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MÉXICO 2025

ESPECIALIDAD: INGENIERÍA PETROLERA

Luzbel Napoleón Solórzano

Enero 18, 2007


MÉXICO 2025

CONTENIDO

Página

Resumen ejecutivo 3

1 Introducción 4

2 ¿Pobres nosotros? 7

3 Soñar no cuesta nada 12

4 Lo que calienta al mexicano 16

5 ¡Con energía... quizás! 22

6 ¿Pero… hubo alguna vez 7%? 27

7 ¡Para progresar hacen falta muchos… joules! 33

8 ¡Petróleo hasta p’aventar p’arriba! 37

9 El que busca, encuentra 47

10 “¡Se ahogarán en su petróleo!” 52

11 ¡No-se-puede! ¡No-se-puede! 55

12 ¡Al César lo que es… de todos! 58

13 Cuando pasen los años… 68

Agradecimiento 77

Curriculum vitae 78

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RESUMEN EJECUTIVO

Se discute una posible evolución de la economía de México de aquí a 2025, previo


examen histórico de doce sexenios de gobierno. Se analizan los requerimientos
energéticos del país bajo tasas probables de crecimiento económico y se señalan
aspectos críticos que amenazan la autosuficiencia.

En este documento se puede apreciar que un crecimiento económico de 7% anual nos


llevaría a alcanzar al año 2025 un ingreso per cápita del triple de lo que tuvimos el año
2000. Sin embargo, aún con este impresionante ritmo de desarrollo apenas
lograríamos un nivel de bienestar comparable con el de los habitantes pobres de los
Estados Unidos de América. Y no obstante que este logro así medido pareciera escaso
ante el gran esfuerzo que debe desplegarse para conseguirlo, un crecimiento de tal
magnitud requerirá de la expansión de la infraestructura física nacional a niveles sin
precedentes y de la participación de ejércitos de ingenieros de prácticamente todas las
especialidades.

En el trabajo se destaca el papel fundamental que en esta gran tarea nacional tendrán
que desempeñar las cámaras legislativas, las asociaciones de profesionales, los centros
de investigación y las instituciones educativas.

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1. INTRODUCCIÓN

Un día los mexicanos pediremos que la fecha del 15 de noviembre de 2004 sea
grabada con letras de oro en el recinto de la Cámara de Diputados. En la sesión de ese
día los diputados analizaron, discutieron y modificaron el Presupuesto de Egresos de la
Federación para 2005 y con ello decidieron defender los intereses de sus
representados antes de aprobar a ojos cerrados cualquier petición del Presidente de la
República. Por razones comprensibles, lo que aprobaron tuvo algunos defectos, pero al
menos pretendió reflejar los reclamos de más sectores de la sociedad. La importancia
de esa fecha no estriba en que haya sido cuestionado y alterado ese proyecto
presidencial en particular, sino en que los diputados, marcando un precedente, se
decidieran finalmente a desempeñar el papel que por obligación, y creemos que por
vocación, les corresponde. Ojalá todos los legisladores de la república procedan de
manera semejante en lo que les toque hacer, pues con acciones de ese tipo, repetidas
aquí y allá una y otra vez, de no dejar las decisiones en manos de una sola persona,
contribuirán de manera efectiva a disminuir el riesgo de que México fracase como país.

De un tiempo para acá se nota un creciente interés de gobernantes, legisladores,


jueces, empresarios, asociaciones de profesionales, multitudes de jóvenes, ciudadanos
en general y hasta niños, por los asuntos de la Nación. De ello nos enteramos todos los
días por los comunicadores y sus medios, que nos mantienen informados de lo que
ocurre en el país aunque habitemos lugares recónditos u ocupemos las posiciones más
modestas de la escala social.

Por doquiera se palpa el interés de hacer algo por las causas del pueblo. Uno puede
ayudar a la comunidad no sólo haciendo, sino también proponiendo lo que se considera
de utilidad para todos. En realidad nadie que tenga algo qué decir debiera quedarse
callado. En mi caso, el inmenso honor que significa ser recibido en el seno de la más
elevada y distinguida asociación de profesionales de la ingeniería de México, foro de la
libertad y de la libre discusión de las ideas, que es la Academia de Ingeniería, me
obliga a practicar sus principios escribiendo este trabajo. Con mi ingreso a la Academia
doy un salto de magnitud estelar. Dejo de verter mis reflexiones en el minúsculo
entorno de mi individualidad y me incorporo a este centro de resonancia nacional.
Tengo la certeza total de que las modestas aportaciones de un ingeniero prácticamente
aislado, como es mi caso, aquí tendrán el privilegio de ser escuchadas, analizadas,
discutidas, enriquecidas y amplificadas enormemente por los distinguidos profesionales
que conforman la AI, hasta convertirse en luz que ilumine el entendimiento de más
personas. Qué satisfacción sería, por ejemplo, contribuir una pizca a ampliar la visión
de estado de nuestros políticos que mucho tienen que ver en la conducción del país y
ayudarlos a que con sus decisiones de hoy nos construyan un mejor destino a todos,
incluyendo el de esos veinte millones de nuevos mexicanos que estarán aquí presentes
antes de que finalice 2025.

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¡Cuánto urge mejorar la situación de los mexicanos! Los problemas del país han
llegado a niveles intolerables: 60% de la población mexicana menor de 18 años está
en la miseria (UNICEF). ¡55 millones de mexicanos sobreviven en un estado
lamentable de pobreza! (diversas dependencias del Gobierno Federal). ¡97% de los
delitos que se cometen en el país quedan impunes! (Secretaría de Desarrollo Social).
México ocupa la posición 106 en calidad del agua entre un conjunto de 120 países
(ONU). México está en el lugar 80 por su ingreso per cápita en una lista de 152 países
(Banco Mundial).

Y esto no será nada en comparación con los males que están por llegar si no ponemos
el remedio a tiempo. Un gravísimo problema se está gestando en materia de energía y
no vemos que se haga algo apropiado para enfrentarlo. Y si nadando en energía no la
hicimos, ¡sin ella agárrense!

Siguiendo las recomendaciones de la AI, escribí este trabajo en el lenguaje más


sencillo que pude lograr, buscando conmover y motivar no precisamente a los
miembros de la Academia de Ingeniería, que están conscientes de las enormes
necesidades insatisfechas de la población, sino a todas aquellas personas ajenas a la
Academia que llegaran a leerlo.

El lector se enterará de las terribles condiciones de pobreza con las que llegó México al
final del siglo 20 y verá que en el corto trecho recorrido durante el siglo 21 seguimos
los mismos pasos. De una manera realista, medirá las posibilidades de materializar los
sueños del país, y sentirá que los cimientos de nuestro desarrollo están sembrados
literalmente en arenas movedizas.

Partiendo de la situación actual, en este trabajo se analizan las perspectivas de


desarrollo y los requerimientos de energía de aquí al año 2025. Se examina la
estructura productiva, comercial y financiera de Petróleos Mexicanos y se descubre una
situación verdaderamente grave que por fortuna aún tiene remedio. La coyuntura de
los precios altos del petróleo le brinda al Gobierno Federal la gran oportunidad de
resolverlo ahora o nunca. Pero alguien se lo tiene qué decir y exigir, como por ejemplo
las cámaras legislativas.

En todo el trabajo se deja sentir, sin que se mencione explícitamente, el enorme papel
que debemos jugar los ingenieros de todas las especialidades para construir un sólido
futuro de la patria y ayudar a que se corrija la situación estructural. Además, en el
trabajo se da respuesta a una infinidad de preguntas de interés general como las
siguientes:

¿Qué deben hacer los gobernantes, antes que ninguna otra cosa, para que sus
ofrecimientos de hacer crecer la economía en 5, 7 ó más por ciento anual tengan
probabilidades de ser cumplidos? ¿Cuáles son esos elementos sin cuya posesión un
país no puede lograr crecimiento económico alguno? ¿Qué es visión de largo plazo y
cómo se asegura un futuro promisorio permanente? ¿Qué deben hacer las instituciones
educativas, los centros de investigación y en general todos nosotros para sumarnos al
esfuerzo común dentro de un rumbo común? ¿Qué papel le toca desempeñar al
gobierno y qué papel a los ciudadanos? ¿Cómo romper el círculo vicioso en que nos
encontramos? ¿Cuál es ese camino lógico, obligado, insustituible y único que nos lleva,
como receta mágica, a alcanzar el bienestar en el corto, mediano y largo plazos dentro
de una ruta segura y detonadora de progreso?

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Para sensibilizar al lector sobre estos temas en muchos casos acudí a frases
dramáticas sin llegar a falsear la abundante información manejada. Aspiro a que este
trabajo se convierta en una referencia sobre el tema de la energía y le pido al lector
disfrutarlo y volverlo a leer de vez en cuando, ya que tratándose de una prospectiva le
resultará más interesante con el paso de los años.

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2. ¿POBRES NOSOTROS?

¿Somos, en verdad, pobres?... De varias formas podemos contestar esta pregunta,


puesto que la pobreza se ve de muchas maneras. Una cosa es segura: nunca
encontraremos pobreza en México si la buscamos desde la perspectiva de nuestros
recursos naturales, étnicos, culturales, arqueológicos, climáticos o geográficos. Visto
así, México nos parecerá el país más rico y bello de la tierra.

Si supieran de nuestras maravillas, muchos habitantes del mundo desearían venir a


contemplarlas. No necesitaríamos argucias intrincadas para atraer turistas por
millones, ya que ellos vendrían solos. Lo único que tendríamos que hacer, ya
teniéndolos aquí, sería caminar junto a ellos con el dedo índice estirado al irles
diciendo: ¡miren! ¡miren!

Y es que no haríamos más que mostrarles los senderos encantadores de nuestros


litorales, nuestras selvas, nuestros imponentes ríos y sus cañones, nuestros volcanes,
nuestras etnias, nuestros pueblitos, nuestras comidas, nuestras bebidas, nuestras
ciudades coloniales, nuestros mares, nuestras playas, nuestros cielos, nuestros
esteros, nuestros manglares, nuestras lagunas, nuestros manantiales, nuestros riscos,
nuestras praderas, nuestros mezquitales, nuestros desiertos, nuestras joyas
arqueológicas, nuestra música, nuestras letras, nuestra pintura, nuestra artesanía,
nuestra fauna, nuestra flora y nuestro clima, entre miles de maravillas más. Esto no
representaría gran esfuerzo de nuestra parte, ni sería mérito tampoco porque la
naturaleza y nuestros antepasados lo dejaron todo servido, en abundancia, para
nuestro deleite y usufructo.

Con nuestros visitantes veríamos llegar ríos de dinero. Caudalosos serían también los
flujos de riqueza que nosotros mismos llegáramos a generar sólo por atender a los
turistas, pues antes, durante y después de sus recorridos, diurnos o nocturnos,
estaríamos obligados a ofrecerles hoteles, restaurantes, bares, museos, centros de
belleza y salud, o lo que hiciera falta, para que siguieran disfrutando de nuestra
hospitalidad por el resto de sus jornadas. Ni duda cabe que para su acceso a nosotros
tendríamos que ofrecerles buenas carreteras, puentes, puertos, aeropuertos y
ferrocarriles, además de brindarles excelentes telecomunicaciones para mantenerlos
continuamente conectados con sus hogares y el resto del mundo. Y otra cosa no
menos importante: tendríamos que velar en todo momento por su seguridad.

Con tantos recursos naturales a nuestra disposición y con ese potencial de inteligencia,
arte, sensibilidad y habilidades que ostenta cada individuo de nuestra raza, ya
hubiéramos podido construir un gran país sin necesidad de depender del apoyo de
visitantes de otras tierras. Sin embargo aún con ser así de privilegiados y poseer todas
esas bellezas y riquezas que muchos países quisieran tener siquiera en mínima
fracción, México fue el gran perdedor del siglo 20.

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PIB 509,886 millones de dólares dólares


= = 5,070
POB 100.6 millones de habitantes persona
En 1960 nuestra productividad era muy parecida a la de los habitantes de otros países,
hoy muy ricos. En ese entonces Japón, con un ingreso per cápita de 460 dólares
anuales, apenas nos superaba en 40%. Hoy está 700% arriba de nosotros. Perder
rumbo y prudencia en las últimas décadas significó para México terminar el siglo 20 en
una posición muy por abajo de la que lograron países nada favorecidos en recursos
naturales.

La actividad realizada el año 2000 por todos los mexicanos que hicimos algo de valor
importó 510 mil millones de dólares. Si dividimos esta cantidad entre 100.6 millones
de habitantes, que es la cifra estimada para la población de entonces, obtenemos
como resultado 5,070 dólares por persona, que viene siendo la productividad promedio
de los mexicanos en el año 2000. Este indicador global, que llamamos indistintamente
ingreso per cápita o producto per cápita y que los economistas usan profusamente
para medir el nivel de bienestar económico de los habitantes de un país, es, como
vimos, el resultado de dividir el Producto Interno Bruto (PIB) entre el número total de
habitantes (POB).

En el PIB está considerada la participación de todas aquellas personas que hacen algo
que tenga un valor. El PIB es estimado por expertos del Instituto Nacional de
Estadística, Geografía e Informática (INEGI) con base al volumen y precio de los
bienes y servicios, dentro de un proceso que se antoja complicado pues nada que deba
ser contabilizado debe quedarse afuera. Quienes lo calculan deben evitar duplicidades
descontando en cada caso el valor de los insumos. Esto significa que el PIB es en
realidad la suma de los valores de los bienes y servicios de consumo final. Es el valor
de todo lo producido de bienes y servicios por los habitantes de un país en un periodo
dado.

Nos imaginamos que para medir o estimar el PIB, el INEGI se acerca a empresas o
individuos, pasando por fabricantes de ropa y zapatos, ensambladores de automóviles,
fleteros, productores de hidrocarburos, vendedores de energéticos, industriales de
aviación, industriales de la telecomunicación, dueños de líneas de autobuses,
empleados, taxistas, médicos, periodistas, restauranteros, hoteleros, abogados,
comunicadores, constructores de vivienda, comerciantes callejeros, banqueros y en fin,
a todo mexicano que haya realizado alguna actividad, pública o privada, para
preguntarle a cada uno qué valor tuvo su actividad en un periodo dado. Al acabar su
recorrido, el INEGI habrá encontrado finalmente el valor del PIB nacional.

Si uno o varios años después, al realizar un nuevo censo, el INEGI viera que la
actividad realizada por los habitantes del país alcanzaba un valor mayor que el que
antes tenía, concluiría que el PIB del país habría crecido.

El PIB per cápita de México en el año 2000, reconocido por el Presidente de la


República en una de sus intervenciones públicas, fue de 5,070 dólares anuales. Los
censos del año 2000, por su parte, consideraron originalmente una población de
97,361,711 habitantes, aunque correcciones posteriores del Consejo Nacional de
Población (CONAPO) la ubicaron en 100,569,263 habitantes. Tomada esta última cifra
como buena, se desprende que el valor del PIB de ese año fue de 509,886 millones de
dólares porque al dividirlo entre 100.6 millones de habitantes da el número citado:

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Para que en un futuro este cociente pudiera ser mayor, tendrían que ocurrir algunas
situaciones como las siguientes: crecer el PIB sin variar el número de habitantes;
disminuir el número de habitantes sin cambiar el PIB; o crecer tanto el numerador
como el denominador, pero más el de arriba que el de abajo. Por decir algo, si después
de transcurrido un tiempo la población hubiera crecido 1%, es decir un millón de
habitantes, y el PIB hubiera crecido 10% respecto del nivel original, o sea casi 51 mil
millones de dólares, entonces el nuevo ingreso per cápita sería de 5,522 dólares:

PIB + 10% PIB 509,886 + 50,989 560,875 dólares


= = = 5,522
POB + 1% POB 100.6 + 1.0 101.6 persona

De ocurrir una situación así, diríamos que el ingreso anual por persona habría pasado
de 5,070 a 5,522 dólares.

Con la misma simpleza de este ejemplo podemos calcular el ingreso per cápita de
cualquier año y estimar su evolución a través del tiempo, como lo haremos más
adelante.

Veamos en la tabla adjunta cómo les fue a otros habitantes del planeta en el año
2000.

Ingreso per cápita año 2000


(Dólares Corrientes)

Suiza 38,400
Japón 35,600
Estados Unidos 34,100
Suecia 27,100
Alemania 25,100

Singapur 24,700
Reino Unido 24,400
Francia 24,000
Canadá 21,100
Italia 20,200

México 5,070

Los suizos, japoneses y norteamericanos fueron siete veces más productivos que los
mexicanos; los suecos, alemanes, singapureños, franceses e ingleses cinco veces más;
los canadienses e italianos cuatro veces más.

Quizás las cifras de esta tabla no coincidan con las de otras fuentes; pero el amable
lector que disponga de otras y compare sus cifras con éstas estará de acuerdo en que
la posición relativa de México respecto de otros países es prácticamente la misma, sin
importar el origen de la información. Y bien podría el ingreso per cápita de México
haber sido de 6,000, 7,000 o aún 10,000 dólares y ni así cambiar su posición de
pobre; pero aclaremos que en su momento esta fue la información reconocida

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oficialmente y podemos utilizarla como referencia para medir los avances que se
logren de aquí en adelante.

Analicemos con más detalle el caso de México y reconozcamos de entrada que los
promedios no existen en la vida real. Los 5,070 dólares anuales por mexicano que
acabamos de calcular no ocurrieron en la práctica. La distribución del ingreso del país,
lejos de ser uniforme es bastante dispareja.

DISTRIBUCIÓN DEL INGRESO

G H I J
F
E
A

C
B

Imaginemos que el pastel mostrado en la figura representa el PIB nacional del año
2000 y que, como ya dijimos, su valor es de 509,886 millones de dólares. Recordemos
ahora que este pastel fue elaborado con la participación de 100 millones de mexicanos,
diez millones de los cuales hicieron la rebanada A, otros diez millones de habitantes la
rebanada B, otros diez millones de personas la rebanada C y de igual manera las
rebanadas D, E, F, G, H y J, cada una, repetimos, hecha con la participación de diez
millones de mexicanos.

Según la información disponible, los mexicanos de la rebanada A contribuyeron 217 mil


millones de dólares, los de la B aportaron 81 mil millones, los de la C participaron con
55 mil millones, y los de los otros siete grupos aportaron los 157 mil millones de
dólares restantes.

Ahora bien, si el trabajo de los de la rebanada A tuvo un valor de 217 mil millones de
dólares y fue hecho por 10 millones de personas, podemos decir que su productividad
o ingreso per cápita promedio fue de 21,700 dólares, algo así como lo que lograron los
italianos, canadienses y franceses ese mismo año. Por su parte el ingreso per cápita de
los de la rebanada B fue de 8,066 dólares, y el de los 80 millones de mexicanos
restantes fue apenas de 2,652 dólares por cabeza, algo así como siete dólares diarios.
Al seguir hurgando esto, llegamos a descubrir, con mucho dolor, que el grupo más
pobre, o más J... como sugiere la letra que en orden alfabético le correspondió, y que
está conformado también por diez millones de mexicanos, tuvo la desgracia de tener
tan sólo un ingreso per cápita de 321 dólares al año, o sea de ¡menos de un dólar al
día!

Después de ver todo esto ¿qué respuesta damos a nuestra pregunta inicial? ¿somos o
no somos pobres?... Comparados con los gringos todos los mexicanos somos pobres,
pues con un ingreso promedio de 5,070 dólares al año estamos muy abajo de los 12
mil dólares anuales que ellos consideran como su línea de pobreza, es decir el ingreso
abajo del cual sus ciudadanos son considerados pobres.

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En el mundo hay otros más pobres que nosotros, pero no se trata de consolarnos con
el mal de muchos. De que somos pobres ni duda cabe, y los diversos estudios
conducidos por la Secretaría de Desarrollo Social dan cuenta de la espantosa miseria
que padecen millones de mexicanos de todas las entidades federativas.

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3. SOÑAR NO CUESTA NADA

Pedimos al amable lector un poco de paciencia para examinar las dos tablas que le
presentaremos en este capítulo. En ellas encontrará cosas impresionantes.

La primera tabla ofrece un escenario de crecimiento económico de 5% anual entre los


años 2007 y 2025, según se indica en la columna 2. Las tasas correspondientes a los
años 2000-2005 son tasas reales del PIB y la de 2006 una estimación fijada en 4%
anual. Así el promedio anual de crecimiento de los primeros cinco años del sexenio
2000-2006 fue de 1.84%:

− 0.3 + 0.9 + 1.2 + 4.4 + 3.0


= 1.84
5

Ahora bien, si el crecimiento económico de los años 2007 a 2025 fuera en efecto de
5% anual, el PIB crecería como se muestra en la columna 3, llegando a alcanzar el
valor de 1,466,925 millones de dólares en el año 2025.

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CRECIMIENTO ECONÓMICO DE 5% ANUAL

(1) (2) (3) (4) (5) (6)

TASA TASA
PIB PIB POB POB PIB/POB
AÑO (%) (MM-USD) (MM-HAB) (%) (USD/HAB)

2000 6.90 509,886 100.6 1.31 5,070


2001 -0.30 508,357 101.8 1.25 4,992
2002 0.90 512,932 103.0 1.19 4,978
2003 1.20 519,087 104.2 1.14 4,981
2004 4.40 541,927 105.3 1.09 5,144
2005 3.00 558,185 106.5 1.05 5,244
2006 4.00 580,512 107.5 1.01 5,399
2007 5.00 609,537 108.6 0.98 5,614
2008 5.00 640,014 109.6 0.95 5,839
2009 5.00 672,015 110.6 0.92 6,075
2010 5.00 705,616 111.6 0.90 6,322
2011 5.00 740,897 112.6 0.88 6,580
2012 5.00 777,941 113.6 0.85 6,851
2013 5.00 816,839 114.5 0.83 7,134
2014 5.00 857,680 115.4 0.81 7,430
2015 5.00 900,564 116.3 0.79 7,740
2016 5.00 945,593 117.2 0.77 8,065
2017 5.00 992,872 118.1 0.75 8,406
2018 5.00 1,042,516 119.0 0.73 8,762
2019 5.00 1,094,642 119.8 0.71 9,136
2020 5.00 1,149,374 120.6 0.68 9,527
2021 5.00 1,206,843 121.4 0.66 9,938
2022 5.00 1,267,185 122.2 0.63 10,370
2023 5.00 1,330,544 122.9 0.61 10,823
2024 5.00 1,397,071 123.7 0.58 11,299
2025 5.00 1,466,925 124.3 0.55 11,799

Por otra parte, la población de México, según estimaciones del CONAPO, podría ser la
que se muestra en la columna 4. Ahí vemos que de 100.6 millones de habitantes del
año 2000 se pasa a 124.3 millones al año 2025. Estas cifras implican que el
crecimiento demográfico tenga lugar a tasas bastante moderadas (columna 5) que
disminuyen progresivamente desde 1.31% anual que se tuvo entre los años 1999 y
2000 hasta 0.55% que se espera entre 2024 y 2025. De no lograrse esta drástica
disminución del crecimiento demográfico estimado por el CONAPO bajo supuestos que
ignoramos, debemos esperar que la población del país llegue mucho más numerosa en
el 2025, con algún valor quizás superior a los 130 millones de habitantes.

Al dividir las cifras de la columna 3 entre las de la columna 4 se obtiene el ingreso per
cápita consignado en la columna 6. En primer lugar vemos que el sexenio 2000-2006
prácticamente terminará como empezó, con un ingreso per cápita de apenas 5,399
dólares anuales. En segundo lugar vemos que con un crecimiento de 5% anual le
estamos tirando a llegar a 2025 con un ingreso per cápita ligeramente superior al
doble del actual, con 11,799 dólares. Y esto, con todo y ser mucho, no alcanza a cubrir
las expectativas que tenemos los mexicanos respecto de nuestro bienestar, pues en 20

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MÉXICO 2025

años no rebasaremos la línea de pobreza actual de los Estados Unidos y menos la que
ellos podrían tener para entonces dado que su ingreso per cápita andará cercano a los
60 mil dólares.

Visto a la luz de lo hecho por México desde 1983, alcanzar un crecimiento de 5% anual
en los próximos 20 años sería un avance importante, más del doble de lo logrado en
los últimos 23 años, pero aún así, ello sería una pobre aspiración frente a lo que
realmente necesitamos mejorar los mexicanos.

En la segunda tabla podemos ver un escenario de crecimiento de 7% anual a partir de


2007, para sostenerse así hasta 2025. Si bien este mayor ritmo nos llevaría a un
ingreso per cápita de 16,886 dólares anuales para el año 2025 (columna 6), o sea más
de tres veces lo que hoy tenemos, el crecimiento aún se antoja bajo, aunque sin duda
sostener un crecimiento de 7% anual por veinte años significaría un gran logro para el
país, semejante al que por cinco décadas consecutivas tuvimos durante el siglo 20 (ver
capítulo 6). Pero la verdad es que ni con ese crecimiento alcanzaríamos una situación
de bienestar comparable con la de los países desarrollados que citamos en el primer
capítulo. Tanto nos pesa el rezago con el que terminamos el siglo 20 que no bastan
esfuerzos de este tamaño para emparejarnos con aquellos países en poco tiempo.

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CRECIMIENTO ECONÓMICO DE 7% ANUAL

(1) (2) (3) (4) (5) (6)

TASA TASA
PIB PIB POB POB PIB/POB
AÑO (%) (MM-USD) (MM-HAB) (%) (USD/HAB)

2000 6.90 509,886 100.6 1.31 5,070


2001 -0.30 508,357 101.8 1.25 4,992
2002 0.90 512,932 103.0 1.19 4,978
2003 1.20 519,087 104.2 1.14 4,981
2004 4.40 541,927 105.3 1.09 5,144
2005 3.00 558,185 106.5 1.05 5,244
2006 4.00 580,512 107.5 1.01 5,399
2007 7.00 621,148 108.6 0.98 5,721
2008 7.00 664,628 109.6 0.95 6,064
2009 7.00 711,152 110.6 0.92 6,429
2010 7.00 760,933 111.6 0.90 6,818
2011 7.00 814,198 112.6 0.88 7,231
2012 7.00 871,192 113.6 0.85 7,672
2013 7.00 932,175 114.5 0.83 8,141
2014 7.00 997,428 115.4 0.81 8,641
2015 7.00 1,067,247 116.3 0.79 9,173
2016 7.00 1,141,955 117.2 0.77 9,740
2017 7.00 1,221,892 118.1 0.75 10,344
2018 7.00 1,307,424 119.0 0.73 10,988
2019 7.00 1,398,944 119.8 0.71 11,675
2020 7.00 1,496,870 120.6 0.68 12,408
2021 7.00 1,601,651 121.4 0.66 13,190
2022 7.00 1,713,766 122.2 0.63 14,024
2023 7.00 1,833,730 122.9 0.61 14,916
2024 7.00 1,962,091 123.7 0.58 15,868
2025 7.00 2,099,437 124.3 0.55 16,886

Ahora bien, si veinte años no bastan para que la hagamos con 7% anual… ¿Cuántos
años harían falta para salir de pobres? ¿A qué tasas tendríamos que crecer para que en
un plazo razonable alcanzáramos, ya no digamos los niveles de riqueza que
estadounidenses, japoneses y europeos tendrán entonces, pero siquiera para igualar a
sus habitantes pobres?... Es bueno soñar pero no tanto y más nos valiera ir limitando
nuestras esperanzas de crecimientos desmedidos porque los elementos que hacen
posible el desarrollo económico se nos están escapando de las manos.

