Vous êtes sur la page 1sur 10

A PROPÓSITO DE EL MAESTRO IGNORANTE, DE JACQUES RANCIÈRE

El Bosco, La extracción de la piedra, Óleo sobre tabla.

LA POLÍTICA DEL MAESTRO IGNORANTE:


LA LECCIÓN DE RANCIÈRE
Alejandro A. Cerletti

R E V I S T A E D U C A C I Ó N Y P E D A G O G Í A V O L. XV N o . 3 6 143
RESUMEN RESUMEN
RÉSUMÉ R E V I S TA E DUCACION RÉSUMÉ
ABSTRACT ABSTRACT
PALABRAS CLAVE
y P EDAGOGIA PALABRAS CLAVE

RESUMEN
LA POLÍTICA DEL MAESTRO IGNORANTE: LA LECCIÓN DE RANCIÈRE
El maestro ignorante, de Jacques Rancière, es un sagaz libro de filosofía que, a partir de la exhumación de un personaje singular
de la historia de la educación -Joseph Jacotot-, problematiza una cuestión política fundamental: la igualdad. Educación, filosofía
y política tejen la trama compleja de este texto altisonante y provocador. En este trabajo se intentará mostrar cómo Rancière
conmueve los cimientos de las interpretaciones que hacen de la igualdad el punto de llegada de las políticas supuestamente
emancipadoras y en qué medida queda abierta la cuestión de cómo llevar adelante una política igualitaria, no sólo en la educación,
sino también, y sobre todo, en general.

RÉSUMÉ
LA POLITIQUE DU MAÎTRE IGNORANT : LA LEÇON DE RANCIÈRE
Le maître ignorant, de Jacques Rancière est un livre sagace de philosophie. A partir de l'exhumation d'un personnage particulier
de l'histoire de l'éducation -Joseph Jacotot?, Rancière met en question une affaire de politique fondamentale : l'égalité. Éducation,
philosophie et politique tissent la trame complexe de ce texte pompeux et défiant. Cet article cherche à montrer comment Rancière
ébranle les fondements des interprétations qui font de l'égalité le point d'arrivé des prétendues politiques d'émancipation. Il montre
dans quelle mesure la question de comment réussir menant une politique égalitaire non seulement dans l'éducation, mais aussi
dans tous les domaines, reste ouverte.

ABSTRACT
THE IGNORANT TEACHER'S POLITICS: RANCIERE'S LESSON
Jacques Ranciere's The ignorant teacher book is a sagacious text of philosophy that, from the exhumation a singular character of the
history of education-Joseph Jacotot- stands out a fundamental political issue: equality. Education, philosophy and politics knit the
complex woof of this bombastic and provoking text. In this paper, there is an attempt to show how Ranciere disturbs the basis of
the interpretations that make of equality the final target of the apparently emancipating politics and to what extend it is open the
question on how to carry out an equality politics not only in education but also in general.

PALABRAS CLAVE
Jacques Rancière, Joseph Jacotot, igualdad, explicación, política, educación, filosofía
Jacques Rancière, Joseph Jacotot, equality, explanation, politics, education, philosophy

144 R E V I S T A E D U C A C I Ó N Y P E D A G O G Í A V O L. X V N o . 3 6
A PROPÓSITO DE EL MAESTRO IGNORANTE, DE JACQUES RANCIÈRE

LA POLÍTICA DEL MAESTRO IGNORANTE:


LA LECCIÓN DE RANCIÈRE

Alejandro A. Cerletti*
Il faut que je vous apprenne que je n’ai rien à vous apprendre.
Joseph Jacotot
L’égalité ne se donne ni ne se revendique,
elle se pratique, elle se vérifie.
Jacques Rancière

