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A LA LUZ DE LA CIENCIA
El Qosqo Inka
Y sus atractivos arqueológicos a la luz de la ciencia
© Inkari Editores
de Rony Bernaola Rivas
p. 13 Prólogo
p. 17 Introducción
p. 19 La magnánima ciudad inka del Qosqo Grupos arquitectónicos o sectores del parque
arqueológico inka de P’isaq p. 155
p. 30 Capítulo II
Ollantaytambo o Qollaytambo p. 172
p. 30 Monumentos arquitectónicos que nos
recuerdan la grandiosidad del Qosqo Chinchero la llaqta del arcoíris p. 213
Expreso mi gratitud a las bibliotecas del Centro Bartolomé de las Casas, del
Qorikancha y en especial a Juan Carlos Denegri y Rafael Warthon Calero,
quienes en su momento como bibliotecarios me brindaron arduo apoyo
y recomendaciones en textos académicos. Mi gratitud a la biblioteca del
Ministerio de Cultura del Cusco y su amable personal que nos ayudaron
de manera afable y profunda, por ello agradezco a Lucila Oblitas Salcedo,
César Ladrón de Guevara Álvarez, Roel Apaza Callañaupa y Jorge Reyes
Trujillo. Y también a quienes nos abastecieron de textos inéditos como
nuestro amigo Rodolfo Aragón que en paz descanse y Agustín Jaime Peña
(Jaimito Libros).
De la misma forma, pido las disculpas del caso a personas que haya podido
obviar al no poderlas recordar en el momento de la escritura del texto.
-oOo-
En memoria al Dr. Luis Barreda Murillo, mi
hermano Sixto Maximiliano Valer Farfán y mi
compañero de estudios José Manuel Quispe
Cáceres
Advertencia
El desarrollo del libro está orientado en seguir una de las rutas hacia el
Antisuyu. En esta mirada, se deja atrás varios sitios de mucha importancia,
pero inmediatamente se aborda uno de los sitios donde el manejo del
paisaje es lo más representativo. Nos referimos al complejo arqueológico
de P’isaq, con 22 pequeños conjuntos que se articulan y relacionan uno a
otro. La mirada del autor es interesante en vista que se enfoca en detalles
que muchas veces solo puede ser observado por el guía, pero al mismo
tiempo, es el fundamento científico que le reconoce, al abordar los diferentes
tópicos sobre el sustento recogido de los informes de investigaciones
arqueológicas. Prueba de ello, es cuando hace referencia a los sitios de
Kallaqasa, o el cementerio de Tantanamarka y el manejo hidráulico del agua
a partir de los canales, acueductos y fuentes de agua, que es valorado
como la obra de ingeniería hidráulica de mucha calidad y precisión. Es
claro que la muerte y los ancestros, son elementos que se complementan
con el agua y tierra. Esta conjunción es advertida por el autor y abordada
de manera general. No se puede dejar de ver, cómo se construyeron los
andenes. En unos casos presentan adaptación a las geoformas de los
diferentes espacios y de la calidad de su adecuación, generando que
se pueda apreciar la fabulosa obra de los inkas, que se muestra en el
diseño y forma de los diferentes grupos de andenes. Las imágenes del
espacio geográfico de P’isaq y sus alrededores es uno de los aspectos
que se resalta, evidenciando que los inkas tomaron en cuenta como un
factor fundamental el escenario geográfico para su mejor aprovechamiento,
mostrando los pisos ecológicos donde sobresale la producción del maíz
en la parte baja y papas en las tierras altas. La otra cara de P’isaq es el
poblado, muy pintoresco; pero, al mismo tiempo, permite tener una lectura
de estos tiempos sus exigencias. De esta manera sutilmente muestra el
mercado artesanal como un centro de diversificación de la cultura a través
del comercio de diferentes productos propios de la zona, la región el país
y del extranjero. El análisis de la distribución de la plaza tradicional con sus
edificios tomando como base la plaza y de la estructuración y tramado de
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las calles tradicionales, mostrando la fachada pintoresca de la casa atípica
de los piseños, hoy adaptada y reutilizada conforme a las exigencias de la
población con su estructura organizacional. El Valle Sagrado continúa dentro
de sus atractivos naturales, sobresaliendo el río Vilcanota o Wilcamayu – río
sagrado que conecta todo el Valle Sagrado como si continuara el recorrido
del camino inka en dirección del tambo de Ollanta. Pero, no se puede dejar
de advertir que se pasa por Calca, Urco, Yucay, Quispewanca propiedad
del inka Wayna Qhapaq, hoy Urubamba.
