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COLEGIOS COMFANDI

4º PERIODO III
LECTURA INTEGRADORA: L. CASTELLANA, EMPRENDIMIENTO,
MATEMÁTICAS, C.NATURALES, TECNOLOGÍA.
PLAN DE TRABAJO DEL 3 AL 17 DE ABRIL DEL 2.020

“Quien ama a la naturaleza, ama a los seres humanos. Pocas demostraciones de amor son tan sublimes, como
el hecho de cuidar del hogar que nos pertenece a todos los seres humanos.”

Eje conceptual: El cuidado del medio ambiente


Área eje conductor: CIENCIAS NATURALES
TEXTO BASE: “ECOTOPÍA…EL MEJOR LUGAR PARA CONVIVIR EN ARMONIA
VERDE”
Reescrito por: Lic. Claudia Patricia Cárdenas

En un pozo de agua clara, rodeado de grandes piedras, cubiertas de musgo y helechos, todos los miembros de
una comunidad respiraban con tranquilidad el aire fresco de la mañana. Las ranas se asoleaban plácidamente
sobre las hojas de una rama, esperando a que aparecieran algunos insectos para completar su almuerzo. Los
pequeños caracoles estaban muy ocupados, comiendo las hojas de una planta de geranio, que tenía un
agradable sabor.

Allí también se arrimaban a beber una vaca, un caballo y una oveja para aprovechar el pasto que crecía en
un potrero cercano. Mientras que en el espeso bosque que rodeaba al lago, una culebra, se deslizaba
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suavemente sobre la arena, para no ser observada, estaba hambrienta desde el día anterior.
¡Qué gran vida tenían, eran muy felices!
Al día siguiente, un ratón salió de su madriguera a buscar su alimento, como de costumbre, pero un estruendoso
ruido lo inquietó, de inmediato percibió el peligro, levantó sus orejas y corrió, para protegerse de un infernal
incendió que venía devorando la pradera. Todos los animales corrían y corrían para salvar sus vidas, luego se
dirigieron a la parte alta de la montaña y pudieron salvarse de haber sido consumidos por el fuego.

Todos se preguntaban qué había sucedido, porqué ya no tenían sus madrigueras, ni sus nidos, ni sus cuevas para
vivir. Todo era un verdadero caos.

No muy lejos de allí, en una hermosa vereda de Antioquia, la familia Pérez- Troncoso conformada por doña
Margarita y don Pedro vivían con sus hijos Lina y Santiago. Eran muy felices en su finca, cultivando la tierra,
cuidando los animales, disfrutando del campo, del aire puro que les ofrecían los frondosos Samanes y
produciendo su propio alimento.

Todos los días, Don Pedro y doña Margarita se levantaban a las cuatro de la mañana a ordeñar las vacas,
alimentar las aves, recoger los huevos, limpiar los corrales de las vacas, caballos y cerdos y preparar el desayuno
para que Lina y Santiago caminaran por la trocha hasta llegar a la escuela del pueblo donde aprendían a
conocer, valorar, sembrar y cuidar su tierra.

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En las tardes, ayudaban a sus padres con las labores de la finca y cuando terminaban sus quehaceres, se
divertían jugando, corriendo por los campos, recogiendo frutas, trepando árboles, pescando y nadando en el
río de aguas cristalinas que bordeaba la vereda. ¡Qué gran vida tenían! ¡Eran muy felices! A Lina también le
gustaba sentarse, todos los días, bajo un gran árbol de Samán, a inventar y escribir historias fantasiosas pues
contaba con una gran imaginación propia de su edad - los 10 años -. Ella quería saber cómo construir un mundo
ideal, en el que todos los seres sintientes de la tierra pudieran convivir en paz y armonía. Lo había denominado
ECOTOPÍA y pensaba que era posible habitar en ese lugar hermoso, sin contaminación, sin pobreza, sin guerras,
ni odios, sin muros que separaran a las personas, sin corrupción, sino por el contrario una: Aldea Global que
acogiera a todos los trotamundos, que los respetara a pesar de sus diferencias, de su color de piel, de sus
dogmas, de sus costumbres, entre otros, y les brindara las mejores condiciones de vida para que fueran
inmensamente felices, así como ella lo era en su vereda.

