Vous êtes sur la page 1sur 10

Más Crear un blog Acceder

Este sitio utiliza cookies de Google para prestar sus servicios y para analizar su tráfico. Tu dirección IP y user-
agent se comparten con Google, junto con las métricas de rendimiento y de seguridad, para garantizar la calidad
del servicio, generar estadísticas de uso y detectar y solucionar abusos.
MÁS INFORMACIÓN ACEPTAR

CONDUCTISMO CONTEXTUAL
domingo, 19 de abril de 2020 Archivo del blog

▼ 2020 (37)
ARTÍCULO: ¿QUÉ ES Y NO ES UN PROBLEMA ▼ abril (7)
PSICOLÓGICO DESDE LA PERSPECTIVA ARTÍCULO: ¿QUÉ ES Y NO ES
UN PROBLEMA
CONDUCTISTA CONTEXTUAL (RUIZ Y LÓPEZ- PSICOLÓGICO ...

SELVA, 2020) ARTÍCULO EN INGLÉS DE 2020:


Efficacy of a group in...
RESUMEN DE LA
PERSPECTIVA DE STEVEN
HAYES SOBRE VA...
LA FLEXIBILIDAD
PSICOLÓGICA (STEVEN
HAYES, 2020)
¿SON LOS VALORES
RELIGIOSOS RELEVANTES
PARA MUCHAS...
¿QUÉ PASARÁ TRAS LA CRISIS
DEL CORONAVIRUS? (Ruiz,...
EL ENFOQUE ACT PARA
MANEJAR LA ANSIEDAD
COMO SER H...

► marzo (12)
► febrero (13)
► enero (5)

► 2019 (74)
► 2018 (123)
► 2017 (64)
► 2016 (82)
► 2015 (74)
¿Qué es y no es un problema psicológico desde la ► 2014 (39)
perspectiva conductista contextual?
Juan José Ruiz Sánchez y María De los Ángeles López De
Uralde Selva
19-4-2020

1. Preguntar por esto ya es poner en solfa el modelo dominante

El hecho de plantear estas preguntas puede sorprender a muchos,


incluso a los propios psicólogos.

El motivo de la sorpresa se debe a que las personas en general y


los profesionales de la llamada salud mental tienen más o menos
claro que es un problema psicológico.
Lo que quizás no tengan tan claro es que los conceptos sobre que
es un problema psicológico e incluso sobre que es un trastorno
mental (que no es lo mismo exactamente) están ligados histórica,
social y culturalmente no solo a las llamadas disciplinas científicas
de la psicología y la psiquiatría, sino que todas ellas a su vez están
relacionadas con concepciones filosóficas, ideológicas y políticas
concretas, que han sido las hegemónicas como instituciones de
poder y control en cada momento de la historia humana.

2. ¿Y cuál es esta concepción hegemónica?


Actualmente en las sociedades occidentales, para la población en
general, un problema psicológico es un concepto similar a lo que es
una enfermedad mental. Y se define como un fallo individual, de la
persona que ocurre en su interior como una avería o
malfuncionamiento en su cabeza. Ese fallo interno individual bien
tiene un origen nervioso (de su sistema nervioso) o bien deriva de
un conflicto mental o emocional.

La concepción popular no hace sino reproducir el formateo continuo


del modelo biomédico dominante que de manera más refinada
supone que los problemas psicológicos son enfermedades del
cerebro a distintos niveles de causa ambiental o biológica.

La línea dominante de la psiquiatría la mayoría de las veces suelen


otorgar más peso a lo biológico que a lo a lo ambiental; y cuando
aparece lo ambiental es como desencadenante de una
vulnerabilidad o debilidad del propio sujeto de origen biológico que
las llamadas ciencias neurocognitivas tratan de encontrar mediante
los llamados “marcadores biológicos” sin mucho éxito al parecer,
salvo correlaciones diversas obtenidas mediante neuroimágenes.

