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FASE INICIAL:
Es importante hacer una mención a este periodo, para poder entender el contexto
al inicio del horizonte temprano, y adentrarnos en las civilizaciones que
desarrollaremos posteriormente. La fase inicial comienza en el año 1800 AC, y es
notable por la gran producción de cerámica, y por sobre todo la incorporación de
nuevas técnicas agrícolas, como lo fue la irrigación, que dio paso al crecimiento de
centros de población más complejos, en la sierra y en la costa, generando
asentamientos con una arquitectura destacable.
CHAVIN
Durante el periodo siguiente, el Horizonte Temprano, surge en el noroeste
de Kotosh una nueva civilización, Chavin, fundada en el 900 AC; y tuvo su
apogeo hasta el año 200 AC. Su centro se desarrollaba en Chavin de
Huantar, y traspaso el tiempo por sus influencias artísticas y religiosas
presentes en otras culturas contemporáneas a ella. Es destacable la
practica del culto religioso, la aparición de la cerámica estrechamente
relacionada a los centros ceremoniales, la intensificación del cultivo del
maíz y la papa, el perfeccionamiento de las técnicas agrícolas y el
desarrollo de la metalurgia y la textileria, sin olvidarnos de que fue la
civilización pionera en el campo de la ingeniería hidráulica, ya que poseían
un conocimiento avanzado, puesto que obras como la de Chavín de
Huántar, tenían canales que con la corriente del agua emitían sonidos
parecidos a un rugido, y a su vez, construyeron la primer ciudad con un
sistema de drenaje exitoso.
PERIODO CLASICO:
Durante este período (0 A 1.000 DC) surgieron en el área andina las primeras
manifestaciones culturales regionales independientes de Chavín. Aunque aún no
se dieron centros urbanos de la importancia de los desarrollados en el área
mesoamericana, resulta inevitable la comparación entre éstas, no sólo por la
contemporaneidad, sino por las muy agudas diferencias que se perciben entre
ambas. Si Mesoamérica es ante todo unidad, el mundo andino crea las culturas
regionales que suponen una gran variedad difícilmente unificable. Por último,
aunque la guerra no estuvo ausente en los intereses mesoamericanos, en el
mundo andino constituyó un modo de vida, con proyección social, pues el grupo
militarista desplazó al sacerdotal. La sociedad estaba fuertemente militarizada, ya
que la región estaba en continuas guerras, aún entre gentes de la misma cultura.
MOCHE:
Shimada, en su texto, menciona que moche poseía “una jerarquía política basada
en dogmas o proposiciones sacras, como opuestas al mecanismo
institucionalizado de fuerza coercitiva empleado por un estado
administrativamente centralizado”3
Podemos dividir a la sociedad moche en los siguientes actores sociales:
El Cie-Quich (jaguar): Era el rey del valle y los dominios mochicas.
El Coriec: Era el rey vencido y subordinado al poder del soberano mochica.
El Sacerdote o Pillac (zorro): Encabezado por el sacerdote guerrero, habitaban en
los templos de forma piramidal.
El Pueblo (lagarto): Agrupaba a campesinos y pescadores quienes vestían en
forma sencilla. Desempeñaban labores agrícolas, de pesca, o se dedicaban a
otras actividades.
NAZCA:
La cultura nazca muestra muchas semejanzas en su nacimiento y
desarrollo con la cultura mochica, así como también aspectos originales. La
situación del área de influencia de nazca queda, en gran medida, superpuesta a
Paracas. El control de tierras aptas para el cultivo donde se desarrollaron las
tecnologías de regadío, evidencia la realidad del abandono de unos centros por
otros, debido al avance del desierto en los asentamientos, así como a la presencia
de una casta militarista, que podría haber desplazado al primitivo componente
sacerdotal de la sociedad nazqueña. La estructura social era rígida y dicotómica
como las vistas hasta ahora. La cronología de Nazca ha quedado establecida
entre dos procesos (Período Intermedio por excelencia): el fin de Paracas y la
conquista por parte de Huari. La cultura clásica del sur del Perú paso a formar
parte de la cultura universal por su depurada cerámica, probablemente por la
relativa paz en el transcurso de la vida de estos pequeños centros; y por los
geoglifos, dibujos en la superficie del desierto de carácter zoomorfo, vegetales y
geométricos que reprentaban su vida y la religión astral, que han conducido a
hipótesis descabelladas.
Este pueblo, practicó la agricultura intensiva en los angostos valles de los
afluentes del Río Grande de Nazca y en el Valle de Ica, y en esto baso su
economía. A su vez, habían desarrollado una red de acueductos subterráneos,
algunos de los cuales todavía se usan hoy en día. Su agricultura utilizaba un
sistema de riego que utilizaba los canales y sistemas de galerías de drenaje bajo
los lechos de los ríos.