El abordaje de sitios como Chinchero nos permite ver, otra de las rutas
al antisuyo por las partes altas del valle. En este marco, la evidencia
arquitectónica es acompañada de la continuidad de la actividad
socioeconómica. El diálogo de los muros inkas y la construcción del
templo sugieren un encuentro en el tiempo articulado por el mercado
donde la tecnología textil es otra de las maravillas de los Inkas y no puede
pasar desapercibido y está asociado al mercado donde aún se realiza el
intercambio de productos (Chalay) o trueque, actividad de transacción de
mucha trascendencia y su continuidad está presente en Chinchero.
AMADEO VALER 15
El autor considera acertadamente uno de los sitios de mucha importancia.
como lo es Moray, un centro de adaptación y experimentación de plantas
domésticas, justamente asociado a la arquitectura particular del sitio. Las
grandes extensiones de tierras de cultivo para la papa principalmente están
en todo Maras. En este espacio se encuentra una de las fuentes de sal más
importantes de la región, que durante la época pre inka, Inka y el Virreynato
fue el eje dinamizador de la economía a partir de la comercialización de la sal.
El autor guarda para el final, algo que los inkas consideraron la síntesis de
los conocimientos en manejo del espacio de ceja de selva en la parte alta
del río sagrado Wilcamayu. Se refiere a Machupicchu. Una de las obras
arquitectónicas donde la mano del hombre con la naturaleza entra en armonía
para el diseño y la construcción de un centro ceremonial y administrativo.
El batolito de Vilcabamba es el lugar donde está Machupicchu, con sus
diferentes sectores distribuidos de manera armónica con una conexión
de un sector con el otro y su articulación al mismo tiempo con el todo.
Dentro de todo, sobresale el escenario geográfico, por sus características y
ubicación lo mágico que es, la llaqta resguardada por sus apus o montañas
tutelares del Machupicchu, Waynapicchu, Vizcachani y el Yanantin bajo la
mirada del Salkantay y el constante encuentro con la deidad superior que
es el dios Sol.
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Introducción
18 EL QOSQO INKA
LA MAGNÁNIMA CIUDAD INKA
DEL QOSQO
CAP I
La fundación mítica del Qosqo
La fundación mítica de esta magna ciudad es descrita por los cronistas. En
este sentido, el Inca Garcilaso de la Vega brinda un interesante testimonio:
“…Fue en el cerro llamado Huanacauri, al medio día desta ciudad. Allí procuró
hin-car en tierra la vara de oro, la cual con mucha facilidad se les hundió al primer
golpe que dieron con ella, que no la vieron más. Entonces dijo nuestro Inca a
su hermana y mujer: “En este valle manda Nuestro Padre el Sol que paremos y
hagamos nuestro asiento y morada para cumplir su voluntad. Por tanto, Reina y
hermana, conviene que cada uno por su parte vamos a convocar y atarer esta
gente, para los dotrinar y hacer el bien que Nuestro Padre el Sol nos manda”
(S.f.; 49).
Aunque solo se relate una fundación mítica, podemos rescatar una costumbre
de mucho arraigo en los andes: el de utilizar una vara como acto fundacional.
Así, desde el cerro Wanakauri se tiene una vista privilegiada del valle del Qosqo
o Watanay. También se sabe que hay muchos cerros o montañas que llevan
el nombre de Wanakauri, pero el de mayor importancia se halla en el Qosqo.
22 EL QOSQO INKA
interpretación del nombre seria la mal-formación de AJHAMAMA (Ajha =
bebida hecha de fermento de maíz, mal conocida como chicha y Mama =
Madre). Para otros el valle del Qosqo lo denominaron Qosqo Wanka, que
quiere decir amontonamiento de piedras o lugar que se halla cubierto de
piedras (Escobar; 1997; 46). Aunque, como se observa líneas arriba lo de
“Qosqo Wanka”, tendría una relación a la leyenda de toma de posesión por
parte de Ayar Auka, descrita por Sarmiento.
