Tipos (históricos) de oligarquías latinoamericanas

(Parte 1)

El término Oligarquía tiene larga data

Desde los pensadores de la Antigua Grecia hasta la actualidad,
tuvo variadas connotaciones
En América Latina tuvo, en general, una asociación negativa
ya a que sirvió como elemento dicotómico
para referir a una clase social que, históricamente, dominó la región
y que fue enemiga para los liberales (por ser el enemigo de la burguesía)
y para las izquierdas (por ser aliada de la burguesía)

Pero, a grandes rasgos, se puede definir a la oligarquía

como una forma de dominación de una clase
caracterizada por la concentración de poder en una minoría
y una exclusión de la mayoría
en las decisiones políticas

Sin embargo, para lograr esta dominación

se necesitó conformar una red vertical y jerárquica
que combinó centralización y descentralización
entre grupos dominantes de diferente alcance (nacional, regional, local, etc.),
redes de clientelismo y burocracia,
y otras formas de exclusión (social, racial, sexo, etc.)
Todo ello dio lugar a varios tipos históricos de dominación oligárquica,
a partir de la resolución de las tensiones centralistas/descentralistas,
los cuales fueron:

1 – Primacía temprana y excepcional del poder central y reformulación del

pacto de dominación para consolidar la oligarquía
Este primer tipo se basó en el control inicial bajo un estado centralista
de corte republicano legitimado por una constitución,
y un acuerdo tácito entre los grupos de poder económico
y los grupos políticos conservadores, generando un espacio (nacional)
donde los conflictos de intereses son regulados y resueltos,
evitando la escalada de conflictividad en las otras capas sociales, y regionales

Este primer tipo se reflejó en el caso de Chile

Primero en el periodo 1830-1891, denominado “Republica Portaliana”
debido al modelo aplicado por el ministro Diego Portales,
tras la Guerra Civil de 1829 a 1830,
que se caracterizó por un fuerte presidencialismo
lo que se tradujo en un periodo de estabilidad controlada para Chile
Y el segundo periodo 1891-1925
que supuso una primera fractura entre los grupos de poder
provocando una Guerra civil (1891)
que concluyó con una reformulación de los pactos oligárquicos
ya que nuevos sectores económicos pujantes
reclamaron peso en las decisiones políticas
Esto concluyó con el agotamiento económico y los roces entre élites,
que devino en el desgaste de institucional creado en 1830,
y la entrada de un nuevo “actor”: los militares.