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UNIDAD EDUCATIVA

“LEV VYGOTSKY”
RUMIÑAHUI – ECUADOR
2019 – 2020

APELLIDOS Y NOMBRES DEL ESTUDIANTE: AREA: ASIGNATURA:


REGALADO AVILA PAULA DOMINIQUE Lectura Lectura
Tema: Insumo: MEDIADOR/A: Coralía Córdova
TAREA N° 1
CURSO: PARALELO: FECHA: NOTA: Nro. Lista
TERCERO BGU ALTRUISTAS 14/04/20 17

- Leer el apartado 4.3 Relación entre las concepciones de los alumnos y los docentes, escoger 3 párrafos
del texto, copiarlos y pegarlos en un documento Word, luego transcribir los mismos párrafos con sus
propias palabras, sin perder la idea principal de los mismos.

Párrafo Transcrito
Así, el docente se encuentra ante el desafío de desarrollar la capacidad lectora de sus alumnos y al mismo tiempo
mantener la observación directa de los avances y logros del alumno. ¿Qué otro recurso puede ser más idóneo que la
lectura en voz alta, con el supuesto de que la palabra o la frase pronunciada correctamente ha sido (o lo será con la
práctica) bien comprendida por el niño? Este imperativo pedagógico de observar el proceso de adquisición por medio
de algún índice evidente vuelve lógico el concepto que el profesor se ha formado sobre la lectura en el aula y el énfasis
pedagógico con el cual lo respalda.

Otra actividad que tiene lugar tanto para evaluar como para desarrollar la lectura, que implica también una respuesta
observable, es la de hacer tareas de comprobación de comprensión, como contestar cuestionarios, hacer dibujos o el
completar de espacios. En general, ningún niño considera que un buen lector es el que contesta una tarea de completado
o responde correctamente las preguntas, y los pequeños estudiantes no parecieran establecer relaciones entre ellas y
la tarea de leer. Falta en ellos el concepto del uso posterior de la información obtenida gracias a la lectura. En el caso
de las preguntas, algunos reconocen su rol cuando leen para estudiar como pautas para organizar la retención de un
material que debe ser almacenado en la memoria. Según Cairney (1999) pareciera existir en los niños una tendencia a
aprender técnicas que les permitan resolver las tareas de responder preguntas o completar espacios vacíos que nada
tienen que ver con la comprensión en sí, sino con el reconocimiento de claves léxicas o expresiones literales.

Los niños también se refieren a la lectura como retener información (la idea es casi memorizarla). Algunos docentes
(el 16%) parecieran estar parcialmente de acuerdo con ellos y señalan como un rasgo típico del lector hábil el ser
capaz de repetir textualmente lo leído. Los niños hablan de esta retención literal, generalmente, en el ámbito de la
lectura de estudio y pareciera ser un recurso para recordar la materia que reemplaza a retener la información del texto
comprendiéndolo. Como ya se señaló, este tipo de respuesta es un poco inquietante ya que apunta a un aprendizaje
memorístico y no significativo de contenidos que, a la larga, no beneficia a los niños y les significa hábitos de
apropiación de conocimiento si no dañinos por lo menos inútiles.
Párrafo en Paráfrasis
De esta manera, el profesor se enfrenta ante el reto de desarrollar el poder lector de sus estudiantes, así como de
perpetuar la observación puntual de los avances y los cumplimientos de metas del mismo. ¿Qué otro medio puede ser
más adecuado que la lectura en alta voz, suponiendo que así el niño entenderá el significado de las frases que ha
pronunciado? Este dominante pedagógico de visualizar el transcurso de adquisición a través de un índice visible
convierte en lógico el concepto de que un profesor se ha estructurado sobre la lectura en el salón de clases y su respaldo
en el hincapié pedagógico.

Cabe recalcar que existen diferentes actividades que tienen lugar para evaluar y desarrollar la lectura; esto requiere
de una respuesta visible que sería la de realizar tareas de verificación de la comprensión, tal como contestar
cuestionarios, realizar dibujos o llenar espacios con frases incompletas con referencia a la lectura. De manera general,
ningún niño piensa que un buen lector es aquel que contesta un deber rellenando espacios o dando respuestas acertadas
a una o varias preguntas dando así la impresión de que no establecen relaciones entre ellas y la lectura. Los niños
carecen del uso de la información que reciben a consecuencia de la lectura que realizaron. Por el lado de las preguntas
algunos se dan cuenta de esto al momento en que leen con el fin de estudiar como pautas para retener la información
que necesitan. “Según Cairney (1999) pareciera existir en los niños una tendencia a aprender técnicas que les permitan
resolver las tareas de responder preguntas o completar espacios vacíos que nada tienen que ver con la comprensión en
sí, sino con el reconocimiento de claves léxicas o expresiones literales.”

Muchos niños tienen la idea de que la lectura es el memorizar información, el 16 % de los profesores concuerdan con
ellos haciendo referencia a que un buen lector puede repetir textualmente lo que ha leído. Los niños manifiestan la
retención literal principalmente en el ámbito de estudio y lo comparan con un recurso para recordar y comprender
mejor la materia que están leyendo. Como ya se mencionó estas respuestas son de alta intriga debido a que señalan un
aprendizaje memorístico inútil que a la larga se termina perdiendo.

Crespo Allende, Nina (2001). LA CONSTRUCCIÓN DEL CONCEPTO DE LECTURA EN EL INTERIOR DEL AULA
DE LENGUA. Onomázein, (6),223-238.[fecha de Consulta 11 de Abril de 2020]. ISSN: 0717-1285. Disponible en:
https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=1345/134518177012

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