Esas neuroimagenes muestran cómo se iluminan distintas partes del


cerebro en personas que se han agrupado en diagnósticos
psiquiátricos cuando se les pide hacer ciertas tareas específicas;
entendiendo que esas variaciones de iluminación se deben a
diversas formas específicas de funcionamiento cerebral que se
entienden afectadas o alteradas.

Una pequeña proporción sin embargo de la psiquiatría (la llamada


psiquiatría crítica) y de las neurociencias abogan por una mayor
relación entre los factores socio-ambientales, las conductas de las
personas y los cambios en el cerebro o los propios genes (Ruiz,
2017).

3. ¿Pero es lo mismo un problema psicológico que una enfermedad


mental incluso desde esta concepción hegemónica?

La psiquiatría dominante entiende que los problemas llamados


psicológicos son enfermedades mentales más leves de origen
psicosocial que precipitan o desencadenan vulnerabilidad o
debilidades biológicas de las personas, incluyendo en ellas los
llamados trastornos de adaptación, de estrés y algunos de los
llamados trastornos de ansiedad y depresivos más leves. A menudo
son agrupados con las siglas “TMC”, de trastorno mental común.

Estos TMC suelen ser coincidentes con la concepción que tienen


las personas en general en nuestras sociedades cuando se les
pregunta que entienden por un problema psicológico, respondiendo
algo similar a lo siguiente: “que nos son felices, que no se
encuentran bien y que desean deshacerse del malestar emocional”;
que suele ser lo que después demandarán a los profesionales de la
salud mental que le van a atender.

Es decir los problemas psicológicos desde esta perspectiva


socialmente dominante son los trastornos más leves de las
enfermedades mentales.

Las llamadas enfermedades mentales graves estarían


mayoritariamente agrupadas en torno a las llamadas las psicosis,
los trastornos de ansiedad, del ánimo más graves y la mayoría de
los llamados trastornos de la personalidad, que agrupados, suelen
enmarcarse bajo el nombre de “TMG” (Trastorno mental grave).

Lo que postula esta perspectiva es que un problema psicológico es


un malestar subjetivo de tipo emocional que hace a la gente infeliz y
que se debe a un fallo o avería personal; que si cae en manos de un
psiquiatra más biológico será por una avería bioquímica y si cae en
manos de un psicólogo mentalista lo será debido a un fallo mental
en forma de conflicto interno, de tipo cognitivo-emocional, que
tradicionalmente se suele formular como “eso se debe a tu actitud
ante las cosas de la vida”, apelándose y/o en combinación de una
restitución de la bioquímica alterada y/o a un cambio de actitud
personal ante la vida con diversas técnicas específicas.

4. ¿Y qué tienen que decir a todo esto los psicólogos conductistas


contextuales? Por lo pronto muchos de ellos son inconsecuentes
con sus propias posiciones.

Aquí resulta también llamativo el desacuerdo entre ellos. Por lo


pronto hay psicólogos conductuales o contextuales que siguen
defendiendo parte del discurso dominante anterior.

Hay psicólogos contextuales que se mueven, no solo


estratégicamente para conseguir penetrar en posiciones diversas,
sino también convencidos, de que hay que combinar lo contextual
con las aportaciones cognitivas-conductuales más tradicionales, y
llevar a cabo todo lo que sea útil y funcione en aras de un
pragmatismo feroz sin importar las incongruencias filosóficas de
fondo.

Así aparecen textos, por ejemplo, que combinan sin ningún pudor
terapia de esquemas y terapia de aceptación y compromiso (Mckay,
Lev, Skeen y Hayes, 2012; Roediger, Stevens y Brockman, 2018)
incluso, apoyado por el mismo S. Hayes; posiblemente por un
interés estratégico de introducir lo contextual en terreno diversos.

Podría denominarse a estos enfoques híbridos de “posición de 2.5”,


más que de tercera generación. Les importa solo los resultados, lo
demás sobra. Parecen no caer en la cuenta que las posiciones
filosóficas tienen implicaciones en la práctica diaria, y como se
abordan los problemas humanos de manera diferente. Y como esas
prácticas a la larga constituyen prácticas culturales (en forma de
terapias-tipo compartidas y difuminadas) que refuerzan los
discursos dominantes.

