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Carr: Que es la historia?

Capitulo 4: La causación en la historia:

El estudio de la historia es el estudio de las causas. El historiador pregunta continuamente ¿Por qué? Y mientras espera poder dar una
contestación, no hay descanso para el. El gran historiador es el hombre que plantea la pregunta: ¿Por qué? Acerca de cosas nuevas o en
contextos nuevos. Montesquie afirma que existen c ausas generales que operan en toda monarquia “todo lo que ocurre esta sometido a
causas”. Durante cerca de 200 años historiadores y filósofos estuvieorn muy atareados buscando organizar la experiencia pasada de la
humanidad con el descubrimiento de las causas de los acontecimientos históricos y de las leyes que lo rigen.

En la actualidad igualmente ya no hablamos de leyes que rigen la historia y hasta la palabra “causas” ha pasado de moda. Por que hay quienes
en vez de hablar de “causas” en historia, aluden a la “explicación” o “interpretación”. Igualmen te de parte del historiador se limitara a utilizar
la palabra “causas” en su aceptación vulgar.

Ahora… que hace el historiador en la practica?, cuando se encuentra en la necesidad de atribuir causas a lso acontecimientos. Este en primer
medida asignara generalmente varias causas al mismo acontecimiento. Cabe considera que el historiador siempre se enfrenta a multiples
causas.

Ahora refiriéndonos a una segunda característica del estudio del historiador. El verdadero historiador, puesto ante la lista de causas que lleva
reunidas, sentirá una compulsión profesional a reducirlas a un orden a establecer cierta jerarquía causal que fijara las relaciones entre unas y
otras, tal es su interpretación de su tema de estudio: se conoce al historiador por las causas que invoca de un proceso o hecho. Toda discusión
histórica gira en torno a la cuestión de la prioridad de las causas. El historiador, al ampliar y profundizar su investigación, acumula
constantemente mas y mas respuestas a la pregunta del ¿Por qué?.

El historiador en su necesidad imperativa de comprender el pasado, se ve ante la necesidad al mismo tiempo de simplificar la multiciplicidad
de sus respuestas, de subordinar una constestacion a otra y d eintroducir cierto orden y unidad en el caos de los aconmtecimientos y en la
caraunda de las causas especiicas, obrando en todo ello lo mismo que el científico. El his toriador debe trabajar mediante la simplificación
tanto como la multiplicación de las causas. La historia, como la ciencia, avanza gracias a este proceso doble y en apariencia contradictorio.

Carr plantea dos obstáculos uno el “determinismo de la historia” y el otro “el azar en la historia o nariz de cleopatra”.

Con respecto al determinosmo, el cual define como la convicción de que todo cuanto ocurre tiene una o carias causas y no podía haber
ocurrido de otro modo. El determinismo e sun problema, no de la historia, sino de toda conducta humana. El ser humano cuyas acciones no
tienen causa y son por lo tanto indeterminadas es una abstracción tanto como el individuo situado al margen de la sociedad. La vida cotidiana
seria imposible de no suponerse que el comportamiento humano esta determinado por causas descubribles en principio. El dilema lógico del
libre albedrio o del determinismo no se plantea en la vida real. No se trata de que unas acciones humanas sean libres y otras no lo sean. El
hecho de que todas las acciones humanas son tanto libres como determinadas, según el punto de cista desde el cual se las considere.

EL historiado. Lo mismo que el hombre ordinario, cree que las acciones humanas tienen unas causas que en principio pueden descubrirse. La
historia, lo mismo que la vida de cada dia, seria imposible si no se partiera de este supuesto. Funcion especial del historiador es la de investigar
dichas causas. Nada es inevitable en la historia, salvo en el sentido formal de que, de haber ocurrido de otro modo, hubiera sido por que las
causas antecedents eran necesariamente otras.

La otra fuente de la agrecion debe buscarse en la nariz de cleopatra. Es la teoría según l,a cual la historia consiste en rasgos generales, en una
serie de acontecimientos determinados por coincidencias fortuitas y ran solo atribuibles a las causas mas causales. Estos llamados accidentes
representan una secuencia de causa y efecto que viene a interrumpor la secuencia cuya investigación interés primordialmente al historiador,
la historia no es un Azar. Decir que algo ha sido azar desafortunado e suna de las formas mas frecuentes de eximirse de la cansada obligación
de examinar sus causas.

La reclacion con las causas es muy parecida a el sentido que le da el historiador al hecho. La relación del historiador con sus causas tiene el
mismo carácter doble y reciproco que la relación que une los hchos. Las causas determinan su interpretación del proceso histórico, y su
interpretación determina la selección que de las causas hace, y su modo de encauzarlas. La jerarquía de las causas, la importancia relativa de
una u otra causa o de este o aquel conjunto de ellas, tal es la esencia de su interpretación. Y esto aport ala clave del problema de lo accidental
en la historia. Por otra forma en aprte en la medida en que fueron accidentales, no forman aprte de una interpretación racinal de la historia, ni
de la jerarquía que de las causas significativas tiene compuesta el historiador.

