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ESTUDIANTE: DORA NELIS VILLALOBOS

PORTILLO

CATEDRATICO: LICDA. REINA LOBO

FACULTAD DE CIENCIAS HUMANIDADES

AÑO: 2020
Índice
 1Historia de la ONCE
o 1.1Antecedentes y fundación

o 1.2La ONCE durante la Dictadura

o 1.3Democratización y crecimiento

 2Organización y funcionamiento
o 2.1Fundaciones

o 2.2ILUNION

 3Servicios sociales
o 3.1Educación

o 3.2Teatro y música

o 3.3Empleo

 4Juegos ONCE
Introducción
Este ensayo no está para criticar la postura de organizaciones, instituciones o
compañías respecto a la accesibilidad y las tecnologías, más bien está como crítica
constructiva, para poder sumar conocimiento y con ello aunar en beneficio de las
personas con discapacidad, y más concretamente las personas con baja visión.
El objetivo de este estudio, es conseguir que las personas con baja visón sean visibles
y estén también presentes en estudios y trabajos de investigación, e incluirlas con las
personas con una ceguera total o una agudeza visual severa, cuando la muestra sea
personas con discapacidad visual, consiguiendo con ello una situación de no
segregación, y un mayor conocimiento sobre la situación real de todas las personas
que pertenecen a la clasificación de discapacidad visual.
Al no englobar a todas las personas dentro de la discapacidad visual, en los estudios
de investigación sobre necesidades y accesibilidad a las Tecnologías de la Información
y Comunicación (TIC), los resultados que se extraen no serán fiables, consiguiendo un
error de sesgo que desvirtuará la realidad. Los datos recabados por fuentes como el
Instituto Nacional de Estadística (INE), estima un total de 979.200 personas que
padecen algún tipo de discapacidad visual, difieren del estudio, que en el momento de
realizar éste, se encuentran un total de 433.585 personas, o afirmando que más de la
mitad de la población española con discapacidad visual, forma parte de alguna
asociación, siendo especialmente destacada su participación en la Organización
Nacional de Ciegos de España (ONCE), con una cifra estimada de 193.050 personas,
cuando el número de afiliados inscritos es de 71.769, llegando a la conclusión que las
necesidades y accesibilidad, de las personas con discapacidad visual son las de los
usuarios con ceguera total y con un déficit visual grave, que supone el 7,08% de la
población en España con discapacidad visual, y obviando las necesidades del 92,92%
de las personas con agudeza visual moderada o baja visión, que también son parte del
sector de discapacidad visual, como indica la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En una primera parte, se realiza la exposición de dos trabajos de investigación, sobre
problemas y acceso a las TIC, por parte de las personas con discapacidad,
especialmente la visual; un estudio ha sido presentado en el II Congreso Internacional
de Universidad y Discapacidad, y el segundo es el Estudio sobre el acceso y uso de las
TIC por las personas con discapacidad. A posteriori se realiza una observación y
reflexión sobre los datos extraídos, teniendo presente la discapacidad visual.
Finalmente, se presentan unas conclusiones donde se demostrará que las personas
con baja visión son excluidas del sector de personas con discapacidad visual.
La Organización Nacional de Ciegos Españoles (ONCE) es una corporación de
derecho público de carácter social sin ánimo de lucro que tiene el propósito
fundamental de mejorar la calidad de vida de las personas ciegas, personas con
resto visual y personas con discapacidad de toda España.
Cuenta con 72 231 afiliados (a 31 de diciembre de 2019), de los cuales el 87 % son
personas con deficiencia visual grave y el 13 % personas con ceguera total.1
Se trata de una organización muy activa que participa en los diversos foros
nacionales e internacionales sobre ceguera y discapacidad, promoviendo también
distintas iniciativas para lograr su función. Es socio fundador del Comité Español de
Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI).2
Tiene reconocida una concesión estatal en materia de juego para
la comercialización de loterías, que le permiten financiar su labor social y crear
empleos para sus afiliados.

Organización Nacional de Ciegos Españoles

Acrónimo ONCE

Tipo Organización sin ánimo de


lucro

Forma legal Corporación de derecho


público

Fundación 13 de diciembre de 1938

Fundador Ramón Serrano Suñer

Sede Madrid

Área de España
operación

Presidente Miguel Carballeda

Miembro de World Lottery Association


Filiales Grupo Ilunion

Coordenadas 41°22′32″N 2°09′08″E

Sitio web www.once.es

Historia de la ONCE[editar]
Antecedentes y fundación[editar]

