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Resumen
Abstract
The clonation is the prerequisit for obtaining the embryonar steam cells.The status
of the clon represents an one of the most controversial quaestions in Bioethics. The
biological reasons why the artificial generation of the clon hurts the elementarest
rights are at length weighted. And the philosophical concepts of potency, viability or
design of man which often are used in Bioethics, appear too elucidated.
Key words: embryo, nuclear transfer, cloning, legal statute.
gan por reservar el término «embrión» Tales tesis plantean una serie de in-
al «embrión gamético», resultado de la terrogantes de fundamental importancia
unión in vivo o in vitro de los gametos para la determinación del estatuto bio-
masculino y femenino. Por su parte, lógico –y con él, jurídico– del embrión:
el «embrión somático»,«nuclóvulo» o ¿genera la transferencia nuclear una
«clonote», originado in vitro por la trans- entidad nueva, diversa del óvulo que
ferencia del núcleo diploide de una célula experimenta el trasplante y del núcleo
embrionaria, fetal o adulta al citoplasma transplantado, del mismo modo que la
de un ovocito enucleado, no debería, en fecundación supone la constitución de
su opinión, ser considerado propiamente una nueva entidad a partir de la unión
como un embrión, sino, más bien, como de dos entidades diferentes, los gametos
un derivado de un cultivo de células masculino y femenino? ¿o conserva el
troncales. óvulo, tras la transferencia, su específica
identidad celular?
existiría un manojo de células en desarrollo («Stan- A este respecto, puede decirse que el
ford stem cell project draws criticism. Debate over significado biológico de la fecundación no
what constitutes cloning», Associated Press, San es otro que dar inicio a un nuevo indivi-
Francisco, 11 de diciembre de 2002).
Argumentos similares se encuentran en declara-
duo, al constituirse un nuevo mensaje, o
ciones efectuadas por el Presidente de la Sociedad código genético, en situación de iniciar
Internacional de Bioética (SIBI), Marcelo Palacios. la emisión del programa3. En efecto, con
Este autor especifica –entre otros motivos– que si
la fusión de los gametos masculino y
bien en la creación del cigoto participa el esper-
matozoide, en la del nuclóvulo (término que otorga femenino comienza a operar como una
al organismo obtenido a raíz de la tranferencia de unidad –esto es, como un ser viviente
núcleos) éste se encuentra ausente. Señala que en la ontológicamente unitario–, una nueva
creación del cigoto existe un proceso de singamia y
fertilización, de unas treinta horas de duración, que célula: el cigoto o embrión unicelular.
tampoco se da en la creación del nuclóvulo. Además, Esta célula representa el punto exacto
en el nuclóvulo la activación ha de ser inducida, en el espacio y en el tiempo en el que
puesto que no se da de manera espontánea, como
sí sucede en el caso de la fecundación de un gameto
un nuevo organismo individual inicia
femenino por uno masculino (Palacios, M. «Células su propia existencia o ciclo vital; en el
troncales, stem cells, células madre», Congreso Na- cigoto derivado de la fecundación está
cional de la Asociación Canaria de Bioética Estado
ya constituida la identidad biológica de
actual de la investigación científica y ética en células
madre, Canarias, 2002, http://www. bioeticaweb. un nuevo individuo4. Dicho cigoto está
com). Y lo mismo afirma Paul McHugh, miembro
del Comité Ético que asesora a la Presidencia esta-
dounidense sobre asuntos de clonación: indica que
el clonote –término que sugiere para designar al 3 López-Moratalla, N. Diferenciación celular
organismo resultante de la transferencia nuclear– es y desarrollo embrionario, Facultad de Ciencias de la
esencial, integral y vitalmente distinto del cigoto Universidad de Navarra, Curso 2001- 2002, 10.