Su lugar ideal – ECOTOPÍA- estaba rodeado de hermosos y coloridos paisajes, ríos que surcaban pueblos enteros,
brindando sus puras y potables aguas con ricos peces para alimenta a todos; tierras fértiles, dispuestas a dejar
crecer en sus entrañas, toda clase de semillas y raíces como el maíz, el frijol, el tomate, las zanahorias, las
cebollas, los plátanos y las lechugas; Los árboles frondosos que generosamente compartían sus frutos, y sus
semillas, acogiendo entre sus verdes ramas y troncos, toda clase de aves, hormigas, abejas, ardillas y demás; El
aire puro que henchía los pulmones de las personas, animales y plantas; pero lo que ella más admiraba era que
sus ciudadanos tenían conciencia ecológica clara y trabajaban día a día las tierras, cuidando, respetando,
valorando y protegiendo las riquezas que esta madre tierra- ECOTOPÍA- les ofrecía en abundancia. Pero cómo
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no todo era color de rosa, una dura noticia de sus padres, le haría evaluar y repensar sus ideales, pues en una
oportunidad don Pedro y su familia fueron amenazados por los paramilitares y tuvieron que tomar la decisión de
irse a vivir a Bogotá y dejar su vida de campo. - ¿Qué será de nosotros en esa gran ciudad?- pensaba ella, con
gran temor e incertidumbre.

Al llegar a la ciudad, tuvieron que caminar muchas horas y días por calles y callejuelas, buscando algo de
comida y hospedaje; cada día era más difícil encontrar un trabajo y un lugar para vivir, puesto que sólo sabían
trabajar la tierra… Obvio, eran campesinos, expertos del campo, en su vereda, pero en la ciudad, la vida era a
otro precio.

Con el paso del tiempo comenzaron a presentarse más y más problemas. Lina empezó a sentirse mal: le faltaba
el aire y no tenía ganas de moverse. A Santiago comenzó a cambiarle el color de la piel y su rostro se tornó serio
y se dibujaba una gran tristeza en su carita de niño bueno. Él y su hermanita comenzaron a padecer gripas
continuas y serios problemas respiratorios. Al visitar a un doctor de un hospital de caridad, éste dijo a Margarita
que su hijo sufría de asma, esto la dejó muy angustiada porque sus hijos eran muy saludables en su finca y en
esta ciudad estaban absorbiendo la polución de los carros, la contaminación ambiental, de las fábricas, de los
ríos; además, estaban consumiendo alimentos en mal estado o elaborados con pesticidas y químicos. Margarita
ya no podía cultivar sus alimentos, si no que debía sacarlos de las basuras, mendigar algo para comer o esperar
a que esposo pudiera conseguirlos.

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Después de mucho caminar y de buscar empleo, don Rodrigo, un tendero del barrio La Colina, al sur de Bogotá,
hasta donde había llegado la familia Pérez Troncoso, le ofreció a don Pedro un pequeño trabajo, de hacer la
limpieza de su local, y con esto podría comprar algo de alimento para su familia, pero sus extensos horarios de
trabajo en la tienda, no le daban tiempo de compartir con ellos, cómo lo hacía en su finca y como si fuera poco,
cuando iba a trabajar debía comer algo rápido en cualquier restaurante, a la hora que podía, sin horario fijo, lo
que le ocasionó un fuerte dolor de estómago. Al parecer, la decisión de ir a vivir a la ciudad no fue tan benéfica
como Margarita y Pedro lo habían pensado, pero primero estaba su seguridad y su vida.
Les tocó acostumbrarse a la contaminación del aire, del agua, a las basuras, a los malos olores, al ruido
ensordecedor de la ciudad, a la rapidez del tiempo que parecía que los días fueran más largos y las noches
más cortas, a la inseguridad, a la falta de valores y al irrespeto entre las personas. Ellos se preguntaban qué
había sucedido. ¿Por qué ya no podían ser tan felices cómo lo eran en su vereda? Todo era un verdadero caos.

Lina, la hija pequeña de los Pérez, estaba aterrada de ver la ciudad tan descuidada, el medio ambiente tan
destruido y las personas tan inconscientes e indolentes frente a esta situación. Un día y por fortuna para ella,
descubrió en un pequeño parque, un enorme árbol y de inmediato, se acordó de aquel de su vereda en el que
se sentaba bajo su sombra a imaginarse e inventarse un mundo ideal: Su ECOTOPÍA y empezó a preguntarse,
qué y cómo podría hacer, para hacer realidad este lugar especial. – ¿Será esto posible? – se preguntaba con
insistencia.

