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Y SUS ATRACTIVOS ARQUEOLÓGICOS

A LA LUZ DE LA CIENCIA

AMADEO VALER FARFÁN


Y SUS ATRACTIVOS ARQUEOLÓGICOS
A LA LUZ DE LA CIENCIA

AMADEO VALER FARFÁN


Serie: Qosqo arqueológico, 1

El Qosqo Inka
Y sus atractivos arqueológicos a la luz de la ciencia

© Amadeo Valer Farfán


Calle Marquéz N° 215, Cusco
inkari2000cc@gmail.com

© Inkari Editores
de Rony Bernaola Rivas

Cuidado de edición: Rony Bernaola Rivas


Portada: Juan Aladro
Diseño de interiores: Rubén Aslla Cumpa
Corrección: Niel Palomino Gonzales
Fotografía de solapa: Rony Bernaola Rivas
Montaje e ilustraciones: Waldir Chirinos

Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú


Nº: 2019-09523
ISBN: 978-612-00-4548-0

Primera edición: Cusco, agosto de 2019


Impreso en Perú / Printed in Perú
Tiraje: 1000 ejemplares

Se termino de imprimir en agosto de 2019 en:


Impresiones Fabrizzio de Florentino Ttito
Tres Cruces de Oro 513 (interior).
Centro histórico de Cusco, Cusco.

Prohibida la reproducción total o parcial del contenido del presente texto,


sin previo permiso del autor.
p. 7 Gratitud Contenido
p. 11 Advertencia

p. 13 Prólogo

p. 17 Introducción

p. 19 Capítulo I P’isaq metrópoli inka p. 149

p. 19 La magnánima ciudad inka del Qosqo Grupos arquitectónicos o sectores del parque
arqueológico inka de P’isaq p. 155
p. 30 Capítulo II
Ollantaytambo o Qollaytambo p. 172
p. 30 Monumentos arquitectónicos que nos
recuerdan la grandiosidad del Qosqo Chinchero la llaqta del arcoíris p. 213

p. 31 Qorikancha, la gran casa o aposento al Sectores que comprende el parque


Sol y otras deidades arqueológico de Chinchero (PACH) y su
desarrollo histórico p. 217
p. 35 Cronistas que tratan el Qorikancha
La plaza principal p. 220
p. 36 Exploradores y primeras descripciones
modernas Las salineras de Maras p. 232

p. 43 Evidencias materiales halladas en el Moray ¿Centro experimental agrícola,


Qorikancha productos de las excavaciones laboratorio o invernadero? p. 247
arqueológicas
Tipón, una maravilla de la ingeniería
p. 49 Descripción e interpretación de los hidráulica p. 261
recintos del Qorikancha
Machupicchu una maravilla del mundo
p. 85 Saqsaywaman, la otra “Casa real del Sol” moderno p. 286

p. 87 Cronistas que tratan Saqsaywaman Aspectos geológicos de Machupicchu p. 289

p. 93 Exploradores y primeras descripciones Descripción e interpretación de los sectores


modernas de Machupicchu p. 296

p. 94 El cuatricentenario de la fundación Las tumbas de Machupicchu p. 320


española del Qosqo, da inicio a
excavaciones arqueológicas Historia documental de Machupicchu y sus
posibles nombres a través del tiempo p. 326
p. 124 Patallaqta, hoy denominado Q’enqo
Una tentativa propuesta acerca del abandono
p. 137 Pukapukara ¿Fue Tambomachay? de Machupicchu p. 338

p. 141 Tambomachay ¿Fue en realidad Notas del autor p. 345


Quinuapuquio?
Bibliografía p. 347
Gratitud

Recuerdo que por el año 2006, cuando cursaba estudios de Arqueología,


en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de San
Antonio Abad del Cusco, en el conocido “Patio de los Lagartos” (que ya
no existe, por la construcción de la nueva infraestructura), en una conversa
propia de un grupo de amigos jovencitos y con ímpetus de gloria, nos
preguntamos el por qué la gran mayoría de publicaciones acerca de
los inkas y el mundo andino, habían sido escritas por extranjeros. En
esas circunstancias, en algunos de nosotros nació la idea de empezar a
cambiar esta realidad aún vigente, y decidimos que ya era momento de
empezar a realizar publicaciones serias y amplias por parte de científicos
sociales locales. De momento creíamos que podríamos escribir un texto
respetable, en poco tiempo, pero al comenzar nos encontramos con otra
realidad, y nos dimos cuenta que no estábamos preparados para escribir
aún a un nivel aceptable. En estas circunstancias, fue muy beneficioso,
académicamente hablando, conocer en persona al Dr. Luis Barreda Murillo.
Él cambió radicalmente para bien, el concepto que teníamos acerca de
los inkas y el mundo andino en general. Aunque ya no dictaba clases en
nuestra primera casa de estudios (UNSAAC), sí se las ingeniaba para dar
cátedra en privado en su vivienda o inclusive virtualmente en el ya fenecido
“Messenger”, de los cuales fuimos asiduos concurrentes. Al Dr. Barreda,
entonces, mi primera sincera gratitud y reconocimiento.

Mi agradecimiento es también para mis docentes de Ciencias Sociales,


en las personas de los antropólogos Dr. Jorge A. Flores Ochoa, Dr. Jorge
Escobar Medrano, Washington Rosas, Avelino Paucar y Saúl Cayo. Y por
supuesto a los arqueólogos José Luis Tovar Cayo, Alfredo Mormontoy
Atayupanqui, Alfredo Candia Gómez, Ernesto García Calderón, Patricia
Arroyo Abarca, Edith Mercado Rodríguez y Carmen Rosa Farfán. También
a los historiadores Donato Amado Gonzales, Francisco Medina Martínez,
Darío Mormontoy Cañari y Fideluz Coraza Morvelí.
En esta publicación expreso mi profundo agradecimiento, por formarnos
como hombres de bien a mi querida profesora de primaria en la Escuela
Estatal Mixta “Francisco Sivirichi”, Luiza Ponce de León, la “Profe Luchita”,
nuestra segunda madre. También quiero hacer mención a todos mis
docentes de educación secundaria, en el Glorioso Colegio Nacional de
Ciencias, que este año de publicación cumple 400 años desde su fundación
virreinal (1619) y en especial a mis docentes Isaías Cjuiro, Palomino, Paliza,
Angelica Aguirre y Nilo Caytuiro, entre otros. A mis docentes del Instituto:
profesores Cuba, Henry Aragón, Américo Durand y Emilio Jara.