obtenido por fecundación natural, y que por tanto 4 Serra, C. Colombo, R. «Identidad y es-
debería ser considerado no como ser humano vivo tatuto del embrión humano: la contribución de la
sino como una forma de cultivo tisular (McHugh, biología», en Identidad y estatuto del embrión humano,
P. Science, 297 (2002), 323). Eiunsa, Madrid, 2000, 141.
de la emisión del mensaje»10. Pues bien, construcción, con «material» propio, del
esto es exactamente lo que sucede en la soporte material (el genoma) que contiene
transferencia nuclear: la entera dinámica un nuevo programa genético capaz de
del proceso –y en ello precisamente radica iniciar la existencia de otro individuo
su éxito– se dirige a situar o adaptar la de la misma especie, la clonación podría
dotación genética (el «material» bioló- también definirse como la construcción,
gico) en estado de iniciar la emisión del con «material» ajeno, del soporte material
mensaje completo. La clonación, como que contiene un programa genético que,
las distintas formas de génesis artificial si bien no goza de una unicidad absoluta
de un viviente, requiere un proceso más –no es nuevo, por lo que al genotipo se
o menos complejo para que los materiales refiere–, es igualmente capaz de iniciar
biológicos de partida alcancen la configu- la existencia de otro individuo de la
ración necesaria para constituir un nuevo misma especie. La clonación es, como la
organismo11. Se induce a la «materia» al fecundación, un verdadero proceso cons-
estado en que se encuentra en la fecunda- tituyente. De ahí que podamos concluir
ción natural, sometiéndola para ello a las que, de llevarse a cabo, la clonación de
manipulaciones que resulten necesarias: seres humanos por transferencia nuclear
estímulos químicos, físicos, mecánicos; acabaría, como la fecundación natural o
simulación de procesos; identificación y artificial –como cada una de las diversas
desencadenamiento de señales; inducción técnicas de reproducción asistida–, en
de la activación; sincronización y com- la construcción de una unidad celular
binación de ciclos, etc. En definitiva, si con un fenotipo característico y propio:
se puede definir la fecundación como la el cigoto.
Por tales razones, entendemos que
carece de fundamento científico la pre-
10 López-Moratalla, N. Diferenciación celu- tensión de negar la condición biológica
lar..., op. cit., 39. Como la propia autora explica en de embrión a los cigotos (siempre que
otra de sus obras, «no basta la fusión del material
genético de los padres, es preciso que tal material se
sean verdaderos cigotos y no simplemente
ordene en una conformación material, un fenotipo una célula híbrida producto de la fusion o de
celular tal que dé lugar a la capacidad de iniciar la la manipulación de gametos) cuyo origen
emisión de una secuencia completa y ordenada de
se sitúa en una transferencia nuclear, y
mensajes genéticos (un programa). Sólo entonces
(y sea cual sea la procedencia de tal configuración: fe- sí reconocérsela a aquellos otros cuyo
cundación natural, transferencia de un núcleo de una comienzo sea fruto de la fecundación in
célula somática a un óvulo maduro, etc.) puede decirse vivo o in vitro del óvulo por un gameto
que está constituido un viviente, o que un nuevo
individuo ha empezado a vivir» (López Moratalla, masculino. Máxime cuando esta última
N. Martínez- Priego, C. «El embrión humano como ha podido ser provocada, a su vez, por
individuo: una visión epigenética», en La humanidad una técnica de micromanipulación de
in vitro, Ballesteros, J. Comares, Granada, 2002, 206.
La cursiva es nuestra).
gametos –microinyección, electrofu-
11 López Moratalla, N. Martínez- Priego, C. sión...– idéntica a la que genera aquéllos.
«El embrión humano...», op. cit., 219. Frente a las tesis que abogan por reservar
experimentales o artificiales –una cierta del desarrollo y del cambio están dentro
«manipulación»– para tal desarrollo. La de la sustancia misma, en su naturaleza.
segunda, derivada de la anterior, si dicha Precisamente, es tal capacidad la que fun-
manipulación es, en su caso, condición damenta la posibilidad del devenir, del
de posibilidad de la existencia misma movimiento. Éste es, según Aristóteles,
del embrión o si lo es únicamente de su el paso de la potencia al acto en cuanto
viabilidad. que es el paso del poder-ser al ser, y no
Para abordar la primera cuestión, re- el paso del no-ser al ser. El movimiento
sulta imprescindible tratar de determinar es el acto del ente en potencia, en cuanto
el específico significado y alcance del con- está en potencia.