En el cruce de la educa- por igualar lo que se presentaría, de hecho,


ción institucionalizada y como desigual.
la acción política progre-
sista se ha afirmado que El maestro ignorante , de Jacques Rancière
la educación tendría como una de sus tareas (2003), es un sagaz libro de filosofía que, a partir
fundamentales intentar paliar o mitigar las de la exhumación de un personaje singular
contradicciones de clase (o de género, de raza, de la historia de la educación –Joseph Jacotot–,
de religión, u otras) propias de nuestras so- cala hondo en una cuestión política funda-
ciedades. La prédica liberal ha insistido con mental: la igualdad. Educación, filosofía y
que la escuela debería funcionar como regu- política tejen entonces la trama compleja de
ladora de las desigualdades sociales, garanti- este texto altisonante y provocador. En las
zando mecanismos o estrategias que conver- páginas que siguen intentaré mostrar cómo
jan hacia la igualdad de oportunidades. Los Rancière conmueve los cimientos de las in-
ideales fundacionales de la Ilustración, que terpretaciones que hacen de la igualdad el
con diversos matices llegan hasta nuestro pre- punto de llegada de las políticas supuestamen-
sente, colocaban a la adquisición de conoci- te emancipadoras y en qué medida queda
mientos como la llave maestra para la conse- abierta la cuestión de cómo llevar adelante
cución de la libertad del hombre. Correspon- una política igualitaria, no sólo en la educa-
dería a la instrucción pública extender tal be- ción, sino también, y sobre todo, en general.
neficio a todos, sin diferencias de origen. Es-
tas diversas consideraciones comparten el El maestro ignorante se desarrolla en un doble
supuesto de que la institución educativa ten- registro, en dos recorridos paralelos que se
dría la responsabilidad política de hacer algo entrecruzan y realimentan. En el primero, el

* Profesor del Departamento de Filosofía de la Universidad de Buenos Aires.


Dirección electrónica: acerlett@filo.uba.ar

R E V I S T A E D U C A C I Ó N Y P E D A G O G Í A V O L. XV N o . 3 6 145
LA POLÍTICA DEL MAESTRO IGNORANTE: LA LECCIÓN DE RANCIÈRE

relato se construye sobre la figura de Joseph en toda su magnitud, las consecuencias polí-
Jacotot y su experiencia personal de enseñan- ticas que este quiebre supone.
za en los albores del siglo XIX, profundamen-
te convulsionada por una serie de circunstan- En la interpretación Jacotot-Rancière, la ex-
cias azarosas que motivaron un cambio tajan- plicación cumple una tarea fundamentalmen-
te en su mirada sobre la educación tradicio- te regulativa. En la medida en que divide el
nal. El segundo, se despliega a partir de la mundo en dos, separando a los que saben de
apropiación política que hace Rancière de a- los que no –los que “explican” de los que es-
quella experiencia, en una suerte de contra- cuchan y “aprenden”–, instaura una segmen-
punto constante. En este doble movimiento, tación que es mucho más significativa que una
el libro va sobreimprimiendo a la descripción mera distinción de dominios de saberes. Toda
de una cuestión básicamente pedagógica la la enseñanza clásica se apoya en esta idea su-
construcción de un problema eminentemen- puestamente neutral de la explicación-trans-
te político, verdadero núcleo propositivo de misión, cuya matriz sostiene, a grandes ras-
la obra. gos, que hay algo (un conocimiento, una des-
treza) que alguien tiene –el maestro– y se lo
No deja de sorprender cómo El maestro igno- transmite, por medio de una explicación, a
rante, ya desde las primeras páginas, dirige alguien que no lo tiene, el alumno. El que no
un ataque demoledor sobre un recurso clási- sabe irá aprendiendo de a poco y con el tiem-
co y señero de toda educación: la explicación. po adquirirá los saberes de que carecía.
De manera abrupta, vemos que la explicación
pasa de ser aquella herramienta privilegiada Pero el reconocimiento de esta distinción en-
con la que los maestros, desinteresadamente, tre los que saben y los que no, que es inheren-
han intentado llevar a sus alumnos hacia el te a la existencia misma de cualquier magiste-
conocimiento y la cultura, a convertirse en rio, no sólo define la relación que cada uno
un arma sutil de imposición y dominación. tiene con los conocimientos, sino que, y esto
Una serie de circunstancias puntuales de su es lo más importante, demarca una serie de
experiencia concreta de enseñar le hicieron estamentos. En efecto, tomar conciencia de la
comprender a Jacotot que la explicación (es segmentación que produce el dominio de cier-
decir, la conducción de los alumnos, por eta- tos saberes hace que cada uno internalice el
pas, desde la ignorancia hacia el saber), con- lugar que ocupa y vea que la posibilidad de
trariamente a lo que sostenía la pedagogía –y ascender viene ligada a la subordinación –en
él mismo pensaba hasta entonces–, no era el principio, intelectual– a un explicador. Si uno
vehículo preclaro e imprescindible del magis- pudiera hacerlo por sí mismo no sería nece-
terio; que era posible construir otra relación sario el maestro. Para Jacotot, la institución
entre maestros y alumnos que la tradicional educativa tiene como función reproducir esta
vertical, organizada a partir del que supues- distinción jerárquica porque de ella justamen-
tamente sabe y el que no. Esta conmoción ori- te vive, es su condición de posibilidad. El
ginada en la práctica misma pasó a ser el pun- maestro administra, en nombre del Estado,
to de quiebre de toda una concepción de la un segmento de poder. Él controla la distan-
enseñanza y transformó la vida de Jacotot en cia que hay entre lo que se debe enseñar y lo
un esforzado intento por desplegar hasta sus aprendido, entre lo enseñable y la compren-
últimas consecuencias la novedad que había sión de lo enseñado. Constituye la supervi-
vislumbrado. Rancière se detiene cuidadosa- sión y garantía de la eficiencia de la transmi-
mente en este proceso y desarrolla, a su vez, sión. El que explica algo y luego controla la