También agradezco, al motor de mi vida, Leonarda Farfán Chacón, mi madre,


por sus constantes desvelos por sus hijos; a mi padre Luis Calderón, así
como a mis hermanas Patricia, Nelly, Katya, Ivette e Ingrid y a mis cuñados
Lars Rehorik, Eber Aguilar y Timoteo; y, mis adorables sobrinos Sophia,
Kassandra, Maximiliano y Facundo.

Esta publicación recibió el apoyo constante y desinteresada de los Guías


Profesionales de Turismo en la persona de Alfredo Hinojosa, Orlando
Ugarte Cavero, Henry Prado Barreto, Wilbert Mamani, Fredy Torres,
Juan Virgilio Araoz, Giancarlo Gallegos Peralta, Julio César Barrientos
Huamantalla (Amauta), Adrián Yabar, Salvador Jirclay Yabar, Evelyn Nuñez,
Danny Vargas, Natalia Amao, Saúl Palma, David Aragón, Raúl García,
Edwin Sequeiros, Saúl Huayllani Concha, Yuri Hans Bravo, Harvey Salvador
Rado, Eddy Quispe Conde, John Jimmy Bautista Lima, Luighy Ananyev
Saire, Rubén Limo, Roberto Carpio, Leylys Gutiérrez, Abrahan Quispe, Juan
Carlos Huisa Melo, Jorge Espiricueta, Eleazar Vara, Víctor Hugo Torres,
Fredy Muñoz (Tarzán), Gabriel Flores, Fernando Ayma, Helvio Mamani,
Juan C. Lima, Edy Vargas Aguilar, Marco Antonio Farfán Atapaucar, Carlos
Rimachi, Oswaldo Cáceres, Jhordy Valer Carpio, Juan Carlos Meza y su
esposa Enma Valencia, Christians Olivera Ramos (Yupanki).

Agradezco en forma especial, por su constante apoyo moral y económico a


la empresa Perú Adventure Trek (PAT) y los empresarios Javier Quispe Cruz
y Rosa Sallo Romero y al personal que labora para ellos: Martha Flores
Quispe y Stefany Puyo, a la Agencia de Turismo Inkayni y al restaurant
Andean Grill.

Expreso mi gratitud a las bibliotecas del Centro Bartolomé de las Casas, del
Qorikancha y en especial a Juan Carlos Denegri y Rafael Warthon Calero,
quienes en su momento como bibliotecarios me brindaron arduo apoyo
y recomendaciones en textos académicos. Mi gratitud a la biblioteca del
Ministerio de Cultura del Cusco y su amable personal que nos ayudaron
de manera afable y profunda, por ello agradezco a Lucila Oblitas Salcedo,
César Ladrón de Guevara Álvarez, Roel Apaza Callañaupa y Jorge Reyes
Trujillo. Y también a quienes nos abastecieron de textos inéditos como
nuestro amigo Rodolfo Aragón que en paz descanse y Agustín Jaime Peña
(Jaimito Libros).

Al coronel Eber Aguilar y su hermano Julio Aguilar y a la señora Liliana


Santillán, a quienes conocí recientemente y me muestran una amistad
sincera y familiar.

Quiero agradecer a mis colegas arqueólogos Claudio Cumpa Palacios, Iván


Ccallo, Washington Valencia, Julio César Ayala, Christian Olivera, Nazario
Auccapuro, Hubert Quispe Bustamante, Kelly Bexy Urbina, Ángel Killan
García Taipe, Augusto Bazán, Yessica Huisa Davila y a Juan Carlos Quispe
Mamani (Poison). También al Antropólogo Oscar Atayupanqui Gaona.

A mis vecinos Justo Ccapatinta y Marco Antonio Frisancho. De igual manera


a los fotógrafos Salvattore Carlotto Ocampo, Erick Manga Alegría y César
Augusto González Casafranca.

De la misma forma, pido las disculpas del caso a personas que haya podido
obviar al no poderlas recordar en el momento de la escritura del texto.

-oOo-
En memoria al Dr. Luis Barreda Murillo, mi
hermano Sixto Maximiliano Valer Farfán y mi
compañero de estudios José Manuel Quispe
Cáceres
Advertencia

EL QOSQO INKA y sus atractivos arqueológicos a luz de la ciencia está


fundamentado en fuentes de primera mano, que lo citamos de manera directa.
Es decir, como muestra de respeto, reproducimos tal y como lo escribió el
autor. De igual manera, para la aclaración o ampliación de uno u otro término
empleado en el libro, utilizamos notas, que lo incluimos al final del texto, con
su respectiva numeración. Por otro lado las ilustraciones, reconstrucciones
hipotéticas, planos, mapas, etc., empleamos en su descripción la palabra
Figura o su contracción Fig. En algunos casos cuando necesitamos hacer
la aclaración de algún término, escribimos la palabra o palabras en negrita.

Como es un libro de análisis de la sociedad inka, empleamos muchas palabras


en runasimi o quechua, en la mayoría de los casos la escribimos como la
designa la Academia Mayor de la Lengua Quechua. En algunos casos,
respetamos la palabra o término que se emplea por costumbre, por ello se
notara escrito en distintas formas el quechua, tal es el caso de “hu” o la “w”,
“c” en vez de “q”, “qh”, “´q´”, “k”, “kh”, “k´” o “p” en vez de “b” o el empleo
de “n” antes de “p”, entre otros más casos que se aplica en el quechua.