De acuerdo al Dr. Manuel Chávez Ballón, el Qosqo habría sido fundado como
ciudad inka alrededor del año 1200 de nuestra era (Valer & Cjumo; 2008;
25). Para otros, este hecho habría ocurrido en promedio 100 años antes,
o sea hacia el 1100 d. C. Lo cierto es que se dio un cierto estancamiento
de conquistas por cientos de años, hasta que llega Pachakuti al poder en
(1438) d. C. y emprende la conquista de tierras fuera del Qosqo.
Qué duda cabe que el Qosqo fue, la ciudad más imponente del nuevo mundo,
donde la realidad superó a la fantasía. Al revisar las crónicas, se denota lo
anonadados que se sintieron los primeros europeos al ver la ciudad en toda
su majestuosidad; al encontrar una ciudad con una estructura, organización
y estándares de salubridad y limpieza, muy superiores a cualquier ciudad
del viejo mundo. Cristóbal de Molina (el Almagrista o el Chileno), afirma lo
siguiente respecto a la población:
“Cuando los españoles entraron por primera vez en ella, había gran cantidad
de gente; seria pueblo de mas de cuarenta mil vecinos solamente lo que
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tomaba la ciudad; que arrabales y comarcas en derredor del Cuzco, a 10 o
12 leguas, creo yo habría 200.000 indios, porque esto era lo mas poblado de
todos estos reinos”. (1553; 110).
Por otro lado, Pedro Sancho de la Hoz nos brinda sus cálculos respecto al
número de casas con el siguiente tenor:
Siguiendo estos y otros datos brindados por los cronistas, Santiago Agurto Figura 02: Cómo se
concebía al Qosqo en
Calvo (1987; 92). calculó las siguientes cifras poblacionales:
el imaginario europeo
del siglo XVI y XVII.
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Para el núcleo central de 15.000 a 20.000 habitantes.
Para los barrios periféricos más 50.000 habitantes.
Para la zona rural más de 100.000 habitantes.
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En ese entonces, una de las ciudades más pobladas de Europa fue Valencia
en la actual España. El Qosqo Inka, en creces la superaba en salubridad,
orden, población y por supuesto organización. Tal es el caso del propio
Sancho de la Hoz, quien escribió: “…es tán grande y tan hermosa que sería
digna de verse aun en Espana…” (1534; 191). Inclusive Quito, en el actual
Ecuador, no se aproximaba en lo más mínimo a la grandiosidad del Qosqo.
“Después que Topa Inga Yupangui visitó la tierra toda y se vino al Cuzco, donde
era servido y adorado, como se vido ocioso, acordóse que su padre Pachacuti
había llamado a la ciudad del Cuzco la ciudad león, y que la cola era adonde
se juntan los dos ríos que pasan por la ciudad, y que dijo que el cuerpo era
la plaza y las poblaciones de la redonda, y que la cabeza le faltaba, mas que
algún hijo suyo se la pondría. Y asi, consultado este negocio con los orejones,
dijo que la mejor cabeza que le podría poner sería hacerle una fortaleza en un
padrastro alto que la ciudad tiene a la parte del norte. Acordado, pues, así,
envió a todas las provincias a mandar que los tucoricos le enviasen gran suma
de gente para la obra de la fortaleza. La cual venida, distribuyóla por cuadrillas,
dando a cada una su oficio con mandones. Y así unos sacaban piedra, otros la
labraban, otros la traían y otros la asentaban. Y tanta diligencia se dieron que no
en muchos años hicieron la fortaleza del Cuzco, grande, suntuosa, fortisima, de
piedra tosca, cosa admirabilísima de ver. Y los aposentos apartados de dentro
eran de piedra menuda y polida, tan prima que, si no se ve, no se creerá el
primor y fortaleza della. Y lo que es mas de admirar, que no tenian herramientas
con que lo labrar, sino con otras piedras. Esta fortaleza estuvo en pie hasta
las diferencias de Pizarro y Almagro, después de las cuales la empezaron a
deshacer, para edificar con su canteria las casas de espanoles en el Cuzco, que
esta al pie de la fortaleza. Hace gran lastima a los que ahora ven las ruinas della.
Y después de acabada, hizo a la redonda del Cuzco muchos depósitos para
bastimentos y ropas para tiempos de necesidades y de guerras, que era cosa
de mucha grandeza” (1572/1943; 136-137).
