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Elena Navarrete Francés

16 de abril 2020

E​l impacto musical y social de

“​La serva
padrona”
de Pergolesi

El 5 de septiembre de 1733, Giovanni Battista Pergolesi (Iesi, Estados Pontificios, 4 de


enero de 1710 - Pozzuoli, Reino de Nápoles, 16 de marzo de 1736) estrena su ópera “​Il
prigioner superbo” ​en el teatro San Bartolomeo de Nápoles como pieza de reapertura de
sus puertas tras la restauración del teatro por el terrible terremoto de 1732.

Pero “​Il prigioner superbo” ​no se estrenó sola: el ya reconocido compositor estrenó en la
misma fecha una pieza de intermezzo dividida en dos partes que serían interpretadas
durante los entreactos.

La obra de teatro ​“La serva padrona” de Angelo


Nelli sirvió a Gennaro Antonio Federico para
escribir el libreto de este intermezzo de siete
números musicales -intercalados con recitativo
secco-, ​que llevaría el mismo nombre.

Mientras que “​Il prigioner superbo” ​no obtuvo


ningún éxito, ​“La serva padrona” ​pronto dejaría
de considerarse un simple intermezzo para
convertirse en una de las “opera buffa” de
mayor renombre, éxito que su creador pudo
seguir por poco tiempo, pues fallecería a sus
26 años con tuberculosis en 1736, apenas tres
años después del estreno.

Probablemente, una de las razones más obvias


de este éxito sería la cercanía de los
personajes, con los que el público podía
claramente identificarse: Serpina, una doncella
al servicio de una gran casa y Uberto, el patrón de la misma, un solterón adinerado. La
trama gira en torno a las argumentaciones y manipulaciones que ella genera para dejar la
servidumbre y convertirse en la patrona de la casa.

Su importancia radica en que -además de hacer gala de una calidad musical elevada-, esta
obra modificó la forma en que los intermezzos y las “opera buffa” fueron aceptadas
socialmente. Actualmente es el ejemplo más importante del género, que continúa en
repertorio alrededor del mundo.

En palabras de David Gindano Ingarreta:

“... la difícil, amén de divertida. relación, que hoy tildaríamos de “tóxica”, entre la
espabilada Serpina (serpientilla), siempre ayudada por el criado mudo Vespone
(avispón) y el calzonazos de Uberto tuvo muchos continuadores, sin ir más lejos
Bastián y Bastiana de Mozart bebe directamente de ella, y sigue conservando en
nuestros días toda la frescura de una creación magistral, que une su genialidad a la
eterna vigencia de unos personajes arquetípicos inspirados en los personajes de la
commedia dell’arte.

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