Kiosco en Alhaurín de la Torre


A principios del siglo XX nacieron en España las primeras rifas callejeras
organizadas por asociaciones de invidentes, un colectivo que hasta entonces
estaba mayoritariamente abocado a la mendicidad.3 Pese a ser ilegales, a partir de
los años 1930 estos sorteos locales fueron extendiéndose por distintas ciudades,
especialmente por Levante, Cataluña y Andalucía. Destacaban la Associació de
Cecs de Catalunya —creada en 1934 por el republicano Roc Boronat, entonces
comisario de Beneficencia del Ayuntamiento de Barcelona—,4 la Sociedad de
Socorros Mutuos y Defensa del Ciego de Cádiz (fundada por Antonio Calvo García,
Alfredo Romero Cantero, Manuel Mera Gago, Emilio García Rincón y Vázquez,
Silverio de la Pascua y Díaz de la Serna, Arturo Osiel Benazuli y Manuel Muñoz
García),565 el Centro Instructivo y Protector de Ciegos de Granada (fundado
por José Recuerda Rubio), y la asociación sevillana La Hispalense.
El primer intento de crear una organización a nivel nacional fue la Federación
Hispánica de Ciegos, impulsada en 1930 por José Ezquerra. En 1931 nació el
Patronato Nacional de Protección de Ciegos, un organismo estatal dirigido por
videntes, heredero del Patronato Nacional de Sordomudos, Ciegos y Anormales
de 1910.7
En 1937, en plena guerra civil española, Javier Gutiérrez de Tovar, presidente de La
Hispalense sevillana, impulsó la Federación Bética de Ciegos, que aglutinaba a las
asociaciones locales de Andalucía y Extremadura, y que aspiraba ser el embrión de
una federación nacional.8 Paralelamente, en Burgos, sede del Gobierno nacional,
las autoridades falangistas y un grupo de invidentes (encabezado por Fernando
Martínez-Burgos, Primitivo Pérez y Mariano Ortega) habían empezado a trabajar en
la reconstitución del Patronato de Ciegos, inactivo desde el inicio de la guerra. En
enero 1938 una delegación de la Federación Bética se reunió con el grupo de
Burgos. Acordaron la creación de una organización nacional de ciegos, renunciando
al modelo benéfico del Patronato (una pensión diaria de seis pesetas para los
invidentes, sufragada por las administraciones públicas) en favor de la propuesta de
Gutiérrez de Tovar, defensor de la autonomía económica de los invidentes a través
de la venta de cupones de lotería.8
Tras este acuerdo, el 25 de agosto de 1938, en el Congreso de la Asociación
Española para el Progreso de las Ciencias celebrado en Santander, Gutiérrez de
Tovar expuso una ponencia en defensa de la tiflología y de la creación una
organización nacional de ciegos, destinada a la integración social de los invidentes.
Al día siguiente la presentó al Gobierno, obteniendo el apoyo del Director General
de Beneficencia, Javier Martínez de Bedoya, y del Ministro de Interior, Ramón
Serrano Suñer.8 El 4 de diciembre una Orden Ministerial disolvió el Patronato
Nacional de Protección de Ciegos.3 El 11 de diciembre Serrano Suñer presentó el
proyecto de creación de la Organización Nacional de Ciegos (ONC) al Consejo de
Ministros, donde fue aprobado. El 13 de diciembre de 1938, festividad de Santa
Lucía (patrona de los invidentes), Francisco Franco firmó el decreto fundacional de
la ONC.3
Dependiente del Ministerio del Interior, se crea la Organización Nacional de Ciegos,
que agrupará en ella, obligatoriamente, a todos los invidentes españoles, con fines
de mutua ayuda y para resolución de sus problemas específicos. En dicha
Organización se fusionarán todas las entidades existentes en la actualidad, tanto
culturales y de trabajo, como de otro carácter, siempre que traten de problemas
relacionados con los no videntes.
Artículo 1 del decreto fundacional (BOE de 16 de diciembre de 1938)9
El mismo decreto estableció la creación del Consejo Superior de Ciegos, organismo
dependiente del Estado y dirigido por videntes, que durante toda la Dictadura
franquista tuteló a la ONC, administrando sus recursos económicos, aprobando sus
planes y designando a su Jefe Nacional, siendo Gutiérrez de Tovar el primer
elegido para este puesto.3
En 1939 se aprobó el Reglamento de la ONC, que autorizaba su participación en el
monopolio estatal del juego mediante la comercialización del «cupón prociegos»
como «forma excepcional y exclusiva de ingresos para los no videntes
imposibilitados de desempeñar una profesión». El primer sorteo se celebró en
Madrid el 8 de mayo de 1939.3 En los años siguientes, la ONC inició un proceso de
integración de las distintas asociaciones locales, reemplazando al mismo tiempo las
múltiples rifas existentes por el nuevo cupón que, no obstante, mantuvo los sorteos
por separado en cada delegación provincial.
La ONCE durante la Dictadura
Durante los años 1940 la ONCE abrió sus primeros colegios para invidentes y
