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Introducción

Erika Landau y Victor Frankl son solo algunos ejemplos conocidos de personas que
sobrevivieron a los campos de concentración nazis gracias a sus capacidades creativas.
En las ofertas de trabajo de diferentes empresas privadas y públicas es valorada muy
positivamente la capacidad de generar ideas e innovar, así como en diferentes
disciplinas entre las que se está desarrollando como una competencia transversal.

Abordar el pensamiento creativo desde la perspectiva de Enfermería (Almansa


Martínez, 2011) nos permite poner de manifiesto que erróneamente se considera la
creatividad como una cualidad que posee determinado tipo de personas dedicadas al
mundo del arte y otras actividades artesanales pero que poco tiene que ver con los
cuidados enfermeros. Sin embargo, cada situación de cuidados es una oportunidad
para crear. Crear es, por antonomasia, lo que hace el artista, pero también podemos
calificar de creativos a científicos, profesores y enfermeras. Crear es inventar, imaginar
e innovar. Hablamos del mundo de las ideas sin las que ninguna actividad humana
puede desarrollarse, especialmente las disciplinas que como enfermería, están
emergiendo en el mundo de las ciencias.

Por todo lo expuesto, nuestra propuesta consiste en reflexionar sobre la importancia de


potenciar el pensamiento creativo entre los profesionales enfermeros, garantizando
una mayor contribución a la ciencia de los cuidados.

Reflexionando sobre la creatividad

El interés y la financiación de la investigación sobre la creatividad se inicia en los años


50 cuando la conquista del espacio hace necesaria las aportaciones de los científicos
más creativos en el desarrollo de nuevas ideas para enfrentarse a este nuevo reto.
Desde entonces se mantiene la controversia sobre si la creatividad debe ser estudiada
y explicada como un rasgo de la personalidad, como un proceso o como un producto, o
es el resultado del contexto.

Otro problema que afecta a la creatividad es la falta de una definición, universalmente


aceptada, lo que supone una dificultad importante a la hora de investigar el tema. Por
el contrario, existe acuerdo respecto a las características del pensamiento creativo
(Cuadro 1) y respecto a considerar que un producto es creativo cuando es nuevo, útil y
valioso.

 
 
Cuadro 1. Características del pensamiento creativo

La creatividad es considerada unánimemente como el motor de toda actividad


humana. Es una cualidad que existe en todos los seres humanos en mayor o menor
medida, que puede aplicarse en la solución de cualquier situación vital y que puede ser
desarrollada en diferentes grados, en todos los seres humanos, mediante la educación
y el entorno.

Todo lo que conocemos en la actualidad es el resultado de las aportaciones creativas


de los que nos precedieron, que a lo largo de la historia han hecho posible el desarrollo
individual y colectivo.

En su importante obra, Landau (1987) describe la creatividad como "un diálogo entre
hechos y fantasía, entre lo real y lo posible, entre lo que es y lo que podría ser".
Landau destaca la importancia de los pequeños detalles en el desarrollo de la
imaginación creativa y afirma que cuando hacemos que un niño huela una flor, mire un
árbol con detalle o acaricie la piel de un gato, estamos impulsando sus primeros pasos
hacia la creatividad porque: "Tendrá que aprender a utilizar los ojos no sólo para ver
sino también para mirar, los oídos no sólo para oír sino también para escuchar con
atención, y las manos no sólo para coger sino también para palpar y sentir" (Landau,
1987). Esta autora recomienda fomentar diversas actitudes creativas desde la
educación. Sus propuestas son:

- Romper con el conformismo, actitud considerada como el enemigo capital del


desarrollo creativo y del desarrollo individual. A pesar de ello resulta difícil encontrar
entornos y procesos educativos que no sean conformistas. Una educación que prime el
conformismo induce a la adquisición de prejuicios. El pensador conformista no se
arriesga a no ser aceptado por expresar su creatividad, se adapta, se mecaniza y deja
de buscar soluciones novedosas y distintas ante el temor de perder el confort que le
proporciona la seguridad de lo conocido.