cepto de «potencia» y de «totipotencia- Esto mismo significa dos cosas. Por
lidad». Según Aristóteles, las categorías una parte, que el movimiento, desarrollo
de potencia y acto se explican en relación o cambio presupone, precisamente, la
al movimiento y a la sustancia, y poseen existencia de una cosa que se mueve: no
un significado diverso si se refieren a los existe el cambio sin un sujeto en acto que
objetos artificiales o a la cosas naturales. se transforma. Como indica Viola, «la cosa
Estas últimas, a diferencia de aquellos, natural está toda en su devenir desde el
poseen en sí mismas el principio de la principio hasta el final, y está presente en
generación; son en potencia por virtud su mismo nacimiento. La movilidad no
propia, y el paso de la potencia al acto es un proceso que produce una cosa que
deviene cuando no encuentran obstáculos todavía no existe, sino que es el modo
o impedimentos externos13. La potencia- mismo en que la cosa se despliega en el
lidad en los seres naturales abarcaría así ser y alcanza su cumplimiento. No exis-
todo aquello que su desarrollo ordinario te el devenir en general, sino cosas que
puede llegar a alcanzar de forma natu- devienen»15. Por otra, que el paso de la
ral14. Es la capacidad ontológica real de potencia al acto sólo puede afectar a un
la cosa natural, incardinada en su propia ente potencial que carezca de una cierta
naturaleza. Ser en potencia, por tanto, es propiedad: la cosa que se mueve posee
ser con capacidad ontológica de desarro- otros actos, pero el movimiento le sobre-
llarse, en la medida en que el principio viene en lo que tiene de potencial.
A la luz de la solución aristotélica,
13 «y, de las que lo tienen [el principio de la pues, cabe entender por «potencialidad
generación] en sí mismas, [están en potencia] cuantas, humana» toda forma de vida que tenga
si no lo impide nada externo, serán por sí mismas» en sí la capacidad ontológica de devenir
(Aristóteles. Metafísica, IX 7, 1049a 13-14).
14 Se trata de la potencia intrínseca o activa: o desarrollarse como un ejemplar de
sólo ésta es potencia en sentido estricto. Por su parte, la especie homo sapiens. Atribuir al em-
la potencia extrínseca o pasiva, propia de los objetos
artificiales, incluye todas aquellas realizaciones que
pueden darse en ellos no ya como consecuencia de 15 Viola, F. De la naturaleza a los derechos. Los
su desarrollo natural, sino por intervención de otros lugares de la ética contemporánea, Comares, Granada,
elementos externos. 1998, 81.
brión –sea cual sea su origen, clónico o mación o cambio sustancial haya tenido
no– potencialidad humana, significa ante lugar, en su caso, el nuevo ser –el cigoto–,
todo que posee la capacidad ontológica en cuanto que pertenece a la categoría de
intrínseca activa que, en ausencia de las sustancias vivas o cosas naturales y
obstáculos externos, está determinada, posee en sí el principio de la generación,
programada, orientada teleológicamente será por sí mismo, en virtud propia, todo
hacia la progresiva expresión hasta el aquello que su desarrollo natural pueda
desarrollo completo16. Quiere decir que alcanzar. Si no se le priva del entorno
está en potencia de ser un ser humano adecuado, actualizará naturalmente sus
acabado, perfeccionado, realizado en sus diversas potencialidades; llegará a ser
múltiples disposiciones o potencias. Así, un ser humano adulto, el ejemplar más
a lo largo de su proceso vital el embrión acabado de los seres pertencientes al
se desarrolla o perfecciona como ser hu- género humano.