fomentó la inclusión laboral con la creación de fábricas de dulces y talleres
industriales. Los desencuentros de Gutiérrez de Tovar con el Consejo Superior de
Ciegos provocaron su cese en 1948. Fue reemplazado transitoriamente por Benito
Hermida, el único vidente al frente de la organización en toda su historia, y
en 1949 José Ezquerra fue designado Jefe Nacional. Desempeñó el cargo durante
una década, apostando por un modelo mutualista, que le llevó a cerrar las fábricas
abiertas en la etapa anterior.3 En 1952 se añadió el término Españoles a la
denominación de la organización.
La inserción laboral de los invidentes, más allá de la venta de los cupones, se
convirtió en uno de los objetivos prioritarios de la ONCE a partir de los años 1960,
con Ignacio de Satrústegui al frente. Para ello se impulsaron centros de formación
profesional y talleres ocupacionales. La culminación de este proceso fue la creación
de la Escuela de Fisioterapia (1964), la Escuela de Telefonía (1966) y el Centro de
Rehabilitación y Formación Profesional (1966). Paralelamente, durante esta etapa
se potenciaron las bibliotecas y las imprentas braille y se impulsó el audiolibro.3
Democratización y crecimiento
Al finalizar la Dictadura, la organización inició un convulso proceso de
democratización y autogestión, impulsado por un grupo emergente de jóvenes
sindicalistas,10 que culminó el 19 de enero de 1982, con la celebración de las
primeras elecciones entre los afiliados. Antonio Vicente Mosquete fue el primer
presidente elegido democráticamente. En los años siguientes se llevó a cabo un
importante proceso de modernización y democratización de la ONCE que pasó de
ser una organización caritativa a una institución de servicios. Cambio que se
produjo en paralelo con el desarrollo empresarial de la ONCE gracias
fundamentalmente a la reconversión del Cupón Pro-Ciegos en un sorteo a nivel
nacional, con una mayor dotación en premios. Esta iniciativa comercial, lanzada el 2
de enero de 1984, logró una gran popularidad, aumentando las ventas de cupones
un 300 %. En las siguientes elecciones democráticas, en 1986, Vicente Mosquete
fue reelegido, pero esta vez logrando su grupo, UP, la mayoría absoluta. Miguel
Durán, accedió en esta segunda legislatura a la Dirección General de la ONCE. Se
abrió entonces una etapa marcada por dos acontecimientos, que sucederían un año
después. El primero, la muerte prematura de Antonio Vicente Mosquete. 11 El
segundo, el rotundo éxito comercial del «cuponazo», que llevó a la institución a
multiplicar sus ingresos.
Acompañando ese éxito comercial la ONCE amplió su campo de acción también a
otras discapacidades distintas a la ceguera. En 1988 se creó la Fundación ONCE
para la cooperación e inclusión social de las personas con discapacidad. Un año
después la Fundación impulsó el grupo empresarial Fundosa, con el objetivo de
generar empleo estable para personas con discapacidad.
A partir de 1989, con Miguel Durán como director general, la ONCE inició un
proceso de inversiones en sectores estratégicos como las finanzas (a través de
Finonce), la industria (Indonce), los servicios (Servionce), el negocio inmobiliario
(Surba) y la comunicación (Divercisa). En este último sector desarrolló una notable
actividad, destacando la compra de los periódicos El Independiente y Diario de
Barcelona, así como la participación en la creación de la agencia de
noticias Servimedia, de la cadena televisiva Telecinco y de la radiofónica Onda
Cero, las dos últimas presididas por el propio Durán. La mayor parte de esas
inversiones en medios de comunicación resultaron altamente deficitarias para la
ONCE.12 Esta etapa finalizó en 1993, con la dimisión de Durán, tras discrepancias
con el Consejo General. Ese mismo año se creó la Corporación Empresarial ONCE
(CEOSA), con el objetivo de aglutinar las distintas empresas que la organización
había ido creando desde 1989.
En los años 2000, las ventas del cupón entraron en un progresivo declive, motivado
por la creciente competencia en el sector de las apuestas y loterías. 13 Esta situación
llevó a la ONCE a introducir nuevos juegos en el mercado. En 2004 lanzó El
Combo, su primer juego activo y en 2006 creó El Rasca, su primera lotería
instantánea. Tras quedar fuera de la comercialización de la lotería
europea Euromillones (gestionada por el Estado), en 2012 inició la venta exclusiva
en España de su principal competidora, el Eurojackpot.14
En el año 2013, la ONCE recibió el Premio Príncipe de Asturias de la
Concordia como reconocimiento a su labor en la integración social de las personas
con discapacidad. El 2 de mayo de 2018 recibió la gran cruz de la Orden del 2 de
mayo, bajo la forma de Placa de Honor.15

