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El concepto de hegemonía: Antonio Gramsci

Introducción

El 22 de enero de 1891, nace en Ales (Cagliari) Antonio Gramsci, un filosofo,


teórico marxista, político y periodista italiano. En 1911 estudio en la Universidad de Turín, aunque
abandonó en 1915 por problemas de salud. Trabajó como periodista en Avanti!, periódico del Partido
Socialista en 1916. Posteriormente fundó otro diario, el cual tuvo el nombre de Ordine Nuovo en
1919. Formó parte del movimiento de Consejos de Fábricas durante 1920. Gramsci fue uno de los
fundadores del Partido Comunista Italiano (PCI), en enero de 1921. Trabajó para la III Internacional
comunista en Moscú y Viena, aunque vuelve a Italia en el año 1924 para unirse a la oposición
parlamentaria enfrentada a la dictadura de Mussolini. Condenado por el régimen fascista a más de
20 años de prisión, fue arrestado en 1926 y encarcelado en 1928. En 1934, obtuvo la libertad
condicional por motivos de salud

En este trabajo nos enfocaremos en desarrollar y reflejar la concepción del término hegemonía en la
literatura marxista elaborada por Antonio Gramsci. La hegemonía, como categoría teórica, es uno de
los ejes principales y trascendentales en la literatura gramsciana. Atraviesa todas sus elaboraciones
teóricas, adaptándola a su doctrina marxista. Lo novedoso es el giro que le da a la percepción del
concepto, incluyendo a la visión economicista, una perspectiva ideológico cultural. En el presente
trabajo, tratare de explicar los distintos factores que entran en juego para la construcción de una
posición hegemónica, como, por ejemplo, la filosofía de la praxis, el rol del partido, la dinámica entre
dominación (coerción) y hegemonía (dirección), el papel que juega la sociedad civil y sociedad
política, etc.

Gramsci no solo ve a la hegemonía como un principio teórico- practico, sino que explora en la
naturaleza del concepto y determina su carácter gnoseológico “es una afirmación de carácter
gnoseológico, en el sentido de que indica el proceso a través del cual se forman las ideas, las
concepciones del mundo” (Luciano Gruppi, 1978). Este aspecto es fundamental y se podría decir que
punto de partida para entender la perspectiva novedosa que aporto el autor a la literatura hasta ese
momento conocida sobre el concepto. Alejándose del determinismo económico clásico de las
corrientes marxistas.

Estructura y superestructura

El desarrollo del concepto en las obras del autor son una construcción propositiva, que invita a
superar el ámbito de lo teórico y pasar a su manifestación práctica. Llama a la acción política y junto
con ello, la ideología y la dirección política y cultural son factores determinantes. Todo esto, con el fin
practico de poder crear y desarrollar la conciencia de clases que le permita al proletariado (y a todos
los grupos oprimidos) poder unirse y crear una nueva hegemonía para tomar el poder. Similar a lo
que planteaba Lenin con su teoría de “la dictadura del proletariado”.

Para un marxista los conceptos de infraestructura y superestructura son claves. Esto se ve reflejado
en Marx en su determinismo económico:

“Marx afirma que la base económica, la estructura, determina una compleja superestructura política,
moral, ideológica, que está condicionada por dicha base económica de la sociedad, es decir, por las
relaciones de producción y de cambio” (Luciano Gruppi El concepto de Hegemonía en Gramsci, 1978)

Lo mismo ocurre con Lenin, que lo ve desde una perspectiva mas revolucionaria en su teoría de la
“Dictadura del proletariado”, según la cual las clases oprimidas (el proletariado) debería tomar los
medios de producción y luego, alterar la superestructura. “Para Lenin, había que transformar
primero lo que Marx denominó en sus obras "infraestructura" (la economía), para de ahí proceder a
modificar la "superestructura" (religión, derecho, ideología, cultura).” (FLORES, Gramsci y la
decadencia cultural en occidente)

Gramsci le da un giro intelectual a la relación dialéctica 1 entre estructura y superestructura, ya que le


dará una mayor importancia a la superestructura. Alejándose de la visión clásica que plantea el
determinismo económico que impone la estructura sobre la superestructura. En este punto, el rol de
la hegemonía cultural es clave, como así también, su visión sobre la filosofía de la praxis y la iniciativa
política que propone que deben tener los grupos subalternos para tomar conciencia y salir de ese
determinismo y “alcanzar la hegemonía político-intelectual en la sociedad civil y volverse dominante
en el Estado” (Gramsci, Los cuadernos de la cárcel en Campione 2007)

Es necesario tener en cuenta la distinción que hace en cuanto a la ideología. Según Campione (2007),
Gramsci rechaza la concepción de la ideología como una producción consiente e intencionada de las
clases sociales dominantes para justificar y defender su dominación , una suerte de engaño a las
masas que basta con denunciar en su falsedad para que caiga por su base. La ideología es un
producto de la lucha social que se desenvuelve a lo largo de toda la historia.

