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Las funciones comunicativas en el lenguaje infantil.

Los seres humanos nos distinguimos del reino animal por, entre otras razones, la capacidad
que tenemos de comunicarnos a través del lenguaje, entendido como un conjunto o sistema
de signos que utilizamos para poder dar a conocer lo que pensamos, sentimos, hacemos y lo que
queremos.
Somos los únicos seres de la especie animal que tenemos un lenguaje articulado (habla) y
también escrito para expresarnos.
Los niños, incluso antes de articular palabras o vocablos ya se están comunicando con sus
padres y su entorno.

Diferentes estudios han demostrado que el lenguaje tiene un carácter funcional y eso lo ponen
en práctica los niños desde antes de hablar.
A lo largo de la historia se ha estudiado el campo de la lingüística desde el punto de vista
funcional que tuvo sus orígenes en la llamada Escuela de Praga (1929) y que fue ampliada por el
lingüista alemán Karl Bühler en 1965 con su obra Teoría del Lenguaje y por el inglés Michael
Alexander Kirkwood Halliday en “Language structure and language function” (1970).
Elena Prado Ibán destaca en sus consideraciones sobre las funciones comunicativas que
cumplen las primeras palabras del niño que son “actos primitivos del habla” que constituyen
una función comunicativa que se consolida cuando comienzan a articular sus primeras palabras.
En la mayoría de los casos las primeras palabras de un niño son alrededor de 50 y su objetivo
es requerir atención, aceptación o negación para colaborar, así como solicitar o pedir objetos,
mostrarlos o señalar una acción.
Por eso son los padres quienes desde el inicio imponen e interpretan las intenciones de los niños
a través de sus diferentes acciones que determinan en ellos, facilitan las primeras destrezas
para comunicarse y sientan las bases del sistema lingüístico formal que, con el crecimiento
del niño, se irá desarrollando.

¿Qué son las funciones comunicativas y por qué son tan importantes?

Son cinco las funciones comunicativas que en varios trabajos fueron recogidos por el ruso
Roman Jakobson y resumidas en su artículo “Lingüística y poética” (1958): referencial, emotiva,
conativa o fática, metalingüística y poética.
Estas funciones le permiten al ser humano comunicarse, ya que constituyen el conjunto de roles
o tareas que cumple el lenguaje dentro del proceso para comunicarse.

Esperanza Morales López (2004) explica brevemente cada uno de estas funciones especificadas
por Jakobson:

1. Referencial: Denotativa o cognoscitiva que tiene en cuenta la conexión con el referente y


su contexto.
2. Emotiva: O expresiva centrada en el emisor.
3. Conativa o fática: Dirigida al destinatario.
4. Metalingüística: En la que el emisor y el destinatario se centran en el código para
verificar la comprensión mutua.
5. Y poética: Orientada en el mensaje como tal.

Las funciones que cumple el lenguaje son las que permitirán a la persona comunicarse con su
entorno, de allí la importancia que tienen porque determinarán su comprensión del
contexto donde se desarrolla y de que los otros puedan interpretar, entender y analizar lo que
dice, su intencionalidad y el por qué se comunica de tal o cual forma.
El mismo Jakobson en la década de 1920 destacó que los actos comunicativos se explican
porque hay un emisor o destinador de un mensaje a un destinatario o receptor. Este
mensaje necesita de un contexto referencial para que lo pueda entender quien lo recibe y
también de un canal para que pueda establecerse la comunicación entre emisor y destinatario.

La clasificación de M. Halliday

El inglés Halliday que ya vimos antes, conocido como uno de los defensores del lenguaje
funcional propuso una clasificación de las funciones comunicativas en los niños, recordando que
éstas son las unidades abstractas que reflejan la intencionalidad de quien se comunica. En los
niños tienen tres fases:

Fase I (10-18 meses)

Instrumental: Se usa para satisfacer necesidades


Reguladora: Uso del lenguaje como instrumento de control, modificación o regulación de
conductas
Interactiva: Para relacionarse con los demás
Personal: Para firmar la propia personalidad
Heurística: Uso del lenguaje para aprender del entorno
Imaginativa: Uso de forma recreacional o lúdica, donde recrea el entorno según sus gustos.
Ritual: Sistema organizado que tiene el niño aunque aún no tiene palabras léxicas y es de
buenos modales.

Fase II (18-24 meses)

Al ser una fase de transición las funciones se combinan y reagrupan.


Pragmática: Sirve para satisfacer necesidades e interactuar con los demás.
Matética: Se usa para aprender y facilita el vocabulario al combinar la heurística, personal e
imaginativa.
Informática: El lenguaje se usa para transmitir información o mensajes

Fase III (A partir 24 meses)

Ideacional: Lenguaje para hablar del mundo real


Interpersonal: El hablante participa en la situación, para expresarse.

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