Por otra parte, es importante destacar que vivian en chozas cubiertas de paja
localizadas fuera de la zona cultivable, es decir en el límite del desierto, para
maximizar la superficie cultivable. Estas chozas se agruparon en aldeas alrededor
de una pirámide de adobe que sirve de santuario.
Socialmente hablando,era una civilización estratificada. A la cabeza de la pirámide
estaban las autoridades centralizadas, constituidas por los señores y los
sacerdotes. Estos tenían la capacidad de organizar el trabajo comunitario y dirigir
las complejas actividades ceremoniales. Carbonell (2007), menciona al respecto
que :”… El principio que ordena a los grupos que comparten una unidad social,
ritual y económica, que se resignifica y subsiste en la actualidad (los aillus). Los
grupos mantienen un sentido de parentesco, de antepasados comunes y de
origen en las mismas fuentes locales de agua, no sólo como una unidad social,
sino espiritual que comparte ritos y tradiciones. Es además una unidad económica
que tiene sus propios cultivos, que se autoabastece, comparte obligaciones de
trabajo, redistribuyen los excedentes dentro de las familias constituyentes,
imparten y sostienen una ideología de reciprocidad…” . Esta élite vivía en edificios
piramidales, en sectores especiales cuyas habitaciones estaban hechas con
adobe y muros cubiertos con una capa de yeso o cal para tapar las grietas.
Al servicio de estas autoridades se encontraba una gran cantidad de artesanos
especializados, tales como ceramistas y textileros, astrólogos, músicos y
soldados, los cuales habitan en pequeñas ciudades y centros ceremoniales, entre
los que destaca el complejo de Cahuachi. Los guerreros en particular formaban
una clase social muy respetada y temida.
En la base de la sociedad se encontraban los agricultores y pescadores, los
cuales vivían dispersos en diversos puntos del territorio. Los agricultores tenían
casi la totalidad de los valles, ya que así podrían desarrollar la agricultura, con
más espacio y terreno fértil.
Otro punto importante a considerar es su organización político militar. Su
expansión fue violenta, sobre la base de los siguientes hechos: la aparición brusca
de la cerámica nazca en algunos yacimientos; la existencia de ciudades
fortificadas en el área nazca; la gran cantidad de armas halladas en las tumbas; y
la costumbre de las cabezas-trofeo. El expansionismo nazca obedeció
posiblemente a la búsqueda de nuevas tierras de cultivo, ante el proceso de
desertización que amenazaba su propio territorio.
Por ultimo, y no menos importante, hare mención a su aspecto mas destacado, los
jeroglifos, líneas de una extensión de varios kilómetros sobre el suelo. Sobre su
significado, se han tejido una serie de teorías, que van desde la especulaciones
fantásticas hasta las de carácter científico. La teoría más difundida es que sea un
gigantesco calendario astronómico, con finalidad práctica. Otra posibilidad es que
las pampas fueran un lugar sagrado en la que se realizaban ceremonias
religiosas; las líneas serían caminos o ceques hacia los adoratorios y las figuras
se habrían hecho para agradar a los dioses.
TIWANAKU – TIHUANACO:
Ubicado al sudoeste del lago Titicaca, Tiwanaku fue un populoso centro urbano
sustentado por un sofisticado sistema de agricultura en terrazas, bien adaptado
para producir grano a gran altitud. persistio un Gobierno Teocrátrico y en un
segundo plano, una casta militar, a diferencia de Wari, perteneciente al mismo
periodo.
Era un centro con grandes templos, los dioses eran antropomorfos, y la deidad
principal de Tiahuanaco es aquella conocida como la “Deidad de los Báculos”, que
representaría a un dios celestial que podría ser el Tunupa de los aymaras tardíos,
asociado al rayo y al trueno,… Otros investigadores ven en dicha imagen a la
deidad solar, y otros más creen que sería la primigenia imagen de Viracocha. La
representación más lograda aparece en la llamada Portada del Sol, donde la
imagen principal aparece en alto relieve, rodeada de 3 hileras de seres alados en
alto relieve. De su cabeza salen cabellos a manera de rayos y es la misma figura
que los huari captan, transforman y difunden
Su aporte mas importante fue en el área de la arquitectura, que tiene una
cuidadosa planificación y tecnología, eran construcciones muy avanzada para la
época. Podemos destacar, entre las planificaciones, los patios hundidos, las
pirámides escalonadas y las plataformas; haciendo hincapié en la de Akapana, el
Puma Punku, Kalasasaya y el templete semisubterráneo, Kori Kala y Putuni. La
portada del sol, una de las obras cumbres, se ubica en el patio semisubterráneo y
es el templo religioso más emblemático de la arquitectura de la cultura tihuanaco,
es un gran bloque de piedra que mide 3 metros de altura por 3,73 metros de
ancho, y pesa aproximadamente 12 toneladas. Este monolito se encuentra
esculpido en toda su superficie en plano relieve. En el centro se encuentra el dios
de las Varas. Esta puerta da acceso al templo de las ceremonias en Tiwanaku. El
patio central de las ceremonias , Kalasasaya, mide 126 metros de largo por 117
metros de ancho. En Kalasasaya se encuentran tres reconocidas esculturas: el
monolito Ponce, con una altura de tres metros con formas zoomorfas; el monolito
El Fraile o Dios del Agua, que representa un ser místico y tiene una altura de dos
metros; y la Puerta del Sol. Por ultimo, nos encontramos con la puerta del Puma,
reconocida por sus enormes piedras y por sus impresionantes cortes y ubicación,
que tienen un peso aproximado de 131 toneladas. Sin embargo, muchas son más
pequeñas.
