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El estatuto jurídico del embrión clónico

EL ESTATUTO JURÍDICO DEL EMBRIÓN CLÓNICO

Susana Aulestiarte Jiménez


Instituto de Antropología y Ética
Edificio Central. Universidad de Navarra. 31080.
Pamplona
saules@unav.es

Resumen

La clonación es el prerrequisito para obtener células madre embrionarias. El status


del clon representa una de las cuestiones bioéticas más controvertidas. Se ponderan
con detalle las razones biológicas por las que la generación artificial del clon viola
los derechos humanos más elementales. Se tratan asimismo en su aplicación al ser
concebido los conceptos filosóficos a veces empleados de potencia, viabilidad o pro-
yecto de hombre.
Palabras clave: embrión, trasferencia nuclear, clonación, estatuto jurídico.

Abstract

The clonation is the prerequisit for obtaining the embryonar steam cells.The status
of the clon represents an one of the most controversial quaestions in Bioethics. The
biological reasons why the artificial generation of the clon hurts the elementarest
rights are at length weighted. And the philosophical concepts of potency, viability or
design of man which often are used in Bioethics, appear too elucidated.
Key words: embryo, nuclear transfer, cloning, legal statute.

En nuestro tiempo, el incesante desa- intervención artificial sobre la vida huma-


rrollo de la investigación biotecnológica na y la naturaleza que hasta hace pocos
continúa descubriendo, a un ritmo en años resultaban inimaginables o irreali-
apariencia imparable, nuevas formas de zables. Concretamente, el progreso del

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conocimiento científico ha hecho posibles ordenamiento, y atribuye, asimismo, los


modos inéditos de intervención técnica concretos derechos de los que es titular.
sobre las mismas fuentes del proceso Ahora bien, esta cuestión, fundamental-
vital: generación y reproducción. Y ello, mente práctica –se trata, en definitiva,
hasta el punto de que hoy es técnicamente de la respuesta que el derecho ha de
factible incluso la generación asexual o proporcionar frente a un concreto aspecto
agamética de seres humanos, mediante o dimensión de la realidad sobre la que
técnicas de clonación por transferencia está llamado a intervenir, regulándola y
nuclear. Así, de llevarse a cabo, se habría configurándola jurídicamente–, remite
logrado prescindir no sólo del recurso a la con carácter previo o preliminar a la
sexualidad corporal con fines procreativos cuestión teórico-cognitiva. Porque, en
–como de hecho sucede en las técnicas de efecto, para determinar cómo regular las
reproducción humana artificial–, sino materias relativas al embrión humano
incluso de la misma complementariedad (y especialmente a determinadas inter-
o diferenciación sexual necesariamente venciones sobre él), es necesario conocer
presente en éstas. primero qué es el embrión. El plano nor-
Como consecuencia de todo ello, el ya mativo requiere y presupone, al menos
«viejo» y controvertido tema del estatuto desde el punto de vista lógico, el dato
jurídico del embrión humano –qué o quién descriptivo-cognitivo y el ontológico1. En
es el embrión, y qué reconocimiento me- esta medida, la determinación del estatu-
rece, lo cual integra una de las cuestiones to jurídico del embrión humano clónico
más profusa y acaloradamente discutidas exigirá igualmente como cuestión previa
en el ámbito del derecho durante las tres la determinación de su estatuto biológico
últimas décadas– ha de ser, de nuevo y y de su estatuto ontológico, es decir, la
necesariamente, objeto de análisis. Esta descripción científico-experimental del
vez, desde la singular perspectiva abierta origen, funcionamiento y desarrollo del
por la clonación mediante transferencia embrión en cuanto organismo viviente, y
nuclear. La urgencia de la determinación la definición filosófico-especulativa acerca
del estatuto jurídico del «embrión trans- de sus cualidades esenciales, las relativas
nucleado» –es decir, del nuevo organismo a su específica identidad o naturaleza.
que surge tras el trasplante de núcleos y De acuerdo con ello, debemos tener
la posterior activación del óvulo– resulta en cuenta, en primer lugar, que la recog-
imperiosa, a la vista de los nuevos hori- noscibilidad de la presencia de un ser hu-
zontes que esta técnica descubre en el mano en las primerísimas fases de la vida
campo de la investigación biomédica. –y más en el supuesto de que éste haya
A este respecto, cabe decir que la sido generado artificialmente mediante
determinación del estatuto jurídico del métodos que alteran la esencia de la re-
embrión humano, clónico o no, configura,
de modo general, la protección y tutela 1 Cfr. L. Palazzani. Il concetto di persona tra
de la que éste es merecedor frente al bioetica e diritto, G. Giappichelli, Turín, 1996, 15.

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producción natural, como la clonación–, viduo humano cuya dotación genética


exige necesariamente observaciones e nuclear fuese absolutamente idéntica a
interpretaciones que implican directa- la del «progenitor» biológico, el donante
mente a la biología. Es esta disciplina, del núcleo de la célula somática.
pues, la que debe pronunciarse en primer Ahora bien, incluso sobre este primer
término. En segundo lugar, convendría presupuesto –es decir, sobre el hecho
detenerse en la misma condición o modo mismo de que las técnicas de clonación
de ser del nuevo organismo que se genera por transferencia nuclear generen verda-
con la transferencia nuclear: ¿qué es un deramente un embrión clónico– existen
clon? ¿cuál es su identidad o naturaleza posiciones encontradas entre los cien-
específica? Desde otro punto de vista, tíficos, por la escasez de datos debido a la
cabría preguntarse si, efectivamente, el novedad de las técnicas. En concreto, hay
embrión obtenido mediante transferen- quienes defienden la inexistencia de un
cia nuclear posee una naturaleza igual embrión propiamente dicho tras el tras-
a la del embrión resultante de la normal plante nuclear, argumentando, de modo
fecundación de un gameto femenino por general, que en el supuesto de la clona-
uno masculino: ¿existiría alguna diferen- ción a través del intercambio del núcleo
cia constitutiva entre ambos? Se trata, celular, no tiene lugar, en sentido estricto,
en definitiva, de una reflexión sobre las fecundación alguna2. Por esta razón abo-
dimensiones ontológicas de lo natural
imprescindible para evaluar el propio co-
2 Entre las posturas más representativas
nocimiento científico, y cuyo tratamiento cabe destacar la opinión del investigador austra-
resulta ineludible para la posterior deter- liano Julian Savulescu, quien argumenta que, en el
minación del concreto estatuto jurídico supuesto de la clonación, el cambio que se opera
en la célula que experimenta la transferencia, aun
del embrión clónico. siendo relevante, no genera ninguna entidad nueva
o diversa: se trata de la misma célula que, tras la
I. Significado biológico de la transfe- fusión nuclear, conserva su específica identidad ce-
lular (Savulescu, J. «Should we clone human beings?
rencia nuclear Cloning as a source of tissue for transplantation»,
Journal of Medical Ethics, 25/ 2 (abril de 1999), 90).
Lo que primeramente se da por su- En términos parecidos se pronuncia el francés Atlan,
cuando señala que la célula totipotente producida
puesto respecto las técnicas de clonación
por transferencia del núcleo no es un embrión dada
por transferencia nuclear, es que median- la forma en que ésta se ha producido, limitando
te ellas se puede generar un embrión de por tanto el término «embrión» al resultado del
la especie de que se trate. En el caso de encuentro entre un espermatozoide y un óvulo
(Atlan, J. «Possibilités biologiques, impossibilités
que se tratara de células humanas, el fruto sociales», VV. AA. Le clonage humain, Ed. du Seuil,
de la fusión entre el óvulo receptor y el París, 1999, 36-37). Una postura análoga a esta sería
núcleo trasplantado sería un embrión hu- la adoptada por Irving Weissman, de la Universidad
de Standford, quien defiende que obtención de
mano en la fase primera de su existencia: linajes celulares de células embrionarias humanas
el estadio unicelular. Un embrión clónico, a partir de una transferencia nuclear, no supondría
entonces, no sería otra cosa que un indi- una verdadera clonación: tras la tranferencia, sólo

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gan por reservar el término «embrión» Tales tesis plantean una serie de in-
al «embrión gamético», resultado de la terrogantes de fundamental importancia
unión in vivo o in vitro de los gametos para la determinación del estatuto bio-
masculino y femenino. Por su parte, lógico –y con él, jurídico– del embrión:
el «embrión somático»,«nuclóvulo» o ¿genera la transferencia nuclear una
«clonote», originado in vitro por la trans- entidad nueva, diversa del óvulo que
ferencia del núcleo diploide de una célula experimenta el trasplante y del núcleo
embrionaria, fetal o adulta al citoplasma transplantado, del mismo modo que la
de un ovocito enucleado, no debería, en fecundación supone la constitución de
su opinión, ser considerado propiamente una nueva entidad a partir de la unión
como un embrión, sino, más bien, como de dos entidades diferentes, los gametos
un derivado de un cultivo de células masculino y femenino? ¿o conserva el
troncales. óvulo, tras la transferencia, su específica
identidad celular?
existiría un manojo de células en desarrollo («Stan- A este respecto, puede decirse que el
ford stem cell project draws criticism. Debate over significado biológico de la fecundación no
what constitutes cloning», Associated Press, San es otro que dar inicio a un nuevo indivi-
Francisco, 11 de diciembre de 2002).
Argumentos similares se encuentran en declara-
duo, al constituirse un nuevo mensaje, o
ciones efectuadas por el Presidente de la Sociedad código genético, en situación de iniciar
Internacional de Bioética (SIBI), Marcelo Palacios. la emisión del programa3. En efecto, con
Este autor especifica –entre otros motivos– que si
la fusión de los gametos masculino y
bien en la creación del cigoto participa el esper-
matozoide, en la del nuclóvulo (término que otorga femenino comienza a operar como una
al organismo obtenido a raíz de la tranferencia de unidad –esto es, como un ser viviente
núcleos) éste se encuentra ausente. Señala que en la ontológicamente unitario–, una nueva
creación del cigoto existe un proceso de singamia y
fertilización, de unas treinta horas de duración, que célula: el cigoto o embrión unicelular.
tampoco se da en la creación del nuclóvulo. Además, Esta célula representa el punto exacto
en el nuclóvulo la activación ha de ser inducida, en el espacio y en el tiempo en el que
puesto que no se da de manera espontánea, como
sí sucede en el caso de la fecundación de un gameto
un nuevo organismo individual inicia
femenino por uno masculino (Palacios, M. «Células su propia existencia o ciclo vital; en el
troncales, stem cells, células madre», Congreso Na- cigoto derivado de la fecundación está
cional de la Asociación Canaria de Bioética Estado
ya constituida la identidad biológica de
actual de la investigación científica y ética en células
madre, Canarias, 2002, http://www. bioeticaweb. un nuevo individuo4. Dicho cigoto está
com). Y lo mismo afirma Paul McHugh, miembro
del Comité Ético que asesora a la Presidencia esta-
dounidense sobre asuntos de clonación: indica que
el clonote –término que sugiere para designar al 3 López-Moratalla, N. Diferenciación celular
organismo resultante de la transferencia nuclear– es y desarrollo embrionario, Facultad de Ciencias de la
esencial, integral y vitalmente distinto del cigoto Universidad de Navarra, Curso 2001- 2002, 10.
obtenido por fecundación natural, y que por tanto 4 Serra, C. Colombo, R. «Identidad y es-
debería ser considerado no como ser humano vivo tatuto del embrión humano: la contribución de la
sino como una forma de cultivo tisular (McHugh, biología», en Identidad y estatuto del embrión humano,
P. Science, 297 (2002), 323). Eiunsa, Madrid, 2000, 141.

