Los servidores públicos están limitados en sus actuaciones al cumplimiento de la
constitución, la ley y las normas reglamentarias. Responden por acción, omisión y extralimitación de funciones. El cumplimiento de los fines estatales exige los máximos niveles de responsabilidad, pues los servidores públicos disponen de los recursos de la comunidad. Hay unos principios éticos, temporales, que por ser propios de las actuaciones administrativas, deben ser adoptados por los servidores públicos. Respeto y defensa del patrimonio del estado; nobleza y lealtad en el cuidado de los intereses generales; tolerancia e imparcialidad frente a los administrados; capacidad de sacrifico y entrega por el bienestar social. Estos cimientos básicos sobre los cuales cada persona construye lo que le corresponde de acuerdo con las funciones que le han sido encomendadas, son esenciales a la actuación administrativa en el procedimiento contractual. Por ello se le permite al servidor público escoger diferentes opciones. Las consecuencias prácticas de la libertad de los funcionarios para escoger soluciones a los problemas de la administración son variadas. Los funcionarios tienen facultad discrecional que se traduce en las toma de decisiones adecuadas a los fines de la norma que la autoriza y proporcionales a los hechos que le sirven de causa. (Art. 36 Decreto 01/84) No es entonces una facultad ilimitada, está circunscrita a dos conceptos sustanciales que son adecuados y proporcionales. (Adecuado: colocar algo de modo que se ajuste o adapte a alguna cosa. Proporcional: conformidad o correspondencia debida de las partes de una cosa con el todo o entre cosas relacionadas entre sí.) La facultad discrecional, entonces, es un concepto racional, que no puede extralimitarse, so pena de incurrir en abuso). La responsabilidad es la capacidad existente en todo sujeto activo de derecho para reconocer y aceptar las consecuencias de un hecho realizado libremente. (Cargo u obligación moral que resulta para alguien del posible yerro en cosa o asunto determinado). Por un lado la responsabilidad es capacidad y, por el otro, consecuencia. El principio de responsabilidad exige, entonces, buscar el cumplimiento de los fines de la contratación, que no son otros que los fines estatales y la continua y adecuada prestación de los servicios públicos. Debe vigilar la correcta ejecución del objeto contratado, es decir, que sea el que beneficie los cometidos estatales, que sea de calidad y que se termine completamente. Debe proteger los derechos de la entidad, evitando sobrecostos y respondiendo en forma rápida las solicitudes de los contratistas y de los ciudadanos beneficiarios de las obras. Debe proteger los derechos de terceros que se puedan ver afectados con la ejecución del contrato para que sufran la menor cantidad de daños posibles y para que sean indemnizados si fuere necesario. PRINCIPIO DE ECONOMIA:
El Principio de Economía es otro de los contemplados en el artículo 76 de la Ley 80 de
1993 para que sea observado en los procesos excepcionales de contratación objeto de estudio. Este principio busca que la actividad contractual responda a un orden especifico; que ésta no sea el producto de una serie de decisiones caprichosas sino que por el contrario obedezca a una planeación que busque satisfacer las necesidades en general105 (Consejo de Estado, 2011); para esto es necesario que la administración cuente con los estudios y documentos previos que otorguen viabilidad de orden técnico, económico y jurídico para avanzar con el proceso a adelantar. Del Principio de Economía, consagrado en el artículo 25 de la Ley 80 de 1993, se extraen como elementos fundamentales la elaboración de estudios y documentos previos, la realización de los análisis de riesgos, el deber de planeación en donde se identifiquen las condiciones en donde se desarrolla el contrato y la necesidad de solicitar la garantía única de cumplimiento. Considerando estos aspectos como fundamentales para determinar la debida observancia del Principio de Economía, el análisis crítico se desarrollará analizando el cumplimiento en estos requisitos. 3.3.1 Estudios y Documentos previos En relación con el principio de economía dice el Consejo de estado: „el deber de planeación, en tanto manifestación del principio de economía, tiene por finalidad asegurar que todo proyecto esté precedido de los estudios de orden técnico, financiero y jurídico requeridos para determinar su viabilidad económica y técnica y así poder establecer la conveniencia o no del objeto a contratar, si resulta o no necesario celebrar el respectivo negocio jurídico y su adecuación a los planes de inversión.
En virtud de este principio:
PRECLUSIVIDAD DE LOS TÉRMINOS: ESTABLECIMIENTO DE ETAPAS Y TÉRMINOS PRECLUSIVOS.- LEY 80 DE 1993- ARTÍCULO 25. En las normas de selección y en los pliegos de condiciones o términos de referencia para la escogencia de contratistas, se cumplirán y establecerán los procedimientos y etapas estrictamente necesarios para asegurar la selección objetiva de la propuesta más favorable. Para este propósito, se señalarán términos preclusivos y perentorios para las diferentes etapas de la selección y las autoridades darán impulso oficioso a las actuaciones