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nrnrsrrador SeLntiago Cucisto,,.

1g96, AGN_

. nunidad rle l¿¡lco se qucjan de


halrerles
o ma. bren Jicho de los lerrenu: que
-. l¡enen
1893, Achr,cc_so.
io oue manda vender las tienas
''. ts9,i. de Asunción
AGN_CM.MG.
alco'. 1890. AGN'CG_So.

rucz partidor de la comuniclad


de indíeenas
.u.nta que le corresponde,,, ISS-5,
eiS.
rcn.r que ei admiuist¡a¿lor señor
Simeón
iireno. ¡nunjcipalcs". lSg§, 46c.
'1i 9. CONCLUSIÓN
: de Jua1ra", i862, AGN,CT_C
aja2tDoc.2.

Tierra,.forma.ción de clases, estatlo


:ial a jos pueblos del Departamento,,,20 ,v- en la historia salvctcloreña
de
En el periodo coroniar, ras comunidades J/\
sobr: repartición de terrenos campesinas de Er salvador
comunales,,. n

-tanto indígenas como radinas- eran económicamente


productivamente activas en ros üiil;
mercados rocares y cre exjortación. i
t .ij
. -rl de agcsro de 18g5, AGN-CG_SO.
:.;unales". E de octubre Las comunidades campesinas producían
de 1gg5, AGN_Ce. con éxitt el añij y, gene-
'l'enldor del Departamento de Sonsonate ralmente, se ras affegraban para
.¿r ua . febrero c.te 19g6, AGN-CG_SO.
coexistir con los más grandes pro-
rie Lc¡:; (l¿ñales,', I E9 l, AGN-CG,SO. ductores dei tinte. Más de la mitad
rl Supremo Gobierno le conceda lisencia de la cosecha d. ;;i;;,
cultivado y procesado por pequeños
lanales". 1892, AGN_CG_SO. y medianos productores, la
iales . i892, ACN_CG SO; mayoría de los cuales crependía de
;'r1a,:, r, lU de junio
Gobenta<ior de forrnas comunares y municipa-
tic lxql. A(iN.{pC. Ies de tenencia de la tierra y, frecuentemente,
, ;
rnicrpalit.lad cle Ia r illa .le
El progreso también de formas
':las rierras',. Ig95. AGN-CM_MG. comunale§ de producción. Estas
r¿Jes . IE92, AGN-CG-SO; .,pr<¡tocolo
comunidades campesinas propor-
cle cionaban la base para una agriculrura
¡ l:r -runsdicción de la \¡illa El progreso,,, de subsisrencia y dr;iiJ;;;
dad al permitir que sus miembros titularan tás
desarrollaran diversos moderos de
tierras y
uso de la tierra y de procrucción
; comunales Ranchador y Sitio del ñño agrícola' La ma¡zoría de estas comunidades
adquirieron tierras por
i93. AGN-CM-MG. concesión o compra a flnales der
sigro xvrr, un período de creci-
conrunales Ranchador y Sitio miento demográfico e incrementadaáctividad
del Nino
comercial. Gracias a
oor doña Anselma Linares su organización corporativa. también
rle Arcia con-
se le enfeguen unos ter¡enos,,,
estuvieron *n .ufu.ioad cre
1g76, ponerle límites a ras eracciones
de ros terratenientes rocares y gua-
comunales Ranchador y Sitio temaltecos, de ros comerciantes y
del Niño los funcionarios crer estacl0. .Bl
acceso gara,tizado a tiera y la producción para n .r.uJó
-ra
comercial les dio mucha agsgqgÍA, u p.ru, de que las"r comunida-
des indÍgenas tuvieron qne aguantar
,as cargas que el estacio coro-
nial les impuso directamente.

331
Jffi ''{'- 1

fuÉ-
+'r*n-"'
;S
\'/
1

t
U

rj slstemas

empresarios
los que pertenecían a la más
distante eiite de
Guatemala, sintieron los efectos
del declive económico. Los
y comerciantes salvadoreños sólo terra.
podían contar con los
iocales como
un período

sobre linderos entre


y haciendas habían sido infiecuentes
y había poca
o en torno a las tierras sin

a problemas vinculados
mano de obra, al capital y a al acceso a la
los mercados, la proclucción

w
las haciendas había disminuido de añi1de
abruptamente desde ia independen-
cia.
SUS

fue de un
y estable que apoyara en las
política y militar del
a nivel local otorgaba, con
frecuencia, una ventaja a
comunidades campesinas
cuando se trataba de disputas
Ademas de reclamarle al gobierno sobre
el derecho de las colec_
municipales a tener tierras suficientes
para el autosusten_
to de sus miembros-
municipalidades y comunidades
.algunas
llegaron a comprar haciendas, hasta
o simplemente las reclamaron por
derecho de posesión continua.

332
lor se independizó <1e
Como consecuencia cle la declinación de las haciendas, el aumen-
dc la tierra y la organi- to de la población y la presión política descle tra base, las-fomA§*{9 {"
:arácter comunal conti- tg-uen&ia-eomunal de la tierra'se tomaron aú4 g_rls
s hacienclas declinaban -ipp_grtanres e!lJq.*
1a"s-decadas-de.1820 y- 1870, Después de la década de 1830, el esta-
olapso del estado colo- \
do reconoció dos formas de tenencia comunal de la tierra: los ejidos
po1ítica y la insurgen- municipales y las tierras pertenecientes a corporaciones o comunida-
.ratar las redes sociales {-'rr.q
des. A pesar de que se encontraban separadas generalmente, en algu- 'f
rcdu.|o eleotapso de hos ¡
nos pueblos dominados por una mayoría étntca ias tierras comunales
;o de mano deobra;de y los ejidos se administraban como si fueran la misma cosa. ri^
r apuntalad"o .l a*p:Ss_p"e+ Tanto los gobiernos conocidos como liberales y los denómina-
f",1"

ación. Los empresarios dos comúnmente como conservadores reconocieron el derecho de


1a más distante elite de
ios campesinos a la subsistencia al sancionar estas dos formas de
económico. Los terra- tenencia de la tierra. Las diversas f'acciones militares que controla-
podían contar con los ron el estado apoyatran el estatus legal de las tieras del común y
: buena parte,del-siglo permitieron o estimularon su expansión. Los liberales republicanos
c ión de la.mov"ilización
de comienzos del siglo xtx, los o'conservadores" de mediados de
siglo, y los iiberales más pragmáticos de las décadas de i860 y
s sobre linderos entre 1870, apoyaron todos el acceso municipal y comunal a las tierras.
ecuentes y había poca Además, la dependencia de los recursos controlados por la comu-
:t iL4"gSPq' HastaSine,l- nidad convirtieron a estas dos formas de tenencia de las tierras del
ias haciendayne"se**ti- común en un elemento fundamental de la vida campesina de El
Lnculados al acceso a la Salvador" Hacia la década de i860 se habían conyerlido en-Ia-carac,. -.
t producción de añil de
tgÍslrc¿ dorniñante- del parsaJe
e clesde la independen- 6¡,¡''I
Las comunidades no só1o eran agrupaciones propietarias de tie¡
r muy. endeglgdg.,-e rras con personería jurídica sino que también controlaban el acces{ *1
robiema.aqU§-iQ.qal para ,'
a los sistemas de riego, apaftaban tierras para la rotación de culti.l
ie un sobierno central pá*o
.......Y.,. vos y protegían las áreas boscosas y las tierras comunes d" pustol
lta s loc aiss,.'o'1,es-ayu- reo. Promovían las identidades étnica y política a nivel local y la
zapolítica y militar del defensa de los intereses loc ales, a la vez que formaban alianzas
cuencia, una ventaja a polític as regionales o nacionales más amplias. La expansión e ins-
taba de disputas sobre titucionalización de las formas de tenencia en común de la tierra
1 derecho de las colec-
durante estas décadas no sólo aseguró el acceso de los campesinos
rtes para ei autosusten- a los recursos para su subsistencia, sino también propició formas
s .v comunidades hasta más complejas de producción comercial y actividad política. El sis-
rte las reclamaron por tema incluso permitió que muchos salvadoreños residentes en los
pueblos tuvieran acceso a la tierra.

J.1J
,rA,
Ñ"W ,-'*u,"''tá&§
No obstante, la tenencia comunar de la tierra también generó
,l
{ probiemas importantes. La incipiente diferenciación
social interna
y el crecimiento de las comunidades crearon tensiones
entre indÍ-
g§:¡as+-tedinüs. El sistema dependía de la solj(a¡:idad y
t la adrñi_*
nistración locales para la organizació, ¿.t uíffiür'.?ecursos.
El
uso comunal de las tierras y la organización de
las comunidades no
fueron nunca totalmente democráticos o igualitarios
y en el contex-
to de una creciente el aumentaban las
posl de conflictos locale La dependenci a s campesl-
o municipales agudizaba la competen_
cia. El creciente uso de las tierras comunales por artesanos,
labradores e, incluso, profesionales acarreó nuevas
tensiones
Estas agrupacione s habían perdido algunos de
los privilegios
corporativos y las defensas legales que disfrutaron
durante la colo-
nia. Después de la independencia, surgió una contradicción
.t
,r
en rela_
ción con el control comunal de Ia tierra en un contexto
l donde otros
4 privilegios corporativos,
tl
I
tales como los sistemas legales y adminis_
trativos del período colonial, ya no tenían vigencia.
a

§ Una economía
comercial en expansión propició la diferenciación
económica entre
productore s campesmos, en tanto la concesión
a unas agrupaclones
exclusivistas de un monopolio sobre importantes
fricciones con ladinos migrantes y empresarios
recursos provocó I
urbanos que anda_
ban en busca de tierras
Los éxitos y las limitaciones de las tierras del común
que se
desarrollaron dentro de este sistema variaron grandemente
de una
región a otra. Debido a esta diversidad, es impásible
hacer genera-
lizaciones para todo el país. Las diferentes costumbres
locales frus_
traron los intentos del gobierno de regular er uso
de la tierra, y estas
$ diferencias obligaron a los funcionarios locales a lidiar
con un com-
:int"io mosaico de disposiciones legales, curturas locales y variados
de uso de ra tierra en un momento en que Er sarvador
ipatrones
,u, :^p.r,,Tentaba importantes cambios socioeconómicos. Los co¡fl ic_
,,,31 nllulcos y administrativos que se susciraron a raízde la aplña-
"-t ción de políticas nacionales en diversos .conrextCIs' ToóáIé*i
¿uüiáié,
problema adicionales.

