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Perspectivas 2

sobre tecnología o
1
energética o

Escenarios y
estrategias
Resumen hasta el año
Ejecutivo 2050
AGENCIA INTERNACIONAL DE ENERGÍA
La Agencia Internacional de Energía (AIE) es un organismo autónomo, creado en noviembre de 1974. Su
mandato es doble: promover la seguridad energética entre sus países miembros mediante una respuesta
colectiva a las interrupciones materiales del suministro de petróleo y asesorar a los países miembros respecto a
una política energética acertada.
La AIE lleva a cabo un programa integral de cooperación energética entre 28 economías avanzadas, cada una de las
cuales está obligada a mantener inventarios de petróleo equivalentes a 90 días de sus importaciones netas.
La Agencia se propone:
n Asegurar el acceso de sus países miembros a una oferta abundante y confiable de todos los tipos de energía; en
especial, al mantener capacidades eficaces para responder en situaciones de emergencia en caso de interrupciones
en el suministro de petróleo.
n Promover políticas energéticas sustentables que estimulen el crecimiento económico y la protección ambiental
en un contexto mundial; sobre todo, en cuanto a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero que
contribuyen al cambio climático.
n Aumentar la transparencia de los mercados internacionales mediante la recopilación y el análisis de datos
sobre energía.
n Apoyar la colaboración mundial en tecnología energética para asegurar el suministro futuro de
energía y moderar sus efectos sobre el medio ambiente; por ejemplo, mediante una mejor
eficiencia energética y el desarrollo y utilización de tecnologías con baja emisión de carbono.
n Hallar soluciones para los desafíos a que en materia de energía se enfrenta el planeta,
a través de la participación y el diálogo con países no miembros, la industria,
los organismos internacionales y otros interesados directos.
Países miembros de la AIE:
Alemania
Australia
Austria
Bélgica
Canadá
Corea
Dinamarca
España
Estados Unidos
Finlandia
Francia
Grecia
Hungría
Irlanda
Italia
Japón
Luxemburgo
Noruega
Nueva Zelanda
Países Bajos
Polonia
Spanish translation
Portugal
Reino Unido
© OCDE/AIE, 2010
República Checa
International Energie Agency
9 rue de la Fédéation
República Eslovaca
75739 Paris Cedex 15, France Suecia
Suiza
Por favor, tome debida nota de que Turquía
esta publicación está sujeta a restricciones
específicas que limitan su uso y distribución.
La Comisión Europea
Los términos y condiciones están disponibles también participa
en Internet en: www.iea.org/about/copyright.asp en el trabajo de la AIE.
1 Resumen ejecutivo

Resumen ejecutivo

En todos los círculos relacionados con la energía, la amenaza del cambio climático
ha captado la atención en los últimos años. Mientras tanto, otras dos inquietudes
han vuelto a surgir de las sombras. La crisis financiera de 2008-2009, que algunos
analistas relacionan con los volátiles precios del petróleo, reforzaron la inquietud
de que los altos precios de la energia puedan alterar el crecimiento económico. Los
titulares anunciando cortes al suministro de gas a Ucrania, secuestros de petroleros
a lo largo de la costa de Somalia, atentados a ductos petroleros en Nigeria y
huracanes que destruyen plataformas petroleras en el Golfo de México muestran
que las amenazas a la seguridad energética se presentan de muchas maneras y
en lugares inesperados. Durante varios años, la Agencia Internacional de Energía
(AIE) ha planteado que una revolución energética, basada en el despliegue
generalizado de tecnologías con baja emisión de carbono, es necesaria para
superar las dificultades del cambio climático. Energy Technology Perspectives 2010
(ETP 2010 – Perspectivas sobre Tecnología Energética) demuestra que un futuro con
bajas emisiones de carbono también es una herramienta poderosa para aumentar
la seguridad energética y el desarrollo económico.

Igualmente importante, la edición de ETP  2010 destaca las primeras señales de


que tal revolución en tecnología energética está en marcha. Las inversiones en
energías renovables, encabezadas por la solar y la eólica, están aumentando de
manera considerable. Algunos países están considerando la construcción de nuevas
centrales eléctricas nucleares. La mejora en la tasa de eficiencia energética en los
países de la OCDE ha empezado a acelerarse otra vez, tras muchos años de
aumentos moderados. La inversión pública está aumentando para la investigación,
el desarrollo y la demostración de tecnologías con bajas emisiones de carbono
(ID&D). En el transporte, las grandes empresas de automoviles están ampliando
sus líneas de productos con vehículos híbridos y totalmente eléctricos; además,
muchos gobiernos han lanzado planes para alentar a los consumidores a comprar
esos vehículos. Sin embargo, tales adelantos halagüeños representan los primeros
pequeños pasos fragmentados de un largo camino para transformar la manera en
que suministramos y usamos la energía. Las tendencias que impulsan el crecimiento
de la demanda energética y las emisiones de dióxido de carbono (CO2) relacionadas
con el cambio climático aumentan vertiginosamente a un ritmo implacable.

Las tendencias actuales en energía y CO2 son directamente contrarias a las reiteradas
advertencias del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático
(IPCC) de las Naciones Unidas, que concluye que para el año 2050 necesitarán
lograrse reducciones de por lo menos 50% en las emisiones mundiales de CO2
comparadas con los niveles del año 2000, para limitar el aumento a largo plazo en
las temperaturas medias mundiales entre 2.0° C y 2.4° C. Estudios recientes indican
que ese cambio climático está ocurriendo más rápido de lo que anteriormente se
esperaba, y que incluso la meta de “50% para el 2050” quizá sea inadecuada para
evitar el peligroso cambio climático.

Los esfuerzos para crear una estructura normativa a largo plazo para superar las
dificultades del cambio climático son continuos; pero la XV Conferencia de las
2 Resumen ejecutivo

Partes (COP 15) para la Convención Marco de las NU sobre el Cambio Climático
demostró la dificultad de llegar a un acuerdo sobre objetivos “verticalistas” de
cumplimiento obligado. Sin embargo, la COP 15 sí avanzó en algunos temas
decisivos. El Acuerdo de Copenhague, aunque no fue adoptado formalmente en
COP 15, reflejó que hay un fuerte consenso en varios elementos vitales, incluyendo:
limitar el aumento de la temperatura del planeta a menos de 2.0°C; lograr fuertes
recortes en las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero para el
año 2050; el papel de la tecnología para alcanzar esas metas; y la necesidad
de financiamiento adicional para los países en desarrollo. Muchos gobiernos ya
están respaldando su apoyo a los principios del Acuerdo mediante un mayor
financiamiento para la investigación y desarrollo de energía con bajas emisiones
de carbono, políticas nuevas y más eficaces, así como objetivos nacionales para la
reducción de emisiones.

La edición de ETP 2010 alimenta este ímpetu proporcionando una perspectiva de


la AIE sobre cómo las tecnologías energéticas con baja emisión de carbono pueden
contribuir a los objetivos para una fuerte reducción de las emisiones de CO2. Al
utilizar un enfoque tecno-económico que evalúa costes y beneficios, la obra examina
métodos de coste mínimo para cumplir con las metas de política energética al
tiempo que también propone medidas para superar los obstáculos técnicos y
normativos. En términos específicos, ETP 2010 examina las futuras opciones en
cuanto a combustibles y tecnología disponibles para la generación de electricidad
y en los sectores clave de utilización final de la industria, los edificios y el transporte.
Por vez primera, esta edición incluye un análisis sobre los países europeos de la
OCDE, Estados Unidos, China e India, que en conjunto representan alrededor
del 56% de la demanda actual de energía primaria en el planeta. Luego expone
las transiciones tecnológicas necesarias para avanzar hacia un futuro energético
sostenible y proporciona un conjunto de guías básicas de tecnología para describir
el método. Otros elementos nuevos de la edición ETP 2010 incluyen capítulos sobre
financiamiento, cambio de conductas, la difusión de tecnologías entre economías
desarrolladas y economías emergentes, y un análisis de los efectos ambientales de
tecnologías energéticas clave.