Organización y funcionamiento
Desde 1982 el máximo órgano de gobierno de la ONCE es el Consejo General. Su
composición, al igual que la de los 17 consejos territoriales (uno por
cada comunidad autónoma) la eligen por sufragio los afiliados de la organización,
cada cuatro años. La Dirección General es el órgano encargado de la gestión y
ejecución de los acuerdos del Consejo General.
La administración pública supervisa y controla la actividad de la ONCE mediante el
Consejo de Protectorado, en el que participan los ministerios de Sanidad, Servicios
Sociales e Igualdad; Empleo y Seguridad Social; Economía y
Competitividad; Hacienda y Administraciones Públicas; e Interior.

Jefes Nacionales Presidentes del Consejo General

 Javier Gutiérrez de Tovar (1938-1948)  Antonio Vicente Mosquete (1982-1987)


 Benito Hermida (1948-1949)  José Antonio Reyes Durán (1987-1989)
 José Ezquerra Berges (1949-1959)  José María Arroyo Zarzoza (1989-2003)
 Ignacio Satrústegui Berges (1959-1973)  Miguel Carballeda Piñeiro (2003-)
 Jesús Jiménez Albéniz (1973-1981)
 Félix Hernández Delso (1981-1982)

Fundaciones
Bajo el paraguas de la ONCE se han constituido varias fundaciones, mediante las
cuales la organización desarrolla su labor social:16

 Fundación ONCE para la Cooperación e Inclusión Social de Personas con


Discapacidad (Fundación ONCE), creada en 1988.
 Fundación ONCE del Perro Guía (FOPG), creada en 1990.
 Fundación ONCE para la solidaridad con las personas ciegas de América Latina
(FOAL), creada en 1998.
 Fundación ONCE para la Atención de Personas con Sordoceguera (FOAPS),
creada en 2007.
ILUNION

Hotel ILUNION Atrium, en Madrid


ILUNION es el grupo de empresas de la ONCE y la Fundación ONCE, que se
reparten la titularidad con un 47,5 % y 52,5 %, respectivamente. Fue creado en
noviembre de 2014, fruto de la convergencia de los grupos empresariales
pertenecientes a la ONCE y a su Fundación, CEOSA y Grupo Fundosa,
respectivamente. Estas empresas nacieron con una doble finalidad: económica,
para diversificar las fuentes de ingresos de la ONCE, y social, para facilitar la
integración laboral de las personas afiliadas a la ONCE en otras actividades
diferentes a los de la propia organización.
ILUNION cuenta con más de 50 líneas de negocio, repartidas en cinco divisiones:
sociosanitario (clínicas de fisioterapia, centros de día, etc.), facility
services (seguridad, limpieza, lavandería industrial, etc.) turismo (hoteles, cáterin y
ocio), comercialización (tiendas de conveniencia y correduría de seguros) y
consultoría. Cuenta con una plantilla de 32 000 trabajadores, de los cuales el 35 %
son personas con discapacidad.17

Servicios sociales
La ONCE ofrece servicios especializados para personas con ceguera o deficiencia
visual en múltiples campos: educación, empleo, rehabilitación, ocio, deporte,
comunicación y acceso a la información, etc.
Educación
El modelo de intervención educativa de la ONCE es la inclusión educativa, de modo
que más del 98 % del alumnado con discapacidad visual en España se escolariza
en colegios ordinarios. Paralelamente, la organización ofrece a este alumnado una
atención complementaria, en función de sus necesidades específicas. Para ello,
cuenta con cinco Centros de Recursos Educativos (CRE), ubicados en Alicante,
Barcelona, Madrid, Pontevedra y Sevilla. La ONCE también gestiona la Escuela
Universitaria de Fisioterapia, adscrita a la Universidad Autónoma de Madrid.18
Teatro y música
Véase también: Coral Allegro ONCE Valencia
Las Agrupaciones artísticas de la ONCE son grupos estables de personas, que
tienen como fin favorecer el desarrollo artístico, convivencial y la integración de los
afiliados participantes. Las Agrupaciones Artísticas son de dos tipos: de Teatro y de
Música y en cada una de ellas existen dos niveles. Las de Nivel I son aquellas cuya
calidad artística está en proceso de consolidación y las de Nivel II cuya puesta en
escena y repertorio tienen una calidad artística notable. Esta clasificación se hace
anualmente a través de una Comisión Técnica que evalúa el nivel artístico de las
mismas.
Es numerosa la participación de dichos grupos musicales y teatrales en ámbitos
artísticos nacionales e internacionales. Cabe destacar, entre otras, la participación
de la Agrupación "La Esfera" (Gijón), de la Delegación Territorial de Asturias, en el
Festival Internacional de Zagreb (Croacia).
Otro elemento muy importante a señalar son las Muestras Estatales que se
celebran anualmente alternando cada una de las modalidades, es decir, Teatro y
Música. Este acontecimiento, que se realiza en una ciudad distinta cada año, es
una cita en donde se presenta al público la producción artística de las mejores
Agrupaciones de cada modalidad.
Empleo
La ONCE, su Fundación y el grupo Ilunion dan trabajo a 67 710 empleados (datos
de 2015), de los que un 56 % son personas con discapacidad. Adicionalmente, a
través de terceras empresas y entidades con el apoyo de la ONCE,
entre 1995 y 2015 se crearon 101 119 puestos de trabajo, un 98 % de los cuales
para personas con discapacidad.19 Durante el mes de enero de 2019 hubo distintas
manifestaciones de tipo sindical en Galicia, en las distintas delegaciones
provinciales, reivindicando un "empleo estable". 20

