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blackwater-y-el-plan-para-un-estado-fallido/

EL VERDADERO MOTIVO DETRÁS DE


LA GUERRA CONTRA EL NARCO (LA
INVASIÓN SILENCIOSA DE UN ESTADO
FALLIDO)
BUENA VIDA

POR: PIJAMASURF - 02/03/2011

¿PLANEA ESTADOS UNIDOS LA INVASIÓN SILENCIOSA DE


MÉXICO, GENERANDO UN ESTADO FALLIDO A TRAVÉS DE
LA FALSA GUERRA CONTRA EL NARCO? COMPAÑÍAS
MILITARES PRIVADAS, COMO BLACKWATER (XE SERVICES),
SE LLEVAN MILLONES DE DÓLARES DEL NARCOPASTEL
MEXICANO; ESTADOS UNIDOS YA TIENE UNA BASE DE
INTELIGENCIA OPERANDO DENTRO DEL TERRITORIO
MEXICANO

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Una de las preguntas que surgen habitualmente entre los ciudadanos
mexicanos, es ¿para qué seguir con la guerra contra el narco, si a todas
luces se revela absurda? Esta guerra, cuyo único resultado visible es el
escalamiento de la violencia y la tensión social, es absurda para los
ciudadanos, pero no es absurda para el gobierno mexicano y tampoco
para el gobierno de Estados Unidos, para los cuales es, sobre todo, un
gran negocio, y parte de un plan más amplio. Los ciudadanos que
mueren, o la policía y soldados que mueren, son solamente
casualidades, peones prescindibles en el marco de un superobjetivo. Aún
cuando el presidente Felipe Calderón pueda apelar a razones sociales o
morales para lanzar su cruzada contra el narco –aún cuando estas
razones puedan ser parte de su razonamiento dentro del
conservadurismo fanático de su partido y de su ideología política- la
realidad es que lo que mueve a esta guerra contra el narco no es muy
distinto de lo que mueve la guerra contra Irak, y muchos de los actores
son los mismos, como es el caso del mayor ejército privado del mundo
Blackwater, hoy Xe Services.

Para decirlo en pocas palabras, la guerra contra el narco en México es


parte de un enorme negocio de contratistas militares estadounidenses
que prestan servicios de asesoría, entrenamiento y venden armas –a
ambos bandos-; también, para las dependencias que manejan
espectaculares presupuestos de seguridad en México y para el mismo
gobierno que militariza el país y crea una policía que, pese a su
incompetencia o corrupción, permitiría también reprimir movimientos
sociales que verdaderamente atentaran contra el gobierno y no sólo
cárteles enemigos, en oposición a cárteles amigos, como el de Sinaloa.
Esto significa la creación de un estado vigilante y militarizado, una de las
principales razones por las cuales se han prohibido las drogas en el
mundo, como ya lo atisbaba el lúcido junkie William Burroughs hace 50
años, bajo el concepto de "sociedad de control".

Pero para que el negocio sea


redondo, el plan parece involucrar como meta final la precipitación de
México como un estado fallido, lo cual permitiría la movilización del
aparato militar estadounidense en México y la apropiación de los
recursos naturales –tanto como por un pacto de ayuda como por una
medida de seguridad nacional y de protección de su frontera. ¿Suena
muy lejano? ¿Otra teoría de la conspiración? Analizemos el caso,
revisemos antecedentes y consideremos los datos puntuales que nos
hacen pensar que esto está sucediendo.

El periodista James Cockcroft ha publicado un nuevo libro llamado


ominosamente “Mexico’s Next Revolution”, un extracto de este libro
puede ser leído aquí en inglés y aquí se puede descargar un PDF en
español de un artículo donde se resumen las ideas de este libro. La tesis
de Cockcroft es fundamentalmente que existe un plan actualmente para
que México se convierta en un estado fallido y Estados Unidos inicie una
progresiva invasión, sino al punto de lo que ha sucedido en Afganistán, al
menos como ha ocurrido en Colombia, donde Estados Unidos tiene
varias bases militares operando. Cockcroft además, junto con el
periodista e investigador Gilberto López y Rivas, ve en el Plan México
2030 de Felipe Calderón el proyecto de ceder el control del país a
Estados Unidos.

La guerra contra el narco, dice Cockcroft, sirve para “justificar a Estados


Unidos enviar a su personal y participar en las operaciones de
inteligencia para así incrementar el control de la población de ambos
países”. Y agrega que los mexicanos, en el estupor del duopolio
televisivo “no saben que la guerra es una excusa para militarizar la
nación”.