Nuestras propias hipótesis y teorías vertidas y aplicadas en el libro, que


nacieron en base a nuestros estudios multidisciplinarios, muchas veces la
conjuncionamos con lo planteado por otros autores, y por lo general las
lanzamos como “ideas libres”, sin ningún distintivo.

Respecto a las fotografías empleadas, la gran mayoría son de nuestra


autoría y en caso de utilizar la de otros cuentan con los permisos de ley, o
aplicamos la debida mención.

Finalmente, utilizamos por lo general el nombre original de nuestra ciudad


que fue y debe ser “Qosqo”, al menos cuando hacemos referencia al
pasado glorioso inka, por ser con justificada razón el término adecuado,
respecto al nombre de nuestra gran llaqta.
Prólogo

EL QOSQO INKA y sus atractivos arqueológicos a la luz de la ciencia es


el continuo y muestra del aporte científico, que se viene realizando desde
los intelectuales cusqueños. En este contexto, el libro inicia con una cita
muy importante del Inka Garcilaso de la Vega, que da luces de cómo fue la
gran ciudad del Qosqo de los inkas. Los textos nos ponen en un espacio
y tiempo importante que aborda el origen de los inkas, refiriendo a su
primer gobernante Manqo Qhapaq y de la población que existía. Sin lugar a
dudas es el punto de partida que se aborda, en vista que hay demasiadas
referencias para llevar la historia de los inkas al plano mítico o legendario.

El abordaje del Qoricancha se hace consultando un conjunto de


investigaciones importantes que se cita en el documento. El estado de arte
referido, muestra los procesos de construcción y sus diferentes funciones
dentro del calendario andino a lo largo del año, y de los diferentes
momentos dentro de más de 300 años de desarrollo de la sociedad inka.
El factor religioso fue uno de los elementos de ordenamiento del centro del
poder inka, dando lugar a Kusipata, Hawkaypata y los sitios como el Hatun
Kancha, Akllawasi, Amarukancha, Quiswarkancha y Qasana. Es evidente
que fue desarrollándose dentro del largo proceso planteado.

Saqsaywaman ocupa, en el desarrollo del presente libro, un espacio especial


resaltando los procesos constructivos de la arquitectura monumental donde
sobresalen los aspectos referidos a los torreones con sus posibles funciones
y de la jerarquía de los vanos de acceso hacia los baluartes y espacios
rituales. Las ceremonias del Inti Raymi y el Warachikuy son enfatizados por la
jerarquía y fastuosidad de la fiesta. Para tratar de entender lo que fueron las
ceremonias del Qhapaq Qocha o el Qhapaq Raymi Inka.

Los espacios con arquitectura especial son Q’enqo, Pukapukara y


Tambomachay, los cuales cuentan con características particulares, pero,
al mismo tiempo, están relacionados por elementos fundamentales para la
vida como es el agua, hecho que se recalca en el texto. Los antecedentes
que refieren al sitio de Q’enqo por citar un sitio, considera que era un lugar
con mucha significación ritual, en vista que este habría sido el lugar de los
ancestros donde se rendía culto y asistencia permanente. El afloramiento
rocoso de calizas y la obra arquitectónica visible y la que se halla en las
galerías subterráneas o cuevas son ensalzados al referir que la momia de
Pachakuti habría sido también llevado a este lugar denominado Patallaqta,
hecho que se advierte en el libro, fundamentado en base a los datos de las
crónicas de los siglos XVI y XVII, dejando claro por los documentos, por las
características del sitio y la distancia referida, este es el lugar donde fue la
última morada de la momia del Inka Pachakuti.

El desarrollo del libro está orientado en seguir una de las rutas hacia el
Antisuyu. En esta mirada, se deja atrás varios sitios de mucha importancia,
pero inmediatamente se aborda uno de los sitios donde el manejo del
paisaje es lo más representativo. Nos referimos al complejo arqueológico
de P’isaq, con 22 pequeños conjuntos que se articulan y relacionan uno a
otro. La mirada del autor es interesante en vista que se enfoca en detalles
que muchas veces solo puede ser observado por el guía, pero al mismo
tiempo, es el fundamento científico que le reconoce, al abordar los diferentes
tópicos sobre el sustento recogido de los informes de investigaciones
arqueológicas. Prueba de ello, es cuando hace referencia a los sitios de
Kallaqasa, o el cementerio de Tantanamarka y el manejo hidráulico del agua
a partir de los canales, acueductos y fuentes de agua, que es valorado
como la obra de ingeniería hidráulica de mucha calidad y precisión. Es
claro que la muerte y los ancestros, son elementos que se complementan
con el agua y tierra. Esta conjunción es advertida por el autor y abordada
de manera general. No se puede dejar de ver, cómo se construyeron los
andenes. En unos casos presentan adaptación a las geoformas de los
diferentes espacios y de la calidad de su adecuación, generando que
se pueda apreciar la fabulosa obra de los inkas, que se muestra en el
diseño y forma de los diferentes grupos de andenes. Las imágenes del
espacio geográfico de P’isaq y sus alrededores es uno de los aspectos
que se resalta, evidenciando que los inkas tomaron en cuenta como un
factor fundamental el escenario geográfico para su mejor aprovechamiento,
mostrando los pisos ecológicos donde sobresale la producción del maíz
en la parte baja y papas en las tierras altas. La otra cara de P’isaq es el
poblado, muy pintoresco; pero, al mismo tiempo, permite tener una lectura
de estos tiempos sus exigencias. De esta manera sutilmente muestra el
mercado artesanal como un centro de diversificación de la cultura a través
del comercio de diferentes productos propios de la zona, la región el país
y del extranjero. El análisis de la distribución de la plaza tradicional con sus
edificios tomando como base la plaza y de la estructuración y tramado de

14 EL QOSQO INKA
las calles tradicionales, mostrando la fachada pintoresca de la casa atípica
de los piseños, hoy adaptada y reutilizada conforme a las exigencias de la
población con su estructura organizacional. El Valle Sagrado continúa dentro
de sus atractivos naturales, sobresaliendo el río Vilcanota o Wilcamayu – río
sagrado que conecta todo el Valle Sagrado como si continuara el recorrido
del camino inka en dirección del tambo de Ollanta. Pero, no se puede dejar
de advertir que se pasa por Calca, Urco, Yucay, Quispewanca propiedad
del inka Wayna Qhapaq, hoy Urubamba.