La historia es por lo tanto un proceso de selección que s elleva a cabo atendiendo a la relevancia histórica. La historia es un “sistema selectivo”
de orientaciones no solo cognitivas, sino también causales, hacia la realidad. Asi como el historiador selecciona del océano infinito de los datos
los que tienen importancia para su propósito, asi también extrae de la multiciplicidad de las secuencuas de causas y afecto las históricamente
significativas y el patrón por el que se rige la relevancia histórica.
Collinwood- La evidencia del conocimiento histórico:

En historia, las conclusiones son acerca de acontecimientos, cada uno de los cuales tiene su propio lugar y fecha. La exactitud con que el
historiador conoce un lugar y una fecha es variable; pero siempre sabe que hubo un lugar y una fecha y, dentro de ciertos límites, siempre
sabe cuales fueron, siendo estos conocimientos parte de la conclusión a donde lo lleva el razonamiento acerca de los datos que tiene entre sí.
Y lo sabe porque ese pasado deje huellas en su presente, el acontecimiento dejo rastro en el lugar donde sucedió.

Pero la historia no permite al historiador arrogarse nada a menos que pueda justificar su pretensión exhibiendo ante si, primeramente, y luego
ante quien pueda y quiera seguir su demostración, las bases de las que parte. Esta justificación es, la que el historiador debe tener en cuenta
ante el conocimiento de los hechos. Y la manera como el conocimiento se relaciona con las bases en que se apoya es, de hecho, la misma para
toda clase de conocimiento.

La historia es autónoma. Ya que contiene sus propios métodos, y las mentes que conocen el trabajo histórico quedan exentos de otras
disciplinas. Por eso el historiador tiene el derecho y la obligación de decidir, mediante los métodos propios de su propia ciencia, cuál es la
solución correcta de cada problema que se le plantea en el ejercicio de esa ciencia. Cuando el historiador acepta una respuesta
preconfeccionada a alguna pregunta por él planteada, respuesta que le da otra persona, esa otra persona se denomina su “autoridad”, y la
afirmación hecha por tal autoridad y aceptada por el historiador se llama testimonio. Y cuando el historiador acepte el testimonio de una
autoridad y lo trate como verdad histórica, pierde visiblemente el nombre de historiador; pero no hay otro nombre que darle. Pero el
historiador al ser libre en su quehacer, no siempre por el hecho de que acepte el testimonio de la autoridad, este dejara de ser historiador.
Pero ocurre algo en su historia que hace, una historia que hasta hace muy poco tiempo seguía viva.

A ésta historia que se construye entresacando y combinando los testimonios de autoridades diferentes es denominada historia de “tijeras y
engrudo”. Esta no es realmente historia, ya que no satisface las condiciones necesarias de la ciencia; pero es la que hasta hace poco fue la
única historia que existía, y una parte de la que se escribe, pertenece a este tipo.

El método de “tijeras y engrudo” era el único que conocían en el mundo grecorromano tardío o en la Edad Media. Esta actividad funciona así,
el historiador recopilaba testimonios, hablados o escritos, juzgando por sí mismo en lo tocante a su veracidad, y luego los juntaba y publicaba,
trabajo que era en parte literario – la presentación como una narración articulada, homogénea y convincente – y en parte retórico, ya que
estos historiadores antiguos y medievales proponían probar una tesis. El historiador debe abandonar este método de seguir copiando los
testimonios de las mejores fuentes, y solamente lo hará llegando a conclusiones propias. Al hacer esto se desprenderá de las autoridades, y
entenderá la historia en su manera en que llegue a sus conclusiones, y deje atrás los testimonios de autoridad. Aunque este método parece
perfecto en sí mismo, el historiador tiene un problema ejerciéndolo.

El único problema para el historiador de “tijeras y engrudo” es aceptar o rechazar cierto testimonio relativo a la cuestión que le interesa. Si la
conclusión es negativa de acuerdo a su testimonio, eso le prohibirá aceptar. Pero si es positiva, lo más que ésta le da es un Nihil Obstat. Aquí el
historiador seguirá haciendo lo mismo de siempre, con una conducta hacia lo mas fácil. Porque al haber una conclusión negativa, esta lo hará
detenerse por su mismo instinto de cortar y pegar.

En la historia de “tijeras y engrudo” el historiador adopta una actitud prebaconiana. Sus actitud antes sus autoridades, como lo dice la misma
palabra, es de respetuosa atención. Pero su actitud de atender a su autoridades, es hacer lo que la autoridad ya ha hecho, y con esto llegara a
una conclusión ya demostrada. El historiador en la historia científica, o historia propiamente dicha, se ha cumplido la revolución baconiana. El
historiador de “tijeras y engrudo” lee simplemente a Herodoto, Tucidides, etc., con espíritu receptivo para averiguar lo que dijeron. El
historiador científico los lee con una pregunta en la mente, después de haber tomado la iniciativa a decidir por su cuenta que es lo quiere
averiguar. Cada paso del razonamiento depende de plantear una pregunta. Porque al tener en mente el estado de la cuestión, el historiador
hace historia meramente dicha.

Si bien la historia de “tijeras y engrudo” significa el repetir declaración que otras gentes han hecho, solo puede ponerse a trabajar cuando le
proporcionan declaraciones ya hechas acerca de los temas sobre los cuales quiere pensar, escribir, etc. Esto quiere decir que esta clase de
historiador hace trabajos e investigaciones en las cuales las fuentes estén más cerca de su alcance y que sea lo que otra persona escribió antes.