Por lo tanto, podemos ver que hace mención a dos usos distintos del término, uno aplicado a la
superestructura necesaria de una determinada estructura, y otro como una construcción de
pensamiento realizado arbitrariamente por determinados individuos. “Las históricamente
“necesarias” organizan a las masas y forman el terreno en que los hombres se mueven, adquieren
conciencia de su posición y luchan. Mientras que las arbitrarias, propias de individuos o pequeños
grupos, si no logran volverse orgánicas de un determinado sector social, tienen destino de
marginalidad o desaparición” (Gramsci, Los cuadernos de la cárcel en Campione, 2007)

En consecuencia, vemos que la filosofía de la praxis debe privilegiar la consideración de las ideologías
“necesarias” vinculadas a la base de la sociedad. Ya que la independencia que lleguen a conseguir las
clases subalternas, de la cosmovisión establecida por la dominante es un hecho clave para la lucha de
clases.

La filosofía de la praxis

Para conseguir la obtención de una nueva hegemonía, el autor destaca que es necesaria e inverosímil
la puesta en práctica de una filosofía de la praxis. Y ¿qué es la filosofía de la praxis? , el autor en su
capitulo “Introducción a la filosofía de la praxis” en pocas palabras nos explica el significado de esta
construcción:

“De este modo, se llega incluso a la igualdad o ecuación entre “filosofía y política”, entre
pensamiento y acción, es decir, a una filosofía de la praxis.” (Gramsci, introducción a la filosofía de la
praxis en Solé-Tura, 1970)

Esta filosofía de la praxis es sumamente necesaria para que el proletariado salga de su condición
corporativista, y a suma cierta conciencia de clase que lo lleve a la acción política, mas precisamente
a representar y defender todas las luchas que tengan como origen una situación de opresión sobre
un determinado grupo, para conseguir así, la construcción de una hegemonía nueva.

No considera a la filosofía de la praxis como un sistema de pensamiento sino, mas bien, como una
concepción del mundo, que se debe viralizar y difundir entre los miembros de las grandes masas, ya
1
El carácter dialectico significa que cada cosa es lo que es, y solo llega a serlo en interna relación y
dependencia con otras cosas.
que generará un cambio civilizatorio. Por lo tanto, su importancia recae en su intención de
transformar.

“la filosofía de la praxis, no tiende a resolver pacíficamente las contradicciones existentes en la


historia y en la sociedad, incluso es la misma teoría de tales contradicciones, no es el instrumento de
gobierno de grupos dominantes para obtener el consenso y ejercer la hegemonía sobre clases
subalternas, es la expresión de estas clases subalternas que quieren educarse a si mismas en el arte
de gobierno y que tienen interés en conocer todas las verdades, incluso las desagradables, y en evitar
los engaños (imposibles) de la clase superior y tanto mas de si mismas” (Gramsci, Los cuadernos de
la cárcel en Campione 2007)

Aunque en numerosas veces se lo considera a Gramsci como el principal referente del desarrollo del
concepto hegemonía en el marco de la literatura y concepción marxista, se podría decir que, en
realidad, fue un continuador del pensamiento que empezó Lenin.

Un ejemplo claro es su teoría de la dictadura del proletariado, como la puesta en práctica de la


hegemonía de dicha clase y un cambio rotundo tanto en el plano económico estructural, como
también así, en el modo de pensar y concebir la realidad.

El principio teórico-practico de la hegemonía es el aporte teórico máximo de Lenin a la filosofía de la


praxis:

“Ilich hizo progresar efectivamente la filosofía como filosofía en la medida en que hizo progresar la
doctrina y la práctica política. La realización de un aparato hegemónico, en la medida en que crea un
nuevo terreno ideológico, determina una reforma de las conciencias y de los modos de
conocimiento, es un hecho de conocimiento, un hecho filosófico. Para decirlo con lenguaje crociano:
cuando se consigue introducir una nueva moral conforme a una nueva concepción del mundo, se
termina por introducir también esta concepción, es decir, se determina una reforma filosófica total.”
(Gramsci, introducción a la filosofía de la praxis en Solé-Tura, 1970)

Por lo tanto, podríamos decir que, el aporte máximo de Lenin, al que hace referencia en el último
fragmento, consiste en la obra de la transformación revolucionaria.

