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Objetivos Específicos
La hemostasia
La hemostasia se defina como la serie de mecanismos que evitan que se mantenga en el tiempo una
pérdida de sangre cuando se produce situación de continuidad entre el vaso y el medio interno
(hemorragia interna), o entre el vaso y el medio externo (hemorragia externa). Es un proceso
complejo que involucra mecanismos que actúan paralelamente, sin embargo, éstos se han dividido
por razones didácticas.
Lo primero que se produce cuando se rompe un vaso sanguíneo, es una Vasoconstricción Local, de
modo que la sangre no sale inmediatamente después de la injuria. Se realiza en base a la liberación
local del neurotransmisor Norepinefrina por las vesículas que se forman en los nervios simpáticos
de la pared de los vasos sanguíneos. Los axones poseen varicosidades o ensanchamientos, donde se
encuentran reunidas las vesículas con el neurotransmisor. Cuando una célula es dañada libera su K+
al exterior, por lo que aumenta la concentración de este alrededor del axón simpático,
despolarizándolo y de esta manera, entra Calcio al interior, permitiendo la exocitosis de las
vesículas con N.E. al exterior.
La hemostasia primaria
Espasmo vascular
Las plaquetas segregan grandes cantidades de ADP y sus enzimas forman el tromboxano
A2, estos actúan sucesivamente sobre otras plaquetas cercanas para activarlas también, y la
adhesividad de estas plaquetas adicionales hace que se adhieran a las plaquetas
originalmente activadas.
Por tanto, en el lugar de cualquier desgarro del vaso, la pared vascular dañada activa
sucesivamente un mayor numero de plaquetas que atraen hacia ellas cada vez mas
plaquetas adicionales, formando así un tapón plaquetario.
La coagulación se inicia por la exposición del factor tisular de las células no vasculares que
se pone en contacto con la sangre debido a la lesión tisular formándose el complejo factor
hístico-factor VII activado. En la actualidad se cree que la activación de los factores IX y X
por parte del factor hístico-FVII a desempeña un papel importante en la inducción de la
hemostasia. Una vez iniciada la coagulación a través de esta interacción, el inhibidor de la
vía del factor hístico bloquea la vía y diversos elementos de la vía intrínseca en particular el
factor VIII y IX se convierten en reguladores principales de la formación de trombina. Se
activa la coagulación propagándose los diferentes pasos en la superficie celular en
presencia de los cofactores plasmáticos unidos a las células y la reacción culmina con la
formación del coagulo de fibrina. Los monocitos y los neutrófilos circulantes interaccionan
con las plaquetas y las células endoteliales iniciándose una serie de uniones que producirán
una interacción estable de los leucocitos y plaquetas en el coágulo. Los neutrófilos y los
monocitos participan en la reacción inflamatoria local y los monocitos son inducidos a
expresar el factor tisular y contribuyen en la trombogénesis y el primer nivel de curación de
la herida.
La fibrinólisis
Es el último proceso en el que se elimina la fibrina no necesaria para la hemostasia con la
finalidad de la reparación del vaso y el restablecimiento del flujo vascular. Los principales
activadores fisiológicos de la fibrinolisis son el activador tisular del plasminógeno (t-AP) y
el activador urinario del plasminógeno (u-AP) que difunden desde las células endoteliales y
convierten el plasminógeno, absorbido en el coágulo de fibrina, en plasmina. La plasmina
degrada el polímero de fibrina en pequeños fragmentos que son eliminados por el sistema
de limpieza monocito-macrófago. Aunque la plasmina también puede degradar el
fibrinógeno, la reacción es localizada debido a: Primero, el t-AP y algunas formas del u-AP
activan el plasminógeno de forma más efectiva cuando está absorbido por el coágulo de
fibrina; segundo, cualquier molécula de plasmina que pase a la circulación es rápidamente
neutralizada por el α2-antiplasmina (es el principal inhibidor de la plasmina); y tercero, las
células endoteliales liberan el inhibidor del activador del plasminógeno (IAP)que bloquea
directamente la acción del t-AP.