Es evidente que en la actualidad la revolución de tecnología energética es


“ascendente”. De muchas maneras, ésta es una señal saludable: muchos
problemas energéticos tienen consecuencias más fuertes en las poblaciones
locales, y esas poblaciones necesitan hallar soluciones que funcionen en sus
contextos. En última instancia, la magnitud del problema exige una estrategia
global; sobre todo porque la globalización significa que las economías más
importantes son cada vez más interdependientes en cuanto al comercio, las
inversiones y la proliferación de tecnología. Otro adelanto sorprendente es que
muchos de esos esfuerzos ya reflejan un compromiso más fuerte entre el gobierno,
la industria y la sociedad civil. La edición de ETP 2010 destaca medidas y políticas
innovadoras que ameritan una aplicación más amplia y cuidadosa consideración.

La siguiente década es decisiva. Si las emisiones no alcanzan su punto máximo


alrededor del año 2020 y disminuyen a un ritmo constante a partir de esa fecha,
alcanzar la reducción del 50% necesaria para el año 2050 será mucho más costoso.
De hecho, la oportunidad puede perderse del todo. Intentar recuperar una trayectoria
de reducción del 50% más adelante requerirá reducciones mucho mayores de CO2,
3 Resumen ejecutivo

lo que implica medidas mucho más drásticas en una escala cronológica más corta
y costes considerablemente mayores de lo que quizá sea políticamente aceptable.

La preocupación por la seguridad energética, la amenaza del cambio climático y la


necesidad de satisfacer la creciente demanda de energía (especialmente en el mundo
en desarrollo) plantean, en conjunto, importantes desafíos a los encargados de la
toma de decisiones en materia de energía. Promover la revolución de tecnologías
con bajas emisiones de carbono implicará miles de decisiones hechas por millares
de interesados directos; sujetos que actúan en esferas personales y profesionales.
Pero la elección en sí misma puede ser un obstáculo: invertir tiempo para leer
mucha información y hacer la mejor elección puede ser bastante paralizador. Este
libro prueba que se necesitará una cartera de tecnologías nuevas y existentes para
encarar estos problemas, y explica a la vez las áreas prioritarias para actuar y
los mecanismos que pueden ayudar a procurar el cambio. Este planteamiento se
diseñó para ayudar a quienes toman decisiones en todas las esferas a identificar qué
combinaciones de políticas y de tecnologías serán más eficaces en sus situaciones
específicas. Al incorporar guías básicas detalladas para facilitar el despliegue de
tecnología, la edición ETP 2010 espera impulsar dos aspectos de la revolución
energética: el cambio radical necesario en el ritmo de progreso y una participación
más amplia de la gama total de países, sectores e interesados directos.

Los escenarios de ETP presentan


opciones más que pronósticos

La edición de ETP 2010 analiza y compara diferentes escenarios. Este planteamiento


no tiene como objetivo pronosticar lo que sucederá, sino más bien mostrar las
muchas oportunidades para crear un futuro más seguro y con energía sustentable.

El escenario Inicial de ETP 2010 se apega al escenario de referencia bosquejado


en el libro World Energy Outlook 2009 para 2030; y luego lo amplía al 2050.
Supone que los gobiernos no introducen nuevas políticas energéticas ni climáticas.
En cambio, el escenario llamado BLUE Map (con diversas variantes) se centra en
objetivos: fija la meta de reducir al 50% las emisiones mundiales de CO2 relacionadas
con la energía, para el 2050 (comparadas con los niveles del 2005); y examina
los medios de coste mínimo para alcanzar esa meta mediante el despliegue de
las tecnologías nuevas y las existentes, con bajas emisiones de carbono (Figura
1). Los escenarios BLUE también aumentan la seguridad energética (por ejemplo,
al reducir la dependencia en los combustibles fósiles) y aportar otros beneficios
que contribuyan al desarrollo económico (como una mejor salud gracias a una
menor contaminación atmosférica). Una comparación rápida de resultados de los
escenarios de ETP 2010 demuestra que las tecnologías con bajas emisiones de
carbono pueden procurar un futuro radicalmente distinto (Cuadro 1).
4 Resumen ejecutivo

Cuadro 1 u Tendencias en energía y emisiones conforme a los escenarios


Inicial y del BLUE Map: 2050 comparado con 2007

Escenario Inicial Escenario del BLUE Map


• Las emisiones de CO2 relacionadas con la • Las emisiones de CO2 relacionadas con la energía
energía aproximadamente se duplican se reducen 50%
• El uso de energía primaria aumenta de 84%; • El uso de energía primaria aumenta de 32%; la
la intensidad del carbono para uso energético intensidad del carbono para uso enegético baja de
aumenta de 7% 64%
• La demanda de combustibles líquidos aumenta • La demanda de combustibles líquidos baja de 4%
de 57%, eso requiere el uso considerable y los biocombustibles satisfacen 20% del total;
de combustibles sintéticos y de petróleo no- la demanda de carbón cae 36%; el gas natural
convencional; la demanda de carbón primario baja 12%; los renovables aportan casi 40% del
aumenta de 138%; la demanda de gas es 85% aprovisionamiento de energía primaria
más alta
• Las emisiones de CO2 causadas por la • Las emisiones de CO2 causadas por la generación
generación de electricidad aumentan en más del de electricidad se reducen de 76%; su intensidad de
doble; la intensidad de CO2 por la generación CO2 cae a 67 g/kWh
de electricidad disminuye un poco a 459 g/kWh
• Los combustibles fósiles suministran más de dos • Las renovables representan 48% de la generación
terceras partes de la generación de electricidad; de electricidad; la nuclear proporciona 24%
el porcentaje de energía renovable aumenta y las plantas equipadas con CCS (captura y
levemente a 22% almacenamiento de carbono, por sus siglas en
inglés), 17%
• La captura y el almacenamiento de carbono • La CCS se usa para captar 9.4 giga toneladas
(CCS) no se utiliza comercialmente (Gt) de CO2 de las plantas en la generación de
electricidad (55%), industria (21%) y transformación
de combustibles (24%)

• Las emisiones de CO2 en el sector de edificios, • Las emisiones de CO2 en edificios se reducen de dos
incluidas las relacionadas con el uso de la tercios mediante la utilización de electricidad con
electricidad, casi se duplican bajas emisiones de carbono, eficiencia energética
y el cambio a tecnologías que producen poco o
ningún carbono (enfriamiento y calefacción solar,
bombas de calor y cogeneración -producción
combinada de calor y electricidad, CHP).

• Casi 80% de las ventas de vehículos para • Casi el 80% de las ventas de LDVs son vehículos
trabajo liviano (LDVs) depende de la gasolina híbridos enchufables, eléctricos o de pila de
convencional o de la tecnología diesel; los combustible; el porcentaje de productos petrolíferos
productos petrolíferos satisfacen más del 90% de en la demanda final del transporte baja de 50%
la demanda de energía para el transporte

• Las emisiones de CO2 en la industria crecen casi • Las emisiones de CO2 en la industria caen de
por la mitad, conforme aumenta la producción aproximadamente un cuarto principalmente a
industrial causa de la eficiencia energética, el cambio de
combustible, el reciclaje, la recuperación de energía
y la CCS
• La inversión total en el uso y suministro de • La inversión asciende a 46 billones USD (17%) más
energía asciende a un total de 270 billones USD que en el escenario Inicial; los ahorros acumulativos
en combustible son de 112 billones USD más altos
que en el escenario Inicial.