Entrar en el espacio que corresponde a Ollantaytambo es ineludible. Se


trata de uno de los destinos importantes que el recorrido muestra, cada
sitio y cada sector es como el libro refiere: atractivos. La mirada integradora
de tambo, muestra una visión de los 18 y más atractivos sectores. Esto
permite tener una visión integradora el cómo se puede visitar uno de los
monumentos de jerarquía arquitectónica que tiene como base la evidencia
de la arquitectura de un pueblo viviente, con sus calles que muestran
la trama y urdimbre de un centro poblado con una larga historia. Deja
pensar que Ollantaytambo fue construido en la época de Pachakuti; sin
embargo, su énfasis en los grupos locales antes de los inkas también
refiere a los tampus. No está ausente las ideas de influencia altiplánica.
La descripción del Templo del Sol es resaltada a partir de la evidencia del
trabajo en cantería. Se suma a ello el ícono de la cruz andina (patapata),
sustentando el conocimiento de astronomía que está aún en la cosmovisión
andina y que genera un sincretismo religioso. Acertado la postura de ver la
representación de una deidad en la montaña del apu Pinkuylluna, donde
estaría la imagen de Tunupa. El autor advierte y expresa haber observado
la geoforma natural donde no hubiera intervenido la mano del hombre. Sin
embargo, el sitio tiene un atractivo y respeto natural de los habitantes de la
zona y visitantes. Kachiqhata es el principio y continuidad de todo lo que
ocurre en Ollantaytambo. Su ubicación es incomparable. De este lugar se
extrajo la materia prima del pórfido para la construcción de todo lo edificado
en Ollantaytambo. Pero el mismo sitio es lugar especial de observación del
paisaje. Al alba y en el ocaso, coge mayor importancia esta observación.

El abordaje de sitios como Chinchero nos permite ver, otra de las rutas
al antisuyo por las partes altas del valle. En este marco, la evidencia
arquitectónica es acompañada de la continuidad de la actividad
socioeconómica. El diálogo de los muros inkas y la construcción del
templo sugieren un encuentro en el tiempo articulado por el mercado
donde la tecnología textil es otra de las maravillas de los Inkas y no puede
pasar desapercibido y está asociado al mercado donde aún se realiza el
intercambio de productos (Chalay) o trueque, actividad de transacción de
mucha trascendencia y su continuidad está presente en Chinchero.

AMADEO VALER 15
El autor considera acertadamente uno de los sitios de mucha importancia.
como lo es Moray, un centro de adaptación y experimentación de plantas
domésticas, justamente asociado a la arquitectura particular del sitio. Las
grandes extensiones de tierras de cultivo para la papa principalmente están
en todo Maras. En este espacio se encuentra una de las fuentes de sal más
importantes de la región, que durante la época pre inka, Inka y el Virreynato
fue el eje dinamizador de la economía a partir de la comercialización de la sal.

En el libro se produce un cambio radical, geográficamente hablando en el


texto, en vista que nos traslada a Tipón, pero sin lugar a dudas no se puede
dejar de lado o mencionar, dentro de todo el recorrido por las características
de este monumento de época inka de mucha jerarquía. El sitio nos muestra
el alto nivel del conocimiento en el manejo y conducción del líquido elemento
y tipos en esa muestra para poder hablar de tecnología hidráulica. Pero el
agua no está aislado, sino está siempre en contacto con todo el paisaje
natural y cultural por el manejo de los diferentes pisos ecológicos.

El autor guarda para el final, algo que los inkas consideraron la síntesis de
los conocimientos en manejo del espacio de ceja de selva en la parte alta
del río sagrado Wilcamayu. Se refiere a Machupicchu. Una de las obras
arquitectónicas donde la mano del hombre con la naturaleza entra en armonía
para el diseño y la construcción de un centro ceremonial y administrativo.
El batolito de Vilcabamba es el lugar donde está Machupicchu, con sus
diferentes sectores distribuidos de manera armónica con una conexión
de un sector con el otro y su articulación al mismo tiempo con el todo.
Dentro de todo, sobresale el escenario geográfico, por sus características y
ubicación lo mágico que es, la llaqta resguardada por sus apus o montañas
tutelares del Machupicchu, Waynapicchu, Vizcachani y el Yanantin bajo la
mirada del Salkantay y el constante encuentro con la deidad superior que
es el dios Sol.

Finalmente, el autor en el texto expone las muchas hipótesis que se han


desarrollado a lo largo del tiempo, después de su descubrimiento científico
y la continuidad a los ojos de la ciencia y de los secretos que guarda
Machupicchu.

Alfredo Mormontoy Atayupanqui


Decano del Colegio de Arqueólogos Región Sureste

16 EL QOSQO INKA
Introducción

EL QOSQO INKA y sus atractivos arqueológicos a la luz de la ciencia es


un libro que analiza las interpretaciones que se dieron hasta el momento
respecto a la funcionalidad del Qosqo Inka y sus principales sitios
arqueológicos. Todo esto, con la intención de darle una perspectiva con
más arraigo a la ciencia y al aspecto académico; por ello, empezamos
detallando aspectos importantes y simbólicos de la ciudad capital inka del
Qosqo, que son producto de la ideología y mentalidad del hombre andino
y lo que significó en el planeamiento de otras llaqtas o ciudadelas Inkas.

