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Agenda 2025 (I)

Michael A. Galascio Sánchez

NOTA DEL AUTOR

Esta es una obra de ficción, una invención y no una historia. Cualquier lector que intente
identificar a personas reales bajo las máscaras y disfraces de los personajes en los relatos,
sin duda se errará. Se extraviará en el campo de la especulación, intentando descubrir
alguna verdad o discernir perfiles bajo la trama de la parábola. En realidad, se trata de
entretenimiento. Como decía el famoso guionista Aaron Spelling: Simplemente, “candy for
the mind”. ¡Caramelos para la mente!

Fulberto salía de un despacho de abogados situado en la calle Rafael Cabrera. Era


las seis de la mañana y la ciudad comenzaba a despertar lentamente. Pasaba por
un lateral del Teatro Pérez Galdós dirigiéndose hacia la Plaza del Mercado de Las
Palmas. Como sibarita de la gastronomía local e internacional, prefería comprar
todos sus ingredientes frescos. Sólo así, podía satisfacer su gusto refinado. No
obstante, ese día se encontraba descentrado. Lo discutido en aquella curiosa
reunión le había afectado anímicamente. No dejaba de pensar en aquel documento
que le habían revelado.

Cruzaba la calle y de repente, un coche se saltó el semáforo arrollándole. Su cuerpo


fue despedido unos veinte metros. Su portafolio y otros efectos personales
quedaron esparcidos en la calle. ¡Rápidamente! Varios transeúntes rodearon al
infortunado. Un joven estudiante ayudó a recoger sus pertenencias mientras
algunos jubilados le asechaban con ojos escrutiñadores. En estos casos, lo menos
que quiere la gente honesta es que la víctima de un terrible accidente, también sea
desvalijada por algún energúmeno.

Una mujer de mediana edad llamaba a la policía. Mientras observaba lo que ocurría,
acomodaba la toga en un discreto maletín de cuero marrón. Los agentes del orden
público y la ambulancia no tardaron en llegar. Inmediatamente, el joven que
custodiaba los objetos personales del infortunado, hizo entrega de los mismos a un
agente. Había otras cosas en la calle. Unas gafas rotas, un paquete de Benson
mentolado y algunas monedas.

La joven se acercó para realizar una especie de inspección ocular. Súbitamente,


advirtió el brillo de un pequeño objeto cerca del bordillo de la acera. Se inclinó
cautamente y echó el chisme en el bolso. Un filósofo francés, Michel Eyquem de
Montaigne decía que “la curiosidad de conocer las cosas ha sido entregada a los
hombres como un castigo”. Después de unos minutos, los presentes comprendieron
que aquel hombre de traje oscuro, había fallecido. Anisia, miró su reloj y se dio
cuenta de que llegaba tarde a un juicio en el Juzgado de lo Penal en la calle
Granadera Canaria. Esa mañana, tenía que representar a un toxicómano que había
quemado el coche de su mujer.

Mientras tanto, los policías tenían dificultad para identificar a aquel hombre. En sus
efectos personales no existía la más mínima clave sobre su identidad. Un Comisario
de la policía nacional llegaba a la escena del crimen. Pantaleón Caballero, miraba al
occiso fijamente, pero no se parecía a nadie que conociera. Estaba malhumorado
pues sabía que muy pronto la prensa estaría husmeando y él no tendría respuestas.
Mientras observaba el cadáver, advertía que su ropa era de un gusto fuera de lo
común. Su traje de Ermenegildo Zegna desvelaba que se trataba de alguien
importante. En su muñeca izquierda tenía un reloj Parmigiani Fleurier. El traje

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podría costar unos mil doscientos euros. Sin embargo, lo que ignoraba el
Comisario, era que la cuantía del reloj giraba entorno a los veintinueve mil.

Un fiscal, Juan Carlos Lanzarote llegaba a la escena y prontamente certificaba la


muerte de la víctima. La policía científica había hecho su trabajo y estaba
recogiendo su equipo. Pantaleón intuía que algo no cuadraba en ese accidente. Por
otro lado, no tenía pistas sobre el vehículo que le impactó. Según algunos testigos
oculares, podría tratarse de un Ssangyong Rodius algo poco común en la isla.

La joven abogada salía del juzgado con migraña después de ver cómo su cliente se
abalanzaba sobre un testigo. Este era el precio de los turnos de oficio. Encima,
cobraría con la premura que caracteriza al Sistema Judicial. Decidió, dar un paseo
por Vegueta antes de regresar a la casa. Aunque el invierno estaba a las puertas,
todavía se sentía el calor típico de las islas. Caminó desde el Juzgado a través de
Reyes Católicos hasta girar en el Paseo de Chil y luego atravesar parte de Obispo
Codina para llegar a la Plaza de Santa Ana. Una vez allí, se sentó en la terraza,
Café Santa Ana. ¡Es curioso! Dentro de aquel entorno clásico se encontraba un
pequeño y acogedor lugar rebosante de modernidad.

Mientras tanto, Pantaleón Caballero se devanaba la cabeza intentando descubrir la


identidad de aquel hombre. La foto había sido publicada en todos los periódicos
digitales sin tener ningún éxito. La mañana siguiente sería aun peor, pues saldría
en los medios nacionales y prensa de papel.

La abogada pidió un chocolate blanco con pistacho, mientras abría un pequeño


portátil para leer sus correos electrónicos. Después de saborear la maravillosa
pócima, daba un profundo suspiro. Por fin, en su pequeño refugio, pensó. En la
Comisaría los teléfonos no dejaban de sonar. Había apagado el móvil y estaba
encerrado en su despacho intentando diseñar una estrategia para aplacar a los
medios, tranquilizar a sus jefes y contentar a los políticos. Era algo complicado. Sin
embargo, Pantaleón “el camaleón” como susurraban a sus espaldas era un hombre
prudente, sagaz, tenía buena perspectiva de su situación laboral y política. Además,
era capaz de ver el cuadro completo. No se llega a comisario siendo un pelele.

Anisia buscaba su cartera en el maletín y sin querer sacó el pendrive de aquel


hombre. Insertó el dispositivo en el ordenador y había un documento. AGENDA
2025. Lo abrió y se topó con un texto en inglés. Era una especie de resumen
ejecutivo sobre un acuerdo, que según los sellos en el documento, podían ser de la
Comunidad Europea. Ella había sido buena estudiante y hablaba alemán
perfectamente, pero el inglés aun siendo más fácil siempre le daba pereza.

Mientras tanto, en un despacho de abogados tres hombres se reunían para discutir


sobre lo sucedido a su ex colaborador. Un septuagenario de tez blanca y cabello
grisáceo, apretaba los labios al ver la foto de Fulberto, como él le llamaba. En
realidad se llamaba Humberto Abbadie Rodríguez. Era su apuesta para sucederle en
el arduo trabajo de negociador. Un joven culto, educado, amante del arte en todas
sus expresiones. Exigente consigo mismo, eficiente y con criterio propio. Quizás,
esa última virtud fue la que precipitó su muerte. A su avanzada edad, era imposible
preparar a otro sucesor. De ahí, su angustia aunque ante sus socios debía
mantener la compostura. Sus asociados, ávidos de riquezas y dominio olfateaban
cualquier debilidad.

Don Dionisio Galván, al igual que su pupilo tenía criterio propio. No obstante, sabía
controlarse. Aun siendo capaz de agigantarse en empresas sin precedente, siempre
con un pie en el presente y otro en el futuro, sabía acallar la impertinente voz
interior.

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En la Plaza de Santa Ana, Anisia cerraba el programa. Había resuelto dejar la
interpretación para un amigo que venía a las islas a pasar una semana con ella. Se
trataba de Nick D’arcangelo. Un hombre, tal vez un poco mayor para ella, pero con
un encanto natural capaz de desarmar a cualquier mujer. Nick era detective
privado. Había trabajado en la policía de Nueva York, pero rápidamente se dio
cuenta de que la Gran Manzana estaba podrida. La corrupción es el cáncer de la
sociedad moderna. Él hablaba varios idiomas. Tenía amplios estudios universitarios.

De hecho, se doctoró para satisfacer las ilusiones de sus padres y luego realizó la
carrera que realmente quería. Anisia era una mujer muy inteligente. Sus ojos
verdes y pelo azabache eran una mezcla que enloquecían a Nick. Además, había
sido bendecida por el astro más brillante con una piel color miel que no dejaba
indiferente a nadie.

Por otro lado, Don Dionisio recibía el inventario de los objetos personales de su
pupilo. La mano del venerable señor no era ni corta ni piadosa. Reunidos en el
despacho de abogados discutían la situación:

 -¡Caballeros! A pesar de lo apenado que estoy por la pérdida de nuestro


compañero, debemos centrarnos en encontrar un objeto de gran valor para
nosotros y que lógicamente, puede comprometer nuestros acuerdos.- Dijo
Don Dionisio con suavidad y firmeza-.

 -Señor, había un estudiante que hizo entrega a la policía los efectos


personales de nuestro colaborador. Quizás, debamos contactar con él. –Dijo
Rafael Barros-.

 -¡Quizás! No obstante, deben tener mucho cuidado, pues ya hemos llamado


mucho la atención. (Pausa, mientras se giraba para mirar fijamente a
Rafael) Estamos en este escenario por que algunos se han dejado llevar por
las emociones y no han sido capaces de esperar a la reacción de un
compañero. Es la primera vez en años, ¡y han sido muchos!, que me
encuentro en una situación en donde peligra una operación nuestra.

 -¡Era necesario! En la reunión él dejó claro que no estaba de acuerdo.


Además, en más de una ocasión había amenazado con ir a los medios.

 -¡Rafael! Esa no es excusa. ¡Nosotros somos los medios! ¡Nosotros llevamos


las riendas de éste Archipiélago! Reconoce que tu decisión no fue acertada.
(Pausa) Por esta razón, nuestros socios han decidido que me encargue
personalmente de la solución. ¿Estarás dispuesto a dejarme poner en
marcha mi plan? O, ¿debo temer cada vez que cruce la calle? Recuerda,
Pantaleón Caballero no es un idiota. Es un hombre capaz y muy preparado.
Si damos un paso en falso, podría darse cuenta.

Los participantes en esa reunión asintieron a la propuesta de Don Dionisio, un


hombre venerado, no en vano había llevado a todos los allí presentes, a lo más alto
de la escala social.

Mientras tanto, Anisia había decidido almorzar algo ligero. Ordenó un pan griego a
la plancha con aceite de oliva y unas hojitas de parra rellenas de arroz,
acompañadas de salsa de yougurt.

Se aseguró de guardar el pendrive en su maletín y extrajo el itinerario de vuelo de


Nick. ¡Era curioso! Nick le comprendía. Ella sabía que era una joven un tanto terca
y obstinada aunque nunca lo reconocía. Sabía que Nick lo había advertido.

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No obstante, no intentaba cambiarla. Utilizaba la persuasión y era inmensamente
paciente. Por este motivo, no sentía miedo en mostrar sus sentimientos. Además,
en un plano más mundano, disfrutaba del sexo con Nick, pues Anisia expresaba sus
sentimientos así. A través del erotismo y la sensualidad. Él era un hombre muy
detallista. Ella también era detallista, tierna, suave y protectora. La joven estaba
pensando entregarse completamente. Pero había un peligro. Cuando ella se
lanzaba, lo hacía con todas sus consecuencias.

Además, tenía una manía y era intentar descubrir las cosas más recónditas de la
personalidad de su pareja. Algo que tal vez, Nick no permitiría. Al día siguiente, dos
agentes de paisano citaban al joven que entregó los efectos personales del
fallecido. Habían quedado en Siete Palmas, un centro comercial céntrico. En el
Jamaica, tomaban unos cortados distendidamente, como si de colegas se tratara.
Le habían hecho creer que estos procedimientos eran habituales. Además, un joven
universitario, “el futuro de las islas”, merecía un trato privilegiado.

El estudiante relató todo lo que había sucedido y respondió sin titubeos a todas las
preguntas de los agentes. Ellos habían llegado a la conclusión de que aquel chaval,
no sabía nada. También, se percataron de las deficiencias del sistema educativo al
observar su limitado léxico.

Pantaleón Caballero llamó a un amigo informático de Telde para pedirle un favor.


Se trataba de conseguir unas imágenes de Google Earth de esos días. Con suerte,
podría tener una imagen de esa mañana y quizás identificar la trayectoria del
vehículo que arrolló al desconocido. Por otro lado, era probable que pudiese
identificar a algunas personas que presenciaron el accidente. Después de todo, la
Policía Nacional había utilizado con éxito el mismo sistema en Madrid cuando un
enajenado mental que había amenazado a varios peatones y finalmente terminó
disparando a varios agentes del orden público.

Don Dionisio charlaba con los agentes que habían hablado con el estudiante.
Comprendió, que debía enfocar la búsqueda hacia otro lado. Quizás Pantaleón podía
tener el objeto. Sin embargo, era un hombre de ley y no sería capaz de pasar por
alto un procedimiento de este tipo. En cambio, algún transeúnte cegado por la
curiosidad podía haber sido capaz de sustraer el objeto de la escena del accidente.
La pregunta era, ¿a quién podía interesar un pendrive? Tenía que ser alguien joven.
Pero no tanto, ya que había que tener cierta frialdad para recoger un objeto de este
tipo mientras había miles de ojos mirando en todas direcciones. Al final del
encuentro, optaron por seguirle los pasos a Pantaleón. Después de todo, era un
excelente investigador y tenía una buena hoja de servicio. Si había algún hilo de
donde tirar, él lo encontraría. Y por tanto, ellos estarían informados.