Sistema de fibrinolisis: disolución del coágulo una vez que ha cumplido su función. Es un
sistema complejo que también consta de reacciones proteicas de activación de proteinas,
pero más simple. Básicamente el sistema consiste en formar plasmina que disuelve a fibrina
y da PDF que se eliminan. Tiene que existir un equilibrio entre coagulación y fibrinolisis
para evitar trombosis, infarto, si predomina la fibrinolisis se provocan hemorragias. Estos
sistemas pueden fallar, pueden existir alteraciones de agregación plaquetaria.
Existen tres activadores principales del sistema fibrinolítico: fragmentos del factor
Hageman, urocinasa (UK) y activador tisular del plasminógeno (tPA). El tPA, principal
activador fisiológico, difunde desde las células endoteliales y convierte al plasminógeno,
absorbido en el coágulo de fibrina, en plasmina. La plasmina degrada entonces el polímero
de fibrina en fragmentos pequeños que son eliminados por el sistema de limpieza de los
monocitos-macrófagos. Aunque la plasmina puede degradar también el fibrinógeno, esta
reacción permanece localizada porque 1) el tPA activa el plasminógeno con más eficacia
cuando está absorbido en los coágulos de fibrina, 2) toda la plasmina que penetra en la
circulación es rápidamente unida y neutralizada por el inhibidor alfa2 de la plasmina, y 3)
las células endoteliales liberan un inhibidor del activador de plasminógeno (PAI 1), que
bloquea la acción del tPA.
El sistema plasmático de la coagulación está estrechamente regulado, de modo que tan sólo
una pequeña cantidad de enzima de la coagulación se convierte en su forma activa. En
consecuencia, el tapón hemostático no se propaga más allá del sitio de la lesión. La
regulación precisa es importante, ya que, en un sólo mililitro de sangre, existe el suficiente
potencial coagulativo como para coagular todo el fibrinógeno corporal en 10 a 15 segundos.
La fluidez de la sangre está mantenida por el propio flujo sanguíneo, que reduce la
concentración de reactantes, la absorción de factores de coagulación en las superficies, y la
presencia de múltiples inhibidores en el plasma. Los inhibidores más importantes que
ayudan a mantener la fluidez de la sangre son la antitrombina, las proteínas C y S y el
inhibidor de la vía del factor tisular.
Autocoagulacion
Las plaquetas o trombocitos son los elementos de menor tamaño de la sangre. Son de vital
importancia para formar el tapón hemostático. Las plaquetas ayudan a la coagulación de la
sangre y son más pequeñas que los glóbulos blancos y los glóbulos rojos. Las plaquetas de
la sangre son cuerpos pequeños, ovoideos, sin núcleo, con un diámetro mucho menor que el
de los eritrocitos y tienen una vida media de 4 días. Los trombocitos o plaquetas se
adhieren a la superficie interna de la pared de los vasos sanguíneos en el lugar de la lesión y
ocluyen el defecto de la pared vascular. Conforme se destruyen, liberan agentes coagulantes
que conducen a la formación local de trombina que ayuda a formar un coágulo, el primer
paso en la cicatrización de una herida
Quimioterapia contra el cáncer
Ciertos medicamentos
Coagulación intravascular diseminada (CID)
Anemia hemolítica
Hiperesplenismo
Púrpura trombocitopénica idiopática (PTI)
Leucemia
Transfusión de gran cantidad de sangre
Válvula cardíaca protésica
Púrpura trombocitopénica trombótica (PTT)
Celiaquía
Deficiencia de vitamina k
Anemia
Leucemia mielocítica crónica (LMC)
Policitemia vera
Trombocitemia primaria
Extirpación reciente del bazo
Las plaquetas son extremadamente frágiles, y se adhieren muy fácilmente a otros cuerpos
cercanos (linfocitos, eritrocitos, etc.), o se aglutinan entre ellas formando coágulos, de
todos los tamaños y formas. Rápidamente se deforman y pronto se desintegran. Existen
anticoagulantes artificiales y otros que están "incorporados" a la sangre que las conservan
en mejor estado.
El ADP es segregado por las plaquetas y actúa sucesivamente en las plaquetas cercanas
para activarlas, y la adhesividad de estas plaquetas adicionales hace que se adhieran a las
plaquetas activadas originalmente.
