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El uso de plásticos en nuestra vida cotidiana ha estado presente desde que en 1950 iniciará su
producción y posterior distribución, un material hecho de una forma barata, liviano y sobre todo
práctico, ya que, lo podemos observar en muchos ámbitos de la sociedad, desde los botes de agua
y refrescos que compramos en la tienda, hasta materiales de construcción que sirven para hacer
edificios y puentes. Sin embargo, estos materiales presentan la desventaja de tener un
degradamiento muy lento, durando una bolsa de plástico hasta 150 años. Esto, sumado a la
creciente producción de este material, pasando de 2.3 millones de toneladas en 1950, hasta 407
millones de toneladas en el 2015, además, un 79% del plástico producido durante este tiempo
acaba en vertederos o entornos naturales, donde afecta el ecosistema y dañando numerosos seres
vivos.
Según científicos, 700 especies marinas se ven afectadas debido al desembocamiento del plástico
en su hábitat natural, ya que, se estima que unos 12.7 millones de toneladas acaban en el océano
anualmente. Además, las comunidades de bajos recursos que se exponen a la producción de
plástico cercanas a ríos, son afectadas debido a la contaminación de los lugares de donde pueden
obtener este recurso tan vital para la vida. Esto sin mencionar las consecuencias que tiene en
otros ecosistemas.
Sin embargo, como menciona Erik Solheim, director ejecutivo de la ONU medio ambiente, “El
plástico no es el problema. El problema es que hacemos nosotros con el”. Y es que, gracias al
plástico se han logrado salvar numerosas vidas en el ámbito de la medicina, así como mejorado el
almacenamiento de alimentos y aumentado la expansión del uso de energías limpias. Gracias a su
fácil acceso, ha podido llegar a todas partes del mundo, y ahí se ha quedado contaminando.
Existen muchas alternativas para su reducción, como el reciclaje, evitar su uso, y la producción de
bioplásticos, que es un material que se obtiene a partir de fuentes renovables, como vegetales. El
primero fue creado 1976, conocido como polihidroxibutirato sintetizado a partir de bacterias, sin
embargo, debido a su alto precio, no tuvo la repercusión esperada hasta que el interés empezo a
crecer debido a la problemática ambiental que cada vez iba ganando una mayor fuerza.
Referencias:
Giacovelli, C. (2019). “Plásticos de un solo uso”. 07 de Marzo del 2019, de Programa de las
Naciones Unidas para el medio ambiente Sitio web:
https://wedocs.unep.org/bitstream/handle/20.500.11822/25496/singleUsePlastic_SP.pdf?
sequence=3&isAllowed=y
Greenpeace. (2018). “Un millón de acciones contra el plástico”. 07 de Marzo del 2019, de
Greenpeace Sitio web: https://es.greenpeace.org/es/wp-
content/uploads/sites/3/2018/04/TOOLKIT-PLASTICOS-v3.pdf
LIBERA. (2018). “Informe LIBERA Impacto del abandono del plástico en la naturaleza”. 7 de Marzo del
2019, de Seo Birdlife, Ecoembes Sitio web:
https://proyectolibera.org/dondeacabalabasuraleza/img/Impacto-de-los-plásticos-
abandonados_LIBERA-def-1.pdf