• Los países que no pertenecen a la OCDE son • Los países que no pertenecen a la OCDE logran
responsables de casi el 90% del crecimiento en una reducción en las emisiones de CO2 de
la demanda de energía y representan casi tres aproximadamente 30%, comparadas con las de
cuartas partes de las emisiones mundiales de 2007; los países de la OCDE representan menos
CO2. de una cuarta parte de las emisiones mundiales de
CO2, habiendo reducido las emisiones de 70% a
80% por debajo de los niveles de 2007
5 Resumen ejecutivo

Recuadro 1 u Mensajes de los modelos


Los hallazgos de ETP 2010 refuerzan las conclusiones de ediciones anteriores, al mismo tiempo que
son un recordatorio de que, desde la primera edición publicada en el 2006, el mundo ha seguido
avanzando —e incluso a un ritmo acelerado— en la dirección equivocada. De 1990 al 2000, las
emisiones mundiales de CO2 aumentaron en un promedio de 1.1% por año. Durante los siguientes
siete años, la tasa de crecimiento anual de las emisiones subió repentinamente a 3.0%. Dos factores
fundamentales son evidentes: la demanda creciente de energía en las economías que dependen del
carbón; y un aumento en la electricidad generada mediante carbón en respuesta a los precios más
altos del gas y del petróleo. La tasa de aumento en las emisiones del uso de carbón aumentó de
0.6% por año (entre 1990 y 2000) a 4.8% por año (entre 2000 y 2007).
El mensaje más importante sigue inalterable: las tendencias actuales —según lo ilustrado en el
escenario Inicial— son inviables en relación con el medio ambiente, la seguridad energética y el
desarrollo económico. La dependencia progresiva de los combustibles fósiles (sobre todo del carbón)
sigue haciendo que suban tanto las emisiones de CO2 como el precio de los combustibles fósiles. Por
ejemplo, se asume que los precios del petróleo llegan a 121 USD por barril (en precios del 2008)
para el 2050.
Pero este futuro que requiere mucho carbono no es un supuesto. Al usar una combinación de las
tecnologías nuevas y las existentes, como lo contemplan los escenarios BLUE, es posible reducir de
50% las emisiones mundiales de CO2 relacionadas con la energía, para el 2050. Lograr esto será un
desafío, y exigirá inversiones considerables. Pero los beneficios en cuanto a resultados ambientales,
mayor seguridad energética y menores facturas por energía también serán considerables. En este
escenario, se supone que los precios del petróleo sólo ascienden a 70 USD por barril (en precios del
2008) para el 2050.
  Se necesitará una cartera de tecnologías con baja emisión de carbono, con costes de hasta
175 USD/tCO2, cuando se comercialicen plenamente, para reducir al 50% las emisiones de
CO2, para el 2050. Ninguna tecnología o grupo de tecnologías pequeño puede generar la
envergadura del cambio requerido.
  El despliegue generalizado de tecnologías con bajas emisiones de carbono puede reducir la
demanda mundial de petróleo, carbón y gas por debajo de los niveles actuales, para el 2050.
Aun así, los combustibles fósiles seguirán siendo un elemento importante del suministro de
energía del planeta para el futuro previsible.
  Aumentar la eficiencia energética, lo que en gran parte puede lograrse mediante opciones de
bajo coste, ofrece las mayores posibilidades de reducir las emisiones de CO2 a lo largo del
periodo hasta el 2050. Debe ser la prioridad de primer orden en el corto plazo.
  Descarbonizar al sector eléctrico, la segunda fuente más grande de reducción de emisiones,
es decisivo y debe implicar que se aumenten de manera radical los porcentajes de energía
renovable y nuclear, además de agregar la captura y el almacenamiento de carbono (CCS) para
la generación a partir de combustibles fósiles.
  Un suministro de electricidad descarbonizado ofrece oportunidades importantes para reducir las
emisiones en los sectores de utilización final mediante la electrificación (por ejemplo, cambiar
de automóviles con motores de combustión interna (ICEs) a vehículos eléctricos (EVs) e híbridos
enchufables (PHEVs), o de calefacción con combustibles fósiles a bombas de calor eficientes).
  Se necesitarán nuevas tecnologías con baja emisión de carbono para sostener las reducciones
de emisiones después del 2030; sobre todo en los sectores de utilización final como el transporte,
la industria y los edificios.
El futuro es intrínsecamente incierto y siempre lo será. Es difícil pronosticar las tendencias en el
crecimiento económico (y, por consiguiente, las emisiones y el uso de energía) y el desarrollo
tecnológico. El enfoque de que exista una cartera para el desarrollo y el despliegue de tecnologías
con bajas emisiones de carbono puede ayudar a lidiar con esta incertidumbre.
6 Resumen ejecutivo

Figura 1 u Tecnologías clave para reducir las emisiones


de CO2 conforme al escenario del BLUE Map
60 Captura y secuestro del
Gt CO2

emissiones escenario Baseline 57 Gt


55 CO2 (CCS) 19%
50 Renovables 17%
45
Nuclear 6%
40
Mejora en la eficiencia
35 de generación de
30 electricidad y de cambio
25 de fuente energetica 5%
20 Cambio de fuente de
15 emissiones escenario BLUE Map 14 Gt energia en el uso final 15%
10
Mejora de las eficiencias en
5 Caso WEO 2009 450 ppm Analisis ETP2010 el uso final de electricidad
0 y de combustibles 38%
2010 2015 2020 2025 2030 2035 2040 2045 2050

Punto clave:

Una amplia gama de tecnologías será necesaria para reducir considerablemente las emisiones de CO2
relacionadas con la energía.

Política tecnológica

Muchas de las tecnologías con baja emisión de carbono más prometedoras en


este momento tienen costes más altos que las actuales de combustibles fósiles. Es
sólo mediante el aprendizaje tecnológico a partir de la investigación, el desarrollo,
la demostración y el despliegue (IDD&D) que esos costes pueden reducirse y las
tecnologías volverse económicas. Por consiguiente, los gobiernos y la industria
necesitan proseguir con la innovación de tecnologías energéticas mediante varias
sendas paralelas e interrelacionadas. En cierta etapa, la mayoría de las nuevas
tecnologías requerirán un “impulso” de la ID&D y un “jalón” del despliegue
comercial a la vez.

El papel de los gobiernos para desarrollar una política tecnológica eficaz es


decisivo: una política pública crea cimientos sólidos y una estructura sobre la cual
otros interesados directos, incluida la industria, puedan construir. Cuando sea
adecuado, las políticas necesitarán abarcar el espectro completo de IDD&D. De
esta manera, los gobiernos pueden reducir el riesgo para otros participantes en
las primeras etapas del desarrollo tecnológico y luego, poco a poco, exponer la
tecnología a una mayor competencia; al tiempo que permiten a los participantes
obtener rendimientos razonables sobre sus inversiones mientras se afianza una
economía con bajas emisiones de carbono.

Durante el siguiente decenio, los gobiernos necesitarán intervenir a un nivel nunca


antes visto para evitar que se incluyan tecnologías ineficientes, productoras de
emisiones altas. Deben actuar de manera expedita para aplicar una serie de políticas
tecnológicas que se centren en la disparidad costo-competitividad, al tiempo que
7 Resumen ejecutivo

Figura 2
Despliegue comercial u Políticas para apoyar tecnologías con bajas emisiones de carbono

Tecnología desarrolladas
(Eficiencia energética,
4. Adopción acelerada atacando
cogeneración industrial)
los obstáculos comerciales

Reglamentos de construcción, normas


de eficiencia, campañas informativas

1. Desarrollo y
planificación de Diferencia de bajo coste 3. Apoyo en disminución y
infraestructura (Eólica en tierra, energía de sin favorecer ninguna tecnología
biomasa en algunos mercados)
Financiamiento Certificados verdes, comercio de
para ID&D gases de efecto invernadero
Diferencia de alto
Apoyo a la inversión coste (Concentración
para demostración de energía solar [CSP],
en gran escala
solar fotovoltaica,
vehículos híbridos) 2. Incentivos estables para
Etapa de demostración tecnologías específicas
and prototipo
Tarifas de alimentación de electricidad,
(Por ejemplo, pila de combustible,
deducciones fiscales, garantía sobre préstamos
biocombustibles de 2a. generación,
vehículos eléctricos, CCS)

Tiempo
1. Demostración y 2. Mercados 3. Lograr 4. Mercado
desarrollo tecnológico limitados competitividad de masas

Nota: La gráfica incluye clasificaciones generalizadas de tecnología; en la mayoría de los casos, las tecnologías
quedan comprendidas en más de una categoría en un momento dado.