mano, despliega sus potencialidades, a la La manipulación –en el caso concreto
vez que necesariamente continúa siendo de la transferencia nuclear, la aplicación
lo que fue desde el principio, ya que el de descargas eléctricas o de cualquier
devenir no genera nada que no estuviera otro estímulo físico, químico o mecánico
ya en el inicio del sujeto que se desarrolla. para inducir la fusión del núcleo y la
Está todo él presente en el origen. posterior activación del óvulo–, enton-
Por su parte, entendemos que el ces, se requiere para dar comienzo a una
término «manipulación» hace exclusiva nueva vida. Una vez que esta ya existe,
referencia a una intervención artificial del ontológicamente será por sí misma todo
exterior que posibilita el paso de la poten- aquello que su desarrollo natural puede
cia al acto. En el caso de la generación de alcanzar. Por tanto, el ser humano artifi-
embriones humanos mediante trasplante cialmente creado en una placa o tubo de
de núcleos, la manipulación comprende- laboratorio, no necesita «manipulación
ría todas aquellas acciones, conductas u posterior» para ser totipotencial (puesto
operaciones extrínsecas o accesorias que que lo es desde el primer instante de su
requieren las células somáticas y el óvulo vida), sino que únicamente la requeriría
enucleado –los «materiales biológicos» para ejercer aquellas facultades respecto
de partida–, para generar una nueva en- de las que está en potencia, es decir, para
tidad, esencialmente distinta de aquéllos. que todas las potencialidades que posee
Estos materiales padecerían, como conse- se realicen o perfeccionen. En definitiva,
cuencia de tal manipulación, un cambio para desarrollarse conforme a lo que ya
sustancial: dejarían de ser lo que eran y es. La manipulación que se precisa para
se transformarían en otra cosa distinta: un provocar el cambio de sustancia, tanto
ser humano. Una vez que dicha transfor- en los gametos como en el óvulo en el
que se inserta un núcleo diploide, es
16 Palazzani, L. Il concetto di persona..., op. necesariamente previa. Tras el cambio
cit., 85. sustancial que da origen al nuevo ser no
cabe ningún otro del mismo género que instan al embrión in vivo a sucesivas
no sea la muerte. divisiones, o cualesquiera otras que pre-
En este sentido –y con ello aborda- tendan dotar al embrión in vitro de las
mos la segunda cuestión planteada al necesidades que normalmente satisface
comienzo–, la «manipulación posterior», el entorno materno17.
desde el mismo momento en que da co- Queda así de manifiesto que en la
mienzo la vida de un nuevo ser humano tesis que mantienen quienes pretenden
(y eso tanto en el caso de la transferencia otorgar un diferente estatuto al embrión
nuclear como en el de la fecundación in y al embrión transnucleado, se produce
vitro), actúa únicamente como condición, una peligrosa mezcla de órdenes biológi-
requisito o presupuesto de su viabilidad cos y ontológicos. Se identifica el sentido
–entendida a estos efectos como aptitud metafísico de potencia con su acepción
para mantenerse en la existencia, para biológica: el ser en potencia «por virtud
continuar viviendo y desarrollándose–, propia», o «tener en sí» el principio de la
no de su existencia misma. Porque no cabe generación al que se refería Aristóteles,
duda de que si a esta nueva vida que con una «totipotencia per se» que resulta
se origina se le priva del entorno vital no ser más que la capacidad, estrictamen-
adecuado a sus necesidades, o no se le te física, de desarrollo autónomo18. Frente
proporcionan los medios indispensables 17 Ahora bien, ello no autoriza a deducir
para la subsistencia, dejaría de existir, se –como sostiene, por ejemplo, Bedate– que «no se
puede atribuir al embrión un telos interno» en la
moriría. Como cualquier embrión –tam-
medida en que «el nicho, al ser parte del programa
bién el concebido in vivo–, el embrión in de desarrollo, entra a formar parte constituyente de
vitro, transnucleado o no, requiere de un lo constituido. Por esta razón, no se puede entender
entorno o nicho adecuado para ejercer sus el embrión como un algo dotado de potencialidad
en su sentido pleno sino como un elemento dotado
facultades o potencialidades. La «mani- de potencialidad compartida» (Bedate, C.A. «El esta-
pulación posterior» del embrión in vitro, tuto ético ...», op. cit., 35. La cursiva es nuestra). La
precisamente, pretende recrear ese mismo potencia ontológica, insistimos, hace referencia a
lo que una cosa es por virtud propia, intrínseca-
nicho o entorno, y con ello posibilitar mente, con independencia de que su actualización
la serie de cambios accidentales (creci- efectiva requiera de unas determinadas condiciones
miento, maduración, reproducción...) que internas (genéticas, fundamentalmente) y externas
(como pueden ser las reacciones biológicas que se
constituyen el desarrollo. De este modo,
despliegan en la implantación del embrión en el
condiciona que el nuevo ser humano endometrio, o las que tratan de imitarlas in vitro,
evolucione y ponga en acto aquellas bajo determinadas condiciones de cultivo).
