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Comparación de la relación Estado – pueblo según los

pensamientos de Sócrates y Thoreau.


Por: Sara Catalina Tangarife Gómez
Resumen
En el último diálogo que Sócrates hizo con su discípulo Critón, deja en claro la necesidad
del individuo a la dependencia del Estado, asegura que el pueblo a pesar de tener siempre la
mayor voz, él cuestiona la importancia que se le da a la masa para tomar decisiones que,
según Sócrates, solo pueden ser tomadas por los sabios y filósofos. Por otro lado, Thoreau
construye un pensamiento revolucionario que invita al individuo a ponerse en frente a los
regímenes dictatoríos y esclavistas. Este ensayo hace un breve contraste de lo que ambos
pensadores opinan sobre la participación del pueblo con el Estado.

Conceptos clave:
Pueblo, justo, injusto, ley, obediencia, civil, deber, derecho, estado, gobierno, ciudadano,
obligación, Estado, régimen, pensar, participar, revolución.

¿Cuál es el comportamiento que tiene el ciudadano, desde el colectivo, para evidenciar


el deber que tiene ante el Estado de tal manera que este le corresponda de forma justa
y correcta?

En la historia el poder del pueblo ha sido ampliamente reconocido, al punto en que puede
dictar y determinar una verdad común, establecer comportamientos e incluso decidir sobre
la vida y muerte de un individuo. Sin embargo, el pueblo por sí mismo no se administra,
necesita de un poder mayor capaz de determinar las leyes y el bienestar civil. Es el Estado
el que se encarga de instaurar una serie de normas que, a conveniencia o no del pueblo,
permite establecer un orden social al que los ciudadanos están sujetos. De aquí la premisa
del deber que tienen los individuos ante el Estado. A pesar de esto, el pueblo es voluble, su
filosofía y moral cambian de acuerdo al ambiente en el que se encuentren, a las
adversidades que se enfrenten y en especial al comportamiento del Estado. Este cambio
depende, en su mayoría, de la forma en que las leyes son ejecutadas y administradas, de tal
forma que es el pueblo al final el que dispone el cumplimiento de la ley.
Esto se ve reflejado en el texto de Platón “Del deber” un diálogo que mantuvo Sócrates con
su discípulo Critón, antes de la ejecución del primero, sobre la obligación que tienen los
ciudadanos de someterse a las leyes del estado sin objeción alguna. En este ensayo Platón
muestra la responsabilidad que tiene el individuo, que hace parte de un pueblo, en la
participación, la ejecución y sentencia de la ley dictada por el Estado. Sócrates condenado a
muerte por enseñar una “moral subversiva” es visitado por Critón un fiel amigo quien
intenta persuadirlo de escapar, sin embargo, los argumentos de este son muy débiles y la
moral de Sócrates le impide desobedecer a la ley (Zecchin de Fasano, 2015).

Es tan importante la moral para Sócrates que lo lleva a poner su deber por el Estado, sobre
su propia vida, y desobedecer sería faltar a sus principios y creencias y a todo lo que ha
dictado de su conocimiento, Platón describe en este diálogo a un hombre centrado en sus
ideales, a pesar de la ayuda que Critón le ofrece. Es interesante reconocer esa importancia
con el gobierno que se ve plasmada en el texto, y comprarla con una actualidad donde el
pueblo carece de ese sentido de deber, ya que son pocos los ciudadanos que están
dispuestos a obedecer o acatar las leyes, por otro lado, ¿Es el estado actual una institución
justa con el pueblo? Si se les preguntará a diferentes personas, seguramente criticarían la
responsabilidad del estado, colombiano o cualquiera del mundo, con los ciudadanos, la falta
de carácter y sobre todo las injusticias, para comprender un poco la necesidad del pueblo
con el Estado, Thoreau en 1848 escribió “Desobediencia Civil” donde detalla
especialmente cuales son los derechos y las obligaciones del ciudadano.

A diferencia de Sócrates, Thoreau describe que la relación que debe tener el pueblo con el
Estado no puede partir del temor, ni la sumisión, ni la obediencia a ciegas. Se trata de
construir, con base en los derechos de las personas, una autonomía donde el criterio moral
juega un rol crucial, ya que al ser ejercido permitía cuestionar al Estado si sus leyes o
decisiones eran injustas (Orué 2017). El autor invita también al ciudadano a rebelarse, de
una forma objetiva y clara, ante el Estado cuando fuese necesario. Muchos personajes han
tomado las ideas de Thoreau para aplicar una desobediencia civil que se revela contra un
régimen discriminatorio, entre ellos Mahatma Gandhi y Martin Luther King, Jr. Buscar la
libertad de un pueblo, es sin duda alguna, un proceso que se puedo apreciar incluso en la
actualidad, querer independizarse de un Estado que excluye, es un injusto.
Si bien Sócrates aceptó su destino, como civil lo hizo por un deber, ya que su obligación
era someterse a las leyes sin objeción alguna en contra del Estado, Thoreau reconoce que el
ciudadano debe resistir pasivamente ante las injusticias del Estado. Si el pueblo de Atenas
se hubiese puesto en contra de la muerte de Sócrates, seguramente el “Del deber” no
existiría. Este contraste de opiniones pueden ser producto de la época, o de la evolución del
pensamiento del hombre. En la actualidad ambas caras se pueden notar, países que
estipulan una serie de leyes que solo benefician a unos cuantos, y a otros deja por fuera. El
abandonar un Estado es muestra clara de una rebelión pasiva, velar por encontrar un lugar
que brinde al individuo las necesidades que otro no le da.