Punto clave

Las políticas de apoyo de los gobiernos necesitan adaptarse a las diferentes fases de desarrollo de la tecnología.

reflejan de manera imparcial la madurez y la competitividad de los mercados y las


tecnologías individuales (Figura 2). Los objetivos dominantes deben ser reducir el
riesgo, estimular el despliegue y hacer bajar los costes. Los datos indican que una
proporción enorme de innovaciones importantísimas vienen de nuevas empresas
que cuestionan los modelos comerciales existentes. Por consiguiente, las medidas
gubernamentales para eliminar los obstáculos para el ingreso y el crecimiento
de nuevas empresas pueden influir de manera importante en el desarrollo de
tecnologías energéticas con bajas emisiones de carbono.

En los últimos años, se ha dado mucha atención a la importancia de las políticas


que ponen un precio a las emisiones de carbono, como una forma de estimular
el desarrollo y el despliegue de tecnologías no contaminantes necesarias para
generar una revolución energética. El Acuerdo de Copenhague reconoce las
tácticas comerciales como una forma de aumentar la rentabilidad. Aunque es
probable que las políticas de ese tipo (como el comercio del carbono) sean un
impulsor importante del cambio, no son necesariamente las más eficaces para
hacer inversiones a corto plazo en las tecnologías más costosas cuyos beneficios
en reducción de emisiones son a un plazo más largo. Además, es probable que
un mercado del carbono verdaderamente global esté a muchos años de distancia.
8 Resumen ejecutivo

Los gobiernos pueden recurrir a una amplia variedad de otras herramientas para
ayudar a crear mercados para las tecnologías que cumplan con los objetivos
de una política pública nacional; por ejemplo: reglamentos, exenciones fiscales,
programas voluntarios, subsidios y campañas informativas. Pero también necesitan
tener rutas de salida: el nivel de apoyo gubernamental debe disminuir con el
tiempo y eliminarse completamente cuando las tecnologías sean competitivas; o,
de hecho, si es evidente que es improbable que lo sean.

La edición de ETP 2010 calcula que para lograr la reducción de emisiones de CO2
al 50%, el financiamiento gubernamental para ID&D de tecnologías con bajas
emisiones de carbono necesitará ser del doble al quíntuple de los niveles actuales.
Muchos países están tomando este mensaje muy en serio. Los gobiernos del Foro
de las Principales Economías y de la AIE han acordado coordinar y aumentar
radicalmente las inversiones del sector público en ID&D de tecnologías con bajas
emisiones de carbono, con miras a duplicar esas inversiones en el 2015. Sin
embargo, simplemente aumentar el financiamiento no bastará para generar las
tecnologías con bajas emisiones de carbono necesarias. Los programas y las políticas
actuales de los gobiernos en materia de ID&D necesitan mejorar; adoptando las
prácticas más eficientes en cuanto a diseño e implementación. Eso incluye el diseño
de programas estratégicos para adecuar las prioridades de una política pública
nacional y la disponibilidad de recursos; la evaluación rigurosa de resultados y un
ajuste del apoyo si es necesario; así como el aumento de enlaces entre el gobierno
y la industria, y entre las comunidades que se dedican a las ciencias básicas y a la
investigación de energía aplicada para acelerar la innovación.

En última instancia, reducir las emisiones de CO2 depende de la aceptación


de tecnologías con bajas emisiones de carbono por parte de la industria, las
empresas y los consumidores individuales. A la fecha, los esfuerzos para fomentar
la adopción de tecnologías con bajas emisiones de carbono y eficiencia energética
se centran principalmente en superar los obstáculos económicos y tecnológicos. De
hecho, la investigación indica que las elecciones de los consumidores están mucho
más influenciadas por factores sociales y de conducta. Una mayor comprensión
de los aspectos humanos del consumo de energía —en particular, en los sectores
residencial y comercial y en el transporte personal— ayudará a los responsables
de la formulación de políticas a catalizar y ampliar los ahorros que dependen de
la tecnología. Un muestreo de los programas exitosos que destaca la edición ETP
2010 indica que las estrategias de política pública para influir en las elecciones
del consumidor deben dirigirse, informar, motivar y dar poder de decisión a los
consumidores.

Los gobiernos también tienen un papel importante alentando a otros para tomar la
iniciativa en las áreas pertinentes. La industria puede mostrar liderazgo mediante
una participación activa en las alianzas públicas-privadas. Las universidades pueden
ampliar la educación para cultivar y desplegar la capacidad humana necesaria para
explotar las tecnologías innovadoras en materia de energía. Las organizaciones no
gubernamentales pueden ayudar captando al público y comunicando la urgencia
de la necesidad de desplegar las nuevas tecnologías energéticas a gran escala,
incluidos los costes y beneficios de hacerlo. Por último, todos los interesados directos
deben trabajar unidos para fortalecer la colaboración tecnológica internacional
para propiciar la IDD&D, difusión e inversión. Guías básicas de tecnología pueden
ser un instrumento eficaz para ayudar en este proceso.
9 Resumen ejecutivo

Recuadro 1 u Guías básicas de tecnología de la AIE

A petición de los ministros del G8, la AIE está diseñando guías básicas para apoyar el
desarrollo y el despliegue acelerados de las tecnologías más importantes con baja emisión de
carbono. Cada guía básica expone una visión compartida hasta el 2050 y muestra las medidas
que se requieren de los interesados directos pertinentes, a niveles nacional e internacional. Esta
táctica colectiva es vital para aprovechar al máximo la ventaja neta de invertir en la IDD&D
de nuevas tecnologías. Estas guías básicas también abordan varios temas representativos, a
niveles internacional y regional, que respaldan la explotación exitosa de estas tecnologías.

Muchas de las guías básicas de tecnología de la AIE recomiendan las alianzas del sector
privado para propiciar la innovación y la transición de la demostración al despliegue comercial.
Esas alianzas pueden ser especialmente adecuadas para tecnologías como la CCS y los
vehículos eléctricos EVs; las que dependerán de la creación de nuevas tecnologías y nuevos
modelos de negocios para las industrias.

Aumentar la difusión internacional de tecnología

Todos los escenarios usados en la edición de ETP 2010 confirman un hecho en cierto
modo sorprendente: casi todo el crecimiento futuro de la demanda de energía y
de emisiones procede de países no pertenecientes a la OCDE. Por consiguiente,
propiciar la propagación de tecnologías con baja emisión de carbono a países no
pertenecientes a la OCDE es un desafío crucial; sobre todo para las economías más
grandes y de crecimiento rápido como las de Brasil, China, India, la Federación
Rusa y Sudáfrica.

Los países no pertenecientes a la OCDE tradicionalmente han asumido el acceso


a nuevas tecnologías como fruto de la transferencia tecnológica de los países
industrializados; presuponiendo la tendencia general de que el conocimiento
tecnológico fluye de los países con mayores capacidades tecnológicas hacia
aquellos con menores capacidades. Sin embargo, la situación se está tornando
más compleja, con un creciente flujo multidireccional de tecnologías entre los
países de la OCDE y entre los países dentro y fuera de la OCDE, y las economías
emergentes que crean fuertes bases manufacturas y se convierten en exportadoras
por derecho propio.