t.l
\
\
334
¡?
,' FiL\,a j
-a ;'
ú,{a,1
de ia tierra también generó Políticct campesina y fornrución tlel estado
drterenciación social interna Cualquier invesiigación cre ra historia de las comunidades
lrearon tensiones entre indí- y el carn-
pesinado debe ir más allá e1e ios temas de ia
tierra y la agricultura.
de la solida-¡:idad Jv la adñI-
*
'=r¡ñ*rqqs
r del uso de los recursos. El
eción de las comunidades no
Los campesinos y los aftesanos desempeñaron un
nante en los procesos políticos clel siglo xlx. Las
pe s tu-as,-especialmente las de
sln
papel determi-

u11
rw
o igualitarios y en el contex- sostén te de las facciones EN SUS por
-1 mercado , aumentaban las

de pendencia campesr-
ales agudizaba la competen-
estructuras del estado nacional eran débiles los
, "t^
d:
el poder necesitaban apoyo popular. La re lación É&
comunales por aftesanos, \.:w
dades clmpesinas y las luchas enÍre:facclones q
irreó nuevas tensiones. nivel nacional,
junto a las condiciones agrarias locales,
r aigunos de los privilegios influyeron en la moviliza_
ción política y social. Los campesinos y los artesanos
drsfrutaron durante la colo- se habían
movilizado por su cuenta y habían fbrmado alianzas
ió una contradicción en rela- importantes
con otros sectores sociales desde antes de la indepenclencia.
r en un contexto donde otros Habían
participado en consprraciones independentistas
; srstemas legales y adminis- durante la década
de 1810: Ias milicias campesinas se habÍan aliado
ían vigencia. Una economía con dirigentes de
las elites religiosas, politicas y militares: los indígenas
:renciación económica entre se habían
sublevado contra los ladinos; y los conflictos
ncesión a unas agrupaciones entre facciones den-
tro de las comunidades habían estallado duran te la partición
nportantes recursos provocó de las
tierras comunales.
:resarios urbanos que anda-
Los conflictos en torno a asuntos rocales usualmente
preciispo-
nían a las comunidades campesinas o a facciones
is tieffas del común que se
- más pequeRas -
a tomar cierto tipo de acciones, pero ra posibilidad
anaron grandemente de una de forjar alian- ...
zas y su éxito o fracaso dependían cle otras
fuerzas. Los campesinos
. es imposible hacer genera-
con tierras y vincurados a comunidades pudieron
ltes costumbres locales frus- mouiti)urr" , /
aliarse con dirigentes de facción no sólo para
lar el uso de la tierra, y estas defender sus rrt.r.r.. í
materiales inmediatos, sino tamtrién para establecer
, locales a lidiar con un com- alianzas I
tégicas -políticas y étnicas- que, con frecuencia, "rrru_
. cuituras locales y variados trurr"nol* iu* [
fionteras del estado salvadoreño. . :

rmento en que El Salvador


La llamada revolución liberal de 1g71 en Er sarvador
n oeconómieos: Les-cqsfl ic - no fue
una ruptura abrupta de las políticas de estado
uscitaron araíz de la aplica- o ideorogía, ni siquie- [
ra del modo de hacer política. Si comparamos, por
s c on textóskieZfl é§óáffiiñ n ejemplá, .1 i
gobierno de Francisco Dueñas (1g63-rg71)
co,.t a. ,, sucesor
"liberal", santiago Gonzárez (r g71-r g76),
no hay mucha dif.erencia
en lo que se refiere a ra administración del
estatro, la participación

r -l
335 ?'* ¡o

'rÉi'''
política, el apoyo de pueblos y comunidades. la política económi-
ia, la pr.omoción de las exportaciones y así por el estilo. (A Dueñas
se le Jescribe con frecuencia como conservador, pero sus lealtades
formales, su planteamientos irJeológicos y sus políticas eran libera-
les). Las facciones y los partidos poiíticos salvadoreños siempre
fueron débiles, inconsistentes y pragmáticos Y, Por lo general, pro-'
fesaban un asomo de iiberalismo. Las diferencias entre conserva-
dores y liberales tenían que ver más con las luchas concretas entre
facciones y su posición en'relación con la política faccional e inter-
estatal del ístmo. Los acontecimientos de 1871 no representaron la
súbita toma del estado por una clase particular, o por una fracción
de clase. Más que otra cOSa, fueron un eslabón más de una larga
cadena de alianzas e intervenciones en que participaron Guatemala
y sus aliados locales, una densa red de luchas y alianzas que ningún
historiador ha logrado desenmarañar todavía.
El estado nacional no era la institución más idónea desde la
cual formar y fortalecer una oligarquía económica. La mayoría de
los presiclentes y sus principales colaboradores perdieron las pro-
pieclades que habían acumulado durante su gobierno, esto es, los
nuevos gobernantes exiliaban o asesinaban a sus antecesores y
expropiaban sus fincas, a la vez que usaban sus cargos para adqui-
rir propiedades para sí. Avanzado el siglo, los funcionarios de
gobierno también se encargaban de ias empresas agrícolas del pre-
sidente. Si para aigo servía el poder nacional ela para pr«rteger los
negocios ilícitos de unas elites políticas inestables, competitivas y
fiagmentadas, la mayoría de cuyos integrantes comenzaron como
oficiales militares y mantuvieron su poder sobre esa base.' La
mayor parte de los salvadoreños acaudalados estaban ocupados
con sus inversiones (especialmente mercántiles) y pocos se sintie-
ron atraídos a participar en la política de los caudillos militares.
¡ Esos propietarios o capitalistas que han sido señaiados como evi-
\
dencia del control del estado por la oligarquía, en realidad reco-
ti.é"
4q.
'J(,I 4l

\ rrieron una trayectoria opuesta en la década de 1880, fueron


hombres que comen zaron como oficiales militares, se involucra-
en la política de facciones y usaron ese poder para fortalecer
'l-4
te su producción agrícola' Esto se refiere a muchos de
i ,d,tt
fi r-t
n^ñ
¡. \¡d*' 336
iades. la política económi- ia oligarquía económica. Miembros de las familias Gallardo,
así por el estilo. (A Dueñas sáravérríá, Regalado, Menéndez, Guirora y otros eran militares de
;ervador, pero sus lealtades alto rango a fi¡ráles del siglo xrx.
y sus políticas eran libera- Las décadas de 1880 y i890 representan un periodo de transi-
icos salvadoreños siempre ción hacia un proyecto centralizador más eficaz,todavía conducido .

acos y, por lo general;"pro*- por unas difusas e inestables alianzas políticas entre la fiagmenta-
liferencias entre conserva- da clase política, los militares y la elite económica, todo esto com- ,

t las luchas concretas entre plicadeydesesrabilizado por las conrinuas proresras de Ias bases y
a política faccional e inter- por el intervencionismo de los otros países centroamericanos.
e 1871 no representaron la Hacia 1900, el país ya tenía un estaclo central fbrtalecido, asentado
rticular, o por una fracción sobre unos pocos pilares nuevos: 1) la disolución ef'ectiva cle
la
eslabón más de una larga autonomía de los centros de poder municipales y corporativos; 2)
la
lue participaron Guatemala creación de un ejército profesional controlado desde el centro polí-
Lchas y alianzas que ningún tico (lo cual acabó con la dependencia de las milicias); 3) las nego-
lar'ía. ciaciones y alianzas de carácter político y económico al más alto
rción más idónea desde la nivel, sin que mediaran los centros de poder rocares; y 4) las venta-
económica. La mayoría de jas acumuladas representadas por la exitosa consolidación
de las
iradores perdieron las pro- mismas instituciones del estado (impuestos, finanzas, infraestructu-
e su gobierno, esto es, los ra, represión, leves y comunicaciones). El gobierno de Araujo
taban a sus antecesores y (1911-1913) consrituye el epítome de la consolidación
de esras ren-
'ban
sus cargos para adqui- dencias por su importante reforma de1 estado y las instituciones
siglo, los funcionarios de políticas del país. Pero esto no acarreó, como muchos han
argu-
rmpresas agrícolas del pre- mentado, la abrupta y vioienta subordinación de los campesinos,
su
:ional era para proteger los despojo masivo o proletarización absoluta, o su entrampamiento
en
inestables, competitivas ¡ una especie de prisión social a lo Foucalt.2
-srantes comenzaron como
loder sobre esa base., La El café y la expansión de la economíu comercial
dalados estaban ocupados Después de la década de 1860, el panorama agrario se volvió
más
cántiles) y pocos se sintie- complejo a medida que un creciente número de personas se
dedica-
de los caudillos militares. ban a producir y sembrar para ros mercados locales, regionales y
sido señalados conro evi- extranjeros. Aún antes de la independencia, El salvador tenía
los
.,earquía, en realidad reco- niveles más altos en centroamérica de participación campesina
y
década de 1880, fueron comunitaria en los mercados relacionados con cacao, ganado y
anli,.
es militares, se involucra- incluyendo un amplio sistema de ferias comerciales. ia producción'i
t ese poder para fortalecer agrícola se expandió a medida que ras tierras ociosas se incorpora- fr
lsto se refiere a muchos de ron paulatinamente a las propiedades de los grandes terratenientes: '{,'
§r
-J
JJ/
los ernpresa"rios y pequeños productores desarrollaron fincas en tie-
mas municipales y cornunales, ios campesinos se involLicraron más
en la proriucción para la exportacicin: los indígcnas se c()nvir.tieron
eü empresarios, tanto comunal coñlo indi.,,,idualmente; y surgió un
sector financiero encabezado per comerciantes, muclios de ellos
tnmtgrgn_t§*Lla-economía del café se expandió, iunto a la extrac-
ción del bálsamo, la ganadería y la manufactura de puros, textiles,
sornbreros y licores. otros productos como plata, azúcar, artoz,
caucho y cueros, fueron exportados en cantida<ies importantes.
Parte de la expansiiln fue promovjda por las poríticas de estado, que
incluían la distribución de árboles, semilias e infbrmación a los pro-
ductores agrícolas de todas las clases; incentivos para la impor-ta-
ción y ia exportación: construcción de caminos; y otras inversiones
en infraestructura.
La expansión comercial fue prodLrcto <ie muchas fuerzas entre
ias décadas de 1850 y 1880, incluyendo ra guema civil de Estados
unidos, la expansión de los servicios de barcos de vapor del
Pacífico, la fiebre dei oro de california y la apertura del ferrocarril
ti* ' de Panarná. La producción para el merca<io fue determinada por la
(d,n,, compleja interacción cle las condiciones locales con el acceso más
I ágiI a los nuevos mercados. No obstante, debido a la naturaleza
lt¡t
t
difusa y regionalmente circunscrila «lc estas iniciativas. - esros
"m{)tores" de la cc'imercialización eran incipientes y vulnerabtre-s-¿
las fluctuaciones de los mercados extranjeros y las conclleiones
locales.^No fue sino hasra comienzos del siglo xx que estas tentán-
4,?*
ias se convirtieron en una forma de capitalismo agrario rnás con-
stente que empezó a consolidar ios mercados de la tierra v la
YIr*^;d de obra, un proceso vinculadc¡ al surgi miento_de-¡¡naburgue-
l.rl\
Ef,V ya se perfilaba comcr tal a pesar de su carácter aún
v
géneo
Dentro dei sector cafetalero *la parte más vigorosa y exitosa de
esta economía comercial emergente-- la concentración de la produc-
ción que se dio en el siglo xx no f'ue una característica de este primer
E periodo. En muchos rnunicipios un buen número de campesinos cul-
{
i ti'aban pequeñas cantidades de café hacia la
década de l gg0, mien-
i tras que otras áreas estaban totalmente
cubiertas por pequeñas fincas