146 R E V I S T A E D U C A C I Ó N Y P E D A G O G Í A V O L. X V N o . 3 6
A PROPÓSITO DE EL MAESTRO IGNORANTE, DE JACQUES RANCIÈRE

fidelidad de lo “aprendido” es para Jacotot alumno, sino como hombre o mujer. Es decir,
un “atontador-embrutecedor”, alguien que no no como aquel que es examinado en vista de
emancipa, sino que instala al otro en un mun- una evaluación, sino como aquel de quien in-
do de rangos, consolidado y natural. teresa lo que pueda decir. No se trata de ex-
plicar lo que los científicos, los artistas o los
La experiencia inédita vivida por Jacotot le filósofos dicen o hacen, sino de ser, en alguna
hizo constatar que es posible aprender sin un forma, científicos, artistas o filósofos.
maestro explicador, que si alguien quiere
aprender puede ser capaz de disponer las re- ¿Cuál es la lectura política que puede hacerse
laciones con el otro de una manera original y de este “antimagisterio” de Jacotot, quien no
propia. Aprender sin un maestro explicador se cansaba de repetir que no tenía nada (nin-
no quiere decir, sin embargo, que se prescin- gún “contenido” en especial) que enseñar a
da de todo maestro. Pero, ¿qué quiere decir sus alumnos? La posibilidad de emancipación
que pueda no haber un explicador y que de en el enseñar está ligada, para Jacotot, a la
todos modos se pueda aprender de un maes- potencialidad de un triple cuestionamiento,
tro? ¿Qué enseña un maestro que emancipa, que es un llamado libertario dirigido a la inte-
a diferencia de otro que explica y, por lo tan- ligencia, y un imperativo radical, dirigido a la
to, atonta? ¿En qué consiste este magisterio voluntad. El maestro no debe dejar de pre-
diferente? guntar: «y tú... ¿qué ves?, ¿qué piensas?, ¿qué
harías?». Las respuestas, entonces, dejarán de
Por lo pronto, para Jacotot es preciso separar ser un secreto que atesora el maestro para
las dos funciones que la práctica del maestro transformarse en una conquista, de cada alum-
explicador une: la del conocedor o especialis- no, sobre los saberes, sobre el mundo y sobre
ta en un saber y la del que enseña. ¿Qué po- sí mismo.
dría significar entonces enseñar otra cosa que
un saber, ser algo distinto del conocedor que El único imperativo que el maestro debe sos-
transmite su dominio? No se tratará de ense- tener con tenacidad frente a un alumno es
ñar el propio saber (en rigor, ni siquiera hay «¡tú puedes!». Partiendo de esta consigna, que
que tenerlo: esa es, justamente, la escandalo- potencia las posibilidades de cada uno, junto
sa posibilidad del maestro “ignorante”), sino a los tres interrogantes mencionados, es posi-
de hacer explícito que el otro es capaz de ble desplazar la cuestión educativa hacia la
aprender lo que quiera. Lo que se enseña cuan- política y evaluar sus consecuencias. En efec-
do se emancipa es a usar la propia inteligen- to, alguien que no se somete a un orden jerár-
cia. La función del maestro será plantear al quico, construido a partir de desigualdades
alumno un desafío del que no pueda salir más de inteligencia u otra referencia, alguien que
que por sí mismo. Es interrogar como un igual no se ve como inferior, sino que reconoce y
y no como un conocedor, que ya sabe todas valora su propia capacidad, y se sostiene en
las respuestas. El que enseña emancipando su tenacidad, podrá emanciparse. Un obrero
sabe que él también está aprendiendo y las (o un campesino, un artesano o cualquiera)
respuestas del otro son nuevas preguntas para se emancipará intelectualmente «si piensa en
él. La palabra circula entre todos y no en una lo que él es y en lo que hace dentro del orden
sola dirección. El Telémaco de Fénelon, verda- social» (Rancière, 2002, 49). Podríamos decir
dera herramienta-motor del “método” Jacotot, que, en un sentido estricto, recién entonces
permitía decir a cada uno lo que pensaba. Per- será un sujeto, alguien que se conoce a sí mis-
mitía que cada uno hable, no como maestro o mo como viajero intelectual, como alguien que