Al día siguiente, Anisia se presentaba en el aeropuerto de Gando. Estaba deseosa


por ver a Nick. Fue a la cafetería y ordenó una pulguita de jamón serrano en pan
integral y un cortado. Después de media hora llegaba el avión y Nick salía con un
portátil y varios bolsos en un carrito. Al verle, Anisia le hizo señas con ambas
manos y comenzó a reírse como una adolescente. Aunque solía guardar las formas
con él, ésta vez se mostraba sin inhibiciones. Nick le vio y sonrió. En Anisia parecía
haber encontrado a la mujer ideal. Había salido con muchas mujeres y de distintas
procedencias. De hecho, había sido una especie de playboy, pero no tan
despiadado. Él iba de frente y no jugaba con los sentimientos de las que le
pretendían en serio. Con las de una noche solía manejarse con mayor soltura.

 -Hola cariño.- Dijo Anisia sorprendida de sí misma.


 -Hola.- Contestó Nick dándole un beso y abrasándole como si se agarrara a
un salvavidas.

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A su edad, D’arcangelo necesitaba estabilizarse con una pareja. Su vida semejaba
algo así como una montaña rusa. En Anisia había encontrado una paz desconocida
hasta el momento. A pesar de ser más joven, era muy madura.

Por otro lado, Pantaleón entró a su despacho y advirtió que el teclado de su


ordenador había sido movido. Pensó que tal vez había sido la señora de la limpieza.
Sin embargo, la papelera todavía tenía basura, así que descartaba
automáticamente esa teoría. Algo raro estaba sucediendo y debía ser cauto. La
víctima todavía no había sido identificada. La INTERPOL y los servicios de seguridad
norteamericanos tampoco tenían información.

Sin lugar a dudas se trataba del caso más importante de su vida. Pantaleón decidió
volver a visitar uno por uno, a todos los testigos de un accidente, que cada vez
tomaba el cariz de crimen. ¡Un asesinato! Tal vez.

Don Dionisio tenía otra conversación con sus hombres.

 -¡Caballeros! Esta será la última vez que nos reunamos hasta que se
resuelva la situación, a menos que algún suceso repentino requiera una
reunión extraordinaria (Pausa) Como comprenderán no es habitual que
personas prominentes y respetables en ésta sociedad se estén reuniendo
con asiduidad en un despacho de abogados a las seis de la mañana.- Dijo
Don Dionisio.
 Estimado señor Galván, usted tiene una hoja de servicio intachable. Siempre
ha obrado en favor de la organización. Nunca nos ha fallado, incluso cuando
no ha estado de acuerdo. Ahora le apoyo sin reservas. No obstante,
cualquier cosa que comprometa la operación tendrá un efecto directo sobre
nosotros. Nuestra integridad física se verá amenazada así como todos los
bienes que hemos ido acumulando durante más de doscientos años en este
Archipiélago. La profunda raíz que tenemos en Canarias puede ser extirpada
si no cumplimos con nuestra parte.-Dijo Juan Ramírez-
 Soy plenamente consciente de las repercusiones del resultado. ¡Tanto!, que
no dejo de recordar la pérdida de nuestro amigo que casualmente se
sentaba en donde está usted. También, sé que nadie es indispensable. Sin
embargo, como dije en la última reunión, me han dado la responsabilidad de
enderezar algo, que de haber sido consultado conmigo, nunca hubiese
sucedido. (Pausa) En este punto, nuestra estrategia se basará en dos
acciones. En primer lugar, utilizaré mis contactos políticos para cerrarle el
paso por arriba a Pantaleón. En segundo, aquellos testigos de los que
tengamos sospechas fundadas, serán interrogados y eliminados si es
necesario.-Dijo Dionisio mientras se levantaba apretando la empuñadura de
su bastón-.

Los asistentes habían quedado satisfechos con las palabras del “Viejo Dio” como le
decían sus más cercanos colaboradores. Él era consciente que en los últimos veinte
años la organización había ido cayendo en manos de hombres más jóvenes y por
tanto, poco pacientes, menos precavidos e incapaces de ocultar su poder.

No obstante, a su edad no iba a pretender cambiar la dirección que había tomado el


grupo, pero tampoco iba a tomar refugio en la senilidad. Anisia llegaba al Hotel
Tryp Iberia con Nick. No quería llevarlo a su apartamento todavía pues quería
presentárselo a su familia y amistades cercanas.

Una vez en la habitación:

 Te he echado de menos Nick.-Dijo Anisia mientras se quitaba la blusa


apresuradamente-

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Nick dejaba caer la chaqueta y la tomaba en sus brazos. Anisia dio un pequeño
salto y le hizo una tijera con las piernas rodeando su cintura. Él besaba
apasionadamente sus carnosos labios, saboreando los dulces efluvios de una joven
en celo. Mientras ella entrelazaba sus brazos alrededor de su cuello y él sujetaba
sus glúteos. Ambos, jadeaban como sus antepasados primitivos. Nick la llevó hasta
la cama, escenario de ese arte sublime del placer mundano. Se miraban
hipnotizados por las tentaciones de la lujuria y hambre de los goces que ni los
ángeles pueden tener. Embriagados por el deseo, perdieron la noción del tiempo.

Don Dionisio Galván hablaba con sus superiores. Eran personas muy poderosas
venidas desde muy lejos.

 Don Dionisio. (Pausa) La situación corre el peligro de convertirse en un


asunto de Estado- Dijo un hombre de acento francés.-
 Estoy haciendo todo lo que está en mi poder. Nunca les he fallado. ¿Por qué
están tan preocupados?-
 Por que nosotros también respondemos a otras personas.- Dijo Jean-
 ¡Ya veo! La jerarquía. (Pausa) Conozco perfectamente las consecuencias. No
obstante, a pesar de la fama que me precede, no tengo facultades
ultrahumanas.-Dijo Don Dionisio-.
 No hay tiempo para ingeniosos refinamientos, ni para la dolorosa decadencia
senil. (Pausa mientras le miraba a los ojos) Ha tenido una vida feliz,
afortunada, venturosa y quiero que siga siendo así. Sin embargo, necesito
su palabra de que resolverá este terrible incidente. -Jean Gautier-.
 Bien. ¡Tiene mi palabra!
 ¡Gracias! (Pausa) ¡Ah! Otra cosa.
 ¿Qué?
 Necesito la cabeza de quien ocasionó todo esto.
 ¿Un sacrificio? (Pausa) Bueno es un alma torpe e inquieta. Me encargaré
personalmente. (Respondió mientras pensaba cómo eliminar a Rafael)
 ¡Muy bien! (Pausa) Espero noticias suyas muy pronto.

El francés siguió su rumbo y Don Dionisio daba las instrucciones correspondientes


para eliminar a aquella bestia ambiciosa que había urdido el asesinato de Fulberto.
Estaba tranquilo, pues la orden venía de arriba. Y nadie cuestionaba a aquellos que
estaban encumbrados en el pináculo de la estructura de poder.

Anisia y Nick se preparaban para salir a dar un paseo. Fueron hasta el Auditorio
Alfredo Kraus y desde ahí, decidieron caminar por las Canteras. Pantaleón había
interrogado al personal de limpieza y a sus secretarias con el fin de saber si alguien
había estado husmeando en su despacho. El topo de Don Dionisio comunicó
presurosamente la información.

Ese día, Pantaleón tenía una reunión con unos políticos muy influyentes:

 Buenas tardes Sr. Caballero.-


 Buenas tardes Senador-. Dijo con cierto recelo-

Cuando unos políticos de influencia nacional, acompañados por un emisario de la


Comunidad Europea, tienen la intención de hablar expresamente con un Comisario
de la Policía Nacional, significa que algún asunto de Estado debe resolverse.

 -Sr. Pantaleón, nos place saber que hay funcionarios que se toman su
responsabilidad en muy en serio.
 -Muchas gracias- (Respondió cauto)-. (Pausa) No obstante, supongo que ese
no es el único motivo de su visita.

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 -¡Por supuesto!- Respondió el funcionario belga.-

Ese hombre, había participado en tantas guerras encarnizadas y secretas, que veía
la reunión como un simple trámite. Conocía muy bien los entresijos del poder y
sabía perfectamente, que muchos funcionarios ambiciosos, deseaban que se les
abriera la puerta para acercarse a los poderosos y así, conseguir de ellos favores e
impunidad.

Sin embargo, este no era el caso de Pantaleón Caballero. Él tenía sus raíces bien
presentes. Se había hecho a sí mismo. Había logrado evadir con bastante éxito los
desengaños, las traiciones, los abandonos y las desesperaciones que pone a
nuestro paso la vida. No pecaría de ignorancia. Era consciente de que cada Jardín
tiene una serpiente.

El funcionario belga, Gautier había intuido todo esto. No era casualidad el hecho de
que le hubiesen asignado para esa difícil empresa de entorpecer una investigación
policial. La misma, tenía la atención de todos los medios locales y había generado
una curiosidad tal, que en los programas de televisión local no cesaban de indagar
y hacer conjeturas sobre aquella extraña muerte.

 Sr. Pantaleón, nos preocupa mucho un caso que usted está llevando.- dijo el
belga con un gesto de superioridad-.
 Últimamente, parece que le preocupa a mucha gente-. Respondió
cínicamente el Comisario.-
 ¡Sí! Iré al grano Sr. Pantaleón. En estos momentos una Comisión Europea de
alto secreto investiga a esta persona. Se suponía que se encontraría con un
emisario nuestro en Gran Canaria pero no fue así.
 ¿Conocen esta situación mis superiores?-.Preguntó expectante.-
 ¡Oh Dios! ¡No! (Pausa) Hemos decidido saltarnos a estas personas porque no
tienen la fuerza ni el carácter necesario para acometer lo que le vamos a
proponer.
 Como sabrá Sr. Gautier, estoy dentro de una organización jerárquica y saltar
la cadena de mando significa mi ruina.-
 Sr. Pantaleón, le ofrecemos un cargo europeo, fuera del alcance de sus
superiores.-
 ¡Lo siento! A mi edad no voy a pecar de ingenuo.
 Sr. Comisario. (Pequeña pausa mientras le miraba fijamente) Mi bisabuelo
decía que el fracaso es el único crimen verdadero y la estupidez el único
pecado moral.
 ¿Qué sucede si cometo el pecado de hacer lo correcto?
 Como dice alguna milicia cristiana, todo pecado es punible Sr. Pantaleón.
 ¿Me está amenazando?
 ¡Por Dios! Sólo le advierto sobre decisiones arriesgadas.

Pantaleón sabía que estaba en graves problemas. Tenía dos alternativas, resolver el
caso o mirar hacia el otro lado. En cualquier caso, después de haber despreciado la
oferta estaría en la mira de los tramoyistas que controlan la política europea. Con
toda probabilidad sería trasladado.

Mientras tanto, Anisia le comentaba a Nick lo sucedido con el pendrive. Ella le dio el
dispositivo de almacenamiento para que él analizara el contenido. No obstante, el
mismo tenía más sentido para ella, pues trataba de una hipotética situación
política, que de ser cierta, comprometería el futuro de su tierra.

Se trataba esencialmente de un documento llamado Agenda 2025, que situaba al


archipiélago canario en un escenario político en donde las islas orientales estarían
bajo la influencia de Marruecos. No obstante, para que se diera ese plan era

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necesario cerrar tres áreas o ejes de negociación fundamentales. En primer lugar,
“Las islas orientales, Gran Canaria, Lanzarote y Fuerteventura estarán bajo
soberanía de Marruecos en el año 2025”. En segundo lugar, “Marruecos renunciará
a cualquier pretensión de Ceuta y Melilla en acuerdo firmado con Francia, España e
Inglaterra y finalmente, Francia y España ayudarán a Marruecos durante la
transición económica, a través de la utilización de asesores y en la reubicación de
los residentes españoles y empresarios hacia la Península y otras partes de la Unión
Europea como fue establecido en el acuerdo de Moncloa en 2008. Además, el
documento contenía una serie de condiciones que muy bien podrían clasificarse
dignas de la dimensión de la ficción.

 No estoy familiarizado con la política local Anisia, pero si ese hombre


misterioso tenía este documento en su bolsillo el día que fue arrollado y las
autoridades todavía han sido incapaces de identificarle, algo de verdad
puede haber en el documento.-Dijo Nick advirtiéndole sutilmente sobre la
gravedad de estar en posesión del pendrive-.
 Nick, comprendo la amenaza que entraña todo esto. (Pausa mientras le
pedía ayuda con la mirada) Sin embargo, tengo la convicción que por
encima de mi integridad física y aunque la veracidad del documento no esté
confirmada debo darlo a conocer. –Dijo Anisia excitada-.
 Te entiendo cariño. Considero que debes entregárselo a la persona que lleva
la investigación. Quizás le puedas dar una pista sobre la identidad del
fallecido.
 ¡Vale! ¡Lo haré! -Dijo mientras se abrazaba a Nick.-

Al día siguiente, Pantaleón recibió una curiosa llamada Nick, quien le habló sobre un
documento que podría ser una pieza primordial en la investigación en curso. Sin
ninguna pista interesante, Pantaleón rápidamente concertó una cita en el Círculo
Mercantil.

Pantaleón muy prudente, no apuntó los datos. Lo que no sabía el Comisario era que
su propio teléfono estaba intervenido. Inmediatamente, Don Dionisio fue
informado. El “viejo Dio”, ordenó a dos miembros de su organización que
estuvieran allí para identificar a aquel hombre misterioso que habló con Pantaleón.

Por la tarde, el Comisario subía una la larga escalera que le dirigía hacia el
restaurante del Círculo Mercantil. Solían tener unos buenos menús a un precio
moderado.

Nick subía a la hora pactada. De momento, no quería involucrar a Anisia. Sabía que
se hubiese visto muy raro que un extranjero tuviese información sobre un
fallecimiento que muy bien podía calificarse de enigma.

 Buenas tardes, Sr. Pantaleón.