facultades que, en su temprano estado 18 Capacidad o viabilidad de la que, por lo
demás, resulta evidente que carecen tanto el cigoto
de vida, posee en potencia. Entre tales resultante de la transferencia nuclear, como todos
manipulaciones posteriores figurarían, aquellos embriones originados mediante técnicas
por ejemplo, aquellas dirigidas a suplir de reproducción artificial y que son mantenidos en
condiciones artificiales de cultivo, en tanto no hayan
los factores de crecimiento sintetizados sido trasladados al cuerpo de la madre. E incluso
por las células maternas –primero las de después, puesto que tras la implantación continúan
las trompas, y después las del útero– que dependiendo de la madre para subsistir.
identidad genotípica no anularía las va- Por otro lado, es importante poner de
riaciones ambientales internas y externas relieve que ni siquiera la existencia de esta
que sobrevienen en el curso de cada ciclo información epigenética, que distingue a
vital individual, haciendo imposible una nivel biológico unos individuos de otros
completa igualdad fenotípica entre el solo. La individualidad no puede ser predicada de la
clon y aquel conforme al cual éste se ge- dotación genética –aunque ésta fuese absolutamente
nerara o de quien el clon derivara. Sólo, única–, sino del organismo en cuanto totalidad
corpórea o entitativa. La individualidad no es tanto
pues, con los conceptos de «información «unicidad genética» como «unidad ontológica».
epigenética» y «fenotipo», bastaría para No compartimos, pues, la posición de quienes,
justificar la unicidad biológica –unicidad como Lacadena, afirman que «la individualiza-
ción de un nuevo ser requiere que se den dos
fenotípica– de cualquier nuevo individuo
propiedades: la unicidad –calidad de ser único [ser
de la especie humana, ya fuera generado genéticamente irrepetible]– y la unidad –realidad
por transferencia nuclear o por la normal positiva que se distingue de toda otra; es decir, ser
fecundación de un gameto femenino uno solo–» (Lacadena, J.R. «Una lectura genética
de la Ley española sobre Técnicas de Reproduc-
por uno masculino. Y, desde luego, tal ción Asistida», en Reproducción Asistida. Actas del
eventual identidad genotípica tampoco 12º Curso de verano. Universidad de Cádiz, Palacios,
anularía la pertenencia de tal individuo M. Servicio de Publicaciones de la Universidad de
Cádiz, 5). El patrimonio genético, sea único (unicidad
a la especie humana, ni su unidad ontoló- genética) o no, no guarda relación alguna –por tanto
gica. Su identidad específica e individual no la determina, ni la condiciona– con la unidad; esto
–esto es, su «ser individuo de la especie es, con el ser «un individuo». La unidad o indivi-
dualidad no se predica de la dotación genética en
humana»– no se verían afectadas por la
cuanto tal, sino del viviente en cuanto organismo
ocasional duplicidad genética, es decir, con una concreta dotación genética conforme a la
por la existencia de otro ser humano con cual –eso sí– se constituye y desarrolla. Que dicho
una dotación genética igual a la suya27. viviente sea genéticamente único o genéticamente
idéntico a otro nada afecta a que sea efectivamente
otro individuo.
nuevas no contenidas en los materiales constituyen- Si, como normalmente se afirma, la dotación
tes de un nuevo individuo), la que permite que, a genética del cigoto constituye el fundamento de su
partir de la concreta configuración informativa de singularidad individual, no es sólo porque dicha do-
los elementos constituyentes previos –el genotipo–, tación sea única –podría no serlo, como en el caso de
emerjan otras propiedades nuevas –el fenotipo–, que los gemelos o de los clones–, o porque contenga las
si bien se corresponden con la información genética peculiaridades específicas (altura, fuerza, belleza...
