando con su primera esposa cuando Gary inició su carrera criminal.
Gary Ridgway junto a su tercera mujer Judith
AMPLIAR
Al termino de su etapa como marine, poco después de divorciarse de Claudia, Gary
intentó hacerse agente de policía, pero acabó convirtiéndose en chapista y pintando
vehículos en una fábrica de camiones. También se obsesionó con la fe religiosa y se volcó
en asistir a la iglesia Pentecostal. Leía la Biblia a todas horas, incluso en el trabajo, y en sus
ratos libres recordaba pasajes que le habían emocionado durante los sermones de la
parroquia.
Pero aquella devoción mística no evitó unos fuertes impulsos sexuales que rozaban la
obstinación. No solo exigía a sus parejas mantener sexo con él varias veces al día, también
acudía a menudo a prostitutas para saciar su apetito. Fue en abril de 1982 cuando le
arrestaron por primera vez. Había intentado estrangular a una meretriz cerca del
aeropuerto.
Gary Ridgway, el 'Asesino de Green River', en su primer arresto en 1982
AMPLIAR
Su apariencia afable, menuda –recordemos que medía 1,55 metros y pesaba 70 kilos-, con
gafas y bigote, no encajaba en el típico perfil de asesino peligroso. Sus vecinos le
recordaban por ser un hombre agradable, a quien veían cortar la leña y cuidar de su
jardín, y que llevaba una vida aparentemente normal. Sin embargo, su cara oculta
reflejaba un odio exacerbado hacia las mujeres. Una animadversión que desarrolló
durante su infancia y que rememoraba cada vez que mataba a una prostituta.
Sus primeros asesinatos los cometió entre 1982 y 1983, fechas en las que la policía
empezó a hallar cadáveres de mujeres en distintos parajes. Concretamente cerca del río
Green al sur de Seattle. De ahí su apodo de ‘The Green River Killer’ (El asesino de Green
River).
Retrato de dos niñas asesinadas por Ridgway que jamás fueron identificadas
AMPLIAR
Durante los siguientes años, siguieron apareciendo cuerpos de mujeres violadas y
estranguladas en la citada área. El miedo se había instaurado entre las prostitutas de la
zona que alertaron a las autoridades de la presencia de un hombre. Era Gary Ridgway que
acechaba en busca de una nueva presa.
Tras comprobar que la desaparición de una joven coincidía con una ausencia injustificada
en su trabajo, los agentes procedieron a detenerle y a interrogarle. Le tomaron sus huellas
y unas muestras de cabello y saliva, le hicieron dos polígrafos –que pasó sin problema
alguno- y registraron su domicilio sin éxito alguno. No encontraron nada que le retuviera,
así que tuvieron que ponerle en libertad. Corría el año 1987.
A lo largo del río Green
Las mujeres que secuestraba cumplían un mismo requisito: edades comprendidas entre
los 15 y 35 años, la mayoría trabajadoras sexuales y a las que vigilaba durante su camino al
trabajo. Una vez que se subían al coche, la mayoría de forma voluntaria, entablaba
conversación y les mostraba gran interés por aquello que les preocupaba. Una forma de
no parecer brusco y de relajar a la ocupante. Porque en el fondo, Gary solo pensaba:
“Quiero llevarla en el coche y eventualmente, matarla”. Después, conducía hasta un lugar
apartado, las forzaba a mantener relaciones sexuales y terminaba por estrangularlas con
el brazo o con algún tipo de soga o hilo de pescar. Para darles muerte también utilizó
cuerdas, camisetas o calcetines. Con la estrangulación, siempre por la espalda, evitaba
que las víctimas se defendiesen y le dejasen cualquier tipo de herida o señal en el cuerpo.
Una vez muertas, las arrojaba completamente desnudas al desierto y las tapaba con algo
de vegetación. Buscaba localizaciones cerca del río Green donde pudiese apilar los
cadáveres para ver cómo se iban descomponiendo y mantener, días después, relaciones
sexuales con ellos. Gary era necrófilo.
Víctimas identificadas de Gary Ridgway, el 'Asesino de Green River'
AMPLIAR
Los asesinatos se siguieron sucediendo durante años. A veces con más frecuencia, y otras
más espaciados en el tiempo. Sobre todo a partir de 1988 y coincidiendo con la época en
la que estuvo casado con Judith Mawson. Parece ser que Ridgway sintió menos ganas de
matar mientras estuvieron juntos.
Pese a los esfuerzos de los investigadores no conseguían dar con el asesino de Green
River. Hasta que el sheriff Dave Reichert -estuvo al mando del caso desde 1982- decidió
utilizar en 2001 una tecnología novedosa. Se trataba de la prueba de ADN. El agente
estaba convencido que al reexaminar las evidencias recogidas años atrás, darían con el
asesino en serie.
Gary Ridgway, el 'Asesino de Green River', indica a los investigadores el lugar donde hay
más víctimas (2003)
AMPLIAR
El análisis genético dio un resultado positivo, una correspondencia. El ADN del semen del
criminal se encontraba en una de las víctimas y éste pertenecía a un tal Gary Leon
Ridgway. Cuando el sheriff revisó la documentación se percató que era el mismo hombre
al que habían interrogado e, incluso, registrado su domicilio. Sin más dilación, una patrulla
acudió al trabajo del asesino y lo arrestaron.