R E V I S T A E D U C A C I Ó N Y P E D A G O G Í A V O L. XV N o . 3 6 147
LA POLÍTICA DEL MAESTRO IGNORANTE: LA LECCIÓN DE RANCIÈRE

piensa y puede actuar en consecuencia. Como obliga) en nombre de la libertad. Lleva al cen-
alguien que se interroga y que puede interro- tro de la escena los límites del ejercicio de la
gar a los que supuestamente saben y, sobre autoridad y la necesidad de sujeción (el Esta-
todo, a los que supuestamente saben y ade- do a través de la escuela) frente a la constitu-
más gobiernan. En términos de Jacotot: «Toda ción de sujetos (seres libres). Por otro lado, se
la práctica de la enseñanza universal se resu- nos advierte que no hay quien nos debe decir
me en la pregunta: ¿y tú, qué piensas? Todo su cómo son las cosas y qué es lo que habría que
poder radica en la conciencia de emancipa- hacer; sólo se nos insiste en que somos capa-
ción que ella actualiza en el maestro y suscita ces de pensar y hacer. La incapacidad de lle-
en el alumno» (Rancière, 2002, 52). Si no se gar a algo por uno mismo, en tanto ficción es-
trata de transmitir conocimientos, entonces, tructurante que se debía suponer para fun-
¿cualquiera podría ser un maestro emancipa- damentar la explicación, es la misma incapa-
dor? Efectivamente, siempre y cuando haga cidad que se debe suponer para hacer una
propios el triple cuestionamiento y el «tú pue- política de delegación. En nombre de una in-
des». capacidad técnica u operativa (desconoci-
miento / imposibilidad de ejercer por uno
Esta condición de sostener la enseñanza y la mismo las decisiones) se justifica la necesidad
emancipación en una singularidad –la cons- de mediadores: los tecnócratas economicistas,
trucción del camino propio– tiene una deri- los políticos “profesionales”, etc.
vación peculiar: la imposibilidad de institucio-
nalizar un “método Jacotot”. Esta consecuen- La paradoja del maestro emancipador es que
cia es catastrófica para quienes, por ejemplo, emancipa sin constituirse ni en líder ni en guía,
imaginan que la liberación de los hombres y lo hace sólo apostando a que cada uno puede
las mujeres puede ser conducida por una po- hacerlo. Se podría ir más lejos aún. La expli-
lítica de Estado, por “progresista” que ella sea. cación no sería sólo el arma atontadora que
No es difícil entrever una veta anarquista en emplean los pedagogos ingenuamente, sino
la médula del planteo político-pedagógico que la estructuración misma del orden social: la
Rancière realza de Jacotot: enseñar y apren- explicación dominante es la que “explica”
der es un vínculo directo entre los individuos –manifiesta o implícitamente– el porqué de
(sin mediaciones), la imposibilidad de institu- la distribución de los rangos existentes y la
cionalización, la relación conflictiva con el necesidad de su sostenimiento para el benefi-
Estado, etc. Pero no es tan interesante la even- cio común. Las distancias que la escuela (y el
tual perspectiva de desescolarización que po- Estado) pretende reducir son aquello de lo que
dría derivarse del planteo general de Jacotot vive y le da sentido, y en consecuencia, no
–ya que la intención de Rancière es más polí- deja de reproducir. En última instancia, se
tica que pedagógica– como la posibilidad de garantiza la integración del lazo social a par-
pensar, a partir de aquél, una política de nue- tir de la integración pacífica de la masa, guia-
vo cuño. da por las élites instruidas. La tremenda osa-
día o pretensión de insinuar que se puede
En efecto, el movimiento que fuerza Rancière «enseñar lo que se ignora», mucho más que
en la experiencia pedagógica de Jacotot, por manifestar un absurdo didáctico, tiene una
un lado, deja al descubierto una de las para- intencionalidad filosófica y política crucial.
dojas de la institución educativa (y, más Expresa la potencia del pensamiento y la po-
específicamente, del Estado): qué es lo que sibilidad que tienen todos de construir lo nue-
impone o debe imponer (o sea, hasta dónde vo.