En el segundo capítulo, empezamos a dar una nueva interpretación de


los sitios arqueológicos de mayor concurrencia e importancia de nuestra
región del Cusco. En tal sentido, empezamos por el Qorikancha, el espacio
sagrado más importante de los inkas, que causo admiración entre propios
y extraños en su época de esplendor y en los inicios de la invasión europea.
Incluso, previó al descubrimiento de Machupicchu, era el lugar de mayor
atención en el estudio del pasado inka, entre exploradores e investigadores
de los siglos XIX y XX. El segundo espacio tratado no es menos importante,
en razón que para muchos es la estructura arquitectónica más resaltante
de la sociedad inka. Esto por contar en sus muros con bloques megalíticos
de gran tonelaje. Por esta y otras razones fue confundida con una
fortaleza. Nos referimos a Saqsaywaman. Aquí mostramos que, en época
inka, en realidad se trató de un espacio ceremonial y sagrado como el
Qorikancha. Luego, tratamos tres sitios arqueológicos localizados dentro
del Parque Arqueológico de Saqsaywaman. Proponemos que se recupere
su verdadera toponimia o nombre de Q’enqo (Patallaqta), Pukapukara
(Tambomachay) y Tambomachay (Quinuapuquio). Consiguientemente,
abordamos tres llaqtas o ciudadelas inkas de mucha trascendencia, por
ser las tres multifuncionales, las mismas que hoy en día son englobadas en
el circuito turístico denominado Valle Sagrado de los Inkas. Este, como
sabemos empieza con P’isaq, donde se trata acerca de la impresionante
localización de sus estructuras en la cima de una montaña. Se desarrolla de
forma desnuclear sus diversos sectores en medio de inmensas terrazas que
fueron construidas en las laderas de las montañas para el cultivo de distintos
productos agrícolas. Estas últimas resultan ser las más impresionantes de
todo el Valle Sagrado. En segunda instancia mostramos Ollantaytambo y
sus impresionantes estructuras, en donde llama la atención que la cantera
esté ubicada al otro lado del valle, ahí ponemos énfasis en los aspectos
constructivos y sus respectivas técnicas. Finalmente Chinchero, la tierra
del arcoíris, lugar en el que evidentemente resalta el “Palacio” de Tupaq
Inka Yupanki, el décimo de la dinastía Hanan, hijo del gran Pachacuti Inka
Yupanki. Como información extra, se muestra la producción de sal en Maras,
para luego tratar la nueva interpretación del enigmático Moray. Finalmente,
para cerrar con broche de oro, trataremos las nuevas evidencias a luz de
la ciencia de dos conjuntos arqueológicos que coincidentemente fueron
galardonados como “Maravillas de Ingeniería Civil Hidráulica” por la
asociación de Ingenieros Civiles de Estados Unidos, nos referimos a Tipón
y Machupicchu.

Esperamos que los posibles errores, omisiones y transgresiones


involuntarias, que se puedan cometer en el presente libro sean de su
comprensión, las mismas que serán corregidas en futuras ediciones.

18 EL QOSQO INKA
LA MAGNÁNIMA CIUDAD INKA
DEL QOSQO

Inka Garcilaso de la Vega (1539-1616)


«Uno de los principales ídolos que los Reyes Incas y sus vasallos
tuvieron fue la imperial ciudad del Cozco, que la adoraban los
indios como a cosa sagrada, por haberla fundado el primer Inca
Manco Cápac y por las innumerables victorias que ella tuvo en
las conquistas que hizo y porque era casa y corte de los Incas,
sus dioses. De tal manera que su adoración que aun en cosas
muy menudas la mostraban, que si dos indios de igual condición
se topaban en los caminos, el uno que fuese del Cozco y el otro
viniese a él, el que iba era respetado y acatado del que venía
como superior de inferior, sólo por haber estado e ir de la ciudad,
cuanto más si era vecino della y mucho más si era natural. Lo
mismo era en las semillas y legumbres o cualquiera otra cosa que
llevasen del Cozco a otras partes…».

CAP I
La fundación mítica del Qosqo
La fundación mítica de esta magna ciudad es descrita por los cronistas. En
este sentido, el Inca Garcilaso de la Vega brinda un interesante testimonio:

“…Fue en el cerro llamado Huanacauri, al medio día desta ciudad. Allí procuró
hin-car en tierra la vara de oro, la cual con mucha facilidad se les hundió al primer
golpe que dieron con ella, que no la vieron más. Entonces dijo nuestro Inca a
su hermana y mujer: “En este valle manda Nuestro Padre el Sol que paremos y
hagamos nuestro asiento y morada para cumplir su voluntad. Por tanto, Reina y
hermana, conviene que cada uno por su parte vamos a convocar y atarer esta
gente, para los dotrinar y hacer el bien que Nuestro Padre el Sol nos manda”
(S.f.; 49).

Aunque solo se relate una fundación mítica, podemos rescatar una costumbre
de mucho arraigo en los andes: el de utilizar una vara como acto fundacional.
Así, desde el cerro Wanakauri se tiene una vista privilegiada del valle del Qosqo
o Watanay. También se sabe que hay muchos cerros o montañas que llevan
el nombre de Wanakauri, pero el de mayor importancia se halla en el Qosqo.