Muchas veces los propios psicólogos contextuales usan en sus


valoraciones psicológicas escalas diversas para medir el malestar
en términos de psicopatología (escalas de ansiedad, depresión…)
porque lo exige la línea editorial de la revista de turno, sin
percatarse de la ideología y filosofía de fondo que sustenta esto, o
sea la hegemónica antes referida; muy común al buen entender
entre la tradición cognitiva-conductual más clásica y la psiquiatría
oficial.

5. ¿Y que son los problemas psicológicos?

Hagamos ahora un pequeño repaso sobre estas cuestiones tal


como ha sido planteada por algunos psicólogos contextuales o
conductuales que consideramos relevantes para estas preguntas.

La exposición de López y Costa (2014) se centra por un lado en lo


que no son los problemas psicológicos: No son enfermedades. Lo
hacen desde la psicología científica, en concreto desde la
perspectiva conductual.

Argumentan que los llamados trastornos mentales son creaciones


interesadas de distintos grupos de presión con mucho poder, como
la industria farmacéutica que apoya directa o indirectamente las
ediciones diagnósticas DSM por un lado y por otro, derivan de una
especie de logomaquia (un juego de palabras circular donde el
trastorno se define por sus síntomas y la presencia de estos definen
un supuesto trastorno o fallo interno) sustentada en el modelo
médico (los problemas psicológicos son enfermedades del cuerpo-
cerebro) sin que lo avalen hallazgos sólidos.

También hacen mención a lo que es un problema psicológico (López


y Costa, 2014) como comportamientos problemáticos. Es decir
acciones de las personas, cosas que hacen o dicen, incluidas las
que dicen sobre que piensan y sienten, que socialmente para otros y
para ellas mismas se vuelven problemáticas en sus condiciones de
su vida en su cultura, grupo o sociedad de referencia. Es más, se
extienden en esto y refieren que los problemas psicológicos son
problemas de la vida en los contextos donde la gente vive.

Sin embargo, apuntan (López y Costa, 2014) que los problemas


psicológicos son convertidos en trastornos mentales desde la
psiquiatría y muchas corrientes psicológicas, desde una perspectiva
muy conservadora, que las transforman en enfermedades
individuales desligadas de las condiciones de la vida de estas
personas.

La alternativa que proponen al modelo dominante es contextualizar


los problemas psicológicos como problemas de la vida que son
conductas problemáticas donde se combinan los saberes del
análisis funcional conductual y las aportaciones filosóficas
fenomenológicas-existenciales que sitúan la persona en las
situaciones de sus vidas con sus dificultades concretas y sus
biografías previas.

Añaden además la importancia de los procesos de aprendizaje en


estos problemas, pero entendidos también de manera sencilla y no
solo técnica (en Ruiz y cols., 2018 nos extendemos en este punto)
como “cosas que nos pasan en la vida, y como consecuencias de
las cosas que hacemos en la vida, casi siempre en relación a otras
personas”.

Una exposición más reciente es la de Delgado (2019) que nos


ofrece en un breve pero sustancioso artículo las claves para
distinguir lo que es un problema psicológico. Destaca de manera
importante que hay gran cantidad de problemas en la vida de las
personas que les afectan pero que no son propiamente problemas
psicológicos.
Desde esta perspectiva va desglosando lo que no son problemas
psicológicos: los problemas orgánicos de causa médica como las
infecciones o las demencias no son problemas psicológicos ni son
competencia primordial del psicólogo, aunque el psicólogo
secundariamente a otros especialistas médicos puede proporcionar
alguna ayuda a estos (p.e en algunos aspectos de las demencias).

Tampoco son problemas psicológicos lo que la psiquiatría tradicional


define como psicopatología, aunque muchos psicólogos se suban a
este carro donde aportan su complemento a las intervenciones
psiquiátricas. Desde esta perspectiva psicopatológica se genera
muchos abusos, estigmas y exclusiones sociales (Delgado, 2019).