Los intelectuales

El autor también destaca como un factor fundamental el desarrollo de un grupo de intelectuales


orgánicos. Para Gramsci, los intelectuales son “toda la masa social que ejerce funciones organizativas
en sentido lato, tanto en el campo de la producción como en el de la cultura y en el político-
administrativo” (2007)

Los intelectuales orgánicos se diferencian de los tradicionales, debido a que no tienen su tendencia
individualista y no se autoengañan con la falsa noción de que su posición es independiente a la clase
dominante. Para Gramsci no hay intelectuales independientes, sino que cada grupo social tiende a
formar su propio grupo de intelectuales.

“Los intelectuales de las clases progresistas, en las condiciones dadas, ejercen un poder tal de
atracción que termina, en último análisis, por subordinar a los intelectuales de los otros grupos
sociales, y en consecuencia por crear un sistema de solidaridad entre todos los intelectuales con
vínculos de orden psicológico y de casta” (2007)

El deber de este grupo de intelectuales orgánicos o nuevos intelectuales, es el de determinar y


organizar la revolución cultural, y para ello es necesario generar cierta autoconciencia critica, de
dirigir y organizar a las masas. Encargado de ser portador de una concepción mas humanista-
histórica, por que sin esta no llegarían a ser dirigentes, sino solamente especialistas de la política:

“Autoconciencia crítica significa histórica y políticamente creación de una élite de intelectuales: una
masa humana no se «distingue» y no se hace independiente «por sí misma» sin organizarse (en
sentido lato), y no hay organización sin intelectuales, es decir sin organizadores y dirigentes, o sea,
sin que el aspecto teórico en el nexo teoría-práctica se distinga concretamente en un estrato de
personas «especializadas» en la elaboración conceptual y filosófica)” (Gramsci, INTRODUCCION A LA
FILOSOFIA DE LA PRAXIS en Solé-Tura, 1970)

Algunos intelectuales, a su vez, también se desempeñan en acciones o funciones de dominio, ya que


son los encargados por el grupo dominante para el ejercicio de las funciones subalternas de la
hegemonía social y del gobierno político, esto es:

“…del consenso "espontáneo" otorgado por las grandes masas de la población a la directriz marcada
a la vida social por el grupo básico dominante, consenso que surge "históricamente” del prestigio y
de la confianza originados por el grupo prevalente por su posición y su papel en el mundo de la
producción; y en el aparato coercitivo estatal, que asegura “legalmente” la disciplina de los grupos
activa o pasivamente en “desacuerdo”, instituido no obstante para toda la sociedad en previsión de
momentos de crisis de mando y de dirección, cuando el consenso espontáneo declina” (Gramsci, La
formación de los intelectuales2, en González Vega, 1967)

Después de mencionar esto, hay que hacer mención también a la responsabilidad que Gramsci le
otorga al partido, como mecanismo de homogenización de la clase en lo político-cultural, la cuna del
grupo de intelectuales (que poniendo en práctica la filosofía de la praxis van a imponer su posición
crítica al sentido común y a la clase dirigente tradicional, elaborando una conciencia de
cuestionamiento a su dominación). El autor hacer una analogía con la figura del príncipe creada por
Maquiavelo, ya que considera que la obra de este último deber ser entendida y aprovechada por el
proletariado. Ve a la figura de partido político como el órgano sintetizador de distintas voluntades
colectivas parciales que tienden a convertirse en universales y totales:

«Las ideologías previamente desarrolladas se transforman en «partido», entran en conflicto y


confrontación, hasta que sólo una de ellas, o al menos una sola combinación, tiende a prevalecer,
imponiéndose y propagándose a través de la sociedad. De este modo, consigue no sólo una
unificación de los objetivos económico y político, sino también la unidad intelectual y moral,
planteando todas las cuestiones sobre las que surge la lucha no en un plano corporativista, sino
universal. Crea así la hegemonía de un grupo social fundamental sobre una serie de grupos
subordinados» (Gramsci, Los cuadernos de la cárcel, en Anderson, 1981)

