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QUÉ ES
El dengue es una enfermedad vírica que se transmite a través de un mosquito. Este
virus es muy común en las áreas cálidas y húmedas del mundo.
CAUSAS
El virus del dengue se propaga por mosquitos hembra, principalmente de la
especie Aedes aegypti y en menor medida A. albopictus. Además, estos mosquitos
también transmiten la fiebre chikungunya, la fiebre amarilla y la infección por el virus
de Zika.
SÍNTOMAS
Los síntomas del dengue se inician después de un período de incubación que puede
variar de cinco a ocho días tras la picadura y las personas suelen presentar:
Fiebre alta.
Náuseas y vómitos.
Erupción en la piel.
Sangre en las encías y en la nariz.
Debilidad general.
Dolor muscular y articular.
Tos.
Dolor de garganta.
PREVENCIÓN
DIAGNÓSTICO
Existen varios exámenes que se pueden hacer para diagnosticar esta afección, como
un examen de laboratorio para medir el nivel de anticuerpos a través de una muestra
de sangre, un hemograma completo o pruebas de la función hepática.
TRATAMIENTOS
Los expertos afirman que no hay tratamiento específico para el dengue. No obstante,
es esencial la asistencia por parte de los médicos y enfermeras que tienen experiencia
con los efectos y la evolución de la enfermedad, para salvar vidas y reducir las tasas
de mortalidad.
TUBERCULOSIS
QUÉ ES
La tuberculosis es una infección persistente causada por el Mycobacterium
tuberculosis, que afecta a diversos órganos, pero particularmente los pulmones.
Un feto puede contraer tuberculosis a través de su madre antes de nacer, al respirar o
tragar líquido amniótico infectado antes o durante su nacimiento, o después de nacer,
al respirar aire con microgotas infectadas. Alrededor de la mitad de los hijos de madres
afectadas de tuberculosis activa desarrolla la enfermedad durante el primer año de
vida si no reciben tratamiento con antibióticos o si no se les vacuna. La Organización
Mundial de la Salud (OMS) estima que en la actualidad el 30 por ciento de la población
mundial tiene tuberculosis latente; además, de ese porcentaje se calcula que el 10 por
ciento desarrollará una tuberculosis activa.
SÍNTOMAS
Cansancio intenso.
Malestar general.
Sudoración abundante, especialmente al caer el día.
Pérdida de peso.
Sangre en los esputos.
Tos seca, persistente.
Temperatura corporal que oscila entre los 37 y 37,5 grados.
No obstante, en ocasiones no aparece ningún síntoma.
PREVENCIÓN
La prevención pasa por la detección precoz de la enfermedad, de manera que se
pueda evitar la transmisión al resto de la gente. La OMS recomienda la vacunación
con BCG a todos los recién nacidos con alta incidencia de tuberculosis, incluyéndola
en el calendario infantil de forma sistemática. Debe administrarse sólo una vez, ya que
no está probada la eficacia de la revacunación. Asimismo, no está recomendada a
personas adultas que vayan a trasladarse a zonas de alto riesgo, pues tampoco se ha
demostrado su eficacia en este campo. No obstante, la OMS recomienda su
administración en niños y jóvenes que vayan a pasar largas temporadas en zonas de
incidencia. Joan Caylá, jefe del Servicio de Epidemiología de la Agencia de Salud
Pública de Barcelona destaca al respecto que “la efectividad de la vacuna es muy
limitada y no llega a niveles de prevención epidemiológica como los logrados, por
ejemplo, con el sarampión”, por lo que destaca que “la prevención pasa por crear
estrategias de programas de control de contactos de las personas infectadas”, aunque
admite que estas medidas suponen “la elaboración de estrategias muy costosas a
nivel comunitario y el empleo de muchos recursos, lo que hace muy complicada la
prevención en países pobres”.
TIPOS
DIAGNÓSTICO
TRATAMIENTOS
OTROS DATOS
Uno de los factores más importantes a tener en cuenta a la hora de detectar si se trata
de un caso de tuberculosis es la duración de los síntomas. Si la sintomatología (tos,
fiebre, expectoración, pérdida de peso, etcétera) dura 15 días o más, es necesario
acudir al médico. Hay muchas tuberculosis que debutan con expectoración
hemoptoica (expulsión de sangre en la tos), lo que puede llegar a asustar al paciente;
hay que tener en cuenta que este síntoma también puede ser provocado por un
resfriado, el tabaco o por otras enfermedades graves como el cáncer. Por todo esto,
es importante controlar la duración de los síntomas y acudir a un experto para obtener
un diagnóstico.
Otro de los factores para garantizar la curación tiene que ver con los hábitos que se
siguen. Un paciente de tuberculosis tiene que alimentarse bien (llevando una dieta
variada y equilibrada que aporte los nutrientes y la energía suficientes y que sirva para
reforzar el sistema inmunológico), dormir lo suficiente y evitar malos hábitos como
el alcoholismo, el tabaquismo y el consumo de drogas, especialmente la heroína.