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dotado de una nueva y exclusiva estruc- la fusión de dos gametos, el masculino y


tura informacional (el genoma o código el femenino. Por ello, muchos de los cam-
genético) que constituye la base de su bios que experimenta el óvulo durante la
desarrollo posterior5. fecundación también tienen lugar cuando
Evidentemente, los eventos relaciona- se transplanta un núcleo diploide en un
dos con la penetración del espermatozoide ovocito y se induce la activación artificial.
y la sincronización natural de los ciclos Para que dichos eventos se produzcan han
celulares se obvían en cualquier protocolo de concurrir dos elementos indispensa-
de trasplante experimental de núcleos. bles: de un lado, una sincronía absoluta
Porque, a diferencia de lo que ocurre de los ciclos celulares del núcleo diploide
durante la fecundación, en la clonación trasplantado y del citoplasma del óvulo;
no tiene lugar propiamente una fusión de otro lado, un periodo de reprograma-
de gametos sino, más bien, una transfe- ción nuclear, durante el cual el núcleo
rencia del material genético nuclear de trasplantado se ajusta al nuevo entorno
una célula, la célula somática donante, a citoplásmico y experimenta una inversión
otra, la célula germinal receptora (el óvulo completa del proceso de diferenciación,
enucleado). Ahora bien –y lo que es más para alcanzar así el estado totipotencial
importante– este material genético ha de necesario para el desarrollo fetal6.
ser necesariamente inducido al estado en Del mismo modo, y puesto que la
que se encuentra en la fecundación natu- inducción de la activación fisiológica del
ral el núcleo proveniente de los gametos óvulo es vital para el desarrollo embrio-
paternos. La clonación por trasplante de nario posterior, es importante simular
núcleos persigue como objetivo último este proceso después de la inserción
sustituir estos dos núcleos haploides de un núcleo mediante trasplante. En
por un núcleo diploide preexistente, la fecundación, la consecuencia de esta
sustituir los pronúcleos del óvulo y del activación –los estímulos proporcionados
espermatozoide por un núcleo somático por el espermatozoide– es el aumento
embrionario o de adulto, y generar, a en la concentración de calcio [Ca2+] libre
partir de la fusión entre éste y el gameto en el citoplasma y el aumento del pH
femenino, una entidad nueva, idéntica a intracelular en el óvulo. De ahí que, en la
la generada en la fecundación a partir de clonación, se someta a la «célula híbrida»

6 Precisamente, el éxito alcanzado en los


primeros experimentos de trasplantes de núcleos fue
debido, al parecer, a la novedosa combinación de los
5 Como explican Serra y Colombo, «es ciclos celulares del núcleo y del citoplasma –núcleo
precisamente el nuevo genoma, que se establece en la en fase Go y citoplasto en fase MII– empleada: ex-
fecundación, la base y el constante soporte de la unidad actamente, la misma combinación de ciclos celulares
estructural y funcional del embrión, que se desarrolla que tiene lugar durante la fecundación (Campbell,
a lo largo de una trayectoria que mantiene siempre K.H.S. McWire, J. Ritchie, W.A. Wilmut, I. Nature,
una dirección bien definida» (op. cit., 137). 380 (1996), 64-66).

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a pulsos de calcio, mediante la adminis- transferencia del material genético nu-


tración de impulsos eléctricos repetidos clear procedente de la célula somática, y
o el uso de ionomicina para liberar el la inmediatamente posterior activación
calcio de los depósitos intracelulares7, con fisiológica, el óvulo pierde su específica
el fin de activar el inicio del desarrollo identidad celular y se transforma en una
embrionario. entidad distinta, de modo análogo a como
Tales datos evidencian que fecunda- el ovocito activado por la interacción del
ción y fusión nuclear o transferencia, fe- espermatozoide deja de serlo –pierde
cundación y clonación, son dos procesos su específica identidad celular– para ser
análogos, equivalentes, en la medida en cigoto9.
que ambos procesos –de llevarse a cabo Acabamos de indicar que la fecunda-
con éxito– finalizarían con la constitución ción se presenta como el «proceso consti-
de una célula nueva, el cigoto o embrión tuyente» de un nuevo viviente, en cuanto
unicelular, que inicia un nuevo ciclo vital8. «proceso de disponer la materia recibida
Si durante la fecundación tiene lugar, de de los progenitores con el fenotipo celular
modo natural, la fusión del material ge- propio de inicio o arranque, o activación
nético procedente de los gametos materno
y paterno, en el caso de la transferencia,
se induce artificialmente la fusión entre
el óvulo y un núcleo diploide. Tras la
9 Con esto no quiere decirse, ni mucho
menos, que con las técnicas de transferencia nuclear
7 Moor, R. Lee, C. Fulka, Jr. J.. «El contexto se obtengan embriones siempre y en cualquier caso.
de la clonación: células germinales, fecundación y En rigor, es más bien al contrario: la mayor parte
desarrollo embrionario», En las fronteras de la vida: de las tentativas de transferencia resultan fallidas,
ciencia y ética de la clonación, Fundación de Ciencias y muchas veces sólo se consigue que el óvulo
de la Salud, Doce Calles, Madrid, 1998, 43. manipulado inicie un proceso de multiplicación
8 En efecto, ambos procesos, fecundación celular indiscriminado. Es cierto que un embrión
y transferencia nuclear, completan, ya mediante la transnucleado no es, como señalan los defensores
aportación de dos «progenitores» (fecundación), ya de las tesis expuestas al comienzo del apartado, la
de sólo uno de ellos (transferencia), el patrimonio misma célula que antes de la transferencia, ni un
genético propio de un individuo de la especie de que simple «conjunto de células». Ahora bien, tampoco
se trate. En ambos supuestos, fecundación y trans- cualquier conjunto de células que pueda resultar de
ferencia, el cigoto generado dispone de un genoma la transferencia es un embrión en sentido propio y
diploide, esto es, un genoma completo que contiene estricto (como tampoco es siempre e infaliblemente
un concreto mensaje genético, que se encuentra un embrión el fruto de la unión de un gameto
en el interior de una célula que le aporta lo que masculino con uno femenino: puede haber múl-
necesita para empezar a emitirse y que comienza a tiples causas que malogren la fecundación antes
construir y desarrollarse como un nuevo individuo de que llegue a término). El nuevo organismo que
de la especie. Ambos procesos, pues, conforman la se obtenga mediante la clonación por trasplante
estructura inicial de un nuevo individuo, mediante la de núcleos será un embrión de la especie de que
cual éste comienza su propia existencia, disponiendo se trate siempre que la transferencia culmine con
la materia aportada por los «progenitores» con los éxito, aunque es posible que tal eventualidad no
elementos necesarios para poder considerar que ha pueda ser corroborada hasta estadios posteriores
comenzado a vivir un nuevo ser. del desarrollo embrionario.

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de la emisión del mensaje»10. Pues bien, construcción, con «material» propio, del
esto es exactamente lo que sucede en la soporte material (el genoma) que contiene
transferencia nuclear: la entera dinámica un nuevo programa genético capaz de
del proceso –y en ello precisamente radica iniciar la existencia de otro individuo
su éxito– se dirige a situar o adaptar la de la misma especie, la clonación podría
dotación genética (el «material» bioló- también definirse como la construcción,
gico) en estado de iniciar la emisión del con «material» ajeno, del soporte material
mensaje completo. La clonación, como que contiene un programa genético que,
las distintas formas de génesis artificial si bien no goza de una unicidad absoluta
de un viviente, requiere un proceso más –no es nuevo, por lo que al genotipo se
o menos complejo para que los materiales refiere–, es igualmente capaz de iniciar
biológicos de partida alcancen la configu- la existencia de otro individuo de la
ración necesaria para constituir un nuevo misma especie. La clonación es, como la
organismo11. Se induce a la «materia» al fecundación, un verdadero proceso cons-
estado en que se encuentra en la fecunda- tituyente. De ahí que podamos concluir
ción natural, sometiéndola para ello a las que, de llevarse a cabo, la clonación de
manipulaciones que resulten necesarias: seres humanos por transferencia nuclear
estímulos químicos, físicos, mecánicos; acabaría, como la fecundación natural o
simulación de procesos; identificación y artificial –como cada una de las diversas
desencadenamiento de señales; inducción técnicas de reproducción asistida–, en
de la activación; sincronización y com- la construcción de una unidad celular
binación de ciclos, etc. En definitiva, si con un fenotipo característico y propio:
se puede definir la fecundación como la el cigoto.
Por tales razones, entendemos que
carece de fundamento científico la pre-
10 López-Moratalla, N. Diferenciación celu- tensión de negar la condición biológica
lar..., op. cit., 39. Como la propia autora explica en de embrión a los cigotos (siempre que
otra de sus obras, «no basta la fusión del material
genético de los padres, es preciso que tal material se
sean verdaderos cigotos y no simplemente
ordene en una conformación material, un fenotipo una célula híbrida producto de la fusion o de
celular tal que dé lugar a la capacidad de iniciar la la manipulación de gametos) cuyo origen
emisión de una secuencia completa y ordenada de
se sitúa en una transferencia nuclear, y
mensajes genéticos (un programa). Sólo entonces
(y sea cual sea la procedencia de tal configuración: fe- sí reconocérsela a aquellos otros cuyo
cundación natural, transferencia de un núcleo de una comienzo sea fruto de la fecundación in
célula somática a un óvulo maduro, etc.) puede decirse vivo o in vitro del óvulo por un gameto
que está constituido un viviente, o que un nuevo
individuo ha empezado a vivir» (López Moratalla, masculino. Máxime cuando esta última
N. Martínez- Priego, C. «El embrión humano como ha podido ser provocada, a su vez, por
individuo: una visión epigenética», en La humanidad una técnica de micromanipulación de
in vitro, Ballesteros, J. Comares, Granada, 2002, 206.
La cursiva es nuestra).
gametos –microinyección, electrofu-
11 López Moratalla, N. Martínez- Priego, C. sión...– idéntica a la que genera aquéllos.
«El embrión humano...», op. cit., 219. Frente a las tesis que abogan por reservar