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MÉXICO 2025

4. LO QUE CALIENTA AL MEXICANO

Para calentarse, enfriarse, producir o cocer sus alimentos, fabricar sus vestidos,
transportarse, edificar su morada, o divertirse, el mexicano hace uso de gasolina,
diesel, gas natural, gas licuado, combustóleo, turbosina, electricidad, leña, bagazo de
caña, coque, algo de viento y algo de sol. ¡Nada más!

¡Con esos energéticos se mueve México!

El 39% de toda la energía que se consume en México se la come el sector energético,


llamado así el grupo de empresas que elaboran productos energéticos como Petróleos
Mexicanos y la Comisión Federal de Electricidad. El restante 61% lo consumimos los
mexicanos comunes y corrientes a través de los productos finales señalados en el
primer párrafo. Este 61% será nuestro universo energético en los comentarios que
siguen, mientras no establezcamos otra cosa.

Los primeros seis de esos productos son claramente hidrocarburos. Por otra parte, de
lo que se consume en forma de electricidad 66% se hace con hidrocarburos y el resto
con energía nuclear o hidráulica principalmente. La participación de otras fuentes,
como la geotérmica, eólica y solar, es insignificante.

Los energéticos son usados 43% en el sector transporte, 32% en la industria, 22% en
los sectores residencial, comercial y público, y 3% en el sector agropecuario.

Del total de energéticos que usamos en el transporte la gasolina tiene una


participación de 64%, el diesel una de 26%, la turbosina una de 7% y el gas licuado
una de 3%. ¡Imaginemos qué ocurriría si de repente dejáramos de tener gasolina! ¡O
si dejáramos de tener gasolina y diesel! Vaya: ¡sin gasolina, diesel y turbosina, todos
ellos hidrocarburos, se paralizaría el país!

Las industrias, sin incluir al propio sector energético, utilizan gas natural, electricidad,
combustóleo, coque, bagazo de caña, gas licuado y diesel. Del total de energía que va
a parar al sector industrial, los derivados de hidrocarburos tienen una participación
directa de 56%, aparte de la que tienen indirectamente en forma de electricidad.

De la energía canalizada a los sectores residencial, comercial y público 41% es gas


licuado, 30% es leña, 24% es electricidad y 4% es gas natural.

Finalmente del sector agropecuario 68% es diesel, 24% es electricidad y 8% es gas


licuado.

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MÉXICO 2025

Grosso modo esa es la energía que mueve a México. Si consideramos también la


energía que utiliza el propio sector energético, veremos que 89% del total de la
energía primaria del país proviene de los hidrocarburos y sólo 11% de otras fuentes.

Hablemos un poco de lo que entendemos por energía primaria, apoyándonos como


ejemplo en la energía que nos parece más familiar, que es la hidráulica. El calor solar
evapora agua de los mares, lagunas y ríos, y forma nubes. Las nubes sueltan su agua
al llover y parte del agua que cae sobre la porción terrestre se infiltra en el subsuelo,
parte se evapora, parte es absorbida por la vegetación y parte escurre por la superficie
del suelo formando ríos que de nuevo llegan al mar. En algunos sitios que encuentra
apropiados, el hombre construye represas o presas para almacenar el agua que
escurre por las corrientes superficiales. El agua almacenada, que es energía en
potencia, es dejada caer sobre ruedas hidráulicas o turbinas que trasmiten su
movimiento giratorio a generadores de electricidad. La electricidad así generada, que
finalmente es transportada por cables hasta los centros de consumo, tiene su origen
inmediato en la energía hidráulica, a la cual llamamos su energía primaria, pero que de
ser más precisos y justos llamaríamos solar, puesto que el mérito de llevar el agua a
grandes alturas, en forma de nubes, gratuitamente para nosotros, es del sol.

Otro ejemplo es el petróleo, ese líquido aceitoso más ligero que el agua, de color
generalmente oscuro y olor desagradable dado su contenido de azufre, que arde con
facilidad y que no tiene uso alguno en condiciones originales. Con la “refinación” del
petróleo obtenemos sus derivados llamados “refinados”. El proceso de refinar consiste
en calentarlo y aprovechar los vapores que desprende a medida que se aumenta su
temperatura, vapores que, capturados y vueltos a enfriar hasta que se licúan, dan
origen a la gasolina, el diesel y los demás productos. Al ser calentado, el petróleo
produce vapores que corresponden a gasolina cuando la temperatura está por ahí de
35 a 100 grados Celsius (°C), vapores de turbosina cuando su temperatura está entre
160 y 230 °C y vapores de diesel cuando está entre 230 y 340 °C. El residuo que
queda a temperaturas arriba de 430 °C puede ser sometido a un tratamiento de
purificación para destinarse al consumo final o a otros tratamientos que de nuevo dan
origen a productos ligeros como la gasolina.

De esta forma la gasolina es un producto energético de consumo final que tiene su


origen en el petróleo, lo mismo que el diesel y otros. Por esta razón los hidrocarburos
son la fuente primaria de estos productos. Otro derivado del petróleo, el combustóleo,
una vez purificado debidamente, se usa como combustible en la industria pero también
para calentar agua que una vez convertida en vapor mueve turbogeneradores de
electricidad. De ahí que la electricidad generada de esta manera tenga a los
hidrocarburos como su fuente primaria de energía.

El ciudadano común suele confundir refinación con petroquímica. Nada qué ver
refinerías con centros petroquímicos. La petroquímica consiste en combinar, por
procesos químicos, los elementos fundamentales del petróleo (carbón e hidrógeno) con
otras substancias, para producir fertilizantes, plásticos, telas y cientos de miles de
productos más. La refinación consiste en separar, por medios físicos principalmente,
los grupos de compuestos del petróleo para darles la presentación de gasolina,
turbosina y diesel, entre otros.

Mientras los productos refinados son energéticos, los petroquímicos no lo son. La


petroquímica no forma parte del sector energético; la refinación sí.

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Los centros petroquímicos más importantes construidos por el Estado mexicano son los
de Cosoleacaque, La Cangrejera, Morelos, Pajaritos, Independencia, Escolín, Camargo
y Tula. El famoso Fénix es un proyecto petroquímico. Por su parte las únicas seis
refinerías con que cuenta México se localizan en Minatitlán (Ver), Salina Cruz (Oax),
Tula (Hgo), Salamanca (Gto), Ciudad Madero (Tam) y Cadereyta (Nuevo León).
El gas natural, por su parte, cuando sale del subsuelo es una mezcla de metano,
etano, propano, butano, pentanos y otros hidrocarburos, y de algunas “impurezas”
como agua, azufre (ácido sulfhídrico), bióxido de carbono y nitrógeno. Estos productos
son separados unos de otros en centros llamados de procesamiento de gas como
Cactus, Nuevo Pemex, Ciudad Pemex y Burgos. El energético que conocemos como gas
licuado es la mezcla de propano y butano, en proporciones no necesariamente iguales.
El gas residual o seco, que es casi puro metano, se usa como materia prima en la
elaboración de productos petroquímicos, como combustible en las cocinas de algunos
hogares, como combustible en diversas industrias y como combustible en el proceso de
generación de electricidad, de manera análoga a como se usa el combustóleo. Por eso
la electricidad así generada, también tiene su origen en los hidrocarburos.

En el principio de los tiempos la única energía usada por el hombre debió ser la que
provenía de sus alimentos. Con la energía corporal que recibía de las substancias que
ingería, el hombre se desplazaba, subía, bajaba, corría, brincaba, hablaba y pensaba.
Conforme inteligencia y buena suerte le favorecieron, se fue apoyando en otras
fuentes. Con la domesticación de plantas y animales, el hombre aumentó su capacidad
de producción. Entonces no sólo utilizó su propia fuerza para transportar su carga o
triturar sus semillas, sino que aprovechó la de los animales y con ello creció su
potencial. Con el control del fuego vino el empleo permanente de la leña; más adelante
el del carbón. Esto lo posibilitó a beneficiar minerales y entrar en la productiva era de
los metales. Con estos mejoró sus armas de guerra y caza, así como sus instrumentos
de labranza.

El hombre conoció los secretos del viento y los aprovechó para mover sus molinos o
desplazar sus embarcaciones. Tras haber conquistado los mares pudo realizar proezas
mayores, como descubrir América. Apenas ayer, su ingenio y su ciencia le hicieron
aprovechar el vapor de agua para mover grandes máquinas, naciendo así el ferrocarril
y los buques de vapor que sostuvieron el progreso explosivo del hombre durante el
siglo 19. Aún con tales avances, la leña y el carbón siguieron siendo las principales
fuentes de energía por todo el siglo 19, hasta que llegó el petróleo, primero a salvar
ballenas, y luego a propiciar el salto extraordinario hacia un progreso material nunca
antes imaginado. Más adelante el hombre logró controlar la energía de otras fuentes
como la geotérmica, la nuclear, la solar y otras. Si bien el 27 de agosto de 1859 marcó
el principio de la explotación comercial del petróleo, en Titusville, Pensilvania, no fue
sino hasta principios del siglo 20 cuando esta fuente de energía cobró su verdadera
importancia.

Hoy día, del total de energía final que consumimos los mexicanos, incluido el sector
energético, la gasolina ocupa 26%, el diesel 15%, el gas natural 12%, el gas licuado
12%, el combustóleo 5%, la turbosina 3%, la leña 7%, el coque 3%, el bagazo de
caña 2% y la electricidad 15%, sin olvidar que dos terceras partes de la electricidad se
hacen de petróleo. Este es nuestro universo energético, por lo que hablar de energía
en México es hablar de esos productos y de ningún otro. ¡No hay más!

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¿Bichos raros del planeta?

En la tabla que sigue se muestran cifras de consumo mundial de energía,


correspondientes al año 2003. La información se refiere a energía comerciable y está
expresada en barriles diarios de petróleo crudo equivalente para facilitar su
comparación.

Se puede ver que el mundo consumió ese año el equivalente a 209 millones de barriles
diarios de crudo y que Estados Unidos, con apenas el 5% de la población mundial,
consumió el 24% del total del planeta, con un equivalente a 49 millones de barriles
diarios de crudo. Otra cosa: los quince países seleccionados arbitrariamente que se
muestran consumieron el 70% de toda la energía.

Regresando al caso de Estados Unidos, podemos observar la enorme diversificación de


fuentes de energía que tiene, ya que aparte de consumir 20 millones de barriles diarios
de crudo también usa gas y carbón por el equivalente a 12 millones de barriles diarios
de crudo en cada caso, además de energía nuclear por el equivalente a casi 4 millones
de barriles diarios de crudo y energía hidráulica por más de un millón de barriles
diarios de crudo.

CONSUMO MUNDIAL DE ENERGÍA PRIMARIA


Barriles de petróleo crudo equivalente por día
ENERGÍA ENERGÍA
PAÍS CRUDO GAS CARBÓN NUCLEAR HIDRÁULICA TOTAL %

Estados Unidos 19,638,619 12,174,526 12,327,030 3,907,104 1,308,096 49,355,374 23.6


China 5,911,132 633,642 17,177,079 210,498 1,374,682 25,307,034 12.1
Federación Rusa 2,678,482 7,844,278 2,390,658 730,300 764,667 14,408,384 6.9
Japón 5,341,928 1,479,931 2,409,989 1,121,225 489,730 10,842,803 5.2
India 2,433,616 582,092 3,980,134 88,066 335,079 7,418,986 3.5

Alemania 2,687,073 1,653,914 1,870,856 801,182 122,433 7,135,458 3.4


Canadá 2,070,615 1,690,429 665,862 360,854 1,473,487 6,261,246 3.0
Francia 2,023,360 846,289 266,345 2,143,645 317,895 5,597,533 2.7
Corea del Sur 2,270,373 519,802 1,097,598 629,347 34,367 4,551,486 2.2
Brasil 1,806,418 307,155 236,273 279,232 1,479,931 4,109,010 2.0

Italia 1,978,253 1,385,422 328,635 - 214,794 3,907,104 1.9


** México 1,774,199 876,360 167,539 51,551 96,657 2,966,306 1.4
Taiwán 895,691 167,539 751,779 189,019 34,367 2,038,395 1.0
Tailandia 831,253 513,358 208,350 - 36,515 1,589,476 0.8
Singapur 732,448 103,101 - - - 835,549 0.4
- - - - - -
SUB TOTAL 53,073,459 30,777,838 43,878,126 10,512,020 8,082,700 146,324,143 69.9
- - - - - -
TOTAL MUNDIAL 78,112,000 50,087,822 55,382,495 12,861,867 12,788,837 209,233,021 100.0

Vale la pena señalar que el consumo de gas de los Estados Unidos, en las unidades
acostumbradas, fue de 61,000 millones de pies cúbicos diarios, unas catorce veces el
consumo de México.

La segunda tabla contiene la misma información que la primera, pero en porcentajes.


En ella vemos que el mundo depende del crudo y gas en 61%, siendo casi un retrato
de los Estados Unidos que dependen de esos hidrocarburos en 65%.

Se ve que México depende de los hidrocarburos en 89%, mientras que su energía


proveniente del carbón es de 5.6%, de la nuclear 1.7% y de la hidráulica 3.3%.

Especialidad: INGENIERÍA PETROLERA 19


MÉXICO 2025

Si consideramos que para 2003 los Estados Unidos tenían una población de 288
millones de habitantes, desprendemos que el consumo promedio por habitante fue
equivalente a 27 litros de petróleo por día, mientras que cada mexicano apenas llegó a
los 4.5 litros diarios. Esa diferencia en consumo explica la enorme distancia entre las
economías de ambos países, que se refleja en sus respectivos ingresos per cápita en la
misma proporción. Mientras más energía se consume más PIB se genera (capítulo 7).

CONSUMO MUNDIAL DE ENERGÍA PRIMARIA


Porcentajes respecto del total de cada país
ENERGÍA ENERGÍA
PAÍS CRUDO GAS CARBÓN NUCLEAR HIDRÁULICA % TOTAL

Estados Unidos 39.8 24.7 25.0 7.9 2.7 100.0


China 23.4 2.5 67.9 0.8 5.4 100.0
Federación Rusa 18.6 54.4 16.6 5.1 5.3 100.0
Japón 49.3 13.6 22.2 10.3 4.5 100.0
India 32.8 7.8 53.6 1.2 4.5 100.0

Alemania 37.7 23.2 26.2 11.2 1.7 100.0


Canadá 33.1 27.0 10.6 5.8 23.5 100.0
Francia 36.1 15.1 4.8 38.3 5.7 100.0
Corea del Sur 49.9 11.4 24.1 13.8 0.8 100.0
Brasil 44.0 7.5 5.8 6.8 36.0 100.0

Italia 50.6 35.5 8.4 - 5.5 100.0


** México 59.8 29.5 5.6 1.7 3.3 100.0
Taiwán 43.9 8.2 36.9 9.3 1.7 100.0
Tailandia 52.3 32.3 13.1 - 2.3 100.0
Singapur 87.7 12.3 - - - 100.0

SUB TOTAL 36.3 21.0 30.0 7.2 5.5 100.0

TOTAL MUNDIAL 37.3 23.9 26.5 6.1 6.1 100.0

No necesitamos profundizar mayor cosa para llegar a algunas conclusiones respecto de


México en materia de energía. Cuando hablamos de diversificar nuestras fuentes no
hay duda que lo pretendido es aumentar la participación de la energía hidráulica, la
nuclear y la del carbón; sin embargo debemos admitir que nuestras posibilidades
reales de alcanzar estos propósitos en un plazo razonable son casi nulas.

En el caso de la hidráulica, por ejemplo, una buena parte de la electricidad generada


proviene de presas como La Angostura, Chicoasén, Mal Paso, Peñitas, El Infiernillo y
Aguamilpas. Si bien no todas las trescientas presas que tiene México son generadoras
de electricidad, grosso modo podríamos decir que para aumentar de manera
significativa la participación de la energía hidráulica necesitaríamos tener entre
trescientas y tres mil presas más como las actuales para que esta fuente de energía
aumentara su participación entre 7% y 30%. Sin mayor análisis podemos darnos
cuenta de que construir el doble o más presas de las que hoy tenemos es un sueño
irrealizable, porque en primer lugar los sitios propicios para construcción de presas no
son ilimitados; porque en segundo, aún teniendo dónde, sería forzoso tener con qué
hacerlas; y porque en tercero, aún teniendo dónde y con qué, no tendríamos tiempo
para lograr hacer un trabajo de tal magnitud en un plazo de veinte o treinta años.

Especialidad: INGENIERÍA PETROLERA 20


MÉXICO 2025

Si quisiéramos aumentar la participación de la energía nuclear, estaríamos hablando


de una o más instalaciones del tipo de Laguna Verde, la única nuclear que tenemos. Si
recordamos que construir Laguna Verde nos llevó como veinte años desde que se
concibió el proyecto hasta que se prendió el primer foco, diríamos que optimizando un
poco las cosas estaríamos en condiciones de construir unas dos plantas en un lapso de
veinte años, con la condición de que tuviéramos el dinero para hacerlas y la anuencia
de los ecologistas, que cuestionan severamente esta fuente de energía. Y el disponer
de dos plantas más de este tipo, no significaría que hubiéramos diversificado nuestras
fuentes de energía.

Algo semejante podríamos decir del carbón y sus reservas, por lo que llegamos a la
conclusión de que los hidrocarburos serán nuestra principal fuente de energía por lo
menos durante treinta años más. El sólo pretender tomar otro camino sería una
insensatez, pues los hidrocarburos son hoy día nuestra fuente de energía más barata y
relativamente más abundante. De igual manera sería imprudencia cruzarnos de brazos
y no intensificar la investigación de otras fuentes cuando sabemos que los
hidrocarburos no son renovables y que por lo tanto tienen su final marcado.

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MÉXICO 2025

5. ¡CON ENERGÍA … QUIZÁS!

En el capítulo 3 vimos que un crecimiento económico de 5% anual nos haría llegar al


año 2025 con un ingreso per cápita del orden del doble del actual. También vimos que
si creciéramos a 7% anual, el ingreso per cápita podría ser triplicado en ese lapso. Sin
embargo en ese mismo capítulo llegamos a la triste conclusión de que con todo y que
triplicar el ingreso per cápita sería lograr mucho, ¡muchísimo!, esas tasas de
crecimiento por las que han suspirado gobernantes no son suficientes para que en
veinte años alcancemos medianamente a nuestros socios comerciales del Norte. En
verdad, para recuperar el tiempo perdido requeriríamos crecer a mayor ritmo, digamos
a 8, 10 o más por ciento, sólo que para ello es necesario disponer de algo
fundamental. ¿Qué necesitamos realmente para garantizar el crecimiento económico?
¿Qué es necesario tener antes que otra cosa, para que haya, ya no digamos actividad
económica, sino simplemente actividad y punto?

Los amables lectores pueden decir que para tener actividad económica se requieren
ideas, proyectos, recursos financieros, educación, salud, confianza... y mil cosas más
por ese estilo. Y tendrán razón, pero hay que reconocer que no bastan las ganas, ni los
buenos propósitos, ni las buenas ideas, ni los buenos proyectos para lograr el
crecimiento económico deseado. Los elementos fundamentales, sin los cuales no es
posible lograr actividad económica alguna, aunque haya ideas, proyectos, educación,
salud, voluntad, dinero y más, son la energía, el agua, las comunicaciones y las
garantías, entre otros.

¿Por qué garantías?

Porque sin un nivel razonable de estabilidad en lo económico, lo político y lo social,


poco se puede hacer de manera permanente. Sostener el desarrollo en el corto,
mediano y largo plazos requiere de certidumbre política, económica y jurídica, y del
apego a un mínimo de normas de convivencia entre las personas.

¿Por qué comunicaciones?

Porque las carreteras, los ferrocarriles, los puertos, los puentes, los aeropuertos y las
telecomunicaciones son los medios insustituibles para que se den los intercambios de
bienes y servicios entre las personas. Si algo detona el progreso desde su propia
construcción, es una vía de comunicación. Prácticamente todo lo que usamos o
consumimos viene de un lugar diferente del que nos encontramos. Todo viene de lejos,
o de cerca, pero siempre con el empleo de vías de comunicación. A mejores vías
menor costo, menor tiempo y más intercambio.

Especialidad: INGENIERÍA PETROLERA 22


MÉXICO 2025

Las vías de comunicación disponibles son el indicador más contundente y elocuente


para mostrar el poder económico verdadero de un país, más que las cifras de superávit
o déficit público, que la balanza comercial, que el precio del dólar, que el índice de la
bolsa, que la inflación, que la reserva de divisas, o que otras cosas por el estilo. Dime
cómo están tus vías férreas, cuántas autopistas de 10 carriles atraviesan tu territorio,
de cuántos puertos dispones, cómo están tus rutas aéreas… y te diré qué economía
tienes.

¿Nos habremos esforzado bastante los mexicanos para contar con una buena
infraestructura carretera, portuaria, ferroviaria, o aeroportuaria?... Obviamente no,
como podemos comprobarlo de inmediato si miramos por un instante un mapa de
carreteras. Nos decepcionará encontrar que ya entrado el siglo veintiuno no hay, por
ejemplo, una buena carretera que conecte a Tampico con alguna ciudad importante de
la república. Ese es el puerto ideal para exportar hacia Estados Unidos, Europa y otras
partes, los productos provenientes de San Luis Potosí y sus diez estados vecinos; sin
embargo las brechas actuales que nos llevan a Tampico son literalmente “carreteras”,
es decir caminos de carreta. Igual sucede en muchas otras regiones del país.

En el sistema ferroviario hemos ido para atrás. Mientras se acababan de malbaratar


nuestras deterioradas líneas, otros países ya instalaban trenes de levitación magnética.
Ni soñar con que a estas alturas de la vida tuviéramos un ferrocarril que comunicara a
todas nuestras poblaciones del Pacífico, desde Tapachula hasta Tijuana; otro que
comunicara a nuestras poblaciones del Caribe y Golfo de México, desde Chetumal
hasta Matamoros; y otros más que uniendo los dos mares atravesaran el país en cinco
o más regiones, comenzando con la ruta fronteriza de Tijuana a Matamoros. ¡Y pensar
que durante varias décadas la población viajó cómodamente desde la capital de la
república hasta diversas ciudades del país en los ferrocarriles construidos hace cien
años por Don Porfirio!

Pensemos por un momento en Bolivia, el hermano país sudamericano que perdió su


salida al Pacífico en 1879 a raíz de una confrontación bélica con Chile. ¿Cómo podría
llegarle a Bolivia el progreso del mundo, a bajo costo? ¿Cómo sacar sus bienes a
precios competitivos hacia el exterior? Teniendo vedado el transporte marítimo no le
queda más que el aéreo o el terrestre, tras atravesar, a qué costo, los territorios de
Perú, Chile, Brasil, Paraguay o Argentina. ¡Qué posición tan desventajosa la de Bolivia
y, en contraste, qué desperdicio el nuestro de situación geográfica tan envidiable! ¡Qué
no daría Bolivia por tener un callejón de mil metros de ancho para salir al mar!...
¡Bolivia quiere pero no puede y México puede pero no quiere!

Simplemente no pudimos comunicar con carreteras apropiadas la capital del país


(ciudad de México) con el Océano Pacífico (Acapulco) y el Golfo de México (Veracruz)
sino hasta el último minuto del siglo veinte.

Terminó ese siglo y continuó la incomunicación entre la ciudad de México y el puerto


de Tuxpan, de una cercanía increíble. Sin duda los amables lectores podrían hacer en
pocos minutos una lista de cien carreteras que, como ésta, a más de medio siglo de
haber sido construidas, cuando México tenía veinticinco millones de habitantes y no
más de cien millones como hoy, se encuentran en las mismas o peores condiciones
que antes.

Alguna vez los sufridos usuarios de las carreteras que unen el noreste con el sureste
de la república habrán soñado con llevar sus vehículos flotando por el Golfo de México
dentro de transbordadores, desde Tamaulipas hasta Campeche, Yucatán o Quintana

Especialidad: INGENIERÍA PETROLERA 23


MÉXICO 2025

Roo; o los de estas entidades con desplazarse navegando hasta Tabasco, Veracruz y
Tamaulipas.

Ni qué decir del desaprovechamiento de la ruta Coatzacoalcos-Salina Cruz, que une los
dos mares en la parte más angosta de la república, y que debíamos tener comunicada
con ferrocarriles y autopistas de última generación para hacer el negocio más rentable
del mundo.

Hoy seguimos careciendo de una eficiente infraestructura de comunicación entre


ciudades del interior de la república y esta incomunicación física entre nosotros nos
explica por qué llegamos tan pobres al final del siglo 20.

¿Por qué agua?

Porque el agua es esencial para la vida. Porque alrededor de dos tercios de lo que pesa
el cuerpo humano es agua. Porque el hombre necesita el agua en sus alimentos; la
necesita en su higiene corporal y en la limpieza de su hogar, vestido, enseres, oficina,
fábrica, calles. También la requiere para la producción de muchos de sus bienes; la
necesita en la agricultura o en la fábrica, ya formando parte de la materia prima o
usándola como medio para transportar sus desechos industriales o domésticos; la usa
en la construcción de edificios, en la generación de electricidad, en el enfriamiento o
calentamiento de sus procesos industriales.

En fin ¿qué podríamos decir sobre el agua que no supiera ya el amable lector?... A uso
agrícola destinamos 65% del total, a generación de electricidad 19%, a uso industrial
10%, a uso recreativo 3%, a uso humano 2% y a uso público 1%.

¿Por qué energía?

Porque sin energía nada se puede hacer, ni se ha podido, ni se podrá, como quedó
establecido en el capítulo 4.