La diferencia entre el historiador científico y de “tijeras y engrudo”, es que este ultimo se interesa en el contenido, como se le denomina, de las
declaraciones, le interesa lo que declara. El científico se interesa por el hecho de que se hacen las declaraciones. Ya que el historiador científico
siempre pone en tela de juicio el hecho en si de tal o tales declaraciones.

El historiador de “tijeras y engrudo” se protege de ver la verdad acerca de sus propios métodos mediante la selección cuidadosa de temas con
los cuales puede “salir adelante”. En los cuales la accesibilidad a ciertos testimonios en cantidad es fácil para él, y esta accesibilidad sea de una
manera directa, la cual no lo cuestione o incite repensar el pensamiento histórico.

No es necesario preguntarnos sobre la ciencia d ela historia ya que desde hace mucho la ciencia como tal va d ela mano de un cuerpo
organizado de conocimiento. Si es eso lo que significa la palabra, Bury tiene incontestablemente la razón, la historia e suna ciencia, nada
menos. Igualmente cualquier cosa que sea una ciencia tiene qu ser mas que simplemente nuna ciencia, tiene que ser una ciencia de alguna
clase especial. La historia no esta organizada como algunas ciencias como la química, guerras, revoluciones y los otros acontecimientos de que
trata, no los producen los historiadores bajo condiciones de laboratorio, ni siquiera los observan los historiadores, en el sentido en que los
científicos de la naturaleza observan los acontecimientos ellos no elaboran grandes expediciones para llegar a saber de su trabajo. Se debe a
que los hechos que podrían aprenderse con tales expediciones, como los hechos que se aprenderían al fomentar del iberadamente una guerra
o una revolución en el propio país, no enseñarían al historiador nada de lo que quisiera saber.

Si se halla en las preliminares de alguna investigación, lo mas probable es que se trate de un estudio general de la edad media o del siglo XVIII.
Esto se debe a que las ciencias de observación y experimento están organizadas de una manera y la historia de otra. En la organización d ela
historia, el valor ulterior de lo que se conoce de la guerra de cien años no esta condicionado por su relación a lo que se conoce acerca de otras
guerras, s ino por su relación a lo que se conoce acerca de las otras cosas que hacia la gente en la edad media.

En la historia los puntos de aprtida d eobservacion no son supuestos como en las ciencias “exactas”, son hechos, y hechos que caen bajo la
observación del historiador, tales como que en la pagina que tiene abierta ante si hay impreso algo que pretende ser un privilegio mediante el
cual cierto rey concede ciertas tierras a cierto monasterio. También las conclusiones son distintas, en historia son acerca de acontecimientos
cada uno de los cuales tiene su propio lugar y fecha.

Estas diferenias en cuanto a punto de partida y conclusión implican una diferencia en la organización entera de las respectivas ciencias. Lo que
le interesa al historiador no es inventar algo sino descubrirlo.

1- La historia como inferencial (deducir)

El conocimiento en virtud del cual un hombre es historiador, e sun conocimiento de lo que prueba acerca de ciertos acontecimientos el
testimonio histórico de que dispone. Si el, o algún otro pudiera obtener ese mismo conocimiento de los mismos acontecimientos por medio
de la memoria, o de la doble visión, o de alguna maquina que le permitiera mirar atrás en el tiempo, no seria conocimiento histórico, y la
prueba de esto seria que no podría mostrar ante si mismo o ante algún critico de sus pretenciones, el testimonio histórico de donde lo había
derivado. “Quien aspira al conocimiento solo puede ser juzgado por sus pares.

2- Diferentes clases de inferencia:

El método tijeras y engrudo, un historiador recopilaba testimonios hablados o escritos, juzgando por si mismo en lo tocante a su
veracidad y luego los juntaba y publicaba, trabajo que era en parte literario y en parte retorico, si puede emplear esta palabra para
señalar el hecho de que la mayor parte de los historiadores antiguos y medievales se proponían probar una tesis,.

No fue sino hasta el siglo XVII cuando los historiadores comenzaron a pensar que también ellos necesitaban poner en orden su casa. Dos
nuevos métodos históricos iniciaron. Uno el examen sistematico de las autoridades, para detemrinar su relativa verosimilidad y en
particular para establece rprincipios de acuerdo. El otro fue el movimiento para ensanchar las bases de la historia mediante el empleo de
fuentes no literarias tales como monedas e inscripciones y otras reliquias semejantes de la antigüedad. El primero de estos mov no
traspaso los limites del el método tijeras y engrudo pero altero permanentemente su carácter. Tan pronto como se llego a comprender
que una afirmación determinada, hecha por un determinado autor, no se debe aceptar jamas como verdad histórica hasta no investigar
sistemáticamente la verosimilitud del auto r, en general y en su declaración, en particular la palabra “autoridad” desaparecio del vocablo
del método histórico. A partir de entonces se considero al autor de la afirmación no como alguien cuya palabra debe considerarse como la
verdad, significado del vocablo autoridad, sino como alguien que ha subido voluntariamente al banquillo par a que se examine a fondo. El
documento hasta entonces llamado autoridad adquirio un nuevo status que se describe con toda propiedad al llamarlo “fuente”, palabra
que indica sencillamente que contiene la afirmación, sin implicación ninguna respecto de su valor. Esta es la historia critica aclamada
posteriormente en el siglo XIX.