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el término «embrión» para el «embrión embrión humano obtenido a partir de


gamético», resultado de la unión in vivo células germinales.
o in vitro de los gametos masculino y
femenino, consideramos que no cabe 2. Naturaleza del embrión transnu-
sino otorgar al término «embrión» un cleado
sentido amplio –reconocerle el suyo
propio, en definitiva–, para asegurar Como apuntábamos, el segundo in-
que en él quedan recogidos tanto sus terrogante que surge en el debate acerca
estadios evolutivos más tempranos del estatuto jurídico del embrión trans-
(cigoto, mórula, blastocisto...) como, nucleado es el de la determinación de
especialmente, todos los óvulos que su específica naturaleza. Se trata de una
hayan experimentado, de forma natural cuestión cuya respuesta también podría
o por intervención humana, un proceso darse, en una primera aproximación, por
de inicialización comparable a la fecun- supuesta: un embrión clónico es un ser
dación. Lo decisivo para la calificación humano, y por tanto ontológicamente
de «embrión» es, por tanto, la idoneidad igual a cualquier otro embrión de la es-
para desarrollarse como miembro de la pecie homo sapiens.
especie de la que descienda, no su pro- Sin embargo, el espectacular pro-
cedencia de un tipo concreto de células greso experimentado en el campo de
(germinales, somáticas) ni del modo la biogenética y de la embriología del
concreto (fecundación o fusión) en que desarrollo, antes que corroborar esta pri-
dicho embrión se origina. mera intuición que supone la identidad
Del mismo modo, es importante de naturaleza entre el embrión clónico
subrayar que, desde un punto de vista y el resultante de un proceso ordinario
estrictamente científico, e independiente- de fecundación, más bien, la torma con-
mente de la calificación que ulteriormente flictiva. En efecto, debido a la específica
puedan recibir en función del fin que con técnica a través de la cual sería generado
ellos se pretenda, cualquier experimento el embrión clónico –una posibilidad de
de clonación que culmine con éxito pre- intervención artificial sobre la vida de
supone siempre y en todo caso la creación grado y alcance inéditos hasta ahora,
de un embrión. Y consecuentemente –y capaz de sustituir no sólo la función
nos referimos ahora al supuesto de la vital generativa, sino incluso su misma
clonación humana–, lo que se destruiría, estructura biogenética natural (la comple-
manipularía o sometería a experimen- mentariedad sexual); y a la índole de los
tación no sería un «manojo de células», datos científicos que la clonación supone
ni un «cultivo celular», ni un «óvulo en –que obliga a revisar términos que hasta
desarrollo»: se trataría de un embrión el momento parecían definitivos, como
humano, un ser humano en el estadio «potencialidad celular», «irreversibilidad
inicial de su existencia con una naturaleza del ADN», «unicidad genética», etc.–, la
biológica idéntica a la de cualquier otro reflexión filosófica se encuentra con un

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nuevo supuesto de hecho, un nuevo pa- fecundación un estatuto equivalente12.


rámetro empírico con el que medirse en A este respeto, habría que aclarar dos
torno a la determinación de la presencia cuestiones: la primera, cuál es el alcance
o ausencia de un sujeto humano en la del término «manipulación». Y, en con-
nueva realidad biológica que surge tras secuencia, si cabe calificar a un concreto
la transferencia nuclear. organismo como totipotente (esto es,
Ya hemos señalado que la determina- capaz de desarrollarse en un individuo
ción de la existencia de un ser humano completo y adulto) sólo en el caso de
tras la transferencia nuclear apela prime- que las meras condiciones naturales –su
ramente a las ciencias experimentales: a «capacidad natural»– le indujeran a ello,
los datos por ellas proporcionados hemos o si el término se extiende asimismo al
atendido hasta el momento. Sin embar- supuesto de que se requieran condiciones
go, hoy se pone en duda la recognos-
noscibilidad del embrión clónico como
12 Así lo mantiene, por ejemplo, el Informe
ser humano y como individuo humano sobre clonación de la Fundación de Ciencias de la
con observaciones e interpretaciones, si Salud, cuando afirma que «[...] el óvulo al que se
no propiamente filosóficas, sí al menos le ha transferido el núcleo de una célula diferen-
ciada y el óvulo fecundado por un espermatozoide
«metabiológicas». Conviene revisar, pues, son constitutivamente diferentes en cuanto que el
algunas de las argumentaciones y teorías cigoto tiene la capacidad natural (sin manipulación
que defienden un diferente estatuto entre posterior) de formar un individuo completo (es
totipotente per se), en tanto que el óvulo al que se
el organismo originado por la transfe-
le ha trasplantado un núcleo no tiene, por sí mismo,
rencia y el generado por la fecundación ninguna capacidad pluripotencial ni totipotencial
de un óvulo humano por un gameto natural (sin manipulación posterior); sólo llegará
masculino, tratando de distinguir entre a ser pluripotente o totipotente en condiciones
especiales», (Comité de Expertos sobre Bioética y
los datos empíricos y la interpretación Clonación de la fundación de ciencias de la salud,
racional metabiológica de los mismos; Informe sobre clonación, Ediciones Doce Calles, Ma-
entre la comprensión de los hechos y su drid, 1999, 156).
En esta misma línea se sitúan quienes, como
interpretación. Carlos Alonso Bedate, interpretan que el concepto
aristotélico de potencia no se puede aplicar al em-
2.1. Potencialidad natural y viabilidad brión en general (sea o no clónico) «en toda su ex-
tensión, pues éste no tiene de forma intrínseca y au-
tónoma todas las capacidades para transformarse en
La necesidad de una cierta »manipu- otra cosa diferente con propiedades nuevas [...]. Además,
lación» –un estímulo artificial, químico, aunque la capacidad de desarrollo es intrínseca al
físico o mecánico– para que la célula estado biológico del embrión [...], esta capacidad no
es total y menos autónoma en cuanto que el embrión
resultante de la transferencia pueda necesita estar en un nicho determinado para poder
desarrollarse como un embrión normal, ejercer esa capacidad que tiene y así responder y
constituye una de las objeciones a la constituirse en fenotipo persona» (Bedate, C.A. «El
estatuto ético del embrión humano: una reflexión
tesis que aboga por otorgar al embrión ante propuestas alternativas», Bedate, C.A. Mayor
originado mediante transferencia y al Zaragoza, F. Gen-ética, Ariel, Barcelona, 2003, 34. La
resultante de un proceso ordinario de primera cursiva es nuestra).

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experimentales o artificiales –una cierta del desarrollo y del cambio están dentro
«manipulación»– para tal desarrollo. La de la sustancia misma, en su naturaleza.
segunda, derivada de la anterior, si dicha Precisamente, es tal capacidad la que fun-
manipulación es, en su caso, condición damenta la posibilidad del devenir, del
de posibilidad de la existencia misma movimiento. Éste es, según Aristóteles,
del embrión o si lo es únicamente de su el paso de la potencia al acto en cuanto
viabilidad. que es el paso del poder-ser al ser, y no
Para abordar la primera cuestión, re- el paso del no-ser al ser. El movimiento
sulta imprescindible tratar de determinar es el acto del ente en potencia, en cuanto
el específico significado y alcance del con- está en potencia.
cepto de «potencia» y de «totipotencia- Esto mismo significa dos cosas. Por
lidad». Según Aristóteles, las categorías una parte, que el movimiento, desarrollo
de potencia y acto se explican en relación o cambio presupone, precisamente, la
al movimiento y a la sustancia, y poseen existencia de una cosa que se mueve: no
un significado diverso si se refieren a los existe el cambio sin un sujeto en acto que
objetos artificiales o a la cosas naturales. se transforma. Como indica Viola, «la cosa
Estas últimas, a diferencia de aquellos, natural está toda en su devenir desde el
poseen en sí mismas el principio de la principio hasta el final, y está presente en
generación; son en potencia por virtud su mismo nacimiento. La movilidad no
propia, y el paso de la potencia al acto es un proceso que produce una cosa que
deviene cuando no encuentran obstáculos todavía no existe, sino que es el modo
o impedimentos externos13. La potencia- mismo en que la cosa se despliega en el
lidad en los seres naturales abarcaría así ser y alcanza su cumplimiento. No exis-
todo aquello que su desarrollo ordinario te el devenir en general, sino cosas que
puede llegar a alcanzar de forma natu- devienen»15. Por otra, que el paso de la
ral14. Es la capacidad ontológica real de potencia al acto sólo puede afectar a un
la cosa natural, incardinada en su propia ente potencial que carezca de una cierta
naturaleza. Ser en potencia, por tanto, es propiedad: la cosa que se mueve posee
ser con capacidad ontológica de desarro- otros actos, pero el movimiento le sobre-
llarse, en la medida en que el principio viene en lo que tiene de potencial.
A la luz de la solución aristotélica,
13 «y, de las que lo tienen [el principio de la pues, cabe entender por «potencialidad
generación] en sí mismas, [están en potencia] cuantas, humana» toda forma de vida que tenga
si no lo impide nada externo, serán por sí mismas» en sí la capacidad ontológica de devenir
(Aristóteles. Metafísica, IX 7, 1049a 13-14).
14 Se trata de la potencia intrínseca o activa: o desarrollarse como un ejemplar de
sólo ésta es potencia en sentido estricto. Por su parte, la especie homo sapiens. Atribuir al em-
la potencia extrínseca o pasiva, propia de los objetos
artificiales, incluye todas aquellas realizaciones que
pueden darse en ellos no ya como consecuencia de 15 Viola, F. De la naturaleza a los derechos. Los
su desarrollo natural, sino por intervención de otros lugares de la ética contemporánea, Comares, Granada,
elementos externos. 1998, 81.

