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"Fenomenológía
del Espíritu"
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Valoración de la
((Fenomenología del Espiritu"
Los EDITORES
1- La dialectiz ación de
las figuras en la
"Fenomenolog ía del Espíritu"
CARLOS ASTRAD A
1 Gmnd linien de?' Phi losop hie des Rechts, Bd. VII. Vorrede, p . 35,
Samtlích e Werke, ed. Gl ockn er.
2 VaLomción de La " Fenomen oLogía deL Espíritu"
DIALÉCTICA y EXPERIENCIA
critos por la obra. Si, por una parte t ales figuras aprehenden
los diversos momentos de la evolución intelectual representada
por las sucesivas y diferentes escuelas y doctrinas filosóficas
y que son tomadas por Hegel como fases de un proceso lógico ;
por la otra, él enfoca hechos e instit uciones dominantes en el
proceso histórico real, como el imperio r omano, las cruza das,
la jerarquía sacerdotal, el poder s ecular, el despotismo ilustra-
do en la época del Iluminismo, etc. , etc. Se trata a quí de fi gur as
efectivas de la concienci8. universal que dan cuenta de etapas
y avatares del linaje humano que t raducen, en correla ción in-
trínseca y coincidente, los momentos del decurso f ilosófico-
histórico de su conocimiento por parte de la con ciencia uni-
versal. Se trata del autoconocimiento que ést a va conquistando
en su despliegue exterior a t r avés de las épocas y de las vici-
situdes que la van enriqueciendo y alertando.
LA CONCIENCIA INFELIZ
ESTOICISMO y ESCEPTICISMO
29 Op . cit. , p. 160,
La dialectización de l as figuras en ¡eL " Fenomenología" 17
INFLUJO DE LA "FENOMENOLOGÍA"
EL DESEO ANTROPÓGENO
Al experimentar un deseo el hombre toma necesariamente con-
ciencia de sí mismo. El deseo' - est e deseo concreto, p. ej. el
hambre- se r evela siempre como mi deseo. Volviendo al hom-
bre necesariamente consciente de sí mismo, el deseo le permite
descubrirse como un sujeto esencialmente diferente del objeto,
al que se encontraba entregado en el comportamiento teórico.
E l yo humano es , or iginar iamente, el yo de un deseo, o sea, un
sujeto deseante y, en cuanto tal, radicalmente opuesto al ob-
jeto, que ahora se le aparece como una realidad que no es él.
El comportamiento cognoscitivo , h emos dicho, mantiene
al hombre en actitud pasiva. El deseo, en cambio, empuja al
hombre a la acción) capaz de satisf acerlo. El deseo busca su-
primir el ser autónomo de la cos a contemplada, asimilándola,
haciéndola suya. La acción es pues negación del objeto desea-
do, ya en tanto lo destruye, ya en t anto lo modifica. E l yo del
deseo es un vacío , mero apetito de lo d eseado. El hombre es
"un vacío, una nada que no es nada pura, sino algo que es ~n
¿6· VaLoraciÓn de ia " Fenomenoiogía del ÉSpíTitu"
1 Hegel advierte aquÍ una exigen cia descuid ada fr ecu entemente
por .l as concepciones antr op ológicas actuales, qu e ven en el animal una
alienación total en la cosa d eseada, descon ocien do así la f orzosidad
de que para que h aya ·c osa d eseada tien e que h ab er un deseo que se
manifiest e, o sea, tien e qu e h ab er un "deseante" que se sienta como t al.
Ant1"opogonía, dialéctiva y mue1"te en la " FenO'menología" 27
LA DIA:LECTICA HEGELIANA
DIALÉCTICA FENOMENOLÓGICA
MUERTE y ATEíSMO
'. Der junge Heg eL, Ueber die Beziehungen van Dialekt ik und Oeco-
nomie. Europa Verlag , Zürich-Wien, 1948 .
58 VaLomción de La " F enomen oLogía deL Espíritu"
f~~a de la vida común h acia una exist en cia estética y qua defi-
mt'LOne separada de aquélla, sin posibilidad de influirla.