Una prueba de esto es la Oficina Binacional de Inteligencia con sede en


la Ciudad de México, la cual no ha recibido mucha publicidad pero tiene
agentes de la Agencia de Inteligencia Militar (DIA), la Oficina Nacional de
Reconocimiento (NRO) y la Agencia Nacional de Seguridad (NSA),
dependientes del Departamento de la Defensa, el Pentágono. Asimismo
hay delegados de la Agencia Federal Antinarcóticos (DEA), la Oficina
Federal de Investigación (FBI) y la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de
Fuego y Explosivos (ATF), que responden al Departamento de Justicia.

El periodista Miguel Ángel Granados Chapa escribió en este artículo:

"Al llegar el 25 de marzo de 2009 anunció que en breve se establecería


una oficina “de implementación bilateral” en México que ‘trabajará para
combatir al narcotráfico y la violencia que trata de diseminar'.

"El anuncio era preocupante. El 27 de marzo apareció en este mismo


lugar una Plaza Pública titulada escuetamente “La oficina bilateral”.

Granados Chapa señala que esta oficina no parece ser muy “bilateral”
que digamos, es solamente una base de inteligencia de Estados Unidos
en México la cual ha pasado convenientemente desapercibida por los
medios y el gobierno mexicano.
En el 2008 se firmó la Iniciativa Merida,
plan conjunto de cooperación para combatir las drogas. Este plan que
superficialmente suponía que Estados Unidos aceptaba que ellos
contribuían al problema del narco con su inmensa demanda de drogas y
por eso ofrecían 15 mil millones de dólares, tiene su gato encerrado, o
mejor dicho su caballo de troya encerrado. Desde el 2008, Blackwater,
que ahora se llama Xe Services, ya que tuvo que hacer un lavado de
imagen después de que se revelará que había matado civiles iraquíes, 
está operando en México un ejército  Un artículo del 2009 de
Milenio explica:

“En 2007 el Departamento de Defensa de Estados Unidos (también


conocido como el Pentágono) invitó a cinco empresas contratistas —
nombre que se les da a las PMC por brindar sus servicios por contrato—
a trabajar con el CNTPO (Counter Narco Terrorism Program Office), la
oficina del Ejército estadunidense que opera dentro del Plan Mérida. De
acuerdo con una nota del Times Army publicada en el ISR Journal por
Paul Richfield, estas cinco empresas se dividirían un presupuesto de 15
mil millones de dólares a pagarse en cinco años. Entre este grupo
selecto se confirmó en aquel entonces la participación de dos: ARINC,
“un proveedor de sistemas de comunicación aéreos” (aviones y
helicópteros entre otros) y la PMC Blackwater USA (actualmente Xe
Services), denominada por su dueño, Erik Prince, la quinta columna del
Ejército estadunidense.

“…gran negocio: de la mano del Pentágono y a través del Plan Mérida se


encuentra en operaciones en México uno de los ejércitos privados más
poderosos del mundo, Blackwater, empresa que cambió su nombre a Xe
Services luego de verse involucrada en un tiroteo en Irak donde
fallecieron 16 civiles. Y aunque junto con otras empresas del ramo se
hacen llamar Peace Operation Companies (Empresas para Operaciones
de Paz), lo cierto es que organizaciones internacionales como la Cruz
Roja y la ONU consideran mercenarias a las Compañías Militares
Privadas (PMC por sus siglas en inglés)”.

Quizás lo más oscuro de esto es que en el caso de que se llegue a dar


“un estado fallido” o una revolución que atente contra la seguridad de
Estados Unidos, el ejército de Blackwater ya está listo para entrar y
operar, en cierta forma ya está dentro del país.

En el 2010 el director de Inteligencia Nacional de Estados Unidos, Dennis


Blair, declaró que la violencia en México y en Centroamérica era el
resultado de la ingobernabilidad y de “estados fallidos”. Obama ha
advertido que la lucha contra el extremismo violento y el terrorismo
incluye enemigos difusos, regiones inestables y estados fallidos.

En el 2009 se nombró a Carlos


Pascual embajador de EU en México, un experto en la reconstrucción de
naciones y estados fallidos con 27 años de experiencia en Haiti, África,
Medio Oriente y Europa del Este. Según Naomi Klein, Pascual es un
experto en “terapia de shock” para “estados fallidos”. Pascual llegó a
México para coordinar la Oficina Binacional de Inteligencia.

Por el momento, dice Cockcroft, “El gobierno mexicano no es un estado


fallido porque cumple todas las tareas asignadas por el imperio. Toda la
propaganda de Washington está a favor de la militarización de México
para proteger los intereses de las corporaciones trasnacionales y de la
banca extranjera”.