 Buenas tardes, Sr. D’arcangelo.
 Como le dije en la conversación telefónica, mi pareja abogada de profesión
se encontró un pendrive cerca de la escena del accidente. (Pausa) Dominada
por los nervios que producen la multitud, optó por guardarlo para entregarlo
posteriormente.
 Como sabrá Sr. D’arcangelo, ella cometió un delito al llevarse una prueba
potencial de lo que puede ser la escena de un crimen.
 Soy muy consciente de eso. Sin embargo, considero que el hecho de haber
decidido entregar el dispositivo de almacenamiento cuando pudo haberse
mantenido en el anonimato, es un atenuante.
 Desde luego, que en estos momentos voy a pasar por alto el derecho y
aceptaré de buen grado, esa información.-Dijo Pantaleón un tanto curioso
por lo que podía contener el pendrive.-

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 Muchas gracias Comisario.-Dijo Nick con cierto alivio.-
 ¿Por qué decidió entregar el disco extraíble? Porque contiene una
información que es vital para el Archipiélago Canario, ya que plantea un
cambio geopolítico para las islas orientales. (Pausa) Creo que las
autoridades locales deben conocer esta situación.

Instantáneamente, Pantaleón comprendió la visita de Gautier el belga y todos los


acontecimientos insólitos que estaban ocurriendo en su Comisaría. También, tenía
claro que habría personas observando esa reunión.

 Muy bien Sr. D’arcangelo. Esto es lo que haremos. Con mucha discreción,
pedirá ir al servicio y dejará el pendrive debajo de la bolsa que está en la
papelera. (Pausa) En cuanto usted salga, iré a buscarlo y usted llamará a un
taxi. (Pausa) En cuanto esté en el vehículo me llamará y me dará el número
de licencia del mismo en caso de que usted tenga algún contratiempo.
(Pausa) Usted hará lo propio conmigo.
 Muy bien Pantaleón. (Pausa) ¿Comemos algo?-Dijo Nick un tanto irónico-
 Prefiero comer una pizza de la Guayarmina.
 Debería decirme en donde está. ¡Nunca digo que no a una pizza!

Nick comprendió la gravedad de la situación y asintió a todas las instrucciones que


le dio Pantaleón. Mientras tanto, los hombres de Don Dionisio vigilaban por si se
producía algún intercambio de documentos o por sí Nick le daba el pendrive.

En tres minutos Pantaleón y Nick llevaron a cabo lo que habían planificado en el


restaurante. Los hombres de Don Dionisio optaron por seguir a Nick ya que
Pantaleón estaba controlado. Le siguieron hasta la calle Juan de Quesada, desde
donde él caminó hacia la Plaza de Santa Ana. Anisia nerviosa, esperaba impaciente
el regreso de su pareja.

Los que le seguían comenzaron a sacarle fotos y cuando se sentó con Anisia, ella
también fue objeto de la pesquisa. Lo sabuesos de Don Dionisio le siguieron toda la
tarde hasta que localizaron el número de su habitación de hotel.

Al día siguiente, durante la madrugada en reunión extraordinaria todos los


miembros de la organización hablaban sobre el tema. Nadie tenía idea de quien era
Nick. Sin embargo, un juez que estaba presente identificó a Anisia, como una joven
abogada de algún futuro. Pidieron un expediente de la joven y concluyeron que al
no tener filiación política conocida, no pertenecer a sindicatos, ni lazos sociales con
las elites no la consideraban como una amenaza potencial. No obstante, aquel
hombre extraño, hablando con Pantaleón debía ser investigado a fondo. Pero para
sorpresa de los presentes. Don Dionisio tomó la palabra.

 Caballeros estoy de acuerdo en que esta joven no representa una amenaza.


Sin embargo, no vamos a subestimar a nadie. (Pausa mientras observaba
como el resto se quedaba atónito) Vamos a interrogarle a ambos y
eliminaremos los cabos sueltos.

Todos los presentes asintieron conscientes de que la medida de Don Dionisio era un
aviso a navegantes sobre su autoridad y de la suerte que correría cualquiera que
pusiese en peligro la operación. El Viejo Dio se ganó el respeto de los más jóvenes
e impetuosos y acrecentó el miedo entre los veteranos que sólo querían dejar atrás
todo esto, para disfrutar de las fortunas que durante años habían acumulado.

Mientras tanto, Pantaleón comprobaba la importancia del documento aunque éste


no tuviese mucho sentido. Pues dividir el archipiélago sería algo inédito en la

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historia de España. Además, iba a contracorriente de las tendencias dominantes en
Europa.

Al medio día Nick y Anisia se dirigían a desayunar. La noche había sido bastante
apasionada. Sin embargo, Nick tenía la sensación de que todavía la situación del
Pendrive no había sido solucionada.

Decidieron almorzar algo ligero en un Centro Comercial. Nick había sugerido eso
porque quería comprar ropa. Además, quería frecuentar lugares públicos por si las
moscas. Hasta que Pantaleón no resolviese el caso, él no estaría tranquilo. Por otro
lado, tenía un as en la manga y era invitar a Anisia a quedarse un mes en Nueva
York. Harían una visita turística. Después de todo, ese es el tiempo aproximado
para disfrutar de la oferta turística que ofrece la ciudad. Finalizando esa reflexión
entraban al aparcamiento del Centro Comercial el Muelle. Bajaron del coche y
cogidos de mano caminaban hacia uno de los accesos. La intuición de Nick le decía
que algo, no andaba bien. ¡No eran majaderías! Después de tantos años en el
mundo de la investigación, un viejo sabueso como él sabía cuando alguien le seguía
los pasos. No es científico. Ni siquiera se puede explicar. Sin embargo, es una
presencia que está en el aire. Es una especie de sentido que desarrollan aquellos
que viven asechando a otros. ¡Aquellos que observan!

Pantaleón Caballero recibía una llamada anónima al móvil:

 Hola, Sr. Pantaleón. –Dijo una voz suave, armónica y educada-.


 ¿Con quién hablo?
 Habla con aquel que puede complicarle la jubilación. (Pausa) Soy el que
mueve los hilos, Sr. Pantaleón-Dijo en un tono casi cordial.-
 ¿Me amenaza? –Preguntó con curiosidad sobre la identidad de quien
llamaba.-
 ¡Dígame usted! Un hombre tozudo, incapaz de advertir cuando la sombra del
poderoso se posa sobre usted.
 ¿Tiene que ver con el caso?
 Usted lo sabe. (Pausa) No permita que su celo profesional le cause la
muerte. Las fuerzas que usted está provocando son expertas en las torturas
de la vida.
 Parece que se ha equivocado. Los cuentos de Halloween no surten efecto en
España.
 Sr. Pantaleón no tome mi advertencia a la ligera. Cuando la semana acabe
deseará no haber nacido.
 ¡Vale pirado! –Dijo para quitarle hierro a la amenaza.-

Don Dioniso colgó molesto, pues su táctica disuasoria no había surtido efecto.
Realizó otra llamada y dio la orden de interrogar y eliminar a Nick y Anisia.
Seguidamente, quitó la batería del móvil, extrajo la tarjeta sim y se lo dio a un
socio que se encargaría de quemarlo. El móvil no se podía rastrear pues habían
sacado la tarjeta con una identificación falsa en el negocio de uno de los miembros.

Además, el DNI era de un fallecido ya que son fáciles de conseguir en Internet.


Pantaleón dio las instrucciones pertinentes para seguirle la pista a la llamada. Pero
en el fondo sabía que no obtendría resultados positivos.

Nick había detectado a dos personas extrañas en Cortefiel. Él sabía como arreglar
estas cosas. Así que aprovechó que Anisia había encontrado a una amiga para ir al
servicio. En cuanto salió del establecimiento los dos hombres le siguieron. Entró en
un largo pasillo que daba a los servicios un tanto solitarios. Ellos caminaban
intentando tener alguna discreción. Al entrar, Nick sacó una camisa que había

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comprado y rompió la percha de plástico en dos. Con la camisa hizo una especie de
empuñadura. Se encerró en el cubículo de la esquina. Los dos hombres entraron.

Uno se quedó en la entrada simulando que se lavaba las manos, mientras el otro
comenzó a mirar en los cubículos. Cuando se acercó al último. Se agachó para ver
si había alguien y Nick abrió súbitamente. El hombre se quedó congelado, mientras
recibía un golpe con la punta de la percha en el cuello. Inmediatamente, comenzó a
sangrar sin poder emitir ningún sonido. Acto seguido Nick se abalanzó sobre el otro
que apenas pudo sacar su arma. Le propinó un duro golpe en el riñón, mientras le
agarraba la cabellera como un “piel roja”. El hombre comenzó a jadear y Nick
pisaba su clavícula con el talón. Una vez inmovilizado. Le interrogó.

 ¡Muy bien! Tengo poco tiempo. Quiero comer y dar un paseo. Te haré una
sola pregunta y si no me gusta tu respuesta, terminarás como tu amigo.
¿Comprendes?
 ¡Sí!
 ¿Quién te envía?
 ¡No lo sé!
 ¡Respuesta equivocada!- Respondió Nick, propinándole un golpe con la
palma de la mano semi cerrada en el oído.

El hombre inmóvil apenas podía moverse, ni siquiera podía escuchar. Tardó muy
poco en reaccionar a la técnica persuasiva de Nick. Una vez obtenida la
información, remató a ambos y salió a buscar a Anisia.

Estaba tranquilo porque ya tenía el nombre y dirección de Don Dionisio. Cuando


llegó al aparcamiento le explicó lo sucedido a Anisia y decidieron llamar a
Pantaleón.

 ¿Pantaleón?
 Sí.
 Le habla Nick. (Pausa) Debemos reunirnos urgentemente.
 ¿En donde?
 En aquel sitio en donde usted prefería comer.

Don Dionisio llamaba nuevamente a sus hombres sin respuesta. Ante esa situación
intuyó que algo andaba mal. Por otro lado, tenía noticias de una reunión entre
Pantaleón y Nick, pero no sabía el lugar de encuentro.

Lo único que le consolaba era saber que sus hombres podían seguir a Pantaleón. No
obstante, debía ser rápido pues si las cosas se torcían, de cazador pasaría a ser
presa. Entonces se vería obligado a huir de sus jefes, de Pantaleón y del hombre
extraño que por algún motivo escapó de sus hombres.

A su edad no estaba para correr o esconderse de nadie. Lucharía hasta el final.


Entonces brotaron espontáneamente lágrimas de soledad. El poder aísla al ser
humano del resto. El poder intoxica, corroe, mata la compasión, la empatía y
finalmente, el alma.

Don Dionisio llamó a su secretaria y amante para que le sacara un billete de ida y
vuelta a Alemania. Le pidió que lo dejara en el despacho. Mientras tanto, llamaba
por teléfono a un amigo y sacaba un billete para Barcelona. De ahí, iría hacia
Francia y luego hacia Florida. Durante treinta años había realizado inversiones a
espaldas de sus socios en ese de estado de Norteamérica. Sus socios judíos habían
invertido muy bien el dinero, borrando las huellas con bastante eficacia. Después
de todo, la experiencia le había enseñado que es fácil dar un golpe. Lo más difícil es

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la retirada. Ahí es en donde fallan todos los criminales sin distinción, tanto los
vulgares como los de cuello blanco.

Mientras tanto, Pantaleón se encontraba con Nick y éste le contaba su pequeña


aventura en el Centro Comercial.

 Bueno, vayamos al grano.


 Bien. (Pausa) Pero quiero la mía con anchoas. -Dijo Nick sonriendo-.
 Hoy me llamaron para amenazarme. Es la primera vez en mi carrera que
alguien me hace eso. Soy Comisario de la Policía y esas personas me han
enviado políticos, pinchado el teléfono y ahora creo que pretenden pasar a la
acción.-Dijo Pantaleón, mientras se comía un pedazo de pan con ajo.-
 Su problema se llama Dionisio Galván.
 ¡Sé quien es! (Respondió Pantaleón levantando la vista con cierta rabia)
 ¿De qué le conoce?
 Es un viejo abogado que desde hace unos veinte años se dedica a realizar
inversiones para las elites. (Pausa) Ahora todo va teniendo sentido. Ese
hombre tiene contactos como para mover las estructuras informales de
cualquier organización en el Archipiélago.
 Esto significa que su problema deberá resolverse a través de métodos no
ortodoxos.
 Lo sé. (Pausa) La información en el Pendrive ahora tiene sentido. Si la
ciudadanía supiese lo que están planificando habría una revuelta popular.
¡Sería el caos! –Dijo Pantaleón.-
 Me encargaré de Dionisio Galván. Usted nos borrará de cualquier
expediente.-Dijo Nick-.
 ¡Bien!

Había pasado una semana y Pantaleón hábilmente filtró la noticia a todos los
medios. ¡Pronto! Los socios de Don Dionisio comenzaron a desaparecer. El primer
accidente fue de coches. Cuatro hombres de negocios murieron en Playa del Inglés.
El segundo, un resbalón en el baño de un amigo de Don Dionisio, otro sufrió un
infarto en un restaurante en el Madroñal y así sucesivamente, el belga y su equipo
borraron las huellas en dos semanas. Pantaleón fue ascendido y Don Dionisio se
refugiaba en algún lugar de Florida. Mientras tanto, en el Parlamento Español se
discutía la existencia de la AGENDA 2025. La noticia estaría en los medios durante
mucho tiempo y los tramoyistas tendrían que aparcar la idea hasta que las voces se
acallaran.

La Agenda 2025, tendría que esperar y la posesión tan deseada por los jeques se
retrasaría por lo menos medio siglo más. Sin embargo, la diferencia entre
Occidente y Oriente es que oriente próximo tiene todo el tiempo del mundo. En sus
planes cincuenta años, cien o mil, no significan nada. ¡Es sólo un instante!

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Agenda 2025 (II)
(Los Custodios)

Michael A. Galascio Sánchez

NOTA DEL AUTOR

Esta es una obra de ficción, una invención y no una historia. Cualquier lector que intente
identificar a personas reales bajo las máscaras y disfraces de los personajes en los relatos,
sin duda se errará. Se extraviará en el campo de la especulación, intentando descubrir
alguna verdad o discernir perfiles bajo la trama de la parábola. En realidad, se trata de
entretenimiento. Como decía el famoso guionista Aaron Spelling: Simplemente, “candy for
the mind”. ¡Caramelos para la mente!