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“comentando la reconstrucción que hizo Inca Yupanqui (Pachacútec) de la
ciudad del Cusco, dice que después de haber el soberano dado y repartido
la ciudad, puso nombre a todos los sitios y solares “e a toda la ciudad junta
nombró Cuerpo de León, diciendo que los tales vecinos y moradores dél, eran
miembros del tal León…” (Ángles; 1986; 58).
Betanzos indica que los pobladores eran miembros de tal león (puma).
Un aspecto que incrementa la propuesta de la forma de puma, es que los
nombres de algunas calles y plazas de la ciudad, aún hasta el día de hoy
llevan nombres quechua de partes del puma, tales como: Pumakurku cuya
traducción sería “Columna vertebral del puma” o la plaza en la intersección
de los ríos Saphi y Tullumayu, “Pumaqchupan” que significaría “la Cola
del puma”, o el propio Saqsaywaman, que en realidad sería “Saqsa Uma”,
“Cabeza Jaspeada”. La configuración del cuerpo la daban los dos ríos
canalizados de Shapi (significa raíz) y Tullumayu (río de huesos). En la
actualidad, siguen corriendo sus aguas por debajo de las pistas. El vientre
de este puma, pudo estar localizado en la actual Plaza de Armas. Tal vez no
sea una mera coincidencia que una de las esquinas del muro exterior del
Qorikancha sea curvo, ya que allí encajaría los testículos del Puma. Estos
Figura 03: Lo más aspectos nos dan a entender que no solo era una representación simbólica,
probable es que la sino que se quiso plasmar en la realidad estructural de la ciudad (Fig. 03).
figura o representación
estilizada del Qosqo
inka, sea la de un Para la historiadora del arte, Alba Choque, el Qosqo era representado
puma agazapado, para
otros fue de boa o
por un felino, el puma, tótem de la ciudad. Esto representaría, a su vez, la
choquechinchay1. constelación de Choqechinchay o Qoa, el felino relampagueante, que en
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sus ocacionales apariciones por el noroeste marca el inicio del solsticio
de verano. Según la tradición Inka, también es causante de los eclipses
de luna. La misma autora indica que este era un esfuerzo por imitar
el mundo sideral que obedecía a la creencia de que la imitación de los
objetos celestes producía armonía con el objeto imitado, y de esta forma su
protección (Choque; 2009; 72). Solo a manera de especulación, tenemos
conocimiento que para algunos investigadores, el lago Titicaca tiene forma
de Puma, y que incluso Titi, en aimara se traduciría como puma y qaqa, en
quechua es roca o piedra, lo cual se traduciría como “Puma de Piedra”.
Tal vez por ello, los primeros inkas trajeron la idea de la forma de su waka-
paqarina, principal de los pobladores del Altiplano. O sea, el lago Titicaca al
Qosqo, como recuerdo inmortal que los inkas procedían de ella.
28 EL QOSQO INKA
conquista (Sancho de la Hoz, Juan de Ruiz, Pedro Pizarro, Cristóbal de
Molina, el Almagrista, Diego de Trujillo), entre otros. No mencionan que el
Qosqo haya tenido forma de puma o algún otro animal. Además se sustentan
en un complejo argumento de R. Tom Zuidema (1985), que recurre a la
evidencia de rituales y mitos Inkas. Zuidema sostiene enfáticamente que
la ecuación del Qosqo con el puma intenta ser «Una metáfora que fue
originalmente propuesta para explicar problemas de estructura social, de
sucesión real, y de fronteras…» y que los investigadores modernos que
argumentaron acerca de la ciudad en forma de puma, tomaron los datos de
cronistas más tardíos como Sarmiento de Gamboa y Betanzos (Barnes &
Slive; 1993; 79-81). Además, argumentan que Sarmiento y Betanzos, hayan
podido ser influidos por la tendencia de la época, pues los europeos de los
siglos XVI y XVII, solían representar unidades políticas o geográficas como
animales y otras fuerzas naturales (Barnes & Slive; 1993; 85). (Fig. 04).
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MONUMENTOS ARQUITECTÓNICOS
QUE NOS RECUERDAN LA GRANDIOSIDAD DEL
QOSQO
CAP II