Cockcroft reflexiona que si bien la guerra contra el narco ha traído


interminables fracasos, también ha generado exitos: “Se han enriquecido
los bancos a través de arreglos secretos para lavar dinero, mientras
reciclan enormes cantidades de dinero sucio en muchos sectores
legitimos de la economía. También mantiene imnensas ganancias en el
mercado internacional de drogas para los países que exportan y sus
gobiernos, una buena parte de lo cual es reciclado en los mercados
internacionales de armas para el beneficio de los fabricantes. Estados
Unidos vende más armas que todos los países que producen armas
juntos. Es el arsenal de la muerte del mundo”.

Otros de los puntos a notar de la guerra contra el narcotráfico es que se


teje una red militar en América Latina: “La guerra contra las drogas
patrocinada por Washington y sus aliados no tiene mucho que ver con la
seguridad nacional o acabar con el tráfico de drogas y todo que ver con
generar ganancias. Involucra fraguar alianzas estratégicas contra los
gobiernos de países como Venezuela, Ecuador y Bolivia. La alianza
clave para Estados Unidos es la cadena de gobiernos neoliberales en la
costa Pacífico: Chile, Perú, Colombia, todo Centroaméric, excepto
Nicaragua (donde obviamente Washington está fomentando un estado
fallido) y, claro, México”.

Cockcroft cree que Calderón está reglando la soberanía de México al


integrarlo con Estados Unidos.

Según el análisis del proyecto transexenal de Calderón “Plan México


2030” que hace Gilberto López y Rivas, no es fortuito calificar al México
2030 como el plan para la “ocupación integral”. López y Rivas ve en la
Guerra contra el narco:

“Un proceso de militarización y criminalización de las luchas sociales,


donde se ve la mano de un Estado autoritario dispuesto a usar la
violencia selectiva y, como lo hizo en la Guerra Sucia con las
desapariciones forzadas, con impunidad en el terreno represivo,
supuestamente, en contra de los cárteles de las drogas”.

Un reciente artículo dela revista Contralínea cita a militares mexicanos


que atisban el plan intervencionista:

"Institucionales, acostumbrados a callar sus diferencias con los civiles y


renuentes a comentar las discrepancias al interior de las Fuerzas
Armadas, esta vez los militares prefieren hablar. Señalan que parte de la
violencia que se ha desatado en las últimas semanas podría ser
“inducida”. Y acusan al gobierno de Felipe de Jesús Calderón Hinojosa
de preparar el “escenario” para una intervención estadunidense abierta.
"Aseguran contar con información de que los atentados con carros
bomba (uno realizado en Ciudad Juárez, Chihuahua, el 16 de julio, y dos
más en Ciudad Victoria, Tamaulipas, el 26 de agosto de 2010) pudieron
no ser obra de las bandas de narcotraficantes. Incluso, es probable que
no hayan sido realizados por mexicanos”.

El político de izquierda Porfirio Muñoz Ledo afirmó ayer que la guerra


contra el narco es falsa y "es el pretexto para una invasión silenciosa de
Estados Unidos"

Lo expuesto aquí nos hace pensar


que el oscuro episodio que atraviesa México no es el resultado del caos y
la violencia generada por el narco y el pueblo, o no solamente es el
resultado de la pobreza y del mal manejo histórico del gobierno
mexicano. Tampoco es solamente el efecto secundario de la enorme
demanda de drogas que genera Estados Unidos, puesto que, como
expusimos en este artículo. esa demanda ha sido fomentada
hsitóricamente por el mismo gobierno de EU (que ya pasó por la etapa
de crear un estado policial bajo so prexeto de las droas) precisamente
para mantener en auge el negocio internacional de las drogas y quizás
también para poder ejecutar el plan de crear estados fallidos en
Colombia, Afganistán, Pakistán y posiblemente México. Bajo una
maquiavélica aplicación de la diálectica, se crea un problema y luego se
ofrece una solución. Hemos visto que de los 15 mil millones de dólares
de ayuda que Estados Unidos ofreció, dinero de sus contribuyentes,
buena parte de ese pastel se lo llevan compañías de la elite como
Blackwater (Xe Services), una compañía cuyo dueño Erik Prince está
estrechamente ligado a la familia Bush y a grupos cristianos. Lo más
radical y atemorizante que se perfila en el horizonte es el problema del
estado fallido en México y la solución de la intervención militar de
Estados Unidos. El plan de Calderón México 2030 prevé la privatización
de varios importantes sectores económicos. Sin duda esperamos que
nos estemos equivocando, pero justamente para evitar que esto pueda
suceder, que la nefasta figura de Calderón no entregue el alma de un
país a las oscuras facciones corporativas que controlan buena parte del
mundo, debemos de estar atentos. En algún momento tal vez sea
necesaria, como señala Cockcroft, una segunda revolución, que en
realidad, sería la primera.

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