La importancia de la energía, el agua, las comunicaciones y las garantías se percibe


mejor cuando observamos las actividades que día con día realiza doña Eva, la modesta
vendedora de quesadillas de la colonia, que acude cotidianamente a su puesto en la
banqueta para ofrecer a sus clientes “quesadillas” de papa, chicharrón, huitlacoche,
flor de calabaza, hongos, sesos y, por su supuesto, queso, para lo cual además de los
ingredientes citados necesita agua, manteca, aceite de comer y harina de maíz o trigo.
Ninguno de los elementos citados se produce en el sitio donde ella lleva a cabo sus
operaciones productivas y comerciales; todo le llega de otra parte, o incluso del
extranjero pues ingredientes como el maíz y el trigo ya no son producidos totalmente
en nuestra tierra. Además, para que esos elementos puedan llegar al puesto de doña
Eva es necesario utilizar carreteras, vías férreas, vías fluviales, o algo así, dependiendo
de dónde vengan, además de los propios vehículos y sus correspondientes
combustibles como gasolina y diesel.

Doña Eva podrá tener todos los ingredientes para elaborar sus famosas quesadillas,
pero si no tiene la energía que le permita transformarlas en un producto de consumo
final, será como no haberlas hecho nunca. La quesadilla no se puede comer cruda y
tampoco se puede cocer con el calor humano de la concavidad que forma el arranque
del brazo con el cuerpo. Sólo se puede cocer con la energía que proporcionan el

Especialidad: INGENIERÍA PETROLERA 24


MÉXICO 2025

carbón, la leña, el bagazo de caña, la electricidad, el gas natural, la gasolina, el diesel,


el gas licuado, el combustóleo o algún otro energético. ¡Si carecemos de energía no
hay quesadilla! Y no debe parecernos doña Eva un ser raro del planeta, porque
absolutamente todos, al igual que ella, nada podríamos hacer sin energía.

Cuando, terminada la jornada, doña Eva tiene que regresar a su hogar, ojalá que no la
atajen maleantes para arrebatarle el producto de su trabajo, porque al no encontrar
apoyo de las autoridades ni amparo de la justicia lo pensará dos veces antes de
regresar a su trabajo. Nadie podría trabajar en condiciones así de inseguras y mejor ni
volver al puesto sin antes resolver lo relativo a la seguridad personal.

Doña Eva no sería nada sin energía, agua, comunicaciones y garantías. De sus
modestas actividades come, viste y paga su morada. Así sostiene su vida. Hoy doña
Eva cura sus males con té de hojas de naranjo, pero, si las cosas salen bien, algún día
podrá darse el lujo de comprarse salud con medicinas de patente. Por ahora están
primero la papa, el vestido y el abrigo, es decir lo urgente; después vendrán los lujos
como la salud, el esparcimiento y la educación de sus hijos.

Ejemplos para sentir la importancia de la energía, el agua, las comunicaciones y las


garantías sobran. Hablemos por ejemplo de un industrial extranjero que un día nos cae
por acá, como respuesta de las frecuentes e intensas promociones que sobre nuestro
país hacen alrededor del mundo desde hace décadas nuestros gobernantes. Un
inversionista viene a tomarnos la palabra, dispuesto a establecer aquí su fábrica. Le
podrían gustar, por mencionar algún lugar, las bellas extensiones de San Luis Potosí o
alguna otra parte de nuestro vasto territorio. Llega, pues, tal inversionista, sosteniendo
en una mano el extremo de un cable de corriente eléctrica, a la vez que,
enseñándonos la clavija, nos pregunta: “¿dónde me enchufo?”…

Seguro indagará más cosas: ¿Dónde está el agua? ¿Dónde la autopista para sacar los
productos hasta el Golfo de México? ¿Dónde están los puertos mismos? ¿Dónde las
líneas férreas u otras vías terrestres para distribuirlos eficientemente en el interior del
país? ¿Dónde el aeropuerto? ¿Dónde el puerto por el cual entrará la maquinaria que
para integrar su fábrica traerá de lejos, en partes de gran tamaño que no pueden
transportarse desmanteladas, sino en contenedores que sólo caben en caminos de
anchura considerable? ¿Dónde las garantías para que los productos se transporten con
absoluta seguridad hasta su destino? …

¿De quién es el paquete?

La actividad económica del país la hacemos los ciudadanos, ya sea individualmente o


agrupados en empresas chiquitas o grandotas, cada quien con sus posibilidades,
vocación y oportunidades. ¡El PIB lo hacemos las personas comunes y corrientes!

El gobierno es responsable de emprender aquellas obras cuyos beneficios extienden su


cobertura no solo a grupos de ciudadanos y empresas, sino a poblaciones enteras,
regiones y entidades federativas; el gobierno es el responsable de los servicios
públicos como la iluminación, la vigilancia, el abasto de agua, la recolección y
eliminación definitiva de la basura, el tratamiento de los desechos, la operación de los
centros de salud y otros servicios más.

No por atender los asuntos urgentes del día debe el gobierno dejar de ser previsor. Así
como está obligado a realizar los quehaceres cotidianos, está obligado a vigilar el

Especialidad: INGENIERÍA PETROLERA 25


MÉXICO 2025

horizonte, con la visión más amplia que le sea posible desarrollar, para detectar a
tiempo los vientos amenazantes y evitar que nos sorprendan convertidos en tormenta.
Y aunque no necesariamente al frente de la operación física de las cosas, el gobierno
tiene la obligación de garantizar el abasto oportuno, económico, confiable y seguro, a
corto, mediano y largo plazos, de la energía, el agua, las comunicaciones, las
garantías, la educación, la salud y demás servicios elementales que el pueblo le paga
para atender.

De todo esto una sola conclusión: si no hay energía, no hay actividad económica, ni
PIB, ni nada. Tampoco lo hay sin agua, o sin comunicaciones. Y menos sin las
garantías elementales que hacen posible la vida armónica de la sociedad. Dicho
también de esta manera: sin energía no hay agua, ni comunicaciones, ni garantías,
porque hasta para esto último se necesita ¡mucha energía!

Especialidad: INGENIERÍA PETROLERA 26


MÉXICO 2025

6. ¿PERO… HUBO ALGUNA VEZ 7%?

Si bien para las personas nacidas entre 1982 y 2006, México es un país perdedor, pues
entre marginación, desempleo, inseguridad, pobreza, ignorancia, injusticia,
insalubridad, desigualdad, hambre, éxodo, desnutrición, contaminación del aire,
contaminación de ríos y cuerpos de agua en general, analfabetismo e infinidad de
males más, todo ha sido frustración nacional durante 24 años consecutivos, los
mexicanos que tuvimos la suerte de conocer un México pujante en un pasado cada vez
más lejano, creemos que nuestro país puede, si quiere, retomar el rumbo de progreso
que perdió hace mucho. Quizás el amable lector no sepa que México fue la admiración
del mundo por varias décadas durante el siglo 20. En efecto, ante el crecimiento
económico que el país experimentaba año con año el mundo reaccionaba con un
prolongado ¡oh! y ensalzaba el milagro mexicano.

En el sexenio de Lázaro Cárdenas del Río, 1934-1940, primer periodo presidencial de


estabilidad política después de la revolución, y tras la consolidación de instituciones
medulares, el país hizo crecer su economía a razón de 4.5% cada año, en promedio.
En el sexenio de Manuel Avila Camacho, 1940-1946, el promedio de crecimiento anual
fue de 6.2%, aunque hubo un año, 1941, en que el crecimiento fue cercano a 10% y
otro, 1944, en que superó el 8%. Durante el gobierno de Miguel Alemán Valdez, 1946-
1952, el promedio anual fue de 5.8%, llegando casi a 10% en 1950. En el sexenio de
Adolfo Ruiz Cortines, 1952-1958, el crecimiento promedió 6.4% anual, pero en 1954
llegó a 10%. En el gobierno de Adolfo López Mateos, 1958-1964, el desarrollo
económico fue de 6.7% anual, alcanzando una tasa impresionante de casi 12% en
1964. Con Gustavo Díaz Ordaz Bolaños Cacho, 1964-1970, la economía creció de
manera muy uniforme con un promedio de 6.8% anual, quedando registrado ese
sexenio como el de mayor crecimiento en todo el siglo 20. Con Luís Echeverría Álvarez,
1970-1976, se tuvo un crecimiento de 6% anual y finalmente con José López Portillo y
Pacheco, 1976-1982, el crecimiento logrado fue de 6.6% anual.

En el sexenio de Miguel de la Madrid Hurtado, 1982-1988, con el que dio comienzo el


llamado neoliberalismo, el país tuvo un crecimiento de 1.5% en seis años, o sea de
0.25% anual, quedando marcado ese periodo con retrocesos de 4.2% y 3.8% anual en
1983 y 1986, respectivamente. En el sexenio de Carlos Salinas de Gortari, 1988-1994,
el país retomó su crecimiento, aunque en este caso lo hizo a un ritmo moderado de
3.8% anual. En el de Ernesto Zedillo Ponce de León, 1994-2000, el crecimiento logrado
fue de 3.6% en promedio anual, con una dolorosa caída de 6.2% en 1995. Finalmente
en los primeros cinco años del sexenio de Vicente Fox Quesada, 2000-2006, el
crecimiento promedió 1.8% anual.

Fue así como durante 48 años consecutivos, 1934-1982, el país tuvo un crecimiento
promedio de 6.1% anual, mientras que durante los últimos 23 años, 1982-2005, la
actividad económica sólo creció a razón de 2.3% anual.

Especialidad: INGENIERÍA PETROLERA 27


MÉXICO 2025

Ahora bien, ¿cuánta energía hubo detrás de aquellos impresionantes crecimientos?...

Como todo mundo sabe, después de la expropiación petrolera las compañías


extranjeras iniciaron un boicot que hizo vivir a Petróleos Mexicanos verdaderos
momentos de crisis, a pesar de los cuales, dadas las buenas administraciones de la
empresa y del país, fue saliendo adelante con sus programas de exploración que
pronto cristalizaron en descubrimientos importantes y que permitieron la
autosuficiencia energética de la Nación durante treinta y dos años consecutivos
después de la expropiación. Obviamente los patrones de consumo de energía
cambiaron con el paso de los años: disminuyó el uso de la leña y el carbón, y cobró
mayor importancia el empleo de los hidrocarburos. Los energéticos que impulsaban
aquellos crecimientos, como la gasolina y el diesel, se vendían a precios bajos, apenas
librando el costo de producción. La industria petrolera sólo tenía como misión la de
asegurar el desarrollo económico del país mediante la producción y provisión oportuna
y a bajo precio de los productos petrolíferos requeridos, dentro de un esquema de
autosuficiencia energética nacional.

En el camino sucedieron algunos inconvenientes que nunca debiéramos olvidar. Venía


siendo tan grande el crecimiento económico de México, que el consumo de energía
crecía explosivamente. Un día Petróleos Mexicanos, ante el ritmo de crecimiento del
país, verdaderamente impresionante, dejó de ser autosuficiente.
PRODUCCIÓN DE PETRÓLEO CRUDO 1938-1972
Miles de barriles diarios

500

400

300

200

100

0
1938
1940
1942
1944
1946
1948
1950
1952
1954
1956
1958
1960
1962
1964
1966
1968
1970
1972

La producción de petróleo crudo, con algunos altibajos, había pasado de 105 mil
barriles diarios en 1938 a 429 mil en 1970, multiplicándose por 4 en treinta y dos
años. Pero en 1971, a pesar de que se tenían importantes reservas petroleras, no hubo
más remedio que empezar a importar petróleo, en este caso de Venezuela.

Las reservas no podían (ni pueden) ser extraídas al ritmo deseable. Las razones
técnicas serán comentadas en el capítulo 8.

Imagínese el amable lector qué grave situación la de volverse importador de petróleo


precisamente cuando estaba iniciándose la era de los más altos precios petroleros,
nunca vistos ni imaginados hasta entonces. Gracias a que no se habían abandonado
los programas de exploración petrolera, los cuales se financiaban con recursos
provenientes de una reserva financiera que la empresa había constituido para tal fin
treinta años antes y que alimentaba puntualmente mes a mes desde entonces, al
llegar el año de crisis ya se habían conducido y terminado con éxito importantes
estudios exploratorios de geología y geofísica, regionales y locales, que permitían
dirigir la mirada hacia sitios concretos del subsuelo, muy atractivos geológicamente
aunque altamente riesgosos desde el punto de vista económico dada su gran

Especialidad: INGENIERÍA PETROLERA 28


MÉXICO 2025

incertidumbre, con la esperanza de encontrar acumulaciones petroleras importantes.


Sólo faltaba proceder a la perforación de los correspondientes pozos de exploración; y
tras una extraordinaria buena suerte, fuera de lo común en el mundo, con sólo tres
pozos exploratorios, llevados a grandes profundidades no usuales a la sazón, dos de
ellos lograron el gran descubrimiento en 1972 del Mesozoico Chiapas-Tabasco: los
pozos SitioGrande-1 y Cactus-1.

No disponiéndose de elementos suficientes para evaluar la verdadera magnitud de


aquellos hallazgos, aunque a la luz de sus fuertes caudales de producción y los
considerables espesores de roca impregnada de hidrocarburos prometían ser
cuantiosos, la empresa, decidida a no cruzarse de brazos, continuó su tenaz actividad
exploratoria y logró en 1975 el descubrimiento de petróleo en la Sonda de Campeche.

Notables descubrimientos como los de 1972 y 1975, logrados en situaciones de


angustia y que han venido a brindar a México tan extraordinaria renta económica por
tantos años, no ocurren todos los días en el mundo. El mérito de descubrirlos
correspondió a los técnicos mexicanos y a quienes en puestos administrativos,
directivos o de gobierno, apoyaron e impulsaron esos proyectos en el sexenio 1970-
1976.

En el sexenio 1976-1982 se intensificó el desarrollo de ambas áreas, de tal suerte que


para 1979 el Mesozoico Chiapas-Tabasco ya producía 1 millón de barriles diarios de
crudo ligero y al término de 1982 la Sonda de Campeche había llegado a 1 millón 700
mil barriles diarios. No sólo volvimos a ser autosuficientes sino que nos convertimos en
importantes exportadores de petróleo y con ello caímos en una trampa que vale la
pena recordar para no reincidir.

El eterno conflicto entre árabes y judíos provocó en 1973 un problema mundial del que
hoy día no salimos todavía los mexicanos. Sepa el amable lector que ese año los
árabes, cansados de la ayuda que a su juicio los Estados Unidos y otros países
desarrollados brindaban a Israel en perjuicio de los árabes, decidieron castigar al
mundo occidental suspendiendo importantes suministros de petróleo crudo. A
mediados de octubre de 1973, la Organización de Países Exportadores de Petróleo
(OPEP) bajó abruptamente el suministro de petróleo al mismo tiempo que subió 70%
el precio del crudo árabe ligero de 34° API, llevándolo en número redondos de 3 a 5
dólares el barril. Para diciembre de ese año volvió a subir el precio, pero ahora a casi
12 dólares el barril.

A estas drásticas medidas, que muchos creyeron pasajeras, siguieron otras, y al paso
de los meses aquello se convirtió en un verdadero embargo petrolero que trajo como
consecuencia una elevación continua de precios durante casi once años. Ya para enero
de 1981 el precio promedio de los crudos marcadores árabes era de 36 dólares, siendo
de 32 dólares el del árabe ligero de 34° API y de poco más de 40 dólares el del libio,
de 36° API; ¡dólares de aquellos tiempos! Los productores de petróleo eran los
mandamases del mercado: “si no me lo compras a este precio, no hay petróleo”. Era,
lo que se dice, un mercado de vendedores.

(Entre paréntesis, los crudos mexicanos de exportación son el maya o pesado de 22°
API, el istmo o ligero de 33.6° API y el olmeca o superligero de 39.3° API.)

Ante aquella grave situación, los países de la OCDE (Organización para la Cooperación
y el Desarrollo Económico, o club de ricos, al que irónicamente México ingresó en el
sexenio 1988-1994 y por lo cual paga sus cuotas puntualmente) crearon la llamada

Especialidad: INGENIERÍA PETROLERA 29


MÉXICO 2025

Agencia Internacional de Energía (AIE), con un grupo de expertos que se dedicaría a


estudiar el problema. ¿Sabe el amable lector qué recomendó la AIE, después de
profundos análisis y serias reflexiones, a los países que la formaron?... Pues cosas tan
obvias como las que recomienda la gente cuando en el mercado aumenta sin
consideración el precio de las cebollas: ¡Disminuir su consumo!... En efecto, la AIE
recomendó: 1) Disminuir el consumo de petróleo, 2) Fomentar el incremento de su
producción, 3) Promover el desarrollo de otras fuentes de energía.

Respecto de la primera medida, los países desarrollados buscaron la forma de


instrumentar programas de ahorro de energía a la mayor brevedad posible. A
sabiendas de que una proporción importante del petróleo se consume en forma de
gasolina, se metieron en serio a diseñar vehículos automotores que lograran un mayor
rendimiento del combustible. Pero en tanto estas medidas llegaban a cristalizar había
que cambiar hasta donde fuera posible algunos hábitos, como disminuir el límite de
velocidad en carreteras, no calentar demasiado las habitaciones en invierno, ni
enfriarlas mucho en verano.

Los encargados de instrumentar la segunda medida recorrieron el mundo con bolsas


repletas de dinero visitando países potencialmente productores de petróleo, como
México, para despertar su ambición, diciéndoles que expertos en la materia a través de
sesudos estudios veían venir precios del petróleo del orden de 90 a 100 dólares el
barril para la década de los noventas, al mismo tiempo que insistían en que los
poseedores de petróleo tenían que extraerlo ya, para no correr el riesgo de que se les
“pudriera” en el subsuelo ante la llegada de otras fuentes de energía que estaban bajo
análisis en importantes centros de investigación del primer mundo. Desde entonces ya
podía adivinarse que buscaban el desplome de los precios del petróleo por dos vías: la
de la disminución del consumo y la del aumento de la producción.

Pero a pesar de las insistentes voces de analistas que llamaban a la cordura, el


gobierno cayó en la trampa y México, como otros productores, incrementó
notablemente su producción, apoyado en los préstamos que le llovieron al por mayor.
Había toda la lana del mundo para quienes quisieran invertir en petróleo o hasta para
derrocharlo en otras cosas con el pretexto del petróleo. “No me lo pagues ahora, ¡ay
me lo pagas después!”

En efecto, lo hemos pagado después, pero muy caro. Aquella subida de los precios del
petróleo desató una salvaje inflación mundial que llegó a límites insospechados. Esta
inflación hizo subir las tasas de interés a niveles nunca vistos. Llegó un día en que los
países deudores, como México, sin darse cuenta, ya estaban pagando intereses de
20% anual sobre sus deudas en dólares.

Así estaban las cosas cuando una mañana de los primeros días de junio de 1981
empezaron a llegar los “telex” urgentes a la oficina del director de Petróleos
Mexicanos, procedentes de los encargados de vender el crudo mexicano en el mercado
mundial. Pedían instrucciones respecto de los precios de venta, pues otros productores
habían bajado súbitamente tres dólares al precio de su petróleo y empezaban a
recibirse amenazas de nuestros clientes de que en caso de no bajarlo nosotros
también, nadie compraría crudo mexicano.

Ante la inevitable disminución del precio, un alto funcionario del gobierno de esos
tiempos encabezó un movimiento de “indignación nacional”, diciendo por aquí y por
allá que estaba apuntando los nombres de todos aquellos que no quisieran comprar el

Especialidad: INGENIERÍA PETROLERA 30


MÉXICO 2025

crudo mexicano al precio que nosotros dijéramos, para no volverles a vender jamás ni
una gota de petróleo.

Los momentos que siguieron para México fueron verdaderamente difíciles. De repente
nadie nos compró el crudo. La situación se puso gravísima, pues para entonces el 65
por ciento del total de divisas que ingresaban a México por comercio exterior venían de
la exportación de petróleo crudo.

La cosa es que nos quedamos con los dedos entre la puerta. El precio del petróleo
continuó bajando mientras los intereses de nuestra deuda se fueron a las nubes. ¡Ya
no teníamos de dónde sacar para pagar! Nuestro peso se desplomó a pesar de aquella
famosa defensa “perruna”. Los precios del petróleo se hundieron y nos quedamos con
la deuda directa de la industria petrolera y con la indirecta, adquirida con pretexto del
petróleo. En estas condiciones realmente adversas se inició el primer sexenio
neoliberal (1982-1988).

Desde esa crisis no hemos dejado de pagar los elevados intereses que hasta hoy nos
asfixian. Los ingresos por exportación de crudo, salvo en años atípicos como 2004,
2005 y 2006, jamás han alcanzado a cubrir ni siquiera esos servicios de nuestra deuda
externa.

A raíz de la depresión económica que siguió a aquellos acontecimientos que venimos


narrando, a partir de 1982 se desplomó el consumo nacional de productos petrolíferos
y se mantuvo así deprimido hasta 1988, último año de gobierno de Miguel de la Madrid
Hurtado. La reactivación iniciada en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari, 1988-
1994, reavivó el consumo de petrolíferos. La gasolina en particular ya rebasaba en
1994 los 500 mil barriles diarios, pero con el desplome económico de 1995 su consumo
disminuyó drásticamente y no fue sino hasta 1998 cuando alcanzó de nuevo los 500
mil. Si tomáramos el consumo de gasolina como indicador de la actividad económica
diríamos que de la caída derivada del “error de diciembre” de 1994, México no se
levantó sino hasta cuatro años después, cuando retomó ese nivel de consumo.

En los últimos años del sexenio 1988-1994 el gobierno había logrado infundir gran
confianza entre la población sobre la estabilidad económica del país. Muchos individuos
y empresas adquirieron importantes financiamientos bancarios en compromisos
hipotecarios de largo plazo y tasas de interés flotantes. Sin embargo los asesinatos en
1994 de Colosio (marzo) y Ruiz Masieu (septiembre), más otros movimientos
realmente imprudentes de algunos políticos, acabaron por minar la endeble economía
nacional. Las tasas de interés que en 1994 aplicaban los bancos a sus deudores fueron
subiendo de manera exagerada a lo largo de ese año. Por poner un ejemplo, la tasa de
referencia TIIP pasó de 11% en enero a 19% en abril y a 28% en diciembre. Pero en
diciembre de 1994, de repente, apenas veinte días después de inaugurado el gobierno
de Zedillo, abruptamente se perdió la confianza en las instituciones financieras. Se
devaluó el peso y se elevaron las tasas de interés despiadadamente. Ya para marzo de
1995 la TIIP había llegado a 86% y no hubo individuo o empresa con deudas bancarias
que aguantara una situación así de grave.

Casi todo mundo quebró, y meses más tarde fueron embargadas propiedades al por
mayor. Las empresas, en la ruina, hicieron despidos masivos y cerraron sus puertas.
Gracias a su información privilegiada y probables complicidades, personajes muy
influyentes y banqueros no sólo no quebraron sino que se volvieron más ricos de lo
que ya eran. Por muchos indicios se piensa que el error de diciembre, el fobaproa y
todo lo demás, fue gestado años antes, dentro de un perverso plan trans-sexenal.

Especialidad: INGENIERÍA PETROLERA 31


MÉXICO 2025

El petróleo crudo ha llamado toda nuestra atención. ¡Nos deslumbra el dinero fácil! La
visión de estado brilla por su ausencia. Nos volvimos exportadores de petróleo crudo e
importadores de productos derivados del petróleo. Abandonamos nuestra política de
autosuficiencia energética que tantos beneficios nos trajo durante cinco décadas.
Olvidamos el valor energético del crudo y nos volvimos el hazmerreír del mundo: un
país petrolero incapaz de elaborar sus propios productos petrolíferos. Dejamos de
construir refinerías y hasta cerramos una de ellas como si las tuviéramos de sobra.
Hoy el gobierno ha aumentado su dependencia de los ingresos petroleros de manera
alarmante, al mismo tiempo que ha llevado a la quiebra financiera a nuestra empresa
petrolera, bajo el amparo de una política impositiva iniciada en 1993. Por ningún lado
asoma la intención de aprender del pasado y corregir el rumbo que hoy se sigue. El
país está expuesto a un riesgo demasiado elevado.

Especialidad: INGENIERÍA PETROLERA 32


MÉXICO 2025

7. ¡PARA PROGRESAR HACEN FALTA MUCHOS… JOULES!

Después de que en los capítulos 4 y 5 se insiste en el carácter imprescindible de la


energía, es forzoso que demos respuesta clara a una pregunta como la siguiente:
¿cuánta energía se necesita para hacer crecer nuestra economía a una tasa de por
ejemplo 7% anual?

Para contestar esta pregunta empecemos analizando, a través de las cifras disponibles,
la estrecha relación que existe entre el consumo de energía y la actividad económica.
Ya sabemos que en México no se rinde culto al registro oportuno del dato exacto de los
eventos y que los sistemas de información, cuando los hay, son de baja calidad; sin
embargo, con las limitaciones del caso, los datos disponibles nos permiten exhibir en la
siguiente gráfica las tasas de crecimiento de consumo de energía (línea fina) y las del
PIB (línea gruesa), para cada año desde 1966 hasta 2000. En esta gráfica hemos
limado las asperezas de los datos originales con promedios móviles; esto hace posible
que veamos con gran nitidez la asombrosa correlación que existe entre PIB y consumo
de energía. Ahí vemos que si sube la actividad económica, sube el consumo de energía
y que si esa actividad baja le ocurre igual al consumo.

TASAS DE CRECIMIENTO DE PIB Y CONSUMO DE ENERGÍA

12.00
10.00
8.00
6.00
4.00
2.00
-
1967

1969

1971

1973

1975

1977

1979

1981

1983

1985

1987

1989

1991

1993

1995

1997

1999

-2.00

Observemos que a diferencia de lo que ocurre en los primeros años mostrados en la


gráfica, para los que a mayor consumo de energía hay menos PIB, en los últimos años
crece más el PIB que el consumo de energía. Este comportamiento es consecuencia del
cambio tecnológico tan marcado que en materia de ahorro de energía ha tenido lugar
desde los años ochentas. En efecto, el rendimiento de los combustibles en los
automotores es cada vez mayor y hoy se gasta menos energía que antes para producir
la misma cantidad de PIB.

Especialidad: INGENIERÍA PETROLERA 33


MÉXICO 2025

Respecto del rendimiento de la energía en términos de producción, sabemos que antes


de los años ochentas los Estados Unidos y Japón consumían 1.6 barriles de petróleo
crudo equivalente (bpce) por cada 1,000 dólares de PIB y que veinticinco años
después, gracias a sus avances tecnológicos, consiguen la misma cantidad de PIB con
la mitad de energía que antes, es decir con sólo 0.8 bpce.