Juegos ONCE

Cupón correspondiente al sorteo extraordinario de verano de 2014


Artículo principal: Sorteos de la ONCE
La Organización Nacional de Ciegos Españoles es, junto a la Sociedad Estatal
Loterías y Apuestas del Estado (SELAE), el único operador designado para la
comercialización de los juegos de loterías de ámbito estatal en España, según la
Ley 13/2011.21
Las loterías son una de las principales fuentes de financiación de la labor social de
la organización. La ONCE destina a su Fundación el 3% de los ingresos brutos de
la comercialización de sus distintas loterías.22 La más popular y longeva de ellas es
el cupón de la ONCE, nacido a la par que la entidad. En los años 2000 se
introdujeron nuevos juegos de azar, como las loterías activas y las instantáneas.
La actividad comercial la lleva a cabo una red principal de 20 000 vendedores —
personas con ceguera, deficiencia visual grave y otras discapacidades— y una red
complementaria de más de 7000 establecimientos autorizados (estancos,
estaciones de servicio, quioscos de prensa, etc.), además de la plataforma de
juegos en línea «JuegosONCE.es», creada en 2013.23
I. El título del libro es tan genérico que no permite intuir el contenido y, mucho menos,
la perspectiva de estudio de la ONCE. El subtítulo ya dice mucho más al proclamar la
naturaleza jurídica de la ONCE como una Corporación de Derecho Público de carácter
social. Pero tampoco expresa toda la variedad y riqueza de contenidos del libro. No se
entienda esto como una crítica al título del libro: es que son tantos y tan distintos los
aspectos jurídicos de una organización tan compleja como la ONCE, que no cabe
imaginar un título -cuyas dimensiones no excedan más de lo que es aconsejable-
capaz de anunciar los enciclopédicos contenidos de este libro. Porque a lo que más se
me asemeja este libro es a una enciclopedia jurídica de la ONCE. Y una extensa
enciclopedia. Probablemente ni siquiera su autor podía imaginar que esta organización
pudiera suscitar un estudio jurídico de esta envergadura (más de mil páginas). No
obstante, quien conozca al autor y a su obra previa tampoco nos ha sorprendido -una
vez superada la primera impresión- demasiado. Porque conocemos su tenacidad y
exhaustividad en la búsqueda de datos y documentos relacionados con la materia que
se proponga estudiar y su rigurosidad a la hora de tratarlos y exponerlos. Así lo hizo
también en su tesis El Sistema funerario en el derecho español (Aranzadi, 1997) y en
otros libros posteriores como Régimen jurídico del servicio portuario de remolque-
maniobra (Ibarra de Arce, 2002), Creación y regulación de centros y establecimientos
sanitarios (Bosch, 2003), Comentarios al Estatuto marco del personal estatutario de los
servicios de salud (Bosch, 2004), y el Régimen jurídico de las especialidades de
enfermería (Comares, 2006). La característica de la exhaustividad o la pretensión de
"agotar el tema" es uno de los sellos característicos de su maestro -que también es el
mío- el profesor González Navarro, a quien va dedicado, precisamente, este libro. Una
de las enseñanzas más importantes de nuestro maestro se refiere a la elección de los
temas objeto de investigación y a la forma de estudiarlos. Los temas han de consistir
en una institución o relación jurídica y han de abordarse de manera global y completa.
No es partidario de los estudios parciales que sólo contemplen una vertiente del
problema o un aspecto singular del tema en cuestión. Y la investigación ha de
abordarse desde todos los puntos de vista que sean pertinentes, aunque ello exija
adentrarse en disciplinas jurídicas distintas del derecho administrativo e, incluso,
buscar -y encontrar- apoyos disciplinares fuera de lo jurídico, como la historia, la
filosofía o la economía. Este libro es un buen ejemplo de esto. Nos encontramos ante el
"libro de la ONCE". Un libro hecho por un jurista y con metodología jurídica. Pero un
libro que por los datos que ofrece, por la documentación que contiene y por las
reflexiones del autor resultará de utilidad, no sólo a la comunidad jurídica, sino a todos
los que se encuentren interesados en conocer de verdad la ONCE. II. Como destaca el
autor al comienzo del libro, la situación de excepcionalidad y de desigualdad inicial de
las personas ciegas ha llevado a una solución singular como es la ONCE. Pero, como
también advierte Pérez Gálvez, la Organización Nacional de Ciegos Españoles se ha
convertido en seña de identidad institucional de la sociedad española. Por eso, no
puede comprenderse bien esa realidad sin un conocimiento de los antecedentes de
dicha Organización a la que el autor dedica una extensa parte de su primer capítulo. Al
margen de las distintas alternativas de venta o rifa de cupones para dedicar sus
beneficios a los más desfavorecidos que se conocieron en el siglo XIX, un hito
importante para la creación de la ONCE fue la Orden Ministerial de 18 de noviembre de
1935, que posibilitó la venta ambulante por ciegos e impedidos de participaciones
BIBLIOGRAFÍA 229 de la lotería nacional. Más adelante, el 21 de febrero de 1936, la
Federación Hispánica de Ciegos presentó al Gobierno un proyecto de asistencia social:
"el cupón prociegos", para su venta a nivel nacional, como medio eficaz para resolver la
precaria situación económica del colectivo de ciegos. La propuesta se basaba en la
necesidad de fundar una asociación de ciegos de carácter nacional. El instrumento
empleado sería la autorización por el Ministerio de Hacienda de la venta de un cupón
prociegos en toda España, en régimen de monopolio organizado y dirigido por los
invidentes. En plena guerra civil, en octubre de 1938, una comisión visita a Ramón
Serrano Suñer, que dio a conocer el proyecto en el Consejo de Ministros del 11 de
diciembre de 1938. Tras la disolución del Patronato Nacional de Protección de Ciegos -
que nunca llegó a funcionar-, se firmó el Decreto 22.893, de 13 de diciembre de 1938,