La inferencia histórica:

Si por historia se entiende la historia de “tijeras y engrudo”, la única clase de prueba accesible al historiador será de esta segunda clase.
( de forma inductiva, donde odo lo que puede hacer una prueba es justificar al pensador en el momento de afirmar su conclusión. Para el
historidor de TyE solo existe un tipo de problema soluble mediante cualquier clase de testimonio, a saber, el problema es aceptar o
rechazar cierto testimonio relativo a la cuestión que interesa al historiador. El argumeno mediante el cual resuelve un problema de esta
clase es, por supuesto, la critica histórica. Si la critica le lleva a una conclusión negativa, a saber, que la afirmación o el autor de ella no es
digno de confianza, esa conclusión le prohibiera aceptarla, de la msima manera como un razonamiento “inductivo”.

Al historiador de “tijeras y engrudo” se le plantea otra clase de problema, además de aquel que consiste en aceptar o rechazar un
testimonio determinado y que por lo tanto, tiene que resolverse por métodos diversos a los de la critica histórica.

Ezequiel Gallo:

Lo inevitable y lo accidenta en la historia


Un punto de partida útil: “ Si un hombre y no otro emerge en un momento especifico y en un país determinado es, naturalm,ente, puro
accidente; pero aun asi si lo eliminmos habrá siempre necesidad de un substituto.

Esta cita resume perfectamente postulados que posteriormente tendrían autores como Carr-

La confrontación de ideas es mas que centenaria y comenzó intentando dar respuestas a u na pregunta inocente apariencia: ¿es la
historia una ciencia, un arte o una conbimacion no muy rigurosa de ambas disciplinas?

Un punto de partida puede ser el articulo de J.B. BURY, “ la historia como ciencia”: “Dos causas han retrasado notoriamente el avance de
los estudios históricos. Los mas celebrados historiadores son manifestantes inferiores a los mas exitosos cultivadores de las ciencias
físicas.”

Trevelyan concluia a firmando que el trabajo de historiador se parece mas al del artista que al del científico. Algo intermedio manifestaba
Lucien Febre cuando definia a la historia como una disciplina “científicamente elaborada pero no una ciencia”. Esta polémica entre
historiadores pronto tuvo su replica en el campo de la filosofía. Pocos trabajos contribuyeron tanto al debate como un artículo publicado
por Carl Hempel en 1941. En ésta, y otras contribuciones, el autor consideraba que el historiador, consciente o inconscientemente,
investiga y explica en forma similar a la que lo hacen los científicos de las disciplinas fuertes. Es decir, utilizando el método hipotético-
deductivo, o dicho con otras palabras, mediante la aplicación de leyes generales ‘de validez universal y susceptibles de verificación
empírica.

En rigor, esta forma de enfocar el problema c;ontradecía las conclusiones de algunos autores que habían arribado a respuestas
diametralmente opuestas. Dilthey, Rickert, Croce, Collingwood, Van Mises y para algunos Max Weber, habían señalado enfáticamente la
existencia de una diferencia radical entre las ciencias físico-naturales y las disciplinas sociales y humanas. Para ellos, las diferencias surgen
fundamentalmente de la distinta entidad del objeto que estudian

Apartir de premisas filosóficas algo disímiles la misma posición ha sido reiterada recientemente por Isaiah Berlin.16 La misma podría ser
sintetizada en tres puntos centrales: (1) existe una diferencia sustantiva entre el objeto de estudio de las ciencias físico-naturales y el de
las humanas. Esta diferencia surge del hecho de que el hombre es un ser libre y su conducta, por lo tanto impredecible; (2) a una
diferencia crucial en el objeto' debería corresponder, también, una diferencia crucial en los métodos de estudio; se rechaza, por lo tanto,
toda idea de unidad de método; (3) el método de las ciencias humanas debe basarse en la única ventaja que posee el estudioso social,
verbigracia, la existencia de una cierta simetría entre el .investigador y el objeto de análisis. (ambos son seres humanos). El método es, en
consecuencia, una compresión empática. Collingwood, por ' ejemplo, establecía los siguientes principios para guiar la investigación
histórica: lQ)"toda historia es historia del pensamiento. Usted piensa históricamente cuando puede decir acerca de cualquier cosa: 'yo
puedo ver lo que la persona que hizo esto (escribió esto, usó esto, diseñó esto, etc.) estaba pensando' "; 2º) "el conocimiento histórico es
la reactualización en la mente del historiador del pensamiento cuya historia está estudiando"; 3) esa reactualización hace "encapsulada
en un contexto de pensamientos presentes" por lo cual nunca puede aspirar a la perfección.

Los autores que han señalado' diferencias radicales entre las disciplinas sociales y las físiconaturales acertaron al llamar la atención sobre las
peculiaridades Y dificultades inherentes al estudio de la naturaleza humana. Al mismo tiempo, la operación Verstehen está llena de
sugerencias útiles y estimulantes para una. de las tareas primordiales del historiador, cual es la de la reconstrucción respetuosa del pasado. Es
decir, una reconstrucción no distorsionada por extrapolaciones inducidas por el contexto actual del historiador. Subsiste, sin embargo, un
problema importante, verbigracia, el de los modos por los cuales se decide la veracidad ó falsedad de las conclusiones alcanzadas mediante la
utilización del método propuesto.