que aporta la secuencia de nucleótidos heredada, etc.) propias de cada uno. La dotación genética cons-
no dependen sólo de ella, sino también del medio tituye el fundamento de su singularidad individual
(Cfr. López Moratalla, N. Martínez-Priego, C. «El también porque ese organismo que se constituye
embrión humano ...», op. cit., 196-197). por y conforme a ella es «un otro» de la especie que
27 En primer lugar –y respecto a la iden- se trate. En sentido figurado podría decirse que la
tidad específica– por el genoma, exclusivo o no, dotación genética, en cuanto «materia», es principio
caracterizaría genotípicamente al nuevo individuo de individuación de la «forma» específica (del modo
con una identidad específica humana: nunca un de ser o pertenencia a la especie): podría haber mu-
genoma humano podrá determinar el desarrollo de chos individuos iguales de una misma especie, pero
un organismo naturalmente distinto de la especie cada uno seguiría siendo un individuo diverso; sería
humana. En segundo lugar –y respecto a la identi- «éste» y no «aquél» en virtud de la dotación genética
dad individual–, el ser clónico nada tiene que ver («materia») que individúa una «forma» común (la
con la identidad individual o unidad, con el ser uno especie a la que tal individuo pertenezca).
supuesto de los embriones que (como los para el favor exclusivo de otros. Partiendo
clónicos, en su caso) fueran generados del desconocimiento de la misma identi-
in vitro, se concreta y traduce en el dere- dad humana de los embriones clónicos,
cho a nacer: éste constituiría su primer la clonación de seres humanos con fines
y fundamental derecho. El respeto del de investigación biomédica fundamenta
derecho a nacer no integraría más que la relación de alteridad en el uso y do-
una exigencia –la primera en importan- minio del otro, vulnerando y –lo que es
cia– del trato debido al embrión (clónico más grave– negando la misma condición
o no) dado su reconocimiento; la prime- de «fin en sí» de uno de los sujetos de la
ra prerrogativa de su condición de ser relación.
humano, y la concreción sustantiva del Por otro lado, sin embargo, entre las
reconocimiento que, como tal, se le debe. mencionadas exigencias derivadas del
Como señala D’Agostino, «el derecho a reconocimiento debido a todo ser huma-
nacer es el primero de todos, no sólo [...] no como igual por sus iguales, figuran
en sentido cronológico, sino sobre todo otras que, por ser anteriores en el tiempo,
axiológico. El derecho a nacer incluye en sí harían innecesarias las que acabamos de
y funda todos los derechos constitutivos señalar respecto al derecho a la vida del
de la persona: el derecho a ser respetado embrión clónico, precisamente porque
en su propia identidad, a no ser instru- tornan imposible (más bien, antijurídi-
mentalizado, a ser considerado portador ca) la misma hipótesis de su creación.
de una específica dignidad, irreductible Aquéllas serían extrapolables, pues, a
a la de cualquier otro ser humano, el cualesquiera supuestos de clonación hu-
derecho, en definitiva, a ser reconocido mana, fueran cuales fueran los fines que
como persona»46. con ella se pretendan.
Desde este punto de vista, se advierte En primer lugar, la clonación humana,
con claridad que no puede reivindicar –y en cuanto creación artificial o in vitro de
menos, conferir– reconocimiento jurídico seres humanos, no respetaría en su misma
un fenómeno como la clonación humana raíz el principio jurídico fundamental del
experimental, en el que la creación y reconocimiento, en todo sujeto humano,
destrucción sistemática de embriones de un sujeto jurídico. En efecto, puede
humanos clónicos constituye el objetivo sostenerse que el reconocimiento del
que justifica la totalidad del proceso. Esta otro en su alteridad y paridad ontoló-
hipótesis repugna a la más elemental gica implica, antes que nada, respetarlo
conciencia jurídica, por lo manifiesta e in- verdaderamente como un absolutamente
digna que sería la instrumentalización de otro en su venida a la existencia, lo que
seres humanos, generados y eliminados se traduce en no producirlo y «forzarlo»
así a la existencia, sino «dejarlo venir».