por el que se creó la Organización Nacional de Ciegos (Boletín de 16 de diciembre de
1938) (pág. 137). Este decreto fundacional es el germen de la ONCE actual, que fue
desarrollado por la Orden del Ministerio de la Gobernación de 28 de octubre de 1939,
por la que se aprobó el Reglamento aplicable a la Organización Nacional de Ciegos.
Los objetivos iniciales, que en buena medida perduran hoy día, se resumían en la
consecución de trabajo, pensiones y educación para un colectivo singularmente
desfavorecido por sus condiciones y por una sociedad, que antes y ahora, tiene
dificultades para asimilar una realidad tan hostil como la que viven estas personas
(pág. 138 y ss). III. La ONCE ha convertido a España en el país líder en Europa en la
integración de personas con discapacidad. El monopolio en la concesión de
determinados juegos (el más conocido es el cupón prociegos) y el monopolio en la
provisión de servicios a personas ciegas y deficientes visuales, no pueden ser
justificadas sino en base al esfuerzo de unos hombres y de una organización, que sin
lugar a dudas, se ha convertido, como señala el autor del libro, en seña de identidad de
la sociedad española. Lo que resulta menos conocido es el entramado jurídico de la
ONCE o, más exactamente, del grupo ONCE. Éste consiste en una realidad integrada
por diversas entidades de naturaleza jurídica, fines y patrimonios diferentes, pero
unidos por una misma filosofía de valores, una inequívoca orientación social y espíritu
solidario y por vínculos jurídicos institucionales o patrimoniales de naturaleza diversa.
Las entidades que lo integran constituyen globalmente un sistema que, respetando sus
identidades jurídicas diferenciadas le confiere un valor unitario, cohesionado y sinérgico
de actuación en pro de los mismos valores y fines que han guiado siempre a la ONCE.
Por tanto, el Grupo ONCE es un conjunto de entidades sociales y sociedades que
pretenden facilitar la autonomía personal y la plena integración social de sus afiliados,
atendiendo sus necesidades derivadas de la ceguera o deficiencia visual, mediante la
prestación de servicios sociales especializados, efectuando, asimismo, una importante
labor de solidaridad con otros discapacitados a través de su Fundación. El centro de
referencia de todo el sistema organizativo es la ONCE como Corporación de Derecho
público de carácter social. A partir de ahí surgen dos grandes proyectos estratégicos
que dieron lugar a otras entidades. El primero, consistió en la creación de la Fundación
ONCE para la Solidaridad e Integración Social de Personas con Discapacidad; el
segundo, fue la constitución de la Corporación Empresarial ONCE (CESOSA). Por todo
ello, se denomina Grupo ONCE a la propia ONCE, junto con la Fundación y la
Corporación Empresarial, todas ellas bajo la superior dirección político-institucional del
Consejo General de la Organización (pág. 353 y ss.). IV. Uno de los aspectos jurídicos
más controvertidos de los que se ocupa Pérez Gálvez -y que sirve para titular el libro-
es el de la naturaleza jurídica de la ONCE. Inicialmente, el Reglamento de la
Organización Nacional de Ciegos le confería el carácter de Entidad de Derecho Público
y de Beneficencia General, donde se agrupaban todas las entidades existentes, tanto
culturales y de trabajo, como de otro carácter, siempre que tratasen problemas
relacionados con los no videntes. 230 BIBLIOGRAFÍA Pero, más allá de la literalidad
de este precepto, no se definía con claridad la naturaleza jurídica de la ONCE. En todo
caso, como dice Pérez Gálvez, podía atribuirse a la misma su encuadramiento en la
actividad de beneficencia y nacía como consecuencia de la fusión de todas las
instituciones de protección y tutela de los invidentes distribuidas por el país, que
utilizaron la técnica fundacional y habían quedado incardinadas por la legislación de la
época en el ámbito de la beneficencia, y respeto a las cuales, ya fueran instituciones de
beneficencia general o particular, la Administración del Estado tenía reconocidas
amplias facultades cuyo ejercicio se encomendaba a los respectivos protectorados. Es
decir, la ONCE se enmarcaba en el sistema de soluciones organizativas que auspició la
Ley de Beneficencia de 1849. Sobre esta inicial caracterización organizativa de la
ONCE y su intensa dependencia de la Administración, que deriva del carácter
fundacional que marcó su nacimiento, va a incidir el Real Decreto 1041/1981, de 22 de
mayo, así como la jurisprudencia dictada por el Tribunal Supremo para hacer hincapié,
frente a la inicial concepción, en su estructura o naturaleza asociativa como elemento
esencial. Además, la jurisprudencia destacó como elemento identificador básico, esta
naturaleza (asociativa), al estar integrada por personas que tenían la condición de
afiliados y que eran los beneficiarios de los servicios y prestaciones de la entidad; tener
patrimonio y recursos propios, y, por último, tratarse de una organización gestionada
por un órgano representativo de sus afiliados, designado entre los mismos. Poco a
poco, la evolución legislativa (Real Decreto 2385/1985, de 27 de diciembre; Real
Decreto 358/1991, de 15 de marzo, modificado por el Real Decreto 1200/1999, de 11
de julio y Real Decreto 1359/2005, de 18 de noviembre) y la jurisprudencia van
desbrozando el camino: la ONCE deja de estar comprendida dentro del concepto de
Estado y pasa a constituir una modalidad "sui generis" de las corporaciones,
asociaciones o fundaciones de interés público reconocidas por la Ley, tal y como
precisó la STS de 30 de abril de 1987. Se llega a afirmar en el contenido de la obra que
estoy recensionando que "es propio de todas las corporaciones el que tengan una base
asociativa, pero es que además, la ONCE, presenta perfil de naturaleza asociativa", al
igual que "presenta ciertos caracteres de naturaleza fundacional" e incluso que se "se
caracteriza por su pertenencia al sector no lucrativo, sector social o tercer sector". El