Para que una economía con baja emisión de carbono sea exitosa debe basarse
en principios del mercado en los que las tecnologías energéticas se propaguen
principalmente mediante operaciones comerciales. El desafío es reorientar esas
operaciones para apoyar la transferencia de tecnologías con baja emisión de
carbono; al tiempo que también se ayuda a los países emergentes a llegar a
desarrollar tecnología y participar en el mercado. Debe estudiarse detenidamente la
capacidad de los países para absorber las nuevas tecnologías. Algunas economías
emergentes, encabezadas por China, están mejorando rápidamente su capacidad
para diseñar y desplegar tecnologías clave con baja emisión de carbono. En vista
de sus tasas de crecimiento económico, deben progresar a un ritmo incluso más
rápido para disociar las emisiones de CO2 de la actividad económica.
10 Resumen ejecutivo

Financiamiento y rendimientos sobre las inversiones

La edición de ETP 2010 muestra que se necesitará una inversión considerable para


satisfacer las crecientes necesidades energéticas del planeta. El escenario Inicial
calcula una inversión total de 270 billones de USD, entre 2010 y 2050.1 La mayor
parte de ésta (240 billones de USD o casi 90%) refleja las inversiones del lado de
la demanda que harán los consumidores de energía para equipo primordial que
consume energía, incluyendo vehículos, electrodomésticos y plantas de la industria
pesada.

Satisfacer el crecimiento de la demanda de energía de manera que apoye la


meta del “50% para el 2050” será considerablemente más caro: los requisitos de
inversión de los proyectos del escenario del BLUE Map son de 316 billones de USD,
un incremento adicional de 17% (46 billones de USD).

Durante los últimos tres años, las inversiones anuales en tecnologías energéticas
con baja emisión de carbono promediaron aproximadamente 165 mil millones
de USD. Poner en práctica el escenario del BLUE Map requerirá inversiones que
lleguen aproximadamente a 750 mil millones de USD anuales para el 2030, y
que aumenten a más de 1.6 billones de USD anuales del 2030 al 2050. El nivel
de inversiones se duplica en el segundo lapso debido a la mayor demanda de
automóviles y de otros bienes de consumo, que aumenta junto con los ingresos en
los países emergentes y en desarrollo.

La otra cara de la moneda es que la revolución de tecnología energética alberga


posibilidades importantes de obtener rendimientos muy positivos sobre las
inversiones. Por ejemplo, una economía con baja emisión de carbono dará por
resultado importantes ahorros en combustible debido a las mejoras en eficiencia y
conforme la menor demanda de combustibles haga bajar los precios. La edición
de ETP 2010 calcula que las necesidades de inversión adicional de 46 billones de
USD en el escenario del BLUE Map redituarán, durante el periodo 2010-2050,
ahorros acumulativos en combustible equivalentes a 112 billones de USD. Incluso
si tanto las inversiones como los ahorros en combustible durante el periodo hasta
el 2050 bajaran otra vez a sus valores actuales usando una tasa de descuento de
10%, los ahorros netos ascienden a ocho billones de USD.

Además, la revolución energética ofrece oportunidades importantes para los


negocios. Las empresas con miras al futuro reconocen las enormes posibilidades
de desarrollar y desplegar —a escala mundial— una amplia gama de tecnologías
nuevas y avanzadas, así como la posibilidad de aprovechar los mecanismos que
faciliten la inversión en países no pertenecientes a la OCDE (por ejemplo, a cambio
de créditos en los mercados de transacciones de carbono). El papel de los gobiernos
para instalar marcos normativos estables y proporcionar algún financiamiento
directo para la IDD&D ya se ha expresado. Un segundo punto es la necesidad de
un mayor diálogo entre el gobierno y la comunidad de inversionistas para mejorar
la comprensión y establecer límites adecuados para sus esferas de actividad, las
cuales son exclusivas pero complementarias.

1.  Excluyendo inversiones de la fase inicial en la producción y el transporte de carbón, petróleo y gas.
11 Resumen ejecutivo

La edición de ETP 2010 también revisa los efectos más amplios de tipo económico,
social y ambiental (denominados “co-efectos” por su grado de interrelación) de las
tecnologías con baja emisión de carbono. El análisis se centra ante todo en temas
que, especialmente en los países en desarrollo, pueden ser prioridades políticas
y sociales más inmediatas que reducir las emisiones de CO2, concretamente: la
calidad del aire y sus efectos sobre la salud humana, la calidad y disponibilidad
del agua y el uso de la tierra. Por ejemplo, reducir la contaminación atmosférica
mediante tecnologías con baja emisión de carbono, aporta otros beneficios
ambientales relacionados con la energía y reduce los efectos negativos en la salud
de las poblaciones locales.

Se necesita más trabajo para perfeccionar las cifras estimadas en esta evaluación;
incluyendo en formas para influir en los co-beneficios potenciales y asegurar que
cualquier co-efecto negativo se entienda, cuantifique y, si es posible, modere. Es
igualmente importante evaluar los co-beneficios y los posibles conflictos a niveles
regional, nacional y local, ya que muchos serán específicos para el entorno.

Hallazgos sectoriales

Alrededor del 84% de las emisiones actuales de CO2 están relacionadas con la
energía y más o menos 65% de todas las emisiones de gases de efecto invernadero
pueden atribuirse al suministro y uso de energía. Todos los sectores necesitarán
reducir notablemente su intensidad de CO2 si las emisiones mundiales de CO2
han de reducirse a la mitad. Sin embargo, eso no significa que todos los sectores
necesiten reducir sus emisiones de 50% (Figura 3). Cada sector tiene diferentes
perspectivas de crecimiento conforme al escenario Inicial y una gama distinta
de opciones con baja emisión de carbono que pueden utilizarse para reducir
las emisiones. La edición de ETP 2010 examina en detalle el potencial de cada
sector para contribuir a un futuro bajo en carbono de coste óptimo, incluyendo las
políticas y tecnologías que se necesitarán.

Para fomentar el despliegue de las tecnologías nuevas y existentes en todos los


sectores, un mensaje clave es la necesidad de medidas rápidas que tengan presente
las metas a largo plazo. Sin una perspectiva a largo plazo, se corre el riesgo de que
inversiones de capital costosas y poco apropiadas, hechas a corto plazo, debiliten
las metas futuras de reducción de emisiones o necesiten ser desechadas con mucha
anticipación de sus ciclos de vida normales.

Sector eléctrico
Se lleva tiempo repitiendo que descarbonizar el sector eléctrico será el meollo de los
esfuerzos para hacer fuertes recortes en las emisiones mundiales de CO2. En este
momento, el sector eléctrico representa 41% de las emisiones de CO2 relacionadas
con la energía. El escenario Inicial proyecta una duplicación de estas emisiones
a lo largo del periodo hasta el 2050, debido a la dependencia continua de los
combustibles fósiles. En cambio, el escenario del BLUE Map alcanza una reducción
de casi 90% (comparada con los niveles de 2007) en la intensidad de carbono
para la generación de electricidad, con las energías renovables representando casi
12 Resumen ejecutivo

Figura 3 u Emisiones mundiales de CO2 en los escenarios Inicial y del BLUE Map
60 Otros
Gt CO2

Edificios
50
Transporte
40 Industria
Otra transformación
30
Generación
20 de electricidad

10

0
2007 2030 2050 2030 2050
Baseline BLUE Map
Punto clave:

El escenario del BLUE Map implica fuertes recortes de emisiones en todos los sectores

la mitad de la producción mundial y la nuclear un poco menos de un cuarto. El


otro cambio fundamental es que la mayor parte de la producción de electricidad
restante a partir de combustibles fósiles tiene muchas menos emisiones de CO2
debido a la adopción generalizada de CCS.