-¡.¡
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^-J^.Fi

,l':N
.1Jó
\*'4ffi !:
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*",,q
desatrollaron fincas en tie- de.-g$é La mayoría de lugares, por io general, producían café en
:sinos se involucraron más gráñdes propiedades, parcelas campesina y fincas medianas. La pro-
. iiltirgcnas se convirlieron liferación de equipo para beneficiado en pequeña escala antes de la
ii.. iiualmente; y surgió uri ''= década de 1890 facilitó este patrón de asentamiento mixto y permitió
rüiantes, muchos de ellos
.-:
que al menos unos cuantos productores en pequeño lograran más
rpandió, junto a la extrac- valor agregado por sus granos antes de venderlos a los comerciantes'
ufactura de puros. textiles. o a productores más grandes. Para estos pequeños productores, el
:omo plata, azlicar, an'oz, desafío más importante no era la competencia por 1a tierra sino los 1
n cantidades importantes. riesgos que conllevaba la participación en la economía comercial.
\a: políticas de estado, que Estaban expuestos a perder sus tierras si se producía una súbita baja
!t'rs e intormac\ón a\ospro- en \os precros de\ caté que \es impidiem cance\m sus deudas a \os
incentivos para la importa- comerciantes o a otros caficultores y beneficiadores.
:aminos; y otras inversiones El sector exportador también benefició, junto al desarrollo de la¡
.r*1
economía agraria, a una clase emergente de empresarios capitalisJ
:to cie muchas fuerzas entre tas que, por lo general, combinaban diferentes tipos de inversiones§
o ia guera civil de Estados Los más exitosos controlaban el beneficiado, Ia comercialización ¡{
is de l¡arcos de vapor del la exportación del café, rnás que la producción. Esto los separabd
r ia apertura del ferrocarril del más amplio y diverso sector de agricultores que dependían de /,, ..{i
:ado fue determinada por la aquellos p?rq el acceso al crédito y los mereados. Sin.embargo,
s iocales con el acceso más aunque la economía salvadoreña entre las décadas de 1920 y 1970 r'
nte. debido a la naturaleza se caracterizó por una mayor concentración de la tierra, el capital y
cie estas iniciatÍvas,*€slAl_ ia riqueza en manos de una pequeña elite, es incorrecto proyectar
rncipientes y vulnerab*es-a estos rasgos hacía atrás. Las elites económicas del período entre
:ranjeros y las condipio,les 1860 y 1917 tuvieron sus propias características. Para la
:i si-tlo xx que estas tenden-- te burguesía terrateniente y exportadora de El Salvador de comien 'i
ipitalismo agrario más con- zos de siglo xx, el café era la principal fuente de riqueza ,, t*
mercaclos de la tierra y la acumulación, pero no la única._Hubo muchas otras activi
s u rg i m iento-deu+a burgr¡e - importantes que contribuyeron a la formación de esta clase: la
I a pesar de su carácfer aún ganadería, el cultivo de Ia caña, la producción de azúcar y licores, [1]

Ia exportación de bálsamo, el comercio de importación e, incluso,


J mus vlgorosa ¡, exitosa de ia especulación con títulos valores de la deuda nacional. Además,
concentración <le la produc- importantes sectores medios coexistían con la incipiente economía
r'rractensl.ica de cste primer agroexpoltadora, de la cuai también se beneficiaban.
número de campesinos cul- Esta complejidad de los mercados internos puede verse refleja-
ia la década dc I880, mren- da en el uso de los ferrocarriles. Si bien en Centroamérica la cons-
¡biertas por pequeñas finca-s trucción de los fbrrocaniles se ha asociado a la producción para la
!r
),t 339
.É>
{
expofiación y el capital extranjero, en El Sah,ador la situación tue
más compleja. Aunque la producción de café dio un ímpetu inicial
a la construcción de ferrocarriles y garantizaba un nivel mínimo de
uso, para la década de 1920 una línea férrea de oriente a occidente
había integrado a buena parte del territorio de El Salvador, con lo
que el café se constituyó en sólo uno de varios productos transpor-
tados al mercado. En 1913. el café representaba sólo el 20 por cien-
to del tonelaje bruto transportado; el azúcar, el 8 por ciento; y otros
productos alimenticios y manufacturados, el72 por ciento.3
Los molinos mecánicos más avanzados que elevaron la produc-
ción del café a niveles industriales se desarrollaron lentamente,
pero ya se encontraban instalados hacia la primera década del siglo
xx. Estos permitieron que los más altos estratos de la elite terrate-
I
{ niente y sus contrapartes del sector comercial controlaran una por-
i¡ción cadavez mayor de los ingresos de la economía de exportación
mediante el control dei crédito y 1a comercialización. Después de la
década de 1920, esto también les facilitó el control de la tierra en
tanto los agricultores endeudados se vieron obligados a entregarles
sus tierras hipotecadas. Esta qmergente conce!t_ll,g1gl_*4:1"¡S$*
ciado y el crédito a comienzos del siglo xx también empezó
-a ryg-
rientar una parte de las utilidades. aunque no de los riesgos,
"hacia
aquellosque podían invertir en beneficios moclernos y en sus pr@-
pias iniciativas de exportación.
Hasta la década de 1920,Ia producción de café era una activi-
dad muy circunscrita regionalmente, que ocupaba menos de 60.000
hectáreas de tier:ra. Si bien es cierro que al menos la mitad de los
departamentos del país participaban en la producción de café, los
cafetales estaban concentrados mayorrnente en ciertas áreas de sóio
tres departamentos. Por tanto, grandes sectores de la población no
se vieron afectados inicialmente por la creciente economía cafeta-
ñ, lera. La expansión de las actividades agroexpoftadoras no afectó
,:l negativamente las regiones de poblainiento más antiguo, lo que
l{* /
B(ú pennitió el surgimiento de una relación simbiótica. Además,
.\
¡ ll! muchos de tros que trabajaban en fincas de café grandes y medianas
no eran sólo trabajadores estacionales sino, en su mayoría, mujeres
u, e inmigrantes. al principio mujeres de Guatemala sobre todo, pero
1l \
! 340

d
.)
;1 Salvador la situación fue después de otras partes de El Salvador. (Este fue el primer tipo de
e café dio un ímpetu inicial trabajo asalariado importante para las mujeres, aparte de la prepa-
.nttzabaun nivel mínimo de ración de comicla y de algunas actividades artesanales). Los dernás
érrea de oriente a occidente trabajadores, especialmente después del cambio de sigitl. elan tanto
ono de El Salvador, con 10 asalariados a tiempo completo como campesi¡os que trabajaban
: r-arios productos transpor- por temporada. Esto contradice la noción prevaleciente de que la
rscntaba sólo el 20 por cien- incorporación de la mano de obra al sector cafetaiero de El
úcar, el 8 por ciento, y otros Salvador requería de mecanismos coercitrvos.
os. el 72 por ciento.3
Ldos que elevaron la produc- La prit,tttización de las tierras del, común
e desarrollaron lentamente. Las tensiones iocales -especialmente en occidetrte- entre una econo-
L la primera década del siglo mía comercial en expansión y las limitaciones y problemas inheren-
s estratos de la elite terrate- tes al sistema de tierras del común, propiciaron la privatización en
nercial controlaran una por- gran escala de estas después de 1879. Este proceso se ha entendido, f-^
b.¡'.¡'
la economía de exportación tradicionalmente, como consecuencia de la necesidad que tenía la
rercralización. Después de la elite cafetalera de disponer de más tieras y de un campesinado des-
itó ei control de la tierra en poseído dispuesto a vender su fuerza de trabaio a bajo costo. Pero la
eron obligados a entregarles situación es más compleja. Hacia la década de 1870, el sistema cle tie-
,e c oqqq$g:§ljlgl_psü- rras del común estaba obstaculizando el desarrollo de la agricultura
:s*
o xx tambié" comercial para todos los sectores sociales, tatrto los campesiuos
"Sp"jSgJp-
que n9. dg 1o¡,.1-?r"gg§*¡lo como los miembros de la elite que habían establecido sus fincas en
rios modernos y el_"§tls+*F estas tierras. Ei sistema conclujo con fiecuencia a conflictos y medi-
clas arbitrarias por parte de funcionarioS localeS y nacionales que
-'ción de café era una actr\ i- resultaron en la pérdida de inversiones. Además, las tierras de pro-
re ocupaba menos O" UO.*r-' pre<lad comunal no podían usarse como gatantía para préstamos.
ue al menos la mitad de lt'',s Las leyes emitidas entre 18f9 y 1882 sólo legitimaron la Pro-';, j'd\ 4
n la producción de café. io. piedad O" fu"io. En las afueias d'é Nueva San-SáÑádói y Sánta Ana. ' ú-
L^
rente en ciefias áreas de sólo .iondá iái elites y los campesinos ricos habían desan'ollado las más
sectores de la población nr. .iinámicas economías cafetaleras. la tenencia de la tierra ela segura
.r üreciente economía caiel¿- r prácticamente privada, a pesar de que la mayor parte de las tincas
u::rt)expofiadoras no atectr' :staba ubicada en ejidos municipales. Por ende, las tienas que se
¡niento más antiguo, lo que rsaron inicialmente para las industrias del café y el azúcar. con
.ación simbiótica. Ademi." inas pOCaS excepciones impOrtantes, nO fuerOn "arrancadas" de las
: cle café grandes y medianas -omunidades indígenas, como aseguran algunos historiadores. Más
.tno. en su mayoría. muiere. rien, e1 crecimiento de la producción cafetalera en la mayoría de
Guatemala sobre todo. peru usares creó múltiples fronteras internas" producto del desarrollo de

{.}
I
J
341
1íos y bosques de altura por medio de concesiones guberna-
mentales o mecanismeis de mercado.
Además de la expansión de la producción caf'etalera, hubo 6tras
fuerzas que presionaron para que se procediera a la privatización.
Tanto los liberales de elite como del pueblo llano consideraban que los
privilegios étnicos de cofie semifeudal, intrínsecos a1 sistema de tie-
!i
rras del común, eran incompatibles cgn las expresiones republicanas
i de soberanía, ciucladanía y propiedad. En su formulación más simple,
I
I los ciudadanos iguales no deberían tener un acceso desigual a los
recursos materiales y a las oportunidades. inicialmente, este concepto
republicano al sistema de tierras del
fue consistente con e1 apoyo
tomún, que garantiz,aba el acceso a la tierra a los campesinos. Sin
embargo, el control continuo por los eampesinos, especialmente de las
comunidades indígenas, sotle grandes.- extensiones"innpede'qtre l'ss"--
pobladores ladinos pobres tuvie-r4n-.. acgesq a. 1a,.tiprr4.-, Además.
muchos €mpreserjüs'üibálios y labradores habían desarrollado valio-
1 sas fincas en tierras artendadas a las comunidades indígenas, y estos
arrendatarios habrían de beneficiarse de la seguridad que brindaba la
propieclad privada, incluso si se veían obligados a pagarles a 1as
comunidades por sus tierras. Es más, algunos miembros ambiciosos
(así como labradores foráneos o especuladores) veían con envidia las
grandes extensiones de tierras ociosas de sus comunidades'

, Los legisla{ores liberales y los funcionarios de] eqtado busca-


il ron crear uñ É,*mro ¿e]a!Kgg1gl=**1,'1piÓn -p"ppre:¿riqlr con acceso
ut .1, seguro a la tierra. Los funcionarios del estado esperaban que la pri-
) vaiización y distribución de las tierras cormrnes'én-tre ciampesiños y
empre s ario s in corporaría m{.¡ .liqrra-a laprod+*oeJónc- ir*ptr{ saría a
1

inversiéñ ágrícola. lo que- a su vez- Fgrmiliría¡nayor aeeeso a la tie-


*+-
rra mediáqli. mecanismo sde=r*ermdo":§ e e speraba que c ampe sino s
{Ji i+er

tñprendedores y agricultores, quienes actuarían en función del


'4'

interés propio, promoverían también el interés nacional, definido


claramente en términos agrarios y comerciaies. Estas presiones y
contradicciones desembocaron en la abolición legai (pero aún no
real) de toda fbrma de tenencia común de la tierra en 1881 y i882'
La pr:atización incluyó los ejidos municipales, las tierras de
las comunidades étnicas y los baldíos pertenecientes ai estado.