El viejo D. Dionisio se sentaba en el patio de su casa de Broward County en Florida.


Mientras se echaba el zumo de limón, Nick le ponía la mano izquierda sobre el
hombro mientras le apuntaba con la derecha.

Hola, Dionisio. (Dijo Nick, casi susurrándole al oído)

D. Dionisio, consciente de que cualquier día su futuro podía ser precisamente como
ese, reprimió su nerviosismo y dijo: “He vivido mucho y bien. He traicionado a los
poderes, he entregado a mis hermanos y lo más terrible, me he vendido a mí
mismo.”

Nick D’arcangelo: Todavía no le voy a dar ese gusto. (Pausa, mientras le


presionaba detrás de la oreja con la punta de la pistola) Quiero saber, ¿por qué?

D. Dionisio: ¿Qué desea saber? ¡Se lo diré! (pausa) No por miedo, sino por un
acto de liberación. ¡Ya no puedo más!

Nick D’arcangelo: Tengo todo el tiempo del mundo. De hecho, podría decir que
ahora controlo el tiempo.

D. Dionisio: ¡Bien! Le relataré una historia que nadie conoce. (Pausa) ¿Está
preparado emocionalmente para escuchar la verdad?

Nick D’arcangelo: ¡Sorpréndame! Es mejor que sea buena. Ha hecho mucho daño
a muchas personas. No creo que pueda justificar su actuación.

D. Dionisio: (Comenzó su relato):

Han sido miles de años de silencio críptico. Ahora toca dar a conocer los secretos
velados a la Humanidad, pues el giro que ha tomado nuestro planeta, es de no
retorno, y aunque los Mayas o el mismo Michel de Nostradamus revelaran con
visión profética, que el final (Apofis), será en el 2012, sólo refleja que se acerca
un nuevo comienzo. Significa el final del mundo, tal y como lo conocemos.

La “Gran Crisis” de nuestros tiempos, de proporciones bíblicas en todas sus


vertientes, es fundamentalmente un conflicto interior del “Hombre”, que en cierto
modo, está despertando y que sabe que “algo a su alrededor no anda bien”.
Aunque no sepa articularlo, es consciente de que suceden cosas, a las que la
mayoría de los seres humanos están ajenos.

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El “Gran Dilema” del Ser humano es la “Consciencia”. Una gnosis espiritual que se
debate entre las viejas leyes que han regido a la Humanidad desde los comienzos y
una perspectiva, que gana fuerza sobre cómo interpretar la realidad que vivimos.
Nuestro Universo. Nuestro Plano.

Muchos de los conocimientos de la Humanidad se quemaron en la maravillosa


Biblioteca de Alejandría. Se perdieron entre el humo y las cenizas de confusión
que crearon los poderosos. Sin embargo, una compilación de los conocimientos
esenciales fue conservada y confiada a mi Orden, para guardarla y protegerla hasta
que llegase el momento de difundir la verdad. No obstante, nuestros secretos
tienen una historia, aún más lejana en el continuo del infinito espacio-tiempo.

Desde tiempos inmemoriales, ha habido muchos espíritus sublimes que han entrado
en contacto con nuestra Orden (Los Custodios) y le han sido dadas pinceladas del
gran conocimiento. Lo suficiente, como para abrumar a sus semejantes. Lo
suficiente para: ¡Despertarlos!

Dos grandes exponentes, que se alimentaron del aliento prohibido (la palabra
perdida), fueron Pitágoras y Apolonio de Tiana, quienes supieron utilizarlo y
dosificarlo con maestría. La importancia de Pitágoras estriba en que fue el forjador
del alma moderna de la antigua Grecia. El filósofo, transmitió las enseñanzas de
Egipto y de Babilonia a sus contemporáneos, marcando para siempre el lado oculto
del pensamiento de los helenos. Platón y Plotino fueron sus continuadores, pero
el sentido de esoterismo, de poderes ocultos, de política relacionada con la religión
y la moral, de regla de vida, de saber vivir y saber morir, todo eso nos viene de
Pitágoras. El gran genio, recibió instrucción nuestra. Algunos de nuestros miembros
más antiguos y honorables han afirmado que el filósofo griego fue iniciado en todos
los ritos y conocimientos nuestros, como uno más.

Existen otros grandes genios, que han contactado con “la Orden” y que han
formado escuela como Dante, Erasmo, Paracelso y por supuesto, el excelso Da
Vinci. También, existen aquellos que han llegado por vía propia, por intuición y
reflexión continua como Marco Aurelio con sus famosos diálogos. Tampoco nos
podemos olvidar del maravilloso Juanelo Torriani cuyo único error fue divulgar
sus conocimientos a gobernantes malvados, representantes de las elites del poder
terrenal.

Por otro lado, muchos espíritus no son del todo impermeables y con el tiempo, el
germen de la ambición termina por penetrar en ellos, dominarles, haciéndoles
ceder a las ilusiones mundanas que han creado las elites, que actualmente dominan
el globo terráqueo. Eliphas Levi, Blavatsky, Ngo Van Chieu, Aliester Crowley,
Khrisnamurti, Annie Beasant, Allan Kardec, Rudolf Steiner y George
Ivanovich Gurdieff por nombrar a un puñado, fueron víctimas de esta terrible e
insaciable seducción cegadora. Sin embargo, la manera en que han finalizado sus
días estos adeptos, no desmerece lo que al principio intentaron transmitir. Por éste
motivo, una máxima de “La Orden” es “guarda tus buenas obras”. También, han de
tener bien clara la famosa locución latina: “Sic transit Gloria Mundi”.

En los tiempos que corren, una persona que realice un trabajo positivo para la
Humanidad es como una cerilla que se enciende en la oscuridad más absoluta.
Todas las bestias, depredadores de la noche, esos que se alimentan en la confusión
que genera la oscuridad, irán a por él.

“Que tu mano derecha no sepa lo que hace la izquierda”.

Por ésta razón, la Orden, muy disciplinada, ha permanecido prácticamente


invulnerable a las pesquisas de todas las épocas. Las más recientes para aquellos

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de frágil memoria, han sido la Santa Inquisición, la Primera Guerra Mundial,
Segunda Guerra Mundial, la Guerra Fría y las actuales barridas realizadas por las
elites, tanto en Occidente como en Oriente Medio. O, ¿acaso todos estos conflictos
son únicamente por petróleo?

Hay conocimientos que los occidentales desean tener para perpetuarse en el poder.
Una vez obtenidos, se elimina a la fuente. Esta práctica no debe resultarle extraña,
Sr. D’arcangelo. Las élites de la antigüedad acudían a los misterios de la iniciación.
Quien era digno de conocer la verdad sobre la vida y la muerte, pasaba por una
serie de pruebas y salía de ellas fortalecido e iluminado para siempre.

En la actualidad, esto sucede en África donde Credo Mutwa, es el último de una


estirpe a punto de ser borrada de la faz de la tierra.

Menos suerte tuvo uno de nuestros miembros más destacados, Franz Bardon,
quien supo mantener el secreto y quien regresó como lo hiciera Elías, cuando se
manifestó como “Juan el Bautista”, para culminar una misión. Lamentablemente,
tanto Bardon, como el profeta, cayeron.

El primero, en manos de los Servicio Secretos de un país del Este, y el segundo en


manos de los servicios de Herodes, a petición de alguien que nadie imagina.
Ambos, “servicios”, tanto en el pasado lejano como en el presente cercano y más
actual, han hecho el trabajo sucio de las elites que dominan el mundo material en
nombre de los “Dueños de la Tierra” y ahora pretenden controlar el plano espiritual
del Hombre. ¡Atarnos a los cuerpos! Después de todo, para las elites somos algo
similar al ganado y para quienes controlan las elites, somos simples contenedores
de almas. Una gran reserva genética, biológica. ¡Nada más!

Fulcanelli no estuvo en contacto, pero como era muy inteligente supo deducir,
interpretar y su asombrosa paciencia hizo que nos abriéramos indirectamente y le
facilitáramos ciertos conocimientos que camufló muy bien en sus magistrales obras:
“El Misterio de las Catedrales” y “Las Moradas Filosofales”. Por otro lado, otros
autores entre los que destacan Julius Evola, Cecil Jones, René Genón, Herman
Heese, Edouard Schuré y Edward Buwler Lytton realizaron un enorme esfuerzo
que ha servido de umbral para muchos maestros de hoy. La mayoría ocultos,
debajo del espeso manto de anonimato que cubre a los verdaderos iniciados.

Tampoco, debemos olvidar a Caroll Quigley, que aunque era ingenuo y estaba
cerca de los “Iluminados”, publicó un libro revelador llamado “Tragedy and Hope”
(Tragedia y Esperanza), que fue libro de cabecera del ex presidente de EE.UU. Bill
Clinton entre otros líderes estadounidenses, que representan a los “Dueños de la
Tierra”. La perspectiva del Oriente Medio tuvo su influjo a través de Jalil Gibrán,
otro buscador de la vía, pero por medio de la escritura.

Pero no todo ha sido éxitos. La sagrada compilación de Alejandría había sido


seccionada en tres partes. Una en el Tibet, custodiada por los “Iluminados del
Este”, otra en la Alemania de Miester Eckhart y la última en un lugar recóndito,
en donde el último Gran Maestre de una poderosa Orden lo depositó, durante uno
de sus viajes hacia las Indias.

Todavía se puede leer una frase en ese lugar: “Sin las Canarias su mágica empresa
no hubiese sido posible”. Se trata de Cristoferum Colombus. Por éste motivo, las
islas Canarias, tienen su mística y aunque ahora tardíamente descubran la
presencia Fenicia, ya Nemrod había pasado por allí. Lo que sucede es que las elites
se han encargado de borrar sus huellas con bastante éxito. ¡Las huellas nuestras en
el Archipiélago!

15
En la actualidad, tenemos las primeras dos partes. La del Tibet, obtenida mucho
antes de la llegada del Gobierno Comunista Chino, impulsado por las elites y la de
Alemania rescatada durante la Segunda Guerra Mundial, gracias a la colaboración
de disidentes de la Orden de Thule, que sabían muy bien la repercusión, de que el
conocimiento verdadero, cayera en manos de “Las elites”.

Además, ellos se sintieron traicionados por los grandes poderes financieros,


fundamentalmente del “Nuevo Mundo”, que decidieron eliminar al Tercer Reich, al
que según ellos, demonizaron infiltrando elementos conspiradores que le dieron un
giro demoníaco, por describirlo así, en términos mundanos a lo que se pretendía.
Era lo mismo que siglos antes habían intentado con Julio César y Napoleón
Bonaparte.

De ahí, que mantuvieran a Rudolph Hess vivo, pero aislado en Rusia, bajo la
custodia de Josef Stalin, entrenado y manipulado en el “Centro de Estudios de
Tavistock” en Inglaterra para que no contara, lo que ha sido una de las batallas
espirituales más grandes y sangrientas de la Humanidad. Mientras tanto, la gran
masa ha permanecido totalmente ajena.

Sin embargo, nuestra Orden nunca se vio amenazada durante aquella época, pues
diez años antes, prácticamente todos los miembros habían salido de Europa hacia
EE.UU., el Caribe y Latinoamérica. Aunque siempre manteniendo nuestra presencia
en Oriente Medio, pues es de ahí, de donde emana la luz verdadera, como muy
bien lo experimentó Nikola Tesla, un miembro aventajado, que optó, al igual que
Prometeus por compartir el fuego de los “Dioses” con sus hermanos mortales. Aún
a sabiendas de que la raza humana no estaba preparada. Por este motivo, llevar
sus inventos a J.P. Morgan, no fue tan buena idea, ya que no eran rentables para
las elites. En 1943, acabó su aventura. Su caja fuerte fue abierta y sus secretos
cayeron en manos del gobierno de EE.UU., que durante más de setenta años, ha
sacado enorme rentabilidad a sus invenciones que incluyen el famosos HAARP1.

En 1946, regresamos (los Custodios) a Europa con los americanos. “Las elites”
también regresaban para infiltrar a sus miembros en los lugares claves de la
“Nueva Sociedad Global”, que desde hace miles de años, se ha estado gestando en
el viejo continente. Idea que siempre les sedujo y por la que trabajan
afanosamente para seguir recibiendo el favor de sus “Maestros Dueños de la
Tierra”. Tanto es el afán, que tienen miembros bien situados en China y Japón que
trabajan para que estos países se conviertan en las fábricas del mundo.

Entretanto, hemos tenido que luchar en contra de la insaciable curiosidad de los


Jesuitas, sus tentáculos e innumerables sociedades secretas que tienen algún
conocimiento sobre nuestra existencia a través de inspirados, miembros que se
pasean por el astral, agentes dedicados a la “visión remota” y testigos o formas de
pensamiento que están constantemente escudriñando nuestro plano. Sin embargo,
los Custodios, tenemos una manera de comunicarnos que hace muy difícil para un
extraño, sintonizar con nuestros pensamientos. Somos una “comunidad de
pensamiento”. La idea de un miembro es instantáneamente captada por el resto.
Nadie que no esté conectado puede acceder a nuestra red psíquica.

Nuestra historia escrita, comienza en las sociedades Sumeras y Esenias de Egipto.


Aunque hemos estado presentes desde el principio de los tiempos. Debo señalar,
que ha habido varios principios. Sin embargo, para los neófitos diré que desde que
Adán y Eva comieron del “Árbol de la Ciencia del bien y del Mal”. Ciertamente, esta
es una historia, cuyas claves interpretativas, los teólogos no han querido revelar a
la Humanidad, por que significaría, liberarla de la prisión en la que se encuentran.
1
High-frequency Activated Auroral Project. Programa financiado por el Pentágono con la finalidad de influir en los asuntos
diplomáticos internacionales e incluso con la capacidad de alterar el clima dirigiendo sus fuerzas a voluntad.