Pedro Sarmiento de Gamboa, en su crónica Historia de los Incas, también


nos ilustra la leyenda respecto al acto de toma de posesión del Qosqo,
mencionando lugares existentes hasta el día de hoy. Refiere Pedro:

Después desto estuvieron en Matagua dos años, intentando pasar al valle


arriba a buscar buena y fértil tierra. Mama Guaco, que fortísima y diestra era,
tomó dos varas de oro y tirólas hacia el norte. La una llegó como dos tiros
de arcabuz a un barbecho llamado Colcabamba y no hincó bien, porque era
tierra suelta y no bancal; y por esto conoscieron que la tierra no era fértil.
Y la otra llegó más adelante cerca del Cuzco y hincó bien en el territorio
que llaman Guanaypata, de donde conoscieron ser tierra fértil. Otros dicen
questa prueba hizo Mango Cápac con la estaca de oro que traía consigo,
y que asi conoscieron la fertilidad de la tierra, cuando hincándola una vez
en un territorio llamado Guanaypata, dos tiros de arcabuz del Cuzco, por el
migajón de la tierra ser graso y denso, aferró de manera que con mucha fuerza
no la podia arrancar. …Mango Cápac vido un mojon de piedra que estaba
cerca del sitio donde agora esta el monesterio de Santo Domingo del Cuzco,
y mostrándosele a su hermano Ayarauca, le dijo: “¡hermano! ¿ya te acuerdas
como esta entre nosotros concertado que tú vayas a tomar posesión de la tierra
donde habemos de poblar? ¡Y pues agora, mira aquella piedra!” Y mostrabále
el mojón dicho: “¡Vé allá volando (porque dicen le habían nascido unas alas),
y sentándose allí toma posesión en el mesmo asiento donde parece aquel
mojón, porque nosotros iremos luego a poblar y vivir!” Ayar Auca, oídas las
Figura 01: La leyenda
palabras de su hermano, levantóse sobre sus alas y fué al dicho lugar que
de mayor difusión
Mango Cápac le mandaba, y sentandóse allí luego se convirtió en piedra y sobre los inkas,
quedó hecho mojón de posesión, que en la lengua antigua deste valle se menciona que la
primera pareja mítica,
llama cozco, de donde le quedó el nombre del Cuzco al tal sitio hasta hoy. De Manqo Qhapaq
aquí tienen los ingas un probervio que dice: Ayar Auca cuzco guanca, como y Mama Oqllo,
emergieron del lago
se dijese «Ayar Auca mojón de piedra mármol». (1572/1943; 56 - 57).
Titicaca enviados por
su padre el Sol, con la
Martín de Murúa, afirma que el Qosqo era denominado Acamama (aca= consigna que donde
se hundiera la barreta
excremento y mama=madre). Esto, a decir de Juan Ossio, se quiso de oro, se fundaría la
mostrar el supuesto estado barbárico antes de la llegada de los Inkas, otra nueva capital Inka.

22 EL QOSQO INKA
interpretación del nombre seria la mal-formación de AJHAMAMA (Ajha =
bebida hecha de fermento de maíz, mal conocida como chicha y Mama =
Madre). Para otros el valle del Qosqo lo denominaron Qosqo Wanka, que
quiere decir amontonamiento de piedras o lugar que se halla cubierto de
piedras (Escobar; 1997; 46). Aunque, como se observa líneas arriba lo de
“Qosqo Wanka”, tendría una relación a la leyenda de toma de posesión por
parte de Ayar Auka, descrita por Sarmiento.

La mayoría de crónicas, nos dan a entender deque el valle del Watanay


estuvo habitado por grupos culturales poco desarrollados, antes de la
llegada de los Inkas. Parece ser que no es cierto, pues la Arqueología
científica, viene dando luces de que no fue así, más por el contrario, todos
los asentamientos pre-Inkas, locales ya elaboraban cerámica de buena
calidad e inclusive “arquitectura fina”, el Dr. Barreda Murillo, demostró
en sus estudios arqueológicos, que la arquitectura fina de la calle Hatun
Rumiyoq, donde está localizada la famosísima piedra de los 12 ángulos,
pertenecía a época Lucre (preinka) 1100 d.C. Y que según él, comprendía
un ushnu (altar). Es, hasta cierto sentido iluso, creer que con la llegada de
Pachakuti todo por arte de magia se transformó en arquitectura fina. Esta
debió tener antecedentes locales.

De acuerdo al Dr. Manuel Chávez Ballón, el Qosqo habría sido fundado como
ciudad inka alrededor del año 1200 de nuestra era (Valer & Cjumo; 2008;
25). Para otros, este hecho habría ocurrido en promedio 100 años antes,
o sea hacia el 1100 d. C. Lo cierto es que se dio un cierto estancamiento
de conquistas por cientos de años, hasta que llega Pachakuti al poder en
(1438) d. C. y emprende la conquista de tierras fuera del Qosqo.

Población del Qosqo, antes de la invasión


europea

Qué duda cabe que el Qosqo fue, la ciudad más imponente del nuevo mundo,
donde la realidad superó a la fantasía. Al revisar las crónicas, se denota lo
anonadados que se sintieron los primeros europeos al ver la ciudad en toda
su majestuosidad; al encontrar una ciudad con una estructura, organización
y estándares de salubridad y limpieza, muy superiores a cualquier ciudad
del viejo mundo. Cristóbal de Molina (el Almagrista o el Chileno), afirma lo
siguiente respecto a la población:

“Cuando los españoles entraron por primera vez en ella, había gran cantidad
de gente; seria pueblo de mas de cuarenta mil vecinos solamente lo que

AMADEO VALER 23
tomaba la ciudad; que arrabales y comarcas en derredor del Cuzco, a 10 o
12 leguas, creo yo habría 200.000 indios, porque esto era lo mas poblado de
todos estos reinos”. (1553; 110).

Por otro lado, Pedro Sancho de la Hoz nos brinda sus cálculos respecto al
número de casas con el siguiente tenor:

“Desde esta fortaleza se ven en torno de la ciudad muchas casas a un cuarto


de legua y media legua y una legua, y en el valle que está en medio rodeadas
de cerros hay mas de cien mil casas, y muchas de ellas son de placer y recreo
de los señores pasados y otras de caciques de toda la tierra que residen de
continuo en la ciudad; las otras son casas o almacenes llenos de mantas,
lana, armas, metales y ropas, y de todas las cosas que se crían y fabrican en
esta tierra”. (1534; 193-194).