342
) de concesiones guberna- Muchas municipalidades recitrieron concesiones de tierras adicio-
-*:>
naies que fueron distribuidas gratuitamenre o a bajo precio entre
sus
cción cafetalera, hubo qtras residentes, especialmen¡e tros campesinos más pobres. La mayorÍp
ocediera a la privatizacíón. de arrendatarios de ejirios percibieron la privatizacirín como alg{
o llano consideraban que los positivo en vista de que se convertirÍan en dueños cie sus lotes o fin-'l
ntrínsecos al sistema de tie- cas a un bajo costc e incluso poelrían reclamar tierras adicionalesi
a-s erpresiones republicanas &*
para adquiririas ¡rosteriormente. La privatizacicirr de la mayoría
dei
*A-.,
su formuiación más simple, Ios ejidos se realizó sin tropiezos de"i.rrrportaneia;pero ia privatiza-
)r un acceso desigual a los ción de las tierras cgmunaies inciígenas y ladinas fue más difícil. La,
Inicialmente, este concepto propiedad comunal y las mismas comunidades fueron abolidas
vi
ro al sistema de tierras del sus fierras habrían cle clistribuirse equitativamente entre to.los
sus ,

ierra a los campesinos. Sin miembros, incluidas aq*ellas parte no utilizaclas. También se divi- i
es i nos; espeeia,lmeirte deias clieron los costos y los ineresos de la distribución, aunqne muchos
xe*siene*"impedía:que-fe§- iotes grandes se vendieron a t'orasteros para cubrir gasto.s. Esto prc-
gsso a =1¿*á94{A;_ Además, pició la eom-rpción y la pérdida cle tierras valiosas. Algunos con-
s habían desarrollado valio- flictos hasta terminarcrn en violencia_
runidades indígenas, y estos La desvinculación de las cornunidades enfrentó mucha resisten_
a se_euridad que brindaba la cia' Iaos ind,ígenas creían que sus tierras eran parte de t¡n orden
obli.gados a pagarles a las sociai heredado cle la colonia y legitimado por Ia tradiciónr la aboli-
unos miembros ambiciosos ción de sus comunidades fne un cres;rt'Ío a su irienticlad y su organi-
Cores) veían con envidia las zación corporativa, aún cuanclo hubo muchos cGmuneros muy
sus comunidades. .lispuestos a titular sus posessiones y luchar poi la distribución de
:ionarios .del*"-\ estado busca- otras tieffas comunales sin uso. A esta actitud se le agregó el [emol
"
ión -*=_*-,.**_,r'
-- empresaria/con acceso (bierr tundado) de que los laclincs tratarían de aprovecharse
del pro-
stado esperaban que la pri- ceso. Algunas comunidades hicieron caso omiso al decreto de 1gg2:
-.,''"¡*€,*:*.1 ,
mrrres"e ñt-i-fléEñFes-' h o s y otras va est¿iban divididas por pleitos preexistentes y alianzas con
p«**auin"e.,raaputmría la 1a-cciones ñrayores que terminaron en violencia. por estas -!/
otras
Uidarnayor.aoeeso-a-1e,tie - razones. la privatización de las tiemas comunales se prolongri por
e esperaba que campesinos más de veinticinco años y resulto en prLlcesos muv eliferenciados.
í
actuarían en función del Algunas comunidades indígenas tueron ras más grancles percre-
interés nacional, definido doras en este proceso, no porque sus miembros hayan perdido sus!
:rciaies. Estas presiones y fincas pre-existenres a rn¿inos de lbráneos. sino porquc se ctebilitó Ia!
ohción legal (pero aún no base fundamentai de cohesión cornunal, de ;nanera abrupta o .,,
ln, I
e 1a tierra en i881 y 1882. prolongados conflictos dei período de 1Bg0 a 1900. En su conjunto.
municipales, ias tierras de la pnvatización debilitó ios víncuros cre solidaridad étntca, al tiempo
pertenecientes al estado. que la organización étnica se volvía cacia r,,ez más ,:iefensiva. elitista
,

343 :rJ"¡
y jerárquica. Era de esperarse que los indígenas propietarios se dis-
tanciaran socialmente de los indígenas campesinos que perdieron
acceso a la tierra y se convirtieron en trabajadores asalariados o
arrendatarios. La propieclad individuai de la tierra era también una
,,fuerza centrífuga, en tanto los antiguos ejidatarios y miembros de
comunidades Se encontraban en libertad de us-ar sus recursos sin
'aprobación del grupo.
La diferenciación entre campesinos, 1a competencia dentro del
campesinado --e§peüatrfenti dntre ináí§"nas y ladiñcis- y losintentos
de los funcionarios locales (especialmente de oticiales militares) de
beneficiarse de su influencia local. fueron fesponsables de la mayor
parte de los conflictos estrictamentg- aglari-g-u-de-"este'pedodo' La
mayor parte de los conflictos sobre tierras no fueron provocados
directamente por la expansión del café o la privatización de las tierras
i a solas, sino que deben comprenderse en un contexto de cambios más
ir amplios en la economía agraria, como también de la política local.
¡
i La pr:atrzación se extendió asimisrno a los baldíos pefiene-
cientes al estado, los cuales eran muy extensos, debido al patrón de
asentamiento en núcleos asociado con el uso de las tiertas de1
común. Se alentó tanto a los poseedores de tierras no tituladas,
j como a los especuladores, a cercar y titular las tierras denunciadas.

Se vendieron grandes extensiones a los denunciantes, muchos de


t
1

los cuales eran especuladores o inversionistas urbanos. Los baldíos


y los remanentes de las tierras del común no vendidas se vendieron
en lotes de diferentes tamaños, pero todos a precios muy bajos. Los
poseedores tuvieron la primera opción para reciamar una propiedad
y, en ocasiones, se les concedió una amnistía para f-aciiitar la titula-
ción. Aigunas haciendas antiguas -muchas de ellas enormes- tam-
bién fueron incorporadas a este proceso y adquiridas en su totaiidad
o parceladas para sus nuevos dueños. No obstante, la mayor parte
de propietarios o inversionistas que buscaban nuevas tierras no [o
hacían motivados por 1a necesidad inmediata de incrementar la pro-
clucción sino, más bien, de adelantarse a los demás en la adquisi-
f ción de tierras ociosas, cadavez más escasas.
Los resultados de la privatización, a largo plazo, fueron más
contraclictorios de lo que los legisladoles esperaban. Tal como Se

344
lJ'

nas propietarios se drs- anticipaba, miles de campesinos se convirtieron en propietarios,


l{"
rpesinos que perdieron mientras que muchos empresarios y labradores se hicieron dueños
rajadores asaiariados o de sus tierras y ampliaron sus propiedades. Sin embargo, la división , i,i

tierra era también una de las tierras también inmovilizó a los campesinos en estratos dife-
atarios y miembros de renciados, lo cual profundizó las impor-tantes diferencias entre ellos
usar sus recursos sin y relegó a los campesinos más pobres a parcelas que no garantiza-
ban a sus herederos una subsistencia permanente. Como resultado
:ompetencia dentro clel de la participación en el mercado, así como de los acontecimientos
,' adiñósj'Í ló'§irrtentos
1 políticos locales, los campesinos se diferenciaron mucho dentro de
: oficiales militares) de las comunidades, dando lugar a un sector campesino vulnerable a la
sponsables de la mayor pérdida de sus tierras por deudas con los comerciantes u otros pro-
)s dc e.Ete+e#ode. La pietarios. Además, estaba amenazada la supervivencia económica
no fueron provocados de las futuras generaciones, en tanto las pequeñas fincas o parcelas
Lvatización de las tierras se dividían entre los miembros de la familia en el contexto de una
lntexto de cambios más frontera agrícola que se extinguía.o Esta legado de un campesinado
n de la política local. comercialmente activo con acceso garantizadtr;'aunque fijo; a la tie-
a los blldi-g-s.. pertene- rra, pero cuyás oportunidades de expansión eran cada vez más limi-
ros. clebido al patrón de tadas. tuvo consecuencias importantes para el período posLerior a 15.

uso de las tierras del I918, cuando la agricultura comercial se expandió dramáticamente.
Je rierras no tituladas, En coniunto, la privatización de baldíos, ejidos y tierra comuna-
las tierras denunciadas. les facilitó el desarrollo de la agricultura comercial, pero esto no
nunciantes, muchos de implicó la concentración rápida de la tierra en manos de la elite
rs urbanos. Los baldíos exportadora. Por el contrario ,la privatización aumentó el número de
r r-endidas se vendieron propietarios y creó una clase grande y diferenciada de campesinos y
precios muy bajos. Los labradores propietarios. Esto contradice la interpretación de que la
:eciamar una propiedad concentración de la tierra de finales del siglo xx fue una herencia
a para t-acilitar la tituia- directa del periodo colonial o de la era liberal de finales del siglo
de e1las enormes- tam- xtx. Sin embargo, los propietarios campesinos y sus herederos
quiridas en su totalidad seguían siendo vulnerabies. En término rnedio, el lote titulado por
bstante, la mayor parte los pequeños productores permitía la subsistencia así como la pro-
an nuevas tierras no lo ducción para el mercado, pero las fincas de este tamaño sentaron las
l de incrementar la pro- bases. parcialmente, del creciente minifundismo que prevaleció a
rs demás en la adquisi- mediados del siglo xx. En cierto modo, el éxito de los sistemas de
LS. tierras comunales y ejidales al proveer un acceso razonable a la
rgo plazo, fueron más tierra creó atrón de uso intensivo de 1os suelos que dificulté
#
:speraban. Tal como se a los campesinos oe parcelas mas granoes con

'i#:'
-f-.rfi w*
345

{
porciones ociosas. En todo ef-,p1ís, durante este mismo períodcl, la
acelerada adquisición tie grancies propiedades estatales (baldíos) y
haciendas por una elite emergente y por campesinos y agricultores
ricos impidió que los carnpesinos rnás pobre¡. amptriaJan sus propil
dades como consecuencia dq la desapqfción de la f19_1ite11 agrícola
en lá pflméra década del siglo xx. El legado que dejó un campesi-
et1 el
,nado exitoso y dinámico se convirtió, en cuestión de décadas,
medio de subsistencia de una minoría de campesinos cuyos
scendientes, cada vez más numerosos, solo podrían conveltirse en
adores migrantes o amendatarios en tierra-s ajenas.
\t*ry.gÉif