16
Para comprender lo que le sucede a la Humanidad, debemos analizar el simbolismo
que se esconde detrás del relato del “Edén”. Creo que ha llegado el momento de
explicar su significado esotérico. Se preguntarán, ¿porqué abrir el grifo? ¿Por qué
dejar escapar el conocimiento? Ya decía San Mateo, “no arrojéis perlas a los
cerdos…” Lo curioso es que aunque se revelen las verdades más grandes, la semilla
plantada por “las Elites”, “el fermento sembrado en el Trigo”, no se distingue lo que
es bueno de lo que es malo.

¿El Edén? Bueno, digamos que no se encuentra en ningún lugar específico.


Simplemente, representa el estado en que el Ser humano se encontraba antes de
tener el conocimiento.

Este es un buen punto de partida para “el que busca”.

El pueblo en donde nació “La Orden”, un pequeño Valle en esa época verde y con
vegetación frondosa, se encontraba cerca del Tigris hace unos 4000 AC. Al igual
que los mesopotámicos, nosotros tomábamos registros de todos los sucesos de
importancia en nuestra sociedad. De ahí, que nuestros sacerdotes, todos miembros
de la primera gran hermandad de la tierra (La Hermandad de la Serpiente)
supieran que aquellos que nosotros llamábamos “Dioses”, no eran, sino seres con
un ADN similar que estaban aquí, para explotar los recursos naturales del planeta.
A pesar de su enorme tecnología, la labor requería gran esfuerzo físico por lo que
después de varios experimentos crearon un ser genético que pudiera realizar la
labor. No obstante, esa creación debía ser animada con algo, así que muchos seres
de otras razas se prestaron para ese trabajo.

Convirtiendo el cuerpo humano de entonces, en meros contenedores de almas. Sin


embargo, los “Dioses” no tardaron en mezclarse con su nueva creación. Después de
todo, la belleza de las criaturas rozaba lo divino. ¡Ése fue el origen del Homo
Sapiens! De hecho, “los registros antropológicos revelan que el Homo Sapiens
apareció repentinamente en la Tierra, no gradualmente”. ¿Cómo ha sido posible
éste salto evolutivo? ¿Por qué al mismo tiempo, se extinguió el homo sapiens
neanderthalensis?

Es evidente que la mano de una inteligencia obró en ese suceso. Nosotros lo


sabemos muy bien. ¡Las elites también!

Como muy bien recoge Secharia Sitchin, un curioso que ha llamado la atención de
todas las sociedades secretas, sobre todo del Vaticano. En una tablilla sumeria
dice:

En la arcilla dios (una entidad espiritual) y el hombre,


(cuerpo físico del homo sapiens) estarán atados en una unidad
hecha única: así hasta el final de los días,
la carne y el alma, las cuales en un dios han madurado,
esa alma en un parentesco de sangre estará unida.

Después de éste suceso y con la “Gran Inundación” encima, no la escrita en la


Biblia, sino la reflejada en el poema de Gilgamesh, es cuando nuestra corriente se
aparta de una Hermandad de la Serpiente infiltrada y cada vez más corrupta,
que buscaba esconder los conocimientos, instrumento de liberación nuestro, de los
“dioses creadores”.

¿Cuál era ese conocimiento? ¿Cuál era el secreto? Tendríamos que regresar al
“Árbol del conocimiento del bien y del mal” y “el árbol de la vida”. El primero,
simboliza el conocimiento de la ética y la justicia. El segundo, simboliza el
conocimiento de cómo uno puede recuperar y retener la identidad espiritual y la

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inmortalidad”. De ahí, el temor de los “dioses creadores” de que “los humanos
fueran como los dioses”. ¡Como ellos! Por éste motivo, los Gnósticos hablan de su
temor a la segunda muerte. En otras palabras, después de la muerte física, que es
la primera muerte, perder la consciencia es la segunda. Algo que ellos consideran
irreversible. ¡Y lo es!

En el Génesis 3:22 dice: “Y el señor Dios dijo: mira, el hombre ha llegado a ser
como uno de nosotros, conociendo del bien y del mal; y ahora, ¿qué si pone
después sus manos y toma también del árbol de la vida y come, y vive por
siempre?”

Este gran secreto revelado, significa que lo que muchas grandes religiones dicen,
una comprensión verdadera de la ética, la integridad y la justicia es prerrequisito
para recuperar la libertad espiritual de uno y la inmortalidad. Sin fundamento ético,
la completa recuperación espiritual no es más que una noción fantástica.

No obstante, hace falta algo más que éste conocimiento para escapar hacia la
libertad espiritual. Había un sabio parado a la entrada de un Cementerio después
de haber cerrado sus puertas, mientras una señora que llegaba tarde para
depositar flores a su marido recién fallecido, gritaba “¡dejadme entrar!”, él,
pensaba con la misma intensidad “¡dejadme salir!”. Esa es una de las grandes
verdades de la vida. Lo que para algunos es la puerta de entrada, para otros es la
puerta de salida.

Sin embargo, las tablillas Sumerias esconden mucho más. Se trata de uno de los
conocimientos más liberadores. ¡La Verdad! Pero “las elites”, harán todo lo que
haga falta para que jamás aflore en las consciencias de los humanos. Y tal como
están las cosas, quizás se salgan con la suya.

Nick con algunos conocimientos esotéricos producto de la lectura y su amistad con


amigo experto en estos temas, estaba sobrecogido, por la disertación del viejo. Sin
embargo, D. Dionisio era un hombre culto y podía haber llegado hasta ahí. No
obstante, un señor mayor, bajo presión había hecho un perfecto resumen de parte
de la historia oculta de la humanidad. Tan claro, tan certero que desarmó a Nick de
todas las razones para matarle.

Nick D’arcangelo: ¡Muy elocuente! Ha tenido mucho tiempo para leer durante
este año. (Dijo, Nick buscando una reacción)

D. Dionisio: No es producto único de la lectura Sr. D’arcangelo. He tenido


instrucción. Confiaron en mí y me alejé de la senda. (Pausa, mientras unas tímidas
lágrimas recorrían sus rosadas mejillas) Le diré lo que me narró mi maestro. Me
permitiré algunas licencias para que comprenda la importancia del secreto que
guardo. (Pausa, mientras se secaba las lágrimas con el dorso de la mano)

Nick D’arcangelo: ¡Adelante! (Nick, pensó que tenía tiempo después de todo,
todavía era de día. Asesinarle rápidamente, significaría tener que salir y exponerse
a que algún vecino le viese)

Después de un profundo suspiro D. Dionisio comenzó el relato detallando de una


conversación ocurrida en 1959.

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Isla de Gran Canaria, mi primer diálogo con el Gran Maestre en algún lugar
de Mogán. Agosto 1959

Custodio: Oh sublime maestro, me has destinado a ésta isla y no percibo la


urgencia de estar aquí. (Pausa) Sé que es un lugar importante. Sin embargo, me
has retirado de la primera línea para un descanso inmerecido.

Gran Maestre Custodio: “He soltado al infantil rebaño. Si no lo hiciera me


alborotaría la escuela, y mis lecciones se perderían en la algaraza como semilla que
se arroja al viento.2”

Custodio: ¿Significa que recibiré instrucción?

Gran Maestre Custodio: ¡Siempre estamos recibiendo instrucción! Aunque no


seamos conscientes, nuestra travesía por este plano es de aprendizaje constante.
¡Aún en los sueños!

(El Custodio guardaba silencio mientras prestaba toda su atención al anciano)

Gran Maestre Custodio: Querido hermano: “La nueva religión definirá las
relaciones del hombre con el mundo; obedecerá a las reglas de la luz y de la
fraternidad. El ensayo panteísta del padre Teilhard de Chardin, por imperfecto
que sea, supone una vasta red de inteligencias tejida por encima de la Tierra y
tendente a la unidad, muestra de una forma sumaria y burda qué sentido tomará
esa futura religión universal.

El Viejo Orden Mundial se tambalea. El Capitalismo, el reinado del dinero, está


herido mortalmente. Ningún hombre tendrá ya derecho a comprar medios de
producción, materias primas, poseer Bancos, líneas de navegación, fábricas u
otros…” Por otro lado, el comunismo ateo, instrumento del que se ha valido el
destino para derribar un orden antiguo y preparar la transición necesaria a un
nuevo orden, conocerá un cénit muy rápido y después desaparecerá en el decurso
del siglo actual. Un nuevo orden igualitario, a base de fraternidad, le sucederá.
Igualdad no quiere decir nivelación por abajo. Cada cuál tendrá libre florecimiento
de su cuerpo, de su espíritu y de sus aspiraciones idealistas o religiosas.3”

Custodio: ¡Eso puede ser fatal!

Gran Maestre Custodio: ¡Lo es! Las elites están a punto de conseguirlo y la única
oportunidad de la Humanidad, será despertar la consciencia. ¡Se han acabado los
Maestros! ¡Se han acabado los Gurús! Cada cuál debe buscar su propia luz. ¡Su luz
interior! ¡Brillar con luz propia!

Custodio: Después del 2012, el Padre del Hombre, el Sol y Saturno, su Madre, la
Luna y Venus, ya no determinarán su futuro.

Gran Maestre Custodio: ¡Así es! Hubo una época en que “en el destino de un
“Hombre”, se hallaba latente el destino de Europa entera. Ese fantástico castillo de
fuegos de artificio que fue toda la existencia de Napoleón, se eleva una vez más
para iluminar, por un instante, la inmensidad del cielo con el fulgor de sus cohetes
y luego desplomarse y extinguirse para siempre.4” Ahora, hay que ir hacia el
2
Pérez Galdós, B.: (1918) “El Grande Oriente”. Episodios Nacionales. Madrid. Sucesores de Hernando. Página
14.
3
Hadés: (1978) “¿Qué Ocurrirá mañana?” Traducción de Domingo Pruna. Editorial Plaza & Janés. Barcelona.
Páginas 186-187.
4
Zweig, S.: (1937) “Momentos Estelares de la Humanidad”. Cinco Miniaturas Históricas. Editorial Apolo.
Traducción directa del alemán de Mario Verdaguer. Páginas 23 y 24.

19
interior, pues las elites harán imposible que un individuo que esté fuera de las
“Escuelas de Misterio Antiguas”, pueda acceder al poder y mucho menos,
despertar la consciencia.

Custodio: ¿No es nuestra misión sólo custodiar?

Gran Maestre Custodio: ¡Lo es! Sin embargo, no estamos exentos del libre
albedrío. Nosotros también somos humanos aunque no seamos de este mundo. Los
puños de la Consciencia golpean retumbando como rayos en nuestras cabezas.

Custodio: ¿Qué debo hacer?

Gran Maestre Custodio: ¡Has lo que dicte tu consciencia!

Custodio: Venerable Maestro, ¿qué hará usted?

Gran Maestre Custodio: ¡Lo que dicte mía!

Custodio: ¿Qué dicta?

Gran Maestre Custodio: Abrir la Consciencia de los humanos. ¡No salvarles! Ellos
deben salvarse a sí mismos. Cada cuál es responsable por su vida, pues es una,
aunque con varias manifestaciones de la misma.

Custodio: ¡Ya veo!

Gran Maestre Custodio: ¡Bien! (Dijo sonriendo, mientras observaba la candidez


del joven Custodio, que aunque estaba muy preparado y su lealtad era
incuestionable, debía sintonizar con el resto de la Humanidad)

Aquel primer encuentro me hizo comprender que “la mente, incluyendo los
pensamientos y deseos, es un generador que crea las vibraciones u ondas de
corriente. Los deseos o sentimientos actúan como el operador y envían o descargan
las ondas.

El hombre es a la vez el generador, transmisor y receptor, aunque esto es algo de


lo que rara vez se da cuenta. Él envía, con frecuencia inconscientemente,
descargas: las vibraciones creadas por su actitud mental. Recibe, a su retorno,
estas vibraciones, además de aquellas descargadas por otros con los que se
encuentra en afinidad.” En este sentido, “la grandiosa Ley Protectora” es que
nada puede llegar al hombre que no esté acorde con sus propios pensamientos,
sentimientos o deseos. Si la actitud mental es negativa, pasiva, indiferente o de
desesperanza, su Ser entero se encuentra en estado perfecto para recibir
vibraciones pesadas, perezosas y deprimentes de otros y estará gobernado por
ellas.5”

No obstante, los seres humanos le han dado la espalda a esta verdad y según los
criterios que dominan la Consciencia Humana, “estas frases y advertencias
místicas, no son suficientes para engañarle”. La actual corriente de pensamiento
moderno dice: “Podéis poseer poderes que yo no comprendo ni podría imitar, o
quizá no sois más que un astuto impostor”6.

5
Clymer, R.S.: (1972) “La Ley Divina”. La Senda hacia la Maestría. Editorial Kier S.A. Buenos Aires. Página
58.
6
Bulwer Lytton, E.: (1969) “Zanoni” Novela Ocultista. Ediciones Eisa. Biblioteca Orientalista. Méjico. Página
126.

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El problema siempre ha sido que “cuando nos aventuramos por vez primera más
allá del yo, el ego tiende a apropiarse de la experiencia de lo trascendente, lo que
explica la facilidad con la que nos quedamos entonces atrapados en lo que
llamamos lo absoluto. Esto es, al menos, lo que ha sucedido durante miles de
años.7”

El Ser humano durante algunos instantes, se encuentra ante la terrorífica pregunta:


“¿Van a decirme ahora que todo esto era falso? ¿Este salmo en mi alabanza que tan
devotamente entonaron me ha hecho descender de mi cielo, no para hacer un
paraíso del mundo, sino igualar el paraíso al polvo?”8

En ésta línea, debemos intentar que aflore la cuestión de la “búsqueda de la


verdad”, como algunos dicen. O, “la verdad nos hará libres”. Realmente, “la verdad
sufre su pasión en el mundo. Vive en él una condición dramática. Ella es absoluta
debilidad, ofrecimiento incipiente, asomo de luz, proposición tímida. Sólo llega para
habitar en casa de quién irguiéndose sobre cualquier sicomoro para mejor divisarla,
al identificarla, la invita a comer con él. No se impone ni vence a nadie. Está a
merced de la hospitalidad que se le quiere ofrecer, y aun cuando su pie deja un
perfume que nadie podrá olvidar y su aurora una claridad que se echará de menos
siempre, no violenta nunca para llegar o para permanecer. Por eso, todos los ciegos
la ignoran, todos los violentos la reprimen, todos los sordos la desprecian. Este
comportamiento de los injustos, pecadores, ciegos y sordos convierte a los tiempos
en tiempos de mentira y de perdición. Ello hace que sea necesario especial amor,
para que el conocimiento se abra paso entre tantas dificultades. En tal
oscurecimiento, sólo los ojos del amor divisan la verdad.”9.