Nowel-Smith: "El error básico del modelo (de Hempe})... es que supone que explicación y predicción son lógicamente equivalentes, y que la
explicación causal como la predicción requieren. que la causa sea una condición suficiente del hecho a ser explicado... Muchas veces la cosa a
ser explicada es un evento inusual o sorpresivo, e indagando por su causa el historiador busca algo que explique la. Diferencia, algún factor sin
cuya presencia las cosas hubieran continuado dentro de la regularidad anterior". Nowell-Smith comparte, aunque no enteramente, la versión
que da Nagel de modelo hipotético-deductivo (condiciones necesarias pero no suficientes). ( NO sirve de un carajo este texto).

Langlois y seignobos: Introduccion a los estudios históricos:

Libro I, Capitulo primero, Busca de los documentos, (heurística)

La historia se hace con documentos. Los documentos son las huellas que han dejado los pensamientos y los actos de los hombres de otros
tiempos. Entre los pensamientos y los actos muy pocos hay que dejen huellas visibles, y esas huellas, cuando existen, son raras veces
duraderas. Por falta de documentos, la historia de inmensos periodos del pasado de la hiumanidad no podrá ser nunca conocida, por que nada
suple a los documentos y donde no los hay, no hay historia. Para encontrar la huella en los documentos hay que tener numerosas
precauciones. Es claro que con anterioridad a todo examen critico y a toda interpretación d elos documentos, hay que averiguar si los hay,
cuantos son y donde están. Buscar, recoger los documentos es consiguientemente una de las partes principales, la primera según lógica, de la
profesión del historiador. En Alemania se le ha dado el nombre de heurística.

TeL autor tratara de explicar las causa de que la recoleccion de los documentos, antes tna laboriosos, sea todavia, a pesar de todos los
progresos realizados desde hace un siglo, peosisima, y como esta operación escencial podría, merced a nuevos progresos, ser ulteriormente
simplificada.

No habría otro medio que reunir documentos de toda especie, principalmente escritos, relativos al pasado remoto de que uno se ocupaba. Era
difícil hacerlo cuando las bibliotecas escaseaban, los archivos no estaban abiertos al publico y los documentos andaban dispersos.

En la época del renacimiento, los documentos de la historia antigua y la de los tiempos medios andaban dispersos en innumerables bibliotecas
privadas y en archivos, casi todos inaccesibles, sin hablar de los que aun están bajo tierra y cuya existencia nadie sospecha todavía. Era
entonces materialmente imposible proporcionarse la lista de todos los documentos útiles p’ara dilucidar una cuestión.

Como la heurística les ofrecia dificultades insuperables, los primeros eruditos y los primeros historiadores, que se han servido, no de todos los
documentos ni de los mejores, sino de los documentos que tenían a su alcance, estuvieorn casi siempre mal informados, y sus obras no tienen
ya interés sino en cuanto han utilizado materiales históricos hoy perdidos. Los primeros eruditos y los primeros historiadores que han estado
relativamente bien informados, son los que, a causa de su profesión, tenían acceso a ricos depósitos de documentos, a saber, bibliotecarios,
archiveros, religiosos, magistrados o archivos.

Pronto aparecen es verdad, coleccionistas que a costa de dinero, si se quiere por medios menos recomendables como el robo, formaron, con
intenciones mas o menos científicas, “gabinetes”, colecciones de documentos originales y de copias.

Es preferible, por cierto, que los documentos se encuentren en colecciones particulares y no expuestos a cualquier incidente o suistraidos en
absoluto a la curiosidad d ela ciencia, peor para que la heurística resulte verdaderamente fácil, la primera condición es que todas las
colecciones de cocumentos sean publicas.

Mas favorable y eficaz para mejorar las condiciones materiales de las investigaciones históricas fue la tiranía revolucionaria. En Francia la
Revolucion de 1789, movimientos análogos en otros países, han dado lugar a la confiscación por la ciolencia en provecho del estado, es decir,
de todo el mundo, de multitud de archivos privados y colecciones particulares: archivos, bibliotecs y museos,etc.

Los documentos históricos antiguos, por consiguiente, están hoy reunidos y conservados, en principio, en establecimie ntos públicos que se
denominan archivos, bibliotecas y museos. En verdad no todos los documentos que existen figuran en ellos, puesto que, a pesar de las
incesantes adquisiciones a titulo oneroso y gratuito que se hacen cada año. Desde mucho tiempo, en el mundo entero, en los archivos y
bibliotecas, existen todavía colecciones particulares, anticuarios que las proveen y documentos en ciruclacion en el mercado. La centralización
de los documentos, cuyas venyajas para los investigaores son evidentes, ¿podria llevarse mas lejos aun? ¿ no existen todavía depósitos cuya
autonomía no esta bien justificada?. Quiza pero el problema de la centralización de documentos ha dejado de ser grave y murgente desde que
se han perfeccionado los procedimientos de reproducción y sobre todo desde que se ha hecho general la costumbre de remediar el
inconveniente d ela multiplicidad de stablecimientos permitiendo que de llos salgan los documentos.

Dado que la mayor parte d elos documentos histirocos se conservan hoy en establecimientos pub licos, la heurística resultaría muy facilitada,
tan solo con que se hubieranm redactado buenos inventarios descriptivos de todos los depósitos de documentos que existen, si estos
inventarios estuvieran provistos de índices o si se hubieran hecho repertorios generales, finalmente, si fuer aposible consultar en algún sitio la
colección completa de todos estos inventarios y sus índices. Pero la heurística es muy penosa, porque desgraciadamente estas condiciones
están todavía lejos de conveniente relaizacion. Por ejemplo los depósitos de que se poseen inventarios descriptivos completos son raros y
muchos fondos, conservados en establecimientos celebres cuyoas colecciones no han sido inventariadas sino en parte, están todavía por
describir.