Implicuciones parrt el es tudio de la historta sslt,adoreña


Si bien es cierto que tros éxitos ininterrumpidos de ia economía
exportadora de El Salvador después de la década de 1860 no con-
dujeron necesariamente ai empobrecirniento. marginación o prole-
taú.zactón de 1a mayoría de campesinos, su intensifícación en ia
década de §2A tuvo importantes consecuencias. A partir 1920.
rcuando la población había creciclo de forma significativa y había
I ,'comenzado un ni¡evo ciclo de producción agroexporladora auspi-
rd
t¡ ;ciada por una elite agraria más coniiada, acaudaiada e
integrada,
icada vez más familias campesinas tuvieron que subdiviclir sus lotes
io envia, a sus miembros a trabajar como obreros de estación o
larrenclatarios, para poder sobrevivir.s En eonsecuencia, durante la
\Úú
! I década de 1920, la proletarización permanente y el colonato y
en ei
,,arrendamiento -en contraposición a la participacicin ocasional
',mercado
de trabaio- aumentaron con mayof rapidez debido al cie-
rre de las fronteras agrícglas internas y la creciente demanda de
mano de obra. Sin embargo. la proletattzac\ón era todavi'a un plo-
ceso gradual y, generalmente, no estaba caracterizacla por la coer-
ción o la intervención directa de1 estado.
Aclemás. los agricultofes comerciales medianos, un tanto vul-
nerabies y asecliados. que habían sobrevivido a la privatización y,
. particularmente 1a tendencia a la concentración y el desahucio,
A i,,constituyeron una tierra fértil de reclutamiento en ¿lpoyo a las polí-
1,\icas autoritarias de la décacia de 19,j0" Los comerciantes y terrate-

nientes acaudalados n0 tenían ul,O.T.ry.t6r político alternativo que


I

346

,.,,io
este rnisme periodo, la of¡ecer. pues nunca habían participado extensamente en los asuntos
res esta-tales (baldíoS) y políticos del país; más bien, apoyaron la transformación
npesinos y agricultores del estado y las políticas sociales de los nuevos gobernantes milita-
s anrpliaran sus propie- res y sus aliados civiles de los sectores medios urbanos y, ruraies.
i=de i1 r19-9i,e-i3 -+eüisl" thra"pnlÍtigA dq sostenimiento.de [a primacía del café a cualquier
.r que dejó un campesi- costo social, incluyendo la colocación de barreras intencionales a
:stión de décadas, en ei las inversiones en manufacturas y a otros intereses agrarios poten-
a de campesinos cuyos cialmente rivales en la década de 1930, proporcionó a los agricul-
r poclrian conve¡lirse en
tores y a los grandes terratenientes del país un oierto grado de
ras ajenas. estabilidad apoyada por el estado, a la vez q'-rre contribuyó a conso-
lidar la ahanza antidemocrática de esa época. Esta política, vigente'
sctlt,adoreña
durante los ciclos de bonanza y quiebras de la década de 1920, se
pidos de ia economía institucionalizó durante Ia transición de la década de 1930. Félix
icacia de 1860 no con- Choussy, agrónomo y funcionario público muy identiticado con la
. ma;-ginación o prole- economía cafetalera, fbrmuló claramente esta perspectiva, inclu-
r intensiticación en ia yendo una oposición a la urbanización.6 Durante estos años,
:ncias. A partir 1920, muchos campesinos- un sector creciente, pero tbdavra no majrori-
t significativa y había tario -se volvieron dependientes directamente de los grandes teffa-
groexportadora auspi- tenientes como arrendatarios y colonos. Esta tendencia contribuyó
:audaiada e integrada, a la privatización del poder en las áreas rurales y facilitó ia milita-
ue subdiviclir sus iotes rización del estado salvadoreño, que comenzó durante el gobierno
;breros de estación o de Hernández Martínez en la década de 1930. Los tenatenientes
isecuencia, durante la medianos y grandes buscaron en el estado un socio fuerle que haría
ente y el colonato y cumplir los contratos de trabajo y de tierras en ei campo y tlesmo-
pación ocasional en el bthzaría la participación popular en la polítical local y nacional.
rapidez debido al cie- En la década de 192A, empezaron a asomar otros rasgos estruc-
:¡eciente demanda, de turales característicos de la sociedad y la economía salvadoreña de IT
in era todavía un pro- mediados del siglo xx. Durante esta década, cási se duplicó la pro-;
cterizada por la coer- ducción de café, así como también tuvieron un auge otras inversio-i :
nes en empresas agrícolas controladas por la elite. La produccicin., \ta
dianos, un tanto vul- el procesamiento y la propiedad de la tierra en general se concen{
r a la privatización y, traron más a raíz de las tremendas crisis de mercado de 1921 f
ción y el desahucio, 1929-1932, en las que muchos campesinos perdieron sus tierras o
l en apoyo a las polí- quedaron encieu<lados. Además, al no buscarse alternativas a 1a eco-
lmerciantes y terrate- nomía cafetalera monoexportadora después de estas crisis" surgió
iítico alternativo que urr patrón de reiaciones entre la sociedad y el estado en el cual los
f/
I' j-rd I
¡tf {"1
¡ \,--y" 347
F)
J
§,* j #ti
ejercían una especie
agroexPortadore s y los grande s comerciantes
de veto ante las políticas del estado
La dependencia continua de1
de 1950), a Pesar de costo
café (y del algodón después de la década
y agricultores, tanto
social, dejó marginados a muchos camPeslnos
de exPortac ión como de los
de una ParticrPac ión en 1a economía
El Pro-
beneficios de ias as soeiales Y económicas {el estado.
P-olític
ceso de modernización tecnológica
y crecimiento económico que
empezó desPué s de la Segunda Guerra
Mundial sólo agudizó esta
las condiciones Para el aPoYo
tendencia, 1o que generó algunas de
de 1980
campesino a la insurgencia de la década
período contribuYeron a1
Otros procesos que culminaron en es te
y radicales en su intento de
fracaso de ios reformadores liberales
después de los éxitos que
consolidar una coalición anti-autoritana'
Las comunidades indíge-
lograron a finales <ie la década de 1920
muy debilitadas Por la Pri-
nas y campesinas de todo el País fueron
conservar algún tiPo de
vatización, e incluso aquellas que Pudieron
étnicas adentrada la
solidaridad e identidad como comunidades
década de 1930 se vieron cadavez
más marginadas de la política
las comunas indí-
nacional. En lugares como lzalco y Nahuizalco,
sobre la base de la pro-
genas más Pequeñas continuaron existien<io
piedad indígena de y las jerarquías comunales' Las
la tierra
aquí un papel com-o, c-!i-.g¡-t"g"-
comunidades indígenas desempeñaron
s. Sin embargo, la radi-
las locales de las elites políticas nacionale
calizactón de 1931 Y la insurrección
de 1932 marcaron e i C?ilapsó
._-"*
que se hábía eonsolidads
final de este tiPo de alianza de clientelas
en la década de 1920' Pero
campesina
t xx. El nivel de rePresión des atado contra la población occidente
de
:después de su intento de tornar el control de la región
elites blancas y ladinas y
demostró el inmenso desPrecio cle ciertas
habían tolerado 1o que, a su -lu1-
sectores medios que hasta entonces
L

de los gruPos
*ü r . eran las exigencias arrogantes e injustificadas
ndígenas sobrevivientes en torno a
ia representación corPoratlva,
de obra, Y la autonomÍa
los derecho s sobre las tierras Y la mano
estaba basada en
política local, aunq ue más que nada su respuesta
social y póiñi&r-ffisar-
una respuesta clasi sta a la organización
riados y colonos.

348
intes ejercían una especie El crecimiento de ia población y la caída de las exportaciones en It ].,'
dependencia continua del la década de 1930 agudizaron las tendencias estructurales, heredadas,' i
de 1950), a pesar de costo de la década anterior. hacia la baja de los ingresos. ra escasez de tie-
sinos y agricultores, tanto ffas y la dependencia. un creciente número de campesinos pobres o'
erportación como de los sin tiemas tenía que depender ahora de otros propietarios para acce-
ómrcas del estado. El pro- der a la tierra y los salarios, pero esto se volvió cadavez más difícil
:cimiento económico que a medida que se estancaba la economía de exportación, aumentaba el
lundial sólo aguclizó esta desempleo. y bajabaq,]-op salarios. Durante esta década, el número-de i)s
:ondiciones para el apoyo (''nt'*
arrendatarios y colonos en fincas y haciendas aumentó de forma dra-
le 1980. mática. sin embargo, precisamente porque la producción de café se
: período contribuyeron al estabilizó, estos problemas económicos tuvieron poco que ver con el
"adrcales en su intento de grano sino con patrones agrarios más amplios. Típicamente, las pro-
después de los éxitos que piedades agrícolas más grandes se habían diversificado, y las fincas
Las comunidades indíge- y haciendas que producían la mayor cantidad de café tenían dos
:lur debilitadas por la pri- veces más tierra dedicada a otros usos. ya en la década de 1930, los
rn conservar algún tipo de empresarios más acaudalados habían comprado muchas de las mejo-
des étnicas adentrada la res propiedades -inciuyendo gran<les haciendas- de una antigua
marginadas de la política generación de propietarios, a la vez que consolidaban pequeños lotes
Lrzalco, las comunas indí- para fbrmar nuevas fincas de tamaño mediano. Los trabajadores sia
io sobre la base de la pro- tierras ganaban salarios de subsistencia en estas fincas y tenían acce-
'arquías comunales. Las so a peqüoñás parcellás para la producción de alimentos. El conrrol.de
_
ur un papel coryo cjrg$g- la tierra se volvió, cada vez más, la clave para obtener mano de obra
es. Sin embargo, la radi- barutapara el cultivo cie café y ot.urffiüaudes agrícolaJ* -='-'*
f-il lnarcaron el colapsri' Para finales del siglo xrx, se había desarroilado en El Salvador
que se había.eor¡so1@1- una sociedad en la cual las diferencias de poder y de riqueza estaban I
,rundas rarces en el siglo mediatizadas y determinadas por varios factores rocales. Los cam- i
r la población campesina pesinos y los trabajadores rurales no eran una masa homogénea e
de la región de occidente indit'erenciada. que solamente proveía la carne de cañón para las
eiites blancas y ladinas y guerras iniciadas por la elite, la mano de obra barata para sus fincas,
r tolerado lo que. a su jui- y los votos obligados para sus candidatos. Las concliciones que
rstif-icadas de los grupos desembocaron en la profunda concentración de la riqueza en pocas
rrc\entac ión corporati va. manos hacia mediados del siglo veinte no fueron un resultado, direc-
de obra, y la autonomía to e inevitable, de la anterior historia agraria de El Salvador.
,:l
spuesta estaba basada en sería un error insistir en que el café y er cambio en la tenencia i¡j
ocial y polítiia de'as-aIá: de la tierra a finales de siglo f'ueron las causas estructurales direc-
tas del autoritarismo que se erigió en la década de 1930, cuando la

349
apoyaron al gobierno militar
elite salvadoreña Y los sectores medios
obrero,
y la rePresión Postenor en respuesta a las movilizaciones revolu-
de 1920 y el alzamiento
campesinas de finaies de la década
señala la autonomía "dej Pro-
cionario cle 1932. Esta investtg ación en la
,v
ceso político en las
6 sl qsn[ro,I de Iatie.rr-a P-gr.fuslite en
del café, la Privatización
el período de 1870 aL920. El desarrollo
.{r t l de las tierrás del común, ia creación
de un mercado de trabajo asa-
!
de la agricultura no condu-
É
lariado, y la creciente comercialización
de
te a la peculiar forma de política autoritaria
I

