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- Hace poco la comuna de Las Condes comenzó a implementar en los 2dos medios

“guaguas por un día” que consiste en entregar bebés robóticos al cuidado de niñas y niños
durante 24 hrs. Esto en el marco del Plan de sexualidad de la comuna y en búsqueda de
reducir el embarazo adolescente ¿qué le parece?

Implementar un plan de estas características implica asumir, primero que todo, un costo
exorbitantemente elevado para una estrategia que podría ser de más fácil acceso no sólo
para una comuna sino para todas las comunas de Chile. Comprendo que es un proyecto
piloto, sin embargo hoy la temática de la sexualidad en adolescentes pero también en niños
y niñas se ha vuelto fundamental a nivel educativo, y contar con estrategias de fácil acceso
para todos(as) debe ser una política pública no sólo una posibilidad para “algunos(as)”.

Por otro lado, un plan como este parece ser una estrategia conductista más que
autoreflexiva en relación a prevenir un posible embarazo adolescente. Es fundamental que
problematicemos que no necesariamente una estrategia cercana a una “terapia de shock”
reduce el embarazo adolescente. Esta experiencia diaria con un bebé robot no implica que
ese chico y/o chica al asumir “responsabilidades parentales prematuras” reflexione con
respecto a su actividad sexual y a la importancia de protegerse ante un posible embarazo.

- Estar 24 horas con la experiencia de cuidar a un bebé ¿podría cambiar la conducta del o la
adolescente para prevenir un embarazo?

Una vivencia de estas caracterísitcas no necesariamente genera un impacto beneficioso para


prevenir un embarazo adolescente, por el contrario, el impacto puede inducir
simbólicamente que ese bebé robot funciona como un ser humano, cuando bien sabemos
los adultos que los bebés reaccionan de maneras múltiples, diversas y espontáneas. El
impacto subjetivo en ese(a) adolescente con una vivencia como esta es compleja en la
medida que está asumiendo que ese bebé robot tiene un parangón a un bebé humano. Y es
en este punto donde, a mi parecer, encuentro siniestro este tipo de prácticas
psicoeducativas.
- ¿Se puede concientizar a un adolescente sobre la responsabilidad de ser madre o padre
con un robot durante 24 hrs?

Por supuesto que no. Soy categórica porque el proceso de concientización se va


instalando de forma progresiva en la construcción subjetiva de un ser humano. La educación
sexual como la conocemos en Chile, se ha instituido como práctica educativa considerando
siempre a la base la prevención del embarazo adolescente, la prevención de las ITS, la
prevención del VIH-S, la prevención de la promiscuidad, etc. pero no hemos considerado lo
fundamental que está a la base de la prevención: que niños, niñas y adolescentes, vayan
deconstruyendo por ejemplo, lo estereotipos de género. Ellos y ellas se están construyendo
a nivel individual y social, y en este sentido el impacto del patriarcado ha propiciado que las
niñas por ejemplo, cuando ingresan a la pubertad no conozcan su cuerpo, no conozcan
cómo funciona y menos aún, cómo al llegar la menarquia este cuerpo va cambiando y se van
convirtiendo en cíclicas.

Las deconstrucciones simbólicas de la sexualidad que podemos hacer a nivel


educacional son basales en nuestra sociedad, son pilares para que posteriormente en la
adolescencia ese y esa joven, sean reflexivos para decidir con propiedad sobre la
paternidad.

- ¿Aconsejaría otros métodos de apoyo? ¿U otra forma de implementar este plan?

Considerar un plan de abordaje en sexualidad adolescente es prioritario en las instituciones


educativas. Pero no sólo en ese ciclo vital tenemos la labor de educar y concientizar, las
niñas y niños también necesitan de estrategias pedagógicas que posibiliten un espacio de
encuentro por ejemplo con los límites del cuerpo para que se conozcan a sí mismos(as), se
respeten y se dejen respetar, no sólo para prevenir el abuso sexual infantil, sino que niños y
niñas no continúen reproduciendo las consecuencias nocivas del patriarcado en sus
experiencias personales, en sus vínculos con pares, y posteriormente en la adolescencia, con
sus parejas.

La prevención del embarazo adolescente es sólo un síntoma, es lo visible, pero detrás de


ello hay una problemática compleja que da cuenta de esto que conocemos: el patriarcado.
Pensar en talleres permanentes en todas las escuelas que aborden la reflexión, por ejemplo,
en relación a las nuevas masculinidades, y a que las jóvenes se empoderen de su ciclo
menstrual es fundamental para instituir la autoreflexión acerca de cómo vivenciar la
sexualidad y cómo prevenir el embarazo adolescente.

- ¿En qué maneras puede impactar en un adolescente un plan como este? ¿podría incentivar
en vez de desmotivar?

Me parece que esa dualidad de incentivar/desmotivar no es el punto central de lo que


puede provocar este tipo de plan. Visualizo que el desconocimiento acerca de cómo
funciona el apego, por ejemplo, es algo a reflexionar. Los bebés humanos responden a
diversos estímulos de formas múltiples y espontáneas, y el impacto para un(a) adolescente
al interactuar con un robot-bebé va a generar más confusión que apertura a comprender
cómo es esto de la paternidad.

Cuando veo el ejemplo que da Lavín para explicar cómo funciona este robot-bebé, me es
inevitable no recordar como ejemplo, -en relación al impacto de este tipo de prácticas
educativas a nivel simbólico en la subjetividad de los y las adolescentes-, a las propagandas
de toallas higiénicas y lo confuso que ha sido para muchas chicas ver ese líquido azul en las
toallas. Muchas creen que la sangre menstrual debe ser azul como aparece en las
propagandas. Por tanto, desde este enunciado la significación que le estamos otorgando a
estas prácticas educativas son claramente muy distintas a cómo portan de significados los y
las adolescentes a estas mismas.

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