340 Cuad. Bioét. 2004/2ª


El estatuto jurídico del embrión clónico

brión –sea cual sea su origen, clónico o mación o cambio sustancial haya tenido
no– potencialidad humana, significa ante lugar, en su caso, el nuevo ser –el cigoto–,
todo que posee la capacidad ontológica en cuanto que pertenece a la categoría de
intrínseca activa que, en ausencia de las sustancias vivas o cosas naturales y
obstáculos externos, está determinada, posee en sí el principio de la generación,
programada, orientada teleológicamente será por sí mismo, en virtud propia, todo
hacia la progresiva expresión hasta el aquello que su desarrollo natural pueda
desarrollo completo16. Quiere decir que alcanzar. Si no se le priva del entorno
está en potencia de ser un ser humano adecuado, actualizará naturalmente sus
acabado, perfeccionado, realizado en sus diversas potencialidades; llegará a ser
múltiples disposiciones o potencias. Así, un ser humano adulto, el ejemplar más
a lo largo de su proceso vital el embrión acabado de los seres pertencientes al
se desarrolla o perfecciona como ser hu- género humano.
mano, despliega sus potencialidades, a la La manipulación –en el caso concreto
vez que necesariamente continúa siendo de la transferencia nuclear, la aplicación
lo que fue desde el principio, ya que el de descargas eléctricas o de cualquier
devenir no genera nada que no estuviera otro estímulo físico, químico o mecánico
ya en el inicio del sujeto que se desarrolla. para inducir la fusión del núcleo y la
Está todo él presente en el origen. posterior activación del óvulo–, enton-
Por su parte, entendemos que el ces, se requiere para dar comienzo a una
término «manipulación» hace exclusiva nueva vida. Una vez que esta ya existe,
referencia a una intervención artificial del ontológicamente será por sí misma todo
exterior que posibilita el paso de la poten- aquello que su desarrollo natural puede
cia al acto. En el caso de la generación de alcanzar. Por tanto, el ser humano artifi-
embriones humanos mediante trasplante cialmente creado en una placa o tubo de
de núcleos, la manipulación comprende- laboratorio, no necesita «manipulación
ría todas aquellas acciones, conductas u posterior» para ser totipotencial (puesto
operaciones extrínsecas o accesorias que que lo es desde el primer instante de su
requieren las células somáticas y el óvulo vida), sino que únicamente la requeriría
enucleado –los «materiales biológicos» para ejercer aquellas facultades respecto
de partida–, para generar una nueva en- de las que está en potencia, es decir, para
tidad, esencialmente distinta de aquéllos. que todas las potencialidades que posee
Estos materiales padecerían, como conse- se realicen o perfeccionen. En definitiva,
cuencia de tal manipulación, un cambio para desarrollarse conforme a lo que ya
sustancial: dejarían de ser lo que eran y es. La manipulación que se precisa para
se transformarían en otra cosa distinta: un provocar el cambio de sustancia, tanto
ser humano. Una vez que dicha transfor- en los gametos como en el óvulo en el
que se inserta un núcleo diploide, es
16 Palazzani, L. Il concetto di persona..., op. necesariamente previa. Tras el cambio
cit., 85. sustancial que da origen al nuevo ser no

Cuad. Bioét. 2004/2ª 341


Susana Aulestiarte Jiménez

cabe ningún otro del mismo género que instan al embrión in vivo a sucesivas
no sea la muerte. divisiones, o cualesquiera otras que pre-
En este sentido –y con ello aborda- tendan dotar al embrión in vitro de las
mos la segunda cuestión planteada al necesidades que normalmente satisface
comienzo–, la «manipulación posterior», el entorno materno17.
desde el mismo momento en que da co- Queda así de manifiesto que en la
mienzo la vida de un nuevo ser humano tesis que mantienen quienes pretenden
(y eso tanto en el caso de la transferencia otorgar un diferente estatuto al embrión
nuclear como en el de la fecundación in y al embrión transnucleado, se produce
vitro), actúa únicamente como condición, una peligrosa mezcla de órdenes biológi-
requisito o presupuesto de su viabilidad cos y ontológicos. Se identifica el sentido
–entendida a estos efectos como aptitud metafísico de potencia con su acepción
para mantenerse en la existencia, para biológica: el ser en potencia «por virtud
continuar viviendo y desarrollándose–, propia», o «tener en sí» el principio de la
no de su existencia misma. Porque no cabe generación al que se refería Aristóteles,
duda de que si a esta nueva vida que con una «totipotencia per se» que resulta
se origina se le priva del entorno vital no ser más que la capacidad, estrictamen-
adecuado a sus necesidades, o no se le te física, de desarrollo autónomo18. Frente
proporcionan los medios indispensables 17 Ahora bien, ello no autoriza a deducir
para la subsistencia, dejaría de existir, se –como sostiene, por ejemplo, Bedate– que «no se
puede atribuir al embrión un telos interno» en la
moriría. Como cualquier embrión –tam-
medida en que «el nicho, al ser parte del programa
bién el concebido in vivo–, el embrión in de desarrollo, entra a formar parte constituyente de
vitro, transnucleado o no, requiere de un lo constituido. Por esta razón, no se puede entender
entorno o nicho adecuado para ejercer sus el embrión como un algo dotado de potencialidad
en su sentido pleno sino como un elemento dotado
facultades o potencialidades. La «mani- de potencialidad compartida» (Bedate, C.A. «El esta-
pulación posterior» del embrión in vitro, tuto ético ...», op. cit., 35. La cursiva es nuestra). La
precisamente, pretende recrear ese mismo potencia ontológica, insistimos, hace referencia a
lo que una cosa es por virtud propia, intrínseca-
nicho o entorno, y con ello posibilitar mente, con independencia de que su actualización
la serie de cambios accidentales (creci- efectiva requiera de unas determinadas condiciones
miento, maduración, reproducción...) que internas (genéticas, fundamentalmente) y externas
(como pueden ser las reacciones biológicas que se
constituyen el desarrollo. De este modo,
despliegan en la implantación del embrión en el
condiciona que el nuevo ser humano endometrio, o las que tratan de imitarlas in vitro,
evolucione y ponga en acto aquellas bajo determinadas condiciones de cultivo).
facultades que, en su temprano estado 18 Capacidad o viabilidad de la que, por lo
demás, resulta evidente que carecen tanto el cigoto
de vida, posee en potencia. Entre tales resultante de la transferencia nuclear, como todos
manipulaciones posteriores figurarían, aquellos embriones originados mediante técnicas
por ejemplo, aquellas dirigidas a suplir de reproducción artificial y que son mantenidos en
condiciones artificiales de cultivo, en tanto no hayan
los factores de crecimiento sintetizados sido trasladados al cuerpo de la madre. E incluso
por las células maternas –primero las de después, puesto que tras la implantación continúan
las trompas, y después las del útero– que dependiendo de la madre para subsistir.

342 Cuad. Bioét. 2004/2ª


El estatuto jurídico del embrión clónico

a semejante confusión, es imprescindible De todo ello cabe deducir que se de-


recordar que todo ser humano, y desde el ben calificar como totipotentes a todos
preciso instante en que da comienzo su aquellos organismos que sean poten-
vida, bien artificialmente, bien conforme cialmente humanos desde el punto de
al modo natural de reproducción, posee vista ontológico (esto es, seres humanos
en sí, en la propia sustancia, el principio en acto con diversas potencialidades).
del desarrollo y del cambio, como todas Lo que, traducido a términos científicos,
las sustancias vivas o cosas naturales. La significa que sean capaces, por sí mis-
potencialidad humana, que definíamos mos o mediante intervención de agentes
como la capacidad ontológica de desa- externos –es decir, tanto en condiciones
rrollarse como miembro de la especie, naturales como experimentales–, de de-
no admite grados. O se posee a partir sarrollarse como miembros de la especie
del primer momento de vida, o no se homo sapiens. Lo decisivo, pues, para la
poseerá nunca19. Por tanto, no cabe hablar calificación de «embrión humano» es
de «totipotencia per se» –y, con ello, de la condición de miembro de la especie
«totipotencia per alter»o «potencialidad humana, independientemente de su
compartida»–, ni de «multipotencia» o
«pluripotencia», en sentido ontológico,
porque la potencia ontológica, por defini- alter» o pasiva, que sería la correspondiente a los em-
ción, es per se y es total. O es per se, o no es briones que, por haber sido creados en condiciones
artificiales, requieren de condiciones igualmente ar-
potencia en sentido propio y estricto. Ex- tificiales para mantenerse con vida. A este respecto,
presarse en semejantes términos supone no está de más insistir que, en rigor, el ser humano
confundir la noción de potencia con la de nunca llega a ser absolutamente autónomo, esto es,
definitiva y totalmente viable por sí mismo (per se),
viabilidad, concepto éste que pertenece
porque siempre existe una dependencia extrínseca
al orden biológico o científico-médico, y respecto del ambiente (nutrición, oxigenación...), o
revela además un reduccionismo cienti- de las demás personas (que se hace especialmente
fista que no repara en la limitación que patente en los casos de enfermedad, ancianidad,
etc.), para sobrevivir. Como matiza Ballesteros,
impone el método20. «[...] el ser humano [...] nace inacabado, y, por
tanto, biológicamente inviable, y sólo resulta viable
19 Como señala Sgreccia, «no se puede pen- existencialmente gracias a la ayuda de los otros»
sar en existencias diversas y sucesivas del mismo (Ballesteros, J. «Exigencias de la dignidad humana
embrión viviente, cosa que, por lo demás, concuerda en biojurídica», Rivista Internazionale de Filosofia del
plenamente con el dato de la experiencia y el em- Diritto, 2 (2002), 197).
briológico: al desarrollarse el mismo sujeto, mantie- La «inviabilidad», por su parte, haría referencia
ne en cada fase sucesiva la unidad ontológica con a la incapacidad intrínseca del embrión de ejecutar
la fase precedente sin soluciones de continuidad», el programa de desarrollo contenido en su dotación
(Sgreccia, E. Manual de Bioética, Diana, Méjico, 1996, genética (debido normalmente a las graves anoma-
362). lías cromosómicas que dicha dotación presenta):
20 En todo caso, podría admitirse (y con sería el supuesto, por ejemplo, de los embriones in
reservas), la expresión «viabilidad per se» o activa, vivo que se pierden espontáneamente al comienzo
entendida como la capacidad de desarrollo autó- de la gestación, o de los embriones in vitro que,
nomo –en ningún caso absoluta– que poseen los voluntaria o fortuitamente, han sido generados con
embriones en su estado natural, y «viabilidad per patologías congénitas.