Son dignas de examen las consecuencias de la imperfección d elos inventarios descriptivos. De un lado jamas se esta seguro de haber agotado
las fuentes de información ¿Quién sabe que nos reservan los depósitos y fondos no catalogados? De otra parte, esta uno obligado, apra
proporcionarse cuantas formaciones son posibles, a conocer a fondo los recursos que proporciona la bibliografía actual de la heurística y a
consagrar mucho tiempo a las investigaciones preliminares.

Creemos que el instrumental de la heurística se perfecciona de continuo por dos caminos. De año a año, aumenta el numero de los inventarios
descriptivos de archivos, de bibliotecas y de museos, debidos a la labor de los empleados de estos establecimientos. Por otro lado poderosa
sociedades científicas sostienen trabajadores expertos dedicados a catalogar los documentos, que se envían sucesivamente de unos depósitos
a otros, para anotar todo los de cierta clase, o relativos al mismo asunto. Pero los eruditos e historiadores, necesitan con mucha frecuencia, en
materia de documentos, datos que los catalogos descriptivos no les proporcionan de ordinario: saber, por ejemplo, si tal documento es
conocido o no, si ha sido ya examinado, comentado y utilizado. Para tener conocimientos de estas obras, hay que recurrir a los “repertorios
bibliográficos” propiamente dichos, de todas formas, redactados desde puntos de vista muy diferentes, que acerca del particular han sido
publicados. Los repertorios de bibliografía histórica deben considerare, por lo tanto, lo mismo que los repertorios inventarios de documentos,
com o instrumentos indispensables de la heurística.
El conocimiento de los repertorios es útil a todo el mundo. La búsqueda preliminar de los documentos a todos cuesta trabajo pero no en igual
grao. Ciertas partes de la historia, cultivadas desde hace mucho tiempo, han llegado a un punto de tal perfeccion que, siendo conocidos todos
los documentos conservados, estando reunidos y clasificados en grandes publicaciones especiales, la obra histórica puede realizarse al
presente toda ella, en estos puntos, sin salir de su despacho.

Libro II:

Capitulo primero: Condiciones generales del conocimiento histórico:

Se ha dicho ya que la historia se hace con documentos y que estos son la huella del pasado. Este es el lugar de indicar las consecuencias que
envuelven esta afirmación y esta definición. Los hechos no pueden ser empíricamente conocidos mas que de dos maneras: bien directamente,
si son observados mientras tienen nlugar; bien indirectamente, estudiando las huellas que han dejado. Sea un suceso tal como el temblor de
una tierra.

Tengo el conocimiento directo, si presencio el fenómeno; indirecto, si no habiéndolo presenciado, veo sus efectos materiales ( grietas, paredes
caídas), o si desaparecidos estos efectos, leo su descripción escrita por alguien que presencio el fenómeno mismo o sus efectos. Ahora bien lo
característico de los “hechos históricos” es ser conocidos solo indirectamente por las huellas. Entonces el conocimiento histórico como tal es
por esencia, indirecto. El método de la ciencia histórica debe diferir por tanto radicalmente del de las ciencias directas, es decir de todas las
demás ciencias. No es la ciencia histórica, en absoluto, aun ccuando asi se haya dicho, ciencia d eobservacio.

Esas huellas, que se llaman documentos, el historiador las observa directamente, es verdad, pero después de esto, ya nada tiene que observar.
Procede en lo sucesivo por la via del razonamiento, para tratar de inducir, lo mas exactamente posible, d elas huellas los hechos. El documento
es el punto de partida, el hecho pasado, el de llegada.

El método “histórico” o indirecto, resulta por lo tanto, visiblemente inferior al método de la observación dorecta; pero los historiadores no
pueden elegir, es el único para llegar a los hechos pasados, y se vera mas adelante como puede, a pesar de estas condiciones defectuosas,
conducir a un conocimiento científico.

El análisis detallado de los razonamientos que llevan de la observación material de los documentos al conocimiento d elos hechos, es una de
las partes principales de la metodología histórica. Es el dominio de la critica. Caracterizada de forma general de la siguiente forma.