Es necesario un cambio de dirección importante para romper con la actual


dependencia de los combustibles fósiles en el sector eléctrico, así como inversiones
considerables. El escenario del BLUE Map requiere inversiones de 32.8 billones
de USD (40% más que los 23.5 billones de USD necesarios en el escenario
Inicial), más de la mitad asignada a nuevas centrales de energía eléctrica. Una
dificultad clave es que, en la actualidad, muchas alternativas con baja emisión de
carbono son mucho más caras que las tecnologías tradicionales que dependen
de los combustibles fósiles. Además de ampliar el apoyo a la ID&D y de crear
mecanismos comerciales para promover la innovación tecnológica, los gobiernos
deben aprobar políticas que fomenten el cierre de las centrales más contaminantes
y menos eficientes, lo más pronto posible. Todas las opciones para la generación
de energía con baja emisión de carbono deben buscarse: excluir cualquiera de
ellas podría aumentar significativamente los costes de lograr las reducciones de
emisión de CO2 del sector.

Algunas tecnologías para la generación de energía con baja emisión de carbono


plantean dificultades extraordinarias. Por ejemplo, se necesitará la integración de
sistemas para apoyar las enormes cantidades de energías renovables variables
(como la eólica, la fotovoltaica solar, la hidroeléctrica de agua fluyente, la
mareomotriz y la undimotriz). También es apremiante apresurar la demostración
de CCS en el sector eléctrico y diseñar métodos reglamentarios integrales que
faciliten su despliegue comercial a gran escala. La energía nuclear requiere mayor
progreso en la construcción y operación de instalaciones para la eliminación de
residuos radiactivos.

Lograr un suministro de electricidad con una producción casi nula de carbono crea
oportunidades para reducir las emisiones de CO2 en todos los sectores de utilización
final al cambiar del consumo de energía de combustibles fósiles a la electricidad.
13 Resumen ejecutivo

Por ejemplo, de automóviles con ICEs que funcionan con diesel o gasolina a EVs y
PHEVs, o de calefacción por combustible fósil a bombas de calor eficientes.

Hay algunos indicios de que los cambios necesarios en la generación de


electricidad están empezando a tomar lugar. Las inversiones en energías
renovables, encabezadas por la eólica y la solar, alcanzaron cifras sin precedentes
en el 2008 y permanecieron en niveles similares durante el 2009, a pesar de la
recesión económica. En el 2009, se instaló más energía eólica en Europa que
cualquier otra tecnología para la generación de electricidad. En otras partes del
mundo se han visto adelantos similares, en cuanto a la capacidad mundial de
energías renovables instalada, China ahora ocupa el segundo lugar e India el
quinto. También hay pruebas de que la energía nuclear está experimentando un
renacimiento. En China, India y Rusia se proyectan ampliaciones muy importantes
de capacidad nuclear. Algunos otros países que ya tienen centrales nucleares, pero
que no han emprendido nuevas construcciones en los últimos años, también están
considerando activamente nueva capacidad nuclear.

Redes de electricidad

Cambiar las curvas de la demanda y la generación exigirá modificar el diseño, la


operación y el despliegue de las redes de electricidad, con características regionales
cada vez más importantes para determinar las configuraciones respectivas.

Aunque sigue siendo necesaria una demostración a escala de sistemas, la flexibilidad


de las redes inteligentes de suministro de electricidad nacional (que integran a
la vez tecnologías de electricidad y de almacenamiento térmico) aparentemente
apoya el equilibrio de la generación variable y la demanda, un mejor control de
las cargas pico y la distribución de programas de eficiencia energética. Estas redes
inteligentes pueden contribuir a reducir las emisiones de CO2 tanto del uso como
de la generación de electricidad. En los países en desarrollo, las redes inteligentes
facilitarán la ampliación de los servicios de electricidad, y muestran posibilidades
importantes de reducir las pérdidas por transmisión y distribución.

Industria

Durante los últimos decenios, la eficiencia energética industrial ha mejorado, y la


intensidad de CO2 ha disminuido en muchos sectores. Sin embargo, este progreso
ha sido más que contrarrestado por la creciente producción industrial en todo el
mundo. Las emisiones directas de la industria representan alrededor de 20% de
las emisiones actuales de CO2. Lograr fuertes recortes en las emisiones de CO2
requerirá la adopción generalizada de la mejor tecnología actual disponible, así
como el diseño y despliegue de una gama de nuevas tecnologías (como CCS,
reducción por fusión, separación con membranas y gasificación de lejía negra).

La aplicación exitosa de CCS en varios sectores industriales que consumen


mucha energía (como hierro y acero, cemento, química y petroquímica, y pulpa y
papel) representa potencialmente la opción más importante de nueva tecnología
para reducir las emisiones directas en la industria. Para cumplir su promesa, la
demostración a gran escala de las tecnologías de captura en la industria debe
14 Resumen ejecutivo

emprenderse de forma simultánea con proyectos de demostración proyectados para


el sector eléctrico. Sustituir combustible y materias primas con biomasa y desechos
representa otra opción importante; pero como el recurso estará indudablemente
limitado, la competencia podría hacer subir los precios y hacer menos atractivas
las aplicaciones industriales. Un sector eléctrico descarbonizado ofrecerá nuevas
oportunidades para disminuir la intensidad de CO2 mediante la electrificación de
los procesos industriales.

Se necesitarán políticas claras, estables y duraderas que apoyen la fijación de


precios del carbono para fomentar la transición tecnológica en la industria. La
situación actual, en la que sólo los países desarrollados están sujetos a la restricción
de emisiones, ocasiona preocupaciones legítimas sobre la competitividad y la fuga
de carbono. En un momento dado, un sistema mundial de comercio de emisiones
puede ser más eficaz; mientras tanto, los acuerdos internacionales que abarcan
sectores específicos que consumen mucha energía puede ser un primer paso
práctico. La intervención gubernamental será necesaria para fijar normas, crear
incentivos e instituir reformas legislativas. Eliminar los subsidios a los precios de la
energía debe ser una prioridad en los países donde éstos persisten.

Edificios

Las emisiones directas de los inmuebles representan aproximadamente el 10%


de las emisiones mundiales de CO2, incluir las emisiones indirectas del uso de
electricidad en el sector aumenta este porcentaje a casi 30%. Desde una perspectiva
energética, los edificios son sistemas complejos integrados por el cerramiento
exterior y su aislamiento, los sistemas de enfriamiento y calefacción de espacios, los
sistemas para el calentamiento de agua, la iluminación, los aparatos eléctricos y los
artículos de consumo, así como el equipo comercial.

La mayoría de los edificios tienen una larga vida, lo que significa que más de
la mitad de los que en este momento existen en el mundo seguirán en pie en el
2050. El bajo porcentaje de edificios que cumplen su ciclo de vida útil en la OCDE
y en las economías en transición, combinado con un crecimiento relativamente
moderado, significa que casi todo el potencial de ahorros en energía y CO2 radica
en modernizar y comprar nuevas tecnologías para los inmuebles existentes. En los
países en desarrollo, donde el crecimiento de nuevos edificios será muy rápido,
existen oportunidades para garantizar ahorros importantes de energía (más bien
pronto y totalmente) mediante mejores normas de eficiencia para las nuevas
construcciones.

Es indispensable implementar las opciones con baja emisión de carbono y


eficiencia energética de bajo coste que están actualmente disponibles, para lograr
reducciones rentables de las emisiones de CO2 a mediano plazo. Con esto se
ganará tiempo para diseñar y desplegar tecnologías menos desarrolladas y
actualmente más caras que pueden influir de manera importante a más largo
plazo. Para calentar agua y la calefacción de espacios, éstas incluyen bombas de
calor altamente eficientes, sistemas térmicos solares y sistemas de cogeneración
(CHP) con pilas de combustible de hidrógeno.
15 Resumen ejecutivo

En el sector residencial, los principales obstáculos para el cambio son los costes
iniciales más altos, la falta de conocimientos de los consumidores sobre las
tecnologías, los costos divididos y la poca prioridad que se da a la eficiencia
energética. Superar esos obstáculos requerirá un paquete de políticas integrales
que tal vez incluya campañas informativas, incentivos fiscales y financieros, y
otras políticas para su despliegue, así como normas mínimas para el rendimiento
energético. Esas políticas deben resolver las limitaciones financieras, desarrollar la
capacidad de la industria y promover la inversión en I&D.