Cuad. Bioét. 2004/2ª 343


Susana Aulestiarte Jiménez

capacidad física o viabilidad21. Por ello, transferencia22. La cuestión de fondo que


entendemos que resulta necesario otorgar una objeción como la descrita obliga a
al término «embrión» un sentido amplio, plantearse es: ¿otorga la identidad genéti-
esta vez para asegurar que en él quedan ca clónica un estatuto característico y pro-
comprendidos tanto los naturalmente pio? ¿Existe alguna diferencia esencial,
viables –con «capacidad natural» o sin constitutiva, entre los seres humanos que
«manipulación posterior»–, como los portan el mismo código genético –como
que requieren mediación de terceros los gemelos– y el resto? En definitiva, ¿es
–con «manipulación posterior»– para la unicidad genética el fundamento de la
su desarrollo completo, como aquellos novedad radical que cada ser humano
otros que, aun habiendo sido calificados
como «inviables», no dejan por ello de 22 Al menos, esto es lo que se deduce, por
ser miembros –los más desvalidos– de la ejemplo, del Informe que acompaña al Protocolo
especie homo sapiens. Adicional al Convenio de Derechos Humanos y
Biomedicina del Consejo de Europa. Dicho Protoco-
lo, en efecto, prohíbe la creación de seres humanos
2.2. Duplicidad genética y unicidad onto- genéticamente idénticos a otros seres humanos,
lógica vivos o muertos. Sin embargo, el Informe expli-
cativo establece que debe delegarse en el Derecho
interno de cada Estado la potestad de determinar
Otro tipo de argumentos esgrimidos el significado del término «ser humano» a los
por quienes consideran que el embrión efectos de su aplicación», (Explanatory Report to the
Adicional Protocol to the Convention on Human Rights
resultante de una transferencia nuclear
and Biomedicine on the Prohibition of Cloning Human
poseería una naturaleza distinta a la Beings, DIR/JUR (98) 7, punto 2). De este modo, el
del embrión proviniente de la normal Protocolo Adicional dejaría un amplísimo ámbito
fecundación de un gameto femenino de discrecionalidad a los Estados sobre la misma
oportunidad de no considerar como «humanos»
por uno masculino, al parecer pretende a los individuos obtenidos mediante técnicas de
apoyarse, precisamente, en la identidad transferencia nuclear. Semejante ámbito de dispo-
genética del ser obtenido mediante dicha sición –la determinación de la misma naturaleza
«humana» del embrión (si es un ser humano no lo
es)– únicamente se concede respecto a los embriones
genéticamente idénticos a otros seres humanos.
Esto es, sólo se permite respecto a los embriones
que se obtengan, en su caso, mediante técnicas de
clonación. Porque, en efecto, respecto a cualesquiera
21 Viabilidad que, además –merece la pena otras disposiciones contempladas en el Convenio
destacarlo–, no deja de ser un mero pronóstico o de Biomedicina del Consejo de Europa relativas
expectativa: vida viable es vida posible o probable, al embrión in vitro obtenido a partir de gametos
en términos estadísticos, puesto que lo único que humanos, lo que se delega en la normativa interna
confirma la viabilidad o no de un embrión es su de los Estados es la concesión a los mismos del
propia muerte. Y, en ese último caso, conviene no estatuto personal, es decir, la determinación de si
olvidar que la vida, en cuanto dinamismo propio tales embriones son o no personas. Resulta, pues,
de la realidad de todo viviente, tiene «telos»: por evidente, cuál es la única diferencia existente entre
ello mismo puede afirmarse que, –en cuanto que ambos embriones, «somático» y «gamético», capaz
posee en sí el término de su obrar–, un viviente ha de motivar semejante cambio de criterio legislativo:
vivido, aunque muera muy prematuramente. la misma constitución genética clónica de éstos.

344 Cuad. Bioét. 2004/2ª


El estatuto jurídico del embrión clónico

introduce en el mundo cuando viene a Como pasaría a ser fruto de la conven-


la existencia? ción, en consecuencia, la idea de dignidad
A este respecto, entendemos que pre- humana y de derechos humanos, cuyo
tender otorgar a los embriones clónicos presupuesto básico es la pertencia a la
un estatuto diferenciado (una distinta especie homo de los sujetos a los que se
naturaleza) basándose en su peculiar atribuye.
dotación cromosómica y, por ello mismo, En este sentido, conviene señalar dos
susceptibles de fabricación, uso, manipu- cosas. Por un lado, resulta innegable que
lación o destrucción, significa seleccionar, lo que únicamente se podría constatar
dentro del género humano, categorías en el caso de que se llevara a término
o calidades de hombres en función del una transferencia nuclear con células
valor de sus genes. En esto consiste humanas –esto es, si se creara un embrión
precisamente el postulado básico del humano clónico mediante dicha técnica–
determinismo genetista23. Ello equivale, sería su identidad genotípica respecto al
de un lado, a reconocer que las técnicas donante del núcleo celular25. El genotipo
de clonación serían en realidad modos individual del embrión así generado no
de fabricación de seres «subhumanos», o gozaría, pues, de una unicidad absoluta.
pertenecientes a una futura «subespecie» Sin embargo, su fenotipo sí sería absolu-
todavía por determinar. De otro lado, una tamente único e irrepetible26. La eventual
postura semejante supondría que –antes
que «a menudo se considera que la naturaleza,
incluso que el de «personalidad»– el
o lo natural, no sólo es aquello que viene dado,
mismo criterio de «humanidad», esto sino también aquello que debe aceptarse porque
es, el criterio para precisar quiénes son está fuera del control humano [...]. Por contraste,
seres humanos y quiénes no, dejaría de la naturaleza sometida –la naturaleza dominada
por la inteligencia humana y dirigida a objetivos
ser natural (con capacidad intrínseca de humanos– ya no es lo dado, ya no es eso que debe
ejecutar un ciclo vital biológicamente es- aceptarse [...]. Paradójicamente, la naturaleza sometida
pecífico del hombre), y pasaría a ser fruto al control humano deja de ser naturaleza» (Buchanan,
A. Brock, D.W. Daniels, N. Wikler, D. Genética y
de una convención o artificio humano24. justicia, Cambrigde University Press, ed. española,
Madrid, 2002, 77. La cursiva es nuestra).
23 Como advierte Ballesteros, el genetismo 25 Identidad que tampoco sería absoluta,
radical «rompe [...] la unidad de la especie humana, puesto que existe también ADN contenido en las
al distinguir entre bien nacidos, con su correcto mitocondrias del óvulo receptor.
genoma, y no bien nacidos, que pueden ser mani- 26 El proceso autoorganizativo constituyente
pulados o eliminados» (Ballesteros, J. «Exigencias de cada individuo –y de cualquier individuo– no
de la dignidad humana...», op. cit., 187). viene determinado sólo por los genes. Cada indi-
24 De hecho, ya hay quienes apuntan que «en viduo se autoconstruye necesariamente en diálogo
lo sucesivo, cuando haya que estudiar la evolución e interacción con su medio (dicha interacción es
de los seres vivos, habrá que considerar los seres indispensable para la nueva ordenación del mate-
procedentes de la evolución natural según Darwin rial constituyente), con una información abierta al
y los procedentes de la evolución por voluntad del cambio y por tanto a una propia e irrepetible confi-
hombre» (F. Pulido Romero. «La clonación. Nuevo guración individual. Es la llamada información epi-
horizonte de progreso», Offarm, 17 [V], mayo 1998, genética (que significa, precisamente, información
112). En el mismo sentido, sostiene Buchanan «nueva» o «emergente»: emergencia de propiedades