1- Se distinguen dos especies de documentos. A veces el hehco pasado deja una huella material ( un monumento, un objeto fabricado).
A veces y es lo mas frecunte, la huella es de orden psicológico, una descripción o relato escrito. Aca esta el problema, la hu8ella
psicológica, es puramente simbolica. No es el hecho mismo, no es siquiera la impresión inmediata del hecho en el espíritu del testigo,
sino solamente un signo convencional de la impresión producida por e hecho en el espíritu del testigo. Los documentos escritos por
lo tanto no tienen valor por si mismos, como los materiales sino como manifestaciones de operaciones psicológicas. La inmensa
mayoría de los documentos que dan al historiador el punto de partida de sus razonamientos noson, enuma, sino huellas de
operaciones psicológicas.
Asentado esto, para inducir de un documento escrito el hecho a que obedece en el pasado, es decir para saber la relación que hay
entre el documento y el hecho, es necesario reconstruir toda una serie de causas intermedias que han producido el documento.
Tales son el objetivo y la marcha del análisis critico.
En primer lugar, se observ a el documento ¿ se encuentra como cuando se escribió?, ¿ no ha sido alterado después? Se investiga
como fue hecho a fin de restituirlo en caso preciso a su estado original y determinar su procedencia. Este primer grupo d
einvestigaciones que recaen sobre la letra, la lengua, las formas, las fuentes, constituye el dominio particular de la critica externa o
critica de erudición. Luego tenemos mla critica interna, la cual trata por medio de razonamientos por analogía, cuyos matores
elementos se toman de la psicología generla, de representarse los estados psicológicos porque paso el autor del documento.
Sabiendo que dijo el autor del documento, se pregunta uno: primero, que quiso decir; segundo si creyo lo que ha dicho, tercero, si
tuvo fundamento para creer lo que creyo. En este ultimo grado, el documento esta reducido a un punto en que se asemeja a una de
las operaciones científicas por las cuales se constituye toda ciencia objetiva, viene a ser una observación y solo resta tratarlo según el
método de las ciencias objetivas. Todo documento tiene calor exactamente en la medida en que después de haber estudiado su
genenis, se le ha reducido a una observación bien hecha.
2- Dos conclusiones se desprenden de lo antecedente: complejidad extramada y necesidad absoluta de la critica histórica. El historiador
se ve obligado a sacar partido de referencias mal hechas, con que ningún sabio se contentaría.
Tanto ams necesarias son las precauciones que hay que tener en cuent apara utilizar estos documentos, cuanto que son los únicos
materiales de la ciencia histórica. Importa evidentemente eliminar los que no tienen ningún valor y istinguir en los demás lo que
tineen de bien observado.

Libro III: Capitulo primero Condiciones generales de la construcción histórica:

La critica de los documentos no proporciona mas que hechos aislados. Para organizarlos científicamente, se hace necesaria una serie de
operaciones sintéticas. El estudio de estos procesimientos de construcción histórica constituye la segunda mitad de la metodología.
1- Consideremos en primer lugar los materiales de la historia. ¿ cual es su forma y su naturaleza? ¿ en que difieren de los materiales de
las demás ciencias?
Los hechos históricos provienen del análisis critico de los documentos. De el salen en el estado en que el análisis los ha puesto, muy
fragmentados en afirmaciones elementales. Por que una sola frase contiene varias afirmaciones y con frecuencia se han admitido
unas rechazando otras. Cada una de estas afirmaciones constituye un hecho. Todos los hechos históricos ofrecen el carácter común
de ser sacados de los documentos, pero son muy heterogéneos.
a) Representan fenómenos de naturaleza muy distinta. De un mismo documento se obtienen datos de escritura, de lenguaje, de
estilo, de doctrinas, de usos, de sucesos. Esta mezcla de hechos heterogéneos es uno de los caracteres que diferencian a la
historia de otras creencias.
b) Los hechos se presentan en grados de generalidades muy diferentes, desde los muy generales, comunes a todo un pueblo y que
han durado siglos, hasta las acciones mas pasajeras de un individuo. Para formar grupos, hay que reducir los hechos al mismo
grado de generalidad se pueden y deben reducir las diferentes especies de hechos. Y en este punto no se entienden los
historiadores.
c) Los hechos históricos están localizados, tuvieron lugar en una época y en un país determinado. Si se les priva de la nocion del
tiempo y del lugar, pierden el carácter histórico.
d) Los hechos deducidos de los documentos por el análisis critico se presentan acompañados de una indicación critica relativa a su
probabilidad.

Asi la construcción histórica ha se hacerse con una masa incoherente de hechos menudos, polvo de conocimientos de pormenor. Son
materiales heterogéneos, que difieren por su objeto, su situación, su grado de generalidad y de certidumbre. Para clasificarlos, no da
reglas de practica de los historiadores. La historia, nacida de un genero literario siguió siendo la menos metódica de las ciencias.

2- En toda ciencia, después de hacer considerado los hechos, nos planteamos metódicamente cuestiones. Toda ciencia esta formada
por una serie de respuestas o una serie de cuestiones metódicas. En todas las ciencias de observación directa, aun cuando no se haya
pensado de antemano, los hechos observados sugieren cuestiones y obligan a precisarlas. Pero los historiadores no tienen esta
disciplina. Habituados a imitar a los artistas muchos no piensan siquiera en preguntarse que buscan. Toman de los documentos los
relatos que le san llamado la atención, muchas veces obedeciendo a motivo particular, los reproducen variando el lenguaje y añaden
las reflexiones de todo genero que se les ocurren.
El problema fundamental del método. Solo puede resolverse empezando por determinar el carácter esencialñ de los hechos
históricos, que los diferencia de los hechos de las demás ciencias. La ciencia es un conocimiento objetivo fundado en el análisis, la
síntesis, la comparación reales. La consideración directa de las cosas guía al sabio y el dicta las cuestiones que hay que plantear.
En la historia no hay nada semejante. Se dice, si, que la historia es la “visión” de los hechos del pasado, y que procede por “análisis”.
Son metáforas peligrosas si llegan a ilusionarnos. En historia no se ve nada real mas que el papel escrito. El historiador no tiene
ningún objeto que analizar realmente, ninguno que pueda deshacer y rehacer. “El análisis histórico” no es mas real que la vista de los
hechos históricos, no es mas que un procedimiento abstracto, una operación puramente intelectual. El análisis de un documento
consiste en buscar mentalmente los datos que contiene para criticarlos uno a uno. Es necesario para aclararlas, preguntarse que
imp`resiones particulares constituyen una impresión de conjunto, a fin de precisarlas considerándolas una a una. Esta operación es
indispensable, pero no hay que exagerar su alcance. No es un método objetivo que haga descubrir cosas reales, es solo un método
subjetivo para darse cuenta d elos elementos abstractos que forman nuestras impresiones. Por la misma naturaleza de sus
materiales, la historia es forzosamente una CIENCIA SUBJETIVA. La historia por lo tanto, debe precaverse de la tentación d eimitar el
método de las ciencias biológicas. Los hechos históricos son tan diferentes de los de las demás ciencias, que es preciso para
estudiarlos un método diferente de todos los demás.

