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ESCUELA DE LA VIDA

A propósito de "Escuela de la vida", de Efrain Perez, me vienen a la


memoria las palabras de Valle-Inclan "Las cosas no son como las
vemos sino como las recordamos".Para casi todos los que nos
dedicamos a la escritura, la memoria,se convierte en el génesis de la
fantasía, en el inicio inpredecible de un largo viaje hacia la ficción. La
memoria,los recuerdos,el mito,las invenciones,el tiempo y el que hacer
diario se mezclan en la literatura de una manera tal que,transpasando
el mundo de la realidad, lo recordado se transpone en lo soñado: Una
ficción donde la ambiguedad es la norma.

Me he planteado la pregunta obligatoria de si Efrain ¿hace literatura o


nos narra una historia? Y la verdad se disuelve al comprender que él
pretende narrar una historia, sujetarla estrictamente a la realidad de lo
vivido, pero que, con más frecuencia de lo que él quisiera, naufraga
para contento nuestro, en verdades a medias, verdades literarias, que
son en suma un simulacro de lo recordado convertido,gracias al arte de
la palabra, en ficción.

La serie de relatos compilados en su libro parecen tener un destino:


Llenar las insuficiencias de la vida, de la suya, sí, pero también la del
lector ocasional. No sé porque siempre tenemos la sensación de estar
insatisfechos con la vida, de querer completarla, de llenar un vacío
existencial que nos angustia porque no estamos conformes con nuestro
destino: No somos hombres de fe, si lo fuéramos, estaríamos conformes
con nuestras limitaciones en el mundo. La fe nos acerca a la poesía, a la
música y a las representaciones místicas, inclusive al teatro. La ficción,
aparece con la duda,cuando sentimos la necesidad de creer en algo, o,
dicho de otra manera, cuando experimentamos alguna crisis, cuando la
tierra que pisamos se mueve bajo nuestros pies, cuando nuestra visión
confiada y absoluta de la vida ha sido sustituida por la incertidumbre,
cuando volvemos al caos y nos es necesario refugiarnos en la ficción y
darle una satisfacción a nuestra desazón . Así,la ficción, afirma Vargas
Llosa, " se convierte en sucedáneo transitorio de la vida". Regresar a la
vida, ingresar al mundo de lo real, es pauperizar nuevamente la
existencia y comprobar con nostalgia que somos mucho menos de lo
que queremos ser y muchísimo menos de lo que soñamos. Ya en el
prologo, Efrain, apunta a ésta misma realidad al afirmar que: "El libro
sera un poco novelesco, en la medida en que se mezcla lo real con lo
ficticio, en algunas narraciones".
No pretendo hacer de critico literario, lejos de mi tamaño desliz, solo
pretendo glosar a modo de sucinto prolegómeno el libro de Efrain,
"Escuela de la Vida", más por la amistad que nos une y por el interés
común por las artes y las letras, que por elaborar una apología de su
obra. Ella por si sola sabrá hacerse un lugar en la memoria de quien la
lea por la inquietud sembrada por la plasticidad de sus imágenes. El
arte, como la literatura, nos acercan a una realidad sublime: Al niño que
llevamos dentro, que va siempre en busca del amigo invisible, que no es
una fantasmagoría malsana sino el glorioso descubrimiento de una
mente que aprende a ejercitar todas sus facultades. Seguramente es
ése el momento, misterioso y eterno, en que nace un nuevo artista, un
poeta o un narrador.

http://ajuntamientodecalvia.blogspot.com/2007/04

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