Cuad. Bioét. 2004/2ª 345


Susana Aulestiarte Jiménez

identidad genotípica no anularía las va- Por otro lado, es importante poner de
riaciones ambientales internas y externas relieve que ni siquiera la existencia de esta
que sobrevienen en el curso de cada ciclo información epigenética, que distingue a
vital individual, haciendo imposible una nivel biológico unos individuos de otros
completa igualdad fenotípica entre el solo. La individualidad no puede ser predicada de la
clon y aquel conforme al cual éste se ge- dotación genética –aunque ésta fuese absolutamente
nerara o de quien el clon derivara. Sólo, única–, sino del organismo en cuanto totalidad
corpórea o entitativa. La individualidad no es tanto
pues, con los conceptos de «información «unicidad genética» como «unidad ontológica».
epigenética» y «fenotipo», bastaría para No compartimos, pues, la posición de quienes,
justificar la unicidad biológica –unicidad como Lacadena, afirman que «la individualiza-
ción de un nuevo ser requiere que se den dos
fenotípica– de cualquier nuevo individuo
propiedades: la unicidad –calidad de ser único [ser
de la especie humana, ya fuera generado genéticamente irrepetible]– y la unidad –realidad
por transferencia nuclear o por la normal positiva que se distingue de toda otra; es decir, ser
fecundación de un gameto femenino uno solo–» (Lacadena, J.R. «Una lectura genética
de la Ley española sobre Técnicas de Reproduc-
por uno masculino. Y, desde luego, tal ción Asistida», en Reproducción Asistida. Actas del
eventual identidad genotípica tampoco 12º Curso de verano. Universidad de Cádiz, Palacios,
anularía la pertenencia de tal individuo M. Servicio de Publicaciones de la Universidad de
Cádiz, 5). El patrimonio genético, sea único (unicidad
a la especie humana, ni su unidad ontoló- genética) o no, no guarda relación alguna –por tanto
gica. Su identidad específica e individual no la determina, ni la condiciona– con la unidad; esto
–esto es, su «ser individuo de la especie es, con el ser «un individuo». La unidad o indivi-
dualidad no se predica de la dotación genética en
humana»– no se verían afectadas por la
cuanto tal, sino del viviente en cuanto organismo
ocasional duplicidad genética, es decir, con una concreta dotación genética conforme a la
por la existencia de otro ser humano con cual –eso sí– se constituye y desarrolla. Que dicho
una dotación genética igual a la suya27. viviente sea genéticamente único o genéticamente
idéntico a otro nada afecta a que sea efectivamente
otro individuo.
nuevas no contenidas en los materiales constituyen- Si, como normalmente se afirma, la dotación
tes de un nuevo individuo), la que permite que, a genética del cigoto constituye el fundamento de su
partir de la concreta configuración informativa de singularidad individual, no es sólo porque dicha do-
los elementos constituyentes previos –el genotipo–, tación sea única –podría no serlo, como en el caso de
emerjan otras propiedades nuevas –el fenotipo–, que los gemelos o de los clones–, o porque contenga las
si bien se corresponden con la información genética peculiaridades específicas (altura, fuerza, belleza...
que aporta la secuencia de nucleótidos heredada, etc.) propias de cada uno. La dotación genética cons-
no dependen sólo de ella, sino también del medio tituye el fundamento de su singularidad individual
(Cfr. López Moratalla, N. Martínez-Priego, C. «El también porque ese organismo que se constituye
embrión humano ...», op. cit., 196-197). por y conforme a ella es «un otro» de la especie que
27 En primer lugar –y respecto a la iden- se trate. En sentido figurado podría decirse que la
tidad específica– por el genoma, exclusivo o no, dotación genética, en cuanto «materia», es principio
caracterizaría genotípicamente al nuevo individuo de individuación de la «forma» específica (del modo
con una identidad específica humana: nunca un de ser o pertenencia a la especie): podría haber mu-
genoma humano podrá determinar el desarrollo de chos individuos iguales de una misma especie, pero
un organismo naturalmente distinto de la especie cada uno seguiría siendo un individuo diverso; sería
humana. En segundo lugar –y respecto a la identi- «éste» y no «aquél» en virtud de la dotación genética
dad individual–, el ser clónico nada tiene que ver («materia») que individúa una «forma» común (la
con la identidad individual o unidad, con el ser uno especie a la que tal individuo pertenezca).

346 Cuad. Bioét. 2004/2ª


El estatuto jurídico del embrión clónico

–siempre cabría hablar, por tanto, de una No podemos detenernos en la consi-


cierta unicidad genética–, constituye el fun- deración del ser humano como persona,
damento de la unicidad ontológica, esto es, y en su naturaleza racional y libre. Pero
de la originalidad o novedad radical que sí es importante destacar que la unicidad
cada ser humano introduce en el mundo. genética es una cosa; la unicidad onto-
Si así fuera nos veríamos obligados a lógica, otra distinta, cuyo fundamento
reconocer que la «predeterminación» o no se encuentra en aquélla porque el ser
determinismo se daría igualmente, pero humano está «indeterminado» respecto
ya no sería únicamente genético sino a su dotación genética29. Por esta razón,
también ambiental: el hombre se redu- entendemos que tratar de establecer una
ciría a genoma y entorno (exactamente disociación absoluta entre los embriones
como cualquier otra especie animal). Sin clónicos y los que no lo son, en la medida
embargo, la unicidad ontológica del ser en que dicha diferencia de origen implica-
humano, su carácter de «único» e «irrepe- ría la posesión de un estatuto ontológico
tible», no se deduce simple y llanamente (y con él, jurídico) también diferenciado,
de su unicidad genética o biológica. Eso constituye, de nuevo, un grave reduccio-
podría ser predicado de cualquier especie nismo biologista, que deduce de la ciencia
animal, pero no de los seres humanos. La experimental, lógica y directamente, la
«exclusividad existencial», no equivale a conclusión ontológica, sin reparar en la
«exclusividad biogenética» porque el ser limitación epistemológica que el propio
humano no es reductible a su naturaleza método experimental impone. Es la con-
biológica: el ser persona no se reduce dición humana (y por lo mismo, personal)
a biología. El ser humano no es una del embrión –e insistimos, de cualquier
mera función de la especie, como lo es embrión–, el fundamento de su unicidad
cualquier animal respecto de la suya: «el ontológica, de su originalidad más abso-
hombre supera infinitamente al hombre». luta: la que lo torna irreductible a simple
Como señala González, cada hombre miembro de la especie. Originalidad e
individual –cada persona– «realiza la irreductibilidad que, por definición, no
especie de un modo único. Esta unicidad, es constatable por el limitado método de
esta originalidad no se refiere únicamente las ciencias empíricas.
a sus eventuales peculiaridades biológi-
cas, psíquicas o incluso culturales; no se
refiere a diferencias de tipo cualitativo,
29 En caso contrario, es decir, si la unidad
sino a una diferencia que, adoptando la
e irrepetibilidad de cada ser humano concreto
terminología kantiana, podemos llamar devinieran exclusivamente de la unicidad e irrepe-
trascendental»28; ontólogica, si preferimos tibilidad de su patrimonio genético, los embriones
la terminología clásica. creados clónicos sí sufrirían un menoscabo desde el
punto de vista ontológico. Serían, de alguna mane-
28 González González, A.M. «Derecho natu- ra, inferiores. Y, desde luego, cualquier individuo
ral y derechos humanos: síntesis práctica y comple- humano sería perfectamente sustituible por otro
mentariedad teórica», Tópicos, 15 (1998), 85. genéticamente igual a él.

Cuad. Bioét. 2004/2ª 347


Susana Aulestiarte Jiménez

3. El derecho frente al embrión humano establecer criterios de carácter estructural


clónico o constitutivo, que posibiliten regular este
fenómeno de un modo acorde con sus
A partir de los datos y resultados exigencias, reivindicando o prohibiendo
obtenidos hasta el momento sobre qué es determinados contenidos legislativos. Es
el embrión humano clónico, la pregunta menester, pues, determinar tales criterios,
que debemos formularnos ahora –de principios y pautas, que permitan al
acuerdo con el esquema establecido al derecho intervenir de un modo preciso,
inicio– es: ¿qué protección o reconocimiento decidido y fecundo sobre lo que constitu-
jurídico merece? ¿de qué concretos de- ye el presupuesto básico de las específicas
rechos sería titular?30. Ciertamente, no controversias suscitadas por la clonación
cabe pretender una fórmula apriorística de seres humanos con fines de experimen-
que permita deducir del dato biológico tación o investigación: la determinación
y ontológico, lógica, inmediata e infali- del estatuto jurídico del embrión clónico
blemente una especie de «minicódigo» que expresamente se genera al efecto. De
sobre el estatuto jurídico del embrión este modo se podrá elaborar la normativa
clónico. Sí resulta posible, sin embargo, jurídica más adecuada; normas cuyo con-
tenido se corresponda con el verdadero
30 En este sentido, conviene hacer notar en significado y con el fin estructural del
la mayoría de los Estados la clonación humana con derecho, universal y objetivamente legiti-
fines experimentales o de investigación biomédica
consiste tan sólo en una hipótesis o expectativa
mables, dirigidas a promover el interés de
abierta por el desarrollo biotecnológico de los úl- todos hacia una justa coexistencia social,
timos años. La única excepción la integra el Reino y que permitan una adecuada traducción
Unido, quien, a comienzos de 2001, se convertía
de la exigencia ontológica inscrita en la
en el primer Estado en permitir la clonación hu-
mana con fines experimentales. Dicha aprobación naturaleza humana31.
se instrumentó mediante una norma de desarrollo De forma sucinta, podríamos indicar
de la ley sobre reproducción asistida (la Human que el fin del derecho no es otro que
Fertilisation and Embriology Act 1990), titulada The
Human Fertilisation and Embriology (Research Purpo- garantizar las condiciones necesarias
ses) Regulations 2001. Por su parte, en diciembre de para que el hombre pueda libremente
2002, el Senado belga aprobó un proyecto de ley afirmarse a sí mismo (las primeras,
que autoriza bajo ciertas condiciones la clonación
humana experimental y, en la actualidad, se espera
paz y justicia). El derecho garantiza las
la decisión de la Cámara baja. Si ésta fuera positiva, condiciones exteriores de la coexistencia
convertiría a Bélgica en el segundo país de la Unión humana pacífica, esto es, de aquel tipo
Europea que la permite.
de convivencia social que favorece –o al
De ahí que la apelación que se dirige al derecho
para que intervenga frente a este concreto supuesto menos, permite– un comportamiento ade-
enfrenta a quienes, de un lado, solicitan anular las cuado lo que el ser humano es y conforme
trabas y vetos jurídicas que impiden el desarrollo a los fines hacia los que su naturaleza se
de esta nueva técnica, y a quienes, de otro, soli-
citan exactamente lo contrario: la formulación de
prohibiciones y el establecimiento de sanciones que 31 Cfr. Palazzani, L. Introduzione alla biogiu-
restrinjan el acceso a tal posibilidad. ridica, G. Giappichelli, Turín, 2002, 98-99.