Durante esa búsqueda, rápidamente se descubre que “el desarrollo mental a lo


largo de la historia es el que a nuestro parecer, pretenden explicar los mitos,
aunque sea de forma inconsciente. Se parte de una unidad, que no es otra cosa
que la identidad del Yo con el mundo, del Yo con la Naturaleza o del Yo con la
divinidad, que es una forma de hablar, ya que el Yo en ese estadío no existe como
tal. Ese período es considerado por la Humanidad como uno paradisíaco, fuera del
espacio y del tiempo, del placer y del dolor, del dualismo de los contrarios, del que
el hombre, por su propio desarrollo, es obligado a salir para entrar en otro período
más penoso, fuertemente dualista, en el que queda la nostalgia de un antaño en el
que no existían esas divisiones que atormentan al Ser humano, como el bien y el
mal, el paraíso y el infierno, la inocencia y el pecado y otros. De ahí, que en la
mayoría de las religiones se plantee esa vuelta a la unión con el Ser Supremo, es
decir, escapar de ese estado de división perpetua, y hacerse uno con el Uno o la
Totalidad. Esta vía mística que todas las religiones han conocido, pero que ha sido
también perseguida por hacer superfluas las instituciones religiosas de poder, ya
que el hombre se basta a sí mismo para seguir ese camino, sin necesidad de
intermediarios”10.

Ciertamente, hasta ahora no estoy revelando nada nuevo. Aunque para algunos
inmersos bajo la influencia de la religión, es difícil de comprender. Ese ha sido el
poder de las elites. Como ejemplo, recuerdo que “Pompeyo tuvo un Iseo hacia 105
a.C.; los libertos y esclavos de Roma adoptaron rápidamente esta nueva religión.
Las autoridades buscaron en vano detener los cultos crecientes de los dioses
alejandrinos; en cinco ocasiones, en 59, 58, 53, 50 y 40 a.C., el Senado mandó a
derribar los altares y las estatuas de los templo. La difusión de las creencias fue

7
Genpo Merzel, D.: (2008) “Gran Mente, Gran Corazón”. Descubriendo tu propio camino. La Liebre de Marzo
S.L. Barcelona. Página 109
8
Tagore, R.: (1991) “La Casa y el mundo”. Club Internacional del Libro. Grandes Genios de La Literatura.
S.A. de Promoción y Ediciones. Barcelona. Página 126
9
González de Cardenal, O.: (1985) “El Poder y la Conciencia”. Editorial Espasa-Calpe. Madrid. Páginas 310-
311
10
Rubiá, F.J.: ((2007) “El Cerebro nos engaña”. Ediciones Temas de Hoy S.A. Página 25

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más fuerte que las prohibiciones; fue un movimiento religioso popular que, como el
cristianismo más tarde, triunfó sobre la resistencia de los poderes públicos. La
oleada creciente del culto egipcio batió los muros de Roma; Isis y Serapis-Osiris
eran adorados en África, en Bretaña (hoy Inglaterra), desde Asturias hasta la boca
del Danubio; después de la muerte de Tiberio, Calígula (hacia 38) construyó en el
Campo de Marte el gran templo de Isis Campensis; Dominicano hizo uno de los
monumentos más espléndidos de Roma, y, desde entonces Isis y Serapis
disfrutaron sin interrupción del favor imperial, tanto bajo los Flavios como los
Antonios o los Severos. Las procesiones isácas recorrían todavía las calles de
Roma a fines de siglo IV de nuestra era, aunque en 391 el patriarca cristiano
Teófilo entregó a las llamas el Serapeo de Alejandría, quemó la admirable
biblioteca de Alejandría y dio el mismo el primer golpe de hacha a la estatua colosal
del dios, objeto de gran veneración, abatiendo así, dice Rufino, “la cabeza misma
de la idolatría.” Egipto se convirtió en la tierra de los muertos, según la famosa
predicción del gran Hermes.11

No obstante, ya era tarde. Las élites habían penetrado y conquistado algunos


círculos de poder en Roma mucho antes de los romanos destruyeran su núcleo.
Desde ese momento, cada gran imperio que se ha levantado, ha sido porque estas
elites de la primera Hermandad han estado detrás. Según se han ido desplazando,
se han caído y levantado imperios. Ahora, están entre Estados Unidos y Bélgica.

Nick D’arcangelo: ¿No pretenderá que crea que usted era ese Custodio? (Dijo con
cierta admiración)

D. Dionisio: Sí. Era joven y todavía no le había dado la espalda a la sinceridad.

Nick miró el reloj y decidió seguir matando el tiempo con el relato del viejo.

Nick D’arcangelo: ¡Siga adelante! (Dijo expectante)

Conversación entre el Gran Maestre Custodio y yo en Las Palmas de Gran


Canaria. Septiembre 1962

Custodio: ¡Maestro! (pausa) He reflexionado sobre la última instrucción. Creo que


debemos utilizar nuestra influencia para luchar en contra del mal creciente.

Gran Maestre Custodio: Gibrán decía: “No podéis separar al justo del injusto y al
bueno del malvado. Por que están unidos ante la faz del Sol, así como la hebra
negra y la blanca, juntas son tramadas. Y cuando la hebra negra se corta, el
tejedor examinará la tela entera, y también el telar”12.

Custodio: Acaso, ¿no tengo derecho al libre albedrío?

Gran Maestre Custodio: Como siembres, así cosecharás. (Pausa) y aunque


parezca un mandato bíblico, científicamente la acción da origen a la reacción. La
reacción va de acuerdo con la acción.

Custodio: Entonces, ¿cómo conjurar las fuerzas malignas?

11
Riviere, J.: (1976) “Historia de las Doctrinas esotéricas”. Editorial Dédalo. Buenos Aires. Página 39
12
Gibran, K.: (1980) “El Profeta”. Traducción y prólogo de César Ferrater. Ediciones Dilema. Página 64.

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Gran Maestre Custodio: ¡Despertando la Consciencia! Ahí, no hay matices.
Simplemente, sabes lo que está bien o mal. Aunque realmente, no exista diferencia
entre los conceptos. Ya sabes, hay quien puede ser honesto en la carne y estafador
en espíritu. (Pausa) Cuando abras el ojo, podrás distinguir, ver el verdadero rostro
del alma, escucharás los susurros de Universo, ningún secreto será velado para ti.

Señor D’arcangel. A partir de ese año hasta mil novecientos setenta y dos trabajé
para conseguir adeptos dignos y luché para despertar la consciencia. Sin embargo,
cuando me vine a dar cuenta, el grupo estaba infiltrado por miembros de varias
ordenes profanas. (Pausa) Me convertí en rehén de la circunstancias. Poco a poco
fui cerrando el grifo y oculté mis conocimientos, ofreciendo a los hambrientos las
migajas esotéricas que alimentan sus almas. (Dijo D. Dionisio con lágrimas en los
ojos) No puedo dar macha atrás. No tengo contacto con los míos. Me han
abandonado en esta isla a mi suerte. ¡No he cumplido el plan!

Con el tiempo pasé de ser una especie de asesor espiritual para convertirme en un
guru de la Nueva Era, que no sólo aconsejaba sobre tema vitales sino que era un
consejero en temas económicos. Nos convertimos en un grupo de poder.

No obstante, en mil novecientos noventa y nueve decidí enmendarme y concedí una


entrevista secreta a una joven periodista.

Algunos miembros de la organización se dieron cuenta de que alguien estaba


hablando con la prensa y eso fue lo que ocasionó la muerte de pupilo Humberto
Abbadie Rodríguez. (Pausa, mientras miraba hacia lo lejos) Yo le llamaba Fulberto.

¡D’arcangelo! Debe proteger la vida de la joven. Le dejaré suficiente dinero como


para envejecer sin preocupaciones, pero debe prometerme que le salvará.

Nick D’arcangelo: ¿Por qué piensa que cumpliré con mi palabra?

D. Dionisio: Por que sabe que lo que digo es cierto. (Pausa) Y porque si ha viajado
hacia aquí para hacer justicia, con medios económicos podrá ayudar a una
inocente. (Pausa, mientras buscaba con su mirada un signo de aprobación)

Nick D’arcangelo: ¿Cómo se llama?

D. Dionisio: Sofía

Nick D’arcangelo: ¡Que poético! Salvar el conocimiento. (Pausa) ¡Lo haré! Pero si
quiere enmendar sus errores debe ayudarme. Esto no significa que luego ajustemos
las cuentas.

D. Dionisio: ¡Lo haré! Ya no tengo nada más que perder. Soy un ser sin alma.
¡Vacío!

Nick D’arcangelo: ¿Por qué la eligió y cuanto sabe?

D. Dionisio: La elegí porque investigaba las sociedades secretas. Además, puse


micrófonos en su hogar, entrevisté a sus amistades, observé su expediente
académico. (Pausa) ¡Era la persona ideal! Le contaré mi encuentro con ella.

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Capítulo I.- La Entrevista (1999)

Sofía era una joven y ambiciosa periodista interesada en la investigación de las


Sociedades Secretas, me consideraba una especie de gurú. Sin embargo, ignoraba
mi posición y el peligro que entraña el encuentro.

Creo que nuestra primera conversación fue clarificadora y sus prejuicios e


inquietudes se desvanecieron como el humo que nubla la razón. Le relataré la
conversación que tuve son la joven:

Sofía: Me parece una historia muy interesante (dijo albergando ciertas dudas
interiores sobre lo que parecía ser otro chalado que buscaba abrirse camino en la
prensa escrita)

D. Dionisio: Veo que no cree ni una palabra de lo he dicho.

Sofía: Sinceramente creo que usted es muy creativo y que tendrá más suerte
escribiendo novelas. Lo que en realidad me interesa son los conocimientos sobre las
Sociedades Secretas que usted me afirmó tener cuando hablamos en la Catedral.

D. Dionisio: “Occulos habent et non videbunt”.

Sofía: ¡Vale! La ceguera intelectual. Cualquiera avezado en lecturas sobre


ocultismo es capaz de descifrar esto.

D. Dionisio: Que tal si le digo la verdad.

Sofía: ¡Dispare! (Dijo exasperada)

D. Dionisio: ¿Y si todo lo que usted sabe, ha escuchado o le han contado hasta el


momento es mentira? Después de todo “History” (historia), está compuesto por dos
palabras: “His” y “Story”. (Pausa) ¡Sí! “Su historia”, y siempre la escribe el
vencedor.

Sofía: ¿Qué puede decirme usted que me impresione? (Respondió mientras cerraba
el ordenador portátil)

D. Dionisio: ¡La verdadera historia de la creación! El verdadero relato del Génesis.

Sofía: ¡Por Dios! (Pausa) ¡El Poema de Gilgamesh! Me pagan muy poco para
soportar esto.

D. Dionisio: No me queda mucho tiempo y usted es lo más cercano a un escriba,


que tengo. (Pausa) Así que le diré la verdad.

Sofía: ¿Me voy a convertir en Custodia? (Dijo con sorna)

D. Dionisio: Muchos seres humanos no conocerían la verdad si la vieran de frente.


Y cuando la ven, no saben qué hacer con ella. (Pausa) Es molesta. Es una
responsabilidad que muy pocos humanos están dispuestos a asumir. Es un pesado
saco de piedras.

Sofía: ¡Bien! Dígame la verdad. (Contestó muy molesta)

D. Dionisio: Ningún sistema de creencia existente contiene la verdad. (Pausa) La


reencarnación no existe, sino que hay una sola vida y varias manifestaciones de la

24
misma. (Pausa mientras le miraba a los ojos) Desde el alba de la Humanidad, la
misma Elite ha dominado el Planeta.

Sofía: ¡Ahora los Merovingios! ¿Cómo pretende que crea eso?

D. Dionisio: ¡Porque le daré las pruebas! ¿Cree en lo sobrenatural?

Sofía: ¡No! Creo en lo que veo.

D. Dionisio: ¡Como Santo Tomás! Usted estudió periodismo porque su madre


pensó que era imposible para usted. Siempre ha querido superar a su hermano. Y
cuando lo ha logrado, nadie se lo ha reconocido. Perdió la virginidad a los dieciséis
años con un primo segundo. Se fumó su primer porro en un campamento de
verano. En ocasiones, ha pensado que algo en este mundo no va bien, pero luego
le da la espalda a la intuición. Sin embargo, en realidad todas estas cosas son
frivolidades de sus experiencias terrenales. (Dije mientras advertía que había
ganado toda la atención de la joven periodista) Un día usted estuvo a punto de
suicidarse y todavía guarda la nota en una caja de seguridad en el Barclays, para
recordar lo cobarde que fue.

Sofía: ¿Cómo sabe eso?

D. Dionisio: Desde arriba se ve todo. ¿No ha leído esta frase en libros de


ocultismo? No sólo se trata de otra perspectiva, sino que en el mundo astral se ve
todo. Todos los seres humanos lo visitan en sus sueños, aunque por la mañana
muchos no se acuerden. Ahí, se dicen muchas cosas. Se escuchan muchas cosas.
(Pero) Pero claro, usted no cree en eso. Quizás deba dedicarme a escribir novelas.