No todo sufrimiento emocional tampoco es un problema psicológico.


Ser víctima de un acoso laboral o ser desahuciado, perder a un ser
querido, y otros problemas sociales que aunque conlleven un
intenso sufrimiento no son problemas psicológicos, aunque los
psicólogos podamos colaborar con otros profesionales y recursos
sociales en atender puntualmente estas dificultades.

¿Qué es entonces un problema psicológico? Tal como lo plantea


Delgado (2019), es el resultado de cuando tratamos de conseguir un
fin y nos encontramos con un conjunto de circunstancias que nos lo
impiden. En este aspecto está siempre implicado lo que hacemos
en esas circunstancias de la vida. Esto genera sufrimiento, pero no
siempre es así.

Siguiendo en esto a Marino Pérez; Delgado (2019) añade que esas


situaciones de la vida suelen ser situaciones límite donde la persona
está inmersa. No están dentro de la persona, sino que la persona
está dentro de esas situaciones. Muchas veces la búsqueda de
evitar el malestar a toda costa en esas situaciones perpetúa aún
más el problema a la larga.

Es llamativo, que ya en la tradición budista y hasta en el


psicoanálisis está presente que el deseo consciente o inconsciente
se relaciona con el llamado sufrimiento psicológico, con las
emociones y con la infelicidad.

Como se suele decir desde las terapias de tercera ola, “mientras


mayor es la distancia entre lo que tienes y lo que deseas mayor es
tu sufrimiento”.

Muchas veces no nos percatamos que otras corrientes psicológicas


dicen casi lo mismo en su lenguaje.

Desde estas perspectivas los problemas psicológicos derivan del


deseo insatisfecho en la vida; y es inherente a cualquier cultura o
época de la historia; aunque en cada momento pueda darse o
formatearse de distinta manera e incluso incentivarse socialmente.
De hecho las sociedades capitalistas se basan en fomentar o
estimular el deseo continuo de nuevos bienes que sean deseables,
sean necesarios o no; o incluso mejor si son innecesarios y
pasajeros para que puedan ser sustituidos por otros objetos de
deseo a favor del mercado de consumo.

Veamos que refieren al respecto dos psicólogos conductuales


españoles relevantes sobre esta cuestión: Marino Pérez Álvarez
(Pérez Álvarez, 2001, 2008, 2009, 2013a, 2013b, 2017, 2018 y
María Jesús Froján Parga ( Froján, 2006, 2011, 2019).

El planteamiento de Pérez Álvarez es definir los problemas


psicológicos en términos contextuales, ligados a la vida y no a la
psicopatología o la biología (Pérez Álvarez, 2008). Estos problemas
no deben ser medicalizados ya que tienen causas psicosociales,
que abarcan ya de por si los aspectos biológicos. También en esta
línea existen muchos problemas médicos o psicosomáticos
relacionados con aspectos psicosociales que podrían requerir
atención psicológica al menos complementaria a otras
intervenciones.
Sin embargo, describe Pérez Álvarez (2008) hay que considerar
como piensan las instituciones, los profesionales y los
pacientes/usuarios sobre lo que son los problemas psicológicos y
que hacer con ellos. En general piensan que son enfermedades
como otras cualquiera y donde medicar es una prioridad. Para ello
los psicólogos tienen como reto cambiar esta forma de pensar sobre
los problemas psicológicos.

Los problemas psicológicos no son entidades de tipo natural como


la diabetes o la artritis sino entidades interactivas o tipos prácticos
sujetas a interpretaciones que surgen de problemas reales de la
vida como “pérdidas, frustraciones, decepciones, conflictos, abusos,
maltratos, flaquezas, miserias e infelicidades” (Pérez Álvarez,
2008).

Considerarlos como enfermedades va ligado a importantes


consecuencias, muchas de ellas muy negativas: no reducen el
estigma sino que lo aumenta a pesar de las campañas de salud
mental, las personas etiquetadas de enfermas mentales son
tratadas de forma más aversiva por los otros en general, incluso por
sus familiares, son sometidas a tratamientos más duros, se les
cronifica, etc.