En el sector de servicios, se necesitarán políticas para lograr mejoras en la estructura


exterior de los nuevos edificios, junto con sistemas altamente eficientes de ventilación,
enfriamiento y calefacción. Como su porcentaje de uso total es más alto (comparado
con el sector residencial) se requerirán medidas normativas importantes para
aumentar la eficiencia del uso de energía en la iluminación y en otras utilizaciones
finales eléctricas, como equipo de oficina, equipo de informática y refrigeración.

En los últimos años se han visto señales alentadoras de un cambio en las preferencias
de los consumidores hacia las nuevas tecnologías que pueden reducir las emisiones
de CO2. Durante el periodo 2007-2008, las ventas de bombas de calor mostraron
un crecimiento superior al 10% en varios de los principales mercados europeos.
También ha crecido rápidamente la demanda de sistemas térmicos solares que
pueden proporcionar calor de baja temperatura para enfriamiento y calentamiento
de agua/calefacción de espacios, o para ambos.

Transporte

Actualmente, el sector del transporte es responsable del 23% de las emisiones de


CO2 relacionadas con la energía. Dados los aumentos en todos los medios de
viaje, sobre todo los vehículos individuales de pasajeros (Ligth Duty Vehicles - LDVs)
y la aviación, el escenario de referencia (Baseline) muestra que el uso actual de
energía para el transporte se duplicará entre hoy y el año 2050, y que las emisiones
respectivas de CO2 serán un poco mayores al doble, por usar combustibles con
un contenido de carbono mayor. Lograr fuertes recortes en las emisiones de CO2
para el 2050 dependerá de que el uso de combustibles para el transporte aumente
a un menor ritmo, mediante una mayor eficiencia energética e incrementando
la proporción de combustibles que emiten poco carbono. Alentar a los viajeros y
transportistas para que cambien del uso de coches indivudales de forma cotidiana,
camiones y transporte aéreo a usar autobuses y ferrocarriles con más frecuencia es
otra forma de hacer ahorros considerables.

Aunque la reducción absoluta en las emisiones del transporte de los niveles de


2007 es posible en los países de la OCDE, el fuerte crecimiento de la población
y del ingreso en los países no pertenecientes a la OCDE hará muy difícil que se
logren reducciones absolutas de emisiones en el sector del transporte. Según
el escenario BLUE Map, en el 2050 las emisiones en los países de la OCDE
son aproximadamente 60% inferiores a las de 2007; pero las de los países no
pertenecientes a la OCDE son 60% más altas.

Las perspectivas son buenas para reducir el uso de combustibles y las emisiones
de CO2 de los LDVs mejorando la eficiencia de los motores de combustión interna
16 Resumen ejecutivo

y mediante la hibridización de vehículos y el uso de hibridos enchufables en la red


eléctrica para cargar la batería (Plug-in Hybrid Electric Vehicles – PHEVs), vehículos
eléctricos (Electric Vehicles – Evs) y vehículos con pila de combustible. Prácticamente
todas las mejoras graduales en eficiencia para vehículos que funcionan con
gasolina o diesel consideradas en el escenario BLUE Map se pagan con los ahorros
en combustible hechos durante la vida del vehículo. Casi todos los gobiernos
de la OCDE ya tienen normas enérgicas para un bajo consumo de gasolina y
muchos gobiernos en todo el mundo han anunciado planes para apoyar un uso
más extenso de EVs y PHEVs. En conjunto, estos compromisos podrían poner en
circulación más de cinco millones de EVs y PHEVs, para el año 2020.

En el escenario del BLUE Map, los biocombustibles, la electricidad y el hidrógeno


representan juntos el 50% del uso total de combustibles para transporte en el
2050; sustituyendo a la gasolina y al diesel. La demanda de biocombustibles para
vehículos ligeros con motores de combustión interna empieza a disminuir después
del 2030, debido a un fuerte cambio hacia la electricidad y el hidrógeno como
combustible. En cambio, el uso de biocombustibles aumenta rápidamente para
camiones, barcos y aeronaves hasta el 2050, sustituyendo los combustibles de
petróleo de destilado intermedio.

A pesar de las señales prometedoras de que los gobiernos están proponiendo


políticas para reducir las emisiones de CO2 causadas por el transporte, es necesario
esforzarse mucho más para aumentar la coordinación y el financiamiento para
IDD&D especialmente para reducir más rápidamente los costes de tecnologías
avanzadas. Además, debe darse mayor atención a incentivar a los consumidores
a adoptar tecnologías y estilos de vida que consoliden la transición hacia una
movilidad sostenible, apartándose de los sistemas de transporte que consumen
mucha energía y usan combustibles fósiles.

Recuadro 3 u Diferencias regionales

La edición de ETP 2010 emprendió un análisis más detallado de las tendencias sobre el CO2 y las
opciones para su disminución en cuatro países o regiones que influirán de manera importante en
la reducción de emisiones mundiales: los países de Europa que pertenecen a la OCDE, Estados
Unidos, China e India. Cada uno enfrenta desafíos extraordinarios, reflejando los niveles actuales
y futuros de desarrollo económico y los patrimonios disímiles de recursos naturales (representados
en sus mezclas de energía). Por consiguiente, cada uno tendrá puntos de partida y trayectorias
futuras distintas en cuanto a sus emisiones de CO2; y se desarrollarán de maneras muy diferentes
tanto en el escenario Inicial como en el del BLUE Map. Aunque se necesitan muchas de las
mismas opciones tecnológicas para reducir las emisiones, las alternativas de política pública
relacionadas con su aplicación pueden ser notablemente distintas.

En el escenario Inicial, las emisiones de CO2 en India muestran el aumento relativo más grande,
casi quintuplicándose para el 2050. China también muestra un alza considerable, con emisiones
que casi se triplican entre el 2007 y el 2050. Estados Unidos muestra un incremento mucho
más moderado de 1% y las emisiones en los países europeos de la OCDE bajan de 8%. En
el escenario del BLUE Map, todos los países muestran reducciones importantes del escenario
17 Resumen ejecutivo

Inicial: las emisiones en el 2050 (comparadas con las de 2007) son 81% más bajas para Estados
Unidos, 74% más bajas para los países europeos de la OCDE y 30% más bajas en China;
mientras que las de India aumentan del 10%.

El escenario del BLUE Map también brinda seguridad importante sobre las ventajas del suministro
para los cuatro países o regiones, en especial a través del menor uso del petróleo. En Estados
Unidos y los países europeos de la OCDE, la demanda de petróleo en 2050 está entre 62% y
51% más abajo que los niveles de 2007 (la demanda de gas muestra descensos similares). En
China e India, la demanda de petróleo sigue creciendo en el escenario del BLUE Map, pero está
entre 51% y 56% más baja para el 2050 que en el escenario Inicial.

En los países europeos de la OCDE, el sector de la electricidad necesitará descarbonizarse


casi por completo para el 2050. Más del 50% de la generación de electricidad proviene
de energía renovable, y la major parte de la restante de nuclear y combustibles fósiles
usando la CCS (la mezcla precisa de energía varía mucho entre países individuales, lo que
refleja las condiciones y oportunidades locales). En la industria, la eficiencia energética y
la CCS ofrecen las principales medidas para la reducción de emisiones. En los edificios, las
mejoras en eficiencia para calentar los espacios pueden generar los ahorros en energía
más significativos y más de la mitad de la reducción de emisiones del sector, según el
escenario del BLUE Map. Entre otras medidas moderadoras está la calefacción térmica
solar, las bombas de calor, la CHP/calefacción zonificada y mejoras en la eficiencia de
electrodomésticos. Se espera que los volúmenes de transporte en los países europeos de la
OCDE sigan relativamente constantes. En el transporte pueden lograrse fuertes reducciones
de emisiones de CO2 mediante vehículos más eficientes, un cambio hacia la electricidad y
los biocombustibles, y la adopción progresiva del gas natural seguida de una transición a
biogás y biosyngas (gas combustible sintético por gasificación de biomasa).