Sofía: ¡Siga! (Dijo con lágrimas en los ojos)

D. Dionisio: ¡Sofía! Nadie puede morir. Sabrás que la energía ni se crea ni se


destruye, se transforma. No obstante, existen unas leyes universales, que aunque
uno las ignore, le afectan. Por ejemplo, la Ley de la Gravedad. No importa si usted
es buena o mala, religiosa o atea, si se tira de un edificio, morirá. (Pausa) Sin
embargo, somos seres eternos y desconocemos nuestra capacidad, nuestro
propósito, la finalidad de la Creación.

Sofía: ¿Cual es la finalidad?

D. Dionisio: ¡Todavía no! El Ser humano vive en una prisión imaginaria, creada por
las elites que nos han dado las religiones, los sistemas de creencia y la política. Nos
han hecho creer en cielos e infiernos imaginarios que nos condicionan y limitan.
(Pausa) Pero somos mucho más que las ovejas del Pastor. Lo que sucede es que no
conocemos nuestra propia naturaleza.

Sofía: ¿Cuál es nuestra naturaleza?

D. Dionisio: ¡Calma! La verdad es un elixir que debe tomarse poco a poco.

Sofía: ¿Por qué?

D. Dionisio: Por que es difícil de digerir. El conocimiento es un alimento del que se


ha privado al Ser humano desde que se hizo la luz.

Sofía: ¿Cómo se reconoce la verdad?

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D. Dionisio: Se reconoce, no con el intelecto sino con el corazón. (Pausa) Cuando
te agita lo suficiente como para estar dispuesto a morir por ella.

Sofía: ¿A eso se refería con la horizontalidad y verticalidad de la búsqueda?

D. Dionisio: ¡Correcto! Has comenzado a profundizar.

Sofía: ¿Existe Dios?

D. Dionisio: (Mientras miraba hacia arriba como queriendo humillarse en el lugar


más recóndito del Universo) ¡Dios es infinidad! Está en todas partes y sin embargo,
no le vemos. (Pausa) Los más despiertos le sienten. El poeta Rumí decía: “Cuando
muera iré con los ángeles y cuando muera para ellos, iré a un lugar que jamás
podrán imaginar”. No obstante, Dios nos habla en todo momento y en todo lugar.

Sofía: ¿Algún día verás a Dios?

D. Dionisio: Está en mí. Está en todas partes. Pretender otra cosa sería caer en la
duda. (Pausa) Los poderes esclavizantes de este mundo son precisamente el miedo
y la duda.

Sofía: ¿Cómo puedo llegar a tener su convicción?

D. Dionisio: ¡Despertando! ¡Pateando los pensamientos que encadenan!


Rompiendo con todo lo que nos ata y nos impide avanzar.

Sofía: ¿Cómo puedo despertar?

D. Dionisio: ¡Ya lo estás haciendo! Sin embargo, como los recién nacidos, debes ir
abriéndolos poco a poco, no sea que la luz que recibas, se convierta en una
cegadora. (Pausa) Como necesitas información sobre las Sociedades Secretas para
tu reportaje, te daré la información. La otra, será para que la custodies.

Ella se quedó fascinada con mi relato y accedió, mientras interiormente luchaba


entre la responsabilidad que representaba guardar un gran secreto, la fama y
riqueza que podría dejar su divulgación. Después de todo, hacía falta despertar la
consciencia de la Humanidad. Qué mejor que utilizar la maquinaria mediática para
este propósito.

Así que le conté la historia de nuestra Orden. En el año 3000 a de C. ya teníamos


en nuestras manos las “Tablillas de la Sabiduría”.

Con el tiempo nos establecimos en Mesopotamia y otros hermanos se fueron a Ban,


lo que hoy se conoce como China. En Egipto iniciamos a los sacerdotes. Ahí
creamos Sumer, que en realidad era el Sur de Mesopotamia. Si algo puedo afirmar
de los Custodios, es que somos sumerios.

Ejercimos el poder a través de Gilgamesh de Uruk (2750) hasta el reinado de


Eannatum de Lagash (2430) hasta que comprendimos que era mejor pasar
desapercibidos. Sin embargo, nuestro secreto no podía quedarse ahí, y como el
mismo Universo, decidimos expandirnos. Así que, nos infiltramos dentro de las
estructuras de poder de la época. Subsistimos en sigilo hasta que la dinastía de Ur
extendió el nuevo dominio de los sumerios hasta las mismas puertas del imperio
Acadio.

Luego, fundamos Babilonia y Asiria. Aunque los asirios estaban dominados por la
“Hermandad de la Serpiente”. Por eso, refinamos el modo de gobernar creando

26
una administración, comercio y jurisprudencia que nos daría la solidez que
destruiría el imperio Acadio y sumerio materno, hasta acabar incluso con su idioma.
Sin embargo, hacia falta un elemento unificador y convertimos a Marduk en el dios
del Imperio, creando un ejercito de fieles. ¡Eran tiempos difíciles!

Mientras tanto, el avance del Imperio era lento y enviamos hermanos para
infiltrarse en otros lugares. Cuando llegó la destrucción de Babilonia entre 671-672,
ya estábamos iniciando a los persas. Por este motivo, cuando Nabucodonosor II
y Ciro II el Grande se enfrentaron, nosotros nos sentábamos a los ambos lados
de la mesa. Así, dominamos la zona hasta que llegó, “el que espera”, Alejandro
Magno, nuestra llave hacia Occidente y nuestra primera esperanza para crear un
mundo mejor. ¡Lo iniciamos! No obstante, la “Hermandad de la Serpiente”,
tampoco había perdido el tiempo y ejecutaron a varios “Maestres” de nuestra
orden.

Ellos estaban bien preparados y conocían nuestras artes y arquitectura. La HS inició


a Zoroastro en Irán. Mientras tanto, iniciábamos a Solón para reformar las leyes y
conductas sociales de Grecia. A la Asamblea popular, le llamamos Ekklesia. En
Esparta teníamos a Quilón, a quien le dimos la frase que le haría pasar a la
historia: “Conócete a ti mismo”. La Hermandad de la Serpiente intentó robar la idea
con “Tales de Mileto”. Sin embargo, es desde Babilonia desde donde nos abrimos
a la India, Asia Menor, Siria y Persia. Por otro lado, la HS convirtió a Babilonia en
centro financiero utilizando los templos como bancos y los sacerdotes como
banqueros. Su poder les llevó a transformar nuestra “Torre de Marduk” en su
“Torre de Babel”. Esos sacerdotes oscuros habían comenzado a expandirse con una
rapidez vertiginosa.

En 550 obligaron al rey Nabonida a abdicar a favor de su hijo Baltasar e


impusieron la estructura de poder sacerdotal sobre la monarquía. Aprovecharon
para usurpar nuestra autoridad sobre los asuntos de Marduk. También controlaban
a los seguidores de Sin. Eso nos obligó a pasar a un segundo plano
verdaderamente hermético, no sin antes eliminar a Baltasar.

Por otro lado, nuestros miembros de Grecia tenían éxito. Nuestros esfuerzos habían
dado su fruto. Nuestra visión se había cristalizado. Pisístrato regresaba al poder
en Atenas. La semilla plantada en Solón había germinado para neutralizar la
influencia, siempre creciente de la HS. Apostamos por la masa. Además,
procuramos que Pisístrato respetara la “Constitución de Solón”. Ahora, al haber
perdido nuestra influencia sobre Marduk, decidimos favorecer las creencias en
Zeus, ¡un dios poderoso! Por primera vez, compartimos conocimientos creando una
gran biblioteca.

La única manera de esparcir enseñanzas a través de alegorías y metáforas, era


educando a la masa. El arte y la poesía, serían nuestro vehículo para transmitir la
información. No obstante, esa herramienta también era utilizada por la HS. El único
no iniciado que conocía la conspiración, era Aristóteles.

En esa época, en el sur de Italia iniciamos a Pitágoras. Brillaba por luz propia. La
aritmética, la geometría, astronomía y física no eran un secreto para él.

Mientras tanto, al morir Pisistráto, la HS, urdió un plan para eliminar a su hijo
Hipias. El rey Cleómenes I e Iságoras aplastaron a Clístenes, un miembro de
nuestra orden y así la “democracia”. Aunque esto fue temporalmente (507). Se
garantizaron los derechos de los ciudadanos, situación que tenía como propósito
dificultar los intentos de la HS por dominar Occidente.

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En 505 realizamos un contacto con los sacerdotes Etruscos, quienes ya habían
pactado con la “HS”. Sin embargo, logramos infiltrar doce miembros en el Senado
y dos Pretores en la estructura de poder de Roma. La “HS” controlaba a un Cónsul
y la Magistratura.

Al sur de Italia, nuestros esfuerzos fueron frustrados al ser perseguida la “Logia de


Pitágoras”. Por otro lado, en Atenas persuadimos a Clístenes para poner en
marcha el “ostracismo”, como mecanismo para frenar el avance de la influencia
política de la “HS” y así proteger la joven democracia, que en nada se parecía a la
actual.

En 482 y con nuestra Babilonia destruida nos centramos en defender a Grecia de


las agresiones que preparaba Persia. Nuestros miembros, todavía allí, nos habían
avisado. Para éste propósito iniciamos a Temístoles.

En 478 nuestros iniciados de la India y Asia nos informaban que Siddharta y


Confucio habían fallecido. Aunque ya lo sabíamos, porque no hay que ir
físicamente a un lugar para saber lo que sucede ahí. ¡Desde arriba se ve todo! Y
cuando le ocurre una desgracia a un miembro, toda la Comunidad es sacudida.

Confucio cumplió con su misión. Sin embargo, Siddartha era un auténtico enviado
del Creador. ¡Un iluminado! Mientras tanto, en Grecia seguíamos resistiendo a los
persas. Con la ayuda de Arístides “el Justo”, nos dispusimos a defender a Atenas
hasta preparar nuestro traslado a Roma, el objetivo final de la “Hermandad de la
Serpiente”. La Guerra fue muy costosa en pérdidas humanas y financiando a Atenas
que encabezaba la liga de Delos. Nuestros esfuerzos no tenían precedentes.
Estábamos infiltrados en todos los ámbitos de la estructura de poder al igual que
HS, aunque nuestros espías eran capaces de detectar a los miembros de la oscura
Hermandad, que eran interrogados e inmediatamente eliminados. Finalmente,
Cimón nos llevó a la victoria final, derrotando a los persas por tierra y mar.

A partir de ese momento, enriquecimos a Grecia hasta convertirla en un reflejo de


nuestra Alejandría. Revivimos el apogeo político, intelectual y artístico que nuestro
último iniciado en Grecia, Perícles lideró durante veinte años. Sin embargo, la HS
influenciaba a Esparta y nosotros nos aseguramos el control absoluto de Atenas
aprovechándonos de las líneas comerciales cómo métodos para expandirnos y
seguir nuestros trabajos en otros países.

Mientras tanto, la Hermandad de la Serpiente, luchaba en contra de nosotros por


hacerse con la recién nacida Roma.

La HS utilizó sus conocimientos para propagar la peste en Grecia y acabar con


nuestro último iniciado en Grecia. ¡Perícles! Como retaliación, optamos por llevar la
guerra hasta nuestros enemigos, empujándoles hasta la misma Tracia. Ahí,
descubrimos a Sócrates. Como soldado fue especial y como filósofo, no hay nada
más que alegar. Finalmente, los Annunakis enfrentan a Atenas en contra de
Esparta, sabiendo que sin Perícles, no teníamos posibilidades. Por otro lado, Cleón
que lideraba a Atenas abandonó todos los principios estratégicos, que culminaron
en nuestra derrota.

Aunque posteriormente, seguiríamos influyendo en Grecia, sobre todo en el área


filosófica, confiando en que la semilla plantada germinaría. Estábamos convencidos
de haber perdido nuestra presencia política. La Hermandad de la Serpiente,
siempre con ayuda “sobrehumana”, logró organizar oligarquías lo suficientemente
fuertes como para romper las democracias. Los largos períodos en el poder y los
cargos más importantes dominados por ellos, no sólo afianzaron a las familias

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aristocráticas en el poder, también sirvió para su plan para proteger ciertas líneas
de sangre importantes para ellos.

Aquel valiente soldado que habíamos descubierto, Sócrates creó códigos morales
de tal fuerza, que hoy día todavía están presentes en algunas instituciones.

La Hermandad de la Serpiente inició a Protágoras como gran manipulador de


masas.

D. Dionisio: Estoy cansado Sofía.

Sofía: ¡Descanse! Lo he grabado todo.

D. Dionisio: Debe guardarlo y no comentárselo a nadie pues la Hermandad de la


Serpiente, los siervos de los “Annunakis”, están cerca. (Pausa) Debo iniciarle para
que pueda defenderse. (Pausa, mientras le miraba) Sin embargo, lo haré de un
modo que puedas comprenderlo. Te evitaré el ritual, el psicodrama de las
iniciaciones.

Conversación entre D. Dionisio y Nick D’arcangelo

D. Dioniso: Ve, Sr. D’arcangelo. (Pausa) Por ese motivo, creo que asesinaron a
Fulberto. Pensaron que quizás era él, era quien contactaba con la periodista. En
varias ocasiones utilicé su coche.

D’arcangelo: Entonces intuía que sus compañeros podían espiarle. (Pausa) ¿Había
previsto la reacción?

D. Dionisio: ¡Por supuesto que no! (Respondió indignado) No quería llamar la


atención. (Pausa) Jamás, pensé que alguien estaría espiándome.

D’arcangelo: Pero eso fue en 1.999. A su amigo su pupilo lo asesinaron el año


pasado.

D. Dionisio: Lo sé. (Pausa) Sin embargo, un borrador de un libro de la joven llegó


a un editorial alemán con sucursal en Valencia.

D’arcangelo: ¿Cómo conoció esa información? (preguntó embargado por la


curiosidad)

D. Dionisio: como sabrá para mí el dinero nunca ha sido un problema. Contraté a


una Agencia de Detectives de la península para seguir todos sus pasos. Logré
infiltrar a detective hasta tal punto, que sale con ella. No obstante, ella no le ha
divulgado nada. (Pausa) Tampoco el detective sabe mis verdaderas intenciones. Su
trabajo es informar sobre los contactos de la joven y protegerle.