Ext ensamente se ocupa Lukács del período de J en a en el
desarrollo del pensamiento dialéctico de Hegel, es decir de su
actividad como alia do y, posteriormente, como a dversar io de
Schelling. Señala aquí la signif icación del Libro de apunt es de
Hegel, que r efleja su enérgica intención sistematizadora en un
se'n tido muy peculiar. Por una parte, aproxímase Hegel paso a
paso a la alt ura del sistema de la Fenomenología) por la ot ra,
se h ace evidente s u afán de elaborar el sistema a través de un
estudio material, no especulativo. Dice así: Los principios, , ,
"son la conciencia a cerca de la cosa, y ésta es muchas veces
mejor que la concien cia. Sígase estudiando. En un primer mo~
mento es opaca. No conviene la voluntad de comprender y de-
mostrar paso a paso, sino que arrojo el libro, sigo leyendo
como si estuviese entre despierto y soñando, dando resignación
a la conciencia, es decir a su singularidad, lo que significa un
un estado penoso. " He aquÍ la diferenc ia f undamental entre la
fo rma de pensar de Hegel y la de Sch elling, entre el f ormalismo
de éste y el "empirismo" de aquél. Sólo el "desgarr amiento" pro-
ducido por las circunstan cias de la vida moderna produce la
necesidad de la f ilosofía, que a su vez no pretende en ningún
momento prescindir de su base material, sino que sólo abandona
el idealismo subjetivo que ya no tiene derecho a la exist encia
"cuando la fuerza unificadora desaparece de la vida de los
hombres y cuando cobran independencia los contrast es por
haber perdido su vida relación y acción recíproca" . Pero es de
suma import ancia par a la formación de la dialéctica h egeliana la
contrapart e de la filosof ía -como necesidad de la época- o seá
la necesida d material engendrada por la vida de la misma socie-
dad. E st a contrapart e es el dinero. "El dinero es este concept o
mat erial y existente, la forma de la unidad o de la posibilidad
de t odas las cosas necesarias. Una vez elevados la necesidad y
el t r abajo al nivel de esa universalidad, en una nación grande,
forman ellos por sí mismos un sistema enor me de comunidad
y dependencia recíproca, una vida de lo muerto que en sí misma
s e agita, ciega y element al en sus movimientos, y que como una
best ia requier e ser const ante y severamente dominada y doma-
da. Tal vida de lo muerto, que en sí misma se agita, constituye
la nueva forma de la positividad : la ext eriorización. Es el tra-
64 Valoración de la "Fenom enología del Espí1'itu"
NOTAS:
cia d esventurada". Cfr. para est e aspecto J. Wahl Cap. cit.). Cfr. tam-
bién la carta d e J . Wahl a R. Garaudy (op. cit. apéndice, pág. 431 Y
sigs. ) . .
8 3 N o h a d e interpretar se d esd e un punto d e vista h eurístico-
m etodológico, sino como rea l proceso del espíritu. Natu ra lmente qu e
la dialéctica hegeliana puede ser con siderada como un método de la
filo sofía, p ero convien e estar avisado qu e no h ay una separación efec-
tiva entre esta filosofía y su método. Por otra parte, esto ocurre con
todos lo,s grandes p ensador es : su filosofía es su método.
84 G. W . F. HEGEL, Enciclopedia, §§ 384-385-386.
85 H. NIEL, op . cit. Cap. IlI.
V- Una nueva lnterpretación
de la {(Fenomenología"
ALFREDO LLANOS
INTRODUCCIÓN
~
ber tenido discípulos bastante independientes y originales como
para no cambiar la filosofía del maestro en religión oficial.
. Pues nosotros debemos nuestra r eligión, el conjunto de dogmas
y usos positivos que es el cristianismo, a la fidelidad literal
de los apóst oles a la persona y palabras de Jesús. Parece que,
según Hegel, una religión, al tornarse oficial, en un estado o
en un pueblo-, deviene inevitablemente positiva) esto es, autori-
t aria y despótica. L a r eligión no puede ser "objeto de un con-
trato social"; una religión-estado, una verdar1era iglesia, re-
sulta imposible. El único fundamento aceptable de una comu-
nidad r eligiosa es la libre adhes ión a los deberes que en ella
se pr act ican.