Jeron mecánicamen
t,f ,El Salvador que emergió a mediados del siglo xx
más importante entre las
"\ Si acaso, el elemento de continuiclad
:1
una influencia determinan-
décadas de 1830 Y 1930 -ei q ue ejerce
te en la historia de El Salvador clel siglo
xx- es el ejército y el fac-
asociado. Los militares y
cionalismo Político con el cual ha estado
como una fuerza social
sus instituciones han actuado regularmente
actores sociales, inclu-
y política q ue ha excluido a todos los demás
Tal vez'sea'La efímera refor-
yendo a la 11 amada oligarquía misma''
con el
ma liderada Por civiles, combinada
1911 a 1931,Ia que debe
t,1
y el poPuli smo patemalista del Peiíodo de
¡,4
considerarse como la ansmaiía'que' requiere
'.\ y autorttarro
interrupción del prolongado P atrón de dominio militar
:r) Desde
lAesftrr.ffi
de a que se remonta a la década'.99-l§"19,
ffirsffi
, esta perspectiva, la eonsotidaciórt
i"üáfiT6rmas
las décadas de 1880 Y 1910
de política de facciones militares entre
que el reformismo Poiítico de las
estableció patrones Y modalidade s
de alterar
slgule ntes dos décadas no fue cagaz
*1 las relaciones étnicas
Lo s determinantes políticos, especialmente
s de los cambios
yde clase a nivel local, fueron causas impoñante
este estudio' Los cambios ocum-
sociales Y económicos descritos en
rígidame nte por los
dos en el siglo xIx no estuvieron determinados
de la elite. Más bien, la
cultivos, la densidad demográfica o el Poder
el surgimiento de una eco-
transición a un campesinado propietario Y
rf"\ determinados a nivel iocal
t nomía cafetalera exPortadora estuvieron
complejo S equilibrios de
, #\j por pequeñas interacciones en totno a * No podemos entender
poder, negociación, conflicto y competencla'
,' i1 'D
-,*'t-
*
,l+^r
( 350
¡. iiíd'fl'r "' '
I

e
»4
I. 4 llrt
L{
varon al gobierno militar la transición hacia una sociedad oligiírquico-autoritaria
s movilizaciones obrero, del período
posterior a 1932 siri examinar la historia
J r, el alzamiento revolu-
de Ias relaciones agrarias a
nivel locai. Aquí enconrramos Ia clave para
la la auto_nopí4(gl pro- comprencler la experien-
cia salvadoreña de liberalización democrática
30 J' ñf,sulu-sa.rces en la y su fracaso a finales
de 1931. Después del golpe militar de 1931,
h la ti-p¡Tapst].a"elite en la derrota cle la insu_
rrección de 1932 y la represión masiva
lel café, la privatización clel campesinado a manos de
las elites locales y eI estado, una coalición
mercado de trabajo asa- antidemocrática de agfl-
cultores comerciales exportadores, sectores
Ia agricultura no condu- medios rurales y milita-
res purgó al estado de sus elementos
liberales y reafirmó y
ie política autoritaria de jeriírquicamente los antiguos
vínculos de populismo y
slo xx. con campesinos y artesanos. Así surgió
rás importante entre las un estado autoritario
rizado con profundas conexiones de
L influencia determinan-
clientelismo con la elite. los
tores medios del país y los campesinos
a nivel local, El nuevo estado
- es el ejército y el fac_ se convirtió en el:írbitro determinante
del desarrollo del.P.3*jLesta-
;ociado. Los miiitares y
como una fuerza social
; actores sociales, inclu_ un
'ez.
¡eala- efÍmera refor-
c tr entel lsryrg controlAdo de pese a
importantes aperttras y cierres en
9lla l93l,laquedebe'- el camino, el sistema se
endurecido gracias al control de los
erplicáciún. r*u bÉ.ug militares scbre el estado.e
la arena política
nio militar y autoritario
y el estado- más en la estructura de la propie-
ñcada'ds"'I 830. Déstfé',=-
oen
¡ nacional ba.io formas
écadas de 1880 y 1910
este estudio sugieren claramente que
¡rmismo político de ias los
mecanismos del mercado, las inversiones
ar.
en las haciendas subutili-
zadas y las denuncias de las tierras
estatales o baldías explican en
¡e las relaciones étnicas gran medida la concentración de
rrtantes de los cambios la tierra en la cima de la estrecha
pirámide de clases de El Salvador.,,,
lo. Los cambios ocurri- La elite acaudalada de
Salvador, difamada por apoyar medidas
ios rígidamente por los violentas y autoritarias
frente a las demandas populares reformistas,
Jeia elite. Más bien, la mine con más cuidado sobre dos puntos:
amerita que se Ie exa- {
urgimiento de una eco-
rminados a nivel local
deben examinar la crisis de tenencia
Primero. los
de tierras y el papel de j,*¡1-! f
medianos propietarios en los desalojos
nplejos equilibrios de de arrendatarios y *i t:l
entre la década de 1950 y principios
de la de 1970,',los cuaies con-
No podemos entender tribuyerón a la crisis política posterior.
Los trabajadores que reclen

351
r"r ú
ü
.;_"'-"ri
E-. \ 16
dr¡
q
'f $ I¡I j ti'
" I -r>r,
se habían quedado sin tierras brindaron un apoyo importante al
movimiento popular y luego al revolucionario. Los medianos pro-
pietarios se mostrarían más proclives a la represión estatal en el
clima político polarizado de esos años, una situación análoga a la
de la crisis de 1929-1932.'2 Segundo, la elite salvadoreña acumuló
propiedades no sólo mediante la apropiación de tierras que los cam-
pesinos y trabajadores no pudieron reclamar, sino también porque
obstruyó el ascenso social de otros grupos de inversionrstas y
empresarios con menor .upitái que cerradas sus oportunida-
des por un de familias q controlaban la exporta-
ción, la comercialización y
Aunque se ha discutido un tanto sobre los orígenes del apoyo
campesino al ¡'vll-N en la década de 1980, es evidente por ia viven-
cia de muchas comunidades de Cabañas, Chalatenango y las zonas
norteñas de San Vicente, San Miguel, Cuscatlán y Morazán, que
muchos pequeños propietarios, empobrecidos después de décadas
de abandono por parte del estado y amontonados en fincas siempre
más pequeñas, brindaron un apoyo importante, si acaso crucial, a la
insurgencia después de 1981. Los habitantes de pueblos campesi-
nos, víctimas fiecuentes de masacres perpetradas por el ejérqitq y
sometidos a desplazamientos forzados, no encajan con aquella ima-
gen de trabajadores asalariados sin tierras y estacionales que a
menudo son señalados como la principal base de apoyo de los
rebeldes. Estudios recientes de algunos antropólogos abonan a
favor de esta perspectiva al mostrar que las comunidades campesi-
*i nas con un acceso a la tierra bien establecido -aunque
marginal- y,
frecuentemente, poseedores de un fuerte sentimiento de identidad
i§ $
',f
i étnica o local, otorgaron un considerable apoyo al FMLN.'t Para estas
\ t'' comunidades, la lucha de liberación se definió más como una gue-
rra contra un estado desinteresado, represivo y autoritario, que una
lucha contra una oligarquía terrateniente que muy a menudo no
tenía una presencia o un impacto directo en estas comunidades
- ir." . ..;l
,' ' ::rí" campesinas relativamente "atrasadas". Los estudios recientes sobre
el estado militarizado en El Salvador también respaldan este argu-
mento, al subrayar la fuerte militarización de la sociedad y el esta-
do salvadoreños a partir de la década de 1930.'o

352
n un apoyo importante al
Tengo esperanzas que esta investigación
onario. Los medianos pro- sobre el pasado de El
Salvador contribuya a una mejor
, la represión estatal en el comirensión de ras opciones quq
se le presenten ar país en el
una situación análoga a la futuro. un-o ¿e mis objetiv", rrriá{
demostrar que la historia agraiade
eiite salvadoreña acumuló El salvador no fue determrna+,
da unilateralmente por sus elites
:ión de tierras que los cam- o el estado, y que rr"*rJ'r#:1lJ
ción particular fue ra causante
rmar. sino también porque única de ros cambios áet períodd
siguiente. Ojalá los resultados presenrados
rupos de inversionistas y
démicos a presrar malgr arención
aquí estlp sd"t

n ceradas sus oportunida_


contribución a ros problemas políticos
al períodá o@Jgñ)'ij" "l
ue controlaban la exporta- y agrarios de-Er salvador der
presente, especialmente ra
concentración de ratienay
manos de unas cuantas centenas ing."ro
rre los orígenes del apoyo de fam,ias. e
-"¿í¿a
"tq; ",
pur,
se enfrenta al desafío de distanciarse
. es evidente por la viven- "r
de cincuenta anos áe gobier_
nos aurorirarios y reglesi.vos y
Chalatenango y las zonas el empobr"iml"rio
s";"r;ruoo ¿"
"uscatlán y Morazán, que
buena parre de su pobración,
unu *"j*
cidos después de décadas
país tal vez traeráconsigo ""*pr*ffffi;r;do
nuevas vi"siones para su futuro.
der

tonados en fincas siempre


tante, si acaso crucial, a la
nte-s de pueblos campesi-
petradas por e]
"":É,fq1_t-q V
, encajan con aquella ima-

ras y estacionales que a


al base de apoyo de los
antropólogos abonan a
as comunidades campesi-
ido -aunque marginal- y,
sentimiento de identidad
po1'o al FMLN.13 Para estas
tinió más como una gue-
Lvo y autoritario, que una
que muy a menudo no
o en estas comunidades
, estudios recientes sobre
:ién respaldan este argu-
de la sociedad y el esta-
930.,*

353
NOTAS

1 Ver: Stanle-v,The Protection Racket State.


2 Ver este algumento en: Alvarenga, CultLtra y éticct.
3 Long, Railways of Central America.
4 Un análisis similar sobre el decaimiento del campesinado en Venezuela puede verse en:
Yarrington. A Colfee Frontier.
5 Tutino, en From Insurrectiott to Revt:lution, define este proceso como "cornpresión agraria"
<<JXr./rI¿l// ¡'t)tt!|rr s.\i (' n).
ó Ch.ñÑi.'tí' rñr.- +É'0-6 I
Ver: V/illranrs y \,Valter. Mi ! i trtr i:ati on and Dentilitariz.cttictn.
8 Una conclur;ión sirnilar se encuentra en: Yarrington, A Col.fee Frontier.
9 Ver: Williams y Waiter, ü{ili¡arization tnd Denilitarizallol¡; y Montgontery, Reyolution.
t0 Sohre [a retbrma agraria de 1980, ver: Ward, "Lzrnd Ownership".
i1 \¡er: Posada y López" "E1 Salvador 1950-1970".
12 Cabiurús, Génesis de una rev,oLuciót't.
I3 Comunic¿rción personal. Henrik Roensbo.
t4 Williarns v Walter, Mi ii ta r i zatio n and D c mi litar izcu i on.

354
APÉNDICES

Cuadros estadísticos
Abreviaturas utilizadas en notas
Notas sobre fuentes
: .r:: pto¡teso COmo .,COmpresión agraria,. Glosario
---:-*-44§"- Bibliografía
Índice
-. l ti¡¿-" Frontier.
'r-- :: .,ri:
), Montgomery, Revol.ution.
_r'r rersirip'..

35s
APÉNDICE DE CUADROS

Tabla I
Producción de café en los municipios de Ahuachapán,
lg76_1912
(en quintales)

Fuentes: "Cuadro estadístico de las producciones


agrícolas de los pueblos cle ',
Ahuachapán" i 876, ac^--
cc-au; "Informe que el señor Gobernador del departamento
de Ahuachapán dirigi al Ministro de
Gobemación", 1 892, acN-cc-au; Fonseca, MonograJías.. Ahuachapán.

a. Datos para 1882.


b. Datos para 1910.