Lo anterior se describe muy bien en el ensayo de Thoreau, al definir al Gobierno como un


ente inútil e incompetente, además deja claro en su obra que el hombre necesita un
gobierno que haga nada en absoluto: “Creo que deberíamos ser hombres, primero y después
súbditos. Lo deseable no es que se cultive el respeto a la ley, sino a la justicia. Porque la ley
no es siempre justa” (Thoureau 1848). Sin embargo, el hombre no está aún listo para no ser
gobernado, en algunos países latinoamericanos esto resultaría algo difícil de asimilar dada
la larga tradición de no acatar las normas establecidas, otro factor es que el Estado, en la
historia de Latinoamérica, se ha encargado de dividir al pueblo en clases sociales, en
culturas, convirtiendo a los ciudadanos más individualistas, dejando de lado al semejante.

Platón deja claro la posición del pueblo frente al Estado, una posición de deber de
cumplimiento de leyes y normas, sin embargo, en el diálogo con Critón, Sócrates afirma
varias veces que no se debe hacer caso a lo que la masa dice, pues estos comentarios no son
los más aptos para dar una opinión certera y racional. Esto lleva a entender la filosofía de
Sócrates sobre quién debe proclamar las leyes, y si bien la participación del colectivo es
importante, es de carácter urgente establecer un grupo selecto con los más sabios
encargados de tomar las decisiones de la Republica, sin despreciar la opinión del pueblo,
que tiene demasiado poder.

“No debemos curarnos de lo que diga el pueblo, sino sólo de lo que dirá aquel que conoce
lo justo y lo injusto, y este juez único es la verdad” (Sócrates). Vivir como lo reclama la
moral y la justicia es el razonamiento que da Platón para obedecer al Estado, por otro lado,
Thoreau está a favor de la presión. Un pueblo que se levanta en contra de las injusticias es
un pueblo capaz de razonar y entender la vida bajo el mandato del Estado. Según Thoreau,
el razonamiento que lo regía era que la acción que surge de los principios, de la percepción
y ejecución de lo justo, transforma las cosas y las relaciones. Es esencialmente
revolucionaria.

Tanto Sócrates como Thoreau establecen las necesidades del Estado, y los deberes del
pueblo, ambos sostenían que las buenas acciones no importan qué tan pequeñas sea; lo que
se hace bien una vez, se hace siempre. La responsabilidad del ciudadano es la de acatar las
normas mediante la disciplina, a su vez el Estado debe asegurar ser justo y respetar la
opinión del pueblo ningún. Thoureau plantea: “El Estado no podrá jamás ser realmente
libre e ilustrado sino hasta que reconozca al individuo como un poder superior e
independiente, del que se deriva su propio poder y autoridad, y lo trate en consecuencia”.

Conclusiones

Thoureau y Sócrates veían en el pueblo un poder capaz de determinar las nociones de justo
e injusto para el Estado, sin embargo, Sócrates creía fielmente en que la única forma de ser
un individuo perteneciente y creyente al Estado, era aceptando las leyes, sin pensar que tan
arbitrarias estas podrían ser.

Para ser un ciudadano participe y justo primero se debe ser un ciudadano congruente con el
propio pensamiento, que las acciones reflejen que se quiere y sobre todo expresar ante el
Estado las opiniones e ideas que afectan directamente la vida de la comunidad civil.

No todo lo que se dicta es justo, no siempre el pueblo está a favor de su semejante, es el


Estado la única organización capaz de determinar que situaciones son realmente justas e
injustas, pero debido a su carácter cambiante, el pueblo debe hacer revoluciones pasivas
que se enfrenten al régimen de vez en cuando y así asegurar el compromiso del Estado.
Referencias

- Anónimo. (2008). CRITÓN O DEL DEBER. 2018, de MULTIEXPRESION Y


UMEV Sitio web: http://expresionhelder.blogspot.com/2008/06/critn-o-del-
deber.html

- Mora Altamirano, E.. (Desconocido). Influencia de Henry D. Thoreau enMahatma


Gandhi yMartin Luther King, Jr.. ComHUmanitas, desconocido, p. 38 - 54.

- Platón. (1998). Critón o Del Deber. En Diálogos de Platon(p.37 - 49). Bogotá:


Panamericana.

- Thoreau, H.D.. (1998). Sobre la desobediencia Civil. Bogotá: Grupo Editorial


Norma.

- Zecchin de Fasano, G. C.. (2015). La ley frente a lo justo: Un dilema del ciudadano
ateniense en el diálogo Critón de Platón. 2018, de Facultad de Humanidades y
Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de La Plata Sitio web:
http://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/programas/pp.8342/pp.8342.pdf

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