Para Gramsci el partido no solo es un instrumento de a articulación de los intereses de un grupo


social, sino que ve el vinculo entre estos y el partido como una construcción hegemónica, en cuanto a
la construcción de alianzas:

“Si bien cada partido es expresión de un grupo social, sin embargo , determinados partidos
representan precisamente a un solo grupo social en ciertas condiciones dadas en cuanto que ejercen
una función de equilibrio y de arbitraje entre los intereses de su propio grupo y los otros grupos y
procuran que el desarrollo del grupo representados se produzca con el consenso y la ayuda de los
grupos aliados, sino es que también de los grupos adversarios” (Gramsci, Los cuadernos de la cárcel
en Campione 2007)

2
Titulo de la obra original en italiano: “Antologia degli scritti”
Gramsci considera que la burocratización del partido hace que esta relación con el grupo o los grupos
sociales se caiga, ya que se vuelve un freno mas que un representante e impulsador de sus intereses.

Sociedad civil y sociedad política

La sociedad política es el ámbito de lo público, lo político-jurídico, el ejercicio de la coerción.


Mientras que la sociedad civil se relaciona con lo privado, las relaciones voluntarias, y la construcción
de consenso:

“ De momento, se pueden establecer dos grandes "capas" superestructurales: la llamada, por así
decir, "sociedad civil", que abarca al conjunto de organismos vulgarmente denominados "privados" y
la "sociedad política o Estado", que corresponde a la función "hegemónica" que el grupo dominante
ejerce sobre toda 1a sociedad y al "poder de mando directo" que se manifiesta en el Estado y en el
gobierno "jurídico” (Gramsci, La formación de los intelectuales, en Gonzalez Vega, 1967)

Anderson, entiende la concepción de estado en Gramsci desde 3 posiciones: 1) como sociedad


política, 2) estado en contraposición a la sociedad civil (da el ejemplo del liberalismo económico) y
3) considerándolo equivalente a la sumatoria de la sociedad civil y la sociedad política: “La noción
general del estado incluye elementos que necesitan ser referidos a la noción de sociedad civil (en el
sentido en que se puede decir que el estado = sociedad política + sociedad civil, en otras palabras,
hegemonía revestida de coerción)”(Gramsci , los cuadernos de la cárcel en Anderson 1981)

Campione retoma la misma cita para definir al estado, pero excluye la posibilidad de que sea visto en
contraposición con la sociedad civil. Considera al estado, según Gramsci, como la sumatoria de
ambas sociedades, y por consecuente, de las funciones de dominio y hegemonía. Gramsci asocia a la
sociedad civil con el autogobierno y a la sociedad política con el gobierno de los funcionarios.

A su vez, en cuanto al termino de sociedad civil, reconoce que no es lo mismo hablar de esta unidad
de estudio analizándola en Occidente, que, si lo hiciéramos en Oriente, debido a la fortaleza de su
estructura estatal:

“En Oriente el estado era todo, y la sociedad civil era primitiva y gelatinosa, en Occidente bajo el
temblor del estado se evidenciaba una robusta estructura de la sociedad civil. El estado era solo una
trinchera avanzada detrás de la cual se hallaba una robusta cadena de fortalezas y casamatas… esto
exigía un cuidadoso reconocimiento de carácter nacional…. En los estados mas avanzados, donde la
sociedad civil se ha convertido en una estructura compleja y resistente a las irrupciones catastróficas
del elemento económico inmediato (crisis, depresiones, etc) las superestructuras de la sociedad civil
son como el sistema de las trincheras de la guerra moderna… se trata de estudiar con profundidad
cuales son los elementos de la sociedad civil que corresponden a los sistemas de defensa en la guerra
de posiciones” (Gramsci, los cuadernos de la cárcel en Campione, 2007)

Una sociedad civil desarrollada corresponde a la mayor gravitación del consenso y es por lo tanto, la
base posible de una autentica hegemonía. También se considera que la opinión pública es un
instrumento para justificar la acción del estado y que, a su vez, actúa como factor organizador de la
sociedad civil. Y por eso existe la lucha para dominar los medios que forman la opinión publica. A mi
entender la importancia de la opinión publica recae en su carácter homogéneo, que permite una
acción política unificada y poderosa.