En este artículo de Pérez Álvarez (2008) llega a preguntar


explícitamente que es un problema psicológico y en qué se
diferencia de otros problemas de la vida. Responde que desde lo
contextual la respuesta es clara: un problema psicológico es un
esfuerzo contraproducente. Conlleva un malestar y los intentos de
solución al mismo. Y esto es compartido, refiere, por diversas
perspectivas psicológicas desde la adleriana, el psicoanálisis, la
sistémica, la existencial, la evolutiva, etc. Esto hace a diferencia de
otros problemas de la vida que la persona entre en una situación
que se convierte en problema psicológico mediante una pauta de
conducta o patrones de acción que les lleva a meterse cada vez
más en esa situación problemática en vez de sacarla de ella en un
circuito autorreflexivo.

Posiblemente este sea uno de los artículos angulares para


responder e esta cuestión central. En esta misma línea profundiza
en artículos sucesivos (Pérez Álvarez, 2003, 2009, 2013a, 2013b,
2017, 2018), donde pone de relieve aspectos como la importancia
de potenciar el análisis funcional de la conducta para comprender
como funciona el problema psicológico, orientar a la persona hacia
los objetivos y valores importantes en su vida que se definen de
manera distinta pero que conductualmente son los reforzadores de
cada uno; destacando en esta tarea el trabajo de la terapia de
aceptación y compromiso (ACT) ; sin olvidar aportaciones claves de
la psicología adleriana y la existencial-logoterapéutica.

Una presentación más profunda, extensa y elaborada de que son


los problemas o trastornos psicológicos se encuentra en la obra de
Pérez Álvarez llamada “Las cuatro causas de los trastornos
psicológicos” (Pérez Álvarez, 2003) donde utiliza la concepción
aristotélica (Aristóteles para muchos fue el primer conductista) para
explicar de que están hechos los problemas psicológicos (su causa
material), quién los hace (su causa eficiente), cómo se hacen (su
causa formal) y para qué sirven esos problemas o trastornos
psicológicos (su causa final).

Respecto a su causa material de que están hechos formados esos


problemas psicológicos, cada escuela de la psicología o psiquiatría
tiene su propia concepción como hemos referido antes como fallos
cerebrales, mentales o patrones de conducta; según la perspectiva
en cuestión.

Sobre la causa eficiente de quién hace o crea estos problemas


psicológicos se destacan los actores de esta trama; por un lado el
paciente, por otro el clínico, sin faltar de fondo el entorno social.

En relación a la causa formal de cómo se presenta el problema o


trastorno psicológico concreto aparecen por un lado las categorías
diagnósticas que describen y prescriben que hacer con ellos (sobre
todo desde la psiquiatría clásica y también desde las terapias
cognitivas conductuales más clásicas); así como la propia
concepción que tiene la gente en general sobre estos.

Un desarrollo paralelo observando las afinidades y semejanzas


entre la psicología conductual y la adleriana desde la perspectiva
aristotélica de las 4 causas lo presentamos en nuestra obra
“Psicoterapia conductual adleriana” (Ruiz, 2015).

Y sobre la causa final o el para qué del problema o trastornos


psicológico es importante identificar que función cumple todo
trastorno en el sistema adaptativo de la persona que lo tiene como
intento de solución a sus problemas aunque a la larga sea
desadaptativo..

Por su parte, Froján Parga expone como el adjetivo “psicológico” se


utiliza coloquialmente para referirse a dolores, sufrimientos y
cansancios inexplicables y que se suele asociar a lo inventado, lo
subjetivo y lo intangible; y como esto produce a veces rechazo
despectivo cuando se afirma que el conocimiento psicológico puede
ser científico (Froján 2019).

En este mismo artículo (Froján, 2019) considera que apoyar la


psicología en neurociencia para hacerla más científica es un error.
La psicología tiene su propio terreno, el de la conducta. La
psicología como ciencia abarca las conductas relacionadas con el
sufrimiento humano.