- Enseñar preguntas y no solo respuestas o hechos. Algunos de los test diseñados para


medir la creatividad consisten en que el encuestado debe redactar la mayor cantidad
posible de preguntas ante una fotografía. Parten de la idea de que la actitud más
creativa consiste en hacer preguntas.
- Aportar un pensamiento interdisciplinar. Cuanto mayor es la integración de la
información, mayores son las relaciones que se establecen entre datos de diferentes
campos y más creativo será el pensamiento.

- Estimular lo lúdico y no solo los métodos rígidos de trabajo. El juego fomenta la


fluidez, la flexibilidad y la elaboración de ideas. La fantasía y la imaginación necesarias
para pensar en un objeto o una parte del mismo de manera diferente a como se había
hecho hasta entonces, con una finalidad completamente nueva.

Uno de los grandes teóricos de la creatividad es Csikszentmihalyi (1998), quien


defiende que nuestro futuro está estrechamente vinculado a la creatividad humana.
Afirma que la capacidad creativa da sentido en nuestras vidas porque la mayoría de las
cosas que son interesantes, importantes y humanas son resultado de la creatividad y
porque cuando creamos sentimos que estamos viviendo plenamente.

Por otro lado Stenberg-Lubart (2002) entienden la creatividad como una decisión
personal que debe seguir una serie de etapas:

- Redefinir los problemas. No limitarnos a aceptar lo que se nos dice sobre cómo
pensar o actuar. Poner en tela de juicio las suposiciones tradicionales, analizar,
inspeccionar los problemas, no aceptar las cosas como ciertas porque se nos diga que
lo son. Ir contracorriente.

- Buscar lo que otros no ven. Buscar nuevos modos de combinar los datos del entorno
y nuestras experiencias.

- Aprender a distinguir entre nuestras propias ideas las que son buenas de las que no
lo son.

- Cultivar un estilo de pensamiento legislativo. Muchas personas tienen la capacidad de


crear pero no el deseo de crear.

- Perseverancia ante los obstáculos, asumir riesgos, estar abiertos a nuevas


experiencias y tener el valor de defender las propias convicciones.

- Descubrir las propias motivaciones endógenas. Las creativas son personas que hacen
lo que les gusta.

- Encontrar los entornos creativos que nos recompensen por lo que nos gusta hacer.

- Tomar una decisión acerca del modo de vida que fomente la creatividad. El principal
obstáculo a la creatividad es el modo en que una persona contempla el mundo. Si
decidimos contemplarlo creativamente, mejorarán notablemente las posibilidades de
tener ideas creativas.

El proceso creativo es un proceso de resolución de problemas que con frecuencia está


limitado por obstáculos importantes. Los más comunes son: a) la incapacidad de
cambiar las respuestas estereotipadas ya establecidas; b) la incapacidad cambiar la
percepción del problema; c) la resistencia al cambio que se evidencia en nuestro
entorno con frases contrarias a la innovación (Cuadro 2); c) bloqueos emocionales,
sociales o culturales.
 

 
Cuadro 2. Frases que bloquean el proceso creativo

Algunos autores han ido más lejos en un intento por describir este complejo concepto.
Así Alfonso (2000), desarrolla la "molécula" de la creatividad que define con tres
componentes esenciales:

- Qué sabemos: la base de conocimientos es la materia prima de la creatividad.

- Cómo pensamos: habilidades de pensamiento, cómo utilizamos la información a nivel


mental.

- Cómo somos y sentimos: el componente afectivo-personal, los factores de


personalidad actitudinales y emocionales que en interacción con los elementos
cognitivos son responsables de la creatividad.

¿Cómo pensamos las enfermeras?