El actual consumo de energía de México por cada mil dólares de PIB es de 2 bpce. Sin
embargo la estrecha dependencia tecnológica que mantenemos con el exterior,
principalmente en el sector transporte, nos permite esperar una mejoría significativa al
paso de los años. De cuánto podría ser esa mejoría hacia el año 2025 no lo sabemos,
porque ello depende a su vez de lo que el país logre mejorar en el terreno económico;
pero si, por decir algo, para entonces hubiéramos mejorado nuestra eficiencia en un
cuarenta por ciento, sólo requeriríamos 1.2 bpce por cada mil dólares de PIB, o algo
similar. Una meta de mejoramiento establecida de esta manera nos permitiría formular
una regla práctica para pronosticar a brocha gorda el consumo de energía esperado
año con año desde aquí hasta entonces. Partiendo de algún año tomado como
referencia, aplicaríamos al consumo de energía una tasa de crecimiento menor que la
esperada en el PIB, de tal manera que comenzando con la intensidad energética actual
de 2.0 bpce llegáramos al año 2025 con 1.2 bpce. Ilustraremos este procedimiento con
un ejemplo, antes de aplicarlo más adelante.

Supongamos que durante un año equis tuviéramos un PIB de 600,000 millones de


dólares y un consumo de energía equivalente a 3 millones de barriles diarios de
petróleo. En tal caso necesitaríamos 1.825 barriles por cada 1,000 dólares de PIB:

(365)(3,000,000)
= 1.825
600,000,000,000
1,000

Si a partir de este valor creciera el PIB 7% en un año, para alcanzar un valor de


642,000 millones de dólares (600,000 x 1.07 = 642,000) y el consumo de energía
creciera a una tasa 2 puntos porcentuales inferior, es decir a 5% anual, para pasar de
3 millones a 3.15 millones de barriles diarios de crudo (3 x 1.05 = 3.15), entonces la
intensidad energética habría pasado de 1.825 a 1.791. Este resultado, repetimos,
significaría que mientras que en el año de referencia se necesitaron 1.825 barriles para
generar 1,000 USD de PIB, un año después bastarían 1.791 barriles para ese mismo
logro.

Este procedimiento, que ideamos con el único fin de presentar al amable lector un
método ilustrativo, lógico y sobre todo sencillo para pronosticar una cuestión tan
compleja, debe ser sin duda superado por los modelos que las diversas instituciones
del país relacionadas con la energía tienen para estimar nuestras necesidades futuras
de energía; sin embargo, en aras de la sencillez, lo seguiremos usando líneas abajo.

La unidad de energía es el joule. Cuando se tienen grandes cantidades de energía se


prefiere expresarlas en kilojoules que significan mil joules, o en megajoules que son un
millón de joules, o en gigajoules que son mil millones de joules, o en terajoules que
son un millón de millones de joules, o en petajoules que son mil millones de millones
de joules (1015 joules).

De acuerdo con la Secretaría de Energía, durante el año 2003 México consumió 6,192
petajoules (PJ), que equivalen a la energía que producen 2,893,460 barriles de

Especialidad: INGENIERÍA PETROLERA 34


MÉXICO 2025

petróleo crudo por día. De ese total, 2,391 PJ, o sea 39%, fueron consumidos por el
llamado sector energético y 3,801 PJ, o sea 61%, por todos los demás sectores del
país. Los habitantes comunes y corrientes de nuestra patria usamos esta última
cantidad de energéticos en forma de gasolinas (1,065.5 PJ), electricidad (577.4 PJ),
diesel (570.4 PJ), gas licuado (454.8 PJ), gas natural (420.5 PJ), leña (256.7 PJ),
combustóleo (123.1 PJ), turbosina (107.2 PJ), bagazo de caña (86.9 PJ), coque de
petróleo (67.5 PJ), coque de carbón (63.8 PJ) y carbón (7.5 PJ). Por lo que hace a la
electricidad, 381.6 PJ fueron generados con hidrocarburos y 195.8 PJ a partir de otras
fuentes. De esta manera los hidrocarburos tuvieron una participación total de 5,512 PJ
(89%) y las otras fuentes una de 680 PJ (11%), equivaliendo estas últimas a 318 mil
barriles diarios de petróleo crudo equivalente.

Tomaremos la cifra de 2,893,460 barriles de petróleo crudo equivalente por día


(bpced) como referencia para medir desde el año 2004 en adelante los requerimientos
de energía, de acuerdo a los incrementos del PIB mostrados en la segunda columna de
la tabla, reales de 2000 a 2005 y proyectados de 2006 en adelante.
PRONÓSTICO DE CONSUMO DE ENERGÍA

(1) (2) (3) (4) (5) (6) (7) (8) (9) (10)
(4) - (5) (6) - (8) INTENSIDAD
TASA PIB ENERGÍA OTRAS HIDROC. GAS NATURAL GAS NATURAL CRUDO ENERGÉTICA
AÑO PIB MM USD bpced FUENTES bpced MM pcd bpced bd bpce/1,000 USD

2000 509,886 2,873,366 318,000 2,365,400 4,377 875,400 1,490,000 2.06


2001 -0.3 508,357 2,841,590 318,000 2,419,800 4,389 877,800 1,542,000 2.04
2002 0.9 512,932 2,800,936 318,000 2,462,800 4,719 943,800 1,519,000 1.99
2003 1.2 519,087 2,893,460 318,000 2,522,000 4,985 997,000 1,525,000 2.03
2004 4.4 541,927 2,947,278 318,000 2,612,600 5,173 1,034,600 1,578,000 1.99
2005 3.0 558,185 2,960,836 318,000 2,627,000 5,095 1,019,000 1,608,000 1.94
2006 4.0 580,512 3,004,064 318,000 2,686,064 5,359 1,071,800 1,614,264 1.89
2007 7.0 621,148 3,138,045 318,000 2,820,045 6,618 1,323,600 1,496,445 1.84
2008 7.0 664,628 3,278,002 318,000 2,960,002 7,053 1,410,600 1,549,402 1.80
2009 7.0 711,152 3,424,201 318,000 3,106,201 7,580 1,516,000 1,590,201 1.76
2010 7.0 760,933 3,576,920 318,000 3,258,920 7,906 1,581,200 1,677,720 1.72
2011 7.0 814,198 3,736,451 318,000 3,418,451 8,286 1,657,200 1,761,251 1.68
2012 7.0 871,192 3,903,096 318,000 3,585,096 8,699 1,739,800 1,845,296 1.64
2013 7.0 932,175 4,077,174 318,000 3,759,174 9,110 1,822,000 1,937,174 1.60
2014 7.0 997,428 4,259,016 318,000 3,941,016 9,493 1,898,600 2,042,416 1.56
2015 7.0 1,067,247 4,448,969 318,000 4,130,969 10,000 2,000,000 2,130,969 1.52
2016 7.0 1,141,955 4,647,393 318,000 4,329,393 10,000 2,000,000 2,329,393 1.49
2017 7.0 1,221,892 4,854,666 318,000 4,536,666 10,000 2,000,000 2,536,666 1.45
2018 7.0 1,307,424 5,071,184 318,000 4,753,184 10,000 2,000,000 2,753,184 1.42
2019 7.0 1,398,944 5,297,359 318,000 4,979,359 10,000 2,000,000 2,979,359 1.38
2020 7.0 1,496,870 5,533,621 318,000 5,215,621 10,000 2,000,000 3,215,621 1.35
2021 7.0 1,601,651 5,780,421 318,000 5,462,421 10,000 2,000,000 3,462,421 1.32
2022 7.0 1,713,766 6,038,228 318,000 5,720,228 10,000 2,000,000 3,720,228 1.29
2023 7.0 1,833,730 6,307,533 318,000 5,989,533 10,000 2,000,000 3,989,533 1.26
2024 7.0 1,962,091 6,588,849 318,000 6,270,849 10,000 2,000,000 4,270,849 1.23
2025 7.0 2,099,437 6,882,711 318,000 6,564,711 10,000 2,000,000 4,564,711 1.20

La tercera columna muestra el PIB en millones de dólares, calculado con las tasas de la
segunda columna. La cuarta columna contiene el pronóstico de consumo de energía,
en bpce, calculado con el método explicado líneas arriba y con una tasa menor que la
del PIB a fin de llegar al año 2025 con una intensidad energética de 1.2 bpce por cada
mil dólares de PIB como se muestra en la columna 10.

En la columna 4 podemos apreciar que el consumo total de energía estimado para el


año 2025 es de 6.883 millones de barriles diarios de petróleo crudo equivalente
(bpce). Esta cantidad multiplicada por 365 días y dividida entre el correspondiente PIB
en millones de dólares mostrado en la columna 3, debidamente multiplicado por 1,000
para convertirlo en millares, nos permite obtener la intensidad energética de 1.20
mostrada en la columna 10.

Especialidad: INGENIERÍA PETROLERA 35


MÉXICO 2025

Así, de un consumo de energía de 1.94 barriles por cada mil dólares de PIB del año
2005 pasaríamos a uno de 1.2 barriles en el año 2025, implicando mayor eficiencia
energética. Esta mejoría sería la consecuencia de contar con sistemas de transporte
más eficientes, mejores plantas industriales y en general hábitos de ahorro en los
sectores residencial, comercial, público y agropecuario. Con estos resultados nuestro
ingreso per cápita habría pasado de 5,244 dólares en el año 2005, con una población
de 106.5 millones de habitantes, a uno de 16,886 dólares anuales en el año 2025, con
una población de 124.3 millones de habitantes (capítulo 3).

La participación de otras fuentes que aparece en la columna 5 es equivalente a 318 mil


bpced. Esta cifra es mantenida constante en todo el horizonte de tiempo considerado,
dado que no se vislumbra la entrada de proyectos importantes de fuentes de energía
no petroleras. La columna 6, que registra el consumo neto de hidrocarburos, proviene
de restar a la columna 4 lo relativo a otras fuentes (columna 5).

Ahora bien, para poder expresar el contenido de la columna 6 en sus componentes


elementales (crudo y gas natural) es necesaria la existencia de una política energética
que señale claramente los patrones de consumo. A este respecto hemos colocado en la
columna 7 las proyecciones de la Secretaría de Energía sobre consumo de gas natural
de 2007 a 2014 y por no existir estimaciones para los años restantes hemos dejado un
valor fijo de 10,000 millones de pies cúbicos diarios desde 2015 hasta 2025.

Vale la pena aclarar que las cifras de la columna 7 están expresadas en millones de
pies cúbicos, mientras que todo lo habíamos venido manejando en barriles de petróleo
crudo equivalente. Para pasar a barriles las cifras de la columna 7, hemos considerado
que cada 5,000 pies cúbicos de gas equivalen, en poder calorífico, a un barril de crudo.
El resultado de dividir entre 5,000 las cifras de la columna 7 lo hemos anotado en la
columna 8. La columna 9 expresa, finalmente, el consumo estimado de crudo, el cual
obtuvimos después de restar a la columna 6 el contenido de la columna 8.

Una política energética debe empezar por definir cuánto del total de hidrocarburos
mostrado en la columna 6 queremos que sea gas natural y cuánto queremos que sea
crudo. En el esquema presentado vemos que el consumo de crudo para el año 2025
sólo sería de 4.565 millones de barriles diarios porque además estaríamos
consumiendo 10,000 millones de pies cúbicos diarios de gas natural. Sin embargo, si
después de evaluar el alcance de nuestras reservas petroleras, como lo haremos en el
capítulo 8, nos percatáramos de que no tenemos suficiente gas natural para apuntalar
las intenciones de la Secretaría de Energía, y que por el contrario tuviéramos petróleo
crudo en exceso, lo prudente sería modificar la estructura del consumo, cargándonos
más al crudo que al gas natural. Un cambio así nos haría disminuir las cantidades de la
columna 7 (y por lo tanto las de la 8) a condición de aumentar las cantidades de la
columna 9. Cada vez que redujéramos en 1,000 millones de pies cúbicos el consumo
de gas natural, tendríamos que aumentar en 200 mil barriles diarios el consumo de
crudo. Sólo permanecerían sin cambio las cifras de la columna 6.

En resumen, la tabla nos señala con mucha claridad que un crecimiento de 7% anual
en el PIB elevaría progresivamente nuestro consumo de energía hasta alcanzar 4.6
millones de barriles diarios de crudo y 10,000 millones de pies cúbicos diarios de gas
natural en el año 2025. Sin esta energía no podríamos sostener un crecimiento
económico de ese tamaño.

Ahora pasemos a revisar el alcance de nuestras reservas petroleras.

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MÉXICO 2025

8. ¡PETRÓLEO HASTA P’AVENTAR P’ARRIBA!

¿De veras habrá petróleo hasta p’aventar p’arriba?... Muchos así lo creen, aunque los
informes oficiales señalen lo contrario. Y es que, como ocurre con cualquier tema, que
puede ser incomprensible para los no familiarizados con él, es seguro que en relación a
las reservas petroleras muchos hablen de ellas sin conocer su verdadero significado.
Sin embargo las reservas de hidrocarburos son algo muy sencillo de interpretar, como
se verá a continuación.

Primero comentemos que Petróleos Mexicanos clasifica los hidrocarburos que extrae
del subsuelo en básicamente dos tipos de fluidos: petróleo crudo y gas natural. El
petróleo crudo es una mezcla de hidrocarburos en estado líquido y el gas natural es
también una mezcla de hidrocarburos pero en estado gaseoso.

El petróleo y el gas natural al que se refieren las reservas, ya sea que estén
mezclados, o separados, tienen su residencia natural en el subsuelo, dentro de los
poros de aquellas rocas que por su geometría y otras características favorables llegan
a formar una trampa o sea un recipiente natural que los mexicanos llamamos
yacimiento, los franceses gisement, los gringos reservoir y otros reservorio. Estos
receptáculos naturales pueden encontrarse lo mismo a mil que a cinco mil metros bajo
tierra, aunque los hay más profundos como también muchísimo más someros.

En una especie de ultrasonido que se practica al subsuelo, como esos estudios que
permiten configurar objetivos particulares en el interior del cuerpo humano sin
necesidad de abrirlo, los exploradores petroleros detectan la presencia de receptáculos
naturales con probabilidades de estar almacenando petróleo. Si esas estructuras
geológicas realmente contienen o no hidrocarburos sólo es posible saberlo mediante
pozos que se perforen hasta las profundidades donde se ubiquen, a fin de que sean
físicamente atravesadas. En el momento en que un pozo comprueba la presencia de
hidrocarburos susceptibles de extraerse bajo condiciones económicas favorables, se
puede afirmar que en esa porción del subsuelo hay un volumen que puede ser
considerado reserva probada. El nombre de probada se le da en virtud de que la
existencia de hidrocarburos ha quedado comprobada o confirmada con tal pozo. Por
otra parte, dada la incertidumbre sobre el resto del yacimiento, al volumen de petróleo
que pudiera existir en las cercanías del pozo comprobador se le llama probable, y a lo
que pudiera estar algo más allá de donde se encuentra lo probable se le llama posible.
Una reserva probable se convierte en reserva probada sólo cuando se confirma la
presencia de hidrocarburos a través de pozos que llegan hasta esas porciones del
subsuelo.

Por poner un ejemplo, supongamos que el yacimiento se encontrara en el subsuelo del


primer cuadro de la Ciudad de México y que el pozo descubridor estuviera ubicado en
el zócalo, exactamente donde se iza la bandera nacional. En tal caso podríamos llamar

Especialidad: INGENIERÍA PETROLERA 37


MÉXICO 2025

reserva probada al volumen de hidrocarburos que siendo susceptible de extraerse


comercialmente, quedara comprendido bajo la plancha del zócalo. Por otro lado si, por
la existencia de evidencias indirectas como las anteriormente comentadas, supiéramos
que el yacimiento abarcara varias manzanas, extendiéndose hasta más allá de las
instalaciones de la Cámara de Diputados en San Lázaro, y en el supuesto caso de que
el único pozo disponible siguiera siendo el del zócalo, al volumen de hidrocarburos
recuperable que probablemente pudiera existir bajo las manzanas que ocupa el Palacio
Nacional le llamaríamos reserva probable, mientras que al volumen con probabilidades
de ser recuperado que posiblemente pudiera existir bajo el bloque que ocupa la
Cámara de Diputados se llamaría reserva posible.

No viene al caso decir hasta qué distancia de un pozo productor se encuentra lo


probable y dónde comienza lo posible; comprenderá el amable lector que de esos
criterios técnicos no nos ocuparemos aquí. Lo que sí podemos afirmar es que mientras
más alejada de un pozo productor está una porción del yacimiento, mayor es la
incertidumbre de que contenga petróleo. Otra cosa fundamental: sólo con pozos se
pueden convertir en probadas las reservas probables y posibles. “No hay mejor
geólogo que una barrena”, solemos decir los técnicos petroleros, con todo respeto,
afecto y admiración para los profesionales de la Geología.

Con estas explicaciones esperamos que esté claro que lo que llamamos reserva
petrolera no es un volumen almacenado en tanques colocados sobre la superficie del
suelo, sino un volumen a grandes profundidades del subsuelo contenido en los poros
de las rocas de los yacimientos.

Veremos ahora por qué las reservas no pueden ser extraídas al ritmo que nos plazca,
sino al ritmo que su naturaleza física lo permite, lo que en general depende de las
características de las rocas, que pueden facilitar o dificultar el flujo de hidrocarburos a
través de ellas, de las profundidades de los yacimientos, de las propiedades de los
fluidos y de las condiciones de presión y temperatura. Cuando comienza la explotación
del yacimiento se puede sacar mayor volumen por día que cuando se ha agotado la
energía natural que impulsa a los fluidos a salir de los yacimientos. La declinación
natural de la producción petrolera es un fenómeno parecido al que observamos todos
los días en otros casos de nuestra vida cotidiana. Veamos:

Un tanque de altura considerable, lleno de agua, al que se le abre un agujero en su


parte inferior, produce un chorro que alcanza una distancia horizontal significativa
según sea el tamaño del orificio. Ese chorro va alcanzando menor distancia al paso del
tiempo dado que la altura del agua dentro del tanque, que suministra la energía para
el flujo, disminuye gradualmente al avanzar el vaciamiento. Cuando el tanque está casi
vacío sólo vemos salir del orificio un hilito de agua, y ya no aquel chorrazo inicial. Así,
mientras que al principio podríamos tener un flujo de varios litros por minuto, al final
no llenaríamos ni un vaso en un día.

El mismo fenómeno se observa en una llanta de automóvil inflada, que al quitarle la


válvula produce un fuerte chorro de aire que se oye y se siente, y que a medida que la
llanta se desinfla aquel chorro se va convirtiendo en un soplido apenas imperceptible.
En el momento en que la presión del aire dentro de la llanta disminuye hasta el valor
de la presión de afuera, que es la presión atmosférica, el aire deja de fluir.

Lo mismo pasa con un yacimiento petrolero, que se “desinfla” un poco cada vez que le
sacamos algo de fluido, y que al disminuir su presión conforme avanza la explotación
aporta menos volumen por unidad de tiempo. Esa es la declinación de la producción.

Especialidad: INGENIERÍA PETROLERA 38


MÉXICO 2025

Reservas probadas

De regreso al tema de las reservas de hidrocarburos, el Informe Estadístico de Labores


2005 de Petróleos Mexicanos señala que las reservas probadas de petróleo crudo al 1
de enero de 2006 son de 11,814 millones de barriles. Como ejemplo para entender
mejor el significado de esta cifra supongamos que durante 2006 pudiéramos sostener
diariamente la producción promedio que tuvimos en 2005, que fue de 3 millones 333
mil barriles por día, caso en el cual el volumen de todo el año sería de 1,217 millones
de barriles:

⎡ barriles ⎤ ⎡ días ⎤
(3,333,000) ⎢ ⎥ (365) ⎢ = 1,216,545,000 barriles / año
⎣ día ⎦ ⎣ año ⎥⎦

Si cada año se pudieran producir estos 1,217 millones de barriles, bastarían 9.7 años
para sacar del subsuelo todo el volumen reportado como reserva probada. Pero como
no es técnicamente factible sostener constante la producción, dado el fenómeno de
declinación natural, en la práctica esa reserva se llegará a extraer en más tiempo,
aunque a ritmos mucho menores que decrecerán cada año.

Con una declinación de por ejemplo 10% anual, la producción de todo el año 2007
sería 10% menor que la que supusimos para 2006, es decir de 1,095 millones de
barriles (1,216,545,000 – 121,654,500 = 1,094,890,500). De mantenerse la misma
tasa de declinación de 10%, la producción anual de 2008 ya sólo sería de 985 millones
de barriles, la de 2009 de 887 millones, la de 2010 de 798 millones, la de 2011 de 718
millones, la de 2012 de 647 millones, etcétera. Con este comportamiento, el ritmo de
producción al año 2025 habría bajado a 450 mil barriles diarios, ya muy por abajo de
los 3 millones 333 mil barriles diarios iniciales. Por otra parte, al llegar el año 2025 se
habría sacado el 90% de la reserva probada total.

Un cálculo más preciso nos permitió construir la gráfica que presentamos abajo, la cual
muestra un ritmo de producción que declina a razón de 10% anual y que nos conduce
al paso de muchos años a la recuperación de exactamente 11,814 millones de barriles,
que es la reserva probada. Cabe aclarar que a pesar de que esta producción provendrá
de las llamadas reservas probadas, el obtenerla no será fácil, ni gratis, pues para
conseguirla será forzoso dedicar importantes recursos a la vigilancia permanente del
comportamiento de los yacimientos, al cuidado y rehabilitación de las instalaciones, y
al mantenimiento y reposición de pozos. El monitoreo constante de los campos
petroleros obligará, en muchos casos, a rediseñar los sistemas de explotación
buscando siempre su optimización.

Especialidad: INGENIERÍA PETROLERA 39


MÉXICO 2025

PRODUCCIÓN DE CRUDO ESPERADA DE LAS RESERVAS PROBADAS


(Millones de Barriles Diarios)

3.500
3.000
2.500
2.000
1.500
1.000
0.500
-
2005

2007

2009

2011

2013

2015

2017

2019

2021

2023

2025
Sin duda la producción real no se comportará exactamente como la vemos en esta
gráfica, dado que este pronóstico está basado en un cálculo volumétrico global y no en
el comportamiento individual de los yacimientos petroleros del país. Y aunque en la
práctica la producción nacional está fuertemente influenciada por las aportaciones de
yacimientos gigantes como Akal, Nohoch y Chac, que conforman el complejo Cantarell
en la Sonda de Campeche, o como Ku, Maloob y Zaap, también marinos, o como
Samaria, Jujo y Tecominoacán en tierra, no nos quede la menor duda de que la
producción real oscilará alrededor de este perfil que mostramos.

Si bien puede causar pánico enterarse de que la producción proveniente de las


reservas probadas se desploma vertiginosamente, como lo apreciamos en la gráfica,
no debe preocuparnos tanto lo que vemos, pues además de reservas probadas
también tenemos considerables volúmenes de reservas probables y reservas posibles,
las cuales explotaremos a través de pozos que en su momento perforaremos, previa
realización de amplios estudios técnicos de diversas ramas de la ingeniería. De hecho
en el acontecer cotidiano cada vez que se termina de perforar un pozo de desarrollo
que resulta productor, queda automáticamente convertida en probada una reserva que
minutos antes era sólo probable o posible.

Antes de continuar este análisis conviene comentar que la mezcla de hidrocarburos


proveniente de los yacimientos que sube por los pozos petroleros es separada en dos
corrientes una vez que llega a la superficie: 1) la fase líquida, que es la llamada
corriente de petróleo crudo, y 2) la fase gaseosa, o gas natural, que es llevada a
través de ductos hasta centros de procesamiento para ser purificada y separada en
hidrocarburos elementales (metano, etano, propano, etc.). Esta corriente de gas
natural, en su camino hacia esos centros y todavía dentro de los gasoductos,
experimenta una condensación que da origen a otros líquidos, llamados condensados,
los cuales se extraen de los gasoductos para manejarse por separado y sujetarse a
tratamientos especiales de purificación y separación en sus hidrocarburos elementales
(etano, propano, butano, etc.). El gas que por fin llega a los centros de procesamiento
sigue siendo húmedo, y en esas instalaciones le son extraídos los últimos
hidrocarburos líquidos que aún contenga.

Así pues, una parte de la corriente de gas natural que se transporta desde los campos
petroleros hasta los centros de procesamiento se condensa en los gasoductos,
mientras que la otra continúa en estado gaseoso hasta su llegada a esos centros. De

Especialidad: INGENIERÍA PETROLERA 40


MÉXICO 2025

los condensados y de los líquidos extraídos del gas natural se obtienen etano, propano,
butano y gasolinas naturales. Al final de todo el proceso a que es sometido el gas
queda como “residuo” en plantas una corriente de gas seco, también llamada gas
residual, que se compone casi exclusivamente de metano.

El gas seco es materia prima para la elaboración de productos petroquímicos como el


amoniaco, pero principalmente es combustible en hogares e industrias, incluyendo
dentro de éstas las de generación de electricidad. El etano es materia prima para la
elaboración de productos petroquímicos, mas no todo el etano que producimos se usa
para tal cosa, pues una buena parte se vuelve a inyectar a las corrientes de gas seco
para ser finalmente utilizado como combustible. El propano y butano, mezclados en
proporciones no necesariamente iguales, forman el llamado gas licuado, o gas LP, que
es uno de los energéticos más importantes de los hogares de México, como vimos en
el capítulo 4.

Todos los hidrocarburos líquidos extraíbles del subsuelo, ya sea petróleo crudo,
condensados del gas o líquidos obtenidos del tratamiento del gas húmedo, están
contabilizados en las reservas de hidrocarburos que se reportan en el Informe
Estadístico de Labores de Petróleos Mexicanos. La tabla que sigue muestra las cifras de
reservas correspondientes a 2006.

RESERVA REMANENTE DE HIDROCARBUROS AL 1 DE ENERO DE 2006

CRUDO GAS NATURAL CONDENSADO LÍQ. DE PLANTAS GAS SECO


MMb MMMpc MMb MMb MMMpc

PROBADAS 11,813.8 19,956.9 537.9 1,318.8 14,557.3


PROBABLES 11,644.1 20,086.5 166.6 1,046.5 15,246.0
POSIBLES 9,635.0 22,311.4 158.5 1,114.1 16,912.3

TOTALES 33,093.0 62,354.8 863.0 3,479.4 46,715.6

Con el afán de no confundir innecesariamente al amable lector con detalles técnicos


excesivos, a partir de aquí manejaremos exclusivamente las reservas de crudo y las de
gas natural, sin olvidar que esta última contiene importantes cantidades de propano y
butano que eventualmente se convierten en gas licuado. Con esta simplificación
disminuiremos algo la precisión respecto del balance energético, pero el concepto de
reservas de hidrocarburos que nos interesa comentar seguirá siendo bastante claro.