3- Los documentos, fuente única del conocimiento científico, informan acerca de tres ordenes de hechos
a) Seres vivos y objetos materiales, los documentos dan a conocer la existencia de seres humanos, de
condiciones materiales, de cosas hechas. Pero para nosotros no son mas que fenómenos intelectuales,
hechos vistos a través de la imaginación del autor.
b) Acciones de los hombres. Los documentos refieren las acciones de los hombres en otros tiempos que
han sido también hechos matriales vistos y oídos por los autores, pero que no son ya para nosotros mas
que el recuerdo de estos últimos, representados solamente por imágenes subjetivas.
c) Motivos y concepciones. Las acciones humanas no tienen causa en si mismas, tienen un motivo. Esta
palabra exige designar a la vez el impulso que hace realizar un acto y la representación cnsciente que se
tiene del acto en el momento realizado.

Hechos materiales, acciones humanas individuales y colectivas, hechos psíquicos, he aquí todos los objetos
del conocimiento histórico. No son observados directamente, todos son imaginados. Los historiadores no
trabajan nunca sino sobre imágenes, no es algo que observan en el momento.
4- ¿ Como imaginar pues hechos que no sean enteramente imaginarios? Los hechos imaginados por el
historiador son forzosamente subjetivos. Es una de las razones que se dan para negar a la historia el carácter
de ciencia. Verdad es que el historiador, al trabajar sobre los documentos, no tiene a su servicio recueros
personales, sino que se forma imágenes según sus recuerdos. Supone que los hechos ya pasados,
observados en otro tiempo por los autores de ocumentos, eran semejantes a los que en su tiempo ha visto
el, y cuyo recuerdo ha conservado.

Toda imagen histórica encierra gran aprte de fantaris. El historiador no puede librarse de ella, pero puede
saber la cantidad de elementos reales que entran en sus imágenes y no fundamentar su construcción mas
que en ellos. Esos elementos son los que los documentos han deducido.

5- El problema del método histórico resulta al fin precisado de esta suerte. Con los datos dispersos en los
documentosa formamos imágenes. Algunas enteramente materiales, proporcionadas por monumentos,
figuras, representan directamente uno de los aspectos reales de cosas pasadas. La mayor parte se forman a
semejanza de las figuras dibujadas antiguamente y sobre todo de los hechos actuales que hemos observado.
Ahora bien las cosas pasadas no se parecían del todo a las presentes y justamente los elementos diferentes
son lso que dan interés la historia.
Practicamente he aqu lo que ocurre. En cuano se lee una frase de un documento, se forma una imagen en
nuestro espíritu por una operación espontanea de que no somos dueños. Esta image, producida por una
analogía superficial, es por lo común notoriamente falsa. Cada uno de nosotros puede vver en sus recuerdos
la manera absurda como ha concebido en un principio los personajes y las escenas del pasado. El trabajo de
la historia por lo tanto consiste en rectificar gradualmente nuestras imágenes, sustituyendo una a una laas
notas faltas por otras exactas.
La realidad pasada no la observamos, no la conocemos sino por su semejanza con la realidad actual. Para
representarse en que condiciones se han producido los hechos pasados, hay que averiguar, por tanto, por la
obsertvacion de la humanidad presente, en que condiciones tinen lugar los hechos análogos en la actualidad.
6- El análisis critico de los documentos dio los materiales, que son los hechos históricos todavía dispersos. Se
empieza por imaginariolos según el modelo de los hechos actuales, que se suponen análogos. Se trata,
combinando trozos tomados de diversos lugares de la realidad, de lograr la imagen mas semejante a la que
hibiera dado lugar la observa cion directa del hecho pasado.
Los hechos asi imaginados se agrupan en cuadros imaginados según el modelo de un conjunto observado en
la realidad, que se supone análogo a lo que debio ser el conjunto pasado. Es la segunda operación que se
hace por medio de un cuestionario y conduce a separa en la masa los hechos históricos que se agrupan
luego.
Cuando en el cuadro se ha n puesto los hechos sacados de los documentos, quedan vacios, siempre
considerables, enormes respecto a todas las partes en que los documentos abundan mucho. Se trata de
llenar algunos mediante razonamientos que parten de hechos conocidos. Es la tercera operación. Aumenta
mediante el trabajo lógico, la cantidad de los conocimientos historicos.

Ciencia tan compleja como la historia, en la que por lo general es necesario acumular los hechos por millones antes
de poder formular una conclusión, no puede fundarse con esta perpetua renovación.

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