3s7
Tabla2
Producción de café en Sonsonate, 1893-1916
(en quintales)

Fuentes: "Cosecha de café en ei departamento de Sonsonate", marzo 1916, AGN-cc-so; "Informe de


comercio y agricultura correspondiente al Distrito de lzalco", 7 de febrero 1893, acN-cc-so; "Informe
de Comercio y agricultura del Distrito de Sonsonate", 1893, AGN-cc-so; Barberena, Monografias...
Sonsonafe, l4; El Salvador, Memoria.
a. Cosecha dañada por vientos y los insectos.

Tabla 3

Producción de cafe en Usulután, I 884

Fuente: Manuei Castro, "lntorme del Secretario de ia Junta de Agricultura de Jrrcuapa", Bolelín de
Agriculfura 2 (20 de octubre de 1884): 326.

358
2
Tabla 4
nsonate, 1893-1916 Campesinos establecidos en ei baldío Cara Sucia,
ües) Ahuaohapán,1896

r¿:e . marzo l9l


;1". - de iebre¡o
-, r_:. :i;r-¡¡;-56;

:iuran. I 884

i-cricultura de Jtrcuapa,,,
Boletín cle

359
Fuente: "Poseedores de terrenos en la Soledad y Hachadura del baldio Cara Sucia formado para
averiguar cuánto queda para los inválidos", I 896, AcN-cc-AH.
a. Tierra en arrendamiento
b. Trabajar con los tres siguientes.
c. Padre de los siguientes dos colonos, quienes trabajaban para él
d. Trabajar con el colono anterior, su hermano.
e. Trabajar con la persona previa.

360
Tabla 5

Producción de café en los departamentos


occidentales, I 854-l 868

:l baidio Cara Sucia formado para

:a e1

Fuentes: Monterrey, llsloria de El Salvador, vol. l; López, Estadística,73,16; Gaceta de El Salvador,


13demarzode1861,p.4;GacetaOficial,9deabril de1862,p.2;l2deabril de 1862,p.7;23de
abril de 1 862, p. 5; Memoria de Gobernación y de Relaciones, 1 86 l, I 7; Bustamante, Cronología; l7;
El Constitucional, 22 de noviembre de I 866; 6 de junio de 1867, p. 2; "Informe del Gobemador de
La Libertad", 1 867, .tcN-cor¡ Rollo nN-29; Ipiña, "Estadísti ca" , 6, 12.
a. Podría incluir las municipalidades de Ahuachapán.
b. Únicamente Ahuachapán y Atiquizaya.
c. 1.5q8.500 en r iveros.
d. Podria incluir ambos árboles que se producian y plantaban, únicamente para Nueva San
Salvador.
e. Ambos plantados.
I Producido por I 39 granjas.
g. Unicamente en Nueva San Salvador. Cosecha dañada a causa de grandes vientos.

36t
Tatrla 6
Producción de añil, t740-1910

362
' -',q\0

9 l$Q

Fuentes: Alfaro,Memori¿;Barberena."Nuestraindustriaañilera".5ll;Liastro,"Estadística',:Diarjo
Olicial,2T de diciembre de 1855; 22 dejunio de 1 859; 10 de noviembre de I 880, p. 259: 3 de dicier¡bre
de1880,p.267;12dediciembredel880,p.242;DirecciónGeneral deEstaáística, LaRepública,
115 - Gaceta del Sulvador,30 de marzo de I 8 59: Gobemaclor de Cabañas,
Jacinto Coiocho, ..[nforme
al Ministro de Gobemación," 31 de diciembre de lg0g. AGN-cM-N,lc; Gobernaclor de Chalalenango,
"Carta al Ministro de ln Intenor sobre f'eria de santos' , 8 de noviembre de 1867, AGN-cDM
Rollo g¡¡-
30; Gobemador de chalatenango, Aquiirno DuaÍe. "lnfbrme al Ministro cle Gobemación,,,26
de agosto
de 1898, AcN-cM-Nlc; Gobernador de Chalatenango, Manuel lndireo, "Tnforrne al Mrnistro ¿e
Gobernación''.31 de diciembre de 1908, AGN-cM-M.i; Gobernador de Morazán. Francisco Ortiz.
"lnlorme al vinisrro Fomenlo y Beneficencia". I I
de encro de IEuu. AC\-( \¡-\,rc; Gobemador tle San
Miguel, "lnforme al Minstro de lo Intcrio¡", 5 de agosto de 1g70. A(;N-¡DM Rollo e^--36; Gobemador
de Santa Ana. "lnfonre al Ministro de Gobernación"" i 899, ¡u,r-crr-ll r,; GonzáLez., Lecc.tones;
Guz,mán,
Apuntamientos-, Haefkens. "Viaje"; Juarros, Compendio;Lindo-Fuenres, Weak Foundation.s:
Monterrey,
llistoria; Mora, Memoria ( 1883); Pinto soria, E,structura: Rubio Sánchez . Historia; Scher)er, T ravels;
Se¡meño Lima, "Los movimientos", 387-88; Smith, ,,Indigo production',.

2.7.

12.
L4
18
Notas:tslusodelatierrahasidoestimacloapartil'descherzer, Travel:, l:l30 131:algurrosestima-
dos de producción se han calculado sobre la base cle datos coloniales .nrr.rp,rná,.nt.s a todo
el vireinato de Guatemala.

363
ABREVIATURAS UTILTZADAS EN NOTAS

AGA Archivo de la Gobernación de Ahuachapán


AGN Archivo General de la Nación, San Salvador
AGS Archivo de la Gobernación de Sonsonate
AGSA Archivo de Ia Gobernación de Santa Ana
AGSV Archivo de la Gobernación de San Vicente
AMA Archivo Municipal de Armenia
AMAh Archivo Municipal de Ahuachapán
AMC Archivo Municipal de Coatepeque
AMch Archivo Municipal de Chalchuapa
AMI Archivo Municipal de Izalco
AMJ Archivo Municipal de Juayúa
AMNSS Archivo Municipal de Nueva San Salvador
AMS Archivo Municipal de Sonsonate
AMSA Archivo Municipal de Santa Ana
AMSJN Archivo Municipal de San Juan Nonualco
AMSV Archivo Municipal de San Vicente
AN Asamblea Nacional
BG Biblioteca Gallardo, Nueva San Salvador IIIfl

CA Colección Alcaldías
CB Colección Barrios
CC Colección Colonial
CDC Colección Clasificados
CDM Colección de Documentos Microfilmados
CG Colección Gobernaciones
CI Colección Indiferentes

365
CImp Colección Impresos
CJ Colección Judicial
CM Colección Ministerios
CPC Colección de Documentos Pre-clasificados
CQ Colección de Documentos Quemados
CT Colección Tierras
CTR Colección Transcripciones
MA Ministerio de Agricultura
MC Ministerio de Gobernación
SPE Supremo Poder Ejecutivo
UCA.CVJ Colección Víctor Jerez- Universidad Centroamericana,
San Salvador
USNA United States National Archives, Washington, D'C'

366
.-ia:ificados
:¡rrc'los

'siJad Centroamericana,
I{OTAS SOBRE LAS FUENTES
En vista cle que las fuentes empleadas para eiaborar ios cuadros de los
es. \lhshington, D.C.
capítulos 2 y 3 que se refieren a los títulos de tierras ejidales y comu-
nales son demasiado numerosos para citarse inclividualmente, ofrezco
a continuación una descripción general de estas fuentes y su ubicación.
En primer lugar, el Archivo General de la Nación de El Salvador tiene
una colección de títulos de tierras comunales de ia época colonial y el
siglo xix y otros documentos afines en su Colección Tierras (AGN-CT).
Estos materiales se encuentran clasificados y microfilmados. otros en
el acN están rnecanografiados. unos pocos títulos se encuentran en los
archivos municipales: Izaico, Ahuachapán, Armenia, San Vicente,
Tepecoyo, etc. otros han sido reproducidos en revistas ya desconti-
nuadas, como la Revista Tz,unpame y la Revista rlel Deparfamento ele
Historia. Existen indicios de que todos los títulos de tierras comunales
existentes en el país y los procesos jucliciales afines fueron copiados en
los libros del Registro de la Propiedad hacia fines de la década de
1890, pero no he podido confirmar esto. Las copias de títulos, re-medi-
das y demarcación de límites, e información correspondiente también
se encuentran en los documentos judiciales sobre cuestiones de tierras.
Estos documentos están en las secciones Judiciales y Gobernación del
ACN y también en las secciones municipales o departamentales. unas
pocas fuentes impresas, citadas en el texto, ofrecen alguna información
sobre tierras del común. Entre las más importantes están la Estadística
General de la República del salvador,la Estctdística der Departamenro
de sonsonate (1866') de Antonio Ipiña y las Memorias del Ministerio
de Gobernación.

367
La siguiente lista no es exhaustiva sino una muestra de las fuentes más
importantes sobre el crecimiento y manejo de las tierras del común duran-
te el siglo xx. Otras fuentes importantes son las Memorias de Gobernación
y Diario Oficial (en sus varias manifestaciones). Un aniálisis más exten-
eL

so sobre las fuentes documentales en El Salvador aparece en: Aldo Lauria-


Santiago, "Historical Research and Sources on El Salvador", Intin
American Research Review 30, No. 2 (primavera de 1995): L5I-76.

Lista de fuentes primarias seleccionadas

Acuerdo de Francisco Dueñas, presidente constitucional de la República,


4 de febrero de 1871, AGN-CDM Rollo BN-37.
Acuerdo del SG sobre terrenos en Atiquizaya, Tl de noviembre de 1870,
AGN-CDX,I Rollo BN-36.
Acuerdo del SPE sobre pago a la municipalidad de Aguacayo por rienas
denunciadas como baldías, 1867, AGN-CPC.
Alcalde de Zacatecoluca, Salvador Ramos, carta al GoLrernador de La
Paz,20 de mayo de 1867, AGN-CQ Rollo BN-29.
Apoderado jeneral de la Municipalidad de Verapaz, Antonio José Castro,
Solicitud al Suprerno Poder Ejecutivo, 21 de septiembre de 1872,
AGN-CDM Rollo MI-23.
Apuntes de los vienes de campo de la hacienda de San José títulos y
demás generales que peftenecen al común de ladinos de este pue-
blo, 1826?, AMCh.
Balbino Rivas, Carta al Ministro de Hacienda y Guerra, 1867, AGN-CDM
Rollo BN-29.
Bartolo Arana, Síndico de Caluco, Solicitud al SpE sobre ejidos en
Caluco, 8 de febrero de 1871, AGN-CDM Rollo BN-37.
Carta al Gobernador del Departamento, 27 ,Je mayo de 1868, AGN-CDM
Rollo BN-33.
Carta de Joaquín N{ejía al Supremo Gobierno solicitando título de tierras
de Usulután .23 de noviembre de 1867, AGN-CPC.
Carta de la municipalidad de El Guayabal al SPE sobre donación de rienas
a El Guayabal, l6 de agosto de 1867, AGN-CC [A3.3-9 Exp. #16].
Ceción hecha por el Supremo Gobierno a favor de la municipalidad
de Tecapán de 15 caballerías de tierra del baldío nombrado
El Palmital, 1860. 1867, AGN-CT Sección/Caja: t0 Folder/Doc: 10.

368
una muestra de las fuentes más
ceción del supremo Gobierno a favor del pueblo de santa Maúade los
le las tienas del común duran-
Remedios de un terreno bardío nombrado La Laguna y Mejicapa,
las Memories de Gobernación
1864, AGN-CT Sección/Caja: 10 FolderiDoc: 10.
:iones). Un análisis más exten-
certificación de acta de la Municipalidad de Tonacatepeque, l g de febre-
, ador aparece en: Aldo Lauria-
ro de 1869, AGN-CDM Rolto BN-32.
'ces on El Salvador", Latin certificación de venta de la Hacienda san cristóbal, 24 de septiembre de
rrera de 1995.1: I5l-76.
1859, AGSV.