Reservas probables

De regreso a las reservas probables de crudo, recordemos que ellas sólo pueden ser
desarrolladas o activadas mediante la perforación de pozos y la ampliación o
construcción de nuevas instalaciones superficiales. El número de pozos requerido tiene
que ser calculado tras un análisis pormenorizado de las áreas donde tales reservas se
ubican, tomando en cuenta las características de los yacimientos, la productividad y
costo de los pozos, y el precio de venta de los hidrocarburos, entre otros aspectos.
Pemex señala, por ejemplo, en uno de sus esquemas, que para la explotación de
Chicontepec, constituido por yacimientos de baja productividad, harían falta alrededor
de 20 mil pozos.

Para tener una idea sobre la cantidad de pozos requerida imaginemos, siempre dentro
del enfoque simplista de este análisis, pero sin restar validez a los resultados
volumétricos, que cada nuevo pozo que perforáramos tuviera una producción inicial de

Especialidad: INGENIERÍA PETROLERA 41


MÉXICO 2025

500 barriles diarios y la misma declinación de 10% que resultó para las reservas
probadas. Un pozo con producción inicial de 500 barriles diarios y declinación de 10%
anual tiene la posibilidad de extraer en su vida 1 millón 772 mil barriles, de manera
que si dividimos el monto total de reservas probables, que es de 11,644 millones de
barriles, entre ese volumen extraíble por pozo, vemos que harían falta 6,570 pozos
para lograr la extracción total de tales reservas. Si fuera el caso de que cada pozo sólo
pudiera extraer la mitad del volumen citado, entonces requeriríamos 13,140 pozos, es
decir el doble. Y si, por el contrario, cada pozo extrajera el doble de lo que supusimos
originalmente, entonces, obviamente, se requerirían 3,285 pozos.

Ahora bien, la perforación de estos pozos no podría hacerse masivamente aunque


dispusiéramos de los medios físicos y financieros requeridos para ello, ya que, en
tratándose de reservas probables, las actividades de desarrollo están condicionadas a
la realización previa de diversos estudios técnicos que en su momento llevan a cabo
profesionales de prácticamente todas las especialidades petroleras y al éxito de
perforaciones previas, dentro de un proceso que en conjunto requiere de considerable
tiempo. Si, por ejemplo, perforar esos pozos y construir las instalaciones superficiales
que hicieran falta nos tomara diez años, significaría, grosso modo, que cada año
perforaríamos 657 pozos (6,570/10 = 657) para obtener una producción fresca anual
de 329 mil barriles diarios en cada ocasión (657 pozos por 500 barriles diarios por
pozo = 328 mil 500 barriles diarios).

Si esta actividad la comenzáramos en el año 2006, los primeros 657 pozos que
perforáramos habrían aportado al final del periodo una producción fresca de 329 mil
barriles diarios, la cual, en razón de la declinación, bajaría a 296 mil barriles diarios al
terminar el año 2007, a 267 mil barriles diarios al terminar el año 2008, a 241 mil
barriles diarios al terminar el año 2009 y así sucesivamente cada año. Si
superpusiéramos las producciones esperadas de cada uno de estos grupos de 657
pozos, tendríamos una producción conjunta semejante a la que se muestra en la
gráfica de abajo, cuyo pico de producción llegaría a 2 millones 158 mil barriles diarios
al terminar el año 2015.
PRODUCCIÓN DE CRUDO ESPERADA DE LAS RESERVAS PROBABLES
(Barriles diarios)

2,400,000
2,000,000
1,600,000
1,200,000
800,000
400,000
0
2005
2006
2007
2008
2009
2010
2011
2012
2013
2014
2015
2016
2017
2018
2019
2020
2021
2022
2023
2024
2025
2026

Conseguir una producción adicional como esta, que proviene en su totalidad de las
reservas hoy probables y que rebasa los 2 millones de barriles diarios en tan sólo diez
años habiendo partido de cero, sería una proeza no muy común de lograr en el mundo,

Especialidad: INGENIERÍA PETROLERA 42


MÉXICO 2025

sobre todo por la gran dispersión geográfica en la que se ubican nuestras reservas y
por el amplio abanico de sus características físicas.

CAPACIDAD DE PRODUCCIÓN DE CRUDO


R E S E R V A S P R O B A D A S Y P R O B A B LE S
Millones de Barriles Diarios
4.000
3.500
3.000
2.500
RESERVAS
PROBABLES
2.000
1.500
RESERVAS
1.000 PROBADAS

0.500
-
2005

2007

2009

2011

2013

2015

2017

2019

2021

2023

2025
Los comportamientos de producción proyectados de ambas reservas, probadas y
probables, colocados en una misma gráfica, nos permiten ver una posibilidad de que
podamos sostener por algún tiempo nuestra capacidad de producción en el nivel
actual.

Reservas posibles

El desarrollo de las reservas posibles toma más tiempo aún, pues dado que estas
reservas están condicionadas a la existencia de las probables, sus correspondientes
proyectos de inversión requieren plazos de maduración más largos.

Si estas reservas se desarrollaran en catorce años a partir de 2007, o sea que las
activáramos a razón de 688 millones de barriles por año (9,635/14 = 688), con lo cual
se perforarían 388 pozos por año, para un total de 5,437 pozos, cada uno con el
mismo ritmo de producción inicial, supuesto en 500 barriles por pozo, entonces
estaríamos incorporando al final de 2007 una producción fresca de 194,000 barriles
diarios y otra igual para 2008, y lo mismo para 2009, y así siguiendo hasta el año
2020, de manera semejante a como lo supusimos para el caso de las reservas
probables, hasta alcanzar un pico de 1.514 millones de barriles diarios de producción
fresca en 2020.

Especialidad: INGENIERÍA PETROLERA 43


MÉXICO 2025

RITMO DE PRODUCCIÓN DE CRUDO


R ESER V A S PR O B A D A S, PR O B A B LES Y POSI B LES
( M i ll o nes d e b ar r i l es d i ar i o s)

3.500
3.000 Re
ser
vas
2.500 pro
bad
as
2.000
1.500 es
abl
rob s
1.000 p osible
vas vas p
eser Reser
R
0.500
-

2015

2025

2030
2005

2010

2020
La aportación conjunta de las reservas probadas, probables y posibles podría hacer
que la capacidad total de producción de crudo se incrementara gradualmente hasta
alcanzar 4.5 millones de barriles diarios al finalizar el año 2015, para declinar sin
remedio e inexorablemente después de esa fecha.

CAPACIDAD DE PRODUCCION DE CRUDO


R ESER V A S PR O B A D A S, PR O B A B LES Y PO SIB LES
( M i l l o ne s de B a r r i l e s D i a r i os)

5.0

4.0

3.0 POSIBLES

PROBABLES
2.0

1.0 PROBADAS

0.0
2005

2010

2015

2020

2025

Aún sin que en la práctica llegaran a efectuarse los desarrollos de las reservas
probables y posibles al ritmo aquí supuesto, esta gráfica nos da una buena idea de lo
que podríamos esperar de nuestras reservas de petróleo crudo. Sin embargo el
verdadero alcance de esta capacidad de producción debería ser analizado a la luz de
nuestros requerimientos energéticos, los cuales se derivan a su vez de los planes de
desarrollo económico del país, caso que abordaremos en el siguiente capítulo.

Reservas de gas natural

El gas natural en los yacimientos se encuentra por lo general disuelto dentro del crudo.
A este tipo de gas se le llama gas asociado al crudo, o simplemente gas asociado. Al
gas natural es común encontrarlo también solo, en los yacimientos que llamamos de
gas no asociado. En México hay yacimientos de este último tipo en las cuencas de
Especialidad: INGENIERÍA PETROLERA 44
MÉXICO 2025

Burgos, Papaloapan y Macuspana, así como en algunos yacimientos del sur de


Veracruz, norte de Chiapas y formaciones geológicas terciarias del litoral marítimo de
Veracruz, Tabasco y Campeche.

Las reservas probadas remanentes de gas natural al 1 de enero de 2006 ascienden a


19,956,900,000,000 pies cúbicos, cifra que suele escribirse como 19,957 MMMpc
(miles de millones de pies cúbicos), donde cada M equivale a mil. En los Estados
Unidos leerían esta cantidad como 19,957 “billones” de pies cúbicos, o 19,957 bcf
(billion cubic feet), puesto que para ellos “un billón” es “mil millones” y no “un millón
de millones” como lo es para nosotros. Pero en fin ¿para cuánto alcanza una reserva
de ese tamaño?...

El promedio de producción de gas natural registrado durante 2005 fue de 4,818


millones de pies cúbicos diarios. De sostenerse este ritmo durante 365 días,
acumularía un total de 1,759 MMMpc:
(4,818,000,000)(365) = 1,758,570,000,000

Si esta producción se pudiera mantener constante de manera indefinida, las reservas


probadas se agotarían totalmente en poco más de once años. Pero en la práctica las
reservas tardarán mucho más tiempo en ser extraídas, aunque a un ritmo que
decrecerá año con año, dado el fenómeno de declinación explicado previamente.

De desarrollarse las reservas probables en diez años a partir de 2006 y las posibles en
catorce años a partir de 2007, podríamos esperar comportamientos de producción
como los mostrados en la gráfica de abajo, donde vemos que del desarrollo de las
probables podemos esperar una producción fresca que habiendo partido de cero
supere los 3 mil millones de pies cúbicos en el año 2015 y de las posibles con
prácticamente el mismo comportamiento pero con el pico en el año 2020. De nuevo
aclaramos que éstas no serán proezas fáciles de realizar.
RITMO DE PRODUCCIÓN DE GAS NATURAL
R ESER V A S PR O B A D A S, PR O B A B LES Y PO SIB LES
( M ill o nes d e p ies cúb ico s d iar i o s)

5,000
Res
4,000 erv
as pro
bad
as
3,000 Res
erv as p
o sibl
2,000 ab
les es
b
s pro
1,000 va
ser
Re

0
2005

2010

2015

2020

2025

2030

Si superponemos los tres comportamientos en una misma gráfica podremos observar


que la producción global podría llegar a alcanzar 7,850 millones de pies cúbicos diarios
en el año 2015.

Especialidad: INGENIERÍA PETROLERA 45


MÉXICO 2025

CAPACIDAD DE PRODUCCIÓN DE GAS NATURAL


R ESER V A S PR OB A D A S, PR OB A B LES Y POSIB LES
( M ill o nes d e Pies C úb i co s D iar io s)

9,000
8,000
7,000
6,000
5,000 Reservas posibles

4,000
Reservas probables
3,000
2,000 Reservas probadas
1,000
0

2007

2011

2013

2017

2021

2023

2025
2005

2009

2015

2019
Aunque el comportamiento de la producción de gas natural mostrado en esta gráfica es
semejante al que antes obtuvimos para el crudo, debemos esperar que no sea así en la
realidad, porque los yacimientos son diferentes unos a otros, con distintas
proporciones de gas disuelto dentro del crudo, y además, porque según las cifras
oficiales hay una buena cantidad de yacimientos de gas no asociado cuya explotación
es totalmente independiente de los yacimientos de crudo.

Y aunque nuestro balance de materia es perfecto, no hay duda de que el perfil real
será diferente al mostrado aquí, ya sea con una joroba más elevada seguida de una
mayor declinación, o con una joroba de menor intensidad y declinación menos
pronunciada. Pero cualquier variación no hará cambiar de manera significativa el
panorama.

En resumen, con un esquema de desarrollo como el que aquí escogimos a manera de


ejemplo, podríamos llegar a alcanzar los valores máximos de producción en el año
2015, de 4.5 millones de barriles diarios de crudo y 7,850 millones de pies cúbicos
diarios de gas natural.

Pero las preguntas siguen en el aire: ¿Es esto mucho, poco o nada?... ¿Se pueden
desarrollar así de fácil las reservas, a estos ritmos?... El amable lector encontrará las
respuestas en el siguiente capítulo.

Especialidad: INGENIERÍA PETROLERA 46


MÉXICO 2025

9. EL QUE BUSCA, ENCUENTRA

En este capítulo nos concretaremos a revisar el alcance de nuestras reservas


petroleras a la luz de los requerimientos energéticos del país, para un crecimiento
económico de 7% anual.

Antes de continuar sería bueno que recordáramos que en 1971 nos convertimos en
importadores de crudo a pesar de tener reservas abundantes, del orden de 20 veces la
producción de un año de aquellos. Si bien hoy las reservas son relativamente mayores
que las de entonces, del orden de 30 veces la producción de un año, no olvidemos que
tales reservas se encuentran aún en los poros de las rocas a kilómetros bajo tierra
(capítulo 8).

Sin más preámbulos pasemos a comparar nuestra capacidad de producción esbozada


en el capítulo 8 con el perfil de requerimientos que obtuvimos en el capítulo 7. Esta
comparación la podemos apreciar en la elocuente gráfica de abajo, que nos hace ver
que a partir del año 2021 podríamos no tener petróleo para satisfacer nuestros
requerimientos de energía y que, a menos que para entonces ya hubiéramos
descubierto y desarrollado reservas frescas, podríamos convertirnos en importadores
de petróleo.

C A P A C ID A D D E P R O D UC C IÓN Y R E Q UE R IM IE N T O S D E C R UD O
( M illo ne s de ba rriles dia rio s )

5.000
S
TO
IEN
4.000 IM
ER
QU
RE

3.000 Reserv
as prob Res
ables erva
s p o si
2.000 bles

Reservas
probadas
1.000

-
2007

2009

2013

2017

2019

2023
2005

2011

2015

2021

2025

Si las reservas posibles no pudieran ser desarrolladas como lo supusimos en el capítulo


8, situación con probabilidades de ocurrir por razones tanto financieras como técnicas,
entonces estaríamos en serios apuros desde el año 2018.

Especialidad: INGENIERÍA PETROLERA 47


MÉXICO 2025

Pero si ni las reservas probables, que son las que tienen mayores probabilidades de
existir después de las probadas, fueran susceptibles de desarrollarse como lo dijimos
antes, entonces podríamos estar en graves aprietos a partir del año 2011.

El que la producción esté hoy bastante arriba de los requerimientos energéticos nos
puede hacer creer nadamos en la abundancia y que podemos exportar impunemente
todo el petróleo que “nos sobra”. Ante el respiro que nos da esta holgura sería mejor
mantener otra actitud porque, como veremos líneas abajo, podríamos no alcanzar a
realizar la extraordinaria proeza que en materia de exploración y desarrollo de campos
se nos exigirá en breve y en tal caso nuestra soberanía energética el riesgo de
desaparecer.

En la gráfica del gas podemos apreciar que ni juntando las producciones provenientes
de las reservas probadas, probables y posibles alcanzaremos a satisfacer nuestros
requerimientos energéticos de ningún año, ni siquiera las necesidades de hoy mismo.
Muy grave situación, porque al apostarle fuerte al gas como fuente de energía sin
tener las reservas suficientes, hemos depositado en extraños la posibilidad de alcanzar
nuestras metas de desarrollo económico, condenándonos a depender peligrosamente
del exterior, bajo las conveniencias, exigencias y caprichos de nuestros posibles
abastecedores.
C A P A C ID A D D E P R O D UC C IÓN Y
R E Q UE R IM IE N T O S D E G A S N A T UR A L
( M illo nes d e p ies cúb ico s d iar i o s)

12,000
REQUERIMIENTOS
10,000
8,000
6,000 Reserv
as posi
bles
4,000 Reserv
as probab
les
2,000 Reservas pr
obadas

-
2004

2006

2008

2010

2012

2014

2016

2018

2020

2022

2024

Ante este triste panorama estamos obligados a revisar con mucha seriedad las
pretensiones oficiales respecto del gas natural, pues las metas de crecimiento
económico serían más difíciles de alcanzar si no se sustentaran en una fuente de
energía que realmente tuviéramos. Apoyarnos más en el petróleo crudo no significaría
cruzarnos de brazos y olvidarnos para siempre del gas natural. Por una vez debiera
pasar a segundo término nuestro interés por los crudos pesados y en lugar de ello
proponernos de verdad destinar importantes inversiones a la prospección de
yacimientos de fluidos ligeros de acuerdo a las siguientes prioridades: 1) gas no
asociado; 2) gas y condensado; 3) aceite volátil; y 4) aceite ligero. Los yacimientos de
este tipo contienen, obviamente, mayores cantidades de gas asociado que los de
aceite pesado. Si los buscamos con perseverancia los encontraremos, y con su
desarrollo podremos ir apuntalando sólidamente algunas expectativas de crecimiento
económico basadas en el gas natural. Por lo pronto las reservas disponibles de gas
debieran destinarse exclusivamente al consumo doméstico (“doméstico” en la
connotación mexicana del término, o sea algo relacionado con los hogares) y las
reservas de crudo desarrollarse de manera que el perfil de producción se apegue al

Especialidad: INGENIERÍA PETROLERA 48


MÉXICO 2025

perfil de requerimientos energéticos de largo plazo, una vez ajustados los patrones de
consumo de gas y crudo.

Le diremos ahora al amable lector en qué se funda nuestro temor de que no se puedan
alcanzar los perfiles de producción derivados de las reservas probables y posibles en
los volúmenes esbozados líneas arriba:

RESERVA REMANENTE DE CRUDO AL 1 DE ENERO DE 2006, MM-BARRILES

PROBADAS PROBABLES POSIBLES TOTALES

Cantarell 5,279 1,434 1,202 7,915


Ku-Maloob-Zaap 1,827 2,679 1,146 5,652
Abkatún-Pol-Chuc 592 261 270 1,123
Litoral de Tabasco 420 480 751 1,651
Bellota-Jujo 939 233 6 1,178
Cinco Presidentes 187 79 108 374
Macuspana 33 43 16 93
Muspac 157 33 99 289
Samaria-Luna 1,493 189 262 1,944
Burgos 0 0 1 1
Poza Rica-Altamira 881 6,210 5,773 12,864
Veracruz 7 4 1 12
11,814 11,644 9,635 33,093

Por el lado del crudo, tales reservas están concentradas en el área PozaRica-Altamira
de la región Norte, en lo que conocemos como Chicontepec, y en las regiones marinas
de Campeche. De su desarrollo esperaríamos elevar la producción de la región Norte a
un millón 900 mil barriles diarios en menos de diez años, lo que implicaría perforar
entre 20 mil y 40 mil pozos de baja productividad. Es evidente que una proeza así no
es nada fácil de realizar en tan corto plazo.

PRODUCCIÓN DE CRUDO PROVENIENTE DE LAS RESERVAS


PROBABLES Y POSIBLES, POR REGIÓN
( M illo nes d e b ar r iles d iar io s)

2.000 Norte
1.750
1.500
na s
1.250 Mari
1.000
0.750
0.500
0.250 Sur
0.000
2005

2009

2011

2013

2015

2019

2023

2025
2007

2017

2021

Por cuanto al gas natural, para el año 2015 la región norte debería estar aportando
4,700 millones de pies cúbicos diarios, volumen que provendría en más de 80% del
área PozaRica-Altamira y el resto de Burgos y Veracruz.

Especialidad: INGENIERÍA PETROLERA 49


MÉXICO 2025

PR O D U C C IÓN D E GA S PR OV EN IEN T E D E LA S R ESER V A S


PR OB A B LES Y POSIB LES, POR R EGIÓN
( M il lo nes d e p ies cúb ico s d iar io s)

5,000 Norte
4,000
3,000
2,000
1,000 Otras
-

2009

2025
2005

2007

2011

2013

2015

2017

2019

2021

2023
Como se puede apreciar el reto es enorme desde donde se le quiera ver, y más vale
que lo enfrentemos dentro de una gran cruzada nacional encabezada por el Gobierno
Federal.

RESERVA REMANENTE DE GAS NATURAL AL 1 DE ENERO DE 2006, MMM-PIES CÚBICOS

PROBADAS PROBABLES POSIBLES TOTALES

Marina Noreste 4,190 1,231 768 6,189


Marina Suroeste 2,246 1,167 2,258 5,671
Sur 8,556 1,840 1,044 11,440
Norte 4,964 15,849 18,242 39,055

19,957 20,087 22,311 62,355

En relación con la energía hemos dejado crecer una increíble vulnerabilidad gestada
hace años. Los Estados Unidos, que nos compran casi la totalidad del crudo que
exportamos, son hasta hoy, según ellos, muy buenos vecinos de nosotros. ¿Qué tal
que un día dejaran de ser los amigos que dicen ser y de repente nos dijeran “a partir
de hoy no te compro tu petróleo”…? ¡Qué descalabro nos causarían por el lado de las
divisas! ¡Pero qué daño más terrible recibiríamos cuando al obligarnos a cerrar la
producción de crudo quedara automáticamente cerrada nuestra producción de gas
natural, que es asociado en elevada proporción! ¿Y qué tal si cerrando el círculo
perverso, después de decirnos “no te compro tu petróleo” nos dijeran “y tampoco te
vendo gas”…?

Quizás algunos de los amables lectores consideren exageradamente grandes las cifras
de consumo que pronosticamos para 2025, de 4.6 millones de barriles diarios de crudo
y 10,000 millones de pies cúbicos diarios de gas natural, o sea 6.6 millones de barriles
de petróleo crudo equivalente por día. Si nos apartamos del caso determinista que
venimos tratando, para entrar al probabilista, y tomamos en cuenta que no sabemos
cuáles serán las tasas de crecimiento económico, ni cuáles los logros de los programas
de ahorro de energía, ni cuáles las tasas de crecimiento demográfico, encontraríamos
que para el año 2025 podríamos estar consumiendo cualquier cantidad entre 4
millones y 12 millones de barriles de petróleo crudo equivalente por día. Los consumos
pronosticados son realmente modestos y hasta ridículos comparados con los consumos
actuales de otros países. Por ejemplo, y para no ir más lejos, hoy mismo los Estados
Unidos están consumiendo 22 millones de barriles diarios de crudo y 63 mil millones de
pies cúbicos diarios de gas. Cada estadounidense consume 8 veces de crudo y 16
veces de gas lo que cada mexicano, y en otras fuentes de energía como la nuclear,
carbonífera e hidráulica mejor ni hablar porque ellos consumen mucho y nosotros
prácticamente nada. Mientras el sueño, o pesadilla, de nuestros gobernantes se
Especialidad: INGENIERÍA PETROLERA 50
MÉXICO 2025

estancó en una tasa mágica de crecimiento económico de 7% anual que nos llevaría a
consumir los minúsculos volúmenes señalados, para ese mismo año (2025) nuestros
vecinos del norte estarán consumiendo algo así como 33 millones de barriles diarios de
crudo y 100 mil millones de pies cúbicos diarios de gas.

Es fácil demostrar que de mantenerse nuestra actual política petrolera sólo podríamos
llegar autosuficientes al año 2025 con otros 12 mil millones de barriles de crudo. Y si
en el caso del gas quisiéramos ser autosuficientes desde hoy hasta ese año,
necesitaríamos 43,000 MMMpc, aparte de las reservas actuales. En nuestras
actividades de exploración y producción no podremos posponer más la marcha a las
aguas profundas, donde mejoran las expectativas. Lástima que también en esto el
destino nos haya alcanzado desprevenidos y vacíos de experiencia. Lo que hoy se está
haciendo en esta materia, que es loable, no nos aportará el primer barril en menos de
una década. Realmente estos trabajos debimos empezarlos hace más de veinte años.

En fin, lo comentado en este capítulo no es precisamente lo más aterrador de nuestro


panorama energético. La parte que sigue es quizás peor (capítulo 10).

Especialidad: INGENIERÍA PETROLERA 51


MÉXICO 2025

10. “¡SE AHOGARÁN EN SU PETRÓLEO!”

¿Se fijó el amable lector que en el capítulo 4, cuando nos referimos a los energéticos
que mueven a México, nunca mencionamos al petróleo como tal? Ahí hablamos de
gasolina, diesel, gas natural, gas licuado, combustóleo, kerosina, electricidad, leña,
bagazo de caña y coque, y nunca apareció el petróleo por ningún lado. Y es que el
petróleo por sí mismo no es energético, ni sirve para nada. Es como si al ver el mar
exclamáramos ¡cuánta energía hidráulica!

Por el sólo hecho de tener petróleo “no la haremos”, porque para convertirlo en
energético hay que refinarlo.

De publicaciones oficiales de Petróleos Mexicanos sabemos que a raíz de la


expropiación petrolera, el embajador de los Estados Unidos en México, aquel famoso
diplomático en mangas de camisa, llegó a decir: “los mexicanos se ahogarán en su
petróleo”. Es que para 1938 ya era común agregarle a la gasolina automotriz una
sustancia antidetonante que elevaba a bajo costo su octanaje, llamada tetra etilo de
plomo (TEL), y su venta a México había sido suspendida con el único fin de hacer
fracasar la expropiación.

En aquel tiempo el TEL, “un producto bélico estratégico, se había convertido en


prioritario para las economías mundiales…” La gasolina que producían nuestras
refinerías era de 40 octanos, mientras que el octanaje mínimo para uso automotriz en
México era de 57. De las opciones disponibles para preparar gasolinas apropiadas
nuestra opción era la del TEL, pero todos los intentos del gobierno de México por
conseguir el producto habían resultado infructuosos. De nada valió la gestión directa,
personal, en Estados Unidos, de don Eduardo Suárez, Secretario de Hacienda y de don
Efraín Buenrostro, Secretario de Economía Nacional.

El entonces Gerente General de Petróleos Mexicanos, ingeniero Vicente Cortés Herrera,


muy preocupado por tal situación de emergencia, derivada del agotamiento acelerado
de las provisiones y de no estar resultando económicamente favorables las medidas
temporales que para tal caso se habían instrumentado, tuvo que decirle al general
Cárdenas: “Señor presidente: si no tenemos tetraetilo de plomo; si no conseguimos a
alguien que lo haga; a alguien que nos lo venda; o la forma de sacarlo de algún lado,
hay que dar marcha atrás en la expropiación. Tenemos que hacer un convenio con los
gringos, como ellos quieran, en sus condiciones, porque de otra forma se paralizará el
país.”… ¡Qué tal eso, teníamos el petróleo pero no el energético!