148 R E V I S T A E D U C A C I Ó N Y P E D A G O G Í A V O L. X V N o . 3 6
A PROPÓSITO DE EL MAESTRO IGNORANTE, DE JACQUES RANCIÈRE

Ahora bien, nada de esto sería posible sin el tural, etc., o diferente. Unos saben, otros no.
supuesto constituyente de que todos somos Unos pueden, otros no. Pero, ¿qué se puede
iguales, que, en Rancière, presenta una radica- extraer en nombre de la política o en favor de
lidad inédita. Pero ¿qué quiere decir y qué al- la justicia verificando que todos somos diferen-
cances tiene dicha afirmación? tes? ¿Acaso no se puede afirmar también que
es evidente la igualdad del amo y el siervo o
A diferencia de los análisis usuales de la cues- del dominador y el dominado, en la medida
tión igualitaria en la que la igualdad termina en “que es evidente” que los segundos deben
siempre siendo un objetivo a conquistar, Ran- “comprender” las órdenes de los primeros,
cière parte de, o postula, la igualdad, para lue- para obedecerlas? ¿No se trata de la misma
go extraer de esa apuesta todas las consecuen- inteligencia la que los hace situarse en la mis-
cias que sea posible derivar. La igualdad no ma estructura de dominación? Para Rancière,
será entonces algo que está al final del cami- quien quiere proceder a partir de la desigual-
no, como una lejana meta a la que hay que dad debe presuponer la igualdad y en esto
llegar y respecto de la cual sólo importa dis- apoya la decisión que guía el libro.
cutir y evaluar los métodos para alcanzarla.
Para Rancière, la igualdad es una afirmación La educación y la política no pueden partir
sin más fundamentación que la decisión de de la desigualdad y tratar de anularla con ac-
hacerla y la voluntad de ser consecuentes con ciones correctivas –educativas o políticas–,
ella. En esta línea, ubicar la igualdad al co- que procuren hacer iguales de los desiguales.
mienzo define un punto de inicio para todas Quien parte de una desigualdad que entien-
las acciones humanas y un pensamiento ver- de de hecho, evidentemente la admite. Esto sig-
daderamente liberadores. nifica que reconoce que o bien hay desiguales
a él (inferiores) y él aspira igualarlos (hacien-
En Jacotot, el tema de la igualdad está focali- do lo posible por “ascender” a los inferiores),
zado en la igualdad de las inteligencias. Ran- o bien hay desiguales a él (superiores) que él
cière hace pie en él, se sirve de él, y lo extien- debe esforzarse en igualar, pero con la ayuda
de a un plano general. En este movimiento de los superiores (ya que de no ser así, evi-
podemos ver cómo el desplazamiento de lo dentemente no serían sus superiores y podría
pedagógico a lo político toma forma, una vez bastarse a sí mismo).
más. La decisión de partir de la igualdad, aun-
que no fundada, tiene, sin embargo, una se- En cualquiera de los dos casos, lo que domina
rie de comentarios o ilustraciones que acer- –y es la matriz de la lectura política que hace
can una suerte de justificación. En efecto, El maestro ignorante–, es el menosprecio, ya
Rancière se detiene en discutir la trivial cons- sea del otro o de uno mismo. Es querer fun-
tatación empírica de que lo que hay es la des- dar todo intento de acción en la impotencia,
igualdad. De hecho, por todos lados no se en la debilidad o en lo peor de cada uno.
vería más que desigualdad de inteligencias, o
desigualdad a secas. Qué más natural que com- Tampoco se trataría, por cierto, de intentar
probar la evidencia, lo que cualquiera podría realizar una comprobación científica empíri-
corroborar: que hay inteligentes y brutos, ca- ca de la desigualdad de las inteligencias (que
paces e incapaces, espíritus abiertos y cere- en el fondo no será más que una petición de
bros obtusos. Unos pasan mejor los exáme- principio, ya que lo que se encontrará es la
nes que otros; unos progresan, otros repiten, desigualdad que se presupuso), o de intentar
ya sean alumnos del mismo origen social, cul- constatar que esto sea siquiera posible (jamás

