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#QuedateEnCasa

¿DÓNDE ESTÁ JESÚS


CUANDO ESTOY EN
CRISIS?
DANIEL 3

Por Luis Fernando Zabaleta


8 de abril de 2020
INTRODUCCIÓN

“¿Dónde está Dios?” es una pregunta atrevida que


algunas personas hacen, como una forma de justificar su
situación y afirmar que es Dios quien tiene la culpa de sus
males. De Dios solo podemos esperar lo mejor; todos los
buenos regalos vienen de su mano. La Biblia dice: “Toda
buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto,
del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni
sombra de variación.” (Santiago 1:17) Pero en ocasiones
estamos tan desesperados que no podemos más que
preguntarnos: “¿Dónde está Dios?”
Dios es Omnipresente, Omnisciente y Omnipotente. Él
está en cualquier lugar, el lo sabe todo absolutamente y lo
puede hacer todo según sus propósitos. Estos son
contenidos de la fe cristiana; tenemos un Dios perfecto,
completo y suficiente. Ese Dios, está de nuestro lado y
espera que confiemos en Él sin vacilación.
Este estudio nos debe llenar de paz y esperanza.
Atesoremos la siguiente promesa de Dios: “Nunca te
dejaré desamparado” (Hebreos 13:5); y, Él es fiel a su
promesa. Respondamos entonces a la pregunta: ¿Dónde
está Jesús cuando estoy en crisis? Leamos la historia en
Daniel 3 y descubramos tres respuestas de esa pregunta.
DIOS TE ESTÁ ESCUCHANDO

El escenario era terrible para aquellos jóvenes valientes


y definidos. En resumen, el problema consistía en que: al
oír el sonido de los instrumentos musicales, debían
postrarse y adorar la estatua que Nabucodonosor había
construido. Era un asunto de fe, por la cual debían estar
dispuestos a morir.
La situación tuvo una resolución. Ellos sencillamente no
se moldearon a lo que el rey les exigía. No se postraron.
No hay forma de que digamos que en este mundo no
tendremos aflicciones; pero así como hay aflicciones,
también Dios está escuchando nuestro hablar. Nuestro
hablar expresa el sentir del corazón.
Aquellos jóvenes hebreos, dijeron lo siguiente: “No es
necesario que te respondamos sobre este asunto. He aquí
nuestro Dios a quien servimos puede librarnos del horno
de fuego ardiendo; y de tu mano, oh rey nos librará. Y si no,
sepas, oh rey, que no serviremos a tus dioses, ni tampoco
adoraremos la estatua que has levantado.” (vv. 16-18). Dios
está escuchando lo que decimos en medio de las crisis, Él
espera que hablemos con fe: “Nunca te dejaré
desamparado”.
¿Dónde está Dios? Está escuchando lo que hablamos y
aplaudiendo nuestra fe (Ej. Pedro y Juan, Esteban, etc.)
DIOS TE ESTÁ ACOMPAÑANDO

Nabucodonosor se enojó contra aquellos jóvenes. Pero


ahora ellos contaban con la compañía activa de Jesús;
quien se movió por la fe de aquellos valientes. El horno de
fuego fue calentado siete veces más. Los jóvenes fueron
atados de pies y manos; los echaron en aquel horno.
Como ellos lo anunciaron; no se postrarían ante aquella
estatua, ni ante ningún ídolo. Sabían que Dios podría hacer
algo para librarlos. Pero si no hacía algo, de igual manera,
no habría nada que los hiciera cambiar de parecer en
cuanto al poder de Dios… “nuestro Dios a quien servimos
puede librarnos del horno de fuego” (v. 17).
Ya hasta aquí, era un acto de fe extraordinario; en la
historia hubieran quedado como los jóvenes valientes que
murieron en un horno, por no acomodarse al mundo. Pero
Aquél que dijo: “Nunca te dejaré desamparado”, es fiel a
su promesa. Así que, Dios no los libró del horno de fuego,
sino que Él mismo se metió con aquellos jóvenes en el
horno. A veces no sucede como esperas, sino mucho
mejor.
¿Dónde está Dios en la crisis? está allí a tu lado,
acompañándote. Dios se vino a vivir a tu barrio, para
identificarse con tu sufrimiento, cualquiera que sea. La
Biblia dice: “Entonces la Palabra se hizo hombre y vino a
vivir entre nosotros. Estaba lleno de amor inagotable y
fidelidad. Y hemos visto su gloria, la gloria del único Hijo
del Padre.” (Juan 1:14 NTV)
DIOS TE ESTÁ LEVANTANDO

Aquellos jóvenes, en la crisis disfrutaron la compañía de


Dios mismo. Nada les podía hacer daño alguno, si Dios
estaba allí con ellos. El fuego de la crisis no los quemó,
sino los liberó; rompió sus ataduras y se paseaban libres.
Nabucodonosor no tuvo más que aceptar que aquellos
jóvenes, verdaderamente servían al Dios Altísimo (v. 26). El
rey los llamó para que salieran del fuego. Aquellos jóvenes
salieron de entre el fuego, sin ningún daño en sus cuerpos
ni en sus ropas. Ni siquiera olor a humo tenían (v. 27).
Así que todos estuvieron de acuerdo en las palabras
del rey, quien dijo: “Bendito sea el Dios de ellos, de Sadrac,
Mesac y Abed-nego, que envió a su ángel y libró a sus
siervos que confiaron en Él, y que no cumplieron el edicto
del rey, y entregaron sus cuerpos antes que servir y adorar
a otro dios que su Dios” (v. 28).
Cuando Dios te levanta de una crisis, no solo
transforma tu situación de malestar, sino que hay una
transformación social. Si hay jóvenes valientes como
aquellos tres hebreos, la sociedad será transformada. Mira
el desenlace.
Se promulgó una ley: “Cuidado quien blasfeme contra
el Dios de Sadrac, Mesac y Abed-nego, porque será
descuartizado, y su casa convertida en muladar; por cuanto
no hay dios que pueda librar como Éste” (v. 29).El rey fue
utilizado por Dios para engrandecer a estos tres jóvenes.
No olvides, Dios dijo: “nunca te dejaré desamparado”
CONCLUSIÓN

No podemos evitar las crisis. A veces estaremos en


peligros de muerte, o en enfermedad, o quizá en la peor
escasez. Será en ese momento donde querrás preguntar:
¿Dónde está Dios?
Jesús dijo que estaría con nosotros todos los días hasta
el fin del mundo. Así que no tengamos temor de
acompañarle a Él en la misión de predicar y hacer
discípulos. No hay nada que temer, cuando Dios dijo:
“Nunca te dejaré desamparado.”
Así que ahora sabemos ¿dónde está Dios? Él está
escuchando lo que hablas o piensas; debes expresar fe.
No falles, mantente firme en quien has creído. Él está
acompañándote, cuando pases por el fuego no te
quemarás y si pasas por las aguas no te vas a ahogar. Él
está levantándote; hará que por tu testimonio de fe, el
mundo sea transformado y vos mismo serás engrandecido.
Este es un tiempo de crisis; es una gran oportunidad
para manifestar nuestra fe al mundo. Dios tiene todo poder
para librarnos de esta enfermedad y de la crisis que le
acompaña. Pero si Él decidiera no librarnos de la
enfermedad, tengamos la certeza que Él estará con
nosotros en el mismo lecho del dolor. Y luego de haber
sido pasados por el horno, Dios nos levantará de allí.
Dios dijo: “No te dejaré desamparado”. Él está allí a tu
lado. No temas, que lo que viene es glorioso.
Oremos juntos… pidamos fe.

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