Siguiendo estos y otros datos brindados por los cronistas, Santiago Agurto Figura 02: Cómo se
concebía al Qosqo en
Calvo (1987; 92). calculó las siguientes cifras poblacionales:
el imaginario europeo
del siglo XVI y XVII.

24 EL QOSQO INKA
Para el núcleo central de 15.000 a 20.000 habitantes.
Para los barrios periféricos más 50.000 habitantes.
Para la zona rural más de 100.000 habitantes.

Gasparini y Margolies señalan que una población de 200.000 personas.


Se deben a cifras abultadas, probablemente derivadas de aproximaciones
basadas en experiencias impactantes, que poco ayudan a formular una
estimación más precisa (1977; 53). Y si a este argumento le sumamos la
orden que dictó Pachakuti, de despoblar dos leguas alrededor del Qosqo.

Según Sarmiento de Gamboa:

“Después que Pachacuti hizo lo que se ha dicho en la ciudad, miró la


población del pueblo y la gente que en él había. Y viendo que no había
bastantes tierras de sembrar, para que se pudiesen sustentar, salió fuera
del pueblo cuatro leguas en redonda dél. Y considerados los sitios, valles y
poblaciones, despobló todos los pueblos questaban dos leguas en torno del
pueblo. Y las tierras de los pueblos que despobló aplicólas para el Cuzco y
para sus moradores, y los que despobló echóles a otras partes. Con lo cual
contentó mucho a los ciudadanos del Cuzco, porque les daba aquello que
les costaba poco, y así hacía amigos con hacienda ajena; y tomó para su
recámara el valle de Tambo sin ser suyo” (1572/1943; 96).

Esta disposición de Pachakuti Inka Yupanki, de desploblar áreas aledañas


al Qosqo, pone en duda la cifra respecto al número de casas (100.000)
dada por Sancho de la Hoz. En razón a que después de ponerse en
marcha la orden de Pachakuti, que muy bien podría ser considerada como
“La primera reforma agraria” documentada de América. Solo habrían
transcurrido alrededor de 90 años, hasta el momento que Sancho (1534),
tuvo la experiencia visual de observar la magnificencia del Qosqo.

Estos datos nos ponen al tapete de la polémica académica las cifras


brindadas en el siglo XVI. De lo que si estamos seguros es que el Qosqo, pudo
conglomerar ingentes cantidades de personas por motivos preparatorios a
las conquistas militares, así como rituales y ceremonias religiosas (raymis),
que se organizaban a lo largo del año y que debieron contar con invitados
especiales o por la existencia de instituciones estatales inkas, tales como el
“Aklla wasi” (mujeres escogidas) y “Yachay wasi” (escuela de varones nobles).
Estos tuvieron mayor envergadura en el Qosqo Inka, por ser la ciudad más
imponente e importante del Tawantinsuyu Inka. En estas circunstancias, el
Qosqo debió estar presto para recibir grandes cantidades de personas y la
estimación popular de 200 mil habitantes, pudo ser fácilmente superada.

AMADEO VALER 25
En ese entonces, una de las ciudades más pobladas de Europa fue Valencia
en la actual España. El Qosqo Inka, en creces la superaba en salubridad,
orden, población y por supuesto organización. Tal es el caso del propio
Sancho de la Hoz, quien escribió: “…es tán grande y tan hermosa que sería
digna de verse aun en Espana…” (1534; 191). Inclusive Quito, en el actual
Ecuador, no se aproximaba en lo más mínimo a la grandiosidad del Qosqo.

Qosqo, la ciudad puma


El Puma (Puma Concolor) es un felino en peligro de extinción. Las sociedades
andinas le tenían mucha reverencia, por ello, la ciudad más importante del
Tawantinsuyu, el Qosqo Inka, tenía forma de Puma, revisemos algunas
crónicas con respecto a este dato. Sarmiento de Gamboa menciona:

“Después que Topa Inga Yupangui visitó la tierra toda y se vino al Cuzco, donde
era servido y adorado, como se vido ocioso, acordóse que su padre Pachacuti
había llamado a la ciudad del Cuzco la ciudad león, y que la cola era adonde
se juntan los dos ríos que pasan por la ciudad, y que dijo que el cuerpo era
la plaza y las poblaciones de la redonda, y que la cabeza le faltaba, mas que
algún hijo suyo se la pondría. Y asi, consultado este negocio con los orejones,
dijo que la mejor cabeza que le podría poner sería hacerle una fortaleza en un
padrastro alto que la ciudad tiene a la parte del norte. Acordado, pues, así,
envió a todas las provincias a mandar que los tucoricos le enviasen gran suma
de gente para la obra de la fortaleza. La cual venida, distribuyóla por cuadrillas,
dando a cada una su oficio con mandones. Y así unos sacaban piedra, otros la
labraban, otros la traían y otros la asentaban. Y tanta diligencia se dieron que no
en muchos años hicieron la fortaleza del Cuzco, grande, suntuosa, fortisima, de
piedra tosca, cosa admirabilísima de ver. Y los aposentos apartados de dentro
eran de piedra menuda y polida, tan prima que, si no se ve, no se creerá el
primor y fortaleza della. Y lo que es mas de admirar, que no tenian herramientas
con que lo labrar, sino con otras piedras. Esta fortaleza estuvo en pie hasta
las diferencias de Pizarro y Almagro, después de las cuales la empezaron a
deshacer, para edificar con su canteria las casas de espanoles en el Cuzco, que
esta al pie de la fortaleza. Hace gran lastima a los que ahora ven las ruinas della.
Y después de acabada, hizo a la redonda del Cuzco muchos depósitos para
bastimentos y ropas para tiempos de necesidades y de guerras, que era cosa
de mucha grandeza” (1572/1943; 136-137).