R E V I S T A E D U C A C I Ó N Y P E D A G O G Í A V O L. XV N o . 3 6 149
LA POLÍTICA DEL MAESTRO IGNORANTE: LA LECCIÓN DE RANCIÈRE

se podría llegar a otra cosa que a constatar El siglo que acaba de concluir ha visto cómo
que todos somos diferentes), o, peor aún, de ha ido cambiando la valoración del lugar y la
intentar cuantificar cuán diferentes somos. función que corresponde a maestros y profe-
Pero, ¿qué podría significar “probar” que dos sores. Se ha pasado de enaltecerlos, desde su
inteligencias son iguales, o diferentes en tal papel casi santo de misioneros educativos o
número? En definitiva, la inteligencia se pue- liberadores sociales, a denunciarlos como poco
de reconocer por sus efectos y la exploración menos que instrumentos perversos de la re-
de los efectos de un postulado igualitario es, producción social e ideológica del capital.
para Rancière, mucho más significativo que
partir de una evidente desigualdad. Con mucha agudeza, Rancière pone el cen-
tro de atención en otro lugar y descoloca aque-
Lo que interesa a Rancière es descubrir la po- lla contraposición. En este cambio de pers-
tencialidad de todo hombre o mujer cuando pectiva, los maestros (y todos los hombres y
se considera igual a los demás y considera a las mujeres en general) no liberarán o some-
todos los hombres iguales a él. La voluntad terán por su sola función en el diseño institu-
será la vuelta sobre sí del ser que razona, que cional de un Estado, sino que lo harán a par-
se reconoce con capacidad para pensar y ac- tir de sus decisiones en cuanto a la relación
tuar. El reconocimiento de la igualdad horizon- que establecen con los demás. La acción eman-
taliza las relaciones de poder y ubica el prota- cipadora será consecuencia de sostenerse en
gonismo en cada uno de nosotros. Es una el postulado de la igualdad entre los seres
manera de establecer relaciones entre los hu- humanos, y, a partir de esta decisión, se abri-
manos en las que a todos sin excepción se les rá un mundo de posibilidades inéditas en la
reconoce la dignidad de la palabra (la palabra que la posesión de saberes no será el funda-
es lo que comparten, por ejemplo, el rico y el mento velado de las jerarquizaciones. Éste es
pobre, es lo que los hace iguales). el mensaje que El maestro ignorante nos da.
Pero también abre las puertas a otros desa-
Lo que atonta y embrutece a una persona no fíos.
es su falta de instrucción, sino la creencia en
la inferioridad de su inteligencia, y lo que A su manera, el libro de Rancière rompe, en
atonta a los “inferiores” atonta, al mismo tiem- un sentido general, con la noción de “vícti-
po, a los “superiores”. ma” (del sistema, de las condiciones de pro-
Lo verdaderamente emancipador no será en- ducción y reproducción, de la pobreza estruc-
tonces el recorrido o el camino hacia el logro tural, de la globalización, etc.), ya que la su-
de una igualdad (que, en definitiva, nunca se puesta víctima es alguien que piensa y deci-
concreta), sino el reconocimiento del princi- de, y no un mero cuerpo que debe ser ali-
pio. La igualdad no se da ni se reivindica, ella se mentado o un ignorante que debe ser educa-
practica, nos enseña Rancière. Y Jacotot nos do. La combinación conceptual reconocimien-
muestra que el más “ignorante” sabe también to de la desigualdad en el origen - víctima no puede
muchas cosas y en eso debe fundarse toda llevar mucho más lejos que a la caridad, al
enseñanza. Instruir será entonces: o atontar sentimiento piadoso de la beneficencia. Y esto
–es decir, confirmar una incapacidad, preten- es así porque no se considera al otro un igual,
diendo reducir la distancia al no saber– o sino un inferior que debe ser ayudado. Por el
emancipar, esto es, forzar una capacidad que contrario, el otro es para Rancière alguien que
se ignora o niega que se tiene para extraer de piensa y en el diálogo igualitario de las inteli-
ello todas las consecuencias. gencias es que puede ponerse de manifiesto