Aunque no sea el momento de hablar de las circunstancias de su vida, que finalmente


lo colocaron en la posición de brindar a la patria un servicio que no le hemos
reconocido lo suficiente, debemos hablar del ingeniero químico Teófilo García Sancho
Chacón, con estudios de doctorado en química realizados en Alemania, nacido en

Especialidad: INGENIERÍA PETROLERA 52


MÉXICO 2025

Guadalajara el 3 de febrero de 1901, que apareció en escena en esos momentos


críticos. Bajo su dirección, y con la participación decidida de autoridades y técnicos, se
inició la construcción de una planta confidencial para producir TEL.

El 28 de abril de 1939 Pemex solicitó la autorización del gobierno para construir una
planta experimental de “tratamiento de gasolinas”. El 13 de junio obtuvo tal
autorización. El 14 de septiembre quedaron listas varias instalaciones de la planta. El
22 de octubre el ingeniero Vicente Cortés Herrera telegrafió al presidente de la
república, de gira en Campeche, para comunicarle que la planta había empezado a
producir tetraetilo de plomo. ¡Qué fácil fue entonces, estando todo tan difícil!...

El 4 de noviembre el presidente de la república inauguró oficialmente la PC-1 (Planta


Confidencial 1) y con esto el joven ingeniero García Sancho había logrado romper el
monopolio de la Ethyl Corporation.

Dicen que cuando los funcionarios de la Shell se enteraron de que México estaba
construyendo esa planta, prometieron, burlonamente, beberse cada gota de tetraetilo
que los mexicanos produjeran. Pero meses después de la inauguración de esa planta
se presentaron funcionarios de la Ethyl Corporation en la casa del ingeniero García
Sancho para ofrecerle un ventajoso contrato en Estados Unidos, que él rechazó. El 29
de agosto de 1940 se registró una severa explosión en la PC-1 y siempre se pensó “en
la intervención de una misteriosa mano experta”.

Esa planta, “legítimo orgullo de la industria petrolera nacional”, como lo dijera don
Efraín Buenrostro, Director General de Pemex durante el gobierno de Manuel Avila
Camacho, volvió a funcionar en febrero de 1942, aunque se cerró en 1953. En 1964 el
presidente Adolfo López Mateos inauguró en Pajaritos el complejo industrial Tetraetilo
de Plomo, S. A., integrado con socios mexicanos y estadounidenses.

Recomendamos al amable lector volver a leer el capítulo 6, donde le narramos los


logros del país en materia económica durante varias décadas del siglo 20. Ahí percibirá
que además de la preocupación por conseguir la materia prima estaba la de su
transformación en energéticos; por eso nunca se descuidó la construcción de
refinerías.

Al amanecer del siglo 20 operaban en México refinerías en Papantla y Tampico, de


capacidades muy modestas desde luego. En 1906 fue construida la refinería de
Minatitlán; en 1928 la de Ciudad Madero; y en 1933 la de Azcapotzalco. Después de la
expropiación petrolera en 1938, a Petróleos Mexicanos le tocó reconstruir la refinería
de Azcapotzalco en 1945, construir la refinería de Poza Rica en 1946, reacondicionar la
refinería de Ciudad Madero en 1947, construir la refinería de Salamanca en 1947,
construir la refinería de Reynosa en 1955, remodelar la refinería de Minatitlán en 1956,
construir la refinería de Tula en 1976, construir la refinería de Cadereyta en 1977 y
construir la refinería de Salina Cruz en 1979. ¿Se da cuenta el amable lector de esa
urgencia? ¡Tres refinerías en la década de los setentas!... Así lo reclamaba el desarrollo
del país.

Pero a partir de entonces algo grave ocurrió en México. Entre 1979 y 2006, año de
este trabajo, o sea durante veintisiete años, no se ha vuelto a construir una refinería
más. No sólo eso: en 1989 se cerró la refinería de Poza Rica; en 1990 se cerró la
refinería de Reynosa; y en 1994 se cerró la refinería de Azcapotzalco. A propósito,
quitamos esta última y no se aminoró la contaminación del Valle de México.

Especialidad: INGENIERÍA PETROLERA 53


MÉXICO 2025

Es cierto que entre 1982 y 2005 se hicieron diversas ampliaciones y obras de


mejoramiento al sistema de refinerías pero, entre las altas y las bajas, nuestra
capacidad de refinación apenas pasó de 1.2 a 1.3 millones de barriles diarios, sin que
nadie advirtiera que nos volvíamos peligrosamente deficitarios en la producción de
refinados y gas licuado. En el capítulo 12 nos enteraremos de las desastrosas
consecuencias económicas de esta política ilógica para un país petrolero que no
elabora ni siquiera los productos petrolíferos de su propio consumo.

PRODUCCIÓN Y CONSUMO DE PETROLÍFEROS Y GAS LICUADO


Miles de barriles diarios

1,800 o
sum
Con

1,500 ción
duc
Pr o

1,200

900
1980

1984

1986

1988

1992

1994

1996

2000

2002

2004
1982

1990

1998
De acuerdo con nuestras estimaciones del capítulo 7, lograr un crecimiento de 7%
anual nos llevará a consumir casi cinco millones de barriles diarios de productos
petrolíferos en el año 2025, de manera que nuestra capacidad de refinación deberá ser
3.5 veces la actual si queremos ser autosuficientes. De construir refinerías semejantes
a las seis que tenemos actualmente, cuya capacidad de proceso efectiva es en
promedio de 217 mil barriles diarios, necesitaríamos llegar al 2025 con 21 refinerías
como esas, lo que significaría estrenar ¡DOS REFINERÍAS CADA TRES AÑOS! Sólo así
podríamos asegurar un crecimiento económico de 7% bajo un esquema de
autosuficiencia energética.

Si no lo hacemos así, no habrá energía. Y sin energía no habrá crecimiento. Y sin


crecimiento económico pero sí demográfico, agárrense, porque no habrá forma de
crear el famoso millón de empleos anuales y México llegará a 2025 no sólo más pobre,
sino sumido en espantosos problemas sociales entre decenas de millones de
desocupados, hambrientos y desesperados.

Especialidad: INGENIERÍA PETROLERA 54


MÉXICO 2025

11. ¡NO-SE-PUEDE! ¡NO-SE-PUEDE!

Si no podemos ser ricos, cuando menos podríamos aspirar a dejar de ser tan pobres.
Primero desterremos para siempre la costumbre de gritar a los cuatro vientos ¡NO-SE-
PUEDE! ¡NO-SE-PUEDE! cada vez que de justificar incumplidas promesas de campaña
se trata, so pretexto de que el poder legislativo no hace esto o aquello. Quisiéramos
saber qué “reforma energética” se necesitó para lograr el impecable manejo energético
del país durante medio siglo veinte (capítulo 6) y sin disponer de cuantiosos recursos
como los que hoy ingresan por la venta de hidrocarburos.

Concretamente y sin más demora necesitamos iniciar la construcción de refinerías. Los


estudios técnico-económicos disponibles bastan y sobran para decidir su ubicación,
aunque bien podríamos empezar por la refinería de Campeche, de envidiable posición
geográfica, para detonar el desarrollo de esa región tan pobre y de paso dejar de
pasear el crudo por el territorio nacional; o por la refinería de Yucatán, o por la de
Tabasco, o por la de Chiapas, o por la de…

La ubicación de una refinería se puede resolver, esa sí, en 15 minutos, en una junta de
nivel adecuado, y al mismo tiempo que decidir dónde ponerla se pueden fijar los
detalles de construcción de las obras de captación y transporte de agua, de oleoductos
y poliductos, de carreteras y líneas ferroviarias, así como de escuelas y hospitales. Las
firmas de ingeniería pueden hacer excelentes diseños optimizados de suministros y
servicios en poco tiempo.

El sitio seleccionado se convertirá en breve en un polo de desarrollo con imán para


descongestionar otras ciudades. Una refinería, sus propios trabajadores y las empresas
proveedoras de bienes y servicios, suelen derramar enormes beneficios en las
comunidades circundantes y distribuir bienestar entre más gente. Una refinería, desde
su construcción, es un gran detonador del desarrollo económico. Y si eso se logra con
una, imaginémonos con dos refinerías cada tres años.

¿Que de dónde saldría la lana? ¡Fácil! Los ingresos petroleros de once años, tan solo
por exportación de crudo, suman la increíble cantidad de 150 mil millones de dólares,
más que suficientes para hacer milagros: un segundo, tercero, o más pisos de
infraestructura energética del país con cien refinerías completamente integradas y
dotadas de acueductos, oleoductos, poliductos, carreteras y vías férreas; una red
nacional de sesenta mil kilómetros de autopistas; un conjunto de cincuenta
aeropuertos como el fallido atenquense; y cosas grandiosas por el estilo. ¡Es que con
tanto dinero, qué no se podría hacer…!

En los once años mostrados en la tabla (y eso sin incluir el totalmente fuera de serie
año 2006) podemos ver que los puros excedentes petroleros por exportación de crudo
sumaron la nada despreciable cantidad de 35 mil millones de dólares, con los cuales

Especialidad: INGENIERÍA PETROLERA 55


MÉXICO 2025

hubiéramos podido al menos dejar de ser dependientes en energéticos. ¿Por qué no


dejamos de darles de comer a los refineros de otras tierras y mejor alimentamos a los
nuestros?

EXPORTACIÓN DE CRUDO

VOLUMEN PRECIO INGRESOS PRECIO INGRESOS INGRESOS


EXPORTADO PROGRAMA PROGRAMA REAL REALES EXCEDENTES
AÑO MBD USD/BARRIL MM-USD USD/BARRIL MM-USD MM-USD

1995 1,315 13.60 6,528 15.70 7,536 1,008


1996 1,544 13.25 7,488 18.94 10,703 3,215
1997 1,721 14.50 9,108 16.46 10,340 1,231
1998 1,741 15.50 9,850 10.16 6,456 -3,393
1999 1,553 9.25 5,243 15.62 8,854 3,611
2000 1,652 15.00 9,069 24.62 14,886 5,817
2001 1,710 18.00 11,235 18.57 11,590 356
2002 1,705 19.00 11,824 21.52 13,392 1,568
2003 1,844 20.00 13,461 24.78 16,678 3,217
2004 1,870 21.00 14,373 31.02 21,231 6,858
2005 1,817 26.00 17,243 42.69 28,312 11,069
115,422 149,979 34,557

Siguiendo con los sueños, a la vez que construyamos las obras prepararemos al
personal operativo y técnico que tripulará cada nueva instalación. Esto le dará vida a
centros de capacitación, escuelas superiores e institutos de investigación. Las
actividades de construcción fomentarán la creación de empleos en el campo, las
ciudades, las firmas de ingeniería, la industria del acero e infinidad de sectores más, y
con todo ello el progreso será explosivo. Una refinería da trabajo directo a miles de
personas, mientras que la actividad de construir, construir y construir trae bienestar a
todos los pobladores de una región.

Con la abundancia de recursos financieros que nos vino del cielo sin haberlo ni siquiera
soñado, previsto, planeado, solicitado o imaginado, podríamos, cada año, o cada mes,
echar a andar obras así de grandes en cada estado de la república. La sola expansión
de la capacidad de producción de energía detonará en todo el país el progreso
esperado. Los habitantes de las regiones que se vayan beneficiando irán adquiriendo
trabajos permanentes y desarrollando actividades productivas en general, para
redundar todo en la disminución de la inseguridad y de la mendicidad. A medida que
vayamos contando con estos bienes esperamos ver, ahora sí, el ingenio de nuestros
gobernantes, quienes sólidamente apoyados en lo fundamental harán llegar toda clase
de proyectos productivos a los sitios ya dotados de energía, agua, comunicaciones y
seguridad.

Había que ver lo que hacen otros gobiernos en materia de energía. En la llamada
guerra del Golfo Pérsico, en 1991, gracias a una extraña intervención armada de Irak,
los Estados Unidos fueron a proteger a Kuwait, Arabia Saudita y los Emiratos Arabes
Unidos, y con ello se quedaron a custodiar indefinidamente las mayores reservas de
crudo de la tierra. Otro acontecimiento: el llamado nine-eleven de 2001 fue el pretexto
para la invasión de Afganistán en 2002 y la de Irak en 2003.

Especialidad: INGENIERÍA PETROLERA 56


MÉXICO 2025

RESERVAS PROBADAS DE CRUDO


M illo nes d e b ar r iles ( M M - B )

Arabia Saudita
Irak
Irán
Emiratos
Kuwait
Venezuela
Rusia
Libia
Nigeria
Estados
México

0 50,000 100,000 150,000 200,000 250,000 300,000

Si nos fijamos en la concentración mundial de las reservas de crudo veremos que sólo
falta un país en seguir la misma suerte: Irán. Con este país, no sólo sus cuantiosas
reservas de crudo sino también las segundas reservas de gas más grandes del mundo
después de las de la ex URSS, quedarían en manos de los países desarrollados, los
cuales aseguran su energía petrolera por el mayor número posible de años en tanto
desarrollan otras fuentes.

RESERVAS PROBADAS DE GAS NATURAL


M i les d e millo nes d e p ies cúb ico s ( M M M - PC )

Ex-URSS
Irán
Qatar
Arabia Saudita
Abu Dhabi
E. U. A.
Nigeria
Argelia
Venezuela
Irak
Indonesia
Malasia
Noruega
Canadá
México

0 500 1000 1500 2000

Mientras otros garantizan así su abasto, nosotros podríamos hacerlo conquistando un


territorio aún disponible: ¡el territorio nacional! De veras: ¿Por qué no conquistamos
México para los mexicanos?

Especialidad: INGENIERÍA PETROLERA 57


MÉXICO 2025

12. ¡AL CÉSAR LO QUE ES… DE TODOS!

Todo lo que tenga que ver con el quebranto financiero de Petróleos Mexicanos
encuentra su explicación en su régimen fiscal. Desde que Pemex se volvió importante
productor de petróleo en los años setentas, su rendimiento económico fue a parar
íntegro al Gobierno Federal. Sin embargo nunca había sido tan sofisticada, a la vez que
despiadada, la manera de llevarse los recursos de la empresa como lo es desde 1993
bajo el amparo de un régimen fiscal elaborado para saquear a la empresa. Ese
régimen fue propuesto por el Gobierno Federal y aprobado por las cámaras legislativas
en 1992 con motivo de la reorganización que convirtió a Pemex en cuatro organismos
subsidiarios.

Y es increíble que a sus 68 años de vida, los mexicanos no hayamos sido capaces de
definir de una manera definitiva, contundente, duradera, institucional, sagrada,
inalterable, la misión de Petróleos Mexicanos, nuestra empresa vital, y que en cambio
continúe siendo objeto por el Gobierno Federal de un manejo financiero arbitrario,
injusto y muy peligroso para el país.

Una empresa del Estado está obligada a operar de manera ejemplar, sin
consideraciones especiales, pero sin tratos fiscales abusivos. En cualquier parte del
mundo, las empresas que se dedican a la extracción de hidrocarburos pagan a sus
legítimos dueños los hidrocarburos que extraen del subsuelo y al fisco una fracción de
sus ganancias. Petróleos Mexicanos no puede sustraerse a ese tipo de obligaciones y
debe pagar a la Nación, propietaria de los hidrocarburos que yacen en el subsuelo,
cada barril de crudo y cada pie cúbico de gas que extraiga, además de cubrir el
impuesto correspondiente por la renta económica que genere, pero todo dentro de un
tratamiento fiscal semejante al que reciben las demás empresas industriales del país.

Régimen Fiscal

En apariencia, el régimen fiscal 1993-2005 era sano y justo, y se parecía mucho a lo


que acabamos de calificar como recomendable en el párrafo anterior. De acuerdo con
ese régimen Petróleos Mexicanos pagaba los hidrocarburos extraídos del subsuelo bajo
el concepto de derecho de extracción de hidrocarburos (DEH) que se calculaba como
un porcentaje de la diferencia entre los ingresos por ventas y los egresos incurridos en
las operaciones. El 52.3% de esta base era el derecho de extracción (ordinario), el
25.5% era el derecho extraordinario y 1.1% el derecho adicional, separados así, en
tres porciones, de acuerdo al destino que el gobierno daba a su distribución posterior.
Pero no estando nosotros interesados en la forma de repartirse, podríamos decir que
los tres derechos, calculados de un solo golpe, sumaban el 78.9% de la base dada, que
era la misma en los tres casos.

Especialidad: INGENIERÍA PETROLERA 58


MÉXICO 2025

En adición a ese derecho se pagaba como impuesto el 30% (en un tiempo 35%) de la
diferencia entre el total de ingresos y el total de gastos deducibles, incluido en éstos el
derecho de extracción. A esta contribución se le llamaba impuesto a los rendimientos
petroleros (IRP).

Sin embargo estos derechos e impuestos no eran obligaciones fiscales definitivas, sino
anticipos de otro impuesto llamado derecho sobre hidrocarburos (DSH) y que se
calculaba como el 60.8% del total de ingresos de Petróleos Mexicanos. Para este
derecho estaba previsto que si los organismos subsidiarios que conforman Pemex
terminaban el año en números rojos, o que aún teniendo resultados positivos no
coincidieran en monto con lo reclamado por la obligación del DSH, Pemex Exploración
y Producción, único organismo que pagaba derechos de extracción, tenía que ajustar al
alza o a la baja, según esa ley, las tasas citadas de derechos de extracción hasta que
alcanzaran a dar la cifra global requerida de DSH para todo Pemex.

Por último, a través del llamado aprovechamiento sobre rendimientos excedentes


(ARE), cuando el precio del crudo en el mercado internacional llegaba a ser mayor que
el fijado en el presupuesto anual aprobado por la H. Cámara de Diputados, Pemex
tenía que pagar el 39.2% de la diferencia entre los ingresos reales y los programados.

Sin embargo era difícil que alguien se diera cuenta a la primera lectura de lo que esta
ley guardaba detrás. Simple y llanamente, esa ley se encargaba de hacer que Pemex
no recibiera beneficio alguno cuando, en razón del incremento de los precios del
mercado, sus ingresos fueran superiores a los previstos, porque todos los excedentes
debían ser transferidos en su totalidad al fisco. Pero en el caso de que los precios se
comportaran a la inversa, Pemex debería hacerse cargo de las obligaciones
comprometidas aunque no tuviera de dónde sacar para pagar. De aquí la insistencia de
la Secretaría de Hacienda de que los precios petroleros programados en la Ley de
Ingresos y Presupuesto de Egresos de la Federación sean los más bajos posibles, ya
que ello le permite manejar discrecionalmente los ingresos excedentes sin necesidad
de la aprobación de nadie.

Por último, si alguna utilidad llegara a quedarle a la empresa, su Consejo de


Administración, máxima autoridad de Pemex, puede acordar que se transfieran a la
Secretaría de Hacienda las utilidades de un periodo dado. Lograr esto no representa
mayor dificultad para el gobierno, pues de los once miembros que conforman ese
consejo, seis son designados por el presidente de la república: los secretarios de
energía, hacienda, medio ambiente, comunicaciones, relaciones exteriores y economía.
De esta forma va a parar también al fisco, de una manera legal pero indebida,
cualquier otro monto importante que se hubiera rezagado por ahí.

Comprenderá el lector que en un par de párrafos no es posible explicar todos los


vericuetos del régimen fiscal de Pemex, pero lo que acabamos de decir lo podemos
ilustrar de manera elocuente con un sencillo ejemplo:

Supongamos que el precio del crudo fijado en el presupuesto de un año equis fuera de
10 dólares por barril; que los gastos de la empresa para ese año fueran de 4 dólares
por cada barril extraído y que en ese periodo se llegaran a exportar 10 barriles de
crudo. Con estos supuestos tendríamos un ingreso por ventas al exterior de 100
dólares y gastos de 40 dólares. Los derechos de extracción a pagar serían, como ya
dijimos, el 78.9% de la diferencia (100-40), es decir 0.789 x 60 = 47.34 dólares.

Especialidad: INGENIERÍA PETROLERA 59


MÉXICO 2025

Por su parte el impuesto sobre rendimientos petroleros (IRP), que es el 30% de (100 –
40 – 47.34), ascendería a 3.80 dólares, y con esto el remanente en manos de Pemex
sería de 100 – 40 – 47.34 – 3.80 = 8.86 dólares, cantidad nada despreciable que bien
podría ser su utilidad si no hubieran más conceptos que pagar. Pero al aplicar el
famoso DSH, la verdadera contribución fiscal, consistente en el 60.8% del total de
ingresos: DSH = 0.608 x 100 = 60.8, la utilidad real de la empresa sería de 100 - 40 -
60.8 = -0.8, o sea una pérdida. Notemos que si el costo de producción no fuera de 4
dólares sino de 3.92 dólares por barril, la empresa habría salido “tablas”, y sólo si ese
costo de producción fuera menor, tendría utilidades.

Ahora supongamos que el precio real de venta en el mercado internacional hubiera


sido de 20 dólares por barril y no de 10 como estaba programado, caso en que los
ingresos totales serían de 200 dólares. En tal situación el derecho de extracción sería
el 78.9% de la diferencia (200 - 40), o sea 126.24 dólares, y el impuesto sobre
rendimientos petroleros el 30% de la diferencia (200 - 40 - 126.24), o sea 10.13
dólares. De esta forma la utilidad aparente resultaría de 200 - 40 - 126.24 – 10.13 =
23.63 dólares, que no estaría nada mal.

Pero como el DEH y el IRP son en realidad obligaciones de mentirita, debemos


proceder al cálculo del verdadero impuesto, que es el DSH. Apliquemos entonces el
60.8% al total de los ingresos, que son 200 dólares, y esa operación aritmética nos
dará un DSH de 121.60 dólares, quedando un remanente a Pemex de 200 – 40 -
121.60 = 38.40 dólares. Finalmente, dado que el precio real de venta del crudo en el
mercado internacional habría sido de 20 dólares en lugar de los 10 dólares previstos,
sería necesario aplicar el ARE de 39.2% al monto de ingresos excedentes, que es la
diferencia entre 200 y 100 dólares, lo que da 39.2 dólares y que deberían ser
transferidos al fisco junto con los 121.60 dólares de DSH calculado previamente. De
esta forma la utilidad final de la empresa sería de 200 - 40 - 121.60 -39.20 = -0.8
dólares, es decir la misma pérdida que hubiera tenido en el caso de no haber
aumentado los precios en el mercado internacional. De esta forma la empresa no
recibe beneficio alguno a pesar de que los precios suban ciento por ciento en el
mercado internacional.

El régimen fiscal de Pemex aprobado para 2006 es exageradamente complicado en


relación con el de 1993-2005 y ofrece serias dificultades para su aplicación,
seguimiento, evaluación y control. En este nuevo régimen los años 2006, 2007, 2008 y
2009 se tratan como casos especiales y sólo hasta 2010 se podrán aplicar las reglas de
manera regular, sin las numerosas excepciones, condiciones y restricciones marcadas
en los artículos transitorios, pero con una sofisticación que el sólo leerla da pavor.
Veamos por ejemplo el caso de 2006, no sin antes prevenir al lector que puede
infartarse con la lectura de los siguientes tres párrafos:

Pemex Exploración y Producción pagará un derecho para el fondo de investigación


científica y tecnológica en materia de energía y otro para el de fiscalización petrolera.
En ambos casos se tomará como base el total de ingresos por ventas de crudo y gas
natural, correspondiéndole 0.05 por ciento de ese total al primer derecho y 0.003 por
ciento al segundo. Lo que se pague por el primero será para el Instituto Mexicano del
Petróleo y lo del segundo se destinará a la Auditoría Superior de la Federación, que es
un órgano controlado por la H. Cámara de Diputados. Aparte de estas aportaciones,
Pemex Exploración y Producción pagará el derecho sobre hidrocarburos para el fondo
de estabilización, el cual será de 1 por ciento cuando el precio del crudo en el mercado
internacional esté entre 22 y 23 dólares por barril, de 2 por ciento cuando ese precio
esté entre 23 y 24 dólares, de 3 por ciento cuando el precio se encuentre entre 24 y

Especialidad: INGENIERÍA PETROLERA 60


MÉXICO 2025

25 dólares y así sucesivamente, con un punto porcentual adicional por cada dólar que
suba el precio mientras no rebase los 31 dólares por barril, porque en tal caso el
derecho será siempre el 10 por ciento del valor total del crudo extraído. Aparte de
estos derechos, Pemex Exploración y Producción también pagará el derecho ordinario
sobre hidrocarburos, cuya base será el valor anual del crudo y gas natural extraídos
menos las deducciones permitidas, aplicando una tasa de 87.81% si el precio del crudo
en el mercado internacional es menor que 20 dólares, una de 87.32% si el precio está
entre 20 y 22 dólares, una de 83.14% si el precio está entre 22 y 24 dólares y así por
el estilo, hasta que el precio supere los 28 dólares el barril, caso en el cual la tasa a
aplicar será de 78.68%.

Pero sigamos interpretando ese régimen, exclusivamente por lo que toca al año 2006:
Si la producción de crudo durante todo 2006 llega a ser inferior al promedio de 3
millones 418 mil 973 barriles diarios (¡!), entonces Pemex Exploración y Producción
pagará un derecho adicional que se calculará así: “1) El valor de la extracción de
petróleo crudo que resulte de la diferencia entre esta cantidad y la extracción
efectivamente alcanzada en el año, se multiplicará por la proporción que resulte de
dividir el valor de las deducciones efectivamente deducidas en el año entre el valor de
la extracción de petróleo crudo efectivamente alcanzada en el año. Este monto se
restará al valor de la extracción de petróleo crudo que resulte de la diferencia entre el
volumen de producción citado como referencia y la extracción efectivamente alcanzada
en el año. El monto obtenido de la operación anterior se multiplicará por la tasa que
corresponda según el rango de precio y año que se mencionó previamente. 2) El valor
que resulte de la operación anterior se multiplicará por la tasa de 76.6 por ciento. 3) El
20 por ciento del monto resultante en el numeral anterior se destinará al fondo general
de participaciones, el 1 por ciento al fondo de fomento municipal y el 0.25 por ciento a
la reserva de contingencia, en los términos de la Ley de Coordinación Fiscal. 4)
Asimismo, el 3.17 por ciento del monto obtenido conforme a lo establecido en el
numeral 1 se multiplicará por el factor de 0.0133. El monto que resulte de la operación
anterior se destinará a los municipios colindantes con la frontera o litorales por los que
se realice materialmente la salida del país de los hidrocarburos.”