46 D’Agostino, F. «I diritti del nascituro», Bio- Por tanto, sólo respetando la concepción
etica, G. Giappichelli, Turín, 1998, 302 (la traducción natural, la venida al mundo «según
es nuestra). naturaleza» se reconoce a todo sujeto
genético de los progenitores –en cuyas humana, pues, en cuanto creación artifi-
células sexuales ha tenido lugar, a su vez, cial y agamética de seres humanos, viola
la mezcla del material genético paterno y el mencionado derecho a la aleatoriedad
materno– lo que permite y garantiza que e intangibilidad del propio patrimonio
los individuos de una misma especie sean genético; derecho que, por ser constituti-
diferentes entre sí, y que estén dotados vo de la singularidad, unicidad e irrepe-
de un patrimonio genético necesaria y tibilidad individual, debería ser siempre
absolutamente original y único. Sólo, respetado también como prerrogativa del
pues, respetando que cada ser humano elemental principio jurídico del reconoci-
sea concebido a través del natural proceso miento de cualquier sujeto humano como
de fecundación de un gameto femenino sujeto jurídico.
por uno masculino, se garantiza el dere- Son éstas, en fin, las razones por las
cho a la aleatoriedad e intangibilidad de que concluimos que la creación artificial
la dotación genética constitutiva, como de seres humanos clónicos vulnera la
elemental exigencia del respeto debido a identidad humana constitutiva, el propio
la singularidad individual48. La clonación modo de ser humano que el derecho está
llamado a proteger en primer lugar. No
48 Como señala Bellver, «respetar esa
debería, pues, reivindicar carácter jurídico
imprevisibilidad genética que lleva consigo la
reproducción sexual es un modo de salvaguardar una acción, como la creación in vitro, por
la singularidad [...] del ser humano [...]. Establecer reproducción asexual, de seres humanos
jurídicamente que el modo sexual de reproducirse clónicos, que deniegue por principio el
es el único modo válido de reproducción humana
es el único modo de proteger ab origine la singula- reconocimiento de la condición de su-
ridad de cada nuevo ser humano» (Bellver Capella, jetos jurídicos de tales embriones. Si el
V. ¿Clonar? Ética y Derecho ante la clonación humana, derecho, como hemos dejado establecido
Comares, Granada, 2000, p. 107).
Por su parte, otros autores, en el mismo sentido,
en líneas anteriores, debe salvaguardar
establecen que «es la heteronomía de la génesis la relacionalidad humana constitutiva,
natural del genoma individual la que, frente a la garantizando que las relaciones interper-
arbitrariedad, asegura la libertad de desarrollo
sonales estén vertebradas por la forma
correspondiente a la dignidad humana y la que,
además, parece otorgar algo así como un derecho del respeto, de la reciprocidad, y de la
de la persona a ser generada por dos progenitores igualdad, simetría o paridad ontológica
biológicos, y a no ser manipulada en si identidad entre individuos, no puede reivindicar
genética», (Eser, A. Frühwald, W. Honnefelder, L.
Markl, H. Reiter, J. Tanner, W. Winnacker, E.L. carácter jurídico una acción que, como
«La clonación humana. Fundamentos biológicos y la creación de seres clónicos, aborte en
valoración ético-jurídica», Revista de Derecho y Ge- su raíz la misma posibilidad de tal forma
noma humano, 9/1998, 101). En términos parecidos,
Ballesteros concluye que el derecho al ambiente
de relación. La defensa de la subjetividad
familiar, a la paternidad y a la maternidad –derecho jurídica que el derecho debe garantizar
a nacer en el seno de una familia, de un padre y
una madre ciertos y conocidos– constituye la base
del derecho a la identidad genética (cfr. Ballesteros, a la familia. Identidad personal y biojurídica»,
J. «Exigencias de la dignidad humana...», op. cit., en Manual de Bioética, Tomás, G. Ariel, Barcelona,
207-208; véase también Ballesteros, J. «El derecho 2001, 263-264).