150 R E V I S T A E D U C A C I Ó N Y P E D A G O G Í A V O L. X V N o . 3 6
A PROPÓSITO DE EL MAESTRO IGNORANTE, DE JACQUES RANCIÈRE

que un “ignorante” puede llegar a ser un es ser consecuente con la radicalidad de aque-
emancipador y un sabio, un atontador. Pode- lla novedad, en principio pedagógica, para
mos sacar una conclusión quizás para muchos comenzar a recorrer caminos políticos inédi-
sorprendente: la igualdad no depende de lo tos. El maestro ignorante pone en el centro de
social (ni es siquiera el resultado de una ac- la atención la tensión que soporta la educa-
ción justa), sino de una decisión y de ser co- ción como reproducción de lo que hay y la
herente con ella. Pero no es todo. El maestro posibilidad de aparición de lo nuevo. En últi-
ignorante deja vislumbrar también una idea ma instancia, tematiza qué significa que haya,
singular: la igualdad está excluida del funcio- en un sentido estricto, “sujetos” de la educa-
namiento normal de todo orden social, pero ción, o mejor, “sujetos” de su educación. Pero
es, a su vez, su justificación y objetivo (se la también, y quizás sobre todo, que haya suje-
pone afuera, y es, en última instancia, inal-
canzable). El contrapunto en la educación es tos políticos.
también significativo: siempre hay algo que
callar para que la educación sea posible.
REFERENCIA BIBLIOGRÁFICA
Jacotot constituyó una disrupción, un ruido
molesto en el buen orden del estado de cosas RANCIÈRE, Jacques (2003). El maestro Igno-
imperante, imposible de ser oído desde la rante. Cinco lecciones sobre la emancipación in-
normalidad. El desafío que asume Rancière telectual. Barcelona: Laertes.

REFERENCIA
C ERLETTI, Alenjandro A. “La política del maestro ignorante: la lección de
Rancière”. En: Revista Educación y Pedagogía. Medellín: Universidad de Antioquia,
Facultad de Educación. Vol. XV, No. 36, (mayo-agosto), 2003. pp. 145 - 151.
Original recibido: junio 2003
Aceptado: julio 2003

Se autoriza la reproducción del artículo citando la fuente y los créditos de los autores.

R E V I S T A E D U C A C I Ó N Y P E D A G O G Í A V O L. XV N o . 3 6 151
152 R E V I S T A E D U C A C I Ó N Y P E D A G O G Í A V O L. X V N o . 3 6

Vous aimerez peut-être aussi