En el aspecto artístico, crearon cerámicas frágiles, con formas antropomorfas
híbridas de cóndor y humano. Predominaba en sus piezas el color anaranjado,
ocre, blanco, rojo, negro y gris. Las decoraciones tenían formas geométricas y
solían reflejar animales selváticos como el puma, la alpaca, la llama, el cóndor y la
serpiente. Entre las piezas realizadas se encontraron vasos kero, que fue un
utensilio de bebidas alcohólicas de las ceremonias. Estos vasos tenían retratos
humanos. Se dice que las cerámicas tiahuanaco fueron influenciadas por la cultura
pucará, sobre todo en el ámbito religioso en el cual recreaban a los chamanes
sacrificadores. El uso de los trazos, los ángulos rectos, los dibujos escalonados y
en espiral, con un estilo simétrico, forman parte de la decoración de las cerámicas.
Las formas más comunes fueron los botellones de cuello corto, recipientes con
puentes, y vasijas con formas de aves y cabezas humanas.
Su economía se baso en la agricultura (papa y quínoa) y en la ganadería (llamas y
alpaca), animales de los que se aprovecho la carne, la lana y la leche. Fue un
Estado colonizador ya que no se preocupo por conquistar tierras con el objeto de
someter a los hombres que allí vivían, sino con el de explotarla ellos mismos para
obtener productos que el altiplano no le permitía producir. Tiahuanaco se convirtió
en una gran metrópoli con otras ciudades menores cerca del lago y una infinidad
de terrenos cerca de la costa que le proporcionaron maíz, legumbres, peces, etc.
En la selva producían yuca, mandioca y coca. En algunos lugares al expandirse se
encontraron con pueblos atrasados, pero en Ayacucho se encontraron con una
sociedad muy adelantada cuya coexistencia dio a luz una sociedad vigorosa.
WARI:
CONCLUSION:
Como conclusión, podemos mencionar las grandes similitudes entre las cinco
civilizaciones vistas hasta ahora, como lo son, en el nivel social, esta especie de
“señoríos” , una sociedad estratificada. Asi también, en el aspecto político,
comparten, en su mayoría, un estado teocrático. Pasando a la arquitectura, cada
una de estas civilizaciones se destaco con alguna obra de ingeniería y/o riego, sin
dejar de lado la cerámica, que, aunque cada una se destacaba por alguna técnica
especifica, compartían este arte. Pasando a la religión, todas comparten una
religión politeísta. Como vemos, estas grandes sociedades, no solo compartían
una zona vasta de territorio, si no que también, y no menos importante,
compartieron costumbres, creencias, sistemas políticos y sociales, y una forma de
vivir muy parecida uno con otros.
BIBLIOGRAFIA:
Rick, J., “Un análisis de los centros ceremoniales del período Formativo a
partir de estudios en Chavín de Huantar”, Boletín de Arqueología PUCP, Nº
10, 2006, pp. 201 a 214.
Shimada, I., “Los modelos de organización sociopolítica de la cultura
Moche: nuevos datos y perspectivas.” En: Moche. Propuestas y
perspectivas, Trujillo: Universidad Nacional de la Libertad, 1993, pp 359 a
388.
Bawden, G., “La paradoja estructural: la cultura Moche como ideología
política”. En: Moche. Propuestas y perspectivas, Trujillo: Universidad
Nacional de la Libertad, 1993, pp 389 a 412.
Browman, O. 1980. “Tiwanaku expansion and Altiplano Economic Patterns.”
Estudios Arqueológicos, 5. Chile. (hay traducción)
Lumbreras, L., Historia de América Andina. Las sociedades aborígenes.
Vol. I, Quito, Universidad Andina Simón Bolivar / Libresa, 1999, Caps. a
designar.
Davies, N. “Los antiguos reinos del Peru”, en Critica Arqueologia,
1997(caps. 1, 2, 3, 4)
Carbonell, Sandra , “Memoria externalizada en la cultura Nazca, fase 3-4.
Período monumental. Centro ceremonial Cahuachi”