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ROMANTICISMO

El romanticismo es un movimiento artístico e intelectual que tuvo


lugar hacia finales del siglo XVIII y principios del siglo
XIX en Inglaterra, Alemania y Francia, para luego extenderse a todo el
mundo.

Una profunda crisis social e ideológica tuvo lugar en Europa y, con ella,
se desató la idea de que la razón no era suficiente para explicar esa
dura realidad. El romanticismo surgió como un movimiento para
contraponer al racionalismo neoclásico. Los orígenes de las ideas del
Romanticismo datan de la Revolución Francesa y el idealismo
de libertad, fraternidad e igualdad que lo impulsaba.

El movimiento romántico se caracterizó por la sensibilidad emocional


y la subjetividad de sus obras. Fue una corriente que rechazó los
preceptos de orden, calma y racionalidad de la época
clásica y neoclásica de fines del siglo XVIII.
El romántico exaltaba la belleza y los ideales, dando libertad a los
sentimientos. El espíritu creativo resultaba más importante que la estricta
adhesión a las reglas de la sociedad.
El artista romántico buscaba escapar de la realidad inmediata que lo
abrumaba y lo angustiaba. Por eso, las obras suelen representar
épocas pasadas o lugares lejanos. El artista se refugiaba en sí mismo y
se aislaba de la sociedad.

Recuperación de lo medieval

Durante la Ilustración, habían resurgido los valores y formas de la


Antigüedad Clásica, en un movimiento que se llamó Neoclasicismo.
Para los románticos, parte de la reacción a la Ilustración fue valorizar
aquello que ese movimiento había rechazado: la cultura medieval.

Así, se retornó al imaginario medieval y las tradiciones folklóricas


nacionales, pero también los temas y sentimientos cristianos. Con
ellos, reaparece la nostalgia por los paraísos perdidos.
Exaltación de lo individual

En lugar del mundo racional, objetivo y lógico de la Ilustración, el


romanticismo exalta lo individual y lo subjetivo. Así aparecen como
valores el genio, los sentimientos y todo el mundo inconsciente del ser
humano, como los sueños, los instintos o el misticismo.

Se buscaba expresar la individualidad través de la originalidad, que


era valorada más que la tradición. Por eso también se prefería la obra
inacabada, imperfecta y abierta, frente a la obra concluida y perfecta.

Dentro de la experiencia subjetiva se realza también el sufrimiento y


las pasiones, que suponían un aspecto potente y sobrecogedor de la
naturaleza humana. Se cuentan amores fogosos e incontenibles,
historias trágicas e irremediables, con presencia de entidades
sobrenaturales o religiosas.
La rueda vuelve a girar… Después de un periodo racional, sereno,
clásico, viene uno desbocado, pasional, subjetivo.
Y después del frío neoclasicismo surge el romanticismo como una
tormenta después de la calma.

El romanticismo se origina paralelamente en Alemania y el Reino Unido


cuando un grupo de gentes variopintas deciden que ya están hartas de
tanto racionalismo e ilustración. El mundo es más bien lo contrario…
irracional. No es sereno ni intelectual. Más bien está lleno
de sentimientos, de imperfecciones. Y ahí está la gracia.

Vuelve así ese barroco gusto por el drama, y si es con violencia, mejor


que mejor. Guerras, locura, muerte… Además no está mal aderezarlo
con un poco de erotismo.

La libertad individual es ahora lo importante, y cada uno tiene su propia


forma de buscarla. Muy pronto esta idea se extiende por toda Europa (el
primer movimiento cultural en hacerlo) y cada país tendrá su particular
forma de romanticismo, que se proyecta a su vez en distintas disciplinas
artísticas.

El subjetivismo es un rasgo intrínseco al movimiento. El yo es lo que


importa y no esa científica universalidad de la ilustración. En este
sentido se exalta la personalidad individual y por consiguiente la
originalidad (cada persona debe mostrar lo que la hace única), se
empiezan a valorar las tradiciones nacionales, con sus respectivas
épocas pasadas de explendor.
Si… Aquí empiezan los nacionalismos en Europa.

Es por eso que nace un culto a la edad media, o mejor aún:


sus ruinas (esto incluye temáticas como el ciclo artúrico o sagas de la
mitología nordica). Se valora el folclore, pues la sabiduría popular es una
fuente inagotable de inspiración, como también lo es la literatura.

Pero también lo es el exotismo (un romántico debe viajar) o la fantasía


y los sueños (viajar con la mente). Los cuadros románticos pueden
perfectamente estar poblados de fantasmas, brujas y mounstruos.

Surge en esta época una idea interesante: el artista como genio, como


creador, como Dios. No tiene mérito imitar la naturaleza. Si es necesario
hay que crearla, y es por ello que en el romanticismo se valora
la rebeldía. Romper las reglas era muy cool. Y eso incluía suicidarse de
amor o de tristeza… o morir de tuberculosis. Un buen romántico debería
morir joven.

Finalmente renace el gusto por la naturaleza, pero muy subjetiva. Es así


que los paisajes son ahora un género mayor. No interesan
descripciones topográficas, sino mostrar emociones humanas a través de
dos vertientes principales: lo pintoresco y lo sublime.

Tanto las emociones como los sentimientos fueron el centro de las propuestas
de los artistas pensadores de este movimiento romántico; por lo tanto, surgió
como una corriente opuesta en varios sentidos a la Ilustración. Para los
románticos, los sentidos y emociones se revalorizaron, aunque no negaron el
valor del pensamiento y la ciencia.
Durante este movimiento cultural, se considera que existían muchos misterios
sin resolver en la naturaleza que la ciencia no podía explicar. Por lo que
también, creían en la suerte, en los mitos, y en las leyendas. Esto explica que el
arte para los románticos hacia de los sentimientos, de la pasión y del instinto.
Algunas de las características primordiales de este movimiento se reflejan en las
obras de arte. La visión del Romanticismo sobre la forma de entender el mundo
ha variado, se caracteriza por la exaltación del yo o individualismo, por tanto
valora la expresión de su subjetividad y de su conflicto interior.
Otra característica es la evasión; se buscan espacios diferentes, apartados,
aislados del resto de la sociedad. Del mismo modo, la evasión en el tiempo
implica una desconformidad del presente. La evasión en el sueño se refiere a
que el romántico encuentra en el, escapar de la realidad y viajar hacia lo
misterioso.
Otro concepto fundamental que se aborda es la naturaleza; ella se manifiesta de
diversas maneras, pero en general los románticos encuentran refugio allí.
No se puede olvidar el rol de la libertad en el romántico. Tanto su afán como el
ejercicio de ella atribuyen al individualismo, y esto es fundamental para que el
artista exprese su personalidad. Solo si se siente libre lo puede lograr.
De todas las pasiones, la más privilegiada es el amor, y de los sentimientos los
que predominan son la nostalgia, la melancolía que se manifiestan mediante
paisajes aislados y solitarios mayoritariamente.

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