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24 Problemasdeconocimiento

05  Razón y 
experiencia
¿Cómo llegamos a conocer las cosas? ¿Adquirimos
conocimientos principalmente a través del uso de razón?
¿O la experiencia recabada a través de nuestros sentidos
juega el papel más significativo en la manera en que
conocemos el mundo? La oposición entre razón y
experiencia como principio fundacional del conocimiento
ha teñido la mayor parte de la historia de la filosofía
occidental. Constituye específicamente la manzana de la
discordia entre dos tendencias filosóficas muy influyentes:
el racionalismo y el empirismo.

Tres distinciones clave Para entender lo que está en juego en


las teorías racionalistas y empiristas del conocimiento, resulta útil te-
ner en cuenta tres distinciones clave que utilizan los filósofos para
elucidar sus diferencias.

a priori versus a posteriori


Algo es cognoscible a priori si puede ser conocido sin remisión a la
experiencia, es decir, sin ninguna investigación empírica de cómo
ocurren realmente las cosas en el mundo: «2 + 2 = 4» es algo que co-
nocemos a priori: no es preciso observar el mundo para establecer su
verdad. Por el contrario, cuando se requiere tal investigación nos en-
contramos ante algo únicamente cognoscible a posteriori; así «el car-
bón es negro», aun siendo cierto, es una verdad a posteriori: para veri-
ficarla es necesario mirar un pedazo de carbón.

analítico versus sintético


Una proposición es analítica si no proporciona ninguna otra infor-
mación que la que ya contienen los significados de sus términos. La

cronología
c.350a.c. 1670
Formas del argumento Fe y razón

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verdad de la afirmación «Todas las solteras no están casadas» es evi-


dente tan sólo en virtud de la comprensión del significado y de la
relación entre las palabras usadas. En cambio, la afirmación «Todas
las solteras son desdichadas» es sintética: reúne (sintetiza) distintos
conceptos y así proporciona información significativa (o, en este
caso, desinformación). Para establecer si es verdadera o no sería ne-
cesario indagar el estado mental de cada mujer soltera.

necesario versus contingente


Una verdad necesaria es la que no puede ser de otro modo: debe ser
verdadera en todas las circunstancias o en todos los mundos posibles.
Una verdad contingente es verdadera pero podría no haberlo sido si
las cosas en el mundo hubieran sido distintas. Por ejemplo, la afirma-
ción «La mayoría de los chicos son gamberros» es contingente: puede
ser cierta o no serlo, dependiendo de cómo se comporten la mayoría
de los jóvenes. En cambio, si es cierto que todos los chicos son gambe-
rros y Ludwig es un chico, es necesariamente verdadero (en este caso
es una cuestión de lógica) que Ludwig es un gamberro.
Parece existir un evidente paralelismo entre estas distinciones: así, a
primera vista, cuando un juicio analítico es verdadero, lo es necesa-
riamente y es conocido a priori; y cuando un juicio sintético es ver-
dadero, lo es de un modo contingente y es conocido a posteriori. Sin

Las preocupaciones kantianas


La distinción entre analítico/sintético tiene sus orígenes en
la obra del filósofo alemán Immanuel Kant. Uno de sus
principales objetivos en la Crítica de la razón pura es demostrar
que existen ciertos conceptos o categorías del pensamiento,
como el de sustancia y el de causa, que no podemos aprender
del mundo pero de los que precisamos para que tenga sentido.
El principal tema en Kant es la naturaleza y la justificación de
estos conceptos, y del conocimiento sintético a priori a que dan
lugar.

1739 1781 1963


Ciencia y pseudociencia Razón y experiencia La teoría tripartita del
El imperativo categórico conocimiento

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26 Problemasdeconocimiento

«
El pilar en embargo, de hecho, las cosas no son tan claras, y
que se apoyan la principal diferencia entre empiristas y raciona-
las matemáticas listas puede establecerse a partir del modo en que

metafísico. »
es puramente disponen estos términos. Así, la tarea de los ra-
cionalistas consiste en mostrar que existen jui-
cios sintéticos a priori, es decir, que es posible
thomasdeQuincey,1830 descubrir racionalmente, sin recurso a la expe-
riencia, hechos significativos o dotados de senti-
do sobre el mundo. Por el contrario, el propósito de los empiristas
suele ser mostrar que los hechos a priori, como los de las matemáti-
cas, son analíticos (véase el cuadro).

Alternativas a la fundamentación Los racionalistas y los empi-


ristas pueden diferir en muchos puntos, pero están de acuerdo al me-
nos en que existe una base (la razón o la experiencia) en la que se
funda nuestro conocimiento. Así, por ejemplo, el filósofo escocés del
siglo xviii David Hume criticaba la quimérica busca cartesiana de una
firme certeza racional que le permitiera afirmar todo nuestro conoci-
miento, incluida la veracidad de nuestros sentidos. Pero Hume no
niega que exista alguna base, sino simplemente que tal fundamenta-
ción pueda excluir nuestra experiencia corriente y los sistemas de
creencias naturales.

El campo de batalla de las


matemáticas
En el conflicto entre el empirismo y el racionalismo, las
matemáticas se han convertido en el campo de batalla donde han
tenido lugar las luchas más encarnizadas. Para los racionalistas,
las matemáticas siempre han ofrecido un paradigma del
conocimiento, al presentar un reino de objetos abstractos en el
que los descubrimientos pueden tener lugar mediante el exclusivo
ejercicio de la razón. Un empirista no puede permitir no cuestionar
esta posición, de modo que está obligado o bien a negar que los
hechos matemáticos puedan conocerse de este modo, o bien a
mostrar que tales hechos son esencialmente analíticos y triviales.
La última de las opciones normalmente consiste en argumentar
que los presuntos hechos abstractos de las matemáticas son, en
realidad, constructos humanos y que el pensamiento matemático
es, en el fondo, el producto de la convención: en última instancia
descansa en el consenso, no en el descubrimiento; se trata de
pruebas no de la verdad.

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De modo que tanto el racionalismo como el empirismo tienen una


vocación fundamentadora común, pero hay otras aproximaciones que
prescinden de este supuesto básico. Una alternativa que ha tenido un
gran influjo es el coherentismo, en el que el conocimiento es conside-
rado como una trama de creencias, cuyos hilos forman un tejido o una
estructura coherente. Sin embargo, sigue siendo una estructura sin un
fundamento único, de ahí el principio del coherentismo: «todo argu-
mento requiere premisas, pero no existe nada que sea la premisa de
todos los argumentos».

Rivalidades europeas
Desde el punto de vista histórico, los empiristas ingleses de los
siglos xvii y xviii —Locke, Berkeley y Hume— suelen agruparse
contra sus «rivales» continentales, los racionalistas Descartes,
Leibniz y Spinoza. Pero como es habitual, tales categorizaciones
simplistas oscurecen buena parte de los matices. El arquetipo de
un bando, Descartes, suele manifestar su simpatía por las
investigaciones empíricas, mientras que Locke, el arquetipo del
otro bando, se muestra a veces dispuesto a conceder el espacio
que los racionalistas quisieran atribuir a alguna forma de agudeza
racional o intuición.

La idea en síntesis:

¿cómo conocemos?

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