“La opinión pública es el contenido político de la voluntad política pública que podría ser discordante:
por eso existe la lucha por el monopolio de los órganos de la opinión pública: periódicos, partidos,
parlamento, de modo que una sola fuerza modele la opinión y con ello la voluntad política nacional,
convirtiendo a los disidentes en un polvillo individual e inorgánico” (Gramsci, los cuadernos de la
cárcel en Campione, 2007)

Por lo tanto, se puede ver al estado como el lugar de la coerción o dominación armada de la
burguesía sobre las clases explotadas, mientras que la sociedad civil es el terreno de su dirección
cultural o hegemonía consentida sobre ellas

“La preponderancia de la sociedad civil sobre el estado en Occidente puede ser equiparada al
predominio de la «hegemonía» sobre la «coerción» como la forma fundamental del poder burgués
en el capitalismo avanzado. En la medida en que la hegemonía pertenece a la sociedad civil, y la
sociedad civil prevalece sobre el estado, es la ascendencia cultural de la clase dominante la que
garantiza esencialmente la estabilidad del orden capitalista. En la utilización de Gramsci, aquí,
hegemonía significa la subordinación ideológica de la clase obrera por la burguesía, la cual la
capacita para dominar mediante consenso.” (Anderson, 1981)

El grupo fundamental para perseguir y que se materialicen sus intereses, necesitan presentar al
Estado como un representante del conjunto de los grupos, incluyendo a los subalternos.

“El Estado es concebido como un organismo propio de un grupo, destinado a crear las condiciones
favorables para la máxima expansión del mismo grupo; pero este desarrollo y esta expansión son
concebidos y presentados como la fuerza motriz de una expansión universal, de un desarrollo de
todas las energías “nacionales”. El grupo dominante es coordinado concretamente con los intereses
generales de los grupos subordinados y la vida estatal es concebida como una formación y
superación continua de equilibrios inestables (en el ámbito de la ley) entre los intereses del grupo
fundamental y los de los grupos subordinados, equilibrios donde los intereses del grupo dominante
prevalecen hasta cierto punto, o sea, hasta el punto en que chocan con el mezquino interés
económico-corporativo.” (Gramsci, Algunos temas de la cuestión meridional en Albarez Gómez,
2016)

Por lo tanto, entendemos que lo que es necesario e imperativo conseguir para contruir una
hegemonía y que el proletariado pueda llegar al poder, es una red de alianzas entre distintos grupos
sociales basadas en el consenso. El proletariado debe adoptar las reivindicaciones de todos los
grupos que son oprimidos y canalizar dichas demandas para crear un programa único, movilizar a las
masas trabajadoras e ir en contra del estado burgués y del capitalismo. Debe convertirse en clase
dirigente conquistando a las masas, antes de conquistas el aparato estatal de coerción.

“El proletariado puede convertirse en clase dirigente y dominante en la medida en que consiga crear
un sistema de alianza de clases que le permita movilizar contra el capitalismo y el Estado burgués a la
mayoría de la población trabajadora, lo cual quiere decir …., en la medida en que consigue obtener el
consenso de las amplias masas campesinas, …comprender las exigencias de clase que representan,
incorporar esas en su programa revolucionario de transición y plantear esas exigencias entre sus
reivindicaciones de lucha.” (Gramsci, Algunos temas de la cuestión meridional en Albarez Gómez,
2016)

“un grupo social puede e incluso debe ser dirigente aun antes de conquistar el poder gubernamental
(esta es una de las condiciones principales para la misma conquista del poder), después, cuando
ejercer el poder y aunque lo tenga fuertemente en el puño, se vuelve dominante pero debe seguir
siendo también dirigente… resulta claro que puede y debe existir una actividad hegemónica incluso
antes del ascenso al poder y que no hay que contar solo con la fuerza material que el poder da para
ejercer una dirección eficaz” (Gramcsi , Los cuadernos de la cárcel en Campione, 2007)
Anderson ve como Lenin hablaba de hegemonía como sinónimo a la asunción del proletariado al
papel de guía del conjunto de la población trabajadora y explotada, desde una perspectiva de la clase
obrera en una revolución burguesa contra un orden feuda. Visión que Gramsci se encarga de ampliar,
no solo viendo a la hegemonía desde una perspectiva de la clase obrera sino también, desde los
mecanismos de la dominación burguesa sobre la clase obrera en una sociedad capitalista
estabilizada. Algunos autores, ven una diferencia en el uso que le da cada autor al termino, y esa
discrepancia recae en el tipo de dirección a la que cada uno le da preeminencia. Gramsci lo hará a la
dirección cultural e ideológica, mientras que Lenin privilegia la conducción política y militar.