Pasado algún tiempo, cuando el trabajo de don Pedro mejoró un poco y doña Margarita pudo vender arepas
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y empanadas en la esquina de su barrio, Lina y Santiago pudieron ir a la escuela local y fue allí donde ella
aprendió a hacer realidad el sueño de su mundo ideal: Su ECOTOPÍA. Pero… ¿Cómo pudo pasar esto? Pues se
encontró con un grupo de maestros y de compañeros que también estaban en la búsqueda de reconstruir su
país, pero como le enseñaba su maestra de Sociales: “Para cambiar el mundo, primero debemos enseñar y
transformar el pensamiento de las personas” y fue por allí, cuando desde ese día, Lina creó un equipo de trabajo
comprometido, para enseñar a las personas a desarrollar conciencia socio- ambiental; primero en su colegio,
luego en su familia, después en su barrio, comuna, ciudad, región y todo esto se irradió e impactó cada rincón
de todo su país.

Haciendo campañas, escribiendo canciones, haciendo videos, películas, publicidad, generando reflexión
permanente sobre lo que pasaba en su entorno a través de las redes sociales; enseñando a niños y adultos a
reciclar, a cuidar su medio ambiente, a proteger la flora y la fauna de sus regiones, a volverse personas auto-
sostenibles, sembrando y cosechando sus propios alimentos, cuidando y respetando su tierra; a usar la
tecnología de manera eficiente, para hacer el bien; a volver a unir a las familias con bases y principios sólidos
para que trabajasen juntas por el bien común. Tanto fue el impacto de su trabajo que el país se convirtió en una
inmensa eco-aldea o aldea ecológica en la que se usaban las diversas tecnologías renovables como una
filosofía vital distinta a la imperante, que apostaba por un estilo de vida diferente, auténtico y respetuoso con
las personas, la flora, la fauna y todos los entornos de vida: tierras, ríos, lagos, mares, humedales, aire, agua. Una
forma de vida alternativa y sostenible, con comunidades cultas, socialmente responsables y solidarias con su
entorno, consiguiendo así, la autosuficiencia energética, alimentaria, laboral, profesional, emocional y espiritual,
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pero sobre todo… alcanzado la felicidad infinita a la que todo ciudadano del mundo tiene derecho.

…Y el pozo de agua clara, rodeado de grandes piedras, cubiertas de musgo y helechos, volvió a reverdecer y
todos los miembros de la comunidad respiraban con tranquilidad el aire fresco de la mañana. Las ranas se
asoleaban plácidamente sobre las hojas de una rama, esperando a que aparecieran algunos insectos para
completar su almuerzo. Los pequeños caracoles estaban muy ocupados, comiendo las hojas de una planta de
geranio, que tenía un agradable sabor.

Y allí también se arrimaron a beber la vaca, el caballo y la oveja para aprovechar el pasto verde y sabroso del
potrero cercano. Mientras que en el espeso bosque reforestado que rodeaba al lago, la culebra, se deslizaba
suavemente sobre la arena, para no ser observada, estaba hambrienta desde el día anterior, pero encontró un
suculento huevo que calmó su hambre y hasta el pequeño ratón tímido y temeroso de antes, ahora salía
nuevamente de su madriguera a buscar su alimento… como de costumbre. ¡Qué gran vida tienen, ahora son
muy felices!

Pero… ¿Qué pasó con Lina?... Pues les cuento que Lina creció y se convirtió en la embajadora mundial del
cuidado del medio ambiente, llegando con su propuesta ecológica hasta el más recóndito lugar del mundo
entero, acabando así con la pobreza, las guerras, la corrupción y la contaminación en todas sus facetas que
estaban destruyendo el planeta porque logró crear conciencia y enseñar a las personas del mundo a cuidar su
planeta que es su casa… su hogar. Como ella misma lo dijo: “Llevar una vida cercana a la naturaleza, de forma
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responsable, es una forma de vida que nos da mucho más que autonomía y salud. Se trata, en suma, de
conquistar esa individualidad tan valiosa que nos acerque a un mundo mejor, equitativo, solidario y ecológico,
en el que no se confundan los valores y fluyan armoniosamente las diferencias y el bien común”.

Lina hizo realidad, su sueño de niña: construir ECOTOPÍA…EL MEJOR LUGAR PARA CONVIVIR EN ARMONIA VERDE”
y es tan bello este paraíso que ahora hasta los extraterrestres quieren venir a vivir aquí.

Y colorín colorado, este cuento ha creado conciencia ecológica en cada persona que lo lee ¡porque para
eso… se escribió! Y con esto que aprendiste… ¿Qué vas a hacer tú, por tu entorno?

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