:-t
certificación expedida por el Juez General de Hacienda al Escribano
Francisco Gavidia, 3 de julio de 1g60, ACN_CDM Rollo BN_22.
onstitucional de la República, comunicando a la intendencia de este Dpto. haber recibido 500 pesos de
1o BN-37. verapa a buena cuenta de las tierras ejecutadas en la hacienda san
va. 11 de noviembre de 1870. Francisco, 16 de febrero de 1840, AGN_CPC.
correspondencia del Gobernador de Ahuacha pán, lg7 z. AGN-CG-AH.
idad de Aguacayo por tierras Diligencias de remedida de las tierras de la hacienda Santa Rita el potre-
\-CPC. ro pertenecientes a la comunidad de Ladinos, 1969, AGN_CT
. carta al Gobernador de La Sección/Caja: 6 Folder/Doc :6.
iol1o BN-29. Diligencias seguidas por los cofrades del señor San José con respecto
a
,erapaz, Antonio José Castro, recuperar las tierras del cantón Ayutepeque pertenecientes al
:. 21 de septiembre de 7872, común de Ladinos del pueblo de Chalchuapa, lg09_14, AMCh. ffi

Escritura de venta de la cuarta parte del baldío Isla otorgada por el agri-
:ienda de San José títulos y mensor Matías Peraza a la municipalidad de opico, 2 de abril de
rmún de ladinos de este pue- 1867, AGN-CM.MG.
Estupinián, Baltasar. Memoria con que er sr. Ministro de Gobernación,
a v Guerra, 1867, AGN-CDM Doctor Don Baltasar Estupinidn, dió cuenta a la honorable asam-
blea nacional (1885-188ó). San salvador: Imprenta Nacional,
¡ud al SPE sobre ejidos en 1887.117.
D\f Rollo BN-37. Expediente de remedida de las tierras ejidales y comunales de Arrnenia.
le mayo de 1868, AGN-CDM 1 873, AGN, mecanografiado.

Felicianc¡ Álvarez, Solicitud de ra Municipalidail de san pedro pustla. g


o solicitando título de tierras de febrero de 1871, AGN-CDM Rollo BN_37.
i. AGN_CPC, Joaquín Ángel Mejía, solicitud al SpE de título a propiedad de seis
cabalie-
iPE, sobre donación de tierras
rías para ejidos en usulután, 23 de noviembre de 1g67, AGI§-cpc.
\GN-CC [A3.3-9 Exp. #16].
Medición de las tierras nombrada Bongo y Rillitos para ejidos del
tavor de la municipalidad pueblo de Tecapán, 1877, 1g47, AGN-CT SecciónlCaja:lO
ier¡a del baldío nombrado
Folder/Doc:10.1.
: ión/Caja: 1 0 Folder/Doc: 10.

369
Memoria de Gobernación y de Relaciones, r\6t. san Salvador. 1g62.
(BGA).
Montes, segundo. El agro salvadoreño (1973-tgg0). San salvador: UCA
Edirores, 1986.
Municipalidad de Sonzacate, carta al presidente Dueñas agradeciendo
haber cedido para ejidos ei terreno Nahuizalquillo al pueblo de
Sonzacate, 28 de marzo de 1867, AGN_CPC.
Sobre concesión de tierras a San Esteban, 1g74, AGN_CM_MG.
Sobre el baldío coyolar en chinameca, tg67, AGN-CDM Rollo BN-30.
solicitud al sPE, 22 de septiembre de 186g. AGN-GDM Rollo BN-31.
solicitud de Don, Miguel Hernández como apoderado de la
Municipalidad de san Miguel para que el s.G. ceda en favor de sus
ejidos la Hda. Guadalupe, 6 de octubre de 1g73, AGN-CDM Rollo
BN-47.
Solicitud de la Municipalidad del Guayabal al SpE sobre título del terre_
no Tecomarepe, 1867, AGN-CDM Rollo BN-29.
solicitud de la Municipalidad de sonzacate al spE sobre título del terre_
no Nahuizalquillo, 1867, AGN-Ce Rollo BN_27.
solicitud de los vecinos del barrio «le santa Lucía, santa Ana, 1g67,
AGN_CQ.
solicitud sobre terrenos para ejidos en san Buenaventura, 1g67,
ACN-CPC.
Título de propiedad de 20 caballerías de tierras que le fueron otorgadas a
la municipalidad de Juayúa en 1g76, 1g16, AGN-CT
Sección/Caja: 2 Folder/D oc :2.2.
Título de tierras llamadas el sitio san José, santiestevan, y tierras valdias
del volcán, pertenecientes a la municipalidad de San Miguel, 1g57,
AGN-CM-MG.
Título ejidal de San Juan Opico, mecanografiado, 1g26, AGN.
Título ejidal de San Miguel Jujurla, 1831, 1g61, AGN.
Título ejidal de Tepecoyo, 1868, AMTep.

370
1Eó1. San Salvador, 1862.

'-1
1980). San Salvador: UCA

idente Dueñas agradeciendo


\ahuizalquillo al pueblo de
(.CPC.
i7+. AGN-CM-MG.
;. \GI.{-CDM ROIIO BN.3O.
{GN-CDM Rollo BN-31.
GLOSARIO
como apoderado de la
:el S.G. ceda en favor de sus Abreviaturas de nombres de departamentos, ciudades y pueblos
e de 1873, AGN-CDM Rollo

Ah Ahuachapán
al SPE sobre título del terre,
Ar Armenia
o BN-29.
At Atiquizaya
il SPE sobre título dei terre_ Ca Cabañas
1o BN-27.
Ch Chalatenango
a Lucía, Santa Ana, 1g67, Cu Cuscatlán
LL La Libertad
San Buenaventura, 1861, LP LaPaz
LU La Unión
x que le fueron otorgadas a
Mo Morazán
1876, I876, AGN-CT SA Santa Ana
SM San Miguel
ntlestevan, y tierras valdias
So Sonsonate
Llidad de San Miguel, 1857, SS San Salvador
SV San Vicente
ldo, 1826, AGN Us Usulután
,i. AGN.

37t

¡
Glosario de palabras

alcabala impuesto de venta

añil colorante vegetal; también la planta que


produce el tinte

baldío tierras sin dueño que se identifican por


medio del proceso de denuncia

beneficio instalación industrial para el procesamiento


del café

caballería 45 hectáreas

campesmo habitante rural que trabaja la tierra; por lo


general, dueño de una parcela pequeña pero
también se dedica a trabajar por tempom-
das a cambio de un salario en propiedades
ajenas.

canon alquiler de tierras ejidales

capellanía deuda contraída con la Iglesia con garantía


prendaria de tieras

castas personas de ascendencia étnica mixta

Provincias Unidas de también conocidas como la Federación


Centroamérica Centroamericana.

cbacra finca suburbana trabajada por pobladores


urbanos

cofradía confraternidad de origen religioso que pro-


porciona beneficios mutuos a sus miem-
bros

372
colono/arrendatario persona que alquila tierras para trabajarlas
o que entrega parte de la cosecha a cambio
enta (aparcero, medianero)

componer reclamar, titular y comprar tierras a la coro-


etal: también la planta que
na (en tiempos coloniales)

composición tierras reclamadas, tituladas o compradas


Leño que se identifican por
en la época colonial
ceso de denuncia

comun propio de la comunidad, como en las comu-


lustrial para el procesamiento
nidades indígenas

denunciar identificar yreclamar tierras sin dueño


(baldíos), para después proceder a titularlas
con autorización del gobierno
i que trabaja la tiema; por lo
, de una parcela pequeña pero tierras del común de los pueblos (munici-
ejidos
dica a trabajar por tempora- palidades), según la usanza colonial, a su
le un salario en propiedades vez heredada de la tradición ibérica

"Grupo de los 44" grupo político de Santa Ana conformado


ras ejidales por terratenientes y empresarios importan-
tes quienes encabezaron el movimiento que
la con la Iglesia con garantía derrocó al presidente Ezeta en 1894
erras

hectiírea 10.000 metros cuadrados o 2.47 acres


cendencia étnica mixta

impuesto de beneficencia impuesto que cobraban las municipalidades


ldas como la Federación para mantener los servicios de salud y otros
a favor de los pobres

ra trabajada por pobladores Jefe de Estado nombre del funcionario que encabezaba
el gobierno de un estado dentro del régi-
men federal de las Provincias Unidas;
de origen religioso que pro-
posteriormente, el poder ejecutivo de los
t-rcios mutuos a sus miem-
estados nacionales

5t5
jornalero/a obrero agrícola contratado por un salario

labrador agricultor en pequeño; sinónimo a veces


con campesino

ladino/a indígena que abandona su pueblo de naci-


miento; originalmente se refería a migran-
tes de otras partes que adoptaban el vestir y
hablar de los españoles; también se usa
como sinónimo de mestizo o mulato

manzana 67 hectárea

mestizo persona de ancestros procedentes de etnias


diferentes

obraje sitio donde se procesaba el añil; había


desde sencilios trabajados por fuerza
humana hasta más complejos movidos por
bueyes o norias

oro café procesado listo parula exportación

pardo en tiempos coloniales, una categoría muy


amplia que englobaba a mestizos, mulatos,
y negros libertos

peninsulares habitantes de las colonias españolas en


América que habían nacido en la Península
Ibérica

poseer tierras ocupar tierras con o sin sanción legal

quintal 100 libras (46 kilogramos aproximadamen-


te)

374
i .,lntratado por un salario real 1/8 peso

lEcueño, sinónimo a veces sitio finca ganadera

Supremo Poder Ejecutivo despacho dei presidente de la república


.bandona su pueblo de naci- (sPE)
ilmente se refería a migran-
tes que adoptaban el vestir y tarea unidad de superficie cle tierra, igual a 1124
españoles; también se usa hectárea
l de mestizo o mulato
titular entrar en posesión de acuerdo a ley

trapiche mecanismo de madera o metal para moler


estros procedentes de etnias caña cle az,úcar

: procesaba el añil; había


rs trabajados por fuerza
nás complejos movidos por

listo para la exportación

oniaies, una categoría muy


:lobaba a mestizos, mulatos,
)S

las colonias españolas en


rbían nacido en la Península

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ÍxorcB

Pre.sentación
1
Prólogo
9
Agrude<:i ntiento.s
29

1. Introclucción
3t
2. Los campesinos. el ariil v la tierra en el
periodo coionial tardíct
-53

3. La fbrmación de las comunidades campesinas. lg20_1gg0


75
.1. El campesinaclo y la agricultura comercial.
décadas de 1830-1880
127
5. La política campesina, i¿rs revueltas y la fb.rracicí, clel Estaclo
111
6. E,l café y su impacto en la mano cle obra. la tierra
l' la fbrmación de clases sociales. l8-50-lg l0 211
-. T-a ¿¡1¡rur itin tle la tier.ra
|¡'¡r
r 1a transición a un campesinado propietario, 1gg1_1912 2-53

8. La abolición cle las tierras y con.runidatles etnicas, lggl-1912


295
9. Conclusión
331

Apéndices
3-55
Abreviafuras utilizadas en notas 36-5
Notas sobre fuentes 361
Glosario 311
Bibliografía

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