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HERENCIAS DE LA DOMINACIÓN DEL IMPERIO ESPAÑOL

EL IDIOMA

En Hispanoamérica, la lengua española se hablaba en todo su territorio,


pero era compatible con varias lenguas autóctonas, como el quechua, el aimara, el
maya, el guaraní y el náhualt. En 1979, casi trece millones de habitantes hablaban
estas lenguas sin escritura.

LA RELIGION

En la América española, la religión como segundo elemento aglutinante en


la configuración de una identidad nacional después de la lengua, era la  católica de
forma mayoritaria, lo que daba sentido a la unidad entre los territorios. 

LAS UNIVERSIDADES

Las cátedras de medicina empezaron sus actividades pronto: en La


Universidad de México desde 1578, la de Lima dotó la cátedra de medicina en
1624, Guatemala en 1681, Quito en 1693, Caracas en 1727,  Santa Fe de Bogotá
en 1733, Santiago de Chile en 1756, Guadalajara de Nueva Galicia, en México, a
partir de 1791. 
Cátedras de lenguas indígenas existían en todas las Universidades cuya
población la tuviera como materna.

CIUDADES

Las ciudades de la América española de la época eran grandes y estaban


más pobladas que las de la América Inglesa; estaban muy bien diseñadas, con la
típica distribución en damero. 

LAS COMUNICACIONES

En la América española con un gran número de ciudades instaladas en la costas


Atlántica y Pacífico, la comunicación era principalmente marítima a través de una
importante red de puertos.  Pero también existían los caminos por vía terrestre
cuya función de integración del territorio era obvia. Estos caminos no eran simples
allanamientos del terreno, sino verdaderas obras de ingeniería al modo en que lo
eran las antiguas calzadas romanas en la propia Península Ibérica: debían tener
una anchura determinada (entre 6 y 8 metros), estaban empedrados en muchos
de sus tramos y atravesaban numerosos puentes de piedra de los que todavía
quedan numerosos ejemplos. Esta rutas comerciales se llamaban Caminos Reales
por ser construidos y sostenidos a cargo del erario público

EL COMERCIO Y LA ECONOMÍA

En 1800 la América española era un mercado que consumía del exterior,


manufacturas, alguna maquinaria y algunos alimentos. Era en gran medida
autosuficiente y exportaba algodón, añil, grana, cacao, tabaco, cuero, palos
tintóreos y metales preciosos.

Disponía de una importante industria de base como las tintóreas,


madereras y salineras para obrajes, construcción de barcos y salazón de carnes y
pescados, respectivamente.

Los bienes de consumo industrializados eran la loza y la cerámica, el mobiliario,


las medicinas, la joyería, las bebidas alcohólicas, los derivados del sector
alimentario, graso y curtidos.

Existían industrias para la producción de azúcar, frutas en conserva, maíz,


quesos, velas, jabones, zapatos, badanas, suelas y sillas de montar.

Poseía una producción agropecuaria y una minería notables y una producción


ganadera en todos los Virreinatos.

ORGANIZACION Y ADMINISTRACIÓN

La estructura institucional del Imperio español con sus múltiples conexiones


por medio del idioma, las leyes, las costumbres y la familia demostró una
organización insólitamente poderosa. Si se puede decir que el ordenamiento
político y la regulación económica limitaba parcialmente las oportunidades de los
hispanoamericanos de participar en la expansión del comercio atlántico, también
hay que reconocer que los protegía de los rigores del capitalismo mercantil que
regía dicho comercio.

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