Por supuesto Sarmiento, no es el único cronista en afirmar, que el Qosqo tuvo


la forma de león y como sabemos en América no hubo leones, obviamente
se referían al Puma Andino. Juan de Betanzos (citado por Ángles), describe
un aspecto simbólico interesante:

26 EL QOSQO INKA
“comentando la reconstrucción que hizo Inca Yupanqui (Pachacútec) de la
ciudad del Cusco, dice que después de haber el soberano dado y repartido
la ciudad, puso nombre a todos los sitios y solares “e a toda la ciudad junta
nombró Cuerpo de León, diciendo que los tales vecinos y moradores dél, eran
miembros del tal León…” (Ángles; 1986; 58).

Betanzos indica que los pobladores eran miembros de tal león (puma).
Un aspecto que incrementa la propuesta de la forma de puma, es que los
nombres de algunas calles y plazas de la ciudad, aún hasta el día de hoy
llevan nombres quechua de partes del puma, tales como: Pumakurku cuya
traducción sería “Columna vertebral del puma” o la plaza en la intersección
de los ríos Saphi y Tullumayu, “Pumaqchupan” que significaría “la Cola
del puma”, o el propio Saqsaywaman, que en realidad sería “Saqsa Uma”,
“Cabeza Jaspeada”. La configuración del cuerpo la daban los dos ríos
canalizados de Shapi (significa raíz) y Tullumayu (río de huesos). En la
actualidad, siguen corriendo sus aguas por debajo de las pistas. El vientre
de este puma, pudo estar localizado en la actual Plaza de Armas. Tal vez no
sea una mera coincidencia que una de las esquinas del muro exterior del
Qorikancha sea curvo, ya que allí encajaría los testículos del Puma. Estos
Figura 03: Lo más aspectos nos dan a entender que no solo era una representación simbólica,
probable es que la sino que se quiso plasmar en la realidad estructural de la ciudad (Fig. 03).
figura o representación
estilizada del Qosqo
inka, sea la de un Para la historiadora del arte, Alba Choque, el Qosqo era representado
puma agazapado, para
otros fue de boa o
por un felino, el puma, tótem de la ciudad. Esto representaría, a su vez, la
choquechinchay1. constelación de Choqechinchay o Qoa, el felino relampagueante, que en

AMADEO VALER 27
sus ocacionales apariciones por el noroeste marca el inicio del solsticio
de verano. Según la tradición Inka, también es causante de los eclipses
de luna. La misma autora indica que este era un esfuerzo por imitar
el mundo sideral que obedecía a la creencia de que la imitación de los
objetos celestes producía armonía con el objeto imitado, y de esta forma su
protección (Choque; 2009; 72). Solo a manera de especulación, tenemos
conocimiento que para algunos investigadores, el lago Titicaca tiene forma
de Puma, y que incluso Titi, en aimara se traduciría como puma y qaqa, en
quechua es roca o piedra, lo cual se traduciría como “Puma de Piedra”.
Tal vez por ello, los primeros inkas trajeron la idea de la forma de su waka-
paqarina, principal de los pobladores del Altiplano. O sea, el lago Titicaca al
Qosqo, como recuerdo inmortal que los inkas procedían de ella.

En 1993, un interesante artículo escrito por Monica Barnes y Daniel J. Slive,


Figura 04: Mapa con
puso en duda el argumento de que el Qosqo, haya tenido forma de Puma representación animal,
u otro felino o animal. Parte de su argumento era que los cronistas de la siglos XVI y XVII.

28 EL QOSQO INKA
conquista (Sancho de la Hoz, Juan de Ruiz, Pedro Pizarro, Cristóbal de
Molina, el Almagrista, Diego de Trujillo), entre otros. No mencionan que el
Qosqo haya tenido forma de puma o algún otro animal. Además se sustentan
en un complejo argumento de R. Tom Zuidema (1985), que recurre a la
evidencia de rituales y mitos Inkas. Zuidema sostiene enfáticamente que
la ecuación del Qosqo con el puma intenta ser «Una metáfora que fue
originalmente propuesta para explicar problemas de estructura social, de
sucesión real, y de fronteras…» y que los investigadores modernos que
argumentaron acerca de la ciudad en forma de puma, tomaron los datos de
cronistas más tardíos como Sarmiento de Gamboa y Betanzos (Barnes &
Slive; 1993; 79-81). Además, argumentan que Sarmiento y Betanzos, hayan
podido ser influidos por la tendencia de la época, pues los europeos de los
siglos XVI y XVII, solían representar unidades políticas o geográficas como
animales y otras fuerzas naturales (Barnes & Slive; 1993; 85). (Fig. 04).

Los investigadores citados en el párrafo anterior, argumentaban que la


propuesta de la ciudad puma, no tenía el respaldo necesario, a pesar
que Garcilaso y Guaman Poma de Ayala, hacían mención a calles
como Pumakurku y Pumaqchupan. Tampoco aún se había dado un
descubrimiento arqueológico sin precedentes, ocurrido el año 2008 por
personal del Ministerio de Cultura, liderados por Sabino Quispe, en la la
zona de Cruzpata, donde encajaría la mandíbula del Puma. Se halló más
de 22.000 piezas dentarias de felinos y otros animales; por ello, se concluyó
que este no fue un entierro casual, sino que tuvo la intención de mostrar que
allí se encontraba o localizaba la dentadura y mandíbula de este gran puma
(Comunicación Personal, 2016). Estos y otros datos ya mencionados, no
pueden tratarse solo de coincidencias, por lo contrario ayudan a finiquitar
que la ciudad inka del Qosqo, tuvo la forma de un felino (puma) estilizado.

AMADEO VALER 29
MONUMENTOS ARQUITECTÓNICOS
QUE NOS RECUERDAN LA GRANDIOSIDAD DEL

QOSQO

Guaman Poma de Ayala (1534-1615)


«…mandamos que ayga otro Cuzco en Quito, y otro en Tumi, y
otro en Guánuco, y otro en Hatauncolla, y otro en los Charcas, y la
cabeza que fuese el Cuzco, y que se adjuntasen de las provincias
a las cabezas al Consejo, y fuese ley.».

CAP II

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