La hegemonía en Gramsci implica una construcción, que permite a la clase salir de su estado
corporativista meramente económico, para conseguir una dirección cultural e ideológico. Es decir,
pasar de la estructura a la superestructura. Y que los intereses de la clase se universalicen y abarquen
a otros grupos subalternos. Gramsci habla sobre la hegemonía como un momento o una etapa
superior:

“…aquel en que se alcanza la conciencia de que los propios intereses corporativos, en su desarrollo
actual y futuro, superan el circulo corporativo,…. Superan el circulo corporativo, de grupo
meramente económico y pueden y deben convertirse en los intereses de otros grupos subordinados.
Esta es la fase mas estrictamente política, que señala el transito neto de la estructura a la esfera de
las superestructuras complejas, es la fase en la que las ideologías germinadas se convierten en
“partido”, entran en confrontación y se declaran en lucha hasta que una sola de ellas o al menos una
sola combinación de ellas, tiende a prevalecer, a imponerse, a difundirse por toda el área social,
determinando, además de la unidad de los fines económicos y políticos, también la unidad
intelectual y moral, situando todas las cuestiones en torno a las cuales hierve la lucha no en el plano
corporativo sino en un plano “universal” y creando así la hegemonía de un grupo social fundamental
sobre una serie de grupos subordinados” (Gramsci, Los cuadernos de la cárcel en Campione, 2007)

Al mismo tiempo, vemos al concepto de dominio, que implica muchas veces, la liquidación o el
sometimiento de los grupos contrarios, y por lo tanto, se relaciona con el momento de coerción o
uso de la fuerza armada, como una antítesis de la hegemonía. En cambio, ésta última está
relacionada con un predominio que se da en el ámbito intelectual y cultural, y está relacionada más
con la acción de dirigir. Pero no hay dirección sin una base estructural, es decir, la base hegemónica
debe ser una clase fundamental de la estructura de la sociedad, que pueda aparecer como la clase
que realiza los intereses de toda la sociedad. Por lo tanto, para mantener dicha hegemonía es
necesario que el grupo que la detente sacrifique ciertos intereses para crear una forma de ver al
mundo que sea armoniosa. Es decir, debe ser consciente que debe “negociar” con los otros grupos
para tomar en cuenta sus otros intereses. El partido como intelectual colectivo 3, realiza la unión
política e ideológica de las clases subalternas, a las que agrupa en un conjunto armonioso de fuerzas
nacionales

Gramsci escribió: «La supremacía de un grupo social asume dos formas: «dominación»» y «dirección
moral e intelectual». Un grupo social es dominante sobre grupos enemigos a los que tiende a
«liquidar» o someter con la fuerza armada, y es dirigente sobre grupos afines y aliados» (Gramsci,
Los cuadernos de la cárcel, en Anderson, 1981)

Por lo tanto, la definición que da el autor sobre hegemonía es: “un continuo formarse y superarse de
equilibrios inestables… entre los intereses del grupo fundamental y los d ellos grupos subordinados,
equilibrios en los que los intereses del grupo dominante prevalecen pero hasta cierto punto, o sea no

3
Organismo portador de una nueva concepción del mundo
hasta el burdo interés económico - corporativo” (Gramsci, Los cuadernos de la cárcel, en Carpione
2007)

Considera que la opinión pública, cumple un rol fundamental a la hora de brindar apoyo (o no) a
través del consenso mayoritario, a la utilización de la fuerza. Este apoyo se ve manifestado a través
de los órganos de producción de la opinión pública, como los medios de comunicación, la educación,
etc. Al hacer referencia de los órganos institucionales de producción hegemónica menciona a la
educación, los tribunales, los medios de comunicación, religión, etc.

BIBLIOGRAFIA

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acción política” Centro de Estudios Avanzados de la Universidad Nacional de Córdoba

http://bdigital.uncu.edu.ar/objetos_digitales/9093/08-albarez-esc15-2017.pdf

Anderson. P (1981) LAS ANTINOMIAS DE ANTONIO GRAMSCI. Estado y revolución en Occidente


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Campione. D (2007) – “Para leer a Gramsci”. Ediciones Centro Cultural de la Cooperación Floreal
FLORES, R. M - GRAMSCI Y LA DECADENCIA CULTURAL DE OCCIDENTE
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Solé-Tura. J (1970) – “Introducción a la filosofía de la praxis”. (Selección hecha sobre la Antología


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