Desde su perspectiva los problemas psicológicos son aquellos que


se refieren a conductas en situaciones que generan sufrimiento
humano. En este orden de cosa se trata de evaluar las conductas de
los sujetos como organismos totales que se relacionan con sus
entornos físicos, sociales y biológicos y que se constituyen como
problemáticas (Froján, Montaño y Calero, 2006).

El como se constituyen de manera problemática a su vez se


relaciona con las definiciones sociales vigentes de que es un
problema psicológico y con los procesos de aprendizaje (operantes
y respondientes) que hacen que la conducta de las personas tengan
unas funciones o propósitos sean advertidos o no por estas; siendo
estas funciones un para que en sus interacciones con el medio
donde viven y hacen su vida (Froján, 2011).

Es decir los problemas psicológicos no solo tienen causas sino


también funciones en las vidas de las personas.

6. ¿Es la psicología una ciencia que da respuesta a los problemas


psicológicos?

¿Es la psicología una ciencia? si tomamos como ciencia el conjunto


de comportamientos que nos ayuda a conocer predecir y controlar
las variables que influyen en un acontecimiento, podríamos dudar de
que la psicología es una ciencia.
Si analizamos esta definición, podríamos pensar que controlar y
predecir todas las variables que actúan en un individuo y en un
contexto concreto es prácticamente imposible y si lo hiciéramos
corremos el riego de hacer inferencias y dar explicaciones cognitiva.

En primer lugar cada individuo pose una historia diferente, si algo


podemos afirmar es que no existen dos personas con historias
idénticas ya que las innumerables variables que han influido en sus
vidas son diferentes.

Podríamos decir metafóricamente que la vida o la personalidad (los


aprendizajes) de cada persona son como un telar, donde al verlo
desde lejos ves la figura que en él se representa, pero al querer
aislar un hilo del total, además de perder el sentido y razón, nos
resulta improbable el saber de dónde procede ese hilo en particular
y su recorrido.

Es decir si nos resulta tan difícil describir la variable exacta que da


razón a un comportamiento, ¿porque decimos que la psicóloga es
ciencia? Si no tenemos certeza de las variables. Por otra parte si la
réplicabilidad es la razón de ser de la ciencia y no somos capaces
de aislar todas las variables, ¿seremos capaces de replicar?

Y dicho esto, centrándonos en el tema de los problemas


psicológicos, la psicología como ciencia puede dar razón de los
problemas psicológicos o quizás debemos tomar distancia,
embutirnos en un contexto filosófico.

Quizás si vemos al ser humano como un ser verbal dentro de un


contexto verbal (lo social) que moldea los comportamientos (sería
estos los hilos guía, que están en los bastidores, de los tapices
cuando se fabrican el tapiz) entonces seríamos capaces describir
las variables “guías” (aprendizajes moldeados socialmente o
contingencias sociales) y podamos de esta forma controlar y
predecir algunas variables que son causas del comportamiento
humanos y podernos de esta forma describir que es problema
psicológico para un individuo concreto .

A modo de resumen en el siguiente cuadro se expone lo que es y


no es un problema psicológico desde la perspectiva conductista
contextual:

Un problema psicológico no es:

.Una enfermedad mental o física


.Una entidad natural de la condición humana tal cual.
.Un trastorno mental.
.Una entidad diagnóstica.
.Una alteración neurocognitiva y/o bioquímica.
.Algo individual que emana del sujeto interno.
.Una avería interna de la cabeza de tipo mental o cerebral.
.Algo inventado, intangible y subjetivo.

Un problema psicológico es:


.Una entidad interactiva sujeta a interpretaciones socioculturales
según el contexto histórico-social del momento.
.Esa entidad interactiva está hecha de clases de conductas de las
personas en relación a sus entornos y condiciones de sus vidas.
.No son cualquier tipo de problemas o situaciones de la vida sino
aquellos donde las personas se meten y quedan atrapadas.
.Quedan atrapadas al realizar esfuerzos contraproducentes
mediante ciclos repetitivos e inefectivos de clases de conductas
como respuestas ante un malestar.
.Esas ciclos repetitivos están conformados por un malestar e
intentos infructuosos de solucionarlos.
.Esas clases o patrones de conductas contraproducentes se
aprenden y mantienen por sus funciones en la vida de esas
personas.