La misma ley prevé que para poder dar cumplimiento a lo anterior, será necesario que
Pemex Exploración y Producción lleve a cabo un registro minucioso de sus operaciones
físicas y financieras por cada campo petrolero y tipo de fluidos que produzca, para ser
enviado a la Cámara de Diputados periódicamente, “poniendo a disposición de ese
órgano legislativo los datos, estudios, reportes, prospectivas y demás fuentes de
información en que se sustente la información incorporada al registro, con objeto de
que puedan llevarse a cabo por el órgano fiscalizador de esa soberanía las auditorías
que se consideren pertinentes.”… Aparte de esto, “Petróleos Mexicanos y sus
organismos subsidiarios, previa autorización de la Secretaría de Hacienda y Crédito
Público, llevarán a cabo un programa multianual de racionalización de costos en
servicios personales y operativos, en el que se establecerán metas anuales, con
indicadores cuantificables, objetivos y verificables... y elaborará periódicamente un
informe para ser enviado a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, para que ésta
a su vez lo envíe a la Cámara de Diputados acompañado con las observaciones que en
su caso correspondan.”

Recordamos al amable lector que esto que le acabamos de presentar es apenas una
cápsula de las obligaciones fiscales previstas para el año 2006 y aclaramos que sólo
nos hemos referido a una parte de lo que concierne a Pemex Exploración y Producción.
Para los otros años debemos esperar, lo mismo, espantosas complicaciones, recovecos

Especialidad: INGENIERÍA PETROLERA 61


MÉXICO 2025

y caminos tortuosos sin que, por desgracia, asome por ningún lado el ansiado beneficio
largamente esperado del “cambio” de régimen fiscal.

A favor de la transparencia, la sencillez y la efectividad, nada mejor que una ley fácil
de leer, comprender, aplicar y vigilar, como por ejemplo el de un derecho de
extracción (valor de las reservas) igual al 60% de la diferencia entre ingresos y gastos,
y un impuesto del 20% de los rendimientos netos, o ganancias. Nada más claro y fácil
que algo como esto, aunque, evidentemente, los porcentajes tendrían que analizarse
cuidadosamente de manera que al mismo tiempo que se pague lo justo por las
reservas, de acuerdo a los precios vigentes en el mercado internacional, se permita la
rápida recuperación financiera de la empresa, la cual se ha quedado con las alas no
sólo mochas sino destrozadas al punto de que no pueda levantar el vuelo jamás.

Mientras la legislación sigue enredándose y las discusiones versan sobre las cifras
decimales a aplicar, en la vida real están sucediendo cosas muy graves que requieren
nuestra atención inmediata.

Resultados de Operación

En la Memoria de Labores y su respectivo Informe Estadístico de Labores, que son los


documentos oficiales de información de Petróleos Mexicanos, se empezaron a reportar
en dinero los resultados de operación de la empresa a partir de 1995. Antes de ese
año los informes versaban sobre aspectos puramente volumétricos y avances físicos
diversos.

UTILIDAD DE OPERACIÓN DE PETRÓLEOS MEXICANOS, MILLONES DE PESOS PRECIO


REAL
PEMEX PEMEX PEMEX PEMEX DEL CRUDO
EXPLOR. Y PROD. REFINACIÓN GAS Y P. B. PETROQUÍMICA EXPORTADO
AÑO TOTAL (PEP) (PR) (PGPB) (PP) (USD/BARRIL)

1995 83,104 82,100 -1,993 1,080 1,917 15.70


1996 140,458 142,078 -2,351 439 291 18.94
1997 134,401 137,964 -4,271 1,781 -1,074 16.46
1998 87,348 85,975 -520 -4,660 -2,766 10.17
1999 111,416 123,173 -6,938 -267 -4,552 15.62
2000 221,281 249,785 -21,271 650 -7,883 24.62
2001 169,565 188,684 -13,547 2,809 -8,381 18.57
2002 174,206 206,105 -27,484 3,894 -8,310 21.61
2003 299,142 323,262 -22,026 7,528 -9,621 24.79
2004 470,372 Información excluída del Informe Estadístico de Labores 2004 31.05
2005 519,067 Información excluída del Informe Estadístico de Labores 2005 42.69

Estos resultados de operación dan el detalle de los ingresos y egresos de cada uno de
los organismos que conforman la empresa, que son Pemex Exploración y Producción
(PEP), Pemex Refinación (PR), Pemex Gas y Petroquímica Básica (PGPB) y Pemex
Petroquímica (PP). Los resultados mostrados no consideran el pago de impuestos y
derechos, pero la utilidad de operación que reflejan, que es la diferencia entre ingresos
y egresos, es suficiente para conocer mucho de las entrañas de estos organismos.

En la tabla vemos que en 1995 Pemex en su conjunto reportó una utilidad de


operación de 83,104 millones de pesos. Esta utilidad fue prácticamente aportada por
Pemex Exploración y Producción que obtuvo 82,100 millones, mientras que los tres
organismos restantes desempeñaron un papel marginal y hasta negativo en el caso de

Especialidad: INGENIERÍA PETROLERA 62


MÉXICO 2025

Pemex Refinación. Vemos también que en 1998, cuando el precio del crudo estuvo
deprimido, la utilidad de Pemex Exploración y Producción bajó respecto de los años
previos, mientras que ese fue el mejor año de Refinación, con pérdidas de tan sólo 520
millones de pesos. Los años de mejores precios del crudo, como 2003, 2004 y 2005,
fueron también los mejores para Pemex Exploración y Producción y al mismo tiempo
los peores para Pemex Refinación, ya que cuando suben los precios del crudo también
suben los de los refinados, beneficiándose con ello PEP (que vende crudo) y
perjudicándose PR (que importa refinados). En 2003, por ejemplo, en tanto que PEP
ingresó 323,262 millones de pesos, PR perdió 22,026 millones de pesos. La situación
de Pemex Refinación es grave desde que importa los productos en lugar de
elaborarlos.

El primer año mostrado en la tabla, 1995, es el primer año completo del sexenio de
Ernesto Zedillo Ponce de León. Nadie podría atribuirle la responsabilidad total de los
malos resultados obtenidos ese año por Pemex Refinación, pues es comprensible que si
las riendas del gobierno apenas se estaban tomando no había forma de aminorar en
corto tiempo la fuerza inercial del sexenio anterior en caso de que esta hubiera
existido. En 1996 Pemex Refinación volvió a perder, pero ahora 2,351 millones de
pesos, y con el mismo razonamiento podríamos decir que dos años no bastan para
corregir situaciones heredadas, repetimos, en caso de existir. Sin embargo para
señalar responsabilidades por los resultados de 1997 ya no estaríamos tan seguros de
seguir achacando los problemas a posibles inercias del sexenio anterior. Y al juzgar los
resultados de 1998, 1999 y 2000, sin duda alguna atribuiríamos la responsabilidad
total de esos pésimos resultados al sexenio 1994-2000.

Pensemos que el presidente estaba demasiado ocupado en asuntos de estado para


encargarse directamente de la vigilancia de una empresa, porque si él nos gustó fue
para presidente y no para administrador de un “changarro”, aunque hay de changarros
a changarros. CFE y Pemex, no son empresas cualesquiera sino ¡señoras empresas!,
muy rentables, estratégicas y de la mayor trascendencia nacional, a las que hay que
vigilar de cerca, y de lejos, y administrarlas ejemplarmente, de manera impecable y
con visión de largo plazo. Si el presidente no tenía tiempo para atenderlas, entonces el
descuido fue de su director, a quien mandaron a administrar cuatro organismos
subsidiarios y no sólo al más rentable, Exploración y Producción. Pero a qué referirse a
directores, que aún tratándose de profesionales altamente calificados no tienen
mecanismos legales para conducir a la empresa dentro de los más elevados intereses
de la Nación.

Aquellos resultados de Pemex también tenían que haber sido leídos, estudiados y
meditados, obligatoriamente, por el Secretario de Energía, porque Pemex y la CFE son
la razón de ser de ese ramo, y porque el secretario de energía es el presidente del
consejo de administración de esas empresas; esos resultados también tenían que ser
detectados a tiempo por el Secretario de Hacienda, porque Pemex es su gallina de los
huevos de oro y porque el secretario de hacienda es también miembro del consejo de
administración; y sin duda por el presidente de la república que, aunque no sea su
vocación, está obligado a responsabilizarse del curso que sigan todos los asuntos de la
Nación.

¡Imposible creer que no estuvieran enterados!

Pero si la vocación del presidente no es la de dirigir empresas, por estratégicas que


sean, y conceda más importancia a la atención cotidiana de diversidad de minucias,
aprovechando que la ausencia de planes nacionales concretos le permiten tener una

Especialidad: INGENIERÍA PETROLERA 63


MÉXICO 2025

conducta absolutamente discrecional en la conducción del país, se hace forzosa la


intervención de otros poderes para suplir estos peligrosos vacíos. ¿Quiénes más
indicados para ello que diputados y senadores, que a través de sus cámaras pueden
sentar las bases sólidas y duraderas de la administración de nuestra riqueza petrolera?

Y por descuidadas que estén las instalaciones de los tres organismos subsidiarios que
tienen la función de realizar la transformación industrial del crudo, gas y condensados,
y cuya rehabilitación permitiría multiplicar por mucho el valor de la materia prima que
procesan, el otro organismo, Pemex Exploración y Producción, dedicado a extraer del
subsuelo estos hidrocarburos, sigue teniendo una elevada rentabilidad y es tal su
capacidad generadora de recursos financieros que aún puede salvar a toda la industria
petrolera nacional si así lo queremos. Es el momento de hacerlo y en tal caso no hay
tiempo qué perder.

Juzguemos ahora los resultados de operación de los años 2001 a 2005, que aparecen
en esa misma tabla. ¿De quién será la responsabilidad del desastre de Pemex
Refinación? Ni modo que su abandono fuera un efecto inercial del sexenio anterior. ¿O
si?

No hay remedio. Esos resultados acaban por convencernos de que México no tiene
política energética, aunque el secretario de energía en turno, en su presentación del
Balance de Energía 2003, diga que sí la tenemos: “De conformidad con los objetivos de
política energética, en el 2003 la producción de hidrocarburos se elevó en forma
significativa, especialmente la de… petróleo crudo. El incremento en las exportaciones
de petróleo ocasionó que para este año se registrara un récord histórico en el superávit
de la balanza comercial de energía.” (!)

Insistimos que el petróleo en sí no es energía; su verdadero valor surge al refinarse,


porque eso lo transforma en energéticos. Por eso no se entiende que el gobierno
descuide de manera tan irresponsable a la industria petrolera en lo que a energéticos
se refiere. Los reportes oficiales reproducidos en la tabla anterior vinieron gritando año
con año la deplorable situación de Pemex Refinación, sin que nadie acudiera en su
auxilio para corregirla. Esas pérdidas económicas no son sólo las cantidades negativas
que se exhiben en la tabla; son además las utilidades dejadas de percibir,
posiblemente del orden de las de PEP o mayores, y los beneficios económicos y
sociales que debió generar dentro del país una actividad industrial de esa magnitud. Es
bueno recordar que las empresas petroleras más rentables del mundo no son las
extractivas sino las transformadoras de los hidrocarburos.

La tabla que sigue da cuenta de los cuantiosos recursos gastados en importación de


productos refinados por parte de Pemex Refinación, pudiéndose ver que en los once
años que van de 1995 a 2005 salieron del país más de 41 mil millones de dólares por
ese concepto.

Especialidad: INGENIERÍA PETROLERA 64


MÉXICO 2025

IMPORTACIÓN DE PRODUCTOS PETROLÍFEROS


Millones de dólares

1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005

Gasolinas 558 711 1,170 924 869 1,200 1,796 1,100 801 1,819 4,702
Turbosina 16 26 60 25 8
Diesel 134 246 388 88 205 61 60 601
Combustóleo 187 247 519 429 579 1,132 715 156 199 226 415
MTBE 76 52 124 138 127 145 90 17 31
Gas natural 99 67 108 122 132 366 424 775 1,526 1,715 1,398
Gas licuado 195 300 338 275 392 606 600 471 574 648 707
Propano 44 131 181 129 238 682 265 328 304 449 450
Otros 47 134 224 66 60 120 91 256 497 591 985

TOTAL 1,206 1,642 2,664 2,233 2,669 4,699 4,094 3,316 3,993 5,508 9,258

Curioso país es México. En una de esas abruptas subidas del precio internacional del
crudo, el gobierno en turno nos dijo que puesto que estábamos inmersos en una
globalización, teníamos que aceptar que cuando el precio del crudo en el mundo
aumentara, también aumentaran dentro del país los precios de sus derivados. Con
esos argumentos, aquel gobierno nos incrementó despiadadamente el precio de la
gasolina y el de los demás productos, pero al menos nos quedó la esperanza de que
algún día los veríamos bajar, cuando los precios del crudo bajaran. Pero eso jamás lo
hemos llegado a ver y al contrario de lo que ocurre con los demás habitantes del
planeta, que se alegran cuando baja el precio del petróleo porque en seguida sus
tanques de gasolina se llenan con menos dinero que ayer, los mexicanos nos
enfrentamos a otros males. En situaciones de precios del petróleo deprimidos nuestro
gobierno suele dictar aumentos especiales en el precio de la gasolina y recortes de los
presupuestos destinados a la industria petrolera. Todo al revés, aunque la sufrida
gallina de los huevos de oro se quede sin comer. Y es que en México parecen no operar
las leyes naturales. ¡Qué ley de la oferta y la demanda, ni qué ocho cuartos! ¡Qué ley
de la gravitación universal! ¡Aquí el gobierno puede decretar, si se le antoja, que las
manzanas caigan para arriba!

La razón de este contradictorio comportamiento estriba en que año con año se


comprometen en el presupuesto recursos que aún no han ingresado. Resulta que
alrededor del cuarenta por ciento del presupuesto de gastos del gobierno, para un año
equis, provendrá de los ingresos petroleros que se esperan captar durante ese año.
Pero en virtud de que una gran parte de esos ingresos vendrá de las exportaciones de
crudo, todos a cruzar los dedos para que no se desplome el precio del crudo porque
dejarían de ingresar las divisas esperadas y no nos alcanzaría el dinero para los gastos
comprometidos del año. Ante casos así, el gobierno tomará medidas drásticas: buscará
compensar las insuficiencias presupuestarias aumentando el precio de la gasolina,
diesel, electricidad y otros energéticos que vende, además de reducir las partidas
fáciles de modificar como las destinadas al mantenimiento o a los programas de
inversión, así sean vitales para sus empresas Pemex y CFE. Por eso en México, al
contrario de lo que pasa en el mundo, hay que esperar que cuando baje el precio del
petróleo aquí suba el de la gasolina.

Año con año la buena suerte nos ha brindado la oportunidad de corregir de tajo esta
mala práctica, para que la sustituyamos con hábitos sensatos. Los ingresos petroleros
adicionales de un año dado, como por ejemplo los de 2005, deberían ser los únicos a

Especialidad: INGENIERÍA PETROLERA 65


MÉXICO 2025

comprometerse en el presupuesto de 2006 y, de la misma manera, los ingresos


adicionales de 2006 los únicos a comprometerse en el presupuesto de 2007, etcétera.
Y una vez interrumpida la viciosa costumbre de presupuestar recursos que aún no
ingresan, en adelante sólo deberíamos gastar cada año los ingresos petroleros
efectivamente captados el año anterior. Con esto eliminaríamos la incertidumbre de
nuestros presupuestos y los distribuiríamos mejor, de manera multianual, de acuerdo a
nuestra capacidad real de gasto en inversiones.

Otra cosa: no es correcto utilizar para gasto corriente el dinero que proviene de las
reservas de hidrocarburos; este dinero debe convertirse en carreteras, puertos,
aeropuertos, refinerías, nuevas reservas de hidrocarburos, acueductos, líneas de
ferrocarril y otros activos productivos de ese estilo. Pero si por un lado el producto de
la venta de las reservas de hidrocarburos debe invertirse en otros activos fijos útiles a
la Nación, por otro podemos darnos el legítimo derecho de gastarnos los impuestos
que genera la industria petrolera, de la misma forma que lo hacemos con las
contribuciones de las demás empresas industriales del país.

Situación Financiera de Petróleos Mexicanos

Ahora preparémonos para enterarnos de algo tan aterrador como increíble respecto del
estado financiero de Petróleos Mexicanos.

BALANCES ANUALES DE PETRÓLEOS MEXICANOS, MILLONES DE PESOS

1988 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005

ACTIVO 104,172 185,229 241,301 310,183 313,759 353,505 401,429 646,544 610,163 767,720 889,359 979,106 1,078,992

PASIVO 39,810 71,313 112,307 153,343 168,176 211,220 217,169 473,735 477,026 663,814 841,117 944,652 1,058,373

PATRIMONIO 64,362 113,916 128,995 156,840 145,583 142,285 184,260 172,809 133,137 103,906 48,241 34,454 20,620

Patrim./Activo, % 62 62 53 51 46 40 46 27 22 14 5 4 2

Al terminar el sexenio de Miguel de la Madrid Hurtado (1982-1988), Petróleos


Mexicanos era dueño del 62% de sus activos. En la tabla puede verse que todos sus
bienes (activo) valían 104,172 millones de pesos, mientras que sus deudas totales
(pasivo) ascendían a 39,810 millones de pesos. Esto significaba que su propiedad o
patrimonio importaba 104,172 – 39,810 = 64,362 millones de pesos, cantidad que
representaba el 62% del total de los activos, según lo señalamos al principio.

Esa estructura financiera no varió cuando el sexenio de Carlos Salinas de Gortari


(1988-1994) llegó a su fin, pues aunque con otros valores el cociente
patrimonio/activo siguió de 62%.

Con Ernesto Zedillo Ponce de León (1994-2000) la situación de Pemex se deterioró


notablemente, pues al término de su sexenio Pemex sólo venía siendo dueño del 27%
de sus activos.

Al finalizar el quinto año de gobierno de Vicente Fox Quesada (2005) Pemex ya no es


dueño de prácticamente nada, pues su patrimonio sólo alcanza a ser el 2% del total de
sus activos. No es error tipográfico, leyó bien el lector: al cierre del año 2005 Petróleos
Mexicanos sólo es dueño del dos por ciento de sus activos, es decir ¡de nada!

Especialidad: INGENIERÍA PETROLERA 66


MÉXICO 2025

¿Es esto una quiebra de la empresa? ¿Quién va a creer que la empresa simplemente
quebró, cuando sus utilidades, pese al pésimo manejo de tres de sus organismos
subsidiarios, han sido las más altas de la historia?

¿Alguien le va a explicar al pueblo que su industria petrolera ya quebró? ¿Lo hará el


poder legislativo, que revisa y aprueba la cuenta pública año con año?

¿Quiénes son los nuevos dueños? ¿Con qué se van a cobrar cuando vengan a reclamar
sus propiedades? ¿Qué sigue ahora?
¡Qué profundamente negro se puso el panorama energético de México! ¡Que la muerte
nos agarre confesados!

Siempre se nos sembró la idea de que cualquier empresa manejada por el Estado es
perdedora por naturaleza y que por lo tanto es necesario que alguien del exterior
venga a “rescatarla” del abismo en que la hundió la incapacidad de quienes la
manejaron hasta hoy.

Sin embargo, hasta donde la información oficial lo permite, podemos comprobar que
los resultados técnico-económicos han sido excelentes hasta hoy. Por ejemplo en 2003
los egresos totales de Pemex Exploración y Producción fueron de 94,832 millones de
pesos, o bien de 8,790 millones de dólares al tipo de cambio promedio de 10.789
pesos por dólar. Por otra parte la producción de ese año fue de 3.371 millones de
barriles diarios de crudo y 4,498 millones de pies cúbicos diarios de gas, lo que da un
costo de producción del crudo de 5.64 dólares por barril, cuando ese año lo vendimos a
24.79 dólares, y un costo de producción del gas de 1.13 dólares por millar de pies
cúbicos, cuando ese mismo año se importó a 5.52 el millar. El margen de ganancia de
los años recientes ha aumentado aún más, sin embargo no es posible verificarse como
ocurrió entre 1995 y 2003, porque el detalle de los reportes a nivel de organismo
subsidiario desapareció de repente de la información oficial.

En PEP no se perfora pozo alguno sin antes asegurarse que su producción dé para
pagar los gastos de operación y mantenimiento, cubrir las obligaciones financieras y
fiscales que sean justas, y todavía dejar una atractiva utilidad para la empresa. Los
pozos son autofinanciables y devuelven en un plazo increíblemente corto, inferior a un
año, lo invertido en ellos. Sin embargo a pesar de que cada proyecto petrolero cubre
puntualmente las obligaciones derivadas de su financiamiento, alguien en el camino
retiene las amortizaciones y no permite que lleguen a los acreedores. Entre tanto los
intereses se acumulan al capital y la deuda se incrementa, dándose la impresión de
que la insolvencia de la empresa impide el cumplimiento oportuno de sus
compromisos.

De manera análoga se puede comprobar que el costo de producción de un litro de


gasolina es de 3.02 pesos por litro, cuando este producto se vende al público en más
del doble. Eso a pesar de que Pemex Refinación paga la materia prima al precio
internacional y además que tiene una estructura de producción no precisamente
moderna gracias al abandono de 27 años.

La empresa necesita, en efecto, oxígeno con urgencia pero no a través de esa famosa
“reforma energética” tan cacareada que nadie sabe en qué consiste, sino con el
remedio que el propio Gobierno Federal tiene en sus manos y que es el de promover la
derogación del régimen fiscal vigente para cambiarlo por uno que se apegue a las
prácticas internacionales en la materia, pero sobre todo a la sensatez.

Especialidad: INGENIERÍA PETROLERA 67


MÉXICO 2025

13. CUANDO PASEN LOS AÑOS…

Hoy, siendo pobres, aún estamos a tiempo de corregir muchos errores. En el año
2025, cuando seamos miserables, tendremos más lejana la posibilidad de
enmendarlos. Lo triste es que hasta ahora nadie haya movido un dedo para corregir
los problemas que día con día nos arrastran al despeñadero.

Entre tanto se agudizan los contrastes de México: diez millones de sus habitantes
“viven” con menos de un dólar al día; otros sesenta millones de personas arrastran la
cobija con 7 dólares diarios; nuestra “clase media” de veinte millones de individuos,
que pasaría por miserable entre nuestros paisanos indocumentados del otro lado de la
frontera, ay la lleva con 19 dólares al día; diez millones de habitantes más, que no se
pueden quejar porque son como el promedio de alemanes, franceses e ingleses, viven
con unos 60 dólares diarios. ¡Qué bueno que hay un puñado de fortunas inmensas que
salva el honor nacional, incluida en ellas la del cuarto (¿o tercero?) hombre más rico
de la tierra!

Un breve repaso

Los mexicanos terminamos el siglo veinte con un ingreso per cápita promedio de 5,070
dólares anuales (capítulo 2), muy abajo de lo que lograron países desarrollados como
Estados Unidos, con 34 mil dólares, o como diversos países europeos, con alrededor de
23 mil dólares. En un ejercicio prospectivo presentado en el capítulo 3 nos percatamos
de que si pudiéramos sostener un crecimiento económico de 7% anual llegaríamos al
año 2025 con un ingreso per cápita de 17 mil dólares, mucho mejor que el actual pero
bastante lejos del que para entonces tendrán los países que acabamos de mencionar.

En los capítulos 4 y 5 intentamos sensibilizar al lector sobre la importancia de la


energía, y batallamos por encontrar, no siempre con la mejor suerte, las frases
adecuadas para conmoverlo. Ahí nos pasamos insistiendo en que los productos
energéticos que usamos los mexicanos son gasolina, diesel, gas natural, gas licuado,
combustóleo, turbosina, electricidad, leña, bagazo de caña y coque. El 89% de estos
productos proviene de los hidrocarburos y dado que nuestra supervivencia seguirá
dependiendo de ellos por muchas décadas más, es forzoso que administremos
nuestras reservas petroleras con prudencia.

Y es que la verdadera importancia del petróleo no radica en su valor como mercancía,


pues, medido así, apenas alcanza 3% del PIB. El 97% restante, nuestro verdadero PIB,
consiste de otras cosas y no de hidrocarburos. Tampoco es importante el petróleo por
las divisas que aporta, porque bien podría dejarse de exportar y su efecto sería como
el de un pellizco al PIB. No es importante por su participación de 40% en los ingresos
del gobierno federal, porque finalmente el gobierno no es el país y en una situación de

Especialidad: INGENIERÍA PETROLERA 68


MÉXICO 2025

crisis tendría que ajustar sus gastos y ese porcentaje se vendría al suelo. La cosa es
que aunque el petróleo como mercancía no pinte gran cosa en el PIB, ni aporte un solo
peso al gasto gubernamental, ni capte un sólo dólar del exterior, sin petróleo no hay
PIB, ni nada.

Dos barriles de crudo, consumidos como energía en el país, producen 1,000 dólares de
PIB (capítulo 7). De esos mil dólares, fácil doscientos cincuenta podrían ser del fisco
(vía impuestos) y los 750 dólares restantes beneficiar a la población dentro de una
derrama económica general. Sin embargo nos conformamos con exportarlos, para que
en tal caso el ingreso sólo sea de cien dólares y en su totalidad para el fisco.

Los hidrocarburos son para nosotros como el mismísimo aire que respiramos. ¿Sin
embargo cuánto vale el aire? ¿Quién vende aire? ¿Quién lo exporta para captar
algunas divisas?... ¡Pues nadie! ¡No se vende ni se exporta aire porque no vale nada!
No vale, claro, como mercancía, pero sin duda debe valer mucho porque sin aire no
habría vida. El petróleo es como el aire que México respira y aunque no valiera nada
como mercancía, sin él estaríamos fritos. Entre 1934 y 1982 los productos petroleros
fueron ofrecidos a los consumidores casi regalados y el país no perdió. Al contrario, se
benefició con ocho sexenios consecutivos de impresionante crecimiento del PIB a razón
de 6.1% anual (capítulo 6) y esta política mostró el verdadero valor del petróleo. A la
entrada del primer gobierno llamado neoliberal en 1982, el precio de los productos fue
aumentado de manera abusiva dizque “para evitar a toda costa el derroche y uso
dispendioso” que los mexicanos hacíamos de los hidrocarburos; pero desde entonces
se aplastó el crecimiento económico.

A consecuencia de que el gobierno vive del petróleo se dice con frecuencia que la
economía de México está petrolizada. Igual podríamos decir que está bracerizada
porque una gran parte del pueblo vive de los paisanos que trabajan en los Estados
Unidos, y que son una fuente de divisas nada despreciable. La verdad es que la
economía de México está petrolizada, como lo está la de casi todo el mundo, porque
gracias a los energéticos derivados del petróleo, el país tiene actividad económica. Esta
actividad no existiría sin petróleo, o sería casi nula. Por este simple motivo, y no por
otro, es que nuestra economía está petrolizada y por este mismo simple motivo
estamos obligados a construir alrededor de los hidrocarburos una verdadera política
energética, en lugar de deshacernos de ellos como si nos urgiera quedarnos en la calle.