La primera cuestión que nos planteamos en este apartado es si el estilo de


pensamiento enfermero es un estilo de pensamiento creativo, y en caso negativo, ¿qué
factores pueden estar implicados en este proceso? Para responder a estas cuestiones
desde la enfermería es necesario reflexionar sobre algunas de las aportaciones teóricas
que relacionan el pensamiento creativo con los estilos de pensamiento que se
fomentan desde la educación.

El pensamiento creativo, es un producto propio y personal y es precisamente por esto


por lo que resulta tan valioso. Es una actividad que se mueve entre la lógica y la
fantasía, siendo el resultado de la comunicación intrapersonal e interpesonal, es una
actitud vital, un estilo de vida y un estilo de supervivencia. (Landau, 1987).

La forma en que cada uno de nosotros utiliza sus habilidades de pensamiento en la


solución de problemas es uno de los rasgos más estudiados para explicar la presencia
o ausencia de creatividad. En este sentido, una de las teorías más interesantes sobre
estilos de pensamiento y su relación con la capacidad creativa fue desarrollada por
Sternberg (1999). En la teoría del Autogobierno Mental diferenció 13 estilos de
pensamiento, entendidos más que como aptitudes, como las preferencias individuales
en el empleo de las aptitudes. Asigna al estilo Ejecutivo la forma de pensar menos
creativa, ya que caracteriza a las personas que prefieren obedecer órdenes, seguir
instrucciones y hacer lo que se les dice. Cuando se evalúan a sí mismas lo hacen en
función de lo bien que hacen lo que se les dice. Por el contrario, el
pensamiento Legislativo es considerado como el más propicio para la creatividad.

Tomando como punto de partida esta teoría, nos planteamos si el sistema educativo en
el que están inmersos nuestros estudiantes (universidad, hospitales, centros de salud)
fomentan el pensamiento creativo o por el contrario un estilo conformista
o ejecutivo. Existen profesionales enfermeros creativos, pero son los menos. La
formación anterior a la entrada en la universidad en 1977 estaba orientada a
desarrollar habilidades manuales, no a tomar decisiones o cuestionarlas.

Bajo estas premisas iniciamos un estudio en 2007 que pretendía conocer el estilo de
pensamiento de los estudiantes de Enfermería de nuestra universidad y su relación con
su potencial creativo (Almansa y López, 2010). Se llegó a la conclusión de que la
creatividad medida con el test CREA, alcanza niveles calificados como creatividad
media, lo que sugiere que existe un potencial creativo entre los futuros profesionales.
Uno de los resultados más interesantes obtenidos en este trabajo era la relación entre
las categorías los estudiantes poco creativos y medio creativos con el estilo de
pensamiento Ejecutivo. Aunque los menos creativos se relacionaban con una forma de
pensar observamos diferencias significativas entre los dos grupos de la muestra,
siendo los de primer curso menos Ejecutivos que los de tercero. Concluimos que estos
últimos, tras dos años de aprendizaje en instituciones sanitarias más que los primeros
estaban más adaptados a la metodología educativa que premia el aprendizaje basado
en la memorización y la repetición, la obediencia y la sumisión, de tal forma que a
medida que el estudiante está más en contacto con el entorno educativo, va perdiendo
la libertad de innovar y buscar soluciones diferentes (Almansa y López, 2010).

Conclusiones

El pensamiento creativo enfermero decidirá nuestro futuro como ciencia y en


consecuencia su supervivencia. Es un futuro condicionado, en gran medida por lo
capaces que seamos de estimular y desarrollar todo el potencial creativo de las
generaciones que nos sucederán desde una educación abierta y libre.

Dado que la creatividad se puede aprender, para aumentar las aportaciones creativas
en el colectivo enfermero es necesario desarrollar el pensamiento creativo individual
desde el entorno educativo e institucional.

La innovación en un campo supone libertad, pensamiento independiente, curiosidad y


asumir riesgos. Supone para Enfermería dejar determinadas actitudes conformistas
que nos proporcionan la seguridad de lo ya conocido pero que bloquea el crecimiento
del inmenso cuerpo de conocimientos que encierra la ciencia del cuidado.

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