La construcción ha tenido un impacto evidentemente beneficioso para la vida de las personas

desde el surgimiento de los primeros asentamientos humanos hasta hoy, debido a que, permite
conformar cualquier espacio artificial que requiera el ser humano, proporcionando lugares
habitables para la residencia, la educación, la salud, el desarrollo de las actividades de ocio y
entretenimiento, al igual que para el desarrollo social y económico de una comunidad. La
construcción es el medio por el cual se pueden crear y plasmar estos lugares en los que el ser
humano se desenvuelve, permitiendo ajustar la forma de vida y rutinas a partir de los intereses y
necesidades de cada individuo.

Una de las industrias con mayor auge dentro de la economía de un país es la construcción, siendo
esta favorable y lucrativa no sólo por la cantidad de empleos que puede llegar a generar y las
inversiones de dinero que demanda, sino también por la constante necesidad y solicitud del ser
humano de crear edificaciones para el ejercicio de las distintas áreas del conocimiento. Por otro
lado, esta también resulta ser una industria que afecta notablemente de manera negativa al medio
ambiente, durante la fase de construcción por la ocupación de superficies de ecosistemas
naturales, la utilización de recursos no renovables y la producción de residuos, como en las
edificaciones ya construidas, con el alto consumo de energía eléctrica y agua que pueden generar.

La Organización de las Naciones Unidas realizó un documento titulado “Agenda 2030 para el
desarrollo sostenible”, el cual es un plan de acción donde se plantean 17 objetivos a favor del
desarrollo sostenible abarcando lo económico, lo social y lo ambiental, como una oportunidad
para América Latina y el Caribe de minimizar el impacto negativo que generan la realización de las
ocupaciones diarias del ser humano, y en vista de las desventajas que trae consigo la actividad
constructiva, se creó un objetivo directamente enfocado al tema. (La Agenda 2030 y los Objetivos
de Desarrollo Sostenible Una oportunidad para América Latina y el Caribe)

El objetivo 11 de la Agenda 2030 dicta que se debe “Conseguir que las ciudades y los
asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles”. El Desarrollo y
crecimiento de las áreas urbanas es al mismo tiempo proporcional al aumento poblacional y al
progreso que presentan los habitantes en los ámbitos comerciales, culturales, científicos,
productivos, entre otros. Sin embargo, el problema en el campo de la construcción realmente
radica en como se hace para seguir generando resguardo, industria, empleo, crecimiento, a través
de la creación de vivienda e infraestructura sin dañar el medio ambiente y abusar de los recursos
naturales que este brinda. (La Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible Una
oportunidad para América Latina y el Caribe).

Son muchas las estrategias que aportarían a efectuar tal objetivo. Aprovechar las condiciones
climáticas de determinado lugar para minimizar el consumo de recursos de una edificación por
medio de la utilización de las energías pasivas y tecnología, es una de las tácticas que se utilizarían
en este caso, no obstante, se necesitan de varios análisis para que se lleve a cabo de manera que
de los resultados esperados.