Cuando en el capítulo 7 calculamos la cantidad de energéticos requerida para hacer


crecer nuestro PIB a 7% anual, encontramos que el consumo de hidrocarburos tendría
que crecer gradualmente hasta llegar al año 2025 con casi 5 millones de barriles
diarios de crudo y 10 mil millones de pies cúbicos diarios de gas natural. En el capítulo
9 comparamos estos requerimientos de energía con el perfil de producción de
hidrocarburos que podríamos esperar de nuestras reservas probadas, probables y
posibles. Al hacerlo nos enteramos que las reservas probadas de crudo no alcanzarán
para más allá del año 2011, y vimos lo difícil que será que las reservas probables y
posibles nos permitan estirar el plazo de autosuficiencia un poco más allá.

En el caso del gas descubrimos un panorama desolador. La producción no alcanza de


plano ni para el consumo de este día. Cada vez estamos acudiendo más a la
importación, y está muy claro que ni remotamente podrían nuestras reservas
probadas, probables y posibles cubrir las necesidades bajo el esquema de consumo
previsto por la Secretaría de Energía. Nos parece inconcebible que sigamos empeñados
en amarrar al gas natural una parte importante de nuestro desarrollo económico,
creyendo que podemos importarlo indefinidamente de los Estados Unidos, un país tan

Especialidad: INGENIERÍA PETROLERA 69


MÉXICO 2025

tragón de este energético que si hoy “sólo” consume 63 mil millones de pies cúbicos
diarios, para el 2025 estará consumiendo más de 100 mil millones al día. Ni dudar que
llegado el momento no nos venderán ni siquiera la migaja que estamos pronosticando
consumir, aunque tuviéramos el dinero para comprárselos, porque tanto sus reservas
como su producción están declinando vertiginosamente. Ellos siempre se colocarán a sí
mismos por delante de nosotros. ¿O vamos a importar de Irán o Rusia gas natural
licuado al precio que sea? Porque… de poder… ¡se puede! No hay impedimentos
tecnológicos. Y en tal caso más vale que aceleremos la construcción de terminales de
regasificación, al mismo tiempo que amarremos contratos de suministro de largo plazo
y reservemos todos los dólares del mundo para ello.

El gas natural licuado

Deseamos que el amable lector tenga bien clara la diferencia entre gas licuado y gas
natural licuado. El primero es una mezcla de propano y butano (capítulo 4) que se
consume en las casas y se compra en los cilindros que reparten los camiones de las
gaseras o se almacena en tanques estacionarios que periódicamente vienen las pipas a
rellenar. El segundo es el gas natural presentado en forma líquida. Este gas puede
dejar el estado gaseoso que mantiene a condiciones atmosféricas si se disminuye su
temperatura hasta su punto de ebullición, abajo del cual adquiriría el estado líquido. El
gas natural se compone de casi puro metano, y es el que algunos hogares e industrias
reciben directamente de los campos de Ciudad Pemex, Burgos o la Cuenca del
Papaloapan. Este gas natural, una vez convertido en líquido, es el llamado gas natural
licuado.

Por mucho tiempo creímos que para transportar grandes cantidades de gas natural era
forzoso hacerlo a través de tubos. Por eso decíamos que el mercado del gas tenía que
ser regional, es decir comprarse y venderse dentro de una región comunicable por
ductos. Esto significaba, por ejemplo, que México sólo podía vender su gas a los
Estados Unidos de América (EUA), o a Canadá después de atravesar EUA; o bien a
Guatemala, Honduras, El Salvador y demás países de Centro América. Viceversa, que
de necesitarlo nosotros, sólo podríamos comprarlo de estos países. Con esta limitación,
era evidente que nunca aspiraríamos a traerlo de Rusia, Irán o Nigeria.

En realidad es posible transportar el gas natural a grandes distancias desde cualquier


parte del planeta, siempre y cuando se haga en la forma adecuada. Una posibilidad es
la de comprimirlo a elevadas presiones y envasarlo en recipientes de espesores
considerables para hacer posible el almacenamiento de grandes cantidades en poco
espacio. Otra es que se licue a la presión atmosférica mediante la disminución de su
temperatura hasta alcanzar su punto de ebullición, que es algo así como 127 °C bajo
cero, y entonces transportarlo en envases adecuados como a un líquido cualquiera.
Esta última modalidad ha sido ensayada con éxito por varias décadas y cada vez cobra
mayor significado en el transporte de gas en cantidades industriales. Fue EUA el
primero en realizar embarques importantes desde Alaska, con destino a Japón, desde
hace más de treinta años.

Hoy día se consumen en el mundo cerca de 20,000 millones de pies cúbicos diarios de
gas transportado en forma de líquido. Los países exportadores, en orden decreciente
de importancia por los volúmenes que venden, son Indonesia, Argelia, Malasia, Qatar,
Australia, Brunei, Omán, Nigeria, Emiratos Árabes Unidos, Trinidad y Tobago, Libia,
Taiwán y hasta los propios EUA, Japón y Corea del Sur. El volumen señalado es cuatro
veces la producción de México.

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MÉXICO 2025

En orden descendente por el volumen que consumen, los países importadores son
Japón, Corea del Sur, Estados Unidos, España, Taiwán, Francia, Italia, Turquía,
Bélgica, India, Portugal, Puerto Rico, Grecia y República Dominicana.

Para que el gas natural producido en alguna región remota del planeta pueda llegar a
los centros de consumo, es necesaria la existencia de tres elementos: 1) una planta de
licuefacción al alcance del productor; 2) un medio de transporte para que el producto,
debidamente licuado, viaje de un sitio a otro; 3) una planta de regasificación a
disposición del usuario final.

En la actualidad hay en el mundo cerca de doscientas embarcaciones dedicadas al


transporte de gas natural licuado (GNL o LNG). La capacidad de cada buque va de 25
mil a 145 mil metros cúbicos. Los de mayor capacidad son de fabricación más reciente.
Veamos en seguida qué significan estos volúmenes.

Un volumen de 145 mil metros cúbicos pesaría 145 millones de kilogramos, o bien 319
millones de libras, si fuera de agua; pero al ser de gas natural licuado su peso es de
sólo 95 millones de libras. Por otro lado, puesto que 16 libras de metano expuestas a
una temperatura de 60 ºF a la presión atmosférica (14.7 libras por pulgada cuadrada),
ocupan un volumen gaseoso de 379.4 pies cúbicos, entonces la carga de un barco de
esta capacidad equivale a 2,700,000,000 pies cúbicos, es decir 2.7 MMMpc. ¿Cuánto
de gas es esto, comparado con algo familiar? Veamos: un pozo sin interrupciones
operativas, con un ritmo de producción inicial de 5 millones de pies cúbicos diarios y
declinación ligeramente superior a 5% mensual, alcanza a acumular en su vida
productiva un volumen de 2.7 MMMpc.

O sea que, en nuestros días, a un usuario le es posible pedir que le traigan un pozo
como el que acabamos de describir y que se lo pongan en el patio de su casa. Con tal
pozo no tiene que esperar años para extraer el total y puede, en caso necesario,
explotarlo a razón de 15 millones de pies cúbicos diarios durante seis meses sin
declinar, o, por ejemplo, hasta 90 millones de pies cúbicos diarios durante 30 días. Por
eso cuantas veces viéramos pasar un barco cargado de gas natural licuado, podríamos
decir: “ahí va navegando un pozo de Burgos”.

El petróleo, la salvación energética

A lo largo de este trabajo nos ha venido quedando la sensación de que los gobiernos
recientes no se han interesado en resolver el gravísimo problema energético que se
avecina. Mientras tanto insisten en imponernos de manera irreflexiva el uso de un
energético que no tenemos, que es el gas natural. Si nos esforzamos lo suficiente a lo
mejor algún día llegamos a tenerlo en las cantidades que reflejan esos “planes”
gubernamentales (capítulo 9), pero mientras eso no ocurra, nuestra tabla de salvación,
temporal pero más segura, sigue siendo el petróleo; como energía, claro.

Hemos dicho hasta cansar a los lectores que el petróleo sólo es útil cuando a través de
su refinación se le convierte en productos energéticos. Por esta razón no estaría mal
que de perdida lo vendiéramos “cocido” y no “crudo” como lo hacemos. ¿Pero qué
podemos lograr con una capacidad efectiva de refinación de apenas 1.3 millones de
barriles diarios, que ni siquiera satisface nuestras propias necesidades actuales? De
acuerdo al cálculo que presentamos en el capítulo 11, necesitamos llegar al 2025 con
una capacidad de refinación de 4.6 millones de barriles diarios, lo que exige que

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tengamos 15 refinerías más, semejantes a las 6 que hoy tenemos. Tome nota el
amable lector que estas refinerías deben ser construidas en menos de veinte años.
¡Casi una refinería por año, empezando ya!, aparte de tres centros procesadores de
gas de 1,000 millones de pies cúbicos diarios cada uno, que necesitaríamos construir
en menos de seis años para secar y endulzar el gas en caso de que lo produjéramos en
nuestros campos.

Ni duda cabe que nuestra soberanía energética debe apoyarse en dos columnas: la
capacidad de producción de crudo y la capacidad de refinación. La primera es fuerte
hoy día; la segunda es muy débil. Ninguna refinería hemos construido desde 1979
(capítulo 10) y somos deficitarios en producción de refinados. Que se sepa, para
disponer de más refinerías no se necesitan más que dos cosas: querer y poder. Para
poder se necesita dinero y ese lo hemos tenido de sobra (capítulos 11 y 12). Lo que
nos ha faltado es querer, porque la “voluntad política” está en espera de una “reforma
energética” que no se necesitó para construir las seis refinerías que hoy tenemos, ni
para haber mantenido por décadas la producción de crudo en alrededor de 3 millones
de barriles diarios y la de gas arriba de 4 mil millones de pies cúbicos por día. Nos
volvemos a preguntar: ¿Qué significará la tan cacareada “reforma energética”? ¿Será
acaso dejar de depender de energéticos petroleros, para empezar a usar otros?
¿Alguien lo entiende? Si nuestros energéticos son la gasolina, el diesel, la turbosina, el
gas licuado, el gas natural, el combustóleo, ¿qué será la “reforma energética”? ¿Será
abandonar el uso de estos hidrocarburos para incursionar en serio en los terrenos de la
caña, el viento y el sol?

Por ningún lado se ve que estemos apuntalando nuestra soberanía energética. Cuantas
veces producimos más petróleo es para exportarlo tal como sale de la tierra: crudo.
Mientras tanto, peligrosamente dependemos cada vez más del exterior para conseguir
energéticos petroleros y lamentablemente vamos a necesitar que el destino nos
alcance para reconocer que siempre pudo ser más fácil crecer con energía barata
(propia) que con energía cara (importada).

Hoy producimos petróleo crudo por arriba de nuestras necesidades energéticas, pero
somos importadores de energéticos. Ganas de producir más crudo no nos faltan, pero
sólo para seguirlo exportando y exportando. Al paso que vamos pronto se agotará
nuestra capacidad de exportación y, lo que es peor, a la vuelta de la esquina
podríamos vernos importando también crudo. Por el camino que estamos transitando,
para llegar al año 2025 con autosuficiencia energética necesitamos descubrir y
desarrollar, tan sólo de crudo y en adición a nuestras reservas actuales, algo así como
12 mil millones de barriles. Sin embargo veamos cómo nos ha ido en este renglón:
entre el 1 de enero de 2000 y el 1 de enero de 2006 nuestras reservas totales pasaron
de 58,204 MMbpce a 46,418 MMbpce, es decir que cayeron casi 12,000 MMbpce en
seis años. Así que llegar con autosuficiencia energética al año 2025 será una verdadera
proeza; un reto que no puede ser enfrentado con medidas improvisadas de la noche a
la mañana. Nuestra conducta de los últimos años nos está conduciendo
aceleradamente a un naufragio que en el mejor de los casos sólo frenará nuestro
crecimiento económico, pero que pudiera ser desastroso por sus múltiples y graves
consecuencias, pues primero entraríamos a un estancamiento y después vendría el
desplome que nos haría llegar a 2025 de todas maneras pobres, con una población
mucho mayor, pero agotados.

Juzguen los señores exploradores mexicanos, a quienes ha correspondido el mérito de


descubrir los 35 mil millones de barriles de crudo que hemos extraído en toda nuestra
historia, si incorporar a corto plazo las reservas que hemos señalado es factible de

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lograrse o no lo es. Con la esperanza de equivocarnos, casi podemos asegurar que


nunca alcanzaremos metas así de ambiciosas en tan corto plazo. Por eso es imperativo
destinar hacia nosotros mismos el petróleo que nos queda, en lugar de seguirlo
exportando de manera tan imprudente y miope como lo hemos hecho hasta hoy, que
no hemos aprendido a extender nuestra visión a más allá de un sexenio. Urge que
comprendamos que veinte o treinta años en el futuro de un país son apenas corto
plazo, y que las vacas flacas tocan ya a nuestras puertas.

CAPACIDAD DE PRODUCCIÓN Y REQUERIMIENTOS DE HIDROCARBUROS


M ILES D E B A R R ILES D IA R IOS D E PET R ÓLEO C R U D O EQU IV A LEN T E

14,000
12,000
e nt os
10,000 e rimi
u
8,000 Req
140,000 MMbpce
6,000
4,000
Produc
2,000 ci ón
-
2007

2010

2016

2019

2025

2028

2034

2037

2043

2046
2004

2013

2022

2031

2040

2049
Para llegar autosuficientes al año 2050 necesitaríamos la increíble cantidad de 140,000
millones de barriles de petróleo crudo equivalente. ¿Quiénes en el mundo tienen
reservas así, como para conseguirlas de ellos si nosotros no las encontráramos en el
subsuelo nacional? Ya vimos en el capítulo 11 que reservas probadas de crudo de
250,000 millones las tiene Arabia Saudita; del orden de 100,000 millones de barriles
las tienen Irak, Irán, Emiratos Árabes Unidos y Kuwait; del orden de 75,000 Venezuela
y la Federación Rusa. Por lo que hace a gas, la ex-URSS tiene 2,000 miles de millones
de pies cúbicos, equivalentes a 400,000 millones de barriles de petróleo crudo
equivalente e Irán 1,000 miles de millones de pies cúbicos, equivalentes a 200,000
millones de barriles de petróleo crudo equivalente. Pero lo que estos países poseen,
hace mucho que fue asegurado por otros, para su consumo.

Los técnicos petroleros

Hemos venido insistiendo en que la explotación de las reservas probables y posibles,


en adición a las probadas, podría estirarnos la holgura hasta el 2020. Sin embargo así
como es de fácil proponerlo es de difícil conseguirlo. Hacer producir hidrocarburos de
esas acumulaciones no es sólo cosa de perforar pozos diciendo “píquenle aquí o
píquenle allá”. Antes de obtener una gota de petróleo proveniente de esas reservas es
necesario realizar extensos estudios de ingeniería de diversas disciplinas y traducirlos
en sólidos proyectos de inversión. Para ello no basta tener dinero; hacen falta
especialistas, en número y calidad, que realicen las investigaciones y efectúen los
trabajos de campo y gabinete. No vamos a estar siempre dependiendo de extranjeros
para todo. En este renglón hemos cometido otro grave error al descuidar la formación
de profesionales en el área de las llamadas ciencias de la tierra. La matrícula en
nuestras únicas dos escuelas de ingeniería petrolera, UNAM e IPN, es muy pobre. Sin
embargo esas instituciones no pueden impulsar tales especialidades si el gobierno no

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es capaz de otorgar certidumbre de desarrollo profesional a los egresados de las


mismas. El país no puede darse el lujo de desperdiciar recursos, formando
profesionales frustrados que sólo egresen de las aulas para engrosar las multitudes de
subempleados.

Cuando los Estados Unidos, hace sesenta años, tenían una producción petrolera
inferior a la actual nuestra, ya contaban en Texas, Oklahoma, Louisiana, Pensilvania,
Colorado, California, Kansas y muchos estados más, con varias universidades, centros
de investigación y fábricas de equipo dedicados al petróleo. Nosotros pronto tendremos
que enfrentar lo que hace mucho debimos hacer, que es entrarle a las aguas
profundas, pero lo haremos arrinconados por la vida, totalmente dependientes
tecnológicamente, porque, como siempre, no nos interesó adquirir gradual y
tenazmente la experiencia añejada que una proeza de esas dimensiones requiere.

Nuestros gobiernos, con su miope política, han alentado el abandono tecnológico en


que nos encontramos. La telaraña ha envuelto a nuestras escuelas, las cuales, con un
candor que conmueve, ignoran los verdaderos y enormes retos que se avecinan. El
marasmo ha hecho muy dependiente del exterior a nuestra industria. La propia
Secretaría “de Energía” es indolente y apática respecto del ejercicio de sus funciones
elementales. De la misma manera en que Pemex ha sido capaz de engrosar
inútilmente su equipo de administradores corporativos, no vemos por qué no pudiera
absorber 10 mil ingenieros petroleros en los próximos 20 años. Por desgracia este
personal profesional no se improvisa de la noche a la mañana y tiene que ser formado
cuidadosamente en las escuelas, a un ritmo necesariamente lento. Si cien ingenieros
se formaran cada año, nuestras escuelas necesitarían cien años para producir diez mil
y sólo si produjeran quinientos ingenieros por año podrían alcanzar la meta de diez mil
profesionales en veinte años.

La energía es uno de esos bienes que sólo cuando escasean reflejan en toda su
magnitud lo que valen. Difícilmente nos percataremos de la importancia de los
energéticos mientras los sigamos teniendo. Se nos abrirán los ojos cuando empiecen a
escasear; cuando, por desgracia, ya nada se pueda hacer. ¡Quién tuviera la previsión
de aquellos pueblos de memoria milenaria que habitan los sitios más inhóspitos del
globo, “casualmente” los más ricos de la tierra! Hoy todavía es tiempo de iniciar con
ganas la formación de esos técnicos petroleros, que es lo más difícil de lograr de entre
todos los elementos requeridos.

Los legisladores

De verdad, el rumbo de nuestra industria petrolera no puede seguirse sujetando a las


necesidades y criterios particulares de los gobiernos en turno. La industria debe ser
intocable en su misión. Los destacados profesionales que la administren y conduzcan
deben apegarse a un mandato supremo de lineamientos claros, políticas bien definidas
y planes de largo plazo discutidos y aprobados por las cámaras legislativas, que son las
indicadas para vigilar la buena conducción del país y en particular la de nuestra
empresa petrolera, vital para la Nación. El poder legislativo está llamado a jugar el
papel fundamental en el futuro de México.

Cuando los legisladores hayan sentado las bases firmes para un verdadero crecimiento
económico nacional, su realización será una obligación y no un gracioso don del
gobernante en turno. De aquí que el plan nacional de desarrollo deba ser elaborado y
vigilado por las cámaras legislativas hasta el detalle de señalar qué carreteras, qué

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puertos, qué aeropuertos, qué vías férreas, qué refinerías y qué producción petrolera
tener. Haber dejado esta responsabilidad al criterio del Ejecutivo Federal nos llevó al
atolladero en el que nos encontramos hoy y significó la bancarrota financiera del
rentabilísimo negocio que es nuestra industria petrolera. Los legisladores deberán
evitarnos incluso hasta los absurdos que nos vemos obligados a presenciar y sufrir, de
estrenar siete secretarios de energía en diez años, como si las responsabilidades de
ese puesto no fueran tan delicadas lo mismo que trascendentes.

No necesitamos esperar más tiempo para que el sueño maravillo de salir de pobres se
realice. Basta que tomemos el camino correcto, que invariablemente comienza por la
ruta del aseguramiento de la energía. Esa ruta, que emprendida con seriedad, será el
mejor detonador de progreso que jamás hayamos tenido.

Las promesas

El prometer no empobrece. Los políticos en campaña electoral, o en el desempeño de


puestos públicos, prometen con mucha facilidad hacer esto y aquello sin que en
general tengan una idea clara de lo que se requiere para que sus compromisos se
cumplan. En un informe equis, de pronto reconocen que la economía no ha crecido y
que los problemas del país se agudizan debido a que la población se multiplica más de
lo recomendable desde que ellos asumieron el cargo; sin embargo rematan su discurso
con la afirmación de que, pese a todo, el actual ingreso per cápita es mucho mayor
que antes de que ellos tomaran el poder. Podríamos afirmar que tras semejantes
declaraciones no hay la intención de mentir, ni mala fe. Engañan por ignorancia, pues
la terrible soberbia que les da el poder los ciega y ensordece hasta el grado de negarse
a recibir la ilustración de asesores, amigos o subordinados.

Los elementos hasta aquí presentados y discutidos pueden ser utilizados como
instrumentos para medir las posibilidades de realización que en materia de crecimiento
económico tienen las promesas de los políticos. Estos elementos nos pueden ayudar a
saber si lo que ellos nos prometen es factible de lograrse o puro cuento. En el caso
concreto de la economía del país, desde hace mucho nos están prometiendo
crecimientos de 7 o más por ciento anual. Los “conocedores” se siguen aventando la
puntada de asegurarnos que no es posible sobrepasar el 3.47% anual o algo así, sólo
para que, con una precisión aritmética como ésta, nos quede la impresión de que su
propuesta proviene de sesudos cálculos econométricos realizados por un equipo de
expertos. No tenemos que seguir escuchando rollos interminables, o razonamientos
perversamente enredados y mentirosos, porque ya sabemos que basta fijarse en unos
cuantos elementos sin cuya posesión no es posible lograr crecimiento económico
alguno. Para saber realmente si avanzamos en el camino correcto o no, basta que nos
fijemos cómo vamos en energía, agua, comunicaciones, garantías, salud, educación y
otros.

Todos los intentos que haga México para ir en pos de un rumbo promisorio serán
fallidos mientras no dé los pasos atinados en la ruta de la energía. Si los gobernantes
en turno, sean del color que fueren, quieren en verdad sacar al país de este terrible
hoyo en que lo sumieron sus antecesores, deberán dar los pocos pasos aquí marcados
y tomarlos como la receta mágica, como verdades que no necesitan demostración.
Como axiomas y punto. No aplicar la receta significará seguir sumiendo al pueblo en la
miseria más espantosa.

Especialidad: INGENIERÍA PETROLERA 75


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El final

Hemos mostrado un camino seguro para que los gobernantes del país, de todos los
niveles e instancias, empezando por el mero mero del poder ejecutivo, construyan
para los mexicanos un futuro promisorio permanente de largo plazo. Y seguro que “la
habremos hecho” cuando los legisladores se atrevan a proveer los instrumentos que le
den certidumbre a nuestro rumbo; cuando el poder judicial resuelva controversias
dentro de una visión integral de largo plazo que beneficie al país; cuando las
instituciones educativas y los centros de investigación reorienten sus programas de
trabajo hacia lo trascendente; cuando las asociaciones de profesionales ejerzan sus
funciones con un verdadero sentido de progreso para la colectividad; y cuando los
periodistas y comunicadores en general, con esta verdad en la mano, cuestionen sobre
sus actos a todo funcionario que haciéndose el chistoso pretenda salirse del rumbo
marcado y engañarnos a todos.

Si seguimos en la somnolencia profunda mientras nuestra vida transcurre como hasta


ahora, con crecimientos económicos marginales y por lo tanto sin que el país reclame
cantidades importantes de energía; si dejamos que se siga decidiendo la exportación
de “excedentes” petroleros, creyéndolos ilimitados; si seguimos haciéndonos de la
vista gorda mientras nuestra energía petrolera se nos va sin decir adiós; si cerramos
los ojos ante el peligro que nos acecha, sólo para descubrirlo cuando ya sin remedio la
patria se nos haya deshecho entre las manos, entonces nos daremos cuenta de que
también era cierto que un país sin energía es un país sin futuro.

En la resurrección de Pemex el Gobierno Federal tiene la palabra, con dos simples


medidas: 1) Derogar su actual régimen fiscal; 2) Proponer la aprobación de un
régimen fiscal que permita a la empresa liberarse de todos sus adeudos en un plazo de
tres a cinco años y empezar una nueva vida con sus finanzas saneadas. La coyuntura
actual de los elevados precios del petróleo hace posible esta solución. ¡Ahora o nunca!
Es urgente que Pemex, plenamente fortalecidas sus estructuras productiva, comercial,
administrativa y financiera, crezca a toda prisa para cumplir cabalmente la única
misión que siempre debió tener: ser el proveedor energético de México. Los mexicanos
no queremos otra cosa de nuestra industria petrolera. Nos daremos por bien servidos
con tener asegurada la energía, porque ella nos proyectará hacia un futuro lleno de
éxitos. Y cuando pasen los años y llegue el 2025 veremos que valió la pena tomar
estas medidas, tan sencillas como patrióticas, para resolver un gravísimo problema
nacional. No cabe duda: sólo tienen futuro los países que tienen energía.

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AGRADECIMIENTO

Expreso mi profundo agradecimiento al licenciado en economía Eloy Ocaña del Río,


entrañable amigo, por compartir conmigo su valiosa información.

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CURRICULUM VITAE

Luzbel Napoleón Solórzano tiene el título de Ingeniero Petrolero y el grado de Maestro


en Ingeniería Hidráulica, ambos otorgados por la Facultad de Ingeniería de la
Universidad Nacional Autónoma de México donde por varios años impartió
Matemáticas, Mecánica de Fluidos y Economía de la Ingeniería en el nivel profesional y
de cuyo nivel de posgrado es desde 1973 el profesor de Análisis de Rentabilidad
Económica de Proyectos de Ingeniería Petrolera. Su trabajo académico le ha permitido
dirigir innumerables tesis profesionales y de maestría.

Como investigador del Instituto Mexicano del Petróleo desarrolló los primeros
simuladores matemáticos hechos en México para el estudio de yacimientos de gas no
asociado y de yacimientos de aceite, gas y agua. Como funcionario de Petróleos
Mexicanos ocupó, entre otros, los cargos de Jefe de la Unidad de Nuevas Técnicas de
Ingeniería de Yacimientos, Gerente de Planeación de la Región Sur y Subdirector de
Planeación de Pemex Exploración y Producción. Del Colegio de Ingenieros Petroleros de
México fue presidente nacional en 1995-1996.

Entre las asesorías, talleres y cursos impartidos por él en los últimos diez años
destacan los de análisis de riesgo y evaluación económica de proyectos de exploración,
desarrollo de campos, recuperación mejorada, perforación de pozos y optimización de
instalaciones. Por otra parte, ha participado como instructor en diversas universidades
e institutos tecnológicos del país.

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