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Resumen del documento: Antes que sea tarde

Después de ver este documento psicológicamente es la forma consiente que esta relacionada la
ganadería con la naturaleza, con lo que se desea proteger. La imagen del cowboy en medio de las
praderas, arreando el ganado, se nos aparece como una visión ecológica y amigable con la
naturaleza. Nada más lejos de la realidad: el nivel de emisión de gas metano producto de las heces
y las ventosidades del ganado, supera de lejos el nivel de emisiones de los combustibles fósiles a
nivel mundial. A más de que la ganadería consume cantidades enormes de agua dulce y de
cultivos como maíz y otros cereales, que se utilizan como alimento animal, y de que la ampliación
de áreas ganaderas es la principal causa de la deforestación y la destrucción de los bosques
tropicales. El vaquero (el cowboy) es el ícono y el mito de la vida americana, la esencia misma de
su nación. El símbolo del modo de vida americano. Por eso los americanos tienen a la ganadería,
literalmente, como una vaca sagrada a la que no se puede tocar. Por eso la ganadería está
invisible ante las grandes organizaciones ecologistas, que no la incluyen como la mayor causa de
deterioro ambiental y de cambio climático en el mundo. Mucho más que el petróleo, mucho más
que los combustibles fósiles. Es muy posible, que en efecto, las grandes corporaciones de
alimentación involucradas en el negocio ganadero, financian en gran forma a las organizaciones
ecologistas. Así los tienen bien callados sobre el impacto de la actividad ganadera. De manera
contraria, y como una imagen mental estándar, siempre se relaciona el cambio climático con
actividades agresivas como la minería, la explotación petrolera o la construcción de centrales
hidroeléctricas y termoeléctricas. A la industria automotriz y del plástico, y a la contaminación
enorme que éstas generan. Indudablemente, esas actividades contribuyen en gran manera, pero
no tanto como la ganadería. Que es una actividad extendida en los cinco continentes, y en
sociedades humanas a todo nivel de desarrollo, desde las más primitivas hasta las más
avanzadas.

Voy hacer una pregunta; ¿Deberíamos quizá volver a nuestros orígenes primates, volver a ser
como los simios de donde surgimos hace millones de años, esto es, totalmente vegetarianos? La
invención de las armas, el surgimiento de la caza y el fuego, nos volvieron consumidores de carne,
pero al mismo tiempo, nos permitieron dejar atrás al simio y pasar a ser humanos. ¿Ha llegado el
momento de revertir ese proceso? Esto afectaría sobre todo a la gente de los países ricos, sobre
todo los americanos, los mayores consumidores de cárnicos en el mundo. Ya no se verían esos
contrastes grotescos en las proporciones humanas: americanos de 2 metros junto a indios
sudamericanos o vietnamitas de 1,50. Todos llegaríamos quizá a 1,70 de estatura, pero de una
forma estándar, y desde luego, mucho más equitativa.

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