“Este es uno de los días más importantes de mi carrera y es una gran noticia para toda la
ciudad”, declaró el sheriff Reichert después de estar casi veinte años persiguiendo a
Ridgway. Era el 30 de noviembre de 2001.
Gary Ridgway sonríe durante la vista judicial
AMPLIAR
Gary fue acusado de los asesinatos de Opal Mills, Marcia Chapman, Carol Christensen y
Cynthia Hinds. En las tres primeras víctimas se hallaron restos de semen. En la cuarta,
fueron pruebas circunstanciales las que apuntaron a su participación. Respecto a los
homicidios de Wendy Coffield, Debra Bonner y Debra Estes, la conexión tenía que ver con
restos de pintura, la misma que Ridgway empleaba en su trabajo como chapista.
Ya ante el tribunal en 2003, Gary decidió confesar todos los crímenes y ayudar a localizar
al resto de víctimas. Pero todo para conseguir un trato: evitar la pena de muerte. Así, el
asesino en serie reconoció 49 crímenes. Su confesión judicial estremeció a los familiares.
“El plan era: quería asesinar a tantas mujeres que yo consideraba prostitutas como
pudiera”, relató. Aunque muchas de ellas no lo eran en realidad.
Declaración ante el tribunal
Maté a tantas mujeres que ya ni podía llevar la cuenta”
GARY RIDGWAY ‘Asesino de Green River’
Su obsesión por escoger prostitutas venía “porque sabía que podía matar tantas como
quisiera sin que me pillaran”. Para Gary, “pocas de ellas se reportarían como
desaparecidas”. Por eso veía más fácil o factible secuestrar a mujeres que deambulaban
por la carretera.
“Otra parte de mi plan fue el lugar donde coloqué los cuerpos. Les quité la ropa y objetos
personales para no dejar evidencia de quienes eran y así resultaría más difícil su
identificación”, continuó explicando ante una sala sobrecogida con su testimonio. “Puse la
mayor parte de los cuerpos en grupos, como si fueran ‘racimos’. Hice esto porque deseé
no perder de vista a todas las mujeres que maté. Tuve el gusto de hacer un gran ‘racimo’
alrededor del condado. Utilicé generalmente una señal para recordarlo. Mi intención fue
crear ‘racimos’ nuevos para no volver a los anteriores y ser pillado”, aseguró.
Los investigadores buscan restos de víctimas de Gary Ridgway (2003)
AMPLIAR
De hecho, el serial killer llegó a confirmar que “maté a tantas mujeres que ya ni podía
llevar la cuenta”. Cada palabra que salía por su boca horrorizaba aún más a los presentes
en el recinto judicial. La frialdad en su relato se confundía con los lloros y los gritos de las
familias que habían decidido sentarse entre el público.
Incluso el juez llegó a permitir a algunos familiares y amigos de las víctimas hablar
directamente al acusado. Aquel 18 de septiembre de 2003, Gary se topó cara a cara con
quienes solo le deseaban la muerte. “Es un animal. Espero que su muerte sea dolorosa y
larga”, soltó Vicky Ware. Al igual que otra mujer, Carol, quien espetó: “Él irá al infierno, es
allí donde pertenece”.
El perdón
Porque aunque “dices que no te acuerdas de todas las mujeres que mataste”, dijo Michele
Andrews, “nosotros sí las recordamos. Tú mismo dijiste que no eran nada para ti pero lo
eran todo para nosotros”.
Ante estos mensajes de odio, el homicida se mostró completamente serio e inexpresivo.
Parecía que ninguna de aquellas palabras podía quebrarle. Sin embargo, llegó Robert Rule,
padre de Linda Jane Rule asesinada el 26 de septiembre de 1983, y Gary no logró aguantar
el llanto. “Señor Ridgway hay personas que te odian, yo no”, dijo mirándole fijamente.
“Has hecho que sea difícil cumplir con mis creencias; Dios dice que debemos perdonar.
Estás perdonado”, concluyó. Aquel acto de indulgencia provocó el llanto de Ridgway y que
pidiese perdón por sus actos.
Gary Ridgway llora tras recibir el perdón del padre de una de sus víctimas (18 diciembre
2003)
AMPLIAR
Aunque finalmente Ridgway evitó ser condenado a la pena capital al admitir los crímenes
y declararse culpable, el tribunal dictaminó para él 49 sentencias consecutivas de cadena
perpetua sin posibilidad alguna de obtener la libertad condicional. Desde entonces, el
‘Asesino de Green River’ se encuentra encarcelado en la Penitenciaría del Estado de
Washington.
Siete años después del término del juicio, los investigadores lograron localizar el último
cadáver. Pero no fue hasta junio de 2012 cuando los forenses consiguieron identificar a la
víctima. Se trataba de Sandra Denise Major. Gracias a la muestra de sangre proporcionada
por un primo de la joven, pudieron comunicárselo a la familia y darle sepultura. Por su
parte, Ridgway intentó captar notoriedad convocando una rueda de prensa para explicar
que no mató a 49 mujeres sino a 80. Los investigadores no siguieron su juego. Sabían que
mentía. En realidad habría asesinado supuestamente a cerca de 200.

Vous aimerez peut-être aussi