Los iones de calcio se necesitan para la promoción o aceleración de todas las reacciones de
la coagulación sanguínea. Por tanto, si no hay iones de calcio, no se produce coagulación
sanguínea por ninguna vía (intrínseca y extrínseca)
la ciclooxigenasa
La enzima ciclooxigenasa (COX) está implicado en la síntesis de prostanoides, que cataliza
la conversión de ácido araquidónico a prostaglandina G2 (PGG2). Por acción de una enzima
peroxidasa, la PGG 2 se convierte en prostaglandina H2 (PGH2), que es el precursor directo
de varias formas de prostaglandinas y tromboxanos.
Una gran parte del plasma es agua, medio que facilita la circulación de muchos factores
indispensables que forman la sangre. También contiene proteínas plasmáticas, sustancias
inorgánicas (como sodio, potasio, cloruro de calcio, carbonato y bicarbonato), azúcares,
hormonas, enzimas, lípidos, aminoácidos y productos de degradación como urea y
creatinina. Todas estas sustancias aparecen en pequeñas cantidades. Un milímetro cúbico
de sangre humana contiene unos cinco millones de corpúsculos o glóbulos rojos, llamados
eritrocitos o hematíes; entre 5.000 y 10.000 corpúsculos o glóbulos blancos que reciben el
nombre de leucocitos, y entre 200.000 y 300.000 plaquetas, denominadas trombocitos. La
sangre también transporta muchas sales y sustancias orgánicas disueltas.
Entre las proteínas plasmáticas se encuentran la albúmina, principal agente responsable del
mantenimiento de la presión osmótica sanguínea y, por consiguiente, controla su tendencia
a difundirse a través de las paredes de los vasos sanguíneos; una docena o más de proteínas,
como el fibrinógeno y la protrombina, que participan en la coagulación; aglutininas, que
producen las reacciones de aglutinación entre muestras de sangre de tipos distintos y la
reacción conocida como anafilaxis, una forma de shock alérgico, y globulinas de muchos
tipos, incluyendo los anticuerpos, que proporcionan inmunidad frente a muchas
enfermedades. Otras proteínas plasmáticas importantes actúan como transportadores hasta
los tejidos de nutrientes esenciales como el cobre, el hierro, otros metales y diversas
hormonas.
En el plasma sanguíneo, a la vez que hay substancias que permiten impedir las
hemorragias, también existen substancias que impiden que la sangre coagule dentro de los
vasos. En síntesis, en la sangre existen substancias PROCOAGULANTES, que impiden las
hemorragias; y, también existen substancias ANTITROMBOTICAS, que impiden la
formación de coágulos; esto es, que la sangre circule en estado líquido. El esquema de
funcionamiento, sería éste.
Plasma para obtenerlo tenemos que proceder a una extracción de sangre, la cual es colocada
en un tubo de ensayo en donde coagulará. Se tendrá que impedir la coagulación, actuando
sobre algunos puntos de la cascada de la coagulación, o simplemente se le puede añadir una
sustancia quelante del calcio (ésta atrapa el calcio de la sangre impidiendo la coagulación).
Posteriormente se centrifuga y a continuación de obtiene dos fracciones:
El suero se obtiene al extraer sangre sin coagulantes, a diferencia del plasma que se obtiene
al extraer sangre con coagulantes. Por ende, la diferencia que se puede apreciar, es que el
plasma contiene proteínas de la coagulación, mientras que el suero no.
Casi todos los factores de la coagulación sanguínea se forman en el hígado. Por tanto las
enfermedades del hígado como la hepatitis, la cirrosis y la atrofia amarrilla aguda pueden
deprimir a veces el sistema de coagulación tanto que el paciente presente un tendencia
grave a la hemorragia
Proteasas: Son enzimas que rompen los enlaces peptídicos de las proteínas. Para ello,
utilizan una molécula de agua por lo que se clasifican como hidrolasas.
Serina proteasa: Las proteasas de serina son hidrolasas que degradan enlaces peptídicos de
péptidos y proteínas y que poseen en su centro activo un aminoácido serina esencial para la
catálisis enzimática.