indudable interés que presentan las actividades que desarrolla y los fines que persigue,
y que históricamente ha desarrollado y perseguido, respecto a la protección e
integración de un concreto colectivo social, determina finalmente su actual
configuración como una Corporación de Derecho Público, de Carácter Social y justifica
su sometimiento al protectorado del poder público. Por todo ello, en nuestros días la
ONCE aparece como una organización de base asociativa que, además de atender a la
consecución de fines privados, propios de los miembros que la integran, participa en
cuanto Corporación de Derecho Público, en el desempeño de funciones públicas o de
interés público en aquellos supuestos concretos en que la Administración le delega su
ejercicio. Dicho de otro modo, la atribución de una determinada naturaleza jurídica a la
ONCE por parte de la Administración, se debe a dos razones fundamentales: primera,
se le atribuye la explotación de una concesión estatal del monopolio de las loterías;
segunda, se le encarga la realización de determinadas funciones que originariamente
corresponderían a la Administración, y que por delegación realiza la ONCE. En base a
esta afirmación, las actividades que realiza se catalogan con una doble naturaleza:
funciones delegadas por la Administración, que tendrían el carácter de públicas;
funciones privativas, que responderían a su naturaleza corporativa y asociativa, es
decir, la autonomía en la propia organización y fijación de criterios de funcionamiento,
así como todas las relaciones con terceros. BIBLIOGRAFÍA 231 V. Si uno de los ejes
del libro es la naturaleza, estructura y organización de la ONCE, el otro es del popular
cupón que, como ya se ha visto, estuvo ya presente en el germen de la institución. Y,
como señala el autor del libro, el cupón prociegos ha contribuido y contribuye
decisivamente a la generación de empleo y de recursos, sin los cuales, el "milagro" de
la ONCE, en las condiciones actuales, sería prácticamente imposible. Son varios los
juegos que comercializa la Corporación de Derecho Público de Carácter Social, pero
sin duda, el más representativo es el denominado cupón de la ONCE. De acuerdo con
la definición -extensa, pero completa- que ofrece Pérez Gálvez del cupón prociegos,
éste "es el documento contractual legalmente emitido en el que se establecen
recíprocamente las obligaciones de las partes, que consisten fundamentalmente en que
el cliente comprador del cupón prociegos paga un precio cierto por el cupón unidad y la
ONCE se compromete a dar a cambio una cantidad de dinero, conforme a la escala de
premios pre-establecida, en función de un hecho incierto o aleatorio, consistente en la
coincidencia total o parcial y en el mismo orden de los número contenidos en el cupón,
hecho aleatorio que se despeja mediante el instrumento o la fórmula del sorteo
celebrado con periodicidad diaria, mensual, anual, etc., y que supone el medio
excepcional de ingresos autorizados y concedidos por el Gobierno en monopolio, de la
Corporación de Derecho Público ONCE. Se entiende por cupón emitido por terminal de
punto de venta, aquel que se imprime por un agente vendedor en el momento de
efectuarse la transacción, utilizando un terminal de punto de venta". Respecto a su
naturaleza jurídica, los cupones de la ONCE deben catalogarse como "títulos al
portador, cuyo rendimiento tiene naturaleza de ingreso público y supone el medio
económico suficiente para el cumplimiento de los relevantes fines de interés público
que ha asumido desde su creación y asume en la actualidad". La finalidad esencial de
esta modalidad de juego de azar es doble: procurar empleo y atender las necesidades
de la comunidad de personas físicas que integran la ONCE (afiliados, empleados y
pensionistas), a través de los derechos reconocidos: derecho a la obtención de todos
los beneficios institucionalmente establecidos, de acuerdo con los principios de
igualdad, equidad, objetividad, especificidad y transparencia (prestaciones para el
bienestar social y la autonomía personal; prestaciones para la mejora del bienestar
social; prestaciones favorecedoras de la autonomía personal; prestaciones
extraordinarias); derecho a la obtención de orientación y rehabilitación personal y
familiar; derecho a la atención educativa; derecho a la formación y rehabilitación
profesional; derecho al disfrute de los medios culturales de la entidad; derecho a la
venta del cupón y otras modalidades de juego autorizadas que comercialice la ONCE,
dentro de las posibilidades existentes; derecho a la obtención de información sobre la
marcha de la entidad; derecho a la participación en los asuntos de la organización;
derecho a las garantías procesales; derecho al asesoramiento legal; derecho a la
atención por parte de voluntarios; derecho a la práctica deportiva, incluida la alta
competición; derecho a facilitar la integración de los invidentes y deficientes visuales a
través de la animación socio-cultural, actividades de aire libre y agrupaciones artísticas.
VI. La recensión de este libro podría resumirse en estas seis palabras que ya he
utilizado: "es el libro de la ONCE". Aúna dos virtudes que lo erigen en dicha condición:
poner de relieve la dimensión jurídica de la ONCE y hacerlo de manera exhaustiva.
Después de este libro poco más se puede decir, jurídicamente hablando, de la ONCE.
Y lo que se pueda decir, habrá de partir necesariamente de este libro.
Conclusiones
La fiabilidad y la exactitud son claves, en los procedimientos de medida empleados en
los estudios de investigación, y se obtienen su consistencia con los resultados de
diferentes estudios, pero además hay que tener presente los errores de sistematización
y de confusión que al generalizar a otras poblaciones no se consigue un simple error
aleatorio, asumible en un trabajo de investigación, sino un error sistemático o sesgo,
que desvirtúa la realidad y los resultados.