348 Cuad. Bioét. 2004/2ª


El estatuto jurídico del embrión clónico

inclina, también en el novedoso contexto En primer lugar –y respecto al modo–,


de las innovaciones científico-tecnológi- el derecho crea entre los individuos vín-
cas. Pues bien, en la lógica del derecho, culos que superan la afectividad inter-
de lo jurídico, la garantía de la afirma- personal, y les ofrece la posibilidad de
ción y respeto de lo que el ser humano una socialidad universal, que no conoce
es, equivale a la protección y defensa de obstáculos de frontera, raza o lengua:
la relacionalidad humana constitutiva, la única condición para establecer una
del ser-con que cada persona integra. En relación jurídica es el reconocimiento del
efecto, la experiencia jurídica es una expe- otro en cuanto otro, es decir, en cuanto
riencia humana de relación32, y el derecho ser humano. Como explica Ballesteros, lo
y las normas que lo forman constituyen esencial del principio de respeto universal
un sistema objetivo de defensa de las al otro, considerado desde Roma expre-
irrenunciables prerrogativas de la persona sión de lo jurídico, radica precisamente en
en su realidad de sujeto-en relación, del la dimensión de la universalidad, hasta el
carácter relacional del ser del hombre33. punto de que «en todos los casos en que,
El derecho, pues, es una modalidad de por una razón u otra, el Derecho olvida su
garantía de la coexistencia humana o dimensión de universalidad, de respeto
relacionalidad intersubjetiva, que –en a todos los hombres sin discriminación
cuanto forma de coexistencia integrati- alguna, pierde su dignidad y resulta
vo-incluyente– crea vínculos universales difícil distinguirlo de los ordenamientos
mediante una regla formulada según que se dan a sí mismas las sociedades
justicia34. Es decir, que lo que constituye la de ladrones»36. En segundo lugar –y res-
especificidad del derecho respecto a otras pecto al principio–, la justicia no es sino la
formas de relación humanas (amistosas, cualidad específica de las reglas jurídicas,
políticas, familiares, etc.), es el modo en el principio estructurador de la relación
que fortalece los vínculos entre los seres interpersonal como relación jurídica. En
humanos e impide cualquier forma de esta medida, sólo se podrá calificar como
violencia, a través de su específica estruc- propiamente jurídico aquello que res-
tura, asociativa y abierta, y el principio de ponda al paradigma de la relacionalidad
justicia en torno al cual se constituye la o coexistencia jurídica, es decir, siempre
relación intersubjetiva35. que los variados actos singulares y par-
ticulares en los que la relación humana
se actualice sean conformes al principio
32 Cotta, S. El Derecho en la existencia huma-
directivo o regulador del derecho: la
na. Principios de ontofenomenología jurídica, Eunsa,
Pamplona, 1987. justicia.
33 Cfr. D’Agostino, F. «Bioetica e diritto»,
Medicina e Morale, 4, 1993, 680.
34 Cfr. Cotta, S. El Derecho en la existencia
humana..., op. cit., 105-133. 36 Ballesteros, J. «El Derecho como no-dis-
35 Cfr. D’Agostino, F. Filosofia del diritto, G. criminación y no-violencia», Anuario de Filosofía del
Giappichelli, Turín, 1996, 5-23. Derecho, 1974, 162-163.

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Susana Aulestiarte Jiménez

Pues bien, la estructura de la justicia Garantizar este reconocimiento esen-


–no su contenido, que se concreta en cial, originario, previo –que es tanto como
cada caso, atendiendo a las particulari- garantizar que las relaciones interhuma-
dades temporales y contingentes– viene nas estén presididas por la condición
especificada por una serie de elementos humana de sus miembros– es la función
permanentes, como la simetría o recipro- primera y, por así decirlo, constitutiva,
cidad de exigencia y requerimiento, la del derecho. En palabras de Ballesteros,
correspondencia entre derecho y deber, la «la idea del Derecho va unida al recono-
proporcionalidad o adecuación de las recí- cimiento del otro, de cualquier otro, como
procas relaciones, la validez erga omnes igual a mí [...]. La experiencia jurídica
de lo justo y la imparcialidad del juicio37. puede y debe ser considerada como la
Ahora bien, el primer y fundamental ele- experiencia que establece el respeto uni-
mento constitutivo de la justicia –del que versal al otro indeterminado y que, en
traen causa todos los demás– es la paridad consecuencia, exige una igualdad mínima
ontológica entre los sujetos que entablan entre todos los hombres»40. El derecho no
relación. Se trata del principio de persona- hace acepción de personas, y reconoce
lidad, «que significa que todo individuo así su igualdad fundamental –su paridad
tiene título para el reconocimiento de su ontológica–: «por eso, expresa fielmente,
cualidad ontológica de ser humano, es pro suo modo, lo que es, al mismo tiempo,
decir, de ser sujeto [...] de una relación»38. la condición primera y la más profunda
El específico criterio material de justicia exigencia humana»41. Entendido en estos
que debe informar a cualesquiera moda- términos, puede afirmarse que el dere-
lidades de relación para que puedan ser cho–antes que una realidad cualquiera
consideradas como propiamente jurídicas de ordenamiento positivo– es el mismo
es, entonces, el criterio de la igualdad fundamento universal de cualquier forma
ontológica entre los seres humanos. La de ordenamiento: es, precisamente, esa
relacionalidad radicada en el recíproco específica forma de coexistencia que, par-
reconocimiento constituye la condición tiendo del reconocimiento de la igualdad
de posibilidad del convivir jurídico39. ontológica de los sujetos, los introduce
De ahí que el primer principio jurídico en un mundo de relaciones en el que, al
al que cabría apelar –especialmente en menos de forma potencial, se encuentra
el panorama que descubren las nuevas ausente cualquier modo de exclusión42.
posibilidades de la investigación y de la
ciencia experimental– es el del reconoci-
miento del otro en cuanto tal; como sujeto 40 Ballesteros, J. «El Derecho como no-dis-
y no como objeto. criminación...», op. cit, 162.
41 Cotta, S. Diritto, persona, mondo umano,
37 Cfr. Cotta, S. El Derecho en la existencia G. Giappichelli, Turín, 1989, 82 (la traducción es
humana..., op. cit., 133-162. nuestra).
38 op. cit., 153. 42 Cfr. Cotta, S. El Derecho en la existencia
39 Cfr. Palazzani, L. op. cit., 91. humana..., op. cit.

350 Cuad. Bioét. 2004/2ª


El estatuto jurídico del embrión clónico

Conforme a estas premisas, podemos serían, efectivamente, clones, con todas


concluir que «el Derecho no tutela cual- las implicaciones biológicas que ello
quier forma de relación, sino sólo la rela- conllevara. Pero, ante todo, serían seres
cionabilidad en sentido propio, es decir, humanos y, como tales, portadores y me-
aquella que fundamenta la subjetividad recedores de cualesquiera derechos cuyo
y presupone por tanto la igualdad onto- título de atribución sea la sola pertenencia
lógica de los que coexisten: ello explica a la especie. Y, conforme a lo que veni-
la vocación simétrica e igualitaria del mos señalando, de lo que los embriones
derecho, la repugancia del derecho hacia clónicos serían merecedores en primer
los privilegios (que alteran la simetría término es de un absoluto reconocimien-
de las partes), la tutela jurídica hacia to: por sus semejantes (por el resto de
aquellos (menores, enfermos, ancianos, seres humanos) y como semejantes (como
etc.) que no por motivos ontológicos ontológicamente iguales).
sino accidentales y/o pasajeros (edad, Pues bien, entre las exigencias deriva-
enfermedad, accidente) no son capaces das de la condición de humanos de tales
de dirigir plenamente su personalidad embriones –y en las que primeramente
relacional»43. Y de ahí, precisamente, que ha de concretarse este principio formal
se considere «jurídicamente ilícita cual- de reconocimiento de todo sujeto humano
quier modalidad relacional que altere la como sujeto jurídico– radica, por un lado,
simetría de la relación, confiriendo a una el derecho primero y más elemental: el
parte poderes (o privilegios) indebidos, derecho a la vida45. A su vez éste, en el
que no sean recíprocamente reconocidos
o recognoscibles a los demás sujetos»44.
A la vista de estos principios, pautas 45 A este respecto, se hace necesario recordar
que el derecho únicamente tiene capacidad para
y criterios no resulta difícil predecir la reconocer –esto es, acoger la realidad sin transfor-
respuesta que, desde los mismos, cabe marla–, otorgando relevancia normativa, cuándo
otorgar respecto al reconocimiento o existe vida humana y cuándo no y, a partir de ahí,
proteger, con idéntico rigor, cada una de las etapas
interdicción de la clonación humana con en las que se desarrolla la concreta existencia de
fines de investigación biomédica, y a todo ser humano. La creación de nuevas categorías
partir, precisamente, del estatuto jurídico jurídicas, aparte de las de «ser humano vivo» o «ser
humano muerto», que permitan la obtención de
del embrión clónico, cuya generación
cualquier posible beneficio derivado del progreso
constituye su premisa experimental bá- científico, supone introducir el criterio de utilidad, y
sica. Como ha quedado establecido en excluir el de justicia, como paradigma normativo y
los epígrafes precedentes, los embriones patrón de convivencia. Es, pues, la concreta vida de
un ser humano, sin ulteriores calificaciones –viable,
originados por transferencia de núcleos no viable– ni clasificaciones –«preembrión», «para-
embrión», «embrión transnucleado», embrión, feto–,
el único límite o frontera a partir del cual se debe
43 D’Agostino, F. «Bioetica e diritto», op. cit, señalar la ilicitud de determinadas actuaciones.
682 (la traducción es nuestra). Derecho a la vida, por definición, tienen los vivos,
44 D’Agostino, F. op. cit, 680-681 (la traduc- sin que quepan posteriores concreciones o distin-
ción es nuestra). ciones.