Para Estados Unidos, la eficiencia energética y el cambio de combustibles serán medidas


importantes para reducir las emisiones de CO2 en todos los sectores de utilización final. Las
inversiones en infraestructura serán decisivas para apoyar la transición a una economía
de bajo carbono; sobre todo en las redes de suministro nacional de electricidad y en los
sistemas de transporte. La mayoría de los activos existentes para la generación de energía
serán sustituidos para el 2050, y las tecnologías con baja emisión de carbono como la
eólica, la solar, la biomasa y la nuclear ofrecen oportunidades para una disminución
importante. Muchas industrias con gran consumo de energía tienen un campo importante
para aumentar la eficiencia energética mediante mejoras tecnológicas. Del mismo modo,
la intensidad de energía promedio de los LDVs es relativamente alta; duplicar la eficiencia
de combustibles en los nuevos LDVs para el 2030 puede ayudar a reducir las emisiones.
Las tecnologías superiores para vehículos también pueden influir significativamente en
los sectores de LDVs, y de camiones livianos y medianos. En los inmuebles, aumentar la
eficiencia para el enfriamiento de lugares, junto con electrodomésticos más eficientes,
ofrece la oportunidad más grande para reducir las emisiones de CO2.

En vista del predominio del carbón, China debe invertir mucho en tecnologías del carbón
menos contaminantes (como la CCS) y aumentar la eficiencia del uso del carbón en la
industria y la generación de electricidad (eso representa la proporción más grande de las
emisiones de CO2 y del uso de energía en China). Además, debe darse prioridad a las
medidas para aumentar la eficiencia energética y reducir las emisiones de CO2 en sectores
18 Resumen ejecutivo

con alto consumo de energía como el hierro y el acero, el cemento y los productos químicos.
El sector del transporte chino está evolucionando con mucha rapidez, en cuanto a la venta
de vehículos, la construcción de infraestructura y la introducción de nuevas tecnologías. El
escenario del BLUE Map muestra que lograr reducciones considerables en las emisiones
dependerá de la electrificación de los medios de transporte y de una descarbonización
importante del sector de la electricidad.

Para India, el desafío será lograr un desarrollo económico rápido —eso implica un
aumento considerable en la demanda de energía para una población creciente— con sólo
un aumento muy pequeño en las emisiones de CO2. La demanda de electricidad crecerá
considerablemente y la necesidad de una enorme capacidad extra crea una oportunidad
extraordinaria para construir un sistema de electricidad bajo en carbono. Aunque la
India tiene algunas de las plantas industriales más eficientes del mundo, también tiene
una proporción importante de plantas ineficientes y a pequeña escala. Por consiguiente,
aumentar la eficiencia industrial en conjunto será un desafío importante. El aumento en los
ingresos y la mayor producción industrial estimularán una mayor demanda de transporte
en India, lo que hará imprescindible promover el transporte público y nuevas tecnologías
para vehículos con baja emisión de carbono. El sector inmobiliario también verá un fuerte
crecimiento en la demanda de energía: las mejoras en eficiencia para el enfriamiento de
lugares y para electrodomésticos serán decisivas para frenar el crecimiento en el consumo
de energía y en las emisiones.

Conclusión

Es indispensable una revolución de tecnología energética verdaderamente


mundial e integrada para solucionar los problemas interrelacionados de seguridad
energética y cambio climático, mientras se satisfacen las crecientes necesidades
de energía del mundo en desarrollo. La edición de ETP 2010 muestra que los
participantes clave, tanto del sector público como del privado, están empezando a
tomar las medidas requeridas para desarrollar y desplegar una gama muy amplia
de nuevas tecnologías de bajo carbono. La actividad puede verse en todos los
sectores más importantes y a lo largo de casi todas las regiones del mundo.

Evidentemente, el financiamiento sigue siendo una exigencia importante al igual


que la identificación de los mecanismos adecuados para propiciar el despliegue
de tecnologías con bajas emisiones de carbono en los países en desarrollo más
importantes. Un tema relacionado es que varias fuentes pronostican una grave
escasez de aptitudes, lo que rápidamente podría convertirse en un obstáculo
importante para su despliegue a lo largo de todos los sectores y en todas
las regiones. Es urgente evaluar correctamente qué aptitudes se requieren,
considerando las situaciones regionales y la disponibilidad de recursos humanos, e
idear recomendaciones sobre cómo cubrir esas necesidades.

Como ciudadanos de un mundo dinámico, todos vivimos siempre con un grado


de incertidumbre; como productores y consumidores de energía entrando en un
periodo de cambio rápido, es probable que la sensación de incertidumbre aumente.
19 Resumen ejecutivo

Las guías básicas y las vías de transición que ofrece la edición de ETP 2010 tienen
por objetivo superar los obstáculos existentes y estimular la tan necesaria IDD&D en
un plazo muy breve y a lo largo del periodo hasta el 2050. La extensa información,
las proyecciones y los análisis presentados en este documento proporcionarán a los
responsables de la toma de decisiones una información detallada y las nociones
claras que necesitan para apoyar fuertemente —en su propio terreno o a nivel
internacional— la rápida aceleración del cambio a un futuro más seguro con
energías que produzcan bajas emisiones de carbono.

En suma, el mensaje esencial de la edición de ETP 2010 es que una revolución


de tecnología energética está al alcance. Lograrla desplegará las capacidades
de todos los interesados directos del sector energético e implicará considerables
costes iniciales; pero en el largo plazo éstos estarán más que compensados con los
beneficios. Los gobiernos, los inversionistas y los consumidores de todo el mundo
necesitan tomar medidas firmes y audaces para poner en marcha el cambio y
hacerlo progresar en sus respectivas esferas de influencia; además de aumentar su
compromiso de trabajar juntos.

Este documento se escribió inicialmente en inglés. Aunque se procuró la fidelidad de


la traducción, podría haber ligeras diferencias entre éste y el texto original.
Perspectivas 2
sobre tecnología o
1
energética 0
Escenarios y estrategias hasta el año 2050

Para hacer frente a las dificultades de la seguridad energética y del cambio climático,
así como a las crecientes necesidades de energía del mundo en desarrollo, es
indispensable una revolución mundial en tecnología energética. Tal fue el mensaje clave
de la edición de 2008 de Energy Technology Perspectives (ETP). Pero, ¿está ocurriendo
esa transformación fundamental? ¿Cuáles son las tecnologías clave que pueden influir?
¿Cuáles son los costes y los beneficios? Y, ¿qué políticas necesitamos?
El nuevo ETP 2010 explora esas interrogantes y muchas otras, aprovechando los
conocimientos especializados de la Agencia Internacional de Energía (AIE) y su red de
tecnología energética.
El ETP 2010 ofrece escenarios actualizados desde el presente hasta el año 2050 que
muestran cuáles serán las tecnologías nuevas más importantes en sectores clave y en
diferentes regiones del mundo. Destaca la importancia del financiamiento para lograr
el cambio, examina las implicaciones de los escenarios para la seguridad energética y
estudia cómo propiciar el despliegue de tecnologías con baja emisión de carbono en los
países en desarrollo más importantes. Presenta guías básicas y vías de transición para
estimular el despliegue de las tecnologías no contaminantes más importantes y para
superar los obstáculos existentes.
Con extensa información, proyecciones y análisis, Energy Technology Perspectives 2010
ofrece a los responsables de la toma de decisiones información detallada y las nociones
necesarias para acelerar el cambio hacia un futuro más seguro con energías que
produzcan bajas emisiones de carbono.

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