Bibliografía:

-Delgado, E. Claves para distinguir un problema psicológico. El país


semanal. 21 de julio de 2019
https://elpais.com/elpais/2019/07/17/eps/1563359384_733539.html

-Froján Parga, M.X. ¿Por qué la gente cambia en terapia? Un


estudio preliminar. Psicothema 2006. Vol. 18, no 4, pp. 797-803

-Froján Parga, M.X. ¿Por qué Funcionan los Tratamientos


Psicológicos? Clínica y Salud, vol. 22, núm. 3, 2011, pp. 201-204.

-Froján Parga, M.X. La psicología como ciencia… pesar de los


psicólogos. Blog de Roberto Colom. 28 de octubre de 2019

https://robertocolom.wordpress.com/2019/10/28/la-psicologia-como-ciencia-a-pesar-de-los-
psicologos-por-maria-xesus-froxan-parga/

-López, E. y Costa. M. Los problemas psicológicos no son


enfermedades. Pirámide, 2014

-Mckay, M.; Lev, A.; Skeen, M. and Hayes, S. Acceptance and


commitment therapy for interpersonal problems. New Harbinger
Publications. 2012

-Pérez Álvarez, M, y Fernández, J.R. El grano y la criba de los


tratamientos psicológicos. Psicothema, 2001. Vol. 13 n 3. pp. 523-
529

-Pérez Álvarez, M. Las cuatro causas de los trastornos psicológicos.


Editorial Universitas S.A. 2003

-Pérez Álvarez, M. Más allá de la salud mental: la psicología en


atención primaria. Papeles del psicólogo. 2008. Vol.29 (3). pp. 251-
270.

-Pérez Álvarez, M. ¿Son los trastornos mentales enfermedades


como otras cualquiera? En portada. Infocop. 2009

-Pérez Álvarez, M. Anatomía de la psicoterapia. El diablo no está en


los detalles. Clínica Contemporánea Vol. 4, n.° 1, 2013a - Págs. 5-
28

-Pérez Álvarez, M. "Alternativas a las clasificaciones diagnósticas no


faltan". Entrevista a M. Pérez Álvarez, catedrático de la Universidad
de Oviedo. Infocop. 19/12/2013b
-Pérez Álvarez, M. El turno transdiagnóstico y el retorno de la
psicopatología: el tema de nuestro tiempo en psiquiatría. Cuadernos
de psiquiatría comunitaria. Vol. 14. n 1, 2017
-Pérez Álvarez, M. La Psicología más allá del dualismo y el
cerebrocentrismo. Apuntes de Psicología Colegio Oficial de
Psicología de Andalucía Occidental, 2018, Vol. 36, número 1-2,
págs. 7-20.

-Roediger, E,; Stevens, B.A and Brockman, R. Contextual Schema


Therapy: An Integrative Approach to Personality Disorders,
Emotional Dysregulationsm and Interpersonal Functioning. New
Harbinger Publications. 2018

-Ruiz, J.J. Psicoterapia conductual adleriana. Lulú Editores. 2015


-Ruiz, J.J. Psiquiatría no convencional. Lulú Editores. 2017

-Ruiz, J.J y cols. Conductismo. La psicología del verbo. Lulú


Editores. 2018

Publicado por TERAPIAS DE GRUPOS DE TERCERA GENERACIÓN en 3:13

No hay comentarios:
Publicar un comentario

Introduce tu comentario...

Comentar como: Cuenta de Google

Publicar Vista previa

Página principal Entrada antigua

Suscribirse a: Enviar comentarios (Atom)

Tema Etéreo. Con la tecnología de Blogger.

Vous aimerez peut-être aussi