D’arcangelo: ¡Usted es un manipulador! (Dijo indignado) Ha hecho daño a todos lo


que le rodean. ¿Por qué he de creer lo que dice?

D. Dionisio: Por que no tengo nada que perder. (Pausa) Sabe, a veces pienso que
mi maestro me engañó trayéndome aquí. Pues, me he convertido en el chivo
expiatorio y usted será mi ejecutor. (Pausa) Tal vez, lo único positivo de todo esto
es que rodeado de tanto mal, es más fácil reconocer el bien. (Pausa, mientras
tomaba un sorbo de agua) D’arcangelo, tuve otra entrevista con ella y ésta fue la
más crítica. Cualquiera hubiese podido interpretar los relatos como mero producto
de la imaginación. He incluso reírse de ella. Sin embargo, aquellos que tienen el

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poder se quedaría estupefactos si escuchasen de la boca de una profana las cosas
que le revelé en la última entrevista:

Segunda Entrevista

(Los dueños de la Tierra 2003)

Sofía había tratado de contactar conmigo en varias ocasiones. Sin embargo, le


había sido imposible. Intenté hacerle creer que me había tragado la tierra.

Un día, ella salía de su apartamento hacia un pequeño bar de Vegueta en donde


solía desayunar. Al sentarse, advirtió mi presencia justo frente de ella.

Sofía: ¡Por Dios! Le he estado buscando sin éxito.

D. Dioniso: Lo sé. (Pausa mientras le miraba y sonreía con cierta empatía) Puede
ser peligroso para usted. (Pausa) Sofía, todavía está a tiempo de retirarse y
redactar una historia interesante, que muy pronto olvidarán los lectores. Y que tal
vez, algunos bien despiertos sean capaces de captar su esencia.

Sofía: ¿Estoy en peligro?

D. Dionisio: Le vigilan de cerca.

Sofía: ¿Quiénes?

D. Dionisio: La Hermandad de la Serpiente.

Sofía: ¡Correré el riesgo!

D. Dionisio: Pues, ¡que así sea! (Pausa)

D. Dionisio: ¡Enciende la grabadora y escucha! (Pausa) Nosotros no somos los


dueños de la Tierra, simplemente habitamos en ella. Mucho antes de nosotros había
una raza que los antiguos llamaban Annunakis. Ellos eran nuestros Dioses, nuestros
creadores, nuestros padres genéticos. Ellos son los verdaderos custodios de la
Tierra. Y su arma más poderosa durante los últimos cuatro mil años, ha sido
camuflar su existencia. ¡Desinformar!

Sofía reflejaba una cara de asombro ante lo que decía. Me percaté del terrible virus
de la duda que aparece en los momentos más trascendentales. Como si alguien o
algo dentro de nosotros susurrara incredulidad. Le dije:

D. Dionisio: Querida Sofía (Pausa) Te citaré una poesía de un alquimista alemán.


Se llamaba Lambsprink:

“Los filósofos dicen que en el origen,


Hay en nuestro mar dos peces
Enteramente despojados de carne y hueso.
Hay que cocerlo en el agua que les es propia.
De ellos se hará entonces un mar intenso
Que ningún hombre podrá describir,
Ésta es la sentencia de los Filósofos:

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Los dos peces parecen no ser más que uno, es verdad,
Pero no obstante son dos y sin embargo una sola cosa,
Cuerpo, Espíritu y Alma.
Ahora os digo positivamente,
Coced estos tres juntos,
A fin de que el mar sea muy grande.
Más tarde esto se os pondrá de manifiesto,
Cuando hayáis obtenido un gran crecimiento.
Así coced bien el azufre con el azufre
Y sed avaros de palabras sobre este punto
Cállate, y reserva estas cosas para tu gran satisfacción,
De este modo te verás liberado de toda pobreza.
Contén tu lengua lo bastante
Para que tu trabajo no sea claro a nadie.13

Lo que deseo decirte es que los grandes secretos de este mundo son guardados con
mucho celo. Hay que ser prudente para poder sobrevivir en un mundo dominado
por fuerzas muy poderosas. Capaces de escrudiñar en los más profundo de
nuestras intimidades. Basta con que descubras algo, para que te ocurra un
accidente. Así lo hacen las elites hoy día. Por eso, “esconde tus buenas obras”.

Se dice que “2000 años antes de Cristo en China se fabricaban pequeñas y


maravillosas obras maestras mecánicas: dragones que agitan las alas y escupen
fuego, fieras que andan, ruiseñores que cantan y vuelan. (Pausa, mientras
observaba) Sin embargo, en Europa, el filósofo griego Arquitas construyó, en el
400 a.C., un águila y una paloma de madera, capaces de volar, y un caracol
movible que, al decir de los cronistas, a duras penas podía distinguirse de los
verdaderos. Los primeros robots hechos a semejanza del hombre aparecen en el
Medievo. Sigue siendo celebérrimo el construido por Albert von Bollstädt, el
monje dominico más conocido con el nombre de Alberto Magno. El autómata
fabricado por el famoso filósofo y estudioso abría las puertas a los visitantes, se
inclinaba ante ellos y pronunciaba algunas palabras de saludo. Santo Tomás de
Aquino quedó hasta tal punto impresionado por ello, que se arrojó contra él y le
destrozó la cabeza, definiéndolo como un ser diabólico. Más tarde, en 1509,
Leonardo da Vinci fabricó para Luis XII un león que atravesaba la sala del trono,
se sentaba ante el soberano y se abría el pecho con una de las patas anteriores,
mostrando un escudo con las armas de Francia”.14

Sofía me miró absorta durante mi mágico relato. Hice una pausa mientras sonreía
con cierto aire de complicidad.

D. Dionisio: ¡Sofía! Tomás de Aquino, no destruyó la invención por ignorancia o


superstición. Simplemente, le llamó la atención al monje-inventor por su
indiscreción. Había mostrado un conocimiento prohibido para la época.

Sin embargo, hay ideas, inspiraciones, intuiciones e iluminaciones tan elevadas y


nuevas que ni siquiera un genio intenta traducirlas adecuadamente a nuestro
lenguaje y las escasas veces que un gran hombre ha intentado esta traducción
nadie ha sabido comprenderle. Hay, finalmente, verdades tan amargas tan crueles,
tan espantosas, en torno a las cosas del mundo y de la vida humana, que aquéllos,
desgraciados, que las tienen clarísimas en su mente, no hablan de ellas a ningún
ser vivo por un sentimiento de humana compasión y de cristiana misericordia. Su

13
Lambsprink.: (1677) “Pequeño tratado sobre la Piedra Filosofal” Traducido de la Edición de 1677 del
Museum Hermeticum. Prólogo.
14
Kolosimo, P.: (1976) “Hermanos del Infinito”. Plaza & Janes, S.A. Editores. Primera Edición. Páginas
230-231.

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silencio, como el del niño espartano que escondía bajo su túnica la zorra
enfurecida, está formado de gemidos reprimidos y de suplicios escondidos. 15

La observancia de esa norma dictada por la tradición es la puerta hacia el mundo


interior. Primero la actitud, luego el ojo y finalmente, el oído se vuelven hacia
dentro. Tanto el espacio interior como el exterior contienen universos y planos
infinitos. Sin embargo, las élites dominan el exterior con las distracciones
modernas. Por lo que, abrir la consciencia del espacio interior nos abre el ojo para
observar desde el cosmos individual, el cosmos Universal-infinito. Nos permite
acceder al mismo centro de la Creación.

Los escondidos y todopoderosos, jamás podrán pagar suficiente la destrucción a


gran escala de aquellas cosas que nos puedan dar una pista sobre lo que viene
sucediendo desde la misma creación.

(Hice una pequeña pausa mientras observaba a Sofía. En fracciones de segundos


valoraba si su escogida sería capaz de digerir lo que iba a revelarle).

D. Dionisio: Sofía, no es un secreto que los jesuitas e iluminados tienen un punto


de encuentro. Estos quizás son los descendientes de la Hermandad de la Serpiente
más poderosos sobre la faz de la Tierra. En los 1800’s el catolicismo se vió
influenciado por los sistemas de Zinnendorf, Johann Augus Starck y la
francmasonería willermoziana. Jesuitas e iluminados habían hecho un pacto.16 En
este sentido, Roma tiene un magnetismo especial que atrae con fuerza irresistible a
los están fascinados con el ritual complejo, del carácter iniciático propio de las
jerarquías sacerdotales; pero por encima de todo ello lo que buscan es el
esoterismo y desean transformar el catolicismo en su intimidad para hacer de él
una iglesia invisible, empresa condenada al fracaso, a menos de tener esperanza,
como Joseph de Maestre tuvo, de que Roma se sitúe a la cabeza del poder, tanto
material como espiritual, y todo caso universal. ¡Ese ha sido y es su fin!

Sofía estaba totalmente maravillada. Aunque toda su vida había sido una especie
de escéptica, mis las palabras se habían convertido en el documento más revelador
con el que se había topado. Sin embargo, también sabía que ese conocimiento. Esa
gnosis, velada al profano tenía un precio. Ya nada volvería a ser igual.

Sofía: Custodio, ¿Existió Jesús de Nazaret?

D. Dionisio: ¡Por supuesto! (Pausa) Hay una historia que te voy a contar. Nosotros
descubrimos un antiguo libro en sánscrito del año 115 de nuestra era (Bhavishya
Mahapurana) que recoge un encuentro entre Jesús y el rajá Shalewahin. “El rajá le
preguntó por su nombre. Jesús replicó que le conocían como hijo de Dios, y como
nacido de una virgen. El rajá se sorprendió, pero Jesús le explicó que le había dicho
la verdad y que su misión era purificar la religión. Preguntado nuevamente, Jesús le
informó que había proclamado su ministerio en un país más allá del Indo, y que el
pueblo le hizo padecer sufrimiento. Que había predicado el amor, la verdad y la
pureza del corazón y que por esto era conocido como el Mesías”.17

“Soy conocido como el hijo de Dios y nacido de una virgen” Como el rey se
asombrara por esta respuesta, el santo le dijo:

15
Papini, G.: (1956) “Espía del Mundo”. Escelicer, S.A. Madrid. Página 147.
16
Faiver, A.: (1976) “El Esoterismo en el siglo XVIII”. La Tabla Esmeralda. Esoterismo. EDAF. Ediciones y
distribuciones, S.A. Madrid. Página, 40.
17
Faber-Kaiser, A.: (1976) “Jesús vivió y murió en Cachemira”. A.T.E. Barcelona. Páginas 149-151.

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“Soy el predicador de la religión de los meleacos y seguidor de principios
verdaderos”.

El rey le preguntó acerca de su religión y él le contestó: “Oh rey, vengo de un país


lejano, en el que ya no existe la verdad y en el que el mal no conoce límites.
Aparecí allí en el país de los meleacos como Mesías. Por mí tuvieron que padecer
los pecadores y delincuentes y yo también sufrí a manos de ellos.”

Él rogó que le explicara mejor las enseñanzas de su religión y el santo le dijo:


“Enseña el amor, la verdad y la pureza del corazón. Enseña a los hombres a servir
a Dios, que está en el centro del Sol y de los elementos. Y Dios y los elementos
existirán siempre.”

El rey regresó después de haber dado su obediencia al santo.

Como vez, el personaje de Jesús existió. Lo que sucede es que a los sistemas de
creencia establecidos no les conviene revelar esto. No obstante, esto no significa
que las proezas realizadas por el profeta no hayan sido ciertas. De hecho, los
Custodios, también estuvimos allí. Sin embargo, le perdimos la pista después de la
crucifixión. Nuestra fuentes de la época escribieron que sus seguidores
encabezados por María Magdalena se habían encargado de desaparece el
cadáver. Luego, surgieron todo tipo de historias hasta que la verdad y la mentira se
fundieron para cegar a la Humanidad.

Mucho es el peso de la historia. Mucho es el peso de la verdad. La realidad


atormenta y enloquece aquellos que no saben administrarla, pues la verdad al igual
que la justicia debe ser manejadas por una mano pura de espíritu y corazón.

No hay ningún secreto en los infinitos universos que pueda pasar desapercibido
para la verdad. Pues ella, siempre le encontrará y buscará la manera de revelarlo
aunque en el proceso pasen millones de eones. Pues Dios y los elementos no
conocen tal cosa como el tiempo. Esa es una creación mundana de control. Es un
constructo limitante que nos encierra en la cámara de aislamiento que desean la
Hermandad de la Serpiente y sus tenantes.

Sin embargo, nunca esta idea prevalecerá aunque el mundo mismo sea Tierra de
Mal. Pues como afirmaban los Cátaros ningún Dios infinitamente bondadoso, pudo
haber creado semejante mundo de ilusión. Simplemente, es un lugar de paso, en
donde seres espirituales como nosotros, hemos de experimentar experiencias
terrenales. Nuestro poder está muy por encima de éste limitado constructo atado a
los cinco sentidos. Aferrado a la materia que consume las almas y los espíritus
abrumados por un caos que no pueden descifrar.

Pero ese constructo vibracional tendrá su fin y aquellos encadenados a él,


desaparecerán de la faz de la Tierra que siempre han querido dominar.

Eran las siete de la noche y Nick D’arcangelo estaba abrumado por ese relato. Lo
que comenzó como un viaje de justicia o simple venganza, se convirtió en un
momento de reflexión, de dudas sobre lo que había estado viviendo. ¿Y si todo lo
que me han dicho hasta el momento es mentira? ¿Y si existe otra realidad que no
queremos ver? ¿Y sí lo único que nos queda es un libre albedrío castrado,
manipulado, estéril? Una ilusión de que somos libres y sin embargo, todos nuestros
pasos desde el primer día de la creación han sido guiados. ¿Y si somos prisioneros
por nuestra propia voluntad?

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