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Los motivos que conducen a padecer una dislalia son múltiples, algunos pueden ser graves:

retraso intelectual, déficit auditivo... y otros leves, como un simple aprendizaje incorrecto.
Hay que tener en cuenta que el pequeño aprende a pronunciar correctamente oyendo a los
demás, por tanto, si convive con alguien que pronuncie mal puede adquirir este defecto por
imitación.
¿Será el frenillo?
Los problemas de pronunciación también se pueden deber a fallos anatómicos (dislalias
orgánicas o disglosias). El más frecuente es la anquiloglosia, conocida popularmente como
“frenillo”, debido a su origen: el frenillo lingual, es decir, la membrana que une la lengua
con el suelo de la boca. Cuando el frenillo es demasiado corta impide el correcto
movimiento de la lengua, dificultando, sobre todo, la pronunciación de fonemas como la “R”
o la “L”, que requieren de un amplio movimiento de este músculo. La solución pasa por una
cirugía bastante sencilla, siempre que el médico lo considere oportuno. El frenillo corto,
además de por una mala pronunciación persistente a los cuatro años, puede detectarse
mucho antes por otra serie de síntomas; uno curioso y fácil de observar es la dificultad del
pequeño para lamer un helado.
Otros orígenes de la disglosia pueden ser, por ejemplo, alteraciones en la dentición, en el
paladar o en las vías nasales.

Ejercicios que ayudan a pronunciar mejor


Los sonidos dependen de la forma en que movemos y colocamos los labios, la lengua, la
mandíbula... Entrenando la coordinación de movimientos de la boca, estaremos ejercitando
la pronunciación.
 Sacar y meter el labio inferior.

 Estirar la lengua tratando de tocar la nariz y bajarla después hacia la barbilla.

 Mover la lengua rápidamente de arriba a abajo tocando la parte interior de los


dientes.

 Doblar la lengua con ayuda de los dientes.

 Inflar la boca de aire y pasarlo de una a otra mejilla.

Consulta: Algunas personas utilizan algún verbo para preguntar algo,


pero a veces le agregan la “s”. Por ejemplo, ¿te pusistes la camiseta
nueva?, ¿comistes toda la comida? Que yo sepa, esa no es la forma
correcta de preguntar, pero yo podría estar equivocado. ¿Es correcto el
uso de la “s” o no? Si es correcto, ¿cuándo se la debe usar? (Jorge
Cucalón Fadul)
Respuesta: La segunda persona del singular del pretérito perfecto
simple o pretérito del indicativo termina en -e: ya comiste, ya viniste,
te fuiste, tú fuiste, qué hiciste, etcétera. Pero, es muy cierto lo que
usted dice: muchas personas le agregan la -s: ya comistes, ya vinistes,
etcétera; estas formas de hablar no solo se escuchan en el lenguaje
coloquial, sino que son de uso frecuente, incluso, entre personas que
tienen algunos niveles de instrucción.

Estimado lector, usted que está leyendo esta columna, si suele decir o
escribir palabras como “revisastes”, “corregistes”, “bailastes”,
“hablastes” y otras de índole parecida, por favor, reflexione un instante
sobre la incorrección ortográfica y morfológica que está cometiendo si
continúa adicionando el fonema “ese” a las formas verbales que no lo
necesitan.

(Morfológico es lo relacionado a la morfología, una parte de la


gramática que se encarga de la estructura de las palabras).

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