En el estudio de la Fundación Vodafone España del 2013, se indica que la


discapacidad visual es aquella que engloba a las personas que han perdido totalmente
la visión o bien padece una disminución severa de la misma, sin tener en cuenta a las
personas con una agudeza visual mayor de 6/60 (0.1) y menor de 6/18 (0.3),
consideradas como personas con discapacidad visual moderada por la OMS y la CIF, y
que según la encuesta EDAD y los datos de afiliación de la ONCE, se estima el 92.92%
de personas con baja visión (discapacidad visual moderada) del total de las personas
con discapacidad visual en España (979.200 personas que padecen algún tipo de
discapacidad visual, y 69.276 el número de afiliados a la organización ONCE,
quedando 909.924 personas con baja visión).

Se puede afirmar que en el Estudio sobre accesibilidad y uso de las TIC, la mayoría de
personas utilizadas para la muestra, son afiliadas a la Organización Nacional de Ciegos
en España. Se llega a esta afirmación tomando como indicador los resultados
aportados por el estudio, como que más de la mitad, el 54,9%, forma parte de alguna
asociación, siendo especialmente destacada su participación en la organización ONCE,
a la que están asociadas el 81,1% del total de personas con discapacidad asociadas, el
41,8% del total de personas con discapacidad de los que trabajan están empleados
principalmente en la ONCE, y que son las mejor informadas, debido a la existencia la
ONCE.

Y que los resultados obtenidos con respecto a la accesibilidad y uso de TIC, por parte
de estas personas, son que desean sistemas de voz en los dispositivos tecnológicos,
como activación y marcación por voz, interfaces acústicas, identificación táctil, etc., en
teléfonos móviles, predominio de lectores de pantalla en tabletas, y que los
ordenadores incorporen un teclado específico, lector de pantalla y manejo por voz, para
facilita su utilización. Estos resultados son las necesidades que presentan las personas
con ceguera total y deficiencia de agudeza visual grave, y no tienen en cuenta a las
personas con una agudeza visual moderada, o sea, las personas con baja visión, que
también se encuentran en la clasificación de personas con discapacidad visual, que
ante el acceso y uso de las TIC, muestran necesidades de magnificadores de pantalla y
que los dispositivos móviles posean pantallas más grandes y configurables.

Así pues, las personas que necesitan apoyos a entornos TIC, como marcación por voz
e identificación táctil en teléfonos móviles, lectores de pantalla y manejo por voz en
ordenadores, y sistema de guiado, son las personas ciegas totales o con un déficit
visual grave, que supone el 7,08% de la población con discapacidad visual, y obviando
las necesidades de magnificadores y de pantallas más grandes, que muestran las
personas con agudeza visual moderada o con baja visión.

En la sociedad digital, también llamada de la información y el conocimiento, las


organizaciones, instituciones y empresas aprenden, al igual que los niños, jóvenes y
adultos, y deben estar en un estado de aprendizaje continuo. “En la sociedad del
conocimiento prima el aprendizaje sobre la enseñanza y entiende que el ser humano, a
lo largo de toda la vida, es un aprendiz: los niños, los adultos, los jóvenes, las
organizaciones, las instituciones..., todos somos aprendices. Su axioma básico es el
aprendizaje permanente desde la práctica“ (Román Pérez, 2009). Desde este punto de
vista, se puede afirmar que las instituciones, organizaciones y empresas aprenden.

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