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supuesto de los embriones que (como los para el favor exclusivo de otros. Partiendo
clónicos, en su caso) fueran generados del desconocimiento de la misma identi-
in vitro, se concreta y traduce en el dere- dad humana de los embriones clónicos,
cho a nacer: éste constituiría su primer la clonación de seres humanos con fines
y fundamental derecho. El respeto del de investigación biomédica fundamenta
derecho a nacer no integraría más que la relación de alteridad en el uso y do-
una exigencia –la primera en importan- minio del otro, vulnerando y –lo que es
cia– del trato debido al embrión (clónico más grave– negando la misma condición
o no) dado su reconocimiento; la prime- de «fin en sí» de uno de los sujetos de la
ra prerrogativa de su condición de ser relación.
humano, y la concreción sustantiva del Por otro lado, sin embargo, entre las
reconocimiento que, como tal, se le debe. mencionadas exigencias derivadas del
Como señala D’Agostino, «el derecho a reconocimiento debido a todo ser huma-
nacer es el primero de todos, no sólo [...] no como igual por sus iguales, figuran
en sentido cronológico, sino sobre todo otras que, por ser anteriores en el tiempo,
axiológico. El derecho a nacer incluye en sí harían innecesarias las que acabamos de
y funda todos los derechos constitutivos señalar respecto al derecho a la vida del
de la persona: el derecho a ser respetado embrión clónico, precisamente porque
en su propia identidad, a no ser instru- tornan imposible (más bien, antijurídi-
mentalizado, a ser considerado portador ca) la misma hipótesis de su creación.
de una específica dignidad, irreductible Aquéllas serían extrapolables, pues, a
a la de cualquier otro ser humano, el cualesquiera supuestos de clonación hu-
derecho, en definitiva, a ser reconocido mana, fueran cuales fueran los fines que
como persona»46. con ella se pretendan.
Desde este punto de vista, se advierte En primer lugar, la clonación humana,
con claridad que no puede reivindicar –y en cuanto creación artificial o in vitro de
menos, conferir– reconocimiento jurídico seres humanos, no respetaría en su misma
un fenómeno como la clonación humana raíz el principio jurídico fundamental del
experimental, en el que la creación y reconocimiento, en todo sujeto humano,
destrucción sistemática de embriones de un sujeto jurídico. En efecto, puede
humanos clónicos constituye el objetivo sostenerse que el reconocimiento del
que justifica la totalidad del proceso. Esta otro en su alteridad y paridad ontoló-
hipótesis repugna a la más elemental gica implica, antes que nada, respetarlo
conciencia jurídica, por lo manifiesta e in- verdaderamente como un absolutamente
digna que sería la instrumentalización de otro en su venida a la existencia, lo que
seres humanos, generados y eliminados se traduce en no producirlo y «forzarlo»
así a la existencia, sino «dejarlo venir».
46 D’Agostino, F. «I diritti del nascituro», Bio- Por tanto, sólo respetando la concepción
etica, G. Giappichelli, Turín, 1998, 302 (la traducción natural, la venida al mundo «según
es nuestra). naturaleza» se reconoce a todo sujeto

352 Cuad. Bioét. 2004/2ª


El estatuto jurídico del embrión clónico

humano, como sujeto jurídico, en su alte- predetermina el patrimonio genético del


ridad y paridad ontológicas. Porque sólo ser que genera y, por eso mismo, consti-
así se le reconoce como tal en su mismo tuye un grave atentado contra su mismo
inicio vital; sólo así todo ser humano es derecho a la propia identidad e integridad
reconocido a aprori –antes de su misma corporal, de cuyo contenido esencial for-
llegada al mundo– como sujeto jurídico, ma parte la individualidad de la dotación
como sujeto de una relación propiamente genética. La generación de seres humanos
jurídica (presidida por el principio de clónicos reduce al sujeto humano –más
igualdad y pacífica), y no como objeto aún que en la simple generación artificial
de la misma. Sólo así se instaura entre el de seres humanos distintos entre sí– a la
concebido y sus progenitores una relación condición de objeto o cosa. Se instaura
simétrica, propia de quienes se reconocen así una evidente relación asimétrica, de
mutuamente como iguales. Sólo así, en dominio, entre el recién «concebido» y
fin, el ser humano es respetado en su quienes deciden de su suerte, de su vida
alteridad constitutiva, en su ser un alter y, especialmente, de su misma identi-
ego, un sujeto con una entidad propia y dad. En definitiva, la clonación vulnera
un valor ontológico incondicionado. el derecho de todo ser humano, natural
En segundo lugar, la clonación huma- o artificialmente concebido, al propio,
na tampoco respetaría ese mismo princi- único e irrepetible patrimonio genético.
pio en la medida en que, como creación Priva al ser originado de la unicidad, in-
artificial de seres humanos clónicos, cons- dividualidad, novedad e indeterminación
tituye una gravísima manipulación de la genéticas a las que tiene derecho, y lo
intrínseca originalidad biológica de su despoja de la elemental prerrogativa de
dotación genética y, por ello mismo, inte- ser reconocido y respetado en su propia
gra una agresión y afrenta efectiva contra e inesperada identidad genética, cuyo
el núcleo configurador de la identidad primer presupuesto es que su patrimonio
del individuo47. La clonación, en efecto, genético sea únicamente fruto del azar.
En efecto –y en tercer lugar–, cabe
47 No cabe duda ninguna de que la radical afirmar que sólo la reproducción sexual
novedad que cada ser humano concreto introduce o gamética, derivada de la unión de dos
en el mundo cuando viene a la existencia –cuyo
sexos, garantiza el derecho a la determi-
fundamento último es, como hemos señalado ya,
su misma condición personal, racional y libre–, es nación aleatoria del específico, propio,
garantizada, en buena parte, por la originalidad de individual y único patrimonio genético de
su genoma. Esto es, la originalidad ontológica de cada ser humano concreto. Precisamente,
cada persona individual, también es salvaguardada
por la posesión, «en propiedad privada», de un es la recombinación aleatoria del material
patrimonio genético único, propio e irrepetible. La
unicidad de la dotación genética, en fin, es un factor
fundamental en el proceso de individualización de genético que, de modo natural, es necesariamente
cada ser humano; en ella descansa la raíz de su exclusivo y propio de cada persona, contribuye a
singularidad y unicidad biológica genotípica. De destacar y fomentar la diferencia ontológica, su
alguna manera, el hecho de poseer un patrimonio misma incomunicabilidad existencial.

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genético de los progenitores –en cuyas humana, pues, en cuanto creación artifi-
células sexuales ha tenido lugar, a su vez, cial y agamética de seres humanos, viola
la mezcla del material genético paterno y el mencionado derecho a la aleatoriedad
materno– lo que permite y garantiza que e intangibilidad del propio patrimonio
los individuos de una misma especie sean genético; derecho que, por ser constituti-
diferentes entre sí, y que estén dotados vo de la singularidad, unicidad e irrepe-
de un patrimonio genético necesaria y tibilidad individual, debería ser siempre
absolutamente original y único. Sólo, respetado también como prerrogativa del
pues, respetando que cada ser humano elemental principio jurídico del reconoci-
sea concebido a través del natural proceso miento de cualquier sujeto humano como
de fecundación de un gameto femenino sujeto jurídico.
por uno masculino, se garantiza el dere- Son éstas, en fin, las razones por las
cho a la aleatoriedad e intangibilidad de que concluimos que la creación artificial
la dotación genética constitutiva, como de seres humanos clónicos vulnera la
elemental exigencia del respeto debido a identidad humana constitutiva, el propio
la singularidad individual48. La clonación modo de ser humano que el derecho está
llamado a proteger en primer lugar. No
48 Como señala Bellver, «respetar esa
debería, pues, reivindicar carácter jurídico
imprevisibilidad genética que lleva consigo la
reproducción sexual es un modo de salvaguardar una acción, como la creación in vitro, por
la singularidad [...] del ser humano [...]. Establecer reproducción asexual, de seres humanos
jurídicamente que el modo sexual de reproducirse clónicos, que deniegue por principio el
es el único modo válido de reproducción humana
es el único modo de proteger ab origine la singula- reconocimiento de la condición de su-
ridad de cada nuevo ser humano» (Bellver Capella, jetos jurídicos de tales embriones. Si el
V. ¿Clonar? Ética y Derecho ante la clonación humana, derecho, como hemos dejado establecido
Comares, Granada, 2000, p. 107).
Por su parte, otros autores, en el mismo sentido,
en líneas anteriores, debe salvaguardar
establecen que «es la heteronomía de la génesis la relacionalidad humana constitutiva,
natural del genoma individual la que, frente a la garantizando que las relaciones interper-
arbitrariedad, asegura la libertad de desarrollo
sonales estén vertebradas por la forma
correspondiente a la dignidad humana y la que,
además, parece otorgar algo así como un derecho del respeto, de la reciprocidad, y de la
de la persona a ser generada por dos progenitores igualdad, simetría o paridad ontológica
biológicos, y a no ser manipulada en si identidad entre individuos, no puede reivindicar
genética», (Eser, A. Frühwald, W. Honnefelder, L.
Markl, H. Reiter, J. Tanner, W. Winnacker, E.L. carácter jurídico una acción que, como
«La clonación humana. Fundamentos biológicos y la creación de seres clónicos, aborte en
valoración ético-jurídica», Revista de Derecho y Ge- su raíz la misma posibilidad de tal forma
noma humano, 9/1998, 101). En términos parecidos,
Ballesteros concluye que el derecho al ambiente
de relación. La defensa de la subjetividad
familiar, a la paternidad y a la maternidad –derecho jurídica que el derecho debe garantizar
a nacer en el seno de una familia, de un padre y
una madre ciertos y conocidos– constituye la base
del derecho a la identidad genética (cfr. Ballesteros, a la familia. Identidad personal y biojurídica»,
J. «Exigencias de la dignidad humana...», op. cit., en Manual de Bioética, Tomás, G. Ariel, Barcelona,
207-208; véase también Ballesteros, J. «El derecho 2001, 263-264).

354 Cuad. Bioét. 2004/2ª


El estatuto jurídico del embrión clónico

supone, en primer término, la defensa de humanos por clonación deniega a priori


la posibilidad misma de que la relación el reconocimiento de la cualidad de sujeto
jurídica sea auténticamente tal; es decir, a los embriones que genera, presupuesto
que esté regida por la condición humana primero y fundamental –constitutivo– de